miércoles, 23 de septiembre de 2020

,

Afectada por el territorio


Traducción: José Julián Juandavid Luisa Corrección y edición: Juandavid (Primera corrección) Carlos (Segunda corrección) Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá) ※ ※ ※ ※ ※


Capella ladeó ligeramente su cabeza hacia aquel hombre que parloteaba sin descanso y empuñaba la Espada del Dragón Azul en su única mano.

Con una trenza larga y negra que reposaba sobre su hombro blanco, y con los brazos cruzados para realzar su prominente pecho, ella se inclinó hacia adelante, lanzando una mirada hipnotizadora hacia el hombre que llevaba el casco.

Usando esa mirada hipnotizadora para tentar los ojos de los hombres, aun sabiendo que era una trampa, haría que sus instintos se volvieran salvajes.

Sin embargo, la eficacia de semejante estrategia demoníaca dependía del oponente.

 

Al: Esa pose en efecto es un poco erótica; pero, si tu objetivo es seducirme, es inútil. Para un virgen empedernido como yo… sentir atracción por una chica que acabo de conocer es tan difícil que me dan ganas de reír.

 

Capella: Degradarte con tus propias frívolas palabras y ese sutil autocontrol… Dejando de lado si los objetivos de esta encantadora dama se aplican o no a ti, das la impresión de no excitarte con esto. Si actúas como un bufón para generar un descuido en tu oponente, entonces ¿de qué sirve esa cosa gruesa?

 

Al: Las mujeres no deberían soltar chistes verdes como ese. Agua la fiesta.

 

Capella: …

 

Tras la respuesta de este hombre, la mirada provocativa de Capella se convirtió en una expresión estupefacta. Este grado de sorpresa se disipó rápidamente, y Capella rio como si estuviera feliz desde el fondo de su corazón.


Capella: ¡Kyajajajaja! ¿Cómo puedes decir eso tan seriamente a tu edad? La doncella de tus sue~ños sólo vive dentro de tu pecho. Tú también eres una de esas personas cuyo exterior no se ajusta a su interior; ¿acaso no eres como una flor en un invernadero? Kya~, qué su~cio.

 

Al: Aunque me disculpo por interrumpir tu espectáculo, no me hagas decirlo tantas veces. No estoy de buen humor hoy. Si me preguntaras, no podría decirte realmente cuándo estoy de humor, sobre todo hoy, así que…

 

La actitud de Al se volvió extremadamente compleja e irritante ante los golpecitos que hacía Capella con los pies y cuyo gesto no encajaba con su apariencia actual.

Más que un gesto, parecía ser un ademán de insatisfacción frente a esta tarea desde el fondo de su corazón. Al contrario que las dos personas sobre ellos, esto hizo que Capella se mostrara cada vez más incrédula.

 

Capella: No estar de humor, encontrar esto agobiante, y aun así no terminar con esto. Tus palabras están realmente llenas de contradicciones. En ese caso, ¿por qué demonios sigues en compañía de una maníaca escandalosa como yo?

 

Al: Tienes el atrevimiento de decirlo tú misma, maníaca escandalosa.

 

Capella: Por supuesto que lo diré. Desde la perspectiva de esta encantadora dama, absolutamente todo lo que existe en este mundo es sólo una forma de pasar el tiempo. Finalmente, todos ustedes son, en su totalidad, objetos de esta encantadora dama. El amor de la encantadora dama es ilimitado, lleno de misericordia; porque todos los que no busquen el amor de esta encantadora dama son innecesarios. ——Haz lo que quie~ras con esta encantadora dama; cualquier otra cosa.

 

Capella, con la dulce sonrisa de una belleza venenosa, extendió sus brazos.

Al, que miraba esta sonrisa, dejó caer la hoja de la Espada del Dragón Azul con un «woosh». Doblando su cuello para hacer tronar sus huesos, soltó un largo suspiro con un «Ah—».

 

Al: Sí que lo eres. Eres bastante diferente de los demás pecados que he conocido.

 

Capella: Oh vaya, ¿has visto a otras carnes corrompidas más allá de la putrefacción? ¿Esa pervertida carne hembra que resiente su propio anhelo? ¿Ese virgen bastardo con un recipiente minúsculo? ¿Esa pequeña sabandija de paladar vulgar y una vil personalidad? ¿O fue ese autoproclamado espíritu enfermo de la cabeza, enfermo de la conciencia y enfermo del pensamiento? ¡Cualquiera de ellos son las peores opciones posibles! ¿No te enseñaron eso tus padres? Escoge tus compañeros con cuidado.

 

Al: …Desafortunadamente, mis actuales amigos son tipos de los que mis padres me advirtieron.

 

Capella: Eso también merece condolencias. ¿Incluso tú, que eres así, abrazarás el prestigioso amor de esta encantadora dama? ¡Quítate el casco y revela tu rostro, abraza y dedica tu amor a esta encantadora dama!

 

No importaba cuán despreciada o rechazada fuera, Capella, que realizaba gestos en busca de amor, era la personificación de una mente que anhelaba el amor. Exceptuando la idea del más extremo amor unilateral, sin tener en cuenta a los demás, había saqueado por la fuerza el amor hasta ahora, acción a la que se había referido equivocadamente como Amor.

Naturalmente, ni una sola persona respondió a su amor que, en lugar de ser irritante, sería mejor describirlo como una completa desconsideración de la naturaleza humana.

Al alzó la Espada del Dragón Azul que acababa de bajar, sacudiendo lentamente la cabeza.

 

Al: Mis disculpas. Me alegro de que te sientas así, pero los dos seguimos sin conocernos, y sería embarazoso si algún extraño rumor se extendiera entre mis amigos. Por favor, acepta mi negativa.

 

Capella: Que consideres tan atentamente las miradas de desconocidos… Tienes muchas cualidades adorables, ¿eh? Esta encantadora dama se siente inferior en ese aspecto. ——Y yo que pensaba despedirme de todos los pedazos de carne macho que disfrutan de ser sometidos por mujeres.

