jueves, 27 de agosto de 2020

,

Una ciudad llena de conflictos


Traducción:
Robert

Corrección y edición:
Carlos (Primera corrección)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

Subaru: —¡¡Comprueba si su corazón está latiendo!!

La intuición fue el impulso que había despertado la consciencia de Subaru.
Él no estaba absolutamente convencido, ni tenía una base para pensar así. Lo único que podía pensar era que ese pensamiento tenía algún significado.

Los Arzobispos del Pecado, los nombres de las estrellas, el país de Kararagi que tenía influencias de su mundo original, y aquellas personas —aparte de Subaru— que también fueron convocadas aquí.
Había marcas de eso en el mundo. Si el Culto de la Bruja también tenía una marca de eso, entonces no se debería ignorar los nombres de las estrellas y sus correspondientes mitos en los que había pensado Subaru.

Si el poder de Regulus Corneas no podía ser tratado como una simple «Invencibilidad», entonces Subaru tendría que pensar más allá de lo ordinario; y así surgió una idea en su mente.
Y por eso, Subaru rezó para que no tuviera razón.
Y, al momento siguiente,

Subaru: …

Una nociva sensación de opresión llegó, provocando que a Subaru le pareciera que el sol había desaparecido de repente.
El aire estaba lleno de contaminación. Se le hacía difícil encontrar palabras con las que expresar esta incomodidad, este asco.
El asco de la descamación de una costra, la incomodidad de un hedor exhalado directamente a la cara, la aversión de una lengua pegajosa sobre la piel desnuda.

El origen de este aire turbio, era el villano de cabello blanco que había girado la cabeza para mirar hacia atrás.
En el instante en que sus miradas se cruzaron, el cuerpo de Subaru comenzó a temblar involuntariamente.

Como una maldición, esos ojos sin expresión y vacíos se clavaron profundamente en su alma. Incluso sus pulmones y su corazón estaban congelados por el terror, como si hubieran sido perforados por una aguja oxidada.
Sin embargo, mientras Subaru se encontraba inmóvil y abrumado por tales sentimientos—

Reinhard: No mires a ningún sitio innecesario. ¡Tu oponente soy yo!

Girar para mirar a Subaru significaba darle la espalda al Santo de la Espada.
Levantando sus manos, Reinhard sujetaba lo que sólo podía describirse como una señal de tránsito convertida en metal retorcido. Tales materiales ahora sólo estaban destinados a ser desechos; pero, en las manos de Reinhard, no eran inferiores a un filo valioso.

Un largo filo moviéndose en el aire golpeó la parte posterior del traje de Regulus.
La onda de choque explosiva se expandió en el aire, dejando a su paso un triste sonido de la atmósfera asaltada, levantando vórtices en los grandes canales donde flotaban finos pedazos de hielo.
Esa fue la consecuencia del golpe de ese filo de metal retorcido. No habría sido una sorpresa si el villano hubiera quedado destrozado.
Sin embargo, tal desenlace aún estaba fuera de sus posibilidades.

Regulus: No me malinterpretes, Santo de la Espada. Te he estado entreteniendo porque mi corazón es servicial y considerado. Sin embargo, incluso mi amable ser tiene límites.

Reinhard: …

Regulus palmeó ligeramente el lugar donde había sido golpeado por el filo y ladeó la cabeza.

Reinhard, alertado por este movimiento, tiró a un lado el metal retorcido que tenía en sus manos y se dispuso a saltar hacia atrás en un ángulo abierto— pero entonces, sus pies se quedaron rígidos en su lugar.

La intuición sobrehumana de Reinhard le informaba de amenazas graves e inminentes y también le ofrecía una detección preventiva de los ataques que se avecinaban. Su agudo instinto le dijo que no debía esquivar hacia atrás. Inmediatamente se enderezó y comenzó a buscar rutas alternativas.

Regulus: El aire de allí… ya ha sido tocado por mí.

Debido a la agudización de sus sentidos que le impedían moverse de ese lugar, Reinhard se había quedado sin preparación en ese momento.
Su oponente lo tenía atrapado en una invisible pero presente envoltura. El juicio de Reinhard le dijo que se deslizara por la fuerza hacia donde se encontraba Regulus; pero, para ello, se vería obligado a hacer un ataque defensivo.

Reinhard: ¡Haa!

El golpe que dio tenía suficiente fuerza para atravesar piedra maciza.
La empuñadura de la Espada del Dragón golpeó el pecho de Regulus, pero el villano la atrapó fácilmente.

Regulus: Es un esfuerzo inútil, pero gracias por molestarte. Sólo reza para que no resultes muy herido.

Reinhard: Como dijo Subaru, tu corazón no parece latir.

Regulus: ¡——!

La sonrisa relajada de Regulus se endureció, mientras miraba su pecho.
La empuñadura que estaba clavada en su pecho; y Reinhard, quien estaba forzando sus agudos sentidos, captaría cualquier señal de vida, sin importar lo sutil que fuera.
Habiendo recibido ese golpe, Regulus saltó en el aire, agitado.

Hubo un golpe directo que recordaba a una escena anterior: cuando Reinhard bloqueó la patada con la funda de la Espada del Dragón, y su cuerpo salió volando debido al impacto.
Sin embargo, lo que ocurrió a continuación fue diferente.

Subaru: ¡Reinhard!

Como se había mencionado antes, el aire detrás de Reinhard estaba lleno de innumerables trampas de aliento puestas por Regulus.
Siendo lanzado contra ellas en su estado de indefensión, los resultados no fueron difíciles de imaginar.

