miércoles, 10 de agosto de 2022

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El desafío del monolito


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Martín

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

Subaru entendió que Shaula le había dado la bienvenida a la persona incorrecta, pero, al final, decidió aceptarla sin aclarar el malentendido.
 
Esta decisión estaba respaldada por el consejo de Beatrice: sin duda era conveniente para ellos dejar que Shaula lo confunda con Flugel, ya que, si Shaula tomaba una actitud hostil e iniciaba una pelea, seguramente resultarían abrumados por su aplastante poder.
Dado que los trataba favorablemente, Subaru no necesitaba tomar una postura ofensiva por ahora. Aunque si fuera a hacerlo, considerando que en este momento carecía de fuerza incluso en el mejor de los escenarios, lo más probable era que resultase en una gran metedura de pata.
 
Emilia: No hay de qué preocuparse, Subaru. Aunque Shaula se dé cuenta de que en realidad no eres su Gran Maestro, estoy segura de que no nos haría nada malo.
 
Como si hubiera estado escuchando a hurtadillas detrás de ellos, Emilia dijo eso a Subaru con confianza mientras jugueteaba con la punta de una de sus largas y plateadas trenzas.
 
Subaru: Aprecio que lo garantices, pero… ¿en qué se basa tu hipótesis?
 
Emilia: No estoy segura de a qué te refieres con «hipótesis», pero Shaula es una buena persona, ¿no? Salvó a ambos grupos cuando nos separamos, así que sé que nos llevaremos bien. Por eso, no habrá necesidad de pelear, ¿verdad?
 
Subaru: …Es cierto.
 
Era una opinión un poco optimista, pero Subaru consideraba que él tenía el mal hábito de ser demasiado pesimista.
Si Shaula fuese a conocer la verdad, no tenía por qué tornarse agresiva al instante. Cuando la verdad saliera a la luz, dependería del juicio de Shaula comenzar un ataque. Por ende, la opinión de Emilia de que deberían llevarse bien no estaba tan equivocada, o al menos podían permitirse pensar eso.

No era que apuntase a un objetivo claro como apelar a los sentimientos de alguien, sino que no quería enfrentarla en combate.
 
Ram: No tomes tan en serio las vagas ideas de Emilia, Barusu. Nos encontramos en la Atalaya del Sabio, y debemos desafiarla, aunque únicamente queramos volver a las dunas de arena. Deberíamos mantenernos en guardia tanto como podamos.
 
Emilia: Cielos, no dudaste ni un segundo en decir eso, Ram. Deberías relajarte, aunque sea un poco…
 
Ram: La última vez que bajé la guardia terminé en un área subterránea con Barusu y Anastasia-sama. Con lo delicada que soy, esa desesperación fue insoportable… Quizá sea por eso que no lo entiende, Emilia-sama.
 
Emilia: Mmm… tal vez. Pero si se trataba de un área subterránea cercana, no debería significar un gran problema. No sé por qué, pero siento que mi estado físico está al máximo desde que llegamos a las Dunas de Auguria, ¿sabes?
 
Emilia respondió tranquila a las afiladas palabras de Ram. La relación entre ellas como ama y vasalla había sido muy buena el último año. Aunque la forma en la que Ram se dirigió a ella mostraba cierta falta de respeto, Emilia se veía feliz al recibir dicho trato.
Puede que haya sido porque, tras haber experimentado el trauma de la discriminación y el rechazo, no sintió esa animosidad en las palabras de Ram.
 
Subaru: En cualquier caso, Emilia-tan, ¿a qué te refieres con que estás en buena forma?
 
Emilia: No sabría cómo explicarlo, el aire le hace bien a mi piel, supongo. El maná puede variar ligeramente dependiendo del país o la región en la que estés, así que pienso que se trata de eso, pero… El maná de este lugar en particular parece hacerle muy bien a mi piel. Aunque no debería alegrarme de eso.
 
Subaru: Bueno, supongo que no. Pero teniendo en cuenta que aquí está sellada la bruja, está lleno de mabestias…
 
Emilia había cerrado el puño con fuerza como si una ola de fuerza la recorriera, pero justo después de eso, una sonrisa amarga apareció en su rostro decaído. Sin duda era una opinión vivaz, pero Subaru empatizaba con ese estado de ánimo de ella.
Siguiendo lo que dijo anteriormente, de verdad estaba agradecido de que la fuerza de Emilia hubiera aumentado en esa área en la que abundaba el peligro con la bruja y las mabestias. Aun así, Subaru tenía grabado en la cabeza que habían sido derrotados por Shaula, por lo que no podían alegrarse demasiado.
 
Subaru: Pero la situación ha cambiado. A diferencia de la última vez, que ella podía atacarnos desde la torre sin que nosotros pudiéramos responder, ahora podemos vernos las caras, así que Emilia-tan no debería perder contra ella.
 
Shaula: ¿Qué sucede? ¿Qué sucede?
 
Subaru: No es nada, sólo mencionaba que tienes una puntería demasiado buena. Te las arreglaste para atacarnos desde la torre con una precisión milimétrica cuando estábamos muy lejos, ¿no? ¿Cómo diablos lo hiciste?
 
