sábado, 24 de septiembre de 2022

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Reunión estratégica para conquistar el segundo piso


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Español
Ludeus

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

――Érase una vez, una mujer.
 
Esta mujer se preocupaba por todo. Por las personas, por los conflictos, por el mundo… se preocupaba por absolutamente todo.
Para la mujer, todo lucía pequeño. Para ella, todas las cosas, todas las personas eran niños que requerían su protección.
 
Sería fácil someter a un mundo y a unas personas que podían ser destrozadas con un simple movimiento de brazo.
Sin embargo, la mujer no tenía intención de usar sus brazos para controlar, sino para proteger de cualquier daño.
 
Y así comenzó la solitaria lucha de la mujer. El ensayo y error subsiguiente tampoco fue fácil para la mujer.
Guiar a las personas, juntar a las personas, ayudar a las personas, dar consejos a las personas. Todo eso era demasiado para la mujer sola. Estaba fuera de su alcance. No podía hacer lo que debía hacer.
 
Por primera vez, la mujer maldijo su propia incapacidad.
Aunque viera una calamidad, le faltaban manos para ayudar. Aunque estuviera inmersa en una crisis incipiente, ella no podía hacer nada para evitarla. Por esa falta de capacidad.
 
Ella podía alcanzar aquello que tenía enfrente, pero no podía cruzar una distancia imposible. Aunque podía verlo todo, lo que ya había ocurrido no podía cambiarse. No tenía vida suficiente para lidiar con la calamidad que ella veía en la lejanía.

Creía que tenía poder. Pero era insuficiente para cumplir su deseo.
Se enorgullecía de tener sabiduría. Pero no era suficiente para que el camino hacia su deseo se hiciera evidente.
Y así, la mujer cayó en la desesperación. La maldición de su propia falta de habilidad la aplastó una y otra vez.
Golpeada por todo tipo de remordimientos, y desgarrada sin cesar por el dolor de los demás.
Finalmente, la mujer lo entendió. No era posible. Era imposible. Ella no podía.
Ese deseo tan excesivo y desmesurado era inalcanzable, especialmente para una mujer solitaria.
 
Ella lo sabía. Ella se dio cuenta. Ella lo comprendió que era imposible. ——Pero no se rendiría.
 
Si no bastaba con una persona, entonces aumentaría las personas. Simplemente con no estar sola, encontrando otros que compartieran su mismo deseo, ella podría alcanzar con las manos su sueño no cumplido.
 
Su mente se sentía limpia. La niebla que ocultaba el camino a seguir finalmente se despejó.
 
Su deseo podría finalmente abordar esos inexorables lamentos, aquellas tragedias que una vez fueron inevitables, aquella crueldad que se repetía.
 
Ella unió fuerzas con el instigador, cedió el campo de batalla a la Espada Celestial, hizo un trato con el dragón y avanzó hacia su mayor deseo.
 
Algún día, alcanzaría la conclusión de su deseo más preciado.
Pronto, llevaría a término su juramento.
Algún día, pronto, su ambición se cumplirá sin lugar a dudas.
 
Mujer: Salvados. Serán salvados. Puedo ver la manera de salvarlos. ——Sé el camino a la salvación.
 
Sin importar cuánto tuviera que dañar o perder en el proceso, ella simplemente abandonó la idea de rendirse.
Aunque el instigador fuera a desaparecer, aunque la sonrisa de su Espada Celestial fuera a desvanecerse para siempre, aunque el dragón alzara el vuelo hacia cielos lejanos, ella no se rendiría.
Aunque sus primeros aliados la abandonaran, ella no pararía. Ya que, la que una vez fue una mujer solitaria, ya no estaba sola.
 
Mujer: Debería haberla. Sé que la hay. ――Quiero saberlo.
 
Ella recorría un camino pavimentado con cadáveres. Designando innumerables vidas como sacrificios, ella avanzó para alcanzar su máxima aspiración.
Un día, sus manos podrán alcanzar todas y cada una de las lágrimas. Y entonces, ella comprendería todo el mundo.
 
Por primera vez, su deseo primordial estaba a su alcance.
Y para conseguirlo, la mujer soportó un dolor insoportable y siguió luchando desesperadamente.
 
La Bruja de la Codicia sangró su propia avaricia, ardiendo por su deseo incumplido.
 
 
    
 
 
Emilia: ――¡Julius tiene que descansar apropiadamente aquí hasta que todas sus heridas sanen! ¡Es lo más de lo más importante!
 