Todo el cuerpo de Reinhard estaba desgarrado, sus ropas blancas estaban manchadas de sangre. Era difícil saber cuánto podría mitigar sus heridas. Al ser enterrado en escombros de nuevo, Reinhard amplificó el colapso de la ciudad, haciendo imposible estimar su estado.
Pero lo que se podía determinar con certeza era la respuesta de Reinhard.

Subaru: ¡Buen trabajo, Reinhard!

Emilia: ¡Subaru!

Subaru: ¡Está bien! ¡Reinhard probablemente está bien! ¡Así que preocúpate por él más tarde!

Emilia: ¡Eso ya lo sé! Yo… ¿qué necesitas que haga?

Subaru pensó que Emilia ante todo estaría preocupada por el bienestar de Reinhard, pero su respuesta le sorprendió. La Emilia que veía a Subaru estaba atenta y comprendía perfectamente dónde tenía que estar en este campo de batalla.
Había una gran confianza en Reinhard y tal vez una confianza en Subaru.

Emilia: Reinhard también pasó por todo eso porque confía en ti. Te has dado cuenta de algo de Regulus, ¿verdad? Dime.

Gran confianza. Grandes expectativas. La realidad de esa creencia era demasiado dura, lo suficiente para despertar el espíritu de lucha de Subaru.
Sin duda, también tendría que dar a Reinhard la gratitud adecuada.
Definitivamente, recuperaría sus huesos más tarde.

Regulus: Ustedes dos, siempre murmurando; pero ¿no sería más fácil actuar con sencillez en su desesperación? Su despreciable y malvado comportamiento me ha enfurecido, por lo que deben ser castigados, ¿no es así? ¿Sí? ¿Acaso me equivoco? La mala educación, la infidelidad, no importa cuál, son actos rebeldes dignos de diez mil ejecuciones.

Después de haber mandado a volar a Reinhard con su patada, Regulus se rio.
Al otro lado del canal de agua, la presión que desprendía el villano comenzó a crecer y, en verdad, Subaru casi no podía soportar enfrentarse a él.
Sin embargo, huir ahora mismo no era una opción.
Natsuki Subaru sería incapaz de compensarles por eso a Emilia y Reinhard van Astrea.

Subaru: Ella es una heroína pura, de las que ya no existen en este siglo. Sospechar que ella es infiel te convierte a ti en la puta, idiota.

Regulus: ¿¿Eh??

Subaru: ¿No es grosero enumerar todas las razones por las que deberíamos tener miedo ahora? Intenta, aunque sea un poco, redirigir esa mente vacía tuya.

Al oír la repentina fuerza de su discurso, Regulus abrió los ojos.
Subaru se golpeó la cabeza con los dedos, como si estuviera presumiendo.

Subaru: No sé cuánto de una vida encantadora y tranquila has tenido hasta ahora, ni quiero saberlo. Pero ¿te has dado cuenta ya? Ahora estás en jaque, ¿sabes?

Regulus: ¿En jaque? Eres tan vago que no puedo ni reírme. ¿Qué estás tratando de decir? No, espera, también está la posibilidad de que seas incapaz de explicarte en un lenguaje comprensible. Bueno, no hay necesidad de forzarte a decir cosas irrelevantes, ¿no es así?

Subaru: Eh, no digas eso; después de todo, tienes derecho a escuchar, es tu derecho favorito.

Regulus: ¿Mi derecho?

Regulus frunció el ceño, y Subaru, con una ligera y ridícula sonrisa, continuó:

Subaru: Sí, después de todo… Perder sin saber cómo fue que perdiste sin duda te dejaría con arrepentimiento.

Regulus: ¡—Suficiente de ti! ¡¡Desaparece!!

El encogimiento de hombros de Subaru se convirtió en una chispa que enfureció a Regulus, quien saltó desde el borde del canal. Al no tener suficiente fuerza de salto, su cuerpo se sumergió en el agua; sin embargo, sus movimientos no se vieron afectados por eso, se encontró sin resistencia ni nada.
Inmediatamente después de confirmar que había entrado al agua, Subaru le dio una palmadita en los hombros a Emilia.

Subaru: ¡Emilia, ahora!

Emilia: ¡Ul Hyuma!

Al recibir la instrucción de Subaru, Emilia reunió magia para liberar varios carámbanos.
Tan enormes que había que mirar hacia arriba para verlas en su totalidad, las lanzas de hielo fueron lanzadas directamente hacía Regulus, formando una jaula de hielo que lo rodeaba mientras salía a la superficie.

Regulus: ¡En realidad pensé que intentarían algo, pero no importa lo que hagan, es inútil, parece que no importa cuántas veces les enseñen, nunca aprenderán! ¡¿Qué?! ¡¿Acaso piensan seguir con sus errores?! ¡Sin siquiera un mínimo grado de sabiduría, repitiendo lo mismo una y otra vez! ¡¿Siempre tratan a los demás con tanta inutilidad mientras los desprecian?! ¡No se dejen llevar, qué incompletos!

Regulus enseñó los dientes, cortó la fila de estacas de hielo, la rompió y, con una fuerza abrumadora, la hizo añicos. La barrera se derrumbó con facilidad y, a pesar de sus mejores esfuerzos, la magia de Emilia no pudo sostener la jaula de hielo.
Pero fue suficiente. Eso estuvo bien.

Emilia: No… Como me temía, ni siquiera pude ganar tiempo.

Subaru: Eso no es verdad, Emilia-tan.

Al ver la ineficacia de su poder, Emilia puso una expresión sombría, pero Subaru negó con la cabeza.
Había que mirarlo desde otra perspectiva. Esto había sido suficiente para lograr el propósito de Subaru.

