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Aer
Corrección y edición
Miguel
Carlos
Pretinaverse
※ ※ ※ ※ ※
Poco a poco, fue
consciente de una sensación de entumecimiento que provenía de su brazo.
Lentamente, pero sin cesar, las marcas de los arañazos de la mortal agonía de Meili empezaban a desaparecer y sanar bajo la manga de Subaru, quien, al darse cuenta de que se estaba curando, apartó la mirada de su propia manga.
『 Subaru: … Vaya, esta
sala sí que es tan magnífica como se decía. 』
Le habían dicho que el
espíritu que residía en esta sala llena de hiedras curaría las heridas de los
seres vivos. Sin embargo, como Subaru no había tenido la experiencia de visitar
la habitación con algún golpe hasta ahora, había dudado de su eficacia.
Mientras disfrutaba de la sensación de que sus heridas estuvieran siendo realmente sanadas, comenzó a reconsiderar que hubiera sido desconfiado innecesariamente.
《 Meili: Con lo que me
había esforzado con ese DYING MESSAGE…
Cielos santo, onii-san es horriblee. 》
『 Subaru: … 』
《 Meili: Pero menos mal
que Beatrice-chan llegó a una conclusión equivocada, ¿verdaad? Gracias a ella,
las pruebas irrefutables en tus brazos desapareceráán. 》
A Subaru le molestaba el
fantasma de la niña que le hablaba incesantemente dentro de su cabeza.
Pero lo que realmente le molestaba era que las palabras de la niña calaban hondo en su corazón, hasta el punto en que era imposible decir que no reflejasen los pensamientos internos de Subaru.
No sabía si el fantasma
de esta niña estaba desatado por ser parte de Subaru, o porque su espíritu le
había literalmente poseído tras leer su Libro
de los difuntos.
Pero lo que sí sabía era
que, fuera cual fuera el motivo, no debía prestar atención a lo que decía la
niña. No debía escucharla. Sólo eso le producía fastidio.
Así pues, Subaru cerró
conscientemente su mente al sonido de esas incesantes alucinaciones.
Sin embargo, cuanto más intentaba recluirse en su propio caparazón, más ruidosa y habladora se volvía la fantasma, volviéndose cada vez más pícara al burlarse de Subaru.
Lo más molesto era…
《 Meili: Ahora mismo, ya
no tienes a Beatrice-chan a tu lado, ¿verdaad? Ya que nadie se interpone en tu
camino, ¿por qué no te deshaces de esa chica dormilonaa? 》
『 Subaru: … Gh. 』
《 Meili: Ju ju… No pongas
esa cara de estar a punto de lloraar. Que intentes ignorarme, pero no puedas, te
hace realmente adorable, onii-san. 》
La voz de la niña invisible
fue escuchada por Subaru como si fuera un susurro en su oído.
Si cerraba los ojos, casi parecía que pudiera ver a la niña apoyándose suavemente en la espalda de Subaru mientras ella le susurraba al oído esas dulces palabras acompañadas de dulces suspiros.
Le habían llevado a la
sala del espíritu para que descansara, y se le volvió a presentar la misma
elección que cuando estaba sosteniendo el Libro
de los difuntos.
Beatrice se fue para decirle a Emilia y a los demás que Subaru había dejado la biblioteca de Taygeta, y que lo había traído a esta sala. Ahora mismo, en este momento en el que nadie más podría ver qué estaba sucediendo, Subaru tenía ante sí a una chica que seguía durmiendo sobre una cama de hiedras, como si de una ofrenda se tratase.
『 Subaru: … Rem. 』
Aunque dijera su nombre
en voz alta, ninguna emoción surgía dentro de Subaru.
No tenía recuerdos de ella. Lo único que sabía de ella era su nombre, que era la hermana gemela de Ram y que era una de las compañeras de Emilia. Habían venido a esta torre buscando la forma de despertarla de su largo letargo.
——Quería saber más que
eso.
《 Meili: Ya sabes cómo, ¿no?
Sólo tienes que elegir hacerlo o no haceerlo. 》
La tentación de la dulce
muchacha le recordó a Subaru, tanto si estaba dispuesto o no a ello, el plan de
los Libros de los difuntos.
Aunque ella se encontrara ahora en un sueño profundo, sin duda tuvo algún tipo de relación con Subaru cuando ella tenía buena salud. Si usara el poder de su Libro de los difuntos, podría averiguar qué tipo de relación y sentimientos tenía hacia Subaru.
Sobre todo, podría
quitarle la vida mucho más fácilmente que a Meili.
Estando ella en coma, Subaru podría asfixiarla con tan sólo taparle el rostro con un paño húmedo. Debía hacerlo urgentemente, urgentemente, urgentemente, urgentemente, urgentemente…
『 Subaru: … ¿Soy idiota?
Sí, definitivamente lo soy. 』
Conteniendo la
impaciencia que desbordaba de su brazo, Subaru se replanteó esa estúpida idea.
Llevar a cabo inmediatamente algo así no sería sabio. Saltar ante la situación que había delante de sus ojos, como si babeara, no tendría sentido si no hubiese algo a continuación.
Matar era el método.
Subaru deseaba descubrir qué era lo que todos creían de verdad de él.
En cuanto a cómo conseguir dicho resultado, éste era también un buen momento para tratar de saber cómo lo haría y apresurar los asesinatos.
¿Acaso no había pensado
en la Biblioteca Taygeta que, si iba a llevar a cabo su plan de los Libros de los difuntos, necesitaba
escoger cuidadosamente el orden correcto para poder eliminar a la gente?