Prácticamente arrojando a un desgastado Julius en la Sala verde, Emilia lo regañó.
 
Ella había acudido a recibirlos y dejó salir un suspiro de tranquilidad cuando vio a Subaru, con Julius apoyado en el hombro, mientras bajaban las escaleras que conectan el 2º piso Electra con el 4º piso.
Ser capaz de cambiar de emociones rápidamente era, sin duda, una virtud, y ellos agradecieron que no se persiguiera más el asunto. Fue una jugada inteligente, ya que no hacía falta preparar una excusa si nadie preguntaba por lo ocurrido. Aunque ella tuviera un montón de cosas que preguntar a Julius…
 
Emilia: ――Aunque no lo haga, estoy segura de que Subaru ha dicho lo importante. Así que, voy a hacer que descanses bien, y todo lo demás puede esperar. ¿A que sí?
 
Subaru: … Sí, más o menos. No puedo decir nada en contra de eso, y no pienso ir en contra de la opinión de Emilia-tan. Duerme un poco.
 
Subaru dejó a Julius en una cama de hiedra cerca de la entrada de la Sala verde. A su lado, y con las dos manos en la cintura, Emilia resoplaba orgullosa por la nariz. Ese también era un gesto adorable.
Después de escuchar lo que los dos tenían que decir, Julius se arregló el flequillo y suspiró.
 
Julius: Naturalmente. No soy más que una carga para ti y Emilia-sama. Después de todo esto, no puedo seguir tan penosamente. Haré lo que me digan ustedes.
 
Subaru: Con un simple «entendido» habría sido suficiente…
 
Emilia: ¡Exacto! No hace falta ser tan formal. Estás herido, ¡así que sólo es cuestión de que te quedes quieto hasta que tus heridas se curen! No pasa nada por ser una carga. Somos amigos, después de todo.
 
Julius: …
 
Emilia: Patrasche, Julius queda bajo tu cuidado. Si ocurre algo malo, sólo tienes que gritar con fuerza. Vendremos corriendo, ¿vale?
 
Ignorando la forma indirecta de Julius de mostrar su gratitud, Emilia alzó la voz hacia el fondo de la habitación, más allá del avergonzado Julius, donde Patrasche estaba curando sus heridas.
 
La población de la Sala verde aumentó a tres personas y un animal: el dúo inconsciente de Rem y Anastasia, y el dúo herido de Julius y Patrasche. Debido a que la Sala verde tenía un límite en el número de personas que podían permanecer presentes a la vez, Subaru y Emilia no podían quedarse para vigilarlos.
Por lo tanto, era mejor que un miembro del grupo de los heridos cuidase a todos los demás. Normalmente ese trabajo recaería sobre Julius, pero…
 
Julius: Que Emilia-sama haya tenido que insistir tanto significa que he perdido reputación. Haré lo que se me pide sin rechistar.
 
Subaru: Es un poco difícil recuperar la confianza una vez que la has perdido. Hablando de eso, es un poco difícil superar a Patrasche, que casi siempre tiene la máxima puntuación de confianza. Si sucede algo raro, está bien si no te contienes y lo muerdes, Patrasche.
 
Patrasche: ――――
 
Ella resopló en señal de aceptar las palabras de Subaru y Emilia… o al menos, podría interpretarse así.
La mejor chica de la facción de Emilia, su Dama comprensiva Patrasche, parecía sentirse responsable por dejar que Julius se marchara solo.
Sus ojos brillaron con una fuerte voluntad, como si dijera que no volvería a ocurrir.
 
Subaru: Mira, mira. Hasta Patrasche deja salir un «No pasarás la próxima vez».
 
Emilia: Me pregunto por qué parece que realmente haya dicho eso. Qué curioso.
 
Subaru: Pero, según el Ministro de Asuntos Internos bilingüe, más o menos, el significado es correcto. Pero, como es una dama, ella podría terminar sus frases con un «Desu wa», ¿sabes?
 
A menudo, cuando Otto traducía para ella usando su Protección Divina del Lenguaje del Alma, a Subaru casi siempre le sorprendía el alto nivel de tolerancia de Patrasche hacia sus acciones. Recientemente, sintió que incluso sin la presencia de Otto, los dos podían comunicarse lo que tenían en mente. Pero cada vez que se planteaba este hecho, Patrasche le golpeaba con su cola. Ciertamente, la mente de una mujer es compleja.
En cualquier caso…
 
Julius: Dejaré que mis heridas se curen aquí tranquilamente. Después de todo, recuperarse estando rodeado de chicas tan hermosas en un entorno sereno es un lujo que uno rara vez puede permitirse.
 
