jueves, 10 de septiembre de 2020

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El poder de combate de los no combatientes


Traducción:
Robert
Pretinaverse
DannX
Juanca
Juandavid

Corrección y edición:
Robert (Primera corrección)
Carlos (Segunda corrección)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

Ray: Glotonería———.

Ante la pesadilla que tenía delante, Otto no pudo evitar que sudor frío corriera por su espalda.
El oponente que se identificó como un Arzobispo del Pecado——Otto ya había escuchado el nombre de «Glotonería». Sin embargo, ese nombre era…

Otto: Por lo que escuché, se supone que el nombre del Arzobispo del Pecado de Glotonería es Roy Alphard.

Ray: Vaya, ¿ya nos conociste antes de conocernos? En ese caso, onii-san, aun luciendo normal, es impresionante que no te haya comido. Especialmente cuando todo es una delicia para Roy, el Paladar Vulgar, e~h.

El chico, que decía ser Ray Batenkaitos, se rio de la pregunta de Otto. Al oír esa risa, Otto supo que su terrible idea se confirmaba.

——Entonces hay dos Arzobispos del Pecado de Glotonería.

Otto: No, para ser exactos, al menos dos de ellos.

Ray y Roy; es decir, el dúo formado por Batenkaitos y Alphard. En el peor de los casos, era necesario asumir que eran una pesadilla como el Gran Conejo.
Se suponía que Julius y Ricardo iban a ir a capturar la torre de control ocupada por Glotonería, pero si el que estaba esperando allí no estaba solo, entonces, en lugar de una dura lucha, sería una derrota inevitable.

???: ¡Oye! ¿Estás teniendo una charla amistosa con ese bastardo? ¡Éste no es el momento para eso!

Otto tenía los nervios de punta acompañado de una sensación de ardor en su frente. Lo que interrumpió sus pensamientos en ese momento fue una voz femenina y extremadamente vulgar.

Obviamente Otto también se fijó en la persona dueña de esa voz. Y estaba confundido precisamente porque sabía quién era.

Otto: ¿Por qué está aquí, Felt-sama? ¡Estoy seguro de que Reinhard-san le dijo que se quedara tranquila en un refugio!

Felt: ¡Como si pudiera ignorar la situación en que ha acabado la ciudad y sentarme en un pequeño rincón del refugio!

La chica de pelo rubio y ojos rojos habló valientemente. Una persona que llamaba la atención, sin posibilidad de confundirla con otra persona; era Felt.

Otto: ¿Y con esa inquietud, lo primero con que se encuentra al salir del refugio, es con un Arzobispo del Pecado? Si es así, tiene la misma mala suerte que yo.

Ray: No hace falta ser tan pesimista, onii-san. Para~ nosotros, cualquier encuentro es una especia para disfrutar la gastronomía. Se supone que somos Glotonería, pero entendemos perfe~~ctamente la importancia de una buena preparación—.

Batenkaitos estaba en el centro, con Otto y Felt parados en una posición que formaba un triángulo. En el vértice restante había otra persona con la que Otto parecía estar familiarizado.

Otto: Me alegra verlo de nuevo, Kiritaka-san.

Kiritaka: ¡Oye tú, hay cosas que son difíciles de aceptar cuando se dicen con una voz apagada y ojos muertos! ¡Y tampoco entiendo el sentimiento que me expresas!

A pesar de su presencia, Otto no se alegraba de verlo. Kiritaka estaba cubierto de vendas finas y parecía dolorido.
Cuando Otto escapó de la sede de la compañía Muse en dirección al Ayuntamiento, Kiritaka aún se encontraba con Glotonería, haciendo su destino incierto. Otto se alegraba de que él hubiera sobrevivido a eso, pero los actores en el escenario actual todavía hacían las cosas inciertas.


Otto, Felt y Kiritaka pensaron lo mismo al mismo tiempo: aquí hacían falta combatientes apropiados.

Otto: Tres no combatientes, que se han encontrado con una de las fuerzas principales del enemigo. Qué chiste tan malo. Basta ya, por favor.

Felt: No creo que el resto de mis aliados o los de este «diva-adicto» vayan a llegar pronto. Y lo mismo va para ti, nii-chan, vamos a tener que librar ésta solos.