『 Subaru: Julius, Emilia,
Shaula, Ram, Echidna, Beatrice, Rem… 』
Excluyendo a Meili,
Subaru contó con los dedos y enumeró a las personas que permanecían dentro de
la torre en el orden en el que preferiría conseguir sus respectivos Libro de los difuntos si fuera posible.
Ese orden se basaba en quién sería más probable que se convirtiera en un obstáculo para su ejecución del plan de los Libros de los difuntos.
Es decir, que si actuara precipitadamente sin seguir esta lista de objetivos que se le había ocurrido, fracasaría——y no quería meter la pata.
《 Meili: Si no lo haces,
acabarás perdiendo la oportunidad de matarlos, ¿eeh? Qué miedo. 》
『 Subaru: … 』
Guardó silencio ante la
fantasma parlanchina, la cual parecía insatisfecha.
No obstante, aunque intentase dirigirle unas palabras, su comportamiento no cambiaría. Seguiría siendo igual.
No era que Subaru
quisiera matar a Emilia y a los demás.
Pero, si tenía que matarlos, quería hacerlo sólo una vez.
Sólo una vez, sólo una vez estaba bien. Y sólo si tenía un plan completo.
『 Subaru: … 』
Y así, con eso en mente,
Subaru suspiró mientras unos penetrantes ojos amarillos le miraban.
La mirada provenía de la figura sentada justo al lado de la chica dormida en la sala del espíritu——es decir, de su dragona de tierra negro azabache, Patrasche.
La mirada de Patrasche
parecía llena de preocupación y melancolía mientras observaba al agotado
Subaru.
Podría ser que, antes de abandonar este lugar por un tiempo, Beatrice le hubiera dicho «No pierdas de vista a Subaru, de hecho».
Mientras los ojos de Patrasche estuvieran fijos en él, por muy frustrado que se sintiera, sería incapaz de cometer ningún acto violento contra la chica durmiente. En ese sentido, le gustaría dar las gracias a Patrasche por haber hecho que no tomase una decisión precipitada en este asunto.
Pero, después de leer
aquel Libro de los difuntos, Subaru
se estaba volviendo incapaz de confiar sólidamente en nadie, ni
siquiera en Patrasche, por quien había sentido un gran afecto.
『 Subaru: … ¿Esto también
estaba dentro de tus planes, «Natsuki
Subaru»? 』
Quería creer en ellos;
pero, cuanto más reflexionaba sobre sus verdaderas intenciones, más se aislaba
Natsuki Subaru dentro de este mundo paralelo en el que no tenía a nadie a quien
recurrir.
¿No se debía esto claramente al despiadado juego presentado por el retorcido «Natsuki Subaru»?
『 Subaru: … 』
Poco a poco, los
arañazos causados por Meili continuaron sanando.
Mientras saboreaba la sensación de que sus dolores se desvanecían, Subaru se subió la manga hasta el lugar donde estaban grabadas las dolorosas cicatrices que mostraban el mensaje «Natsuki Subaru estuvo aquí». Se pasó las uñas por encima de las costras, y se dio cuenta de que también se estaban curando.
No le importaba que los
arañazos que servían como prueba de los horribles actos criminales cometidos
por él —no, más bien, cometidos por su otro yo— estuvieran
desvaneciéndose.
Sin embargo, el mensaje que señalaba a su otro yo era la única cosa que no se podía borrar.
『 Subaru: Este MESSAGE también. 』
La herida que había sido
grabada en su brazo izquierdo, y también la de su brazo derecho, habían sido
formadas de manera similar.
En su aún raro brazo negro moteado por manchas oscuras, había una herida que no había estado allí al principio. Se la grabó ahí, como devolviendo el favor de la herida que su otro yo le había grabado en el brazo izquierdo.
——¿Quién eres?,
tenía esa pregunta grabada en él como una herida.
『 Subaru: … 』
Y así, mientras se hería
a sí mismo sin darle importancia a su propio cuerpo, al mismo tiempo Subaru era
incapaz de reconocer algo.
『 ???: —ϡ 』
El hecho de que
Patrasche estuviera mirando con pena la herida que había quedado en el brazo de
Subaru como resultado de su propia autolesión.
Aunque las heridas que Meili le había infligido desaparecieran, si mirasen las manos de Meili verían evidente que habría muerto luchando, tratando desesperadamente de protegerse de quien la había asesinado.
La lógica de pensar que había ocultado a todos el asesinato de Meili se basaba enteramente en su terriblemente descuidada limpieza posterior.
Bastaría con que un
engranaje se derrumbara para que todo se pusiera en marcha.
El actual Subaru se sentía como una marioneta colgando desde lo alto de una torre mecánica construida sobre un fino suelo de hielo y apartando el rostro de la raíz de sus problemas: un gracioso payaso que luchaba desesperadamente por mantener el equilibrio.
Sin embargo, la
actuación de este gracioso payaso se ganaría finalmente una bajada del telón
sin encontrar más obstáculos en su camino.
Y eso era porque…
Por suerte para él, el
cadáver de Meili Portroute no había sido encontrado en ninguna
parte.
『 Subaru: … 』
En la mesa de la cena
había un ambiente terriblemente tenso mientras todos se miraban entre sí.
Esto se debía sobre todo a la peligrosa circunstancia en la que se encontraban——la mitad de ellos reconocía que ya era demasiado tarde para Meili, a quien habían buscado desesperadamente y sin éxito.
Aunque eran demasiado
pocos como para calificar su búsqueda como una «estrategia de oleada humana»[1],
se habían dividido en grupos y todos se movilizaron para poder buscarla. Como
resultado, habían pasado casi medio día intentando encontrarla sin hallar ni un
solo rastro.
La sensación de que todo había sido en vano había crecido. Era comprensible que muchos de ellos estuvieran bajo mucho estrés.