Subaru: Te aviso de antemano que todas las chicas de aquí, excepto Anastasia, me pertenecen.
 
Ante la insolente declaración de Julius, Subaru empezó apuntando a la durmiente Rem, luego a Patrasche, y después a Emilia que estaba a su lado.
Al escuchar eso, las mejillas de Emilia se inflaron.
 
Emilia: Yo no soy de Subaru todavía… Pero, ahora que lo pienso, siendo Subaru mi caballero, ¿eso no lo haría mío?
 
Subaru: ¡Eso me hace muy feliz pero también me da mucha vergüenza!
 
Emilia se llevó un dedo a los labios mientras Subaru daba un baile de celebración, pero después de todo eso, él volvió a mirar hacia Julius.
Le tomaría un tiempo superar la angustia. Pero, al menos, debería tener el valor de dar el primer paso en ese largo camino.
 
Subaru: Bueno, como sea, mientras descansas, tal vez quieras sostener tu cabeza y dar vueltas mientras piensas en lo que acaba de pasar, pero no olvides que Patrasche está vigilando.
 
Julius: Puedes estar tranquilo. No haré gala de tal desvergüenza. ——Sería muy poco elegante por mi parte.
 
Subaru: … Parece que ya te estás recuperando.
 
Julius: Ju.
 
Al ser una respuesta muy propia de él, las mejillas de Subaru se aflojaron con una suave sonrisa.
 
Llevaba dos derrotas, en las que no pudo lograr nada.
Ese hecho debería haberle ocasionado una intolerable humillación e impotencia, pero parecía haber superado esa primera oleada de emociones.
 
Subaru se alegró de no haberle dejado solo en aquella larga escalera.
 
Si podía darle aunque fuera un mínimo de salvación, significaría que Subaru había aprendido algo de aquella vez que fue públicamente humillado en el castillo.
 
Subaru: … Patrasche, lo dejo en tus manos.
 
Al final, Subaru le dio un recordatorio a su querida dragona, antes de que, tanto él como Emilia, salieran de la Sala verde.
Con su salida, Patrasche se levantó y tomó asiento cerca de Julius, en una posición que le permitiera vigilarlo mejor. Al ver eso, Julius esbozó una sonrisa amarga.
Definitivamente, Patrasche era una dragona sabia, fiel a sus instrucciones.
Teniendo en cuenta su espíritu y el estado mental de Julius, era seguro asumir que los miembros de la Sala verde estarían bien.
 
Emilia: … ¿Debería congelar la puerta por si acaso?
 
Subaru: Siempre me asombra la imaginación de Emilia-tan, pero dejémoslo como último recurso, ¿sí? Tampoco quiero enfadar al espíritu de esa sala.
 
Emilia: Sí, tienes razón. Juju, sólo quería ver qué decías. Sólo estaba bromeando.
 
Sacando la lengua lindamente, Emilia se disculpó. Al ver eso, Subaru frunció los labios, decidiendo no decirle que mantendría eso como una posible opción.
 
――En el peor de los casos, consideraría retener a Julius usando la fuerza.
En ese caso, la mejor persona para detener a Julius seguiría siendo Emilia, tanto por su estatus social como por su poder. Afortunadamente, debido a que el estado mental de Julius se estaba estabilizando, Subaru se sintió aliviado de que no hubiera necesidad de tomar tales medidas.
 
Subaru: De todos modos, dejemos los asuntos de la Sala verde a su espíritu residente. Por lo que he visto, las heridas de Patrasche parecen estar curándose muy bien, así que Julius también se recuperará pronto.
 
Emilia: Sí, así es. Las heridas de Julius… no eran tan graves como parecían. Creo que volverá a estar completamente sano en poco tiempo. Reid lo quiso así, supongo.
 
Subaru: … Se le da bien tomarse las cosas con calma, ¿eh? Supongo que no puedo dejar que Julius escuche esas cosas.
 