Shaula: Ah, para eso sólo vinculo mi puntería y agujas con maná, y de esa forma se dirigen hacia donde estés. HELL SNIPE fue una creación del Gran Maestro, ¿sabe?
 
Subaru: …Ya veo, ni siquiera tuviste que entrenarla, ¿verdad, Flugel?
 
Pasó por muchos problemas por culpa de eso. Probablemente no tendría la oportunidad de hablar con Flugel, pero si llegara a pasar como en la fiesta de té, sin duda tendría muchas cosas que decirle.
Al escuchar a Shaula tararear alegremente, Subaru dejó escapar un suspiro.
Y entonces…
 
Julius: Lamento interrumpir la conversación, pero hemos llegado.
 
Subaru: ¿Oh?
 
Mientras subían por la escalera de caracol hacia el siguiente piso de la torre, escuchó la voz de Julius, quien guiaba al grupo desde el frente, escoltando de la mano a Anastasia.
Al oír al caballero, levantó la vista y, de pronto, pudo ver el techo al otro lado de Julius, quien estaba de pie y ubicado en diagonal por encima de él.
 
Subaru: No, no es el techo, supongo que es el piso del siguiente nivel.
 
Beatrice: Debemos estar en el quinto piso —Celaeno—, supongo. Sólo hay una puerta al exterior, Betty y el resto entramos por aquí la primera vez, de hecho.
 
Al escuchar la explicación de Beatrice a su lado a medida que se acercaban al quinto piso, Subaru notó que algo no cuadraba y se le escapó un ¿Eh? .
Si lo que quiso decir fue que, luego de separarse, Emilia y el resto entraron a la torre por el quinto piso, entonces…
 
Subaru: ¿Cómo hicieron para bajar el carruaje de dragón y a Gyan hasta abajo de todo? Después de todo, estas escaleras no son lo suficientemente anchas para que pase el carruaje, ¿no?
 
Mientras hablaba, Subaru estiró sus brazos para corroborar la amplitud de las escaleras por las que subía. Eran bastante amplias, pero no cabrían dos Subarus con los brazos completamente extendidos. Quizá pudo haber pasado el gran cuerpo del dragón de tierra, pero era imposible que lo hiciera el carruaje en sí.
Por no mencionar que, aunque en teoría sea posible, dejar que el dragón baje estas largas escaleras, no sería práctico.
 
Subaru: ¿Hay algún tipo de mecanismo como un ELEVATOR por aquí? Si lo hay, deberíamos usarlo la próxima vez. Caminar y ejercitar es saludable y todo eso, pero no está bien ir en contra de las comodidades modernas.
 
Emilia: Lo siento, no entiendo bien a qué te refieres… Pero si te preguntas cómo bajó el carruaje de dragón, es simple; Shaula lo alzó y llevó hasta abajo.
 
Subaru: …PARDON?
 
Sintió que se había perdido algo, por lo que repitió la pregunta. Emilia frunció el ceño al no comprender el término inglés que usó Subaru, pero de alguna forma entendió que le había pedido que repitiera la respuesta, así que diciendo Como dije… procedió a continuar.
 
Emilia: Shaula levantó sin esfuerzo el carruaje junto a los dragones y los bajó hasta el piso más bajo sin problemas.
 
Subaru: No no no no, no puede ser. El carruaje debería pesar una tonelada por el tamaño que tiene, ¿y me dices que lo bajó hasta con los dragones?
 
Sus párpados se abrieron de par en par al oír semejantes palabras, pero ninguno de sus compañeros las negó. Entonces, Shaula infló su pecho y resopló por sus fosas nasales.
 
Shaula: Es tal y como dijo, quien lo llevó hasta abajo fui yo. O sea, fue pan comido. Si hubiese dejado a la lagartija en la entrada, podría haberse vuelto loquita por el miasma que entra desde afuera, ¿no cree? Me preocupaba un poco. ¡Puede recompensarme ahora!
 
Subaru: En verdad te lo agradezco, pero ahora sé que tus delgados brazos no son en realidad brazos delgados, y eso me desconcierta. Alguien con fuerza sobrehumana… ¡Ni siquiera imagino a Reinhard capaz de hacerlo!
 
Aunque la persona más increíble en la mente de Subaru era sin duda Reinhard, no podía imaginarlo levantando algo que pesara más de lo que se esperaba que un humano pudiera soportar.
Aunque pueda cortar el mundo en tiras con tan sólo la presión de su espada, pueda caminar sobre el agua o incluso pueda revivir, levantar un carruaje de dragón con una sola mano sería…
 
Subaru: Supongo que debe poder hacerlo. Al pensarlo, me pone un poco nervioso. ¿De verdad él es humano?
 
Shaula: Rayos, a pesar de que es mi historia, el Gran Maestro piensa en otra persona. Estoy JEALOUS.
 
En cualquier caso, entendió cómo llegó el carruaje de dragón hasta el piso más bajo. Como no la había visto hacerlo, el impacto de la escena fue menor, pero debía asumirlo como otro peligro en el posible caso de que Shaula se enfureciera.
Justo cuando terminaron de hablar del tema, el grupo llegó al quinto piso. Como ya habían mencionado, en Celaeno estaba la entrada y salida de la torre.
 
