lunes, 22 de septiembre de 2025

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READY STEADY GO


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Aingero

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

El gigantesco escorpión fue quien lanzó el primer ataque, aquel que daría inicio a la batalla.
 
『 … 』
 
Sus rojos ojos compuestos brillaron con intensidad y, acto seguido, su cola oscilante disparó una luz blanca.
Lo aterrador de aquel ataque, que pretendía exterminarlos, era la ausencia del típico chirrido que anunciaba su detonación. Sin siquiera un rugido; el gigantesco escorpión hizo que la muerte cayera sobre ellos con una calma sepulcral.
Subaru tenía muchos malos recuerdos vinculados a dicha luz blanca. De hecho, eso lo había asesinado en aproximadamente la mitad de sus más de quince intentos dentro de la torre.
No obstante, como había caído ante ella tantas veces, acabó aprendiendo algunas cosas sin pretenderlo.
Por ejemplo…
 
『 Subaru: ¡Su velocidad de disparo y sus señales de ataque inminente…! 』
 
Los ojos compuestos y el aguijón del escorpión brillaban un poco más de lo normal cuando estaba a punto de atacar. Estas señales eran tan sutiles que había llegado a pensar que sólo estaba imaginando cosas, pero Subaru había desarrollado un sexto sentido para sobrevivir a base de su prueba y error mortal.
Aprovechándolo al máximo, Subaru corrió con Beatrice en brazos para acortar la distancia entre ellos y el gigantesco escorpión. Y eso era porque…

『 Subaru: ¡Carga demasiado lento! 』
 
Mientras hablaba, giró su cuerpo y esquivó el rayo de luz blanca.
Aunque clamara que era lento, seguía siendo mucho más rápido que el lanzamiento de un pésimo jugador de béisbol de secundaria. Por fortuna, confiaba en su capacidad para saber si un lanzamiento era bueno o no. Porque, de lo contrario, sería imposible que siguiera con vida.
 
Un gran hombre dijo una vez que la vida es un proceso de prueba y error. Aunque lo más probable es que no pensara en situaciones de vida o muerte como esta cuando lo dijo.
Aun así, es mediante los errores que se aprende; esa es una verdad irrefutable. Subaru, «por suerte», podía pasar por prueba y error en situaciones de vida o muerte.
Había hecho pleno uso de dicha facultad, afinando su sentido de la supervivencia. ——Ese era el terreno de combate de Natsuki Subaru.
 
『 Subaru: ¡Siento mucho no poder estar a la altura, yo! 』
 
Por no poder luchar limpiamente, Subaru se disculpó de corazón con su otro yo, quien buscaba al todopoderoso Natsuki Subaru. Beatrice, sin embargo, reaccionó resoplando un『 Jmf 』por la nariz. Ella seguía fuertemente sujeta entre sus brazos durante esta danza al borde de la muerte con él.
 
『 Beatrice: ¿Pero de qué estás hablando, de hecho? Nunca has dejado de estar a la altura para nosotros, ni una sola vez, supongo. 』
 
Beatrice lo animó y alzó la mano enseguida. Con sus finos labios, entonó un hechizo de magia Yin capaz de torcer las leyes de la gravedad: 『 Murak 』.
El gigantesco escorpión ya había sufrido sus efectos una vez, cayendo lejos como resultado. Por tal motivo, el escorpión preparó su exoesqueleto color azabache y plantó sus patas firmemente para que eso no ocurriera una segunda vez.
Sin embargo…
 
『 Meili: ¡Quedándote quieto sólo te pones en bandejaa! 』
 
Una horda de mabestias asedió al inmóvil escorpión gigante.
Las mabestias de apariencia extraña a las que Meili había ordenado atacar se llamaban Topos Emplumados, seres que parecían ser el cruce resultante entre alas y cuernos. Como balas que no temían a la muerte, salieron disparadas hacia el gigantesco escorpión e impactaron su duro exoesqueleto con sus cuernos. El ruido de los cuernos colisionando contra el escorpión venía acompañado por el crujido de sus fragmentos.
Retorciéndose de dolor ante la cadena de impactos, el gigantesco escorpión levantó sus grandes pinzas en represalia.
 
『 ???: … ϡ ϡ 』
 
Fue entonces que una figura, cuya apariencia era el summum de lo aberrante, reanudó el asedio. Un ser que era la mismísima encarnación de una noche plagada de pesadillas: el centauro, mitad hombre y mitad caballo, conocido como el Soberano de la Hambruna.
Los espantosos llantos de bebés recorrieron el balcón de la atalaya. A su vez, un atronador rugido chirriante se desató, seguido de un estallido de llamas que llenó violentamente la zona que les rodeaba, extendiéndose casi hasta el cielo.
 
『 Soberano de la Hambruna: … ϡ ϡ 』
 
El Soberano de la Hambruna no dudó en clavar su lanza llameante en el mismísimo corazón de las llamas. Su punta al rojo vivo iba a asestar una estocada fulminante que perforaría incluso el exoesqueleto del escorpión, cuya dureza igualaba la del hierro.
El gigantesco escorpión era abrumadoramente fuerte cuando se trataba de fuerza de combate simple. Sin embargo, eso no quería decir que los ataques no funcionaran contra él. Sentía dolor si era lastimado, como cualquier criatura viviente.
Sentía dolor si era lastimado. Si es que era lastimado.
 
『 Subaru: … 』
 
Así, el gigantesco escorpión encarnaba el lema de «mientras no me toquen, no pasa nada».
Atrapó la lanza con una de sus enormes pinzas y, con ella, cercenó el brazo del Soberano de la Hambruna de un solo corte. El Soberano de la Hambruna intentó regenerar su herida, pero había sido despiadadamente cauterizada por su propia lanza llameante. Su carne se retorcía y burbujeaba en un intento por regenerarse, pero se detuvo súbitamente.
Subaru había recabado un dato innecesario: la mabestia no podía regenerar heridas cauterizadas. Fue entonces cuando el gigantesco escorpión clavó su aguijón salvajemente en el torso del inmóvil Soberano de la Hambruna, para luego hacer su cuerpo estallar desde el interior.
 
『 … 』
 
Su carne y sangre se desperdigaron por doquier, consumiéndose así su vida.
Incluso los Topos Emplumados, que se habían inmolado contra el exoesqueleto del escorpión, perecieron en cuanto el cuerno fusionado a sus cabezas se quebró. Su forma de luchar, sacrificando trágicamente sus vidas, podía ser repudiada, y con razón, por ser una completa barbarie.
Sería un error por parte de Subaru hacer la vista gorda ante esto y restarle importancia pensando que eran sólo mabestias. Sin embargo, tampoco planeaba maquillarlo con el pensamiento de que todas las vidas tuvieran el mismo valor.
 
La vida sí tiene valor, pero hay diferencias en esos valores, sin ninguna duda.
 
Había claras diferencias en cómo percibía el peso de las vidas de aquellos que eran valiosos para él y de quienes no lo eran. No iba a maquillarlo con engaños. Por eso, sacaría el mayor provecho posible a las vidas de las mabestias para ganar esta batalla.
Por lo tanto…
 
『 Subaru: Hiciste bien en ignorarme, ¡pero también fue un gran error! 』
 
Con el frente de las mabestias repelido, Subaru avanzó con determinación sobre el suelo teñido de rojo. Sujetando a Beatrice en su brazo izquierdo, sacó su látigo con la mano derecha y lo alzó.
Bautizado como Guiltywhip, su látigo recibió sus blasfemos toques finales usando el cadáver de su antiguo enemigo——Natsuki Subaru lanzó un latigazo a una velocidad tal que cortaba el aire con un silbido, impactando directamente contra el exoesqueleto del gigantesco escorpión.
 