Mientras se rascaba la cabeza, Subaru estuvo de acuerdo con la forma en que Emilia dijo su conjetura.
Aunque tener un dominio absoluto de los palillos parecía un chiste malo, Reid era tan diestro en combate que fue capaz de dejar en ridículo a alguien tan fuerte como Julius.
La primera generación del Santo de la Espada, el hombre que derrotó a la Bruja de la Envidia junto al Sabio y el Dragón――Ante una leyenda como ese hombre, uno no tenía más remedio que asentir con la cabeza y aceptar las cosas como eran.
Aunque si su personalidad era digna de alguien que llevaba el título de Héroe Legendario, era un asunto completamente diferente.
 
Subaru: Por ahora, nuestro principal tema sería――
 
Ram: ――Encontrar una forma de superar ese molesto segundo Examen o lo que sea, antes de que las heridas del caballero Julius se curen, ¿verdad?
 
Subaru: …
 
Ram irrumpió en la conversación con una voz fría. Estaba de pie con la espalda apoyada en la pared del pasillo.
Debido a las limitaciones de la Sala verde, ella había estado esperando fuera a que los dos regresaran. Al ver sus preocupaciones más íntimas verbalizadas por ella, Subaru se frotó las mejillas.
 
Subaru: ¿De verdad mi cara es de las que delatan todo lo que pienso con tanta precisión?
 
Ram: Acabo de juntar todas las preocupaciones que había en tu cara. Ahora mismo, las cosas que preocupan a Barusu están todas dentro de esa sala. Eso es todo.
 
Subaru: Diablos, eso ni se acerca. Estoy preocupado por todos, obviamente incluyendo a Emilia-tan y a Beako, pero también estoy preocupado por ti, hermana. No se limita a las personas que ocupan esa sala. 』
 
Ram: ¡Ja!
 
Ram ridiculizó su pulgar hacia arriba con un bufido.
Con los labios fruncidos haciendo un puchero, Subaru miró a Ram mientras ella comenzaba a alejarse dándole la espalda. Emilia se tapó la boca mientras dejaba salir una carcajada a su lado y…
 
Emilia: Está bien. Ram sólo se puso un poco nerviosa. Es que no es muy honesta.
 
Subaru: Creo que no estás siendo imparcial, pero si Emilia-tan lo dice…
 
Mirándola desde un lado, Subaru se giró y se tronó el cuello antes de seguir a Ram, quien se dirigía a una de las salas más pequeñas del 4º piso.
Y, al entrar en esa habitación…
 
Beatrice: Llegan tarde, supongo. Nos han hecho esperar demasiado tiempo, de hecho. ¿Julius está bien, supongo?
 
Su voz provenía del centro de la habitación, donde estaba sentada. Mirando directamente a Subaru y a Emilia, les dirigió una ligera reprimenda, mezclada con algo de preocupación por Julius. Subaru sonrió amargamente ante esa actitud deshonesta de ella.
 
Subaru: No te preocupes. Parece que lo peor ya ha pasado para él por ahora. Su sentido de la responsabilidad es estúpidamente fuerte, así que seguramente estará reflexionando sobre lo que hizo, pero… Bueno, no causará ningún problema por ahora.
 
Beatrice: Si Subaru lo dice, tomaré esas palabras al pie de la letra, de hecho. Así, nuestros problemas pueden reducirse a únicamente uno, supongo.
 
Después de discernir el estado de Julius, Beatrice inclinó su cabeza hacia abajo. Ante sus palabras, Subaru asintió y recorrió con la mirada la habitación.
La pequeña habitación era una de las muchas que había en el 4º piso de la atalaya, y era también una de las que albergaba todo el equipaje de mano del grupo. Todos se sentaron en círculo, con Subaru y Beatrice frente a Emilia y Ram respectivamente. Y así,
 
Subaru: Necesito que me cuentes más sobre ese tipo, Shaula.
 
Shaula: ¡Uhiii, el Gran Maestro tiene una apariencia superespeluznante! Pero, pero, tampoco odio que sea superduro conmigo. Es amor-odio.
 
Ram: Lo que dice ella, Gran Maestro. Repugnante.
 
Subaru: ¡Protesto!
 
Envolviendo con sus brazos su voluptuoso cuerpo femenino, Shaula se retorcía con Meili sentada sobre su regazo. Ram se tomó su alocado comportamiento demasiado literalmente, pero para Subaru, esas falsas acusaciones eran demasiado para él.
En cualquier caso…
 
Subaru: Antes de nada, me gustaría agradeceros a todos la ayuda prestada en la búsqueda de Julius. Aunque no lo queramos, es probable que el tipo venga más tarde a disculparse él mismo; pero, en cualquier caso, él está bien.
 