Felt contestó chasqueando la lengua a las quejas de Otto.
Otto no podía dar ninguna excusa en este momento. Detrás de Felt había un sirviente de aspecto gigantesco que llevaba una apariencia dura. Kiritaka también tenía a su lado algunos miembros de su grupo de mercenarios, Las Escamas del Dragón Blanco.
Otto era el único que había ido a paso ligero y solo.


Ray: ¡No importa cuánta gente se reúna, no podrá saciarnos! ¡Si son ustedes, entonces esta hambre nuestra nunca podrá ser saciada—! A~h, dónde estás, te estamos buscando, queremos conocerte, queremos encontrarte, déjanos conocerte.

Otto y los demás eran pesimistas en cuanto a su fuerza de combate, pero Batenkaitos mostró arbitrariamente su actitud egoísta.
El chico balanceaba sus brazos mientras decía palabras sin sentido con una cara de éxtasis.

Otto: ¿Quieres conocernos? ¿De qué diablos estás hablando?

Otto trató de continuar la conversación retomando sus palabras. Eso suponiendo que Batenkaitos tenga algo de raciocinio.
Si él quisiera, podría derribar a Otto en un instante. Necesitaba ganar tiempo; por poco que fuera.

Ray: Es fastidioso explicarlo tantas veces. No podemos permitirnos que otros nos dividan la boca—. No lo queremos, no lo queremos ¿no?, no lo queremos ¿verdad?, no lo queremos ¿no crees?


Con expresiones severas, Felt y Kiritaka sacudieron sus cabezas ante las palabras de Batenkaitos.
En lugar de ser respondidas, sus palabras parecían ser cuestionadas por varias personas.

Y, mientras esa conversación avanzaba inesperadamente, Otto continuó mirando fijamente aunque sin poder establecer conversación con Glotonería.
Aun así, Otto, con su Protección Divina del Lenguaje del Alma, podía hablar incluso con aquellos seres que no tenían la voluntad de un humano.

Negociemos. No importa cuál sea el desafío, es mejor que el problema que rodea a Subaru.
——Por favor, préstame tu fuerza, Natsuki-san.

Otto: No digas eso; yo podría llegar a ayudarte. Por favor, intenta hablar conmigo. Quieres hablar sobre el Espíritu Artificial mencionado en la demanda, ¿verdad?

Un paso bastante peligroso. Esa elección de palabras y ese tono obstinado podría fácilmente encender la mecha de Batenkaitos. Pero Batenkaitos sacudió la cabeza.
Cuando el joven escuchó las palabras de Otto con la intención de responder a la conversación, se sonrió alegremente.

Ray: Sólo queremos conocer a una persona: el que hizo la transmisión de antes. El héroe que lo hizo, es el que estamos buscando.


Retiro esas palabras.
Después de todo, Subaru no me prestó su poder, y yo tampoco pretendo entregar su nombre.

Ray: Ese amado, amado héroe parece haber venido a emitir su juicio sobre nosotros. Este pequeño pecho, está sufriendo en busca de él—.

Otto: …Me pregunto si ese tipo sería capaz de hacer algo ante la aparición de una persona tan problemática.

Si él realmente estuviera presente, probablemente habría respondido con un «¡sigue soñando!»; pero, en primer lugar, no tenía sentido poner palabras en boca de alguien que ni siquiera estaba aquí.
Ante la reacción de Otto, Felt frunció el ceño,

Felt: ¡Ya~ te dije que sólo perderías el tiempo hablando! Nadie vendería a su familia de todos modos. Ni siquiera alguien tan despiadado como yo haría eso… a no ser que se trate de Reinhard; en ese caso, no lo tengo tan claro.

Otto: ¡Esa evaluación también me da mucho que pensar, pero no diré nada porque vi a Felt-sama en el momento más bajo cuando fue capturada!

La ruda Felt no dijo ni una sola palabra que respondiera a la pregunta de Batenkaitos. Lo mismo ocurrió con Kiritaka.
Ambos se dieron cuenta que la petición de Batenkaitos se refería a Subaru, e inmediatamente la rechazaron.


Esa decisión hablaba muy bien de ellos como personas, pero definitivamente se trataba de una actitud precipitada teniendo en cuenta la situación.
Con esta rápida interacción, Subaru terminó sin ser vendido.

Otto: Esa persona lo echó a perder. Esta chica y los demás sólo están impacientes, y al oír el discurso del héroe que estás buscando, se emocionaron y salieron del centro de evacuación, es todo mera impaciencia.

