Traducción:
Robert
Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)
※ ※ ※ ※ ※
Robert
Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)
※ ※ ※ ※ ※
『 Sekhmet: Acurrucarse, ser testarudo... se comporta igual que un niño. Es doloroso ver esto, y no soporto verlo —haa. 』
Escuchando las palabras de Sekhmet, mientras ella lo juzgaba de ser un niño pequeño, escondido dentro de su concha, Subaru pensó: “Puede que tengas razón”.
Volviéndose obstinado, creyendo que él tenía razón, sin prestar ninguna atención a lo que otros decían, así de testarudo era — pero sus métodos ciertamente eran los más fiables y los que menores daños producían.
Imponiéndose a sí mismo las repeticiones del mundo para alcanzar innumerables oportunidades, Subaru podía luchar infinitamente mientras continuara pagando con su vida a cambio. Durante este proceso, el corazón de Subaru seguramente se desgastaría una y otra vez, hasta que no quedara casi nada de él.
Pero — para esas ocasiones en las que él se desmorone bajo esta pesada carga, casi hecho pedazos, Subaru ya había recibido las palabras que lo levantarían e inspirarían.
『 Rem: Eres mi héroe, Subaru-kun. 』
Exactamente eso. Aquello era lo único que necesitaba Subaru.
Él no deseaba nada más que esas palabras y la presencia de todos después de que su alma fuera erosionada.
¿Entonces qué tenía eso de malo?
『 ???: —¿Baru está llorando? 』
Una joven voz se escuchó interrumpiendo el silencio de esta escena. Las brujas contuvieron su aliento al mismo tiempo.
Una pequeña mano acarició la cabeza del Subaru, quien continuaba acurrucado. Al mirar hacia arriba, a través de su visión borrosa por las lágrimas, Subaru vio tenuemente la imagen de una chica de piel morena agachada a su lado.
La frágil mirada de Subaru se había posado sobre la Bruja del Orgullo.
『 Typhon: Él está llorando mucho — pobre chico, está triste… ¿Quién lo hizo llorar? 』
Typhon se puso de pie mientras miraba fijamente a las otras brujas, quienes permanecían allí de pie y en silencio.
Sus ojos albergaban un brillo feroz mientras observaba a las otras brujas una por una, y sus cejas se alzaron al notar por último la presencia de Satella.
『 Typhon: ¿Tella? ¿Tella está aquí? ¿Por qué? Ha pasado mucho tiempo. 』
Typhon saludó con su mano mientras llamaba a Satella, pero mientras lo hacía, el beligerante brillo en sus ojos continuaba siendo intenso. La primera voz que se atrevió a hablarle a Typhoon fue la de Sekhmet, quien dio un apagado suspiro mientras se enderezaba.
『 Sekhmet: Typhon... —Haa— Él está teniendo un momento de reflexión —huu— así que no molestes al chico —haa— Ven aquí —huu 』
『 Typhon: Mamá — ¿Le hiciste algo malo a Baru? Mamá — ¿Eres mala? 』
『 Sekhmet: Tu mamá —haa— no tiene la energía para ser una mala persona —huu. No tengo el impulso de hacer que ni tú ni yo hagamos algún trabajo, ¿ves? —haa 』
Typhon asintió levemente con su cabeza, pero no mostró ningún signo de distanciarse de Subaru como se le dijo. A continuación miró fijamente a Minerva.
『 Typhon: ¿Nerva? ¿Molestaste a Ba...? Nah 』
『 Minerva: ¿Por qué no me lo preguntas a mí? No está bien. No es como si yo siempre tratara de curar a la gente, algunas veces me dejo llevar por las emociones de violencia en mi corazón y... tal vez, yo... a veces podría lastimar… lastimar gente, o algo así. 』
『 Echidna: Es difícil imaginar que alguien que palidece con tan sólo imaginarlo pueda cometer un acto de violencia. 』
Echidna se encogió de hombros al burlarse de Minerva y de su respuesta poco plausible. Minerva miró fijamente a Echidna, y la mirada de Typhon siguió el mismo camino, para igualmente mirarla intensamente. La joven cara de Typhon se retorció en una expresión de profunda molestia.
『 Typhon: Dona. Dona — ¿hiciste algo malo otra vez? Dona — ¿eres la mala? 』
『 Echidna: Me pregunto qué significa que eso suene más como una conclusión cuando se me pregunta a mí. Me gustaría preguntarle a tu madre adoptiva sobre eso con mucho detalle, ¿qué te parece? 』
『 Sekhmet: Eso es lo que haces siempre —haa 』
Sekhmet, exhausta, se puso la mano sobre la frente. Typhon siguió sin separarse del lado de Subaru, y vigilantemente buscaba encontrar “al malo que hizo llorar a Subaru”.
Echidna estrechó sus ojos ante la firmeza de la joven bruja.
『 Echidna: Dejando eso a un lado… Ya que Typhon también apareció, casi tenemos una reunión completa. Si Daphne también apareciera, recrearíamos un recuerdo de hace cuatrocientos años... 』
『 ???: ¿Acaso al-gui-en, me llamó? 』
Como si respondiera a la especulación de Echidna, un ataúd negro apareció abruptamente en el prado.