Emilia: Está bien. Yo también se lo dije a Julius, pero me alegro de que lo hayamos encontrado sano y salvo. Seguro que todos los demás piensan lo mismo, ¿no?
 
Ram: Preferiría que mi opinión no fuese la misma que la de Emilia-sama.
 
Subaru: ¡¿Eh?! ¡¿Y eso por qué?!
 
Subaru había intentado que la conversación avanzara, pero rápidamente pareció que había discrepancia de opiniones entre Ram y Emilia.
Ram señaló con un dedo hacia la sorprendida Emilia y comenzó,
 
Ram: Por favor, escuche con atención. Por lo que me han informado, el segundo Examen debe ser superado por todos los presentes en la torre. Y, sin embargo, el caballero Julius tomó el asunto sin consultar a ninguno de nosotros e hizo un segundo intento por su cuenta. Si hubiera un solo paso en falso aquí, podría haber roto la relación de cooperación que hemos construido entre la facción de Anastasia-sama y la nuestra.
 
Emilia: ¿Porque, sólo por sus acciones, todos nosotros podríamos haber sido descalificados?
 
Ram: Si ese fuera el caso, todo nuestro viaje habría sido en vano. Tampoco es seguro que el examinador del segundo piso nos dejara marchar a salvo… y eso incluye a ese falso Sabio de allí.
 
Los ojos de Ram lanzaron una mirada a Shaula mientras le explicaba todo eso a Emilia. Al verse quizás convertida en un tema de conversación inesperadamente, Shaula dijo ¿Yo? señalándose a sí misma.
 
Shaula: ¿Con «falso Sabio» se refiere a mí? ¡Es superimpensable, llamarme así! ¡O sea, nunca me he llamado a mí misma Sabio! ¡El único nombre que doy es el único que me dio el Gran Maestro, y es Shaula! ¡Soy superdevota a mi único Gran Maestro!
 
Ram: Repugnante.
 
Subaru: ¡Deja de mirarme diciendo eso! … No voy a negar lo que dices.
 
Dejando de lado las exageraciones, considerando lo que podría ser el peor de los escenarios, las suposiciones de Ram no podían ser dejadas de lado. Las acciones de Julius pusieron a todos en peligro.
Aunque no hubiera entendido completamente la esencia del segundo Examen――o más bien, como él tenía una comprensión completa de la situación, sus acciones fueron aún más descuidadas.
 
Ram: Que eso no fuera propio del caballero Julius es algo que yo, que apenas conozco a ese hombre, no puedo decir. Pero, teniendo en cuenta a Glotonería, no me pareció una persona que hiciera tales cosas.
 
Subaru: Bueno, estoy de acuerdo con eso… Pero mi opinión es un poco diferente a eso, ya que conozco al tipo. Lo achaco a un Sarampión de Masculinidad.
 
Ram: ¿Sarampión?
 
Subaru: ¿Debería haber dicho varicela?
 
Ram: …
 
En cualquier caso, tenía el matiz de «Una enfermedad que todo el mundo había contraído al menos una vez en su vida».
Como tal, el sarampión o la varicela podrían compararse fácilmente con las acciones de Julius y serían más fáciles de asimilar, pero contraerlas cuando uno es adulto puede tener graves consecuencias.
Sobre todo, porque puede ser mortal cuando aparece.
 
Subaru: Que no haya sido fatal esta vez… Contentémonos con eso y no se lo achaquemos más.
 
Ram: … Ram simplemente no quiere que otras personas le roben la oportunidad.
 
Ram apartó la mirada de Subaru y susurró.
Al ver sus mejillas ligeramente tensas, Subaru levantó las cejas.
 
Beatrice: La mayor de las hermanas no se ha sentido muy bien desde que llegó a la torre, de hecho. Quizás el cansancio de un largo viaje finalmente haya empezado a afectarle a ella, o puede que la terapia del cuerno no le esté funcionando tan bien, supongo.
 
Subaru: O tal vez hay algo más que la está preocupando… Diablos, probablemente sea eso.
 
Estando sentados uno al lado del otro con las manos tomadas, Subaru y Beatrice susurraron entre ellos.
Que Ram desahogara sobre Subaru y Shaula sus frustraciones por las acciones de Julius y su irritación por no poder ver una forma de superar el Examen era muy impropio de ella.
Quizás el origen de esa frustración fuera el tener el método para salvar a Rem justo frente a ellos, pero ser incapaces de conseguirlo.
Naturalmente, sería erróneo decir que la fatiga o el cuerno herido mencionado por Beatrice no estuviesen relacionados con eso.
 