『 Ram: Todo ha ido mal
desde que llegamos a esta torre, ¿eh? 』
『 Subaru: … Aunque estemos
pensando eso, no hace falta dejar tan en claro lo que no se ha dicho. 』
Mientras masticaba su
cena, que consistía en algo parecido a pan seco, Subaru masculló esas palabras
mirando fijamente a Ram, quien lucía cada vez más cansada.
Al recibir las protestas de Subaru, Ram se encogió de hombros con una mirada inexpresiva adornando su rostro. Sin embargo, incluso para su habitual calma y compostura, un aura de fatiga se desprendía de ella.
Y no era sólo Ram: todos en la torre estaban en el mismo estado.
『 Emilia: Por si acaso…
fui a preguntarle primero a Reid sobre ella, pero me dijo que no la había
visto. Dijo que nadie había ido allí desde ayer, y que se estaba aburriendo… No
creo que mintiera. Meili vio cómo era Reid, así que no creo que fuera allí sola. 』
『 Beatrice: Es difícil
imaginar que incluso ese arrogante hombre dañaría a una chica de esa edad…
aunque, por aterrador que sea, no puedo asegurarlo, supongo. Pero Betty piensa
lo mismo que Emilia, de hecho. 』
Emilia y Beatrice
intercambiaron palabras entre ellas respecto al hombre pelirrojo y con un
parche en el ojo que custodiaba el segundo piso.
Aunque lo único que Subaru recordaba sobre aquel hombre era que le había torturado, Emilia se enfrentó a él y, más o menos, le escuchó sin problemas. Parecía que había conseguido volver ilesa.
Sintiendo alivio por ello, Subaru sacudió la cabeza.
No había razón para que
sintiera tal alivio, o más bien no tenía derecho a sentirlo considerando lo que
había sucedido antes.
Ni siquiera sabía si tenía derecho a consolar a Emilia.
『 Echidna: … ¿Puedo
mencionar una cosa? Puede sonar cruel, pero quisiera proponer algo, aunque
acaben gritándome por ello. 』
Echidna levantó la mano
tras terminar su escasa cena apurando la insípida sopa en su plato.
Y entrecerrando sus ojos turquesa mientras miraba a todos alrededor de la mesa…
『 Echidna: Creo que
deberíamos… parar de buscar a esa niña, Meili… y, a partir de mañana,
deberíamos centrarnos en intentar conquistar de nuevo esta torre. ¿Qué opinan
al respecto? 』
『 Emilia: ¡Gh! ¡No haremos
tal cosa! ¿Qué pensaría Meili de nosotros? 』
『 Echidna: Ya es demasiado
tarde; es imposible que ella pueda pensar o sentir algo. Así lo confirmó
Natsuki-kun tras leer su Libro de los
difuntos. Estoy en contra de seguir buscándola. 』
Emilia había sido la
primera en oponerse a la propuesta de Echidna, de la que podría decirse que era
realista y sensata. Sin embargo, la expresión de Echidna no vaciló al escuchar
el argumento de Emilia, la cual era puramente fruto de sus emociones.
Sin embargo, en nombre de la enmudecida Emilia, Beatrice dijo 『 Espera, supongo 』 para interceder.
『 Beatrice: Tu punto de
vista parece tener sentido en un principio, de hecho. Pero me parece bastante
repentino que lo menciones, supongo. ¿Por qué quieres detener la búsqueda de
Meili, de hecho? 』
『 Echidna: … ¿Tan extraño
te parece? Los suministros de alimentos que trajimos a esta torre son limitados
y, a medida que pasen los días, permanecer aquí se volverá cada vez más duro
para todos en ambas facciones. Si nuestra estancia se alarga mucho, es de
esperar que se envíe un grupo de búsqueda para encontrarnos. 』
『 Ram: Naturalmente.
Emilia-sama y Anastasia-sama… bueno, su interior ahora mismo es distinto, pero
ambas son estimadas candidatas a la Selección Real. Ni siquiera deberían estar
en esta torre, en medio del mar de arena. 』
Beatrice y Ram empezaron
a mostrar una actitud algo tibia por la propuesta de Echidna.
Tal sugerencia que se basaba en la lógica sirvió de detonante para opiniones más frías, intensificando lo tenso que era el ambiente en la reunión para cenar.
『 Shaula: Cómo decirlo…
Qué mal ambiente~. A mí me da superigual; pero, si van a discutir, preferiría
que lo hicieran lejos del Gran Maestro y de mí. En cuanto a mí, voy a construir
una familia feliz con el Gran Maestro, sólo nosotros dos. ¡Primero una hija
mayor y luego dos hijos varones menores! 』
No se dignó en contestar
a Shaula, que se había deslizado al asiento que había justo a su lado mientras
parloteaba, sacando la lengua ante el tenso ambiente que la rodeaba. Ella
también había mostrado este tipo de actitud en la biblioteca.
Shaula había presionado a Subaru para que escogiera en la biblioteca; ¿qué era lo que quería que Subaru le respondiera? Como ella se refería a Subaru como su Gran Maestro y lo idolatraba completamente, ¿hasta dónde llegaría por él?
——¿Hasta dónde le obedecería, si Subaru le diera una orden?
『 Julius: Deberíamos dejar
de discutir. 』
Con la angustia grabada
en su apuesto rostro, Julius rompió el tenso ambiente que los rodeaba.
Colocó su brazo delante de Echidna y miró a Beatrice y Ram.