En la parte de atrás, había una gran puerta construida en forma cilíndrica, tan alta que había que levantar la vista, y de unos diez metros de ancho.
Sin duda era demasiado grande. ¿Cuánta fuerza haría falta para abrirla? Ese era otro de los problemas.
 
Subaru: ¿No es un poco difícil entrar por las Puertas de la Prueba?
 
Julius: Al menos, cuando intenté abrirla, no pude moverla ni un centímetro. Debido a eso, no pudimos ir a buscar a Anastasia-sama, ni a ti y el resto de tu grupo.
 
Mirando hacia la gran puerta, Subaru suspiró, y Julius asintió. Si era tan pesada como aparentaba, esa puerta cortaría el paso a los desafiadores.
Puede que Shaula, quien era capaz de alzar un carruaje de dragón con una mano sin problemas, fuera capaz de abrirla, pero para una persona ordinaria resultaba imposible. Por lo tanto, Emilia y Julius no pudieron salir a buscar al grupo de Subaru, lo que pareció haberlos preocupado bastante.
 
Beatrice: Aunque… parece tener alguna que otra grieta, supongo.
 
Anastasia: Creo que es por er fuerte viento arenoso, que debe 'tar firtrándose, ¿no creen? Si inhalan profundo, en segui'a sentirán er interior de su boca lleno de arena, es muy molesto.
 
Anastasia sacó la lengua y quitó con los dedos algunos granos de arena en ella. Tal y como dijo, la boca de Subaru estaba en la misma condición. Había notado también que los granos de arena volaban como espirales de un lado a otro en el quinto piso.
 
Julius: La arena de estas dunas está llena de miasma, si creen que es poca y no la toman en serio, los puede corroer desde adentro de su cuerpo. Si no tenemos nada que hacer aquí, deberíamos movernos lo antes posible.
 
Subaru: En ese caso, hagámoslo. Mi meta no está aquí, sino en el cuarto piso, Alcíone. Aunque… Ya estoy cansado de tantas escaleras.
 
Shaula: Tan débil como siempre, ¿e~h? Pero no se preocupe, la escalera entre el cuarto y quinto piso es mucho más corta que la que hay entre el quinto y sexto. Si estuviesen tan separados, hasta yo me cansaría yendo y viniendo, por lo que se tuvo eso en cuenta~.
 
Meili: No te sacudas tantoo.
 
Shaula había comenzado a correr entre las nubes de arena con los brazos estirados, cuando Meili llamó su atención con un golpe de karate en la cabeza. El resto del grupo miraba la escena de reojo, mientras se dirigía hacia el lado opuesto del quinto piso, donde se encontraba la escalera para subir.
Pasó una suave brisa que, aunque nubló la vista de Subaru con una niebla amarillenta, a través de ella pudo ver que el techo no estaba tan lejos; alcanzaba a ver el suelo del piso siguiente, por lo que el comentario de Shaula sobre la distancia debía ser cierto.
 
Entonces, el grupo continuó su camino entre charla y charla sin quitar la vista del cuarto piso —Alcíone— y, antes de darse cuenta, llegaron al piso que tenían como objetivo.
 
La base de ese piso no era muy diferente a la del quinto o sexto; la forma cilíndrica de la torre y su tamaño no habían cambiado demasiado. Sin embargo, había un claro cambio en la atmósfera.
 
Para empezar, el espacio en este piso era sin duda menor al de los anteriores. Era de esperarse, teniendo en cuenta que había una pared circular dividiendo el espacio del piso entero, al contrario de los anteriores, que sólo eran pisos amplios sin nada más que espacio vacío.
La escalera de caracol conectaba todos los pisos hasta llegar al mismísimo centro de Alcíone. Allí, la pared que separaba el espacio contaba con numerosas puertas, lo que indicaba la presencia de múltiples habitaciones en dicho nivel.
 
Shaula: Este es el cuarto piso, Alcíone. Lo uso como si fuese mi domicilio. La Sala verde, que creo que es lo que el Gran Maestro busca, está por aquí.
 
Subaru: ¿«Sala verde»?
 
Subaru miraba asombrado la apariencia del piso, y Shaula llegó justo detrás de él y, sin moverse del lugar, señaló con un gesto algo exagerado hacia una de las puertas.
En comparación con la del quinto piso, todas las puertas de Alcíone eran de tamaño normal. No parecía necesario tener alguna capacidad especial para abrirlas; pero la puerta que señaló Shaula daba una sensación extraña.
Tal y como su nombre sugería, incontables enredaderas verdes cubrían la puerta, lo que le daba la apariencia de un lugar inexplorado en medio de la selva que no había sido tocado en siglos.
 
Subaru: Cuando dices que esto es lo que crees que busco, ¿te refieres a que Rem y Patrasche están aquí?
 
Shaula: No sé cómo se llaman, pero la chica y la lagartija están aquí.
 
Ram: No te preocupes. No hay duda de que Rem y la dragona de tierra están ahí dentro.
 