 

Al: …¿Ehh?

 

Capella: Desprecio por los demás; mirada hostil. Un cuerpo que incluso podría decirse que está lleno de sensualidad y violencia. Una estatura más baja que la que esta encantadora dama tiene ahora mismo; un tipo de piel hermoso y expuesto. Aunque las palabras cambian con el humor, tiene una personalidad oculta siempre sostenida por la razón y la confianza, y que nunca se vuelve increíblemente arrogante. Entregando muchas tareas a los subordinados, pero raramente volviéndose dependiente de ellos. No es agrada~ble, pero tampoco desagrada~ble, tanto la actitud como la mujer.

 

Mientras parloteaba sin parar, la figura de Capella se transformó.

Acortó su estatura manteniendo unas buenas proporciones, y la ropa se convirtió en un vestido atrevido que revelaba los hombros y la espalda. Los ojos de la cara cambiaron de somnolientos a agudos, su apasionada mirada desbordaba una atmósfera de confianza. Lo que apareció fue una hermosa mujer con una larga cabellera dorada que colgaba libremente.

Similar a alguien de la ciudad, aunque la apariencia no se relacionaba con ninguna persona en particular——desde algún lugar desconocido, exudaba una atmósfera similar a la de una mujer que a Al le resultaba familiar.

 

Al: …

 

Capella: Ups, ¿no es dorado? Como mínimo, las características de una Lugnica incluirían cabello dorado… En ese caso, fiumfiumfium, rojo… mmm, es naranja.

 

Observando las sutiles reacciones de Al, el color del pelo de Capella cambió poco a poco. Probando negro, marrón, verde, azul, dudando por un momento cuando se volvió rojo, y luego se volvió naranja.

Con sólo eso, había asumido una impresión ridículamente similar a la de una mujer muy familiar.

 

Al: Qué escalofriante… ¿De dónde has conocido a princesa-san?

 

Capella: Nunca la he visto, nunca le he hablado y ni siquiera me había percatado de su existencia. Simplemente, deduje de tus reacciones el tipo de mujer que te gusta. Esta encantadora dama es una mujer que lo dará todo, ¿sabes? Es normal darlo todo para gustarle a la persona que te gusta.

 

Al: Aunque digas «reacciones», mi cara está…

 

Capella: Voz, movimientos, patrones de habla. Ángulo del cuello y campo de visión, actitud. A partir de la charla entender tu actitud, naturaleza y preferencias.

 

Al: …

 

Capella: Sin pasar por alto ninguna sacudida o movimiento. Poniendo todo el corazón y el espíritu para ser amado, así es como esta encantadora dama dedica absolutamente todo de sí. Esta encantadora dama ya te ha entregado todo de esta forma, así que… mira a esta encantadora dama. Mira sólo a esta encantadora dama. No mires a nadie más. La cara, el cuerpo, la voz, la actitud y los gestos de esta encantadora dama, ¡todo todo todo! ¡Debería coincidir totalmente con tus preferencias!

 

Mientras hablaba, la voz de Capella —que había asumido la apariencia de Priscilla— gradualmente se volvió áspera. Sus afirmaciones eran una línea recta con deseo de complacer, pero una línea demasiado recta se convertiría en un amor que atravesaría su objetivo.

Parecía como si Al no pudiera siquiera responder con un movimiento de cabeza o con palabras. Sólo podía preparar la fuerza de todo su cuerpo para luchar contra una respuesta de Capella. Ante esta respuesta silenciosa, en el rostro de Capella creció el desánimo y el desprecio.

 

Capella: Tú, egoísta carne masculina de mierda… ¿Con qué aspecto de esta encantadora dama estás insatisfecho~?

 

Al: No me malinterpretes. No me gustas ni me disgustas; en cualquier caso, está bien… Lo siento, es mentira. Como era de esperar, eres repugnante, así que realmente no me gustas.

 

Capella: ¡—Hk! ¡¡Tú, caprichosa carne masculina podrida!!

 

Capella pisoteó el suelo y su brazo derecho comenzó a transformarse desde el hombro en una enorme cabeza de lobo. La feroz cabeza aullante de bestia, a velocidades más altas de las que un ojo podría procesar, voló hacia el petrificado Al. En un instante, los colmillos afilados como cuchillas de la cabeza de lobo destrozaron completamente la parte superior del cuerpo de Al con un mordisco— —o eso habría pasado si justo antes Al no hubiera saltado a través del hueco que había entre los colmillos caninos que se acercaban, surcando el aire horizontalmente para escapar.

 

Capella: ¡No creas que puedes escapar sólo con eso!

 

Al: ¡Como si yo pensara eso! ¡El costado! ¡Y luego la espalda!

 

Por encima del rodante Al, un poderoso ataque de una mano gigantesca atacó hacia abajo. Un dedo de esas manos gigantescas podría compararse a la altura de un humano, y ser atrapado en su agarre sería como ser atrapado por una serpiente.

Sin embargo, Al evitó también este ataque saltando hacia atrás. Y entonces, la cabeza de lobo cuyos colmillos parecían querer aplastar la cintura de Al atacaron de nuevo, deteniéndolo hábilmente con la Espada del Dragón Azul empuñada a su espalda.

 

Al: ¡Whoaaaaa, Dona!

 

Sin disipar completamente el impulso de la bestia atacante, y manteniendo su posición defensiva con la Espada del Dragón Azul, el cuerpo de Al se deslizó hacia adelante. La mitad de la pared de tierra se levantó del suelo, golpeando directamente desde abajo en el brazo derecho que se había convertido en una bestia.

El lobo cuya mandíbula inferior había sido golpeada dio un lamento, y el cambio de masa de su brazo derecho desequilibró todo el cuerpo de Capella. Al ver esto y habiendo esquivado el fuerte ataque del brazo izquierdo, Al se precipitó hacia adelante.