『 Julius: Beatrice-sama,
señorita Ram; como miembro de su facción, me disculpo profundamente por las
descuidadas palabras de Echidna. Sin embargo, no malinterpreten lo que quiso
decir. No hizo tal propuesta teniendo en mente sólo la lógica, sin ningún otro
sentido. 』
『 Echidna: Julius,
detente. Decir eso sería… 』
『 Julius: Puede ser que la
facción de Emilia-sama haya perdido a la niña que nos acompañaba hasta aquí. Se
puede sentir ese dolor. Si es posible, deberíamos ser más comprensivos en esta
situación. 』
Al escuchar los sinceros
comentarios de Julius, Echidna se abstuvo de seguir hablando. Julius se volvió
de nuevo hacia Beatrice y los demás.
『 Julius: Por ahora, el
cuerpo de Anastasia-sama ha sido poseído por el espíritu de Echidna. Es cierto
que no podemos encontrar una forma de recuperar a Anastasia-sama a su estado
anterior… pero, también hay otros problemas: Echidna está, a cada momento,
consumiendo el Od de Anastasia-sama. 』
『 Emilia: Su Od… Entonces,
¿siempre lo ha estado consumiendo? ¿Siempre ha sido así, desde que
Anastasia-san se volvió incapaz de despertar? 』
『 Julius: … Efectivamente.
Imagino que por eso quiere apresurarse en tomar prestada la sabiduría del Sabio
conquistando esta torre. 』
Los demás reaccionaron
conmocionados al escuchar el secreto de Echidna dicho en voz alta por Julius.
Al haber sido revelado su secreto por alguien de su misma facción, Echidna se encogió de hombros ante la gente que la miraba fijamente.
『 Echidna: Ya no tiene
sentido ocultarlo. Es como dijo Julius. Yo… esta situación en la que consumo el
poco Od de Ana con tan sólo estar así es perjudicial. Si pudiera, quisiera
devolverle este cuerpo a Ana lo antes posible. 』
『 Emilia: ¿Llegando
incluso a desprenderte de su cuerpo humano, para ser así libre? 』
『 Echidna: Aunque pudiera
liberarme del cuerpo de Ana, mi propia mente está ligada a ella de manera ajena
a mi propia voluntad. No sé hasta qué punto confiarás en lo que te diga, pero… 』
Echidna hizo una pausa y
luego reanudó su discurso.
『 Echidna: En esencia, el
recipiente personal de uno debe contener su propio ser. Aunque sólo se tome
prestado el caparazón exterior, si el interior no es el mismo, se hará jirones
y se volverá antinatural… y eso es sencillamente horrible. 』
『 ¡¡——!! 』
Bajando la mirada, las
palabras de Echidna habían sido implacables, como si se maldijera a sí misma.
Si uno tomase prestado solamente la cáscara exterior, y el interior no fuera el mismo… Eso atravesó profundamente el corazón de Subaru.
『 Echidna: De todas
formas, es por eso por lo que quiero darme prisa y conquistar esta torre. Aun
si no creen en lo que he dicho, pueden dejar que alguien como Beatrice revise
este cuerpo solamente para confirmarlo. Supongo que se dará cuenta enseguida de
lo distorsionada que estoy como espíritu, y de cuánto Od he consumido. 』
Echidna confió a otros
la prueba de su propia situación, sin percatarse de la agitación que rebosaba
en el interior de Subaru debido a sus palabras.
De hecho, tras ser nombrada, Beatrice tomó el brazo de Echidna y sondeó lo que en principio era su cuerpo; confirmando que las palabras de Echidna eran ciertas.
Y al recibir ese resultado…
『 Emilia: … Bien. Entiendo
las circunstancias difíciles en las que se encuentran Echidna y Anastasia-san.
No es de extrañar que quieran apresurarse y subir hasta la cima de la torre… 』
『 Echidna: No sé si esto
te traerá tranquilidad, pero si es como se dice y el Sabio de esta torre es
omnisciente y poseedor de sabidurías esotéricas, entonces es posible que
también conozca el paradero de la niña desaparecida. Entiendo que decir esto
ahora es injusto, pero… 』
『 Emilia: No, no, gracias.
Es mejor que no tener ninguna esperanza. Solo estabas siendo considerada
conmigo y Meili, ¿verdad? 』
『 Echidna: … Tal vez. ¿O
quizá sólo sea porque me preocupo demasiado por mi cuerpo y el de Ana? 』
Al ver que Emilia
parecía dispuesta a aceptar su alegación, Echidna puso cara de incomodidad y
dejó de encararla.
Emilia entrecerró sus ojos amatistas al ver a Echidna reaccionar así. Y, respirando hondo, procedió a hablar.
『 Emilia: Estoy muuuy
preocupada por Meili. Pero también entiendo el punto de vista de Echidna. Así
que, a partir de mañana, vamos a hacer de nuevo todo lo posible para poder
tratar de llegar a la cima de la torre. Por supuesto, voy a seguir buscando a
Meili tanto como pueda, pero… 』
『 Julius: Recuerde no
descuidar la importancia de conquistar la torre, Emilia-sama. 』
『 Emilia: Lo sé… A veces
tienes que pensar por ti mismo en qué es importante. 』
Poniéndose la mano en la
mejilla, Emilia se reprendió a sí misma con una firme resolución creciendo en
lo más profundo de sus ojos.
Y entonces, se volvió hacia Subaru, quien había estado observando la conversación como lo haría un espectador. Por un momento, la intensidad de su mirada le dominó, pero las palabras con las que Emilia continuó no le molestaron.
『 Emilia: ¿A ti también te
parece bien, Subaru?
』
『 Subaru: Su… pongo… que
sí. Así Meili también podrá descansar en paz… no, supongo que todos tenemos que
seguir adelante… no, eso tampoco… ¿por qué me lo preguntas? 』
『 Emilia: Porque leíste el
libro de Meili, ¿no, Subaru? La reacción que tuviste justo después de leerlo…
me hace pensar que el más preocupado por Meili eres tú. 』
Emilia se lo recordó. Al
oír sus palabras, Subaru contuvo la respiración.