Subaru: El carácter de ese hombre es insidioso. Él no puede evitar aplastar lo que desprecia. Incluso si no es necesario destruir cualquier obstáculo al que se enfrente, no puede sentir que ha ganado sin destruirlo completamente.

Regulus, quien afirmaba ser completo y hablaba de estar satisfecho.
La naturaleza lamentable de su corazón, la escasez de su tolerancia y el volumen de su vanidad eran evidentes.

Subaru: En primer lugar, no había necesidad de que él rompiera el obstáculo. Pero tomó esa acción excesiva. Incluso un segundo, incluso un milisegundo, es el resultado.

Emilia: Con ese segundo, ¿puedes derrotar a Regulus?

Subaru: Mientras los acumule, definitivamente le haré morder el polvo. Le arrancaré la piel de su cuerpo a ese monstruo.

Para ello, Reinhard había puesto los cimientos.
Comprobando el latido del corazón de Regulus y transmitiéndole a Subaru que no tenía pulso.
No había calor, ni latidos del corazón, ni respiración, ni ninguna influencia externa de su entorno.

Aunque esto era indudablemente una «invencibilidad», su esencia no era invencible.

Subaru: ¡Emilia, por aquí!

Subaru tomó la muñeca de Emilia y cruzó con ella los callejones destruidos. Ella mantuvo el ritmo de Subaru, y luego se giró hacia atrás para atacar a Regulus con un carámbano.

Regulus, al verlos huir, se enojó cada vez más y los persiguió furiosamente.

Regulus: ¡Incluso después de toda esa fanfarronería, ¿por qué diablos estás corriendo?! Llamar a alguien estúpido, proclamando que lo matarás… ¡¿Cuánto planeas burlarte de mí?! ¡¿Quién demonios te crees que eres?! ¡Cobarde!

Dado que sus habilidades físicas no eran superiores, la velocidad a la que Regulus los perseguía era poco diferente a la de los fugitivos. Más bien, podría decirse que era más lento que Subaru.
Sin embargo, como fue bendecido con su implacable composición, el incesante perseguidor los alcanzaría tarde o temprano.

Emilia: ¡Subaru! ¡¿A dónde corremos?!

Subaru: ¡Nuestro destino es la catedral! ¡Nuestro objetivo son… las esposas de Regulus! Dentro de—

Al oír la pregunta de Emilia, él respondió.
De repente, a la mitad de sus palabras, se dio cuenta que detrás—

Regulus: — ¡Tú, deja de prestarle atención a cosas superfluas!

Subaru: ¡¿Uwaaaaa?!

Al girar la cabeza, Regulus ya había aparecido frente a él, quien se preguntaba cómo había desaparecido sin dejar rastro la distancia que había existido hasta ahora entre ellos.
Forzando su distancia a tan sólo un solo paso, Regulus movió su mano hacia ellos, y Subaru apenas apartó su cabeza del camino. Él sintió que su oponente ya le pisaba los talones, así que tomó a Emilia en sus brazos y se acercó a una pared cercana, pisándola y avanzando en un solo movimiento.

Emilia: Wa, wa, wa; eres increíble, Subaru.

Subaru: ¡Emilia-tan, agárrate fuerte a mí!

Emilia, aturdida por las acrobacias de Subaru, le abrazó el cuello y envolvió sus piernas alrededor de la cintura de él, ubicándose en su espalda. Suave y fragante, Subaru se motivó. Pateando con fuerza el borde, avanzaban sobre las paredes medio destrozadas,
Su práctica en el parkour dio resultados. Ganando distancia de esta manera:

Regulus: Ya he dicho que los esfuerzos de ustedes plebeyos son inútiles.

Diciendo eso, Regulus tocó la parte inferior de la pared que Subaru estaba pisando con la palma de su mano.
Se escuchó el sonido de la roca resquebrajándose, y la pared de piedra colapsó como si fuera tofu. La pared perdió su apoyo y se derrumbó. A Subaru, que estaba corriendo sobre el muro, obviamente le pasó lo mismo.

Subaru: ¡Uwah!

Mientras caía, Subaru sacó su látigo y lo lanzó sin apuntar. La punta se enganchó a algo, y él tiró con fuerza de su cuerpo hacia arriba.
Con un movimiento de su pie, dio una fuerte patada en el momento en que tocó la pared. Combinada con la fuerza de la reacción, la fuerza centrífuga generada por el látigo permitió que su cuerpo se moviera cada vez más lejos, logrando una asombrosa escalada con Emilia todavía sobre su espalda.

En una mirada más cercana, los dos se acercaban a un almacén que ya había perdido casi la mitad de su volumen.
Subaru se subió a un balcón que sobresalía del alero y se miró la palma.

Subaru: ¡Wow, no esperaba lograr un escape por fuerza bruta!

Emilia: ¡Subaru! ¡En resumen, ¿sólo tenemos que llegar a la catedral?! ¡¿En qué dirección está?!

Apartando la mirada de su palma abierta que le dolía débilmente, Subaru siguió la voz de Emilia para ver los alrededores. Afortunadamente, la altura del balcón permitió que, además de Regulus, todo se viera fácilmente.

Por allí, a lo lejos, podía ver la catedral que se derrumbó con el primer ataque de Reinhard. Por algún motivo, ahora se veía muy lejos.

Subaru: ¡No! ¡Huimos en la dirección opuesta! ¿¡Ahora qué!?

Emilia: ¿Está por ahí?

Subaru: Está justo por ahí, ¿qué es lo que—?

Emilia: ¡—Entonces viajemos así!