Ambos, mente y cuerpo, no estaban bien.
Todo eso eran los posibles factores que provocaron el arrebato de Ram.
 
Meili: Buenoo, ¿quieren pelear aquíí? ¿O quieren seguir con la conversacióón? Si no lo deciden prontoo, me desentendréé.
 
En un instante, Meili puso fin al mal ambiente del lugar.
Acurrucada junto a Shaula, mientras sus dedos jugaban con su trenza, observó perezosamente a todos los presentes en la sala.
 
Meili: Preferiría que no se pelearan, ¿valee? No me gusta que me hagan daño o que me den miedoo.
 
Subaru: Oye… No, tienes razón. Esa posición tuya de espectadora nos ha salvado muchas veces.
 
Meili: ¿Es asíí? Ujujuju, entonces agradécemelo, ¿valee?
 
Ante su gratitud, Meili sonrió inocentemente como la joven que era.
Sin embargo, esa sonrisa suya también tenía un encanto cautivador que mostraba sutilmente su naturaleza peligrosa.
 
Incluso ante esa sonrisa, Subaru le dio las gracias. En retrospectiva, fue también Meili quien había sugerido retirarse del Examen de antes.
Tener a alguien como compañero que fuera capaz de decir cuándo retirarse dependiendo de la situación era una gran ventaja.
 
Subaru: Sigue así, ¿de acuerdo? Es importante ver las cosas con compostura.
 
Meili: Qué convincentee. Aunque digas cosas así, mi trabajo se acabó cuando salimos del mar de arena, ¿verdaad? De todas formas, no sirvo para nada máás.
 
Subaru: Diría que no lo veo así… Tener más cabezas pensando ayuda mucho, y combinado con que salgamos vivos del desierto, mientras estemos en la torre, todos tenemos que compartir nuestra suerte con los demás. Sólo piensa que se te ha acabado la suerte y que dependes de mí.
 
Meili: …
 
Asombrada por la confiada declaración de Subaru, Meili dejó escapar un largo suspiro y…
 
Meili: … Empiezo a entender por qué Petra-chan tiene tantas preocupaciones contigoo.
 
Subaru: ¿? ¿Qué dices de Petra?
 
Meili: No es nadaa. Dejando eso de lado, quieres preguntarle a la onee-san desnuda algunas cosas, ¿verdaad?
 
Girando el rostro hacia otro lado, Meili se levantó y empezó a empujar la espalda de Shaula. Seguramente no por la fuerza de sus pequeños brazos, pero Shaula avanzó alegremente y tomó asiento justo frente a él e inclinó ligeramente la cabeza.
 
Shaula: Puede que me falte experiencia, pero cuídeme.
 
Subaru: Es una actitud muy admirable la tuya. Bueno, ahora pasemos al asunto de los regalos de boda… ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡¿Emilia-tan?! ¡¿Beako?! ¡¿Por qué me pellizcan ambos lados?!
 
Emilia: Por nada.
Beatrice: No es nada, de hecho.
 
Aunque dijeran que no tenían ninguna razón, ambas querían hacer algo más que pellizcarle el costado, pero dudaron en llevar las cosas más allá.
De todos modos, Subaru tosió para que todo volviera a su cauce, y nuevamente se giró hacia Shaula.
 
Subaru: El tipo de arriba es inequívocamente Reid Astrea. El propio hombre lo admitió así. Así que te pido a ti, como testigo vivo de aquella época, que nos ilumines. ¿Qué clase de tipo era?
 
Shaula: Era basura humana.
 
Subaru: Te escuché la primera vez, y de hecho, incluso lo vi en acción.
 
Torciendo los labios, mostró una expresión impropia de una dama tan bella como ella mientras recordaba a su difunto "amigo". Dejando de lado que ese mismo "amigo" fallecido estaba sentado en el mismo edificio, pero en el piso de arriba, los recuerdos que tenía de él parecían definitivamente no ser agradables.
Ella se desmayó al verlo, e incluso de la boca le salió espuma; así que eso no fue una sorpresa.
 
Subaru: Tenemos que pasar a través de él, sea como sea. Me encantaría recibir aunque sea una sola pista sobre cómo superar el Examen del segundo piso.
 