La mirada de Emilia no era la única dirigida hacia Subaru. Beatrice, Ram, Echidna y Julius miraban a Subaru.
No podía adivinar qué
tipo de intención había tras aquellas miradas.
Sin darse cuenta, Subaru movió los labios siguiendo el espíritu deshonesto que llevaba dentro.
『 Subaru: … Realmente
estoy preocupado. Pero creo que Meili también hubiera querido que siguiéramos. 』
Quizás fue sólo para
poder pronunciar las palabras más superficiales del mundo.
——En medio de la noche,
Subaru se puso en acción, teniendo tiempo por fin para poder actuar libremente
sin que nadie interfiriera.
『 Subaru: … 』
Cuando el grupo terminó
de devanarse los sesos en busca de ideas sobre cómo conquistar el segundo piso
y de establecer un plan firme para mañana, la reunión en la mesa de la cena
terminó y procedieron a irse a dormir.
Era una noche en la que
ocurrió algo imprevisto a uno de sus compañeros.
Naturalmente, recomendaron poner todas las camas en una habitación y dormir juntos, por si acaso. Por eso, todos se habían reunido en una habitación y habían creado una improvisada separación a lo largo de la misma, utilizando una manta a modo de cortina entre el lado masculino y el femenino.
Sin embargo, Subaru fue
la única persona que insistió en dormir dentro de la sala del espíritu,
justificándolo con las secuelas de leer el Libro
de los difuntos.
De hecho, al ver lo anormal que se había vuelto Subaru tras leer el Libro de los difuntos, nadie intentó discutírselo. Por supuesto, Beatrice se mostró muy en contra de dejar que Subaru durmiera solo, pero la sala del espíritu tenía un límite fijo de capacidad.
Sintiéndose muy preocupada, Beatrice tuvo que retirar su oposición, cediendo a la voz temblorosa de Subaru.
Más que por la destreza
interpretativa de Subaru, probablemente había sido por su rostro terriblemente
pálido.
Subaru era consciente de que se encontraba en un estado terrible, y de que era un milagro que no se hubiera desmayado aún.
《 Meili: «Creo que
Meili también hubiera querido que siguiéramos». Menudo actor estás hecho,
¿eeh? 》
『 Subaru: … 』
《 Meili: Ju ju, no te
enfadees. No es sarcasmo; te elogio porque lo pienso de verdaad. 》
Subaru pensó que ella
había estado sorprendentemente callada durante la reunión en la mesa de la
cena, y se preguntó si ella se había enfadado por la mentira descarada que
había dicho al final; pero el fantasma de ella rompió su silencio aparentando
buen humor repetidamente.
Aunque Subaru se negase a escuchar a esta molesta alucinación, taparse los oídos ante su voz no tendría ningún efecto. Esa dulce voz seguiría causándole molestias, al igual que lo hacía el sonido de las uñas arañando una pizarra.
《 Meili: Entonces… ¿esta
noche no te vas a ocupar del cuello de la onee-san de pelo azuul? 》
『 Subaru: … 』
La fantasma insinuaba
repetidamente a Subaru, que había esperado a que oscureciera para entrar en
acción, sobre la existencia de la bella durmiente en la sala.
La tentación de la fantasma era idéntica a la de hace varias horas atrás, y la respuesta de Subaru también lo era.
『 Subaru: Aún no es su
turno. 』
Diciendo esto, Subaru
salió de la sala, sin siquiera mirar al rostro de la bella durmiente.
En ese momento, sus ojos se fijaron en los de Patrasche, quien había abierto ligeramente los ojos. Manejó la situación llevándose el dedo a los labios, haciéndola callar con un gesto que le indicaba que guardara el secreto.
No sabía hasta qué punto se había transmitido su intención a su compañera reptiliana, pero tenía la sensación de que Patrasche era más inteligente que los perros o los caballos. Lo fuera o no, estaría bien que permaneciera en silencio.
『 Subaru: … 』
Después de asegurarse de
que había conseguido estar solo, Subaru empezó a moverse en plena noche… pero
no era para acabar con la vida de sus compañeros dormidos y poner en práctica
así el plan de los Libros de los difuntos.
Por supuesto, también había considerado cuidadosamente ese plan. Con las habilidades de Subaru, lo mejor para ese plan serían ataques sorpresa, y se podría decir que la mejor oportunidad sería cuando durmieran.
Sin embargo, aún era demasiado pronto. Era un último recurso, un acto que iba en contra de la humanidad, que no debería realizar a menos que le obligaran.
Entonces, ¿con qué
propósito había empezado Subaru a actuar en plena noche?
Era para…
《 Meili: … ¿Qué harás con mi
cadáveer? 》
Al darse cuenta de hacia
dónde iba Subaru, la voz de la niña le planteó esa pregunta como si estuviera
detrás de él.
Subaru no le respondió, pero la dirección hacia la que caminaba era como una confirmación a su pregunta.
——Subaru estaba actuando
para deshacerse del cuerpo aún oculto de Meili.
『 Subaru: … 』
Si esto se podía
calificar como una historia ridícula o una situación afortunada; en cualquier
caso, no tenía otra opción.
Que Emilia y los demás no hubiesen encontrado el cuerpo de Meili hoy no debería ser llamado nada más que un complot del diablo en lugar del plan de Dios.
Pensándolo bien, con
respecto a esta abrupta situación, su ocultación estaba llena de imperfecciones
que saltaban a la vista, hasta el punto de que quería maldecirse a sí mismo por
su propia torpeza.