Al oír la respuesta de Subaru, Emilia aplaudió y se formó un puente desde el balcón.
El misterioso puente blanco-azulado comenzó desde el balcón y se conectaba hasta la catedral a través de los callejones, imitando un gran camino en el aire.

Regulus: ¡¿Cómo?!

Mirando hacia el puente de hielo, Regulus, que había decidido que los dos caerían, se sorprendió. Subaru se decidió, embarcándose en el intento de Emilia de resolver el problema con fuerza bruta, y pisó los escalones que conducían al puente de hielo.
Sin embargo, el villano interrumpió la fuga de los dos desde abajo.

Regulus: ¡¡¿Creían que les dejaría escapar?!!

Regulus pasó por debajo del puente de hielo y arrojó contra él una piedra que recogió. El puente forjado se sacudió con fuerza por un solo golpe, y las grietas corrieron inmediatamente a través.
El puente se derrumbó en varios cristales de luz, aplastado por el terrible colapso. Después de verlo, Regulus se rio brutalmente.
Pero,

Emilia: ¡Nos da igual que se rompa ese puente, porque usaremos este otro!

Regulus: ¿Qu—?

Brillantes fragmentos de hielo se dispersaron por todos lados, mientras Subaru se deslizaba hacia adelante en una estructura de hielo creada por Emilia.
Usando la pendiente del puente como plataforma de lanzamiento, como si de un salto de esquí se tratara, Emilia y Subaru pasaron por encima del canal de agua y la calle de un solo salto, y se dirigieron a la catedral dejando atrás a Regulus.

Subaru: ¡Emilia-tan, te has vuelto muy ingeniosa!

Emilia: Tal vez me llevaste por mal camino, Subaru.

Subaru: ¡Esa declaración no debe ser utilizada como respuesta a los elogios!

Aunque Regulus tenía un medio de ataque de largo alcance, sólo podía tocar lo que estaba al alcance de sus brazos.
Subaru y Emilia se mantuvieron bien alejados de su silueta delirando de rabia. Mirando cómo se estaban acercando a la catedral, los ojos de Subaru se entrecerraron.

Emilia: ¿Qué debemos hacer cuando nos encontramos con las mujeres en la catedral?

Subaru: No sé si han sido amenazadas o si realmente lo admiran, pero…

Ante la pregunta de Emilia, Subaru se llevó la mano a la barbilla, deteniéndose a mitad de su frase.
Lo que surgió en su mente fueron las mujeres, conmocionadas por las acciones de Regulus en la catedral. Subaru rezó por que el miedo que había visto entonces fuera genuino.

Pero, si hubiera sido una actuación—

Subaru: No sólo la mente, sino que incluso sus corazones podrían haber sido robados. —Sus corazones en el sentido literal.

La altura de los carámbanos disminuía al acercarse a la catedral, mientras una ráfaga de viento soplaba contra sus rostros.
Detrás, Regulus estaba persiguiéndolos. Era incierto si Reinhard estaba a salvo. Las posibilidades de victoria eran escasas, pero el problema aun persistía.

¿Todos los demás estaban bien?
Claramente, él no tenía margen para reflexionar sobre estas cuestiones, pero no podía evitar pensar en ellas.

    

Frente a la torre de control controlada por Glotonería, había comenzado la batalla entre Julius, Ricardo y Alphard.

Julius: El Clausel.

Con el poder de los cuasiespíritus de seis colores, un resplandor de color arco iris emanaba de la punta de la espada del caballero.

Lo que se desplegó fue un golpe apuntando directamente a la muerte de su oponente sin contemplaciones.

«Clausel» era una técnica mágica del mismo tipo que «Clarista» que había logrado dañar incluso el cuerpo de Petelgeuse; sin embargo, a diferencia de «Clarista», cuya destructiva luz brillante envuelve a la propia espada, «Clausel» era un ataque de largo alcance.

La impresión de los Arzobispos del Pecado aún era fuerte en la mente de Julius gracias a Petelgeuse.
La sensación que tuvo Julius al luchar contra el chiflado, el Arzobispo del Pecado de la Pereza, un gran pecador y alguien que había generado gran sufrimiento al mundo durante mucho tiempo, era completamente diferente de la situación actual. Es decir, que la lucha contra el enemigo actual era completamente diferente.

Julius Euclius, quien había obtenido el título de El más caballero de los Caballeros, a menudo malinterpretaba a la gente debido a su comportamiento, pero él creía que todas las personas eran, en el fondo, de naturaleza buena.
Él pensaba que había un motivo para todo comportamiento humano, que las fechorías eran debidas al ambiente que los rodeaba en vez de a ellos mismos. Para ser un humanista, era un punto de vista demasiado compasivo.
Por eso, para Julius, el Arzobispo del Pecado llamado Petelgeuse Romanee Conti, y sus autoconscientes marionetas —los Cultistas— eran demasiado abrumadores.

Alguien que no podía entender eso, que no tenía en cuenta el trabajo duro y los esfuerzos de los demás, se convertiría inevitablemente en un enemigo para él.
Para Julius, lo peor que le hizo el Culto de la Bruja fue dañar su caballerosidad.

No había trucos ocultos, ni había cartas de triunfo guardadas para el final.
Desde el principio, Julius no dudó en matar a esos demonios.

Una técnica extraordinaria que manejaba simultáneamente los seis atributos de la magia con la ayuda de seis cuasiespíritus.
No se permitía ni el más mínimo desajuste de poder mágico. Sólo podía lograrse con el vínculo de los cuasiespíritus y gracias a los esfuerzos y el talento del genio usuario de artes espirituales llamado Julius.
Esto no era exactamente lo mismo que lo que Roswaal L. Mathers podía hacer, quien estaba en la cima de la magia. Esto había sido creado por Julius y era exclusivo de Julius.