El escorpión emitió un rugido ensordecedor y fijó su mirada en Subaru con sus rojos ojos compuestos. No daba muestras de haber sufrido daño alguno ni de sentir dolor.
Pero eso era lo de menos, ya que su objetivo no era causarle daño. Quizás por eso el escorpión había priorizado lidiar con las mabestias y dejar a Subaru para el final.
La decisión del escorpión fue tanto acertada como errónea.
 
『 Subaru: ¡¡WHRAAAAAAA——!! 』
『 Beatrice: ¡¡Pescamos un pez gordo, de hecho!! 』
 
Su látigo se había enroscado en el exoesqueleto del escorpión. Si tiraba con todas sus fuerzas, el imponente cuerpo de la criatura se alzaría, impulsado por el retroceso.
Esto era posible gracias a los efectos de la magia Yin de Beatrice, que seguían activos y reducían drásticamente el peso de la colosal bestia.
El gigantesco escorpión intentó plantarse en el suelo de inmediato, pero la sangre y las vísceras que lo cubrían le dificultaban enormemente conseguir un agarre firme. Con convicción, Subaru levantó al escorpión de un tirón, mientras que la criatura intentaba desesperadamente anclarse al suelo con sus afiladas patas.
 
A ojos de un espectador, parecía como si Subaru estuviera zarandeando al enorme escorpión con una fuerza sobrehumana. Sin embargo, aquel grandioso espectáculo no habría sido posible sin la ayuda de Beatrice, lo que permitió que Subaru siguiera tirando del cuerpo del gigantesco escorpión, haciéndolo girar una y otra vez hasta arrojarlo lejos.
 
『 Subaru: ¡¡Te… me… cui… DAAAAAAS!! 』
 
El cuerpo del gigantesco escorpión giró en el aire con una enorme inercia.
Mientras giraba fuera de control, intentó atacar a Subaru con un rayo de luz blanca muy certero. No obstante, Beatrice levantó la mano y lo bloqueó.
Materializó cristales morados brillantes en el aire que colisionaron directamente con el rayo de luz blanca. Coordinándose con ella, Subaru liberó al gigantesco escorpión de su látigo y este salió volando al cielo una vez más.
 
『 Subaru: Esto debería darnos más… 』
 
――tiempo.
 
La ofensiva temeraria de Subaru les permitió darse un respiro de aquel caos, aunque no sin algunos sacrificios de por medio. Sin embargo, sus ojos se abrieron con asombro antes de que pudiera terminar lo que estaba diciendo.
En su campo de visión, el gigantesco escorpión comenzó a realizar una serie de acrobacias extraordinarias mientras se alejaba a toda velocidad.
 
『 … 』
 
Con un tajo de sus enormes pinzas, se cortó la cola de raíz, enviándola a volar y esparciendo fluidos corporales de color rojo oscuro a su paso. Y, de la punta de su cola cercenada, un rayo de luz blanca se disparó.
El rayo impactó contra el mutilado escorpión y lo arrojó de vuelta hacia el balcón de la atalaya con una fuerza descomunal. Aprovechándose de que le habían reducido su peso hasta hacerlo muy ligero, logró regresar al balcón, creando así una onda de choque. Clavó sus enormes pinzas en el suelo para frenar su impulso antes de dirigirles una mirada fulminante.
 
『 Subaru: ¡Q-qué acrobacias tan increíbles! Pero si eso significa que has perdido tu cola, entonces mejor para nosotros… 』
 
『 Escorpión: … 』
 
『 Subaru: Oh no… ¡OH NO! 』 
 
Tras aterrizar, el gigantesco escorpión se agazapó a modo de defensa, mientras de su cola seguía brotando más sangre de un rojo oscuro. Sin embargo, su herida no se había hecho más profunda, sino todo lo contrario. ――Su cola comenzaba a regenerarse desde el muñón.
Y no solo era su cola; las grietas en su exoesqueleto, causadas por el rayo de luz blanca que se había autoinfligido para regresar, también burbujeaban. Podía observar cómo esas heridas comenzaban a rellenarse.
 
『 Subaru: Es resistente, inteligente y se regenera; ¡¿soy yo o cada vez se parece menos a Shaula?! 』
 
Curación aparte, Shaula no era inteligente y su cuerpo era blando. Sin embargo, el gigantesco escorpión se había despojado de todos esos rasgos y ahora se les echaba encima con su apabullante poder asesino.
Movió erráticamente su cola recién crecida y disparó agujas en todas direcciones. Era un ataque a distancia que carecía de sus típicas señales de aviso, por lo que era el peor tipo de ataque al que Subaru y Beatrice podían verse sometidos, considerando su escasa capacidad de combate.
 
『 Subaru: ¡¿UOOO――H?! 』
『 Beatrice: Gh… ¡¡Subaru, tendremos que volar, supongo!! 』
 
No tenían forma de escapar de los rayos de luz blanca que el escorpión había disparado, al menos no en tierra firme. En dado caso, su única vía de escape era el cielo. Beatrice rápidamente liberó su magia del escorpión y llamó a Subaru, quien a continuación se impulsó desde el suelo y saltó al aire con todas sus fuerzas, confiando en su compañera, sin importar si su magia realmente fuera a funcionar. Los rayos de luz blanca comenzaron a destrozar el balcón, con uno de ellos casi rozando sus pies.
 
『 Subaru: ¡Por los pelos de un calvo! 』
『 Beatrice: ¡Aún no cantes victoria, de hecho! 』
 
Literalmente, habían saltado por encima de la muerte, pero no era hora de relajarse.
Lo mismo había ocurrido antes cuando Subaru y Beatrice lanzaron su ataque contra el gigantesco escorpión. Escapar hacia el cielo significaba que habían perdido tanto su punto de apoyo como cualquier ruta de escape. ——Lo único que les quedaba era ser destruidos por uno de los ataques del escorpión.
 
 『 Subaru: ¡Beako! ¡ORIGINAL SPELL, segunda parte! 』
 
Aunque este as bajo la manga sólo podía usarse tres veces al día, sería demasiado arriesgado no usarlo y morir como resultado. Beatrice llegó también a la misma conclusión cuando Subaru le apretó los hombros con fuerza.
Tendría lista su técnica especial en un santiamén, aquella capaz de hacer invencible a Subaru por un periodo de tiempo determinado…
 
『 ???: … ϡ ϡ 』
 
『 Subaru: ¡¿UOH?! 』
『 Beatrice: ¡¿Uaaah?! 』
 
Beatrice y Subaru fueron agarrados por un lado antes de que la técnica pudiera ser activada. Un rayo de luz blanca atravesó el espacio en el que habían estado hace un momento, casi evaporándolos.
Aquello que los había salvado y alejado del gran escorpión era…
 
『 Subaru: E-eso estuvo cerca. ¿Qué fue lo que…? ¡¿Ueh?! 』
『 Beatrice: ¡¿Supongo?! 』
 
Aferrado a algo gomoso, su voz se ahogó por el asombro al ver lo que había pasado. Del mismo modo, Beatrice frunció el ceño intensamente al notarlo.
Lo que los había salvado del ataque del gigantesco escorpión, y seguía dándolo todo para protegerlos, era una mabestia de color azul oscuro y aspecto vil: un Soberano de la Hambruna.
 