Felt: ¿¡Qué!?

Kiritaka: Shh——

Las palabras de Otto prácticamente hicieron aparecer líneas azules en el rostro de Felt; y el que la tranquilizó fue Kiritaka.

Como era de esperar del jefe de la compañía Muse, comprendió inmediatamente el plan de Otto. Al mismo tiempo, sus miradas se cruzaron.
Ante eso, Otto le hizo un gesto con la barbilla.

Otto: Si no quieres responder a ninguna pregunta, entonces te guiaré hasta el héroe. Después de todo, aprecio mi vida. Por lo tanto, espero que puedas garantizar mi seguridad.

Ray: ¡¿De verdad?! ¿Lo conoces? ¿Lo sabes? ¡El lugar donde está nuestro héroe! ¡La figura de nuestro querido héroe! ¡Esa persona débil y frágil, incapaz de ayudar en nada a menos que se le apoye!

Otto: ¿——? Lo sé, sí.

Otto asintió con la cabeza al mismo tiempo que notaba cierta incongruencia en el espíritu de las palabras de Batenkaitos.
Hablaba como si conociera personalmente a Subaru. Incluso la forma en que se refería a él como un héroe parecía indicar demasiada familiaridad.

Otto: No, yo te guiaré.

Sin embargo, Otto decidió ignorar esta inquietud.
Después de todo, se trataba de Subaru. No sería sorprendente si dos o tres Arzobispos del Pecado ya conocieran su rostro. En todo caso ya se había encontrado con Codicia, Glotonería, Lujuria e Ira——con todos ellos. Él suponía que esos eran todos.

Ray: Tu rostro está frunciendo bastante el ceño, onii-san, e~h.

Otto: No es necesario que te preocupes por eso. En cambio, ¿qué es lo que harás? ¿Matar a cada uno de los que estamos aquí, o garantizar la vida de todos nosotros y encontrar al héroe en su lugar? ——¿Qué vas a hacer?

Ray: Qué forma tan desagradable de hablar. Eres un comerciante, ¿no? Ese tipo de cosas en las que hay que usar el cerebro, ni a nosotros ni a nosotros se nos da bien eso.

Otto: En ese caso, entonces tampoco es tan malo elegir lo que te recomiendan y comprobarlo por ti mismo. Aunque sólo se trate de un dicho entre comerciantes.

Ray: —Mmm…

Por ahora, tenía la conversación bajo control. Batenkaitos era realmente obediente para ser un Arzobispo del Pecado. Se sentía como si sólo fuera un niño, con un desequilibrio distorsionado que le hacía proyectarse a sí mismo como un monstruo.

Tal vez sólo se trataba de un lamentable joven después de todo

Ray: —Justo ahora, pensaste que éramos lamentables, ¿no?

Justo cuando tales sentimientos habían surgido del interior del corazón de Otto, Batenkaitos habló repentinamente en voz baja.

Otto: ¿Eh?

Ray: Esos ojos, los recordamos. Esos son ojos que menosprecian. Esos son ojos que desprecian. Esos ojos que nos consideran un producto… A~h, así que era eso. Hace rato que teníamos una sensación desagradable.

Otto seguía observando cómo los ojos de Batenkaitos se llenaban de completo asco y hostilidad.

Ray: Eres un comerciante, ¿verdad? Personas que ponen precio a las cosas, que luego venden para llenarse los bolsillos. Valores humanos y también opiniones, todo, ¡todo! Son personas obsesionadas que ponen todo en una balanza y sacan cuentas, ¿verdad?

Otto: Creo que… tenemos una pequeña diferencia de opiniones sobre eso.

A medida que nubes de duda comenzaban a formarse, Otto, quien mentalmente ya se sentía en la cuerda floja, ahora también se encontró con una venda en los ojos.
¿Había logrado transmitir sus palabras? —Esa era una pregunta cuya respuesta era claramente visible en las expresiones de Felt y Kiritaka, que no habían hecho otra cosa más que presenciar la discusión.

Ray: ¡¿Quién diablos va a escuchar lo que ustedes están diciendo—?! ¡Después de todo, este mundo está bebiendo glotonamente—! ¡Comiendo glotonamente—! ¡Hasta que no lo hayamos comido, lamido, tragado, no confiaremos en eso!

Batenkaitos gritó eso mientras daba un paso adelante, mostrando sus colmillos.
La crisis no podía ser detenida. Ninguna estratagema o palabra lograría algo con la explosión que estaba a punto de ocurrir.