 

Al: ¡Dona! Este lado también, ¡Dona!

 

Capella: ¡—hk!

 

Dona, que Al lanzaba sin cesar, era del nivel más bajo de la magia de tierra.

Tanto en poder y durabilidad como muro, ambas estaban perfectamente alineadas con su naturaleza como el nivel más bajo de magia. Aun así, Al confiaba en esa magia como su mejor táctica en combate.

 

Formando obstáculos, bloqueando el campo de visión, creando puntos de apoyo——exactamente como lo estaba haciendo en ese momento.

 

Al: ¡RaaaaaaaAA!

 

Se formó un sólido muro de tierra, obstaculizando los movimientos de los brazos abiertos de Capella. Además, el propio cuerpo de Capella fue acorralado por un muro de tierra que obstruyó su visión frontal.

Entonces, con los preparativos en su lugar, Al se elevó en el aire——usando la velocidad y el impulso de la tierra que se elevaba del suelo, lanzándose hacia el frente como si tuviera alas.

 

Justo cuando Capella escuchó ese grito y miró hacia arriba, la Espada del Dragón Azul emitió un destello al atravesar su delgado cuello, y su cabeza voló.

Un rostro parecido al de Priscilla giró por el aire y una cantidad exagerada de sangre brotó de la herida. La sangre de Capella tenía un efecto no identificado, similar a un veneno de algún tipo, siendo éste la razón del sufrimiento de Crusch.

Naturalmente, incluso habiendo sido advertido de no tocar esa sangre que salía a borbotones—

 

Al: ¡¿A quién pretendes engañar, maldita embustera?!

 

Pisando el charco de sangre sin contemplación alguna, Al sacó su Espada del Dragón Azul.

La punta de la hoja no dudó en lo más mínimo en clavarse en la espalda de la ahora decapitada Capella, sobresaliendo la hoja a través del pecho, añadiendo otra herida mortal a una oponente que se suponía que había muerto. Sin embargo, no pudo parar ahí.

 

Al: ¡RAAa! ¡¡El Dona!!

 

Arrastrando el perforado cuerpo, Al voló hacia el frente y rápidamente lanzó un encantamiento de un nivel más alto que Dona, una magia de nivel El, utilizó la Espada del Dragón Azul como punto de lanzamiento para que ésta surgiera desde dentro del cuerpo de Capella.

Obviamente, el cuerpo de Capella fue incapaz de contener la masa que se expandió desde dentro, y se despedazó en una explosión.

 

Bang, con un sonido estúpido como si de una broma se tratara, el cuerpo de Capella se hizo pedazos. Manos y pies volaron en todas direcciones, vísceras de un rosado y rojo brillante mancharon por completo el subsuelo. En el aire gélido, los pedazos de carne incluso parecían emanar vaho, obteniendo finalmente un resultado del que uno podía darse la vuelta y alejarse.

 

Al: …¡¿Qué te… pareció eso?! Jaa… jaa… Llegados a este punto, ya…

 

Moviendo los hombros mientras trataba de recuperar el aliento, Al le habló a Capella, que se había convertido en trozos de carne.

Era imposible que existiera una criatura capaz de sobrevivir tras ser destruida hasta tal extremo. No había ser vivo capaz de responder a la declaración de victoria de Al… o eso se suponía.

 

Capella: A~h, pero qué excesi~vo. Sin importar qué, las cosas usualmente no llegarían tan lejos.

 

Al: Mierda…

 

Esa alegre pero retorcida voz respondió a los insultos de disgusto de Al.

La voz vino no de la carne, sino del lugar donde estaba la cabeza que había sido cortada inicialmente——en otras palabras, vino del lugar donde había caído la cabeza de Capella. La cabeza, que había rodado al caer, permaneció en el suelo observando alegremente la reacción de Al.

 

Al: Mandar tu cabeza a volar y destruir tu corazón no fue suficiente. Si eso no es romper demasiadas reglas…

 

Capella: Que me vueles la cabeza y destruyas mi corazón, no es algo que genere problemas a esta encantadora dama. Que de repente seas tan implacable es raro, sin duda. Ahora mismo, esta encantadora dama debería estar tentándote con tu rostro favorito, ¿me habré equivocado? ¿O será que eres de los que expresan su amor infligiendo dolor?

 

Ante Al, que mostraba un sentimiento de desamparo, la cabeza de Capella se enderezó.

Moviéndose torpemente, una carne negra que no debería haber estado allí, salió. Formando una cabeza como un pedestal, la carne temblorosa se convirtió en miembros, superficies negras fueron ocultas a la vista por piel blanca, volviéndose——no, transformándose completamente en una joven de pelo dorado.

 

Al: …¿Y los trozos de carne que quedaron por allá?

 

Capella: Dado que son innecesarios, se pueden disolver.

 

Al observó con asombro mientras los pedazos de carne, que habían sido parte del cuerpo de Capella, se disolvieron con un ruido. Los órganos y miembros se convirtieron en una sustancia parecida a un lodo negro, burbujeando mientras desaparecían.

Incluso la manera en la que desaparecían generaba un disgusto hasta el punto del sufrimiento visual.

 

Capella: En cualquier caso, cortaste mi cabeza sin siquiera dudar. La de arriba… no era la verdadera, pero… ¿acaso uno de tus aliados no quedó imposibilitado de volver a luchar tras probar la sangre de esta encantadora dama? ¿No te dio miedo empaparte de mi sangre?

 

Al: No era ningún tipo de farol. Aunque no sabía qué condiciones se tenían que cumplir, saber que mancharse con ella no sería el final es algo que ya he verificado. Y pensar que no sirvió de nada esquivarla tanto…

 

Capella: ¿—? Pero si no has mostrado ni la más mínima intención de evitarla.