Por inesperado que fuera, no la habían encontrado. Eso le había salvado. Sin embargo, mientras se empeñasen en conquistar la torre a partir de mañana, no sería nada extraño que encontrasen por casualidad algo que se les hubiera escapado.
Esperaba que, como
mínimo, Emilia no abandonase la búsqueda de Meili.
Viendo que era una muchacha sin ningún conflicto propio, su corazón no se rendiría hasta resolver la situación. Era fácil de imaginar que reanudaría la búsqueda de la niña desaparecida.
Por lo tanto, era
necesario que Subaru estuviera tranquilo.
Si no podía estar tranquilo, no podría sentar las bases de su éxito. A menos que preparase los cimientos, no podría construir su castillo en el futuro. Y si no podía construir los cimientos, no podría alcanzar su futuro.
Para la paz mental de
Natsuki Subaru, la existencia de Meili Portroute era un obstáculo.
《 Meili: Supongo que ahora
te sientes… aún más inquieto dentro de tu cabezaa. 》
Hizo oídos sordos a sus
palabras. Acababa de dejar clara su afirmación de que se interpondría en su
camino. Él se negaba rotundamente a permitir que eso sucediera.
Mientras Subaru se movía
de manera sigilosa por la noche, asegurándose de no llamar la atención, llegó a
la habitación donde escondió el cadáver de Meili.
Aunque todas las habitaciones de esta zona parecían iguales, se podía ver una decoloración en la pared de piedra cercana a la entrada de ésta, por lo que la habitación era fácil de identificar a través de este punto de referencia.
『 Subaru: Sinceramente,
esto va a dejar un mal sabor de boca… 』
Sacarla de la torre a
través de la entrada al desierto y enterrarla en la arena sería lo mejor.
Seguiría descomponiéndose si se la dejaba unos días más dentro del edificio. Y, aunque la temperatura no fuera demasiado alta ni demasiado baja, no se podía esperar que un cuerpo, una vez cesadas sus funciones biológicas, evitase la descomposición.
De hecho, si quería no
tener que verlo de nuevo, lo mejor sería llevárselo lejos de la torre, por muy
molesto que fuera, y convertirla en comida para las mabestias que merodeaban
fuera.
Sin embargo, imaginó cómo eso pesaría en su corazón. Era una decisión imposible.
『 Subaru: … 』
Al fondo de la oscura habitación,
estaba consagrado un bulto cuadrado de roca. En el lado opuesto, su cadáver
estaba oculto.
Era una manera terriblemente infantil de esconder, no era posible pasarlo por alto si se miraba a conciencia.
Sintiéndose patético por haber perdido la cabeza, Subaru se dirigió al otro lado de la piedra.
Y allí, el cadáver de
Meili de aproximadamente medio día…
『 Subaru: … ¿Qu—? 』
Dijo eso sin querer.
Su cabeza no podía entender lo que estaba viendo ante sí.
Al otro lado de aquella
piedra… no había absolutamente nada.
Por lo menos, había hecho arreglos con el cuerpo de la niña, cerrándole los ojos, cruzando sus brazos sobre su pecho. El cadáver de la pobre niña con hematomas que adornaban su pálido cuello… no estaba por ninguna parte.
『 Subaru: ¿Por qué? Estaba
seguro de que la dejé aquí… 』
Se suponía que tenía que
estar aquí.
No podía haberse equivocado de habitación. No había cometido un error tan básico mientras venía a aquí.
Y como no lo había hecho, entonces ¿dónde estaba el cadáver que debería estar aquí?
——¿A dónde había ido a
parar el cadáver de Meili Portroute?
『 ???: … ¿Qué estás
buscando a escondidas a estas horas, Barusu? 』
『 Subaru: ¡¿Gh?! 』
Asombrado, la voz que
provenía desde atrás hizo que su cuerpo se pusiera rígido, y Subaru se giró
temeroso.
Palideciendo, Subaru vio que dentro de su campo de visión——en la entrada de la no tan pequeña habitación se erguía una única silueta.
Era una imponente y
bella chica que estaba de pie con los brazos cruzados, con pelo rosa tan largo
como la cabeza, ojos agudos de color cereza, y un hermoso, pero severo, rostro mirando
hacia Subaru con frialdad.
Con esa sensación fuera de lugar en su pecho, mientras miraba fijamente al petrificado Subaru, la chica —Ram— le miró a los ojos y, con un tono de voz absolutamente frío…
『 Ram: O tal vez debería
llamarte farsante. Un Barusu… un Natsuki Subaru defectuoso. 』
Lentamente, pero sin cesar, las marcas de los arañazos de la mortal agonía de Meili empezaban a desaparecer y sanar bajo la manga de Subaru, quien, al darse cuenta de que se estaba curando, apartó la mirada de su propia manga.
Mientras disfrutaba de la sensación de que sus heridas estuvieran siendo realmente sanadas, comenzó a reconsiderar que hubiera sido desconfiado innecesariamente.
Pero lo que realmente le molestaba era que las palabras de la niña calaban hondo en su corazón, hasta el punto en que era imposible decir que no reflejasen los pensamientos internos de Subaru.
Sin embargo, cuanto más intentaba recluirse en su propio caparazón, más ruidosa y habladora se volvía la fantasma, volviéndose cada vez más pícara al burlarse de Subaru.
Lo más molesto era…
Si cerraba los ojos, casi parecía que pudiera ver a la niña apoyándose suavemente en la espalda de Subaru mientras ella le susurraba al oído esas dulces palabras acompañadas de dulces suspiros.
Beatrice se fue para decirle a Emilia y a los demás que Subaru había dejado la biblioteca de Taygeta, y que lo había traído a esta sala. Ahora mismo, en este momento en el que nadie más podría ver qué estaba sucediendo, Subaru tenía ante sí a una chica que seguía durmiendo sobre una cama de hiedras, como si de una ofrenda se tratase.