『 Subaru: ¡Cuando te vi por primera vez en la zona subterránea, jamás pensé que lucharíamos codo a codo en el clímax! 』
 
『 Soberano de la hambruna: … ϡ ϡ 』
 
El Soberano de la Hambruna lanzó un grito horripilante en respuesta al fanfarroneo de Subaru, provocando que sus mejillas se tensaran. Fue entonces cuando otro Soberano de la Hambruna se detuvo junto a ellos, llevando sobre su lomo a la pequeña Meili.
 
『 Meili: ¿Me parece o estaban a punto de usar su as bajo la mangaa? Traten de ser más cuidadosos, ¿valee? Porque el as de onii-san y Beatrice-chan es también mi salvavidaas. 』
 
『 Subaru: ¡NICE SAVE! ¡NICE FOLLOW! ¡Bien hecho, Meili! ¿Podemos cambiar el FIELD de batalla tal y como vamos? 』
 
『 Meili: ¿Estás diciendo que nos reubiquemoos? Sí que puedo, peroo… 』
 
『 Subaru: ¡Entonces, hazlo, por favor! ¡Aquí ya apenas hay a donde correr! 』
 
Al examinar los alrededores, Subaru tomó la decisión de retirarse del balcón, pues no quedaba mucho espacio donde pararse. Había ya montones de cadáveres de mabestias esparcidos por allí, aumentando las posibilidades de que ocurrieran accidentes inusuales.
Meili pensó un momento en la eficacia de su decisión y luego asintió. Le dio una palmada en la espalda a su Soberano de la Hambruna y dio la orden a ambos con un『 Por favor 』. Tan pronto como escucharon sus palabras, ambos Soberanos de la Hambruna aceleraron su paso y saltaron del balcón, aterrizando sobre la pared de la atalaya. Comenzaron a descender por ella sin perder ni un segundo y a una velocidad vertiginosa.
 
『 Subaru: ¡¿UOH, UOOOOOOH——?! 』
『 Beatrice: ¡WABABABABABABA, ¿DE HECHO?! 』
 
Ante este descenso repentino y frenético, Subaru y Beatrice se abrazaron y gritaron al unísono. Pero, al mismo tiempo, Subaru no pudo más que quitarse el sombrero ante la habilidad de Meili para someter a nada menos que los Soberanos de la Hambruna y convertirlos en sus aliados.
 
『 Subaru: … 』
 
Teniendo como aliados los poderosísimos Soberanos de la Hambruna a la cabeza, los Topos Emplumados surcando los cielos, los colosales Gusanos de Arena, los Osos Cortesanos y otras innumerables mabestias en tierra, disponían de un abanico bastante amplio de estrategias.
Se podría decir que eran los camaradas ideales para Subaru, ya que su plan consistía en seguir ganando tiempo con una táctica dilatoria tras otra.
 
『 Subaru: ¡Hay mucho por donde elegir con la gran VARIETY de opciones que tenemos para atacar! ¡Meili, puede que tú y yo seamos más compatibles de lo que alguna vez pensé! 』
 
『 Meili: ¡Bastaa, onii-san! ¡Porque, absolutamente, no quiero que Petra y Beatrice-chan me miren feoo! 』
 
Subaru intercambió gritos con Meili mientras galopaban en un descenso vertical por la atalaya. Esta última frunció el ceño disgustada antes las palabras desenfadadas de Subaru. Su reacción hirió ligeramente su inocente sensibilidad masculina, pero no era el momento de fijarse en heridas tan triviales.
 
『 Subaru: La segunda ronda empezará cuando caigamos al mar de arena. ¡Va a venir a por mí! Así que, por el momento, ella no debería interferir con nadie dentro de la torre… 』
 
『 Meili: Peroo, aún no hallamos una forma de vencerla, ¿noo? No venceremos si únicamente huimos, ¿no creees? 』
 
El suministro de mabestias era abundante en las Dunas de Auguria. No solo eso, sino que actuaban como municiones inagotables, en constante reposición. Sin embargo, eso solo aseguraba que pudieran seguir dando batalla, no que fuera una forma definitiva de derrotar al escorpión.
 
『 Subaru: … 』
 
Miró a Meili. Respiraba con dificultad mientras se limpiaba el sudor que goteaba de su frente.
Esto se debía, en parte, a la tensión que sentía, atrapada entre la espada y la pared que era el campo de batalla. Aun así, no pudo evitar pensar que también se debía al desgaste que le suponía controlar a las mabestias. Aunque era algo que Subaru realmente no podía comprender porque no poseía una Protección Divina, era muy probable que se volviera dañina por usarla en exceso.
 
『 Subaru: Otto bromeó al respecto, diciendo cosas como que el mundo era un infierno cuando no tenía control sobre su Protección Divina. 』
 
Tal vez aquellas palabras que Otto había balbuceado cuando estaba ebrio no eran del todo descabelladas.
Si las Protecciones Divinas se convirtieran en una carga, como había dicho Otto, entonces también habría un límite para la capacidad de pelea de Meili. Si ella llegara a caer en combate, Subaru y compañía serían derrotados inmediatamente después.
En otras palabras…
 
『 Subaru: ¡La batalla se decidirá dependiendo de cuánto mime a Meili como una princesa! 』
 
『 Beatrice: ¡Qué plan tan inexcusable, supongo! 』
 
Justo después de que Beatrice alzara las cejas en respuesta a la declaración de Subaru, ambos sintieron una sacudida en todo el cuerpo. Era una señal de que los Soberanos de la Hambruna habían llegado a su última parada después de descender por la torre a toda velocidad.
Eso significaba que habían dejado atrás la pared vertical de la atalaya y regresado al mar de arena.
 
『 Subaru: Aunque siempre ha estado aquí… aterrizar así sobre él hace que se sienta muy distinto. 』
 
『 Beatrice: ¿Cómo se siente, de hecho? 』
 
『 Subaru: Fatal; odio que los desiertos estén tan llenos de arena. También me hace recordar que nunca me gustaron los niveles de arena típicos de los videojuegos. 』
 
A veces, dependiendo del sistema de juego, los puntos de salud de su personaje comenzaban a bajar sólo por caminar bajo el calor abrasador. Este mar de arena no tenía nada que ver con la arena ardiente de esos juegos, pero aun así no tenía recuerdos agradables de éste.
Y, para colmo de males, estaban rodeados de incontables hordas de mabestias.
 
『 Subaru: Sé que no nos atacarán, pero… 』
 
Un aroma dulzón y empalagoso que le hacía fruncir la nariz flotaba en el aire, acompañado de un hedor a bestia aún peor; podría decirse que el aire alrededor del mar de arena era de los más desagradables del mundo. Estar en este lugar plagado de mabestias tanto familiares como desconocidas quizá fuera el sueño de todo investigador de mabestias.
Por desgracia para Subaru y Beatrice, eso no hacía más que hacerlos sentir incómodos.
 
『 Meili: Y bieen, ¿cuál es tu respuesta a mi preguntaa? 』
 
Meili alineó su Soberano de la Hambruna al lado de los temblorosos Subaru y Beatrice. Ante su deseo de obtener una respuesta, Subaru levantó la vista hacia la torre y respondió…
 
『 Subaru: Es como tú dices; en lo que respecta a Shaula… al gigantesco escorpión, no podemos hacer nada. Es por eso que Emilia-tan es la clave de todo. 』
 
『 Meili: … ¿Te refieres a la onee-san de cabello plateado de antes? 』
 
『 Subaru: Sí. Emilia-tan y la quinta regla son la clave de todo. 』
 
Subaru asintió hacia la escéptica Meili antes de levantar la palma de su mano frente a ella. Extendió los cinco dedos, enumerando las reglas que se les había impuesto como desafiantes de la Atalaya Pléyades.
 