A primera vista, la magia no daba demasiado miedo, pero el oponente era desintegrado sin siquiera tener la oportunidad de pensar qué lo atacó.
Julius tenía una creencia en su pecho: que debía priorizar el destruir al enemigo en lugar de investigar la incompatibilidad entre ellos.

La luz destructiva extremadamente brillante destrozó el adoquinado y se acercó hacia los brazos de una pequeña silueta.
Largo cabello castaño oscuro, sucios harapos, dagas opacas, todo fue tragado por el brillo de la luz arco iris.

Roy: Seguramente esto es algo que nii-sama no esperaba, tienes la debilidad de apartar tus ojos de lo que no quieres ver, ¿verdad?

Ricardo: ¡¿Qué?!

La voz murmurante de Alphard sonó mientras descendía hacia el suelo. El pecador, con su larga lengua colgando fuera, pateó el suelo con una postura lo suficientemente baja como para casi decir que estaba tumbado sobre el adoquinado.
La velocidad de la luz brillante nunca sería tan lenta como para no alcanzar a su oponente. Para evitar esa flecha que se aproximaba, necesitarías una habilidad física comparable a la de Reinhard o…

Roy: Nosotros te admiramos, nii-sama. Nii-sama, como odias mostrar tu duro trabajo a los demás, usarías esas técnicas mágicas sólo si estás desesperado, ¿cómo no sabríamos eso—?

Julius: ¡¿Qué estás diciendo?!

Roy: Pensando que no lo sabríamos… Eres verdaderamente inocente, Julius nii-sama. Pero, nos encanta esa parte de ti—! Gyajajajajajaja—!

Alphard saltó del suelo y evitó el ataque mágico, con un movimiento que sugería que ya sabía que Julius usaría ese as en la manga. Ricardo posteriormente corrió a golpear a Alphard, quien había esquivado el ataque de magia, pero esa persecución también era un movimiento que él había anticipado.

Ricardo lo atacó frente al canal, mientras las dagas y el machete chocaban y las chispas volaban. Ricardo era abrumadoramente superior en fuerza. Alphard contrarrestó la diferencia de fuerza con un manejo de sus dagas inimaginablemente hábil. El machete atacó al pecador, rompiendo los adoquines.
Al mismo tiempo, la daga de Alphard alcanzó a cortar el peludo torso de Ricardo.

Roy: ¡Mi~ra, un trozo de carne de perro—! ¡La dura y fibrosa carne debe pincharse chop chop y volverse tierna para que sea más fácil de comer para que sea más fácil de morder para que sea más fácil de digerir para que sea más fácil de defecar para que sea más fácil de descomponer para que fertilizar los vegetales sea más fácil y después de que hace todo eso tan fácil la carne debe ser comida para comenzar el ciclo ciclo ciclo ciclo de la cadena alimenticia—! ¡A~h!, ¡¡¡Qué maravilloso—!!!

Ricardo: ¡Ngh… gah… ¿guh?!

La velocidad de Alphard, que había dado ese rápido discurso y tenía sus dagas en ambos brazos, no debería ser tan extraordinaria. Ese cuerpo que aún debería estar en edad de crecimiento y que no parecía entrenado tenía un aspecto engañoso y había logrado cortar el cuerpo de Ricardo, quien ahora estaba en una postura defensiva.

Julius: ¡¡Ricardo!!

Pelaje como alambre y músculos gruesos. El cuerpo de Ricardo, que era como una armadura en sí mismo comparado con el cuerpo humano normal, no había sufrido ninguna herida por ninguna técnica hasta ahora con la excepción del ataque de Alphard.
Con los ojos bien abiertos, Julius se quedó atónito al ver la herida sangrante de Ricardo.

Los movimientos de Alphard eran increíblemente veloces, cada movimiento apuntaba con precisión a las articulaciones y partes delgadas del pelaje. Independientemente de las cualidades del cuerpo de Ricardo, un golpe en un punto clave podía lastimar, sangrar e incluso poner en riesgo la vida.

Julius: —hk.

En el momento en que Julius vio el bombardeo de golpes, convocó a sus cuasiespíritus una vez más. Las ráfagas de viento se mezclaron con llamas de fuego. La espada comandaba los cuasiespíritus de dos colores: Ia, del fuego, y Aro, del viento. Desde un lado, una cuchillada con una llama rojiza se dirigía hacia Alphard.

Roy: ¡Sí, nosotros también conocíamos ese patrón—!

Julius: ¡¿Qu—?!

Roy: ¡Esa sorpresa es completamente honesta—! ¡Nuestro estómago tampoco tendrá ninguna dificultad—!

Sin embargo, Alphard no se vio afectado por ello; con un brazo atacando con precisión y, como si tuviera ojos en la espalda, pateó el torso descubierto de Julius.
Su talón penetró en los músculos abdominales de Julius, tanto que parecía que algo se había roto. En el frente, justo cuando Ricardo comenzó su contraataque, él lanzó su pie justo hacia la mandíbula inferior.

Roy: ¡Qué bien, qué bien, esto se ha convertido en algo divertido—! ¡Con nii-sama! ¡Con Ricardo-san! ¡Ambos están peleando esta gran batalla y nosotros somos su oponente! ¡Aunque nosotros, con nuestros cuerpos débiles, no podemos hacerlo en absoluto, no podemos alcanzarlo, no podemos verlo, no podemos entenderlo, ya deberíamos habernos rendido en esta posición—! ¡A~h! ¡Esta diversión… qué injusto, injusto, injusto, injusto—!