Completamente sujetada por las ataduras dentro del ataúd con unas vendas sobre sus ojos. Se trataba de la Bruja de la Glotonería, Daphne.
Ella olfateó un poco, y habiendo deducido quienes estaban presentes con su sentido del olfato,
『 Daphne: Aparte de Su-ba-ruun, ¿Tella-Tella también está aquí? Qué increíble. Se han reunido siete Brujas del Pecado, e incluso también un candidato a sabio... 』
『 Echidna: Daphne. —Él aún no ha llegado a ese punto. 』
『 Daphne: ...Ahh, bueno, eso es… me disculpo. Pero de-todas-formas... sniff, sniff. Huelo al-go sa-la-do, ¿Alguien está llorando? ¿Es Ner-Ner? 』
La equivocación de Daphne de no considerar lo que estaba sucediendo y su lánguido discurso interrumpieron despreocupadamente la tensión de la escena.
Esta escena de las siete Brujas juntas, incluyendo a Satella, no era un espectáculo que ocurriera tan a menudo hace cuatrocientos años.
Las siete brujas que una vez empujaron al mundo hacia el caos —los poderes que podrían remodelar el mismísimo mundo estaban reunidos ahí, en esa tensa situación.
Imagen por @Re0kyu
La Bruja del Orgullo — buscando juzgar a quien había hecho llorar a un niño pequeño.
La Bruja de la Ira — apretando sus puños, buscando cumplir los deseos de la bruja que tenía cerca y con quien era íntima amiga.
La Bruja de la Pereza — prestando atención a los movimientos de todos, preparada apáticamente para atacar instantáneamente si algo sucediera.
La Bruja de la Lujuria — preservando su comportamiento sin implicarse, lista para protegerse sólo a sí misma si las cosas se intensificaran, en una fracción de segundo.
La Bruja de la Glotonería — despreocupada por cualquier cambio en la situación, preguntándose quien tiene los dedos que más saciarían su hambre.
La Bruja de la Codicia — que a pesar de estar disgustada con la presencia de una bruja, sus ojos brillaban con curiosidad por lo que podía pasar a continuación.
Y por último, no la Bruja de la Envidia, sino Satella —
『 Satella: Estoy enamorada de ti. — Porque me diste luz. Porque me tomaste de la mano, y me enseñaste el mundo exterior. Porque en las noches en las que yo temblaba de soledad, te mantuviste a mi lado con tus manos alrededor de las mías. Porque, estando sola, con tus besos me dijiste que no lo estaba. Hay tantas cosas que me has dado... Y por eso, por eso, te amo. Porque tú — tú me lo diste todo. 』
『 Subaru: — 』
Subaru no tenía ni un solo recuerdo que tuviera algo que ver con lo que decían los susurros de Satella.
Él no era parte de eso, no sabía nada de eso. Nunca había conocido a Satella, nunca habló con ella, nunca compartió su calidez con la suya. Todo lo que ella estaba diciendo eran los frutos de sus delirios. Esta mujer enloquecida por sus sentimientos había alineado sueños vacíos donde ella simplemente veía una fantasía de Subaru. O por lo menos, así es como debiera ser, pero, NATSUKI SUBARU, sí sabía de lo que ella estaba hablando.
『 Subaru: ¿Por qué esto está... dentro de mí?, ¿qué es esto? No quiero sentir esto. No me amarres con, recuerdos inexistentes... Yo... demonios... maldita sea... 』
“Te odio”, eso era todo lo que él tenía que decir.
Todo lo que tenía que hacer era apuñalarla con el anuncio de que él no tenía ni una pizca de aprecio por ella, quien le ofrecía sus sentimientos. Entonces observaría qué expresión pondría aquella que egoístamente trataba de distorsionar sus emociones. Apostaría que el dolor en su corazón haría que su cara se retorciera magníficamente.
— ¿Cómo sería él capaz de hacerle eso a ella?
『 Typhon: ¿Baru? 』
『 Sekhmet: Oh, chico... 』
『 Camilla: É-Él esta... 』
『 Minerva: Tú... 』
『 Daphne: ¿Subaruun? 』
『 Echidna: — Ah, esa es otra opción posible. Natsuki Subaru. 』
Las brujas llamaron a Subaru de diversas formas, y Echidna dio un pequeño gesto de asentimiento ante este resultado.
『 Subaru: —ghh, bhg 』
— Subaru aún agachado y acurrucado en el suelo, se mordió la lengua, con la intención de suicidarse.
Las brujas lo habían acorralado, y él ya no tenía idea de nada.
En estas condiciones, en las que su corazón se sentía cerca de retorcerse, ¿qué le quedaba a Subaru si ya no era libre ni siquiera de actuar a voluntad?
Si su terquedad simplemente hubiera sido negada, entonces aun así estaría bien.
Si interactuar con Satella le hace aceptar incluso el ser negado...
Ese pensamiento aterrorizó a Subaru.
— ¿Qué sucedería si perdiera la vida en el castillo de sueños?
El cuerpo de Subaru aún debería estar dentro de la Tumba del SANTUARIO.
Lo que