Felt: Así que al final igual terminamos en esto, ¿eh?

Diciendo esto con insatisfacción, Felt sostuvo su cuchillo en la mano. Curiosamente, Batenkaitos también tenía dagas atadas en ambas manos. Sin embargo, había una gran diferencia en el nivel de habilidad.

Kiritaka: Ya que hemos llegado a esto, en los únicos que podemos confiar es en Las Escamas del Dragón Blanco.

???: ¡Ey ey! Para que lo sepan, ¡nosotros también estamos aquí!

El tipo que estaba al lado de Felt alzó la voz, pero Felt negó con la cabeza. Lo que significaba que el espectáculo prometía ser demasiado animado.

Alguien como Subaru sólo demostraría ser inútil en esta escena.

Otto: Sólo con pensar eso, el valor de esa persona se reduce significativamente.

Ray: ¿Ya terminaron de habla~r?

Batenkaitos, lentamente, miró a los rostros de Otto y los demás, encontrando una expresión de lucha en cada uno de ellos. Viendo esto, Batenkaitos asintió con satisfacción.

Ray: Cuando se trata de comida deliciosa, la preparación y los ingredientes son importantes. Empezando por reunir los mejores ingredientes disponibles, ¡sólo así será apreciable la virtud del plato al degustarlo—!

Otto: Creo que lo entiendo, y creo que no lo entiendo.

Ray: ¡Está bien si no lo entiendes—! ¡Jamás hemos pensado que nuestra estética pueda ser comprendida por cualquiera excepto nosotros—! ¡Ya~, es el momento! ——¡Que aproveche!

La conversación selló el destino. Batenkaitos, abriendo su enorme boca, se aproximó a Otto con un salto tremendamente poderoso. Otto, que se encontraba de pie junto al agua, apuntó su dedo hacia el pecador.

Otto: ¡Me alegra que la póliza de seguro siga vigente!

Ray: ¿Qué?

Otto: ¡Me refiero a esto——!

Otto hizo un fuerte sonido dos veces con sus zapatos frente al confundido Batenkaitos.
Al oír el sonido, algo fue atraído.

Ray: ¡¡——gh!!

Desde detrás de Otto, una manada de dragones de agua saltó fuera del canal de agua y cargó al unísono contra Batenkaitos.

    

——Otto había conseguido embaucar a una manada de dragones de agua, acompañado por la inmensa influencia de la Autoridad de Ira.

Aunque no cubría toda la ciudad, el amplísimo rango de la Autoridad de Ira había sacudido enormemente las emociones de la gente, plantando semillas de ansiedad y debilidad de espíritu entre los ciudadanos y creando una gran confusión y sospecha.
Sin embargo, el reciente discurso de Natsuki Subaru había elevado la moral de la gente, lo cual era también la base de la hipótesis de Otto para usar la fuerza de los dragones.

Ray: ¡Uh, ¿o~h——?!

Batenkaitos, en pleno salto, no pudo detener el gran número de dragones de agua.

Con sus cuerpos similares a una serpiente, carentes de extremidades, y un peso no inferior a cien kilos, múltiples dragones aplastaron a Batenkaitos.
Sus colmillos continuamente apuntaban a Batenkaitos mientras sus escamas blancas y azules brillaban con intensidad.

Ray: La caza de los dragones de agua es cruel.

Con sus colmillos vertidos en su presa, los dragones lo rodearon y desgarraron su piel. Ese pequeño cuerpo se convertiría en incontables trozos de carne, aunque no fuera una cantidad tan grande de dragones.


El resultado no sería agradable.
Debido a la influencia de la Autoridad de Ira, los dragones de agua estaban en un estado de fuerte excitación y habían sido hábilmente embaucados por sus palabras con la Protección Divina del Lenguaje del Alma.
Hizo que estuvieran de acuerdo en cooperar bajo la premisa de que derrotarían a la principal causa del caos en la ciudad. Si no hubiera sido por el enfrentamiento contra los Arzobispos del Pecado, habría sido una promesa que se habría descartado, pero… era evidente la situación.

Felt: ¡Increíble! ¡¿Esto fue obra tuya, nii-chan?!

Dando un grito de celebración, Felt se le acercó corriendo.
No había levantado ni una ceja ante la escena tan cruel que acaba de ocurrir, pero ahora se mostraba totalmente conmovida.