El testimonio de Shaula no le daba completa confianza a Subaru, quien se sentía inseguro, pero Ram resopló con la nariz mostrando cierto desprecio por aquella idiotez, y se dirigió hacia la Sala verde pasando entre medio de aquel dúo delantero.
Estiró los brazos sin dudar hacia la puerta, que estaba cubierta por enredaderas y parecía estar hecha de piedra. Incluso con aquellos brazos delgados, abrió la puerta con tanta facilidad que pareció deslizarse, y entonces, vieron la Sala verde.
 
Ram: Barusu, ¿no vas a entrar?
 
Subaru: Ya voy, ya voy.
 
Subaru dejó atrás aquella inseguridad al oír la pregunta de Ram, que pareció una prueba, y siguió adelante. Luego, entró sin miedo a la Sala verde, justo detrás de Ram, quien lo antecedió.
Pero justo después de que ambos entraran, la puerta se cerró de golpe. Subaru miró sorprendido detrás de él.
 
Subaru: ¡Ey, nos han separado!
 
Ram: No hay de qué asustarse. Al parecer esta habitación tiene un límite de cuántas personas pueden entrar. Al dueño no le gusta tener más.
 
Ram comentó el incidente que ocurrió a sus espaldas, y siguió avanzando con prontitud. Subaru se frotó la cabeza y se apresuró en alcanzarla.
La Sala verde era lo que se esperaría de una habitación con tan extraña puerta: el interior tenía una cantidad semejante de verde, con plantas entrelazadas que se extendían de un lado a otro por el techo, piso y paredes. Cada tanto, tenía que frenarse para esquivar alguna enredadera.
Y allí, recostada al fondo de aquel cuarto repleto de verde, estaba…
 
Subaru: Rem… y Patrasche.
 
En la parte trasera del verdoso cuarto, había un pequeño espacio libre de plantas, en el que crecía un grueso y abundante pasto verde. Unas camas se habían armado en ese sector, cubiertas por flores que brotaban allí mismo.
Rem, con su rostro estático, dormía sobre una de las camas hechas de flores y vegetación; ni sus mejillas blancas ni su cara habían cambiado, su pecho se elevaba y descendía con cada respiración, pero a lo que signos vitales se refería, esos eran los únicos aparte del calor que emanaba.
 Aun así, Subaru sintió tanto alivio que dejó ir toda su fuerza en un suspiro.
 
Subaru: Entonces sí estaba a salvo eh…
 
Ram: Te lo dije. ¿O pensaste que mentiría sobre Rem? ¿Por qué haría algo como eso?
 
Subaru: No me refiero a eso, sólo no podía estar tranquilo hasta que la viera con mis propios ojos… Y también me alegro de que estés bien, Patrasche.
 
Subaru puso una leve y amarga sonrisa al escuchar el comentario de Ram, y se dirigió hacia donde estaban Rem, durmiendo sobre la cama de plantas, y Patrasche, agachada a su lado.
Ella también estaba tumbada en una cama verde, como la de Rem. La situación era similar a cuando se recostaba en el establo, pero sin duda había una diferencia…
 
Subaru: …Éste no es un pasto ordinario, ¿no es así?
 
Patrasche: ――――
 
Patrasche empujó la nariz contra la palma de Subaru, quien se había acercado a ella para asegurarse de que estaba bien. Mientras recibía el afecto de su querida dragona, Subaru sintió un calor suave que provenía de la cama de Patrasche, y acercó la cabeza.
 
Ram: Parece que el poder del espíritu acelera los procesos curativos.
 
Subaru: ¿Hay un espíritu? ¿Dónde?
 
Ram: Aun siendo un espiritualista ¿no lo sabes? Este mismo cuarto es el espíritu.
 
Subaru: …
 
Al escucharla, Subaru miró rápidamente alrededor del cuarto sin dejar de acariciar a Patrasche. No podía ver al espíritu con sus propios ojos entre el musgo y enredaderas de las paredes; sin embargo, luego de que se lo dijeran, notó el exceso de maná en la habitación.
 
Su cuerpo y respiración se habían relajado como si el área fuese rica en oxígeno; era una sensación similar a la magia curativa.
Aunque no estaba herido, Subaru sintió cómo su cuerpo recibía aquella bendición con cada respiro.
 
Subaru: Creo que lo entiendo. No hay duda de que este es el espíritu… ¿Puede hablar?
 
Ram: Éste es otro tipo de espíritu… Aunque, tampoco podemos decir que haya espíritus con capacidades exactamente iguales. El Gran Espíritu de Emilia-sama, y Beatrice-sama… Ellos son distintos, este espíritu no parece tener voluntad alguna. Sólo cura las heridas y enfermedades de cualquiera que entre.
 
Subaru: H-eeh.
 
Ram: ¿Cuál es el problema?
 
Subaru: Nada importante. Sólo me recordó a una bruja que conozco.
 
Como si tan sólo escuchar la palabra «bruja» ya fuera alguna locura de Subaru, Ram resopló en respuesta y se acercó a Rem. En ese momento, a su espalda comenzó a formarse una enredadera, entrelazándose velozmente hasta volverse una silla verde ubicada para sostener su cuerpo, como si fuera consciente de la intención de la hermana mayor de cuidar a su hermana menor.
Ram inclinó su cabeza en agradecimiento al espíritu, y entonces dijo Aprecio su consideración , y se dejó caer en la silla.
 