 

Al: Eso es un hecho que desconoces. Si ni la cabeza ni el corazón funcionan… La próxima vez tengo que aplastar esa cabeza decapitada; sin importar cuantos intentos me cueste.

 

El extraordinariamente fatigado suspiro de Al sonó aún más intenso que el que exhaló cuando esa batalla comenzó. Eso se debía al efecto de los trucos de Capella: la peculiar carga que había sido puesta sobre sus hombros tras su reunión.

En todo caso, no se veía ni un rastro de daño en el recientemente regenerado cuerpo de Capella. Además de su habilidad de cambio y mutación, poseía una capacidad regenerativa capaz incluso de rechazar la muerte——era un auténtico monstruo que volvía ineficaces incluso los ataques típicamente más fatales en la cabeza y el corazón.

Sin embargo, «difícil de matar» no era lo mismo que «invencible».

 

Al: También hay métodos como congelar todo el cuerpo para sellarlo… u otros métodos, como lanzarlo a la Gran Cascada.

 

Capella: ¿No es agradable desesperarse después de no haber matado a un oponente? ¿No eres en verdad un trozo de carne incorregible? Pero, tener motivación está bien y es bueno, ¿podrás hacerlo? Parece que eres bueno en trucos tontos como esquivar y escapar, pero, ¿no te hace falta una manera de matar a esta encantadora dama?

 

Al: Ciertamente, aunque muriera un centenar de veces, no sería capaz de matarte. De hecho, ya voy a medio camino… Pero, ¿no estás olvidando algo?

 

Dándose golpecitos en el hombro con la punta de la Espada del Dragón Azul, Al hizo sonar su casco. Cuando Capella ladeó la cabeza al no saber la respuesta, la punta de la espada apuntó hacia arriba de sus cabezas.

Más que al Ayuntamiento, apuntaba a algún lugar a las afueras de éste.

 

Al: Originalmente tenías la intención de atacar nuestra base. También podemos imaginar que tu torre de control está completamente desolada. Lo que significa, que quienes fueron a atacar a Lujuria se apresurarán para regresar pronto. Mientras mantenga estas tácticas y gane tiempo, acabará llegando tu fin.

 

Capella: …

 

Al: Para tu información, mis habilidades son decentes para ganar tiempo, ¿no? Probaré todos los medios para mantenerte a raya, para atraparte aquí. Así que, si quieres huir, ahora es tu oportunidad.

 

Atascado en la batalla contra Capella en solitario, Al usó la inminente llegada de refuerzos para tratar de forzar a su oponente a retirarse. Al oír esas palabras, Capella levantó una ceja en sorpresa y, ante su actitud preguntona, Al también respondió con un «¿hmm?».

 

Al: ¿Qué fue esa reacción tuya? Aunque tengas alguna queja sobre mi sugerencia de retirarte…

 

Capella: ¿En verdad crees que esta encantadora dama, que se adentró sola en territorio enemigo, no habría preparado medidas contra las tropas que ustedes mandaron?


Al: …¿Mmm?

 

Capella: El daruma musculoso y la mujer espadachín fueron colocados a lo largo del camino. Incluso entre nuestras marionetas, esos dos no son poca cosa. ¿Podrían tus refuerzos escapar tan fácilmente?

 

Al: ¡Hk!

 

Ante ese imprevisto, Al emitió involuntariamente un sonido y miró al gran agujero que había sobre él. Como si hubiera visto su expresión a través del casco, Capella prosiguió.

 

Capella: Por cierto… El Espejo de Comunicación que llevabas encima está sellado, ¿sabes? Así que, aunque intentaras establecer contacto rápidamente con otra persona, no serías capaz de contactar con nadie.

 

Al: ¡¿Cómo has hecho algo así?!


Capella: Parece que esos dispositivos mágicos fueron creados por una bruja. Rumores sobre tales leyendas se han transmitido desde hace mucho tiempo en el Culto de la Bruja. Incluyendo cosas como la interrupción de la longitud de onda del Espejo de Conversación.

 

Debido a la naturaleza de su poco usual molestia, el objetivo del que Al había estado hablado se sintió vacío.

Aunque Al no tenía manera de comprobar la veracidad de las palabras de Capella, en realidad, los dos que fueron enviados del Ayuntamiento para derrotar a Lujuria —Willhem y Garfiel— tarde o temprano se enfrentarían a sus secuaces. Podría decirse que la probabilidad de regresar de una batalla entre un monstruo y un humano eran extremadamente bajas.

Lo que significaba…

 

Capella: Carecer de medios para luchar en un momento así, ¿no es eso el fin?

 

Al: …Yo no diría tanto como «carecer de medios».

 

Ante la respuesta vaga de Al, Capella sonrió levemente.

E inmediatamente, esa sonrisa desapareció. Una vez más, la figura de la joven niña se convirtió en un trozo amorfo de carne y así, la masa de Capella creció exponencialmente.

 

Con un sonido burbujeante, el cuerpo de Capella rompió los límites humanos, creciendo enormemente.

Joven delicada, mujer seductora, joven implacable, guerreros imponentes——su carne creció enormemente a una velocidad mayor a la que había mostrado y una risa reverberaba en ese espacio subterráneo.

Lo que apareció después fue un dragón cuyo cuerpo negro se mezcló con las sombras.

 

Al: …Ya veo; puedes convertirte incluso en un dragón.

 

Considerando el hecho de que no había divisiones de habitaciones, el subsuelo era mucho más espacioso que el Ayuntamiento. Sin embargo, el subsuelo no podía contener el enorme cuerpo del dragón negro tan fácilmente.

Al escuchar esa voz, el dragón entrecerró sus ojos dorados, y Capella abrió su boca en respuesta a Al. De esa boca, salió un aliento despiadado y ardiente.

 

Al: ¡—hk!

 

El aliento de fuego pareció encender el aire mismo del subsuelo, como una luz blanca abriéndose camino hacia Al.