Otto: Lo único que hice fue darles un pequeño empujón a los dragones de agua. Sea o no un Arzobispo del Pecado, no puede ganar contra la naturaleza.

Kiritaka: Quizás, pero… eres una persona capaz de hacer cosas más horribles de lo que creía.

Otto: En cualquier caso, me alegra que estemos bien. Especialmente Kiritaka-san; y pensar que sobreviviste…

Kiritaka: Es cierto que fui herido por la espalda; pero afortunadamente, Las Escamas del Dragón Blanco, como famoso grupo de mercenarios que son, también tienen sanadores.

Sin embargo, era incuestionable que se veía doloroso.

Pero, ¿qué razón podía haber para que Kiritaka estuviera moviéndose aun con una herida así?

Comprendiendo el significado de la mirada de Otto, Kiritaka puso sus manos en su pecho con una mirada bastante seria.

Kiritaka: Es evidente, ¿no? Es mi voluntad. Yo ocupo una posición como ejecutivo en la administración de Priestella. Escuché la transmisión, pero no puedo quedarme atrás y decir que lo dejo todo en sus manos.

Otto: Creo que ese espíritu es encomiable pero…

Kiritaka: Por supuesto, sé que es poco probable que yo sea capaz de luchar y que sea de mucha ayuda. Pero, por una vez, incluso yo debería poder ayudar en algo.

Avergonzado, Kiritaka hizo ese comentario después del efecto de la Autoridad de Ira y el discurso de Subaru.
En verdad, habían sido las palabras de Subaru las que habían dado apoyo a los ciudadanos, y eran una medicina muy fuerte para aquellos que aún tenían importantes misiones que completar. Hasta tal punto, que había desactivado el miedo y el razonamiento que normalmente detendrían a una persona de cometer actos tan temerarios.

Felt: «Eso es sólo imprudencia» —no puedes ir pensando así.

Leyendo los pensamientos de Otto, Felt habló tajantemente.

Felt: Todos tienen derecho a luchar por las cosas que son importantes para ellos. Nadie puede evitar el deseo de hacer algo por esas cosas, aunque detrás no haya una razón de peso, ¿no es así?

Otto: Eso… es una opinión personal, y una decisión como esa no debería ser tomada por alguien en una posición responsable.

Felt: ¡Era una analogía! Además, nunca dije que aplicaba para esta situación. Tanto yo como esos chicos sólo salimos porque podíamos ganar.

Otto: ¿Ganar… dices?

Siguiendo a Kiritaka, Felt se frotó bajo la nariz con su dedo.

Felt: También escuché el discurso de nii-chan. El estúpido de Reinhard también debe haber acudido al Ayuntamiento junto contigo. Todos menos yo, ¿no es cierto?

Injustamente, lo que Felt sentía en ese momento se debía a un malentendido. En este mundo, así como hay palabras que sólo son apropiadas en ciertas circunstancias, también hay cosas que sólo pueden hacer aquellos humanos lo suficientemente aptos.
Y, siguiendo esa misma idea, Otto decidió no continuar con el tema, pues él tampoco estaba seguro de lo que podía hacer estando allí.

Otto: ¿El señor Heinkel aún está preso adecuadamente?

Felt: Está en el refugio de Camberley. Gastón y yo fuimos a casa a recoger algo.

Mientras decía eso, Felt apuntó con la mandíbula hacia Gastón. Gastón llevaba un paquete blanco en sus manos. Parecía una lanza larga.

Otto: ¿Y eso?

Felt: El Viejo Rom… Al parecer, es un arma secreta que guardaba en una de nuestras bolsas. Dijo que era un dispositivo mágico.

Otto: ¡¿Un dispositivo mágico?! ¡Qué conveniente para este momento!

Idealmente, el intimidante poder de un dispositivo mágico posibilitaba obtener resultados que normalmente no serían posibles.
Luego de oír que se trataba de un arma secreta, las esperanzas no podían hacer más que incrementarse.

Felt: Las condiciones para usarlo son un incordio, pero vale la pena por su poder. Aun así, podría ser útil para deshacernos del desastre en que se encuentra nii-chan…

???: ——hk.

En lugar de las palabras de Felt, lo que en ese momento llegó a los oídos de Otto fue un grito.