Julius y Ricardo cayeron de rodillas al mismo tiempo. Alphard, que detuvo sus ataques, daba repetidas volteretas por encima del adoquinado.
El alegre rostro sobre el adoquinado daba vueltas; parecía un niño.

Ellos debían tener en cuenta su increíble habilidad y su brutalidad infantil.

Ricardo: Esto es… musho má’ de lo que me han conta'o. Aun así, ¿qué mierda es ese tipo?, me molesta. La forma en que camina, la forma en que habla, ¡to’o sobre ér es muy espeluznante!

Ricardo, con heridas superficiales por todo su cuerpo, dijo eso con una voz nublada mientras se lamía las heridas de los brazos. Julius se levantó, respirando pesadamente, estando de acuerdo con la furia de Ricardo.

Julius: Es igual que en el Ayuntamiento… no, simplemente su comportamiento sigue siendo igual de incomprensible. Puede que sea un intento de burlarse de nosotros, pero es contraproducente y nada más.

Roy: Aunque digas eso, siempre es el humanista nii-sama quien oculta a Ricardo-san sus preocupaciones, ¿verdad? ¡Dijimos que ya sabíamos sobre eso—!

Julius: Bastardo…

Aplaudiendo, Alphard se rio incontrolablemente, y Julius envió al cuasiespíritu de aguaKua— bajo Ricardo para curar sus heridas mientras él se adelantaba.

Ricardo: ¡Ah! ¡Ey, Julius! ¡No vayas!

Julius: ¡Quédate ahí tranquilamente hasta que tus heridas sanen lo suficiente para que dejen de sangrar!

Apuntando su espada de caballero hacia adelante, Julius corrió hacia Alphard. Sin embargo, el movimiento ahora claramente no era el mismo que el de antes.
Ante los pasos y cortes agudos, Alphard, que recibió el primer ataque, sintió que su ceja fue ligeramente cortada.

Roy: Eso fue…
Julius: El poder del cuasiespíritu del yang, In, y al mismo tiempo…

Roy: ¿Oh?

La pregunta de Alphard se superpuso con la voz que respondía.
Usando sus largas piernas, Julius saltó y pateó la cabeza de Alphard. Esta vez, su defensa no llegaría a tiempo. Sus brazos colgantes se quedaron atrás y, girando los ojos, Alphard se giró e intentó desesperadamente esquivar.

Roy: ¡Uwa—kya! Lo de ahora, ¿qué fue?

Julius: Mi cuasiespíritu del yang. Mi espada tiene el cuasiespíritu del yin. Es una asociación mutua que mejora la habilidad física. Ésta es la primera vez que lo ves, ¿no?

Roy: …Oh, jiji; ¡como se esperaba~! ¡Julius-sama es maravilloso! ¡Aún tenía un encanto que ni nosotros ni nadie conocía, ¿no es así—?!

Julius: ¡¿—?!

Con sus mejillas ruborizadas, Alphard miró extasiadamente a Julius.
En el momento en que Julius frunció el ceño ante esa intensa mirada, Alphard se quitó y arrojó las dagas que llevaba atadas a los brazos. Un sonido agudo resonó al quedar clavadas en el adoquín.
Inmediatamente después, el talón de Alphard rompió el suelo donde estaba.

Roy: Como parece que no puedes sorprendernos con espadas, esta vez vamos a intentarlo con los puños—.

Julius: ¡Ghhk!

Alphard se acercó en un abrir y cerrar de ojos, mientras lanzaba la parte inferior de la palma de su mano y retorcía su cintura. Julius lo contrarrestó con su mano izquierda vacía, pero el golpe penetró a través de su brazo hasta su pecho.
Inimaginablemente, el fuerte impulso desde el suelo y el giro de su cintura habían aumentado la fuerza destructiva de su golpe de palma, y el delgado cuerpo Julius fue seriamente enviado a volar.

Si Subaru hubiera sido testigo de este espectáculo, habría pensado en un accidente de coche.
Una escena violenta donde un conductor temerario atropella con un coche a personas desprotegidas.

Roy: Sólo nuestros puños ya han derribado y matado a ochenta y ocho personas. Suponemos que sacudieron a nii-sama hasta la médula de sus huesos, ¿no?

Julius no podía darse el lujo de responder a la loca sonrisa de Alphard.
Los huesos de su pecho y sus órganos internos fueron aplastados, la sangre se desbordaba sobre su ropa y su cuerpo volaba en el aire. Ricardo, quien aún estaba siendo curado, respondió rápidamente a la situación.

Ricardo: ¡¡Julius, cuida'o!!

Ricardo abrazó y defendió a Julius, quien inesperadamente iba a chocar contra la pared. Incluso el enorme hombre-perro fue tragado por el impacto y chocó contra el edificio, aplastando las piedras de las que estaba hecho.
Ricardo, que había acudido en ayuda de Julius, sacudió la cabeza formando una nube de polvo. La sangre se derramaba a un lado de su cabeza, y escupió la sangre de su garganta para evitar ahogarse.

Ricardo: ¡Espíritu! ¡No sé si pue’es oírme, pero tu amo 'tá en apuros! ¡Ponte a trabajar! ¡Piensa en mí más tarde!

Ya fuera gracias a la llamada de Ricardo o no, la luz azul empezó a verter su poder en el moribundo cuerpo de Julius. Cuando Julius tosió dolorosamente y pasó a estar a salvo de la muerte, Ricardo se sintió aliviado por un instante y enérgicamente enfrentó la situación actual, agarrando su enorme machete.