『 Subaru: No podemos irnos sin completar los Exámenes. No podemos romper las reglas de los Exámenes. No debemos faltar al respeto a la biblioteca. No debemos dañar la torre. Y finalmente… 』
 
『 Meili: ¿Y finalmente? 』
 
Meili ya debería conocer las primeras cuatro reglas.
Pero desconocía la quinta. Shaula no quiso decirla, así que sólo Subaru, quien había retornado por muerte, la conocía. Y también la propia Shaula, evidentemente.
 
La quinta regla que Shaula se había negado a contarles era…
 
『 Subaru: … No está prohibido destruir los Exámenes. Lo que significa que podemos destruir las reglas de esta torre. 』
 
Como desafiantes, los Exámenes limitaban sus acciones. Al mismo tiempo, las reglas también limitaban las acciones de Shaula, ya que era una examinadora.
Shaula estaba atada a las reglas de la torre. Así que, aunque ella no quisiera matarlos, no podía escapar del destino que la obligaba a intentarlo mediante su transformación en escorpión gigante.
Si esas eran las cadenas que la habían mantenido cautiva durante cuatrocientos años, entonces…
 
『 Beatrice: … Tch. ¡Ahí viene, supongo! 』
 
Justo después de su advertencia, una gran columna de polvo se elevó ante los ojos de Subaru y compañía.
Una onda expansiva acompañó a la gigantesca silueta que, en lugar de descender por la torre, había saltado directamente desde el balcón hasta el suelo sin dudarlo.
Se podía oír el pesado rechinar de sus pinzas viniendo desde la espesura de la nube de polvo. El gigantesco escorpión emergió lentamente de su interior, y sus ojos compuestos miraban directamente a Subaru en lugar de a los incontables enemigos a su alrededor.
 
『 Subaru: ¡Beako, Meili! ¡Necesitamos ganar algo de tiempo! ¡Nuestra victoria depende de la de Emilia-tan! 』
 
『 Beatrice: ¡Te escucho fuerte y claro, de hecho! 』
『 Meili: ¿Y exactamente cuánto tiempo será esoo? 』
 
『 Subaru: Lo más pronto que le sea posible a Emilia-tan. 』
 
Emilia siempre era seria y muy trabajadora.
Por lo tanto, jamás cedería ni se relajaría ante los problemas que enfrentara. Los resultados que entregaba siempre eran lo mejor que podía dar.
Subaru lo creía, lo amaba y lo valoraba. Y por eso, iba a ser capaz de mantenerse firme aquí.
 
『 Subaru: En fin, manos a la obra. Rompamos las cadenas del destino… o, mejor dicho: rompamos el SYSTEM de la torre. 』
 
 
 △▼△▼△▼△
 
 
『 ???: Ya veo, por eso tú… 』
 
『 ???: ¡Sí, así es! ¡Subaru me dijo que, sin lugar a dudas, yo encontraría una manera de reescribir la situación en la que estamos si subía a lo más alto de la torre! 』
 
Emilia se centró en correr tan rápido como podía, dándole nada más que una breve respuesta. Llevaba a Echidna en brazos, quien encogía su cuerpo todo lo que podía.
Al principio, Emilia corrió tomándola de la mano; pero, al verse frenada por ella, a mitad de camino decidió cargar con ella, y así habían permanecido desde entonces.
De hecho, era mucho más rápido de este modo, y su cuerpo se esforzaba mucho menos, lo cual era un alivio para ella, pero…
 
『 Echidna: ¿No deberías ser tú quien ahorrara fuerzas? No tienes ni idea de lo que te depara, ¿verdad? 』
 
『 Emilia: ¿Eh? ¡Ah, descuida! El cuerpo de Anastasia-san es muuuy ligero, y no es que se haya vuelto más pesado contigo dentro, Echidna. ¡Es coser y cantar! 』
 
『 Echidna: Mi presencia no altera el peso de Ana… no, en absoluto. 』
 
Ante esa respuesta un tanto desacertada, Echidna miró a Emilia ―o, más bien, a la belleza de la desconocida semielfa― con sentimientos encontrados.
Esta semielfa desconocida era uno de sus compañeros a quienes la autoridad de Glotonería había arrebatado el nombre. Aunque sus circunstancias eran muy parecidas, su comportamiento distaba mucho del de Julius. Quizás sus personalidades eran diferentes por naturaleza, o tal vez era una diferencia en las personas que estaban presentes para apoyarlos.
 
『 Echidna: ¿No te aterra haber sido olvidada? 』
 
『 Emilia: Es muuuy aterrador, y hace que uno se sienta solo. Pero no tengo tiempo para agacharme y encogerme del miedo. ¿Verdad? 』
 
Echidna preguntó en voz baja, y Emilia le dio una respuesta extremadamente sincera. Su radical cambio de ánimo parecía ser un reflejo de su fortaleza mental, o quizás obedecía a algún otro factor.
 
Emilia ya lo había dicho antes. ――No tengo nada que temer, porque Subaru me recuerda.
 
Eran palabras terriblemente ingenuas y poco realistas; pero, al mismo tiempo, parecían auténticas.
 
『 Echidna: … 』
 
No estaba claro qué hacía a Natsuki Subaru inmune a los efectos de la autoridad de Glotonería. Aunque, realmente, ni siquiera él era completamente inmune. De hecho, ¿no había mencionado que la razón por la que había perdido sus recuerdos fue por un encuentro inesperado con Glotonería?
 
Por lo tanto, no se podía decir categóricamente que la peculiaridad de Subaru fuera la causa principal de todo lo ocurrido. En otras palabras, aún cabía la posibilidad.
 
¿Había algún modo de proteger sus recuerdos y sus nombres?
De haberlo habido, entonces tanto Anastasia como Julius…
 
『 Echidna: … 』
 
Se detuvo a pensar en cómo se sentía Julius: ¿quién podría culparlo por flaquear luego de haber sido olvidado por todos? Sin embargo, al observar la fortaleza de Emilia bajo la misma situación, no pudo evitar preguntarse qué era lo que diferenciaba a ambos.
La diferencia debía residir en quien tenían a su lado. La diferencia debía estar en quien estaba junto a ellos, brindándoles apoyo.
¿Habría podido Julius mantenerse firme si hubiera contado con algo de apoyo? Al igual que Natsuki Subaru estuvo para Emilia, ¿no debería haber estado alguien allí para él?
 
『 Echidna: Yo… 』
 
¿Qué debería hacer?
 
Echidna no podía hallar la respuesta a su propia pregunta.
Quizás era la primera vez en su vida que, como un espíritu artificial vacío, se sentía tan mal y tan perdida consigo misma.
 