Otto se giró hacia el lugar de donde venía, a lo que Felt y Kiritaka reaccionaron abriendo los ojos con sorpresa. Naturalmente, ellos no habían oído un grito similar antes, ya que era el grito de una voz incomprensible para los humanos.

Ray: Parece que serán oponentes más divertidos de lo que creíamos, e~h. Simples lagartos de agua no nos llena. Para nosotros, de paladar exquisito, ni siquiera sirven como aperitivos—.

Una voz sonó como si se burlara de todo en el mundo.

Una voz que daba la impresión de poder golpear y derrotar cualquier cosa en el mundo, incluyendo la bandada de dragones de agua que deberían haber estado brincando por ahí persiguiendo a esa presa.
Sus siluetas, con sus colas, torsos y cabezas ahora destrozadas, habían estado muy emocionadas al momento del ataque inicial, pero su doloroso sufrimiento y su sangre brotando de sus cuerpos transmitió a todos la anormalidad de la situación.

Otto: Felt-sama, respecto al dispositivo mágico… es poderoso, ¿no es así?

Felt: Por lo que dijo el Viejo Rom, ni siquiera Reinhard podría esquivar su ataque, ¿sabes?

Otto: Entiendo. Eso es bastante alentador… ¡Kiritaka-san!

Kiritaka: ¿Q-Qué pasa?

Felt respondió con firmeza, mientras que Kiritaka tenía una expresión de desesperanza tras ver a los dragones de agua.
Para el no combatiente Kiritaka, dejar aquí a su escolta de Las Escamas del Dragón Blanco supondría estar en peligro el resto del camino hacia el Ayuntamiento.

Otto: Felt-sama, todos los del grupo de Las Escamas del Dragón Blanco y yo te ganaremos tiempo. Mientras tanto, Kiritaka-san debería ir al Ayuntamiento… No, ¡primero ve al refugio número ocho de la ciudad!

Kiritaka: ¡¿Hay algo ahí?!

Otto: ——Si vas allí, lo entenderás todo. La única persona que puede ganar, aquella que Kiritaka-san deberá enviar aquí, se encuentra en ese lugar.

Al ver el determinado rostro de Otto mientras decía eso, Kiritaka cambió su expresión y asintió con fuerza.
Luego se giró hacia sus guardias, que estaban detrás de él.

Kiritaka: Ya lo oyeron. Ahora, tal como dijo el señor Otto, iré al refugio. Quiero que se queden aquí y luchen junto a ellos. Para proteger esta ciudad.

???: Nuestro trabajo es ser guardias del joven amo… al menos eso se suponía. ¿Cuándo se convirtió en una posición tan complicada?

Kiritaka: Te equivocas. Su trabajo no es ser mis guardias. Ayudarme con mi propósito es el primer contrato.

Ante las sonrisas amargas de los miembros del grupo de Las Escamas del Dragón Blanco, Kiritaka respondió con una expresión de suma seriedad. La razón por la que su forma de explicar su camino se hizo más cortés era que la ciudad significaba mucho más para Kiritaka que un mero puesto de responsabilidad en él.

Kiritaka: Ayúdenme con mi propósito, Escamas del Dragón Blanco. Luchemos para proteger nuestro importante lugar de trabajo, Priestella; y luchemos para salvar a nuestra querida diva, Liliana.

???: Darse la vuelta es un suicidio.

Kiritaka: No importa lo que piense, ni importa si ya no vuelvo a sonreír. Amo a Liliana, y no necesito otro motivo para arriesgar mi vida.

Diciendo eso, Kiritaka miró a Otto y a Felt.
Al mismo tiempo, levantó la bolsa que sostenía en sus manos.

Kiritaka: Me aseguraré de llegar allí sin fallar. Nadie conoce esta ciudad y a Liliana mejor que yo.

Felt: Por un momento, pensé que lucía genial, pero fue decepcionante al final.

Otto estuvo de acuerdo con la impresión de Felt; pero, en vez de decirlo, asintió en silencio mientras veía las preparaciones de Kiritaka.

Ray: —Ya era hora, ¿están preparados?

Los movimientos agónicos de los dragones de agua se detuvieron y sus ojos blancos denotaban que estaban a punto de morir.
A través de un espacio en ese grupo, Batenkaitos apareció lentamente. El pecador con cuerpo de niño joven se abrazó los hombros, feliz de ver a sus adversarios mirándole.