Ram: Así que, por favor, cuéntanos todo lo relativo a él. La personalidad del Santo de la Espada Reid, sus hábitos, sus relaciones, sus gustos, qué no le gusta, su forma de ser, sus debilidades… Sí, queremos saber su debilidad. Dilo ya.
 
Shaula: ¡Están siendo superduros conmigo! ¡Si supiera cuál es su debilidad, me hubiera vengado! O sea, ¡no tiene ninguna debilidad!
 
Ram: Tch, inútil.
 
Shaula: Esta niña se cree por encima de mí más que el Gran Maestro…
 
Tal vez ella sí tenía orgullo como Sabia, pero pareció ofenderse por la actitud prepotente de Ram.
 
Subaru: ¿Qué demonios estás haciendo escondiéndote? Definitivamente eres más fuerte que ella.
 
Shaula: No se trata de quién es superfuerte o quién es superdébil. De alguna manera, mis instintos me dicen que haga esto. Tal vez es el Gran Maestro quien tiene miedo. Ese sentimiento de miedo me está afectando, porque somos uña y carne.
 
Subaru: No me eches la culpa de tu falta de coraje.
 
Incapaz de calmarse por sentir que algo suave le presionaba la espalda, Subaru agarró el pescuezo de Shaula y tiró de su renuente cuerpo para ponerlo de nuevo donde estaba.
Y así, la sesión de preguntas y respuestas se reanudó, pero…
 
Emilia: Esto… Al final, Shaula no sabe mucho sobre el Examen, ¿verdad?
Shaula: No es que no lo sepa. Sólo sé que aún no es el supermomento de contarlo todo. O sea, creo que todo se revelará cuando se conquiste la torre.
Emilia: Ya veo… Estoy muuuy emocionada.
Subaru: No juegues con la inocente Emilia.
 
Ram: Aunque no conozcas las debilidades del Santo de la Espada, él tiene hábitos, ¿verdad? Si tiene un patrón de lucha, por ejemplo, podríamos idear una forma de combatirlo.
Shaula: Hábitos, ¿eh? Ahora que lo dice, ¡cada vez que intentaba matarlo por acoso sexual, tenía el valor de rascarse el culo mientras se defendía! ¿No es eso un superpatrón?
Subaru: Sólo te estaba tomando el pelo.
 
Beatrice: En primer lugar, la condición para superar el Examen es ambigua, supongo. No hay duda de que Emilia fue reconocida, debe haber otra condición… cuyo cumplimiento también nos proporcionaría su reconocimiento, de hecho.
Shaula: Creo que su superdebilidad son las chicas bonitas. Supongo que, si pasa una chica superbonita, podría ayudar.
Subaru: Eso significa que Julius y yo tendremos que quedarnos atrás, ¿eh? Es una condición bastante dura.
Beatrice: S-Subaru quizás sea capaz de pasar, si se esfuerza, como cegándolo, definitivamente, de esa manera, creo que tal vez realmente podría pasar, supongo!
Subaru: ¡Eres tan condenadamente linda!
 
Y, en medio de las muchas preguntas y respuestas innecesarias y poco útiles, Beatrice había intentado que Subaru no se sintiera herido, a lo que Subaru respondió abrazándola y acariciándole la cabeza a Beatrice.
Y mientras estaba en sus brazos dejándose mimar por él…
 
Beatrice: En cualquier caso, Emilia tuvo éxito por casualidad, de hecho. Una simple coincidencia. Ese hombre bajó la guardia por casualidad y ella pudo golpearlo por casualidad, supongo.
 
Subaru: ¿Y cómo supones que pasó eso?
 
Beatrice: Si Emilia hubiera querido matarle, ese hombre no habría sido golpeado, de hecho. Por lo tanto, fue el descuido de ese hombre lo que llevó a la victoria de Emilia, supongo.
 
Emilia: ¿Eh? ¿Acabo de ser elogiada?
 
Beatrice: Te he elogiado, de hecho.
 
Emilia: Ah, justo lo que pensaba. Juju, gracias. Me hace muuuy feliz.
 
Emilia se alegró por el cumplido de Beatrice, mientras Subaru comenzaba a acariciar su cabeza aún más.
Era una situación bastante complicada, pero aun así había algo de lo que reírse y alegrarse.
 