『 Emilia: ¿Echidna? 』
 
『 Echidna: … No es nada. Por cierto, ¿de verdad pudiste tratar con el carácter violento de Reid Astrea y… aprobar el Examen del segundo piso? 』
 
『 Emilia: Sí, de verdad. Explicártelo será muuuy difícil ahora que lo has olvidado. 』
 
Emilia infló las mejillas adorablemente, pero en verdad se sentía avergonzada por cómo había superado el Examen de aquel hombre, quien era la violencia personificada.
A Echidna jamás se le cruzó por la cabeza que ella mentiría en esta situación. Aunque hacía poco que la había conocido, pudo notar que ella era sincera por naturaleza. Por tanto, todo debía ser verdad. Había sido sólo por unos instantes, pero, a juzgar por cómo se había enfrentado al gigantesco escorpión en el balcón, no tenía duda de que era una luchadora muy capaz.
Así pues, el único problema que quedaba pendiente era…
 
『 Echidna: Dices que, si subes a lo más alto de la torre, hallarás una solución a esta situación. ¿En qué te basas? 』
 
『 Emilia: Subaru me dijo que Shaula le contó cuál era la quinta regla. Además, Subaru ha reflexionado largo y tendido sobre este tema antes de proponer la idea, así que estoy bastante segura de que es la forma correcta de abordar las cosas. 』
 
『 Echidna: Pues a mí me parece que es una idea basada en nada más que fe ciega… 』
 
『 Emilia: Es entendible que aún tengas muchas dudas, pero creo que ahora no es el momento… ¿Acaso no viniste conmigo porque también crees en Subaru? 』
 
Echidna se quedó muda cuando Emilia le dirigió sus ojos cristalinos. Al ver la reacción de Echidna, Emilia le dedicó una sonrisa que, aunque un tanto fuera de lugar, estaba llena de satisfacción.
 
『 Emilia: Mi estimado caballero está esforzándose muuucho por nosotros. 』
 
Emilia demostró con su actitud que estaba orgullosa de que sus esfuerzos fueran apreciados. En respuesta a eso, Echidna también sintió una extraña punzada de emoción. Colocó la palma de la mano sobre el liso pecho de Anastasia y soltó un suspiro.
 
『 Echidna: … 』
 
Este tipo de emociones son peligrosas, se advirtió Echidna a sí misma.
Eran completamente irracionales y fuera de lugar. Eran, cuanto menos, algo que no debería sentir en un momento así. Necesitaba olvidarlas de ser posible; o, al menos, debería hacerlo por el momento.
 
『 Emilia: … ¡Subaru cuenta conmigo! 』
 
Envidio que ellos dos puedan creer tanto el uno en el otro… Debo olvidarme de eso y centrarme en superar la situación en la que nos encontramos.
 
『 Echidna: … 』
 
Las largas piernas de Emilia se movían con gracia mientras ascendía velozmente por las escaleras. Fue entonces que, al llegar al último de los incontables escalones, un ofuscante destello plateado los recibió, esparciendo chispas por todas partes.
Al recobrar la vista, presenciaron cómo se libraba una batalla que parecía extenderse hasta los rabillos de sus ojos. Quien estaba enzarzado en la batalla, moviéndose de un lado a otro con su cabello lila alborotado y su uniforme blanco manchado de sangre, no era otro que el caballero Julius Euclius.
Y su contrincante era…
 
『 Julius: ¡Gh, khh…! 』
 
『 ???: ¡Venga venga venga venga! ¿Crees poderme plantar cara ansí, lechuguino? No me subestimes, oye. Oye, ¿acaso viniste a facer el ridículo? Si eso buscas, úntate la cara con maquillaje. Cuando lo fagas, ven que pisotearte he, humillarte he y, quién sabe, hasta mimarte he un poco, oye. 』
 
Injuriando al compás, Reid Astrea, la encarnación misma de la violencia, había convertido el segundo piso en el escenario de su danza mortal, desatando un dantesco vaivén de tajos con el par de palillos que empuñaba.
La de ambos era una batalla que trascendía los límites de la comprensión humana; sin embargo, la inferioridad de Julius era tristemente clara, incluso para ojos inexpertos.
 
『 Julius: … Tch. 』
 
Tras defender la lluvia de tajos y patadas de Reid, Julius contraatacó girando su espada de caballero, aprovechando una oportunidad.
No obstante, su afilada estocada, fruto de una técnica extraordinaria, no fue más que un fugaz destello de luz que Reid esquivó fácilmente con un bostezo, aun a pesar de que su parche le bloqueaba parte de la vista.
 
『 Reid: ¡¡RRRRHAAA!! 』
 
Julius observó atónito cómo Reid había esquivado su estocada para, acto seguido, asestarle una patada ordinaria en el torso, enterrando las suelas de sus chancletas en sus músculos abdominales, y obligándolo a retroceder con un grito de dolor.
Y entonces, haciendo descender uno de sus palillos sobre su cabeza…
 
『 Reid: Pulverízate, oye. 』
 
Con un destello vertical, ejecutó un tajo que cortó el aire, el espacio y hasta la misma razón, acompañado de una onda expansiva.
Su tajo de espadachín era tan abrumador que las palabras se quedaban cortas para describirlo. Era tan bello que, aunque su arma fuera un simple palillo, cualquiera, hasta un principiante en esgrima, quedaría cautivado. Lo que estaba manifestándose ante sus ojos era el summum de la esgrima, el pináculo de dicho arte.
 
『 … 』
 
Un tajo tan hermoso que probablemente morirías sólo de admirarlo.
Julius lo esquivó saltando a un lado, pero el dobladillo de su capa fue alcanzado y engullido por la hoja de Reid, evaporándose en el acto. Un surco vertical quedó marcado en el segundo piso de la atalaya, como si el enigmático material del que estaba hecha fuera una broma.
Y, para empeorar las cosas…
 
『 Reid: Oye oye, paréceme que pecas de ingenuo creyendo que ya zafástete desa. 』
 
『 Julius: … Hk. 』
 
Sonriéndole burlonamente, el aire que había cortado en la habitación se deformó y se retorció, desatándose una ráfaga de viento feroz.
Julius tragó saliva; se suponía que había saltado lejos de allí, pero pronto se vio arrastrado de nuevo hacia donde había quedado el surco, de vuelta al alcance de los tajos de Reid.
Para su incredulidad, esto se debía al restablecimiento de la fuerza de gravedad en el espacio desgarrado. Tras su estrecho roce con la muerte, dicha fuerza estaba arrastrando a Julius de vuelta al alcance del siguiente ataque.
Reid lanzó un puñetazo a Julius, quien era incapaz de moverse a raíz del inesperado suceso; y entonces…
 
『 Emilia: … No te permitiré seguir. 』
 
Una fracción de segundo antes de que propinara su puñetazo, una voz parecida al tintineo de campanillas de plata se interpuso entre ambos espadachines.
Sin embargo, en contraste con el hermoso timbre de su voz, la forma en que se había unido a la lucha fue extremadamente espectacular. Era tan sobrecogedor que, al verlo, Echidna se quedó sin palabras.
 
『 Reid: ¿Aah? 』
『 Julius: … 』
 
Reid alzó la vista, incapaz de ocultar la sospecha en su voz. Julius, por su parte, abrió los ojos de par en par, anonadado, en total silencio.
Estaban mirando la extraña cosa que había aparecido sobre ellos: un bloque de hielo tan grande que cubría el techo.
 
Aquel bloque de destrucción, capaz de incluso hacer añicos un carruaje de dragón instantáneamente, cayó encima de ambos espadachines.
Las reacciones de Reid y Julius fueron totalmente distintas. Julius saltó hacia un lado para evitar el bloque de hielo que caía en picada, mientras que Reid sonrió y se echó a reír.
Y entonces…
 
『 Reid: ¡¡Jah!! 』
 
Con una sonrisa feroz dibujada en su rostro, Reid alzó uno de sus palillos hacia el bloque de hielo, chocando contra la parte más baja del bloque de hielo. Por algún milagro, las fuerzas entre los dos puntos se equilibraron, haciendo que el palillo de Reid se doblara, pero impidiendo que el hielo cayera.
Además, Reid plantó sus chancletas en el suelo; la fuerza empleada viajó a través de su palillo y fluyó hacia el bloque de hielo que todavía estaba sostenido por dicho palillo. Una grieta comenzó a extenderse por el bloque y su palillo se partió por la mitad.
 