Subaru: Ciertamente increíble.
 
Ram: Como mínimo, este es el espíritu más caballeroso que he conocido hasta ahora, ¿no crees? Deberías seguir un poco su ejemplo, Barusu; tanto el de este espíritu como el de ese caballero llamado Julius.
 
Subaru: No pienso seguir el ejemplo de ninguno de los dos.
 
Subaru se quitó a todos ellos de la cabeza, y acarició a Patrasche; acarició su cabeza, y con la palma cosquilleó debajo de su mentón, para luego dejar que su cabeza repose.
 
Subaru: Descansa un poco. Otra vez te sobre exigiste y me salvaste. Puedes tomarte vacaciones de vez en cuando, ¿sabes?
 
Patrasche: ――――
 
Patrasche encorvó su cuerpo, cerró los ojos y se durmió luego de escuchar las suaves palabras de Subaru. Ella los había llevado hasta la torre, y ahora pudieron corroborar la salud el uno del otro.
Con eso bastaba, Patrasche había trabajado suficiente.
 
Subaru: ¿Algún cambio en Rem? Si la RAISON D’ÊTRE de esta sala es curar a todos, me pregunto si podrá intervenir de alguna forma en su situación…
 
Ram: Lamentablemente, no parece que podamos esperar eso. Ni bueno ni malo… Simplemente no ha habido progreso en su tratamiento. No se puede curar algo que no es ni una herida ni una enfermedad; esa parece ser la conclusión lógica, ¿no crees?
 
Subaru: …Supongo.
 
Aun así, el espíritu de la Sala verde parecía dispuesto a cuidar de Rem mientras dormía, así como de Ram mientras observaba a su durmiente hermana.
 
Subaru: A fin de cuentas, todo sigue igual, ¿no es así?
 
Ram: ¿No crees que para cambiar algo tenemos que alcanzar la meta que se nos presentó en la torre?
 
Subaru: La Gran Biblioteca Pléyades, los exámenes, ¿cierto?
 
Su objetivo original había sido contactar con el Sabio, que se encontraba en la Atalaya Pléyades, y de quien se decía que era omnisciente, para usar su conocimiento y salvar a Rem y a las víctimas de Lujuria y Glotonería que habían quedado en Priestella.
Pero a quien encontraron en su lugar fue a Shaula, que de Sabia sólo tenía el nombre, y no era más que una chica extraña que confundió a Subaru con el Sabio Flugel. Luego, la Atalaya Pléyades resultó ser la Gran Biblioteca Pléyades, y todo el conocimiento que se le atribuía a Shaula residía, por lo que escucharon, en incontables libros guardados en bibliotecas.
 
Así, su meta inicial difería en gran medida con la actual, cuyo resultado final no podían predecir.
 
Subaru: Obtendré ese conocimiento y recuperaré a Rem, esa sigue siendo mi meta.
 
Ram: …Ya veo. Eso espero.
 
Ram bajó la mirada hacia Subaru, quien estiraba y movía los hombros, y luego tomó con suavidad la mano dormida de Rem, ya sin prestarle atención a Subaru.
Dejando de lado la actitud de Ram, apuntó con el dedo al techo y dijo:
 
Subaru: Subiré y desafiaré el examen. ¿Tú que harás?
 
Ram: Si nadie está pendiente de Rem, nos pondremos más nerviosos, ¿no crees? Así que me ocuparé de eso. Después de todo, mi propósito para venir siempre fue cuidar de ella, y llegué al extremo de pedir algo irracional a Roswaal-sama.
 
Subaru: Pero eso… Bueno, supongo que sí. Entonces, te encargo a Rem.
 
Ram: Aunque digas eso, no puedo hacer más que observarla.
 
Subaru: Es importante que lo hagas, ¿sabes?
 
Al responderle a Ram, quien rara vez se despreciaba, Subaru miró una vez más el rostro durmiente de Rem antes de salir de la sala. Había caído en un sueño que borraba cualquier expresión facial, por lo que no podía decir que se viera tranquila o angustiada.
Estiró la mano hasta la frente, en donde descansaba su flequillo, y la acarició con tanta suavidad como si le hiciera cosquillas.
 
Subaru: Entonces, me retiro; las veré después.
 
Rem: …
 
Por supuesto, no hubo respuesta.
Ram notó que en parte se lo dijo a sí mismo, así que evitó dar una respuesta insensible. Satisfecho, Subaru volteó hacia la salida.
No pudo evitar apoyar su mano sobre las enredaderas de la pared y pedirle al espíritu, «por favor, cuida de Rem y Patrasche».
 
Pero justo antes de abandonar la sala, se frenó de repente.
 
Subaru: Por cierto, dijiste que no podías dejar sola a Rem, pero hace unos momentos te fuiste del cuarto. ¿Qué te hizo ir hasta abajo?
 
Ram: …
 
Subaru: No puede ser… ¿Fuiste corriendo a verme cuando escuchaste que había despertado? Si pasó algo, deberías decirm—
 
Ram: —Vete ya.
 