Subaru: Pero es bastante genial pensar que su habilidad para contrarrestar depende de la cantidad de intención de matar. Conque así es, ¿eh? Cuanto más en serio vas sobre eso, tanto más.
 
Ram: … Miremos lo que dice Barusu desde otro punto de vista: como no sabes hasta qué punto él se puede poner serio, es mejor no dejar que se ponga serio.
 
Subaru: ¿No dejar que se ponga serio?
 
Al percibir sus murmullos, Subaru frunció el ceño hacia Ram. Al recibir esa pregunta, ella se quedó pensativa y dijo Así es antes de contestar.
 
Ram: Emilia-sama fue reconocida porque creó una condición y la cumplió… La condición para superar este Examen es bastante voluble, ¿no?
 
Subaru: Pienso lo mismo sobre los detalles difusos de las condiciones. Reflejan muy bien el temperamento del examinador.
 
Ram: Por eso, creo que lo mejor es entretener al examinador y, de paso, plantear condiciones que puedan servir para el Examen. Además, uno tiene que derrotar al examinador para avanzar al 2º piso.
 
Subaru: …
 
Asimilando las palabras de Ram, Subaru sintió que lo entendía un poco mejor.
Emilia había propuesto la condición de «sin mover un solo paso»; y entonces, a través de un gran esfuerzo junto con una pizca de suerte, ella había obtenido su victoria. Teniendo en cuenta el descuido de Reid, fue una victoria con unas condiciones realmente flojas. Obtener la victoria a través de la destreza física debería ser considerado como imposible después de esto.
 
Subaru: Aun así, no creo que pueda ganarle siquiera en un duelo de piedra-papel-tijera.
 
Emilia: Así que tenemos que encontrar una condición que convenza a Reid para que la acepte, y luego hacer lo mejor que podamos… Tal como pensaba, este Examen es uno realmente duro en el que tienes que pensar, ¿eh?
 
Subaru: Más que duro, yo diría que éste es un tipo de acoso diferente comparado con el del tercer piso.
 
El primer Examen fue de sabiduría (de otro mundo), y después vino el Examen de fuerza de combate (al nivel de los más fuertes del mundo), pero parecía que el tema principal de este Examen era otra cosa.
En otras palabras, aunque el Examen del segundo piso era diferente al del tercer piso, era un hecho indiscutible que la naturaleza de estos dos Exámenes mostraba cuán perverso era el creador de la atalaya, el evasivo Sabio.
Lo que quedaba era…
 
Shaula: … ¿No está bien así? O sea, si no tienen prisa, tómenlo con supercalma.
 
Subaru: Aunque digas «con calma»…
 
Shaula miró a todos los que estaban ocupados con sus propios pensamientos; e, inclinándose de izquierda a derecha mientras estaba sentada con las piernas cruzadas, habló de manera despreocupada. En respuesta, Subaru y los demás fruncieron el ceño hacia ella, pero ella se lo tomó todo con calma mientras se dejaba llevar por el sentimiento de diversión que mostraban sus ojos brillantes.
 
Shaula: Estaría superbien que el Gran Maestro y todos los demás se queden aquí para siempre jamás. Porque he estado esperando que el Gran Maestro vuelva a casa durante cientos de años.
 
Subaru: Esto…
 
Shaula: Pueden tomarse el tiempo que quieran, todo el que quieran, para superar los Exámenes. Siempre estaré velando por ustedes; sin importar cuántos días, años, o incluso siglos lleve.
 
Eran palabras de las que no podían reírse, por el peso que tenían.
En ese tono ligero y en esa suave sonrisa, ella transmitió a todo el mundo… no, sólo a Subaru ―a quien le tenía cariño, el peso de cientos de años.
 
El peso de haber sido ordenada por el Sabio a vivir en la atalaya, y a protegerla.
 
Shaula lo había dicho.
Estaba prohibido salir de la torre sin terminar los Exámenes. Y si eso se violaba, entonces ella no tendría piedad, aunque fuera su querido Gran Maestro, y aunque fuera el actual objetivo de su cariño: Subaru.
 
Aunque se proclamaran palabras de amor y aunque mantuvieran una relación amistosa, eso no significaba que fueran aliados.
La Guardiana de las Estrellas de la Atalaya Pléyades Shaula no era más que otro――
 
Shaula: ¡Está bien quedarse aquí y divertirse conmigo!
 
――obstáculo para los que desean superar los Exámenes, tal como uno se daría cuenta por su sonrisa.