『 Reid: … Conque esas tenemos, ¿eh? 』
 
Reid escupió esas palabras y, en un parpadeo, el bloque de hielo sucumbió a las grietas que se extendían desde su centro, partiéndose en pedazos.
Los trozos de hielo comenzaron a llover sobre Reid mientras él se giraba lentamente. Al recibir la mirada penetrante de su ojo azul descubierto, Emilia, con una expresión de determinación, le apuntó con la palma de la mano.
Sus miradas se cruzaron, provocando cierta sorpresa en Reid.
 
『 Reid: … Eres harto agresiva, oye. No es que me desagrade ese tipo de mujeres, pero… ¡¿Eh?! ¿Qué diantres…? ¡Oye, eres extremadamente fermosa, ¿o ando mal de la vista?! ¡Eres fermosísima! ¡¿Por qué demonios hay una fermosísima de semejante calibre en medio de este mar de arena?! ¡Venga, sé mi oponente, oye! 』
 
『 Emilia: Mis disculpas, no quise interrumpir, pero necesito que Julius te derrote. 』
 
『 Reid: ¿Qué? 』
 
Emilia hizo caso omiso a las habladurías de Reid, y, en su lugar, una mirada de preocupación se dibujó en su rostro. Reid frunció el ceño ante sus palabras, pero fue Julius quien se encontraba mucho más desconcertado, pues acababa de ser rescatado.
Aunque había logrado escapar del bloque de hielo que Emilia había arrojado, no podía ocultar sus sospechas acerca de su repentina aparición. Manteniéndose a distancia de Reid, desvió sus ojos amarillos hacia Echidna, quien estaba a su lado, y habló…
 
『 Julius: Sé que me ayudó, pero… ¿quién es ella, Echidna? ¿Quién rayos es? 』
 
『 Echidna: Es un poco difícil para mí explicar su identidad. Pero, básicamente, es alguien que está en el mismo barco que tú, Julius. 』
 
『 Julius: ¿Pero qué…? 』
 
Julius volvió a mirar fijamente a Emilia abriendo un poco más los ojos, probablemente porque sus rasgos coincidían con un ser que él conocía.
 
『 Julius: Una elfa de cabello plateado y ojos amatistas… No, me cuesta creer que un ser tan distintivo haya aparecido de repente en la torre. Entonces, ¿acaso ella es…? 』
 
Considerando la situación en la torre, las peculiaridades de su apariencia y que no hubiera huella alguna de ella dentro de él, Julius intuyó por su cuenta que algo no andaba bien.
Julius llegó a la respuesta por sí mismo. Y, al ver su mirada de asombro, Emilia asintió firmemente.
 
『 Emilia: Julius, sé exactamente cómo te sientes ahora mismo. 』
 
『 Julius: Entonces, tú también… 』
 
Dado que Glotonería les robó el nombre a ambos, Julius comprendió de inmediato
lo que estaba sucediendo. Y, tan pronto como lo hizo, comenzó a aceptar que Emilia era su aliada.
Se situó delante de Echidna y Emilia, protegiéndolas, y volvió a apuntar a Reid con su espada.
 
『 Julius: Tienes mi agradecimiento por ayudarme antes. Pero aún no entiendo muy bien por qué han venido corriendo hasta aquí teniendo en cuenta lo que está pasando en la torre. ¿Qué hay de la Biblioteca Taygeta, de la señorita Rem y de la situación afuera? 』
 
『 Echidna: Ya se está intentando juntar todos esos asuntos en uno y lidiar con todo ello de un plumazo. La idea es de Natsuki-kun, y somos todos nosotros en la torre quienes estamos contribuyendo a ello. 』
 
『 Julius: ¿De Subaru? Pero él… 』
 
Perplejo, Julius alzó las cejas al escuchar el nombre de Subaru en medio de su explicación.
Hasta donde sabía, Subaru había desafiado al Libro de los difuntos de Reid en la Biblioteca Taygeta y, tras su regreso, su consciencia había quedado trastocada. Beatrice le había dicho que le costaría recuperarse, por lo que Julius había seguido luchando contra Reid para que pudieran superar el caos de la torre a su manera.
Por lo tanto, aunque ella dijera que Subaru se había despertado y se le había ocurrido una idea, era natural que no lograra vincular su propia percepción con esta espontaneidad. Sin embargo…
 
『 Reid: No he nada en contra de que se fagan amiguillos y todo eso, ¡pero no se pongan a parlotear mientras me ignoran! 』
 
El suelo hizo un fuerte estruendo, dando lugar a que Julius recibiera un embate repentino del palillo de Reid. Aunque había perdido un palillo, aún le quedaba otro. Y no era como si tuviera que usarlos. Aunque luchara con las manos vacías, su fuerza no sería menor.
 
『 Julius: ¡Kh! 』
 
Zarandeado por los poderosos ataques de Reid, Julius se recompuso y se concentró en estar en guardia. Al notar esto, Reid usó una de sus manos para lanzar un golpe que, literalmente, podría derribar incluso dragones ancestrales, mientras que con la otra apuntó sus dedos hacia Emilia, que buscaba una oportunidad.
 
『 Reid: No sé qué es lo que intentas, pero no creas que dejarte he facer lo que te plazca, necio. Ey, tú, ser he vuestro oponente en cuanto acabe con este novato… ¿Eh? 』
 
Reid ladeó la cabeza repentinamente a mitad de su frase.
Luego, llevó los dedos de su mano libre hacia el parche sobre su ojo izquierdo y, disgustado, escupió un『 Oye oye 』.
 
『 Reid: ¿Qué diablos pasa contigo? Por alguna razón, la mano mía no se mueve a fines de detenerte. A menos que de repente me hube enamorado de ti, ¿o acaso…? Imposible… ¡Oye tú, ¿acaso aprobaste el Examen?! 』
 
『 Emilia: ¡Sí, así es! ¡Perdiste porque tocaste mi pecho con tus palillos! 』
 
『 Reid: ¡Gah! ¡Aquella es una forma de perder que verdaderamente puedo aceptar! ¡Qué pena que ni siquiera pueda recordarlo, fermosísima! 』
 
Reid chasqueó la lengua. Sus palabras indicaban que algo le impedía detener a Emilia. Es decir, que el obstáculo entre ella y su deber había desaparecido. Lo que significaba que…
 
『 Emilia: Julius, yo… 』
 
『 Julius: Es mejor que vayas, bella dama cuyo nombre, al igual que el mío, es desconocido. 』
 
Dijo Julius girando únicamente la cabeza e interrumpiendo a Emilia cuando estaba a punto de decir algo.
Al ver que tenía lista su espada de caballero una vez más, Emilia guardó silencio ante sus palabras.
Notando la sorpresa en su rostro, Julius le dedicó una sonrisa galante.
 