Subaru: ¿Eh? Pero, si hay algo que te preocupe, deberías dec—
 
Ram: —Vete ahora mismo.
 
Abrumado por la espeluznante aura que emanaba de ella, Subaru no tuvo otra alternativa más que callarse y huir abatido de la Sala verde.
 
 
    
 
 
Subaru: No comprendo lo que pasa por la mente de Ram, últimamente menos que antes.
 
Emilia: No, discrepo, Ram es bastante expresiva con ese tipo de cosas. Me parece adorable que intente ocultar ese lado sincero suyo.
 
Subaru: Es raro que hables de ella como si fueras mayor… Aunque en realidad sí eres mayor.
 
Emilia: Sí, soy algo así como su hermana mayor. La más mayor de todos aquí… no soy yo.
 
Beatrice: Jmf… Betty es sin duda la hermana mayor aquí, de hecho. Eso es definitivo, y nadie podrá cambiarlo, supongo. Todos ustedes deberían venerarme, de hecho.
 
Apenas salió de la Sala verde, Subaru se reencontró con todos los que se habían quedado afuera, lo que derivó en esta conversación.
Emilia estaba algo frustrada por no tener el puesto de hermana mayor, mientras que Beatrice infló su pequeño pecho satisfecha; al final, la verdad era que ninguna se comportaba como la mayor.
Además, discutir quién era la mayor en las circunstancias en las que se encontraban era un asunto bastante delicado.
 
Anastasia: ¿Mmm? ¿Qué suce'e, Natsuki-kun? ¿Hay argo que quieras decirme?
 
Subaru: No realmente; sólo pensaba que aquí hay muchos rostros que no reflejan su verdadera edad.
 
Anastasia: ¿Ah sí? A menu'o me dicen que me veo má' joven de lo que soy. Me es difícir tomarlo como un cumpli'o, pero si los menosprecias, te menosprecian, así que lo acepto.
 
Anastasia sonrió con un marcado espíritu de comerciante en el rostro, pero no quedaba claro qué era lo que sentía.
Aunque tenía poco más de veinte años, parecía de catorce o quince. Sin embargo, no era algo tan superficial a lo que se refería Subaru, sino a lo que estaba dentro de ella.
Su cuerpo había sido poseído por Eridna, quien probablemente había nacido al mismo tiempo que Beatrice, por lo que podría llegar sin problemas al puesto de hermana mayor. Subaru no podía revelar algo tan trascendental que se había estado guardando hasta ese momento, por lo que no opinó nada más.
 
Además, aquí había otra candidata para el puesto de hermana mayor.
 
Shaula: Oh, ¿qué sucede, Gran Maestro? Ajá, no le gustó el olor a pasto de la Sala verde, ¿verdad? Lo entiendo, a mí también me superdesagrada ese espeluznante cuarto~.
 
Subaru: ¿No habías dicho que yo también tenía un fuerte hedor? ¿No te molesta el mío?
 
Shaula: Ya estoy acostumbrada al suyo, Gran Maestro; lo juro, esta vez no es mentira.
 
Subaru: Cierra la boca.
 
Mientras empujaba a Shaula, quien se pegaba a él para olerlo, Subaru miró hacia el piso superior. A excepción de Ram y Rem, el resto de los presentes en el cuarto piso desafiarían el examen de arriba.
 
Subaru: ¿Tú que harás? ¿Vendrás con nosotros?
 
Shaula: ¿Yo? Bueno… en realidad no es necesario que yo vaya; pero como he pasado tanto sin verle, quiero ir con usted. Sería supersolitario no hablar con nadie cuando puedo estar haciéndolo. Después de siglos de silencio, quiero hablar, hablar y habla~r.
 
Subaru no podía responder con frialdad a tan conmovedora declaración dicha con una sonrisa en el rostro. Supuso que Emilia y Beatrice entendían el peso de esa soledad. Sus sentimientos hacia Shaula eran de compasión casi en su totalidad, por lo que su intención no era realmente la de mantener la distancia entre ellos.
 
Meili: Me agrada esta onee-saan, creo que debería acompañarnoos.
 
Julius: Es lógico que el examinador esté presente si pensamos tomar el examen, para que se asegure de que no rompamos ninguna regla.
 
Sorprendentemente, Meili y Julius apoyaron la idea, y con ello, la mayoría votó a favor de que Shaula los acompañara.
Por último, Subaru miró a Anastasia para corroborar su opinión, ya que no había comentado nada.
Luego de notar la mirada, Anastasia dijo ¿Yo? ladeando la cabeza y…
 
Anastasia: A estas arturas, no tiene senti'o que me oponga, y en cuarquier caso, no hay motivo pa' que lo haga, no representa ningún problema. Ademá'
 
Subaru: ¿Además?
 
Anastasia: Esa shica parece muy cercana a ti, Natsuki-kun, así que si nos acompaña, podría decirnos argo sobre er conteni'o del examen. Pue'e que se ponga de nuestro la'o sin darse cuenta.
 
Shaula: Lo siento, pero no tengo ni la más mínima idea sobre el contenido del examen, así que les decepcionaré en eso.
 