Un encantamiento completamente abrumado por el sonido estruendoso, creó una pared en el rango de ese aliento. Sin embargo, frente a la sofocante temperatura, la pared no logró ni siquiera proveer una defensa momentánea antes de desmoronarse bajo el calor——pero ese no era el objetivo de Al.

 

Kah, ooo

 

La mandíbula del dragón negro, que había lanzado dicho aliento, fue golpeada por un repentino muro ascendente de tierra. La boca que generó el aliento fue cerrada a la fuerza y, en consecuencia, el dragón quemó su propia garganta con su llama.

Aun así, la llama que el dragón había escupido antes seguía ardiendo. Mientras intentaba escapar del alcance del calor, Al notó que la llama verde le pisaba los talones.

 

Al: ¡Mierda! ¡Dona! ¿¡Ehh!?

 

Realizando encantamientos junto al hedor a quemado, una pared de tierra repentinamente golpeó el costado de Al. Ese impulso lanzó a Al envuelto en llamas a un canal de agua cercano. Justo cuando su espalda rozó la superficie del canal de agua, otro encantamiento creó una pared de tierra, enviándolo fuera del agua.

 

Al: —¡Shuu!

 

Estando completamente empapado, Al salió disparado del agua. En un instante, las afiladas garras del dragón negro habían arrasado a través del fondo del canal. Echando espuma, la pared que sacó a Al del agua se rompió en pedazos. Lo había esquivado por los pelos, pero el feroz ataque a Al no cesaba y él esquivaba, esquivaba y esquivaba continuamente.

 

Usando movimientos milagrosos para esquivar en un espacio tan extremadamente pequeño, evitando ataques por detrás que deberían haber sido imprevistos, la falta de habilidad de su cuerpo fue complementada por su propia magia, sorteando continuamente heridas fatales.

 

¡Gyiiiii!

 

Al: ¡¡Do, Do, Do, Do, DONAAA!!

 

El ahora impaciente dragón negro giró su enorme cuerpo, segando hacia abajo con su cola.

Enfrentándose a este fuerte viento que dibujó un arco, Al usó múltiples encantamientos para crear cinco muros de tierra frente a él——y después de reducir la amenaza de estos ataques al máximo, usó su Espada del Dragón Azul para protegerse de las heridas, levantándose y golpeando el suelo para rodar varias veces antes de quedarse en el suelo.

Los dramáticos movimientos giratorios amortiguaron el impacto, y Al se levantó apoyándose en su Espada del Dragón Azul. Sin embargo, el daño no había sido neutralizado completamente.

Enseguida, una gran cantidad de vómito se derramó a través del espacio ubicado en la parte inferior de su casco.

 

Al: Geh… geho. Mierda; esta vez, la víctima … ¡no tiene suerteee!

 

Capella: A mí~ no me lo parece, eh. Considerando tus habilidades, hay una especie de incomprensible estupidez en que siempre estés esperando refuerzos…

 

Mientras Al murmuraba por su situación actual, el dragón negro Capella le dio un elogio bastante misterioso.

Desde su perspectiva, la desesperada batalla defensiva de Al tenía una inexplicable sensación de contradicción molesta. Ataques que no debieron ser previstos, persecuciones que no podría haber imaginado… Al había usado su habilidad todo este tiempo para sobrevivir tanto como fuera posible. ——Como si él conociera desde hace tiempo todas esas situaciones.

 

Sin embargo, ninguno de los dos tuvo el placer de continuar esas vagas ideas por ahora.

Porque…

 

Capella: …¿No es eso un poco demasiado salvaje?

 

Capella alzó su mirada y dijo eso debido a las débiles vibraciones producidas desde la superficie del suelo——producto de sonidos intensos provenientes del Ayuntamiento que había sido dañado incesantemente.

Los cimientos de la estructura que había sido testigo de numerosas batallas habían sufrido un daño considerable, y la batalla que tuvo lugar debajo les dieron a los cimientos el golpe final. El resultado fue el gradual ensanchamiento del agujero que había sido la trampa para enviar a Capella hacia abajo, y las grietas se extendieron no sólo en el suelo, sino incluso por todo el edificio.

El resultado después de esto, incluso un niño podría adivinarlo: colapso.

 

Al: ¡No me jodas! ¡Si este espacio se derrumba moriré!

 

Viendo parte del suelo caer desde arriba, Al se puso de pie a pesar del dolor y, con pasos forzosos, saltó al canal de agua.

Junto con el sonido del agua, su cuerpo se alejó en el canal subterráneo. Y entonces Capella lo vio alejarse manteniendo su forma de dragón mientras miraba el techo derrumbándose gradualmente.

 

Capella: Si~p, el interés se está marchitando. Estoy cansada de jugar, así que me olvidaré.

 

Murmurando palabras que parecían desanimadas, el dragón negro bostezó.

Así, el espectáculo más raro del mundo pasó desapercibido para cualquiera, enterrado bajo los escombros del edificio derrumbado.

 

    

 

???: —u.

 

En la escena colapsada, un bajo zumbido resonó.

Un sonido acompañó el desplazamiento de los escombros y varias piedras ligeramente más grandes rodaban por esta montaña de ruinas. Gracias a este impacto, la montaña se derrumbó, y de una abertura causada por el colapso salió una mano blanca.

 

Como si estuviera buscando algo, ese delgado brazo golpeó rápidamente la montaña de escombros y ésta cayó en cascada poco a poco.

Y entonces, unos minutos después, logrando finalmente liberarse de la montaña en ruinas, estaba Ferris cuya ropa se había desgarrado.

 

Ferris: Cof cof.

 

Mientras tosía, Ferris escupió vastas cantidades de tierra y sangre.

¿Era sangre o arena lo que quedaba entre su lengua y sus dientes? Fuera lo que fuera, a Ferris no le importaba en absoluto. Ahora mismo, sólo quería enjuagarse la boca.