『 Julius: Tienes un deber que cumplir. Sé que es algo en lo que no podré ayudarte, pero está bien. ——Espero que todo te vaya muy bien. 』
 
『 Emilia: … ¡Sí, a ti también! 』
 
Tras escuchar las palabras de ánimo de Julius, Emilia asintió con la cabeza y salió corriendo. Reid no intentó detenerla. El león rojo de un solo ojo la dejó pasar y la observó partir.
Y entonces, cuando Emilia llegó al pie de la escalera en la parte más profunda del segundo piso que conducía al siguiente, se detuvo en seco y, dándose la vuelta…
 
『 Emilia: Es Emilia. 』
 
『 Julius: … 』
 
『 Emilia: Me llamo Emilia, sólo Emilia. ——¡Estoy más que segura de que nos volveremos a ver! 』
 
Dejando atrás su nombre, Emilia subió corriendo elegantemente por las escaleras. Echidna dejó escapar un muy largo suspiro al verla desaparecer.
El deber de dirigirse hacia la cima pertenecía a Emilia; mientras que el de Echidna era…
 
『 Julius: ¿No irás a ningún lado? ¿Planeas quedarte a ver mi pelea? 』
 
『 Echidna: Sólo si me lo permites… Bueno, no, supongo que no. Soy yo quien ha decido quedarse. 』
 
『 Julius: … 』
 
Julius miró a Echidna, que estaba de pie junto a la pared, y apretó los labios. Ella tomó una rápida bocanada de aire al ver cómo todo tipo de emociones cruzaban por el perfil de su rostro.
Y entonces…
 
『 Echidna: No es como que pueda hacer algo, pero si Ana estuviese aquí, ella probablemente habría hecho esto. Sin importar dónde esté yo en esta torre, estaré en peligro. Así pues, me quedaré detrás de ti por voluntad propia. Porque… 』
 
『 Julius: … 』
 
『 Echidna: … Porque eres el caballero de Anastasia Hoshin. ¿No es así? 』
 
Hacía falta mucho valor para creer en algo que no se sentía real.
Era casi imposible comprender cuánta fuerza hacía falta para creer en algo que no tenía ninguna base concreta, hasta el punto de que sintiera alivio; al menos si se comparaba con creer en algo que realmente era tangible.
Sea como fuere, Echidna dirigió esas palabras al hombre de espaldas a ella, pues creía en tal incertidumbre.
 
『 Julius: … 』
 
Julius agachó la mirada, ocultando sus ojos bajo sus largas pestañas y, dejando escapar un profundo y prolongado suspiro…
 
『 Julius: Eres capaz de darme fuerza, más de lo que imaginas. Me basta saber que alguien se armó de valor para creer y depositar sus expectativas en mí, en un yo que quizás ya no sea nadie. 』
 
『 Echidna: Julius… 』
 
Para Julius, aquello que antaño lo mantenía en pie se había perdido en la incertidumbre.
Para Echidna, los lazos que debía conocer se habían diluido en la ambigüedad.
Los dos tuvieron que confiar en algo tan inestable para construir esta relación que difería totalmente de la que debería de haberles unido. Sin embargo, en este mismo momento, ambos debían de estar viendo lo mismo.
Y por ese motivo…
 
『 Echidna: … Julius, tengo un mensaje para ti. 』
 
『 Julius: ¿Un mensaje? 』
 
『 Echidna: Sí. Todo el mundo está peleando por toda la torre, así que… dijo que aprietes el culo, que termines rápido y que vayas a ayudar a los demás. 』
 
『 Julius: … 』
 
Echidna se dio cuenta de que esa era su forma de animarlo, así que se lo comunicó tal y como se lo había dicho. Y, tras oírlo, los esbeltos hombros de Julius se tensaron ligeramente.
Digirió el contenido del mensaje y lo asimiló. Su respuesta fue clara y contundente.
 
『 Julius: Ja. 』
 
Parecía haber soltado un breve y agudo suspiro, pero no fue el caso.
Había soltado una risa. Una única bocanada de aire surgida desde lo profundo de su estómago la había provocado. Si aquí hubiera alguien que conociera a Julius, se habría quedado admirado con lo que se proyectaba en su rostro.
 
——Julius Euclius esbozaba una sonrisa en medio de la batalla.
 
『 Julius: … Si ya ha salido de su caparazón, entonces con menos razón puedo perder aquí. 』
 
Su expresión de determinación era tranquila, pero llena de un fervor oculto.
Reflejándose en la hoja, Julius alzó su espada de caballero frente a él y encaró a su adversario, Reid, quien había estado un buen rato con cara de aburrimiento. ——Pero ahora sonreía como un tiburón.
 
『 Reid: … Oye tú, veo que agora te has puesto los pantalones, ¿eh? 』
 
『 Julius: Disculpa, pero cuando se trata de luchar, siempre me lo tomo en serio. 』
 
『 Reid: No no, eso no es a lo que refiérome. Lo pillas, ¿verdad, lechuguino? No es menester deletreártelo. 』
 
Reid levantó la mano izquierda con la sonrisa aún dibujada en su rostro. Se levantó el parche y se descubrió el ojo. Así, con ambos ojos azules perfectamente funcionales, el espadachín entre espadachines dirigió su alegre intención asesina hacia su contrincante.
Su espíritu de lucha era tan abrumador que cualquier persona débil de corazón habría muerto con sólo ver el brillo de sus ojos. Sin embargo, Julius afrontó de cara ese brillo penetrante, y Echidna, a su espalda, también se preparó y lo resistió.
Observando cómo ambos soportaban la rampante tormenta de su espíritu de lucha, Reid chasqueó los colmillos con fuerza.
 
『 Reid: Soy Reid, el Palillero. Recuerda ese nombre antes de desaparecer. 』
 
『 Julius: … 』
 
En una batalla, intercambiar nombres antes de cruzar espadas era una señal de reconocer al oponente como un igual. No sabía cuánto le importaba realmente a Reid esa norma, pero, independientemente de lo que pensara, las consideraciones de la persona que se había regodeado en ella habían cambiado drásticamente.
Respirando hondo y controladamente, Julius calmó su agitado corazón y…
 
『 Julius: Te diré mi nombre una vez más. Soy Julius Euclius. Único caballero de Anastasia Hoshin-sama, candidata a la Selección Real del Reino de Lugnica. ——Es momento de que deje de actuar como un caballero sin nombre. 』
 
Proclamó magistralmente su nombre para que quedara grabado tanto en él como en el mismísimo mundo.
 
 
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Dejando a Julius y Echidna atrás, Emilia continuó subiendo las escaleras.
Sus largas piernas se movían lo más rápido que podían, subiendo los peldaños de dos en dos o de tres en tres. Aunque la velocidad a la que iba era desmesurada, sus propios pensamientos le gritaban que fuera cada vez más deprisa.
 
『 Emilia: … Gh. 』
 
Emilia apretó fuertemente los dientes, tiñendo de desesperación su bello rostro.
Estaba preocupada por los dos que había dejado abajo, en el segundo piso. Reid era extremadamente fuerte, violento y malhablado. Lidiar con él podría herirlos en cuerpo y mente con facilidad.
 
Naturalmente, las preocupaciones de Emilia no se limitaban a Julius y Echidna. ¿Conseguirían Subaru, Beatrice y Meili mantener a raya a Shaula? ¿Sería Ram capaz de desempeñar también su papel? ¿Patrasche protegería a Rem? Sus angustias, junto a la de tener que reconstruir todas sus relaciones desde cero con su nombre comido, eran interminables. Sentía que lloraría si se tomaba un momento para parar.
Sin embargo, no se detuvo. Tampoco derramó lágrimas. Aguantó el hormigueo que sentía en la garganta.
 