Subaru: Vamos, no tenías por qué decirlo así.
 
Anastasia soltó un Tajaja , y Shaula, pensando que la estaban elogiando, puso una postura orgullosa.
Era cuestionable que la expectativa de Anastasia fuera acertada o no, pero por el momento, nadie se oponía a que Shaula los acompañara.
Aunque no podía negar que eso les causaría inseguridad, dejarla sola también les preocuparía, por lo que, la única diferencia entre las dos opciones, era que mantendrían el peligro a la vista.
 
Subaru: Vale, iremos juntos. No parece que podamos contar contigo, pero tengo esperanzas de que se te ocurra alguna buena idea.
 
Shaula: Te habla a ti, pequeñaja. ¡Da lo mejor!
 
Beatrice: ¡Es a ti a quien le habla, supongo! ¡¿Qué es lo que has oído, de hecho?!
 
Shaula curvó los labios, poniendo un rostro que delataba haber tocado un tema que no debía. El resto del grupo dejó que Beatrice se quejara y se dirigió a la puerta opuesta a la Sala verde y, al abrirla, encontraron las escaleras que subían.
 
Subaru: ¿Se acabaron las escaleras de caracol?
 
Shaula: El cuarto piso —Alcíone— y el tercer piso —Taygeta— están conectados directamente. Sólo subo si tengo algo particular que atender, así que rara vez voy allí.
 
Subaru: ¿Qué cosas debes atender?
 
Shaula: Secretos de dama.
 
Desviando su mirada de Shaula, apenas empezó con sus disparates, Subaru miró a Julius. Ellos ya debían haber desafiado el tercer piso mientras él estuvo durmiendo, por lo que esperaba que le dijeran algo útil al respecto.
Sin embargo, el caballero, tranquilo, se encogió de hombros.
 
Julius: Lamento no cumplir con tus expectativas, pero no logramos comprender casi nada. Cuando llegas al tercer piso, apareces en el cuarto del examen, pero…
 
Subaru: ¿Pero?
 
Julius: Lo que encontrarás ahí es un enigma difícil de entender. La verdad es que no tenemos pista alguna para resolverlo, por lo que tampoco sabemos qué hacer.
 
Subaru: ¿Un enigma difícil de entender?
 
Al no conseguir nada de Julius, Subaru cambió el foco de atención hacia el final de las escaleras. El piso superior se veía oscuro, por lo que la única descripción que se podía dar de él desde abajo era la de su aspecto siniestro.
 
Emilia: En cualquier caso, no es como que sepas qué hacer una vez que entras. Todo se mantuvo igual tanto al entrar como al salir, como si no tuviéramos importancia alguna.
 
Beatrice: Me irrita pensar en cómo nos ignoraron, supongo.
 
Tanto Emilia como Beatrice parecían coincidir con la opinión de Julius.
A fin de cuentas, a pesar de ser llamado «examen», ninguno había podido siquiera desafiarla. Su preocupación aumentó cuando la palabra «Prueba» cruzó su mente, dado que ambas palabras eran similares.
 
Subaru: No tenemos opción. Quien no arriesga, no gana. ——¿Vamos?
 
Emilia: Claro, esa es la actitud.
Beatrice: Esa es la actitud, de hecho.
Shaula: Esa es la superactitud.
 
Al recibir la aprobación de las tres, al estilo de cada una, Subaru tomó la iniciativa y subió el primer escalón. Paso a paso, continuó la marcha hasta el piso siguiente. A diferencia de las escaleras anteriores, la cantidad de escalones de un piso al otro era como la de cualquier edificio.
Como resultado, Subaru se lanzó de tal forma al tercer piso —Taygeta—, que llegó antes de estar del todo preparado.
 
Subaru: Este lugar
 
Subaru sintió una incomodidad abrumadora apenas entró.
¿Se trataba de un cúmulo de incomodidades, o un gran espacio en el que sólo cabía la incomodidad?
 
——Era un gran espacio blanco, completamente blanco.
 
La estructura general de la torre hasta ese momento era de forma cilíndrica, pero lo que Subaru encontró en este piso al subir las escaleras fue una extensa área en la que sólo había blanco a donde quiera que mirase.
Ese vasto espacio no debería ser más grande que la torre en sí; pero, debido a la cantidad de blanco, no podían verse las paredes ni el final de la sala. Si miraba hacia arriba, era difícil saber a qué altura estaba el techo; si miraba hacia abajo, sólo se distinguía el oscuro espacio donde terminaban las escaleras. Aparte de eso, el piso era tan blanco que hasta daba miedo caminar sobre él: no quedaba claro si al dar un paso encontraría el suelo, o quedaría atrapado en la ilusión de estar en caída libre. Lo mismo pasaba con el techo y las paredes.
Subaru sentía que, si perdía de vista las escaleras que lo habían llevado aquí, terminaría volviéndose loco.
 
Y en aquel gran espacio blanco, justo en frente de las escaleras, había un objeto extraño flotando.
 
Subaru: ¿Una losa de piedra?
 
Fue lo primero que pasó por la cabeza de Subaru al ver aquel objeto; y, de hecho, era la única forma de describir algo como eso.
 