 

Ferris: No esperaba que el Ayuntamiento colapsara. ¡¿No es esto otra muerte por nada?!

 

Ferris usó el interior de su ropa sucia para limpiarse la sangre del rostro. Limpiando la suciedad de esa manera, volvería su rostro limpio y bello.

En medio de esas ruinas, que no parecían haber pertenecido a un edificio de cinco pisos, se había reproducido una escena capaz de aplastar humanos hasta la muerte sin darles ningún tiempo de defenderse.

 

Ferris: Algo como eso es… ¡Es cierto, Anastasia-sama!

 

Orejas de gato apuntaron hacia arriba, y entonces Ferris gritó ese nombre mientras miraba a su alrededor.

Era Anastasia, quien le había ayudado en esta peligrosa batalla haciéndose pasar por Crusch voluntariamente. Enfrentó exitosamente la emboscada de Lujuria como era de esperar, aunque los resultados sólo podían ser descritos como una tragedia. Pero, una aliada era una aliada.

Y en la necesidad de determinar si estaba viva o muerta, también había una clase de obligación emocional con Julius.

 

Ferris: Ojalá ella no haya sido aplastada directamente hasta la muerte como yo.

 

Mirando alrededor, empezó la búsqueda entre los escombros cercanos. Cuando el edificio comenzó a derrumbarse, Ferris y Anastasia estaban en la misma habitación.

Si se vio envuelta en el colapso repentino debajo de sus pies sin usar ningún tipo de defensa, lo más probable es que terminara enterrada entre los escombros. Si al menos no moría instantáneamente, la magia curativa de Ferris podría mantenerla a salvo.

 

Ferris: ¡Con una simple respuesta esta búsqueda sería mucho más sencilla!

 

Los delgados brazos de Ferris no eran aptos para situaciones de búsqueda y rescate.

Aunque tratar a los heridos era la especialidad de Ferris, él no era apto para el trabajo que precedía a la curación. Incluso por la falta de información recibida sobre Lujuria, Ferris tenía una sensación de fatiga como nunca antes, y justo en este momento…

 

Anastasia: ¡Ah, Ferris! También 'tás sano y sarvo.

 

Ferris: ¡—!

 

El sonido de pasos que pateaban los escombros se acercó. Ferris, que saltó sobresaltado, se giró para ver una figura solitaria. Tocándose el pelo que había sido teñido de verde, la Anastasia que había estado buscando todo este tiempo estaba sonriendo delicadamente.

El pliegue de su ropa, que parecía rígido al balancearse, se acercó a Ferris con pasos cuidadosos.

 

Ferris: Anastasia-sama, ¿estás ilesa?

 

Anastasia: Como pue’es ver. De hesho, aquí deberíamo’ decir eso. Y tú también, Ferris; menos mal que saliste ileso de ese colapso.

 

Ferris: Eso es…

 

Aunque en el sentido literal no había salido ileso, Ferris suprimió su respuesta involuntaria. No había obligación alguna de responder, ya que no era un tema placentero. Quedándose en silencio sin dar respuesta, Ferris observó junto a Anastasia los escombros y la escena del colapso del Ayuntamiento.

 

Anastasia: Decirle a to’o el mundo que se fuera a los refugios por adelanta’o fue una decisión muy acerta’a. Esto fue, un gran incidente.

 

Ferris: «Un gran incidente»…

 

Anastasia frunció el ceño como si estuviera increíblemente preocupada, y Ferris observó sus alrededores.

Anastasia llamó a esto «un gran incidente», pero era extraño decir eso con semejante tranquilidad. Aunque llamarlo «un gran incidente» no era incorrecto, parecía que le faltaba algo de seriedad.

Sin mencionar que la causa de este derrumbe era precisamente—

 

Anastasia: Creo que, la causa sería la pelea subterránea de Al y Lujuria.

 

Ferris: …

 

Anastasia: Siendo enterra’o completamente, desenterrarlos así será argo complica’o. Si ellos entraron exitosamente en los canales subterráneos, creo que habría una posibilidad de escapar con vida.

 

 

En ese caso, tendrían que considerar la posibilidad de que Capella también hubiera sobrevivido.

Como Ferris había visto, la capacidad de regenerarse de Capella sobrepasaba la imaginación humana. Teniendo la mitad de su rostro destrozado por la magia de Anastasia, y no preocuparse por ello, era realmente extraño. En el caso de Ferris, se salvó gracias a su enorme fuerza vital, y no por alguna clase de complexión antinatural.

 

Ferris: A propósito, Anastasia-sama, ¿dónde aprendiste esa magia?

 

Anastasia: …¿eso tiene argo que ver con esto?

 

Ferris: Como escuché que no podías pelear, no pude evitar sorprenderme.

 

Durante la discusión de cómo distribuir las fuerzas de combate, ella misma fue quien dijo que no tenía habilidad para combatir. Así fuera Anastasia o el espíritu artificial que la acompañaba, ese era el caso.

Sin embargo, si ese era el caso, ¿qué había sido esa magia que destrozó el rostro de Capella?

 

Al: —A mí también me gustaría enterarme de eso.

 

Anastasia: …

 

Anastasia guardó silencio en respuesta a la pregunta de Ferris, y justo entonces una tercera voz se escuchó.

Ante los dos que se giraron, estaba el empapado Al pateando los escombros. Inclinando la cabeza para que el agua saliera por la abertura de su casco, Al se acercó.

 

Anastasia: Ver que ‘tás sano y sarvo es bueno. ¿Un sarto exitoso en er canar?

 

Al: Hubo tres ocasiones en las que pensé que moriría. Aunque bueno, eso da igual. Más importante aún, tenemos algo de qué hablar.

 

Anastasia miró al frente para recibir el admirable regreso del peón, pero Al desenvainó su Espada del Dragón Azul mientras hablaba. Señalando la punta de la espada, ella también frunció el ceño.