No tenía recuerdos de ella. Lo único que sabía de ella era su nombre, que era la hermana gemela de Ram y que era una de las compañeras de Emilia. Habían venido a esta torre buscando la forma de despertarla de su largo letargo.
Aunque ella se encontrara ahora en un sueño profundo, sin duda tuvo algún tipo de relación con Subaru cuando ella tenía buena salud. Si usara el poder de su Libro de los difuntos, podría averiguar qué tipo de relación y sentimientos tenía hacia Subaru.
Estando ella en coma, Subaru podría asfixiarla con tan sólo taparle el rostro con un paño húmedo. Debía hacerlo urgentemente, urgentemente, urgentemente, urgentemente, urgentemente…
Llevar a cabo inmediatamente algo así no sería sabio. Saltar ante la situación que había delante de sus ojos, como si babeara, no tendría sentido si no hubiese algo a continuación.
En cuanto a cómo conseguir dicho resultado, éste era también un buen momento para tratar de saber cómo lo haría y apresurar los asesinatos.
Ese orden se basaba en quién sería más probable que se convirtiera en un obstáculo para su ejecución del plan de los Libros de los difuntos.
Es decir, que si actuara precipitadamente sin seguir esta lista de objetivos que se le había ocurrido, fracasaría——y no quería meter la pata.
No obstante, aunque intentase dirigirle unas palabras, su comportamiento no cambiaría. Seguiría siendo igual.
Pero, si tenía que matarlos, quería hacerlo sólo una vez.
Sólo una vez, sólo una vez estaba bien. Y sólo si tenía un plan completo.
La mirada provenía de la figura sentada justo al lado de la chica dormida en la sala del espíritu——es decir, de su dragona de tierra negro azabache, Patrasche.
Podría ser que, antes de abandonar este lugar por un tiempo, Beatrice le hubiera dicho «No pierdas de vista a Subaru, de hecho».
Mientras los ojos de Patrasche estuvieran fijos en él, por muy frustrado que se sintiera, sería incapaz de cometer ningún acto violento contra la chica durmiente. En ese sentido, le gustaría dar las gracias a Patrasche por haber hecho que no tomase una decisión precipitada en este asunto.
¿No se debía esto claramente al despiadado juego presentado por el retorcido «Natsuki Subaru»?
Mientras saboreaba la sensación de que sus dolores se desvanecían, Subaru se subió la manga hasta el lugar donde estaban grabadas las dolorosas cicatrices que mostraban el mensaje «Natsuki Subaru estuvo aquí». Se pasó las uñas por encima de las costras, y se dio cuenta de que también se estaban curando.
Sin embargo, el mensaje que señalaba a su otro yo era la única cosa que no se podía borrar.
En su aún raro brazo negro moteado por manchas oscuras, había una herida que no había estado allí al principio. Se la grabó ahí, como devolviendo el favor de la herida que su otro yo le había grabado en el brazo izquierdo.
Aunque las heridas que Meili le había infligido desaparecieran, si mirasen las manos de Meili verían evidente que habría muerto luchando, tratando desesperadamente de protegerse de quien la había asesinado.
La lógica de pensar que había ocultado a todos el asesinato de Meili se basaba enteramente en su terriblemente descuidada limpieza posterior.
El actual Subaru se sentía como una marioneta colgando desde lo alto de una torre mecánica construida sobre un fino suelo de hielo y apartando el rostro de la raíz de sus problemas: un gracioso payaso que luchaba desesperadamente por mantener el equilibrio.
Y eso era porque…
※ ※ ※ ※ ※
Esto se debía sobre todo a la peligrosa circunstancia en la que se encontraban——la mitad de ellos reconocía que ya era demasiado tarde para Meili, a quien habían buscado desesperadamente y sin éxito.
La sensación de que todo había sido en vano había crecido. Era comprensible que muchos de ellos estuvieran bajo mucho estrés.
Al recibir las protestas de Subaru, Ram se encogió de hombros con una mirada inexpresiva adornando su rostro. Sin embargo, incluso para su habitual calma y compostura, un aura de fatiga se desprendía de ella.
Y no era sólo Ram: todos en la torre estaban en el mismo estado.
Aunque lo único que Subaru recordaba sobre aquel hombre era que le había torturado, Emilia se enfrentó a él y, más o menos, le escuchó sin problemas. Parecía que había conseguido volver ilesa.
Sintiendo alivio por ello, Subaru sacudió la cabeza.
Ni siquiera sabía si tenía derecho a consolar a Emilia.
Y entrecerrando sus ojos turquesa mientras miraba a todos alrededor de la mesa…
Sin embargo, en nombre de la enmudecida Emilia, Beatrice dijo 『 Espera, supongo 』 para interceder.
Tal sugerencia que se basaba en la lógica sirvió de detonante para opiniones más frías, intensificando lo tenso que era el ambiente en la reunión para cenar.
Shaula había presionado a Subaru para que escogiera en la biblioteca; ¿qué era lo que quería que Subaru le respondiera? Como ella se refería a Subaru como su Gran Maestro y lo idolatraba completamente, ¿hasta dónde llegaría por él?
——¿Hasta dónde le obedecería, si Subaru le diera una orden?
Colocó su brazo delante de Echidna y miró a Beatrice y Ram.
Al haber sido revelado su secreto por alguien de su misma facción, Echidna se encogió de hombros ante la gente que la miraba fijamente.
Si uno tomase prestado solamente la cáscara exterior, y el interior no fuera el mismo… Eso atravesó profundamente el corazón de Subaru.