La losa era negra, con forma rectangular, y parecía tener una textura muy lisa. No podía llamarlo «losa de piedra» si no estaba hecho de piedra, pero teniendo en cuenta que no era metálico, no había otra forma de llamarlo.
Si tuviera que encontrar otro término para referirse a él, probablemente sería «monolito».
 
El silencioso monolito tenía la extraña capacidad de flotar, se encontraba a unas decenas de centímetros sobre el suelo; o al menos eso aparentaba.
Sus ojos trabajaban todo lo que podían para calcular qué tan elevado estaba, pero le resultaba imposible debido a la blancura del suelo. Dejando eso de lado, el monolito flotaba pacíficamente en el aire.
Tenía más o menos la misma altura que Subaru, y el ancho equivalía al de dos personas juntas. Para compararlo con algo, pensó que tenía medidas similares a las de un tatami.
 
Subaru: ¿Qué demonios es esta cosa?
 
Julius: Para ponerlo en otras palabras, diría que se trata del artilugio que nos dice el enigma.
 
Julius miraba al monolito junto a Subaru, cuya atención había sido robada por aquel extraño objeto.
Julius se veía más serio que de costumbre, como si aquel monolito le hubiera dado dolores de cabeza muchas veces. Ya todos habían llegado al tercer piso, y se mantenían juntos para soportar lo confusa que era la atmósfera del espacio blanco.
 
Subaru: Preferiría no quedarme mucho tiempo en este lugar.
 
Julius: Estoy de acuerdo. Si nos quedamos demasiado tiempo, comenzaremos a perder el equilibrio, y si alguien se apresura y cae por las escaleras, su vida terminará ahí.
 
Anastasia: O~ye, Julius; no hables má’ de la cuenta.
 
Anastasia infló sus mejillas al escuchar la advertencia de Julius. Probablemente Julius se refería a algo parecido que le ocurrió a ella un rato antes.
Sin embargo, Subaru no se rio del accidente. De hecho, probablemente esta habitación fue hecha para desconcertar los sentidos. Era como si el cuarto reflejara la mala personalidad de la persona que lo creó.
 
Subaru: Entonces, ¿qué hay que hacer con este enigma?
 
Beatrice: Tienes que tocar la tabla, de hecho. Y entonces comenzará, supongo.
 
Subaru: ¿Debo tocar el MONOLITH?
 
Julius: MONOLITH, ¿eh? Ese nombre enigmático le queda como un guante a algo así de enigmático. Llamémoslo de esa forma de ahora en adelante.
 
Subaru dejó a Julius pensando en el misterioso nombre, y avanzó en su lugar. Se puso cerca del monolito, ya que nadie lo detuvo.


Esperaba sentir algo extraño o peligroso al acercarse al monolito, pero en realidad no era más que una vieja roca, sin tener en cuenta su capacidad de flotar. Si lo imaginaba como un tatami flotante, su miedo se disipaba un poco.
 
Subaru: Bueno, ¿sólo lo toco? ¿Hacemos una cuenta regresiva?
 
Emilia: Ah, sí, yo quiero hacerla. Tres, dos, uno…
 
Subaru: ¡Qué rápida! ¡He captado la indirecta!
 
Al oír el pedido de Subaru, Emilia levantó la mano y comenzó la cuenta regresiva. Por la prisa, Subaru se puso nervioso y volteó hacia el monolito.
Y entonces…
 
Emilia: ¡Cero!
 
Subaru tocó el monolito al mismo tiempo que se escuchó el cero, y en ese momento, una luz brotó desde la losa negra flotante. Entonces, todo se vio borroso…
 
No, no era eso.
El monolito que Subaru tocó se había multiplicado mientras emitía un resplandor negro.
La superficie del monolito brilló, y desde su parte trasera, aparecieron copia tras copia de éste que se dispersaron por la habitación sin un patrón aparente a una velocidad increíble y permanecieron flotando.
Cuando los muchos monolitos se esparcieron por el vasto blanco, Subaru se sorprendió. Y entonces, pasando a través de los tímpanos——directo en el cerebro de Subaru, resonó una voz.
 
???: ——Toca lo más brillante del héroe destruido por Shaula.
 
Subaru: ¡¿Qu-?!
 
Al oír aquella voz abrupta, Subaru se asustó y alejó su mano del monolito. Antes de que llegara a caer hacia atrás, alguien lo sostuvo por la espalda.
Al voltear, encontró el rostro de Julius.
Con su mano derecha sostuvo a Subaru, y con la otra se acomodó el flequillo, y dijo,
 
Julius: ¿Y bien? ¿Empatizas con nuestra primera sorpresa?
 
Subaru: ¡¡No hagas algo tan desagradable!!
 
Las quejas de Subaru sólo agrandaban la sonrisa irónica de Julius.
En cualquier caso, el examen había comenzado.
 
 
Examen del tercer piso —Taygeta— de la Gran Biblioteca Pléyades.
Tiempo límite: sin restricciones.
Cantidad de oportunidades: sin restricciones.
Cantidad de participantes: sin restricciones.
 
 
——El examen… había comenzado.