Al y Anastasia estaban frente a frente, y Ferris quedó atrapado entre los dos. Los puntos donde los tres se encontraban formaban un triángulo equilátero.

 

  Anastasia: Dime, ¿qué es lo que pretendes exactamente? Si esto es una broma, no me causa risa.

 

Al: No estoy para bromas. Dejando de lado el hermano orejas de gato por ahora, que sobrevivieras a esta destrucción me intriga. Además…

 

Anastasia: Sencillamente habían planes de contingencia. Esconderlos fue mi curpa, pero tampoco creo que sea buena idea decirlo a los cuatro vientos.

 

Al: Eso puede ser cierto, sí. Pero el problema aquí es tu actitud. Logrando escapar por poco del edificio en medio del colapso, luego hablando despreocupadamente con una expresión amigable sobre las ruinas… A juzgar por tu actitud, parece que tus expresiones y sentimientos no coinciden. ¿Sabes cómo llamamos a quienes pueden hablar de esa manera?

 

Anastasia: …

 

Debido a la persistencia de Al con la lluvia de preguntas, Anastasia guardó silencio. Sin embargo, su rostro seguía mostrando una ligera sonrisa taimada.

Y, entonces, justo antes de que Ferris interviniera, Al habló claro y preciso.

 

Al: A ese tipo de personas las llamamos «brujas».

 

Anastasia: …Cielo santo; qué comentario tan excesivo.

 

Una respuesta de un tono increíblemente filosófico dio la impresión de un gran cansancio.

La sonrisa taimada desapareció… y lo que emergió a continuación fue una sonrisa vacía que sólo estaba allí para guardar las apariencias. Como si ese gesto no fuera dirigido hacia otra persona, sino hacia uno mismo en una actitud de autodesprecio.

 

Anastasia: En mi experiencia, el término «bruja» nunca se usa con buenas intenciones.

 

Al: ¿Podría ser que piensas que estoy diciéndolo a la ligera? Tu primera impresión es correcta, zorro farsante.

 

Ferris: ¿Qué está pasando?

 

La sensación de que dos personas habían llegado a un entendimiento mutuo——observando a Anastasia y a Al cambiar su tono, Ferris buscó una oportunidad para intervenir. Al detuvo la intención de Ferris con el hombro de su brazo mutilado, con su mirada todavía fija en Anastasia.

 

Al: Es algo como que la señorita sigue viéndose como la señorita, pero es diferente por dentro. Ese zorro con esa personalidad retorcida, colgando alrededor de su cuello… Echidna está en su interior.

 

Echidna: Esto es el resultado de priorizar la supervivencia de Ana; es sólo que el resultado acabó de esta manera. Todo este asunto que se habla tan abiertamente, como si yo tuviera malas intenciones, es realmente lamentable.

 

Ante las hostiles palabras de Al, Anastasia——Echidna puso una expresión molesta mientras respondía. Entonces, Al carraspeó dentro de su casco con un “¡Hah!”.

 

Al: Alguien que reemplaza a otra persona no debería hablar con ese tono orgulloso.

 

Echidna: Reemplazar, o como quieras llamarlo, es un gran malentendi’o. ¿De dónde viene disha idea?

 

Al: Hasta el fingido acento de Kararagi que tienes, pretendiendo que la señorita sirva como evidencia. Por desgracia, la naturaleza de una «bruja» que no puede comprender a los humanos es evidente para mí.

 

Ferris: ¡Déjalo ya! ¡No llegaremos a ningún lado si sigues con esa actitud!

 

Ante las respuestas sistemáticamente detalladas de Al a Echidna, Ferris finalmente estalló.

Aunque Al parecía seguro acerca de la situación, lo que más importaba en estos momentos era el asunto del cuerpo de Anastasia. Ciertamente, Echidna había tomado control sobre él.

 

Ferris: Primero que nada, ¿Anastasia-sama se encuentra bien? No es proteger meramente su cuerpo, pero ¿su consciencia se fue a alguna otra parte?

 

Echidna: Realmente no es el caso. Que Ana no sea saludable en cuerpo y alma no serviría, porque, de no ser así, no hubiera habido necesidad de usar la técnica prohibida.

 

Ferris: ¿Técnica prohibida?

 

Echidna: Me refiero a esta condición. Ya que la puerta de Ana es un poco compleja, no puede usarse. Incluso conmigo como intermediario, la carga sigue siendo increíblemente pesada. Es algo como eso.

 

Acariciando su escaso pecho, Echidna hizo que la expresión de Anastasia se tornara sombría.

Aunque Al levantó su espada con una actitud de intolerancia, Ferris se puso contundentemente frente a la punta del filo mientras continuaba su charla con Echidna.

 

Ferris: Entonces, ¿por qué fingiste ser Anastasia-sama para hablar con nosotros?

 

Echidna: ¿No es más antinatural abstenerse de saludar a tu aliado al verlo sano y salvo? Pretender ser Ana fue para evitar que descubrieran nuestras debilidades. Justo como dije, el cuerpo de Ana es bastante inestable. Por lo que quería esconder el hecho de que ella se convirtió en uno conmigo… aunque lo descubrieron.

 

Ferris: ¿Julius también… desconoce esta habilidad? Después de todo, él ni siquiera conocía tu existencia. ¿Qué pretendes hacer con eso?

 

Echidna: Ese es un problema entre Ana y Julius, y también de los Colmillo de Hierro. Respecto a tus preguntas, no siento la obligación de ofrecer alguna conjetura.

 

Todo había sido resuelto. Igual que la sensación de incongruencia que Ferris sintió de Anastasia en lo alto de la montaña de escombros. Todo provenía del distinto interior de Echidna, cuyas respuestas no eran suficientemente intuitivas.

Agregando el hecho de que su magia había sido su protección, estaba el asunto de que el cuerpo de Anastasia había sido efectivamente protegido del edificio derrumbado——Con estos dos aspectos, las anteriores dudas de Ferris se deshicieron.