『 Emilia: ¡Nada ha terminado todavía, después de todo! 』
 
En este momento, lo que sostenía a Emilia por completo era el hecho de que creyeran en ella y de que ella creía en ellos.
Estaba llena de preocupaciones, rebosante de ansiedad; pero también estaba llena de sentimientos de «quiero creer» que superaban esas emociones.
 
『 Emilia: ¡—! ¡Hay una luz! 』
 
Mientras continuaba poniendo su corazón y alma en subir las escaleras, los ojos amatistas de Emilia vislumbraron luz blanca al final de su campo de visión. Se dio cuenta de que venía del final de esta escalera extremadamente larga y que conducía al desconocido primer piso.
Cuando entendió esto, pateó firmemente el suelo y aceleró aún más.
Y finalmente…
 
『 Emilia: … ¡Llegué! 』
 
Emilia se abrió paso hacia la luz, en donde la escalera terminaba frente a ella. Lo que se desveló ante sus ojos en ese instante no era un área que pudiera denominarse como un piso.
 
『 Emilia: … ¿Eh? 』
 
Emilia se detuvo en seco, completamente estupefacta, y, sin querer, dejó escapar su sorpresa ante la escena que se le presentaba. Lo que se reflejaba en sus ojos no era lo que había esperado de la siguiente sección de la ya familiar atalaya.
Las paredes habían desaparecido, al igual que el techo; a su alrededor se extendía el cielo de un azul intenso——Emilia ya no estaba dentro de la estructura, sino fuera. Tras subir corriendo las escaleras del segundo piso, ella había acabado emergiendo justo en la azotea, en lo alto de la torre.
 
『 Emilia: ¿El primer piso da al exterior? Este lugar está más alto que las nubes… 』
 
En la cima de la torre había un vasto suelo circular sin tabiques ni nada que se pareciera a una barandilla en el borde. Por lo tanto, podía mirar fácilmente hacia abajo acercándose al borde del suelo.
Las nubes, que se suponía que están muy alto en el cielo, rozaban la torre. Emilia contuvo el aliento al darse cuenta de que había llegado hasta las nubes, o incluso por encima de ellas.
Era la primera vez que Emilia llegaba a un lugar tan alto. Sin embargo, a pesar del impacto, otra profunda emoción la distrajo de inmediato.
 
《 ???: … 》
 
——Había una presencia allí, tan quieta y majestuosa en su postura que no la había notado.
 
『 Emilia: … Ah. 』
 
Emilia se había concentrado en cosas como dónde estaba, la altura de las nubes y cuál era la situación en el primer piso. Había tardado en darse cuenta del ser que veía por el rabillo de sus ojos. Se giró lentamente y soltó un gran grito ahogado.
Al ser olvidada por el mundo por habérsele arrebatado el nombre, Emilia casi cayó en la desesperación; pero, finalmente, su corazón se mantuvo firme… y, aun así, Emilia se quedó sin palabras del puro asombro.
Porque ella jamás habría podido imaginar el ser que había ante sus ojos.
Y ese ser era…
 
『 Emilia: Tú eres… 』
 
《 ???: ――Vos, que la cima de la torre habéis alcanzado. Pasad por el primer piso, oh todopoderoso peticionario. 》
 
Su voz era solemne, y sintió como si le rugiera directamente en el alma. Se dio cuenta de que su propia voz temblaba.
¿Había alguien que pudiera juzgar a Emilia y llamarla débil de mente? No, nadie podría hacerlo. Sería imposible. Porque todos los seres vivos no tendrían más remedio que postrarse ante este ser.
Porque este ser era…
 
《 ???: ――Yo soy Volcánica. En conformidad con el antiguo pacto, pregunto por la voluntad vuestra, a vos que la cima habéis alcanzado. 》
 
Con su enorme cuerpo cubierto de relucientes escamas azules, el Dragón Divino Volcánica miró a Emilia y declaró tales palabras mientras ejercía una presencia que parecía que iba a barrer la existencia incluso de su propia alma.

 
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Fuera de la torre, dio inicio la batalla de Subaru y compañía contra Shaula, quien se había transformado en el gigantesco escorpión.
En el segundo piso de la torre, se reanudó el duelo de espadas entre el sonriente avatar de la violencia, Reid Astrea, y Julius.
En el primer piso de la torre, Emilia tuvo un encuentro inesperado con el poderoso ser que aguardaba allí.
Y, en la escalera de caracol que conectaba el cuarto y el sexto piso de la torre…
 
『 ???: ¡A~h, maldición—! ¡Incluso después de robarlo y todo, parece que aún no hemos podido usarlo correctamente, ¿verdad, e~h, nosotros?! 』
 
Escupiendo eso con irritación, el joven chasqueó la lengua mientras jalaba de su cabello castaño oscuro. Al bajar la mano que había usado para rascarse la cabeza, lo que había formado en su interior era una hermosa y ornamentada espada hecha de hielo.
Era un poder especial recreado a partir del nombre que había robado; pero, contrariamente a su apariencia, la regulación del maná era sumamente laboriosa, lo que dificultaba en extremo su uso en conjunto con otros recuerdos.
En primer lugar, combinar las habilidades de múltiples otros requería de una sensatez adecuada, algo en lo que Roy y Ruy eran poco hábiles.
 
『 ???: Bue~no, somos tan capaces porque nosotros somos quienes sobresalimos en eso; pero, aun así~… 』
 
Incluso dentro del trío de hermanos poseedores de la autoridad de la glotonería, la forma en que cada uno utilizaba la autoridad difería sutilmente. Y, siendo aquel que se enorgullecía de ser Paladar Exquisito, le gustaría objetar respecto a muchos de los métodos de su hermano menor y su hermana. ――Las fortalezas de uno provocan un sentido de superioridad. Aunque dar consejos no era propio de él.
 
『 ???: No lo captaría ni mi querida y adorable Ruy ni el tipejo de Roy. ¡A~h, es inevitable—! ¡Si ambos dicen que no pueden hacer nada, entonces no se puede hacer nada! ¡Eso significa que podemos degustar todos los banquetes que haya dentro de la torre—! ¡Qué bien, muy bien, bien eh, creo que bien, por estar bien, es bien, bien ¿verdad?, bien ¿verdad, eh?, porque parece bien! ¡Beber glotonamente—! ¡Comer glotonamente—! 』
 
Masticando la espada de hielo en su mano con sus afilados colmillos al descubierto, Glotonería —Ray Batenkaitos— decidió servirse en su plato todos los objetivos dentro de la torre, sin dejar ninguno atrás.
 
Afortunadamente, la situación está servida. Sólo falta elegir el orden y qué será el plato principal…
 
『 ???: ¿Crees que tienes el privilegio de elegir eso? Qué despreocupado de tu parte. 』
 
『 Ray: … 』
 
Al oír la voz que descendía desde lo alto de la escalera de caracol, Ray dejó de masticar el hielo y alzó la cabeza. Arriba, en el cuarto piso, unos ojos color cereza miraban a Ray, quien estaba de pie en la escalera entre el cuarto y el quinto piso.
A pesar de que el color de dichos ojos recordaba a la sangre o las llamas, albergaban un calor terriblemente gélido mientras observaban la feroz hambre de Ray, como si lo mirara con lástima.
Y entonces…
 

『 Ram: Por lo que he oído, fuiste tú quien hizo añicos el amor de hermanas de Ram y Rem, ¿no es así? ——Muérete chillando como un cerdo. 』