Ray: Ese contraataque estuvo bien. La imprudencia y la valentía son diferentes, ¡y el abandono y la persistencia también son totalmente diferentes! La expresión en sus rostros indica que lo saben. Estamos agradecidos. Al final, ustedes también obtuvieron la calificación para ser llevados a nuestro comedor.

Felt: Todo lo que hicimos hasta ahora sólo sirvió para ser tirado a la basura, ¿eh? Este tipo en serio me hace enojar.

Otto: No tiene nada que ver con ser reconocido como un enemigo bueno o malo. Personalmente, creo que aquellos que fueron despreciados aún pueden hacer bastante.

¿Él obtuvo esta idea estando cerca de Subaru? ¿O podría ser que sus pensamientos fueron influenciados por Subaru? ¿Qué tan malo sería eso?
En cualquier caso,

Otto: ¡Kiritaka-san!

Kiritaka: —¡Les deseo buena fortuna en su próxima batalla!

Siguiendo el llamado de Otto, Kiritaka corrió para abandonar este lugar. Sólo una persona, Batenkaitos, giró su cabeza cuando vio que Kiritaka intentaba escapar del campo de batalla.

Ray: Detente por favo~r. ¡Con lo suavemente que habías aumentado nuestra motivación y hambre, e~h!

Siguiendo la espalda del fugitivo Kiritaka, el cuerpo de Batenkaitos saltó adelante. Usando su pequeño cuerpo por completo, su velocidad aérea unidireccional era increíblemente vertiginosa.
Con semejante velocidad, los colmillos de Batenkaitos alcanzarían y atravesarían a Kiritaka; pero justo antes—

Felt: ¡—Gastón!

Gastón: ¡Si muero aquí, lloraré y vendré para atormentarte después de convertirme en un espíritu!

La voz de Felt gritó a través del aire; y el hombretón, quien había saltado casi al mismo tiempo, interrumpió la trayectoria de Batenkaitos. Cruzándose de brazos frente a su rostro y arqueando su espalda, ese hombre era el sirviente de Felt, Gastón.

Ray: No te metas en el camino~.

Blandiendo las dagas en sus brazos, Batenkaitos intentó eliminar el obstáculo. La hoja de acero brilló intensamente, y su impacto golpeó el brazo expuesto de Gastón.
Los sonidos retumbaron, y una de las dagas de Batenkaitos se rompió.

Ray: ¿Eh?

Otto: …

La voz dudosa de Batenkaitos estuvo acompañada por la de Otto. Ellos vieron lo que había pasado.
La postura de Gastón no cambió en absoluto. Con su brazo, rompió una de las dagas de Batenkaitos.

Felt: Mi hombretón es bastante duro. Lo suficiente para ser mi escolta.

La alegre Felt, quien parecía pensar que eso lo había asustado, lanzó el cuchillo que sostenía en sus manos hacia Batenkaitos. Batenkaitos lo esquivó al mismo tiempo que hizo lo mismo con la patada de Gastón.
Justo cuando hizo una voltereta hacia atrás en dirección al espacio libre, los miembros del grupo de Las Escamas del Dragón Blanco cambiaron sus posiciones y bloquearon el camino.
La retirada de Kiritaka se había vuelto una realidad.

Ray: Mmm, va~ya. Ya vemos.

La abrumadora existencia llamada Batenkaitos estaba superada en número, pero la sonrisa placentera que estaba adherida a su rostro no desapareció.
Con la misma velocidad, Batenkaitos miró a sus rivales uno por uno.

Ray: Creo que hay tres personas con las que Ruy estará satisfecha.

Susurrando con un suspiro agitado, él soltó la daga rota. Ahora su brazo izquierdo estaba descubierto, y sólo su brazo derecho estaba armado.

Otto: Por algún motivo, siento que nuestras posibilidades no han mejorado.

Como es usual, la alarma de Otto siguió respondiendo a la mayor de las amenazas.
Ignorando esa voz en su cabeza, Otto miró a Felt. Su jovencísimo rostro inmutable, al ver ese vigoroso espíritu de combate, tomó una decisión.

No hay posibilidad de escapar. Lucharemos.

Otto: Considerando la cantidad de oportunidades para pelear que he tenido en el último año, ¿qué podría hacer como un comerciante?

La voz que salió de esa boca no alcanzó a nadie.

Y por eso, nadie notó que, en lugar del contenido de las palabras, la voz misma tenía un tono pesimista en ella.