 

Ferris: No obstante, ¿ese de ahí no piensa bajar su arma?

 

Al: …tch.

 

Al escuchar la petición de Ferris, Al chasqueó su lengua mientras guardaba a regañadientes la Espada del Dragón Azul en su funda. Al ver esto, Ferris observó una vez más su cuerpo magullado y golpeado.

Sus quemaduras y raspones daban la impresión de estar realmente herido.

 

Ferris: Muy bien, déjame echarle un vistazo y estarás curado en un santiamén. Uwah, ¡aquí está incrustado! Hya, esa herida… es un milagro que no murieras.

 

Al: Con mi habilidad, convertir una herida fatal a una herida seria es mi límite. Aunque hubiera sido mejor no perder la apuesta… bueno, lo que sea.

 

Ferris: ¿——?

 

La palma de Ferris, quien ladeó su cabeza, arregló incluso el hecho de que Al había sido herido.

Esto era posible gracias a las propiedades curativas de las luces azules y blancas, que en un abrir y cerrar de ojos curaron las numerosas heridas del cuerpo de Al. Él, al haber confirmado esto, le dio las gracias a Ferris.

 

Al: Tanto yo como la señorita terminamos sobreviviendo. Sin ninguna duda esa perra de Lujuria también debe estar viva. Uno no podría descansar ni estando ella enterrada bajo los escombros.

 

Echidna: Acerca de eso…

 

Al oír la advertencia de Al, Echidna levantó la mano. El Espejo de Conversación estaba en su palma, y con la otra mano golpeó suavemente la superficie.

 

Echidna: De hecho, hasta que el edificio colapsó, el Espejo de Conversación había dejado de hacer sonido alguno.

 

Al: Eso escuché. Lujuria… o, mejor dicho, ¿el Culto de la Bruja? Dentro del Culto parece haber alguna forma de detener los dispositivos mágicos. Probablemente, eso interrumpió las comunicaciones con cualquiera del exterior.

 

Echidna: Eso fue lo que pensé. Es sólo que, si fue la Arzobispa del Pecado quien lo provocó, a estas alturas ella ya debería haber escapado.

 

Al: …Hablando en círculos.

 

Echidna: Mis disculpas, es un hábito. Quiero decir, que la función del Espejo de Conversación ha sido restaurada.

 

Al escuchar esas palabras, Al y Ferris se sorprendieron simultáneamente.

Al estaba sorprendido de que el Espejo de Conversación ya pudiera utilizarse. Sin embargo, Ferris estaba sorprendido por la causa del fallo de dicho dispositivo, y la eliminación de la posible causa.

 

Ferris: ¿Qué quieres decir? La interferencia de Lujuria terminó… ¿Eso significa que murió?

 

Que el monstruo que se había jactado incesantemente de su capacidad regenerativa muriera enterrada por escombros era inverosímil. Después de todo, y como Al había dicho, las tres personas presentes estaban todavía con vida.

Pensar que ese monstruo inmortal con esa especial vitalidad moriría así, era realmente difícil de creer. Si se pudiera considerar alguna posibilidad aparte de ésta—

 

Echidna: Recibir una herida hasta el punto de interferir con su trabajo, o que la misma interrupción sea con el objetivo de inducirnos a la negligencia…

 

Ferris: Sería un poco incongruente con esa horrenda personalidad…

 

Echidna: Concuerdo contigo. Sería más osado que simplemente esconderse… Como, por ejemplo, ¿tomar la apariencia de alguno de nosotros tres? Con el original ya muerto, suplantar completamente su existencia. Eso es precisamente una táctica que Lujuria disfrutaría.

 

La especulación de Echidna hizo estremecer a Ferris.

Antes del derrumbe, ese monstruo había tomado una forma idéntica a Crusch. Al haber observado en vivo esa transformación, no había duda de que era una imitación. Naturalmente, Ferris confiaba en que sería capaz de ver el engaño si Capella se transformaba en Crusch, pero con estos dos era un asunto completamente distinto.

Esta posibilidad hizo a Ferris sentirse enfermo. No obstante,

 

Al: No te diviertas diciendo cosas confusas, qué naturaleza tan retorcida. La falta de respuesta lo hace obvio. Claro que salió corriendo con la cola entre las patas. Se fue después de aburrirse, o algo así.

 

Echidna: Decir algo así sin bases o razones…

 

Al: Antes de ser aplastado, el monstruo tenía cara de haber perdido el interés. Esa sería la razón.

 

Hasta el final, había sido Al el que se enfrentó a Capella.

Si el oponente hubiera sido otro humano, tal conclusión habría sido inconcebible, pero si el oponente era un Arzobispo del Pecado, las normas del sentido común no podrían aplicarse. Naturalmente, aun asumiendo eso, debían seguir siendo precavidos.

 

Al: Más importante. Si el Espejo de Conversación ya puede usarse, ¿se podría contactar con la princesa? Eso es lo más importante. Apúrate y ayúdame a contactarla.

 

Los equipos que habían salido del Ayuntamiento con Espejos de Conversación habían sido el equipo Wilhelm-Garfiel y el equipo Priscilla-Liliana. Originalmente Al, que debía ser parte del equipo de Priscilla, se había quedado, aquí con el equipo sobrante, por orden de su líder. La intención de querer confirmar la seguridad de su líder era incuestionable.

 

Echidna: Ya veo. No necesitas estar tan apurado… ¿hmm?

 

Calmando a Al, Echidna, que sostenía el Espejo de Conversación en sus manos, frunció el ceño.

Justo cuando Ferris miró con la intención de preguntar el motivo de su reacción, el Espejo de Conversación en la mano de Echidna comenzó a brillar gradualmente con un tenue resplandor. —Éste indicaba que se estaba estableciendo conexión con otro Espejo.

 

Y lo que se vio reflejado en la superficie del Espejo de Conversación era—