De hecho, tras ser nombrada, Beatrice tomó el brazo de Echidna y sondeó lo que en principio era su cuerpo; confirmando que las palabras de Echidna eran ciertas.
Y al recibir ese resultado…
Emilia entrecerró sus ojos amatistas al ver a Echidna reaccionar así. Y, respirando hondo, procedió a hablar.
Y entonces, se volvió hacia Subaru, quien había estado observando la conversación como lo haría un espectador. Por un momento, la intensidad de su mirada le dominó, pero las palabras con las que Emilia continuó no le molestaron.
La mirada de Emilia no era la única dirigida hacia Subaru. Beatrice, Ram, Echidna y Julius miraban a Subaru.
Sin darse cuenta, Subaru movió los labios siguiendo el espíritu deshonesto que llevaba dentro.
※ ※ ※ ※ ※
Naturalmente, recomendaron poner todas las camas en una habitación y dormir juntos, por si acaso. Por eso, todos se habían reunido en una habitación y habían creado una improvisada separación a lo largo de la misma, utilizando una manta a modo de cortina entre el lado masculino y el femenino.
De hecho, al ver lo anormal que se había vuelto Subaru tras leer el Libro de los difuntos, nadie intentó discutírselo. Por supuesto, Beatrice se mostró muy en contra de dejar que Subaru durmiera solo, pero la sala del espíritu tenía un límite fijo de capacidad.
Sintiéndose muy preocupada, Beatrice tuvo que retirar su oposición, cediendo a la voz temblorosa de Subaru.
Subaru era consciente de que se encontraba en un estado terrible, y de que era un milagro que no se hubiera desmayado aún.
Aunque Subaru se negase a escuchar a esta molesta alucinación, taparse los oídos ante su voz no tendría ningún efecto. Esa dulce voz seguiría causándole molestias, al igual que lo hacía el sonido de las uñas arañando una pizarra.
La tentación de la fantasma era idéntica a la de hace varias horas atrás, y la respuesta de Subaru también lo era.
En ese momento, sus ojos se fijaron en los de Patrasche, quien había abierto ligeramente los ojos. Manejó la situación llevándose el dedo a los labios, haciéndola callar con un gesto que le indicaba que guardara el secreto.
No sabía hasta qué punto se había transmitido su intención a su compañera reptiliana, pero tenía la sensación de que Patrasche era más inteligente que los perros o los caballos. Lo fuera o no, estaría bien que permaneciera en silencio.
Por supuesto, también había considerado cuidadosamente ese plan. Con las habilidades de Subaru, lo mejor para ese plan serían ataques sorpresa, y se podría decir que la mejor oportunidad sería cuando durmieran.
Sin embargo, aún era demasiado pronto. Era un último recurso, un acto que iba en contra de la humanidad, que no debería realizar a menos que le obligaran.
Era para…
Subaru no le respondió, pero la dirección hacia la que caminaba era como una confirmación a su pregunta.
Que Emilia y los demás no hubiesen encontrado el cuerpo de Meili hoy no debería ser llamado nada más que un complot del diablo en lugar del plan de Dios.
Por inesperado que fuera, no la habían encontrado. Eso le había salvado. Sin embargo, mientras se empeñasen en conquistar la torre a partir de mañana, no sería nada extraño que encontrasen por casualidad algo que se les hubiera escapado.
Viendo que era una muchacha sin ningún conflicto propio, su corazón no se rendiría hasta resolver la situación. Era fácil de imaginar que reanudaría la búsqueda de la niña desaparecida.
Si no podía estar tranquilo, no podría sentar las bases de su éxito. A menos que preparase los cimientos, no podría construir su castillo en el futuro. Y si no podía construir los cimientos, no podría alcanzar su futuro.
Aunque todas las habitaciones de esta zona parecían iguales, se podía ver una decoloración en la pared de piedra cercana a la entrada de ésta, por lo que la habitación era fácil de identificar a través de este punto de referencia.
Seguiría descomponiéndose si se la dejaba unos días más dentro del edificio. Y, aunque la temperatura no fuera demasiado alta ni demasiado baja, no se podía esperar que un cuerpo, una vez cesadas sus funciones biológicas, evitase la descomposición.
Sin embargo, imaginó cómo eso pesaría en su corazón. Era una decisión imposible.
Era una manera terriblemente infantil de esconder, no era posible pasarlo por alto si se miraba a conciencia.
Sintiéndose patético por haber perdido la cabeza, Subaru se dirigió al otro lado de la piedra.
Su cabeza no podía entender lo que estaba viendo ante sí.
Por lo menos, había hecho arreglos con el cuerpo de la niña, cerrándole los ojos, cruzando sus brazos sobre su pecho. El cadáver de la pobre niña con hematomas que adornaban su pálido cuello… no estaba por ninguna parte.
No podía haberse equivocado de habitación. No había cometido un error tan básico mientras venía a aquí.
Y como no lo había hecho, entonces ¿dónde estaba el cadáver que debería estar aquí?
『 Subaru: ¡¿Gh?! 』
Palideciendo, Subaru vio que dentro de su campo de visión——en la entrada de la no tan pequeña habitación se erguía una única silueta.
Con esa sensación fuera de lugar en su pecho, mientras miraba fijamente al petrificado Subaru, la chica —Ram— le miró a los ojos y, con un tono de voz absolutamente frío…
[1] En japonés dice 人海戦術 (jinkai-senjutsu), que se refiere a la estrategia de utilizar una gran cantidad de personas para lograr un objetivo o abrumar a un oponente. En este contexto, «人海» (jinkai) significa «mar de gente» o «multitud de personas», y «戦術» (senjutsu) significa «estrategia» o «táctica». Por lo que «人海戦術» se puede traducir al español como «estrategia del mar humano» o «estrategia de oleada humana».