Roy: ¡Bienvenido de nuevo! ¿Quieres comer? ¿Quieres que te invite a comer ¿O tal vez, ce-n-ar?

Ricardo: Vuerve a meter tu lengua en tu mardita boca, mardito mocoso. Te enseñaré lo que pasa cuando te burlas de los a’urtos como los mocosos de nuestra casa.

Roy: Bue~no, bueno, no vayamos más lejos. Nosotros… no deseamos alguien con cara de perro como comida, de todos modos. Si no quieres jugar con espadas o puños… ¿te parece bien esto?

Alphard, con una sonrisa, extendió sus manos, e inmediatamente Ricardo se puso más alerta.
Sin dejar de mirar cierta cosa, Ricardo apretó los dientes con fiereza.

— En el canal de agua detrás de Alphard, una columna de agua se elevaba en un remolino; parecía el cuello de un dragón de agua.

Ricardo: Habili’ad con la espa’a, artes marciales, y esta vez, magia. ¿Qué demonios eres?

Roy: Somos magos anónimos no practicantes, que ni siquiera podían ser mirados con orgullo por nuestra familia. ¡Es broma—!

Inmediatamente después de que Alphard sacara la lengua, la punta de la columna se dirigió hacia Ricardo.

Aunque era sólo agua, su impulso y masa eran suficientes para aplastar el cuerpo de un ser vivo. Además, Julius estaba detrás de él, así que tampoco podía elegir esquivarlo.

Ricardo: Ahora verás. WA, ¡¡HAAAAAHHH—!!

Clavando su machete en el suelo para que su cuerpo no se moviera del sitio y abriendo su gran boca, Ricardo lanzó una Onda Rugido.

De los tres subcomandantes de Colmillo de Hierro, dos de ellos ya habían demostrado su capacidad de cooperar en el ataque de Onda Rugido. Sin embargo, Mimi había desarrollado esta técnica imitando a Ricardo, y Ricardo dijo que era originalmente suya.


Sin embargo, en comparación con Mimi, que reduce la carga de lanzar la Onda Rugido dividiéndola con sus hermanos, para el cuerpo de una sola persona era una enorme carga.
Cuando sintió que el agua turbia caía sobre su cuerpo que estaba aferrado al machete clavado, el rugido destructivo salió de la garganta de Ricardo.

Roy: Vaya, increíble—.

Incapaz de escuchar esa voz de admiración, la Onda Rugido de Ricardo se estrelló contra la masa de agua turbia.
La ola chocó de frente, y el agua con una masa de varias toneladas se dispersaba y se evaporaba en la niebla. Después de unos segundos, la destruida corriente de agua fangosa golpeó la plaza como la lluvia, inundando el pavimento de piedra.
Ricardo apoyó todo su peso sobre su machete y colapsó.

Ricardo: Eso… sí que fue intenso. Incluso er borde de mi boca, se cortó un poco, ¿eh?

El daño residual en sí mismo dejó a Ricardo en blanco durante mucho tiempo, lo que lo agobió aún más después de la Onda Rugido. Sin embargo, respirando irregularmente, logró levantarse a fuerza de voluntad.
Alphard no se vio afectado en absoluto, sin mostrar ningún signo de agotamiento. Él sólo estaba bailando.

Roy: ¡Impresionante impresionante—! ¡Hacía tiempo que no veíamos a nadie soportar eso! ¡Tanto tiempo que no hay ni un rastro de ella ni siquiera en nuestros, nuestros recuerdos! ¡Qué bien, bien eh, muy bien, creo que bien, tal vez bien, bien ¿no?, bien ¿verdad?, bien ¿no crees?, creo que parece bien, precisamente porque parece bien—!

???: — Tu discurso repetitivo termina aquí.

Roy: Vaya, es el gran retorno de nii-sama. Aterrador, tierno, envidiable.

Delante de Alphard, quien negó con la cabeza, Julius estaba de pie junto a Ricardo.
Su cara estaba pálida, y su uniforme de caballero estaba teñido de sangre. Su aliento era incluso ligeramente irregular, y era completamente imposible decir que estaba en su mejor forma. Aun así,

Julius: Gracias por la ayuda, Ricardo.

Ricardo: Sí, te ayu’é. Y haré que le informes mis esfuerzos apropia’amente a la Señorita para que me den una bonificación temporar.

Julius: Sobre eso, te aseguro que hablaré muy bien de ti.

Agarrando su espada de caballero, Julius tocó el hombro de Ricardo y posteriormente miró a Alphard. Sintiendo esa mirada, el pecador sonrió, se ruborizó y retorció sus labios irritantemente.
Sus expresiones faciales, acciones e incluso su forma de luchar estaban espeluznantemente llenos de parches discordantes.
O tal vez, eso mismo estaba relacionado con su Autoridad de Glotonería.

Julius: Con tal destreza en el uso de espadas, artes marciales e incluso magia, ¿por qué te alineaste con el mal? Ese poder podría haber sido utilizado para otra cosa, algo mejor.

Roy: Otra cosa, ¿eh? Por ejemplo, ¿qué otras cosas considerarías, nii-sama?

«Nii-sama»; incluso su forma de dirigirse a él era inquietante.
Cada vez que la lengua de Alphard la decía—cada vez que pronunciaba eso con un tono extravagante y una actitud engreída, esa palabra perdía su valor para Julius.
— Aunque Julius no tiene familiares que le llamen así.

Julius: Por ejemplo, un caballero. Por ejemplo, un mercenario. Por ejemplo, un héroe. El poder descuidado cae fácilmente en las manos del mal, y la fuerza se convierte en violencia contundente. Por eso…

Roy: ¡Pensamos que lo dirías—! ¡Pensamos que dirías eso, nii-sama! Pensamos que el nii-sama que nosotros conocemos, el nii-sama en el que nosotros confiamos, diría eso. ¡Lo pensamos—!

Deteniendo abruptamente la conversación, Alphard saltó y se acercó a Julius.
Julius sostuvo su espada de caballero en posición vertical y atacó la patada que se acercaba. Como si tuviera placas de hierro pegadas a sus talones, el corte de espada no causó ningún daño.
Alphard giró bruscamente y continuó su aluvión de patadas desde un ángulo bajo, mientras se contorsionaba, haciendo retroceder a Julius.
Ante sus intensos y fuertes movimientos, incluso Ricardo perdió de vista el ritmo de sus ataques y ahora era incapaz de interrumpir.

Roy: ¡¿Te acuerdas de cuando éramos niños?! ¡Cuando nos enfermamos y caímos en cama, le preguntamos a nii-sama si podía traernos una monzana del árbol del jardín—!

Julius: ¡Diciendo lo que te da la gana...! No recuerdo tal cosa. ¡Deja de imponer tus propios delirios aleatorios a los demás!

Roy: ¡Nosotros y nii-sama todavía éramos pequeños, y nii-sama primero dijo que era imposible y que renunciáramos—! ¿Te acuerdas? ¿No te acuerdas? ¡Pero nosotros, sólo porque nii-sama trató de detenernos, terminamos queriendo esa monzana aún más—! ¡Si hubiéramos hecho lo que nii-sama dijo que era imposible, nosotros seríamos increíbles! ¡Nuestra confianza aumentaría! ¡Realmente pensamos eso, e~h!

Julius: ¡¿Qué estás… qué estás diciendo?! No sé lo que dices; ¡no lo sé!

Julius bloqueaba con la espada de caballero sus patadas, su talón, su patada giratoria, su patada recta, su patada de salto alto, su salto mortal, su patada giratoria hacia atrás,…
Ya sus brazos estaban entumecidos, sus órganos internos estaban marcados por el dolor, y podía sentir el sabor de la sangre en su boca. No, era diferente del sabor de la sangre pura, ya que ésta era su sangre mezclada con vómito. Justo ahora, se mordió los labios. Él se lo preguntaba, justo ahora.
Julius no podía evitar escuchar atentamente los delirios de Alphard.

Roy: ¡Por lo que pasó después, nosotros—! ¡Nosotros—! ¡Nii-sama—!

Julius: ¡hk!

Roy: ¡Siempre, siempre pensamos en eso—! ¡Siempre, siempre lo sentimos—! ¡Que éramos diferente! ¡Que éramos sólo una carga—! ¡Cómo solía ser eso! ¡Y cómo es ahora! ¡Qué sensación tan buena! ¡Así que era esa sensación! ¡A~h, esto se siente tan bien, e~h! ¡Finalmente lo entendemos!

Julius: ¡¡No sé nada, NADA DE TI, BASTARDO!!

Habiendo sido forzado a decir lo que pensaba, Julius estalló de rabia.
Sosteniendo su espada de caballero con inmensa fuerza, intentaba atacar siempre que encontraba una brecha en la posición de Alphard. Golpeando, perforando, pateando, aporreando, enredando, esquivando.

Un corte teñido de furia y hostilidad. El pelo de Alphard, demasiado tarde para evitarlo, fue cortado y cayó al suelo. Aún así, no era sólo al corte a lo que había que prestar atención.

Julius: ¡Ia! ¡Kua! ¡Aro! ¡Ik! ¡Mea! ¡In!

Al ser llamados, los cuasiespíritus, los espíritus contratados con el Caballero Espiritual, comenzaron a girar a su alrededor.
Al pronunciar sus nombres, los seis cuasiespíritus de colores aumentaron su brillo, convirtiendo la mera afirmación de su existencia en una fuerza poderosa y vertiéndolo todo sobre el oponente de su caballero.

—Las seis luces de colores rodearon a Alphard desde las seis direcciones, bloqueando cualquier camino para escapar.

Julius: ¡Con esto, se acaba!

Julius creía firmemente en su victoria, dado que Alphard ya no podía escapar.
Una estocada de su espada directamente al pecho de Alphard—

Roy: —Palma Exterminadora.

La palma oscura frente a su pecho chocó con la espada de caballero en el medio y la aplastó en pedazos.
Los escombros se dispersaron, y la estocada mortal perdió su efectividad.
Sin embargo, todavía quedaba la magia que se le aproximaba desde seis ángulos muertos—

Roy: —Encontronazo del Mago.

Un inesperado y confuso poder mágico surgió detrás de Alphard y acabó con las seis luces que se acercaban.
La magia de un color chocó con la magia de ese mismo color, y toda la magia fue anulada.
Y finalmente, los ojos de Julius, quien supuestamente había asegurado la victoria con este ataque, se abrieron con sorpresa.

Roy: —Serpiente de las Espadas Gemelas.

Los dedos de los pies de Alphard levantaron las dagas que se suponía que había arrojado antes.
Cuando descendió su cuerpo ante el ataque de Julius, Alphard llegó a donde estaban las dagas. Al atrapar las dagas que rotaban en el aire con ambas manos, el cuerpo de Alphard empezó a rotar.
Una tormenta de cuchilladas estalló, y Julius usó sólo su espada de caballero rota.

Julius: …

Roy: Nii-sama tomó esa monzana. Por eso nosotros odiábamos a nii-sama.

Un brazo cortado bruscamente desde el codo rotó en el aire e hizo un sonido al caer sobre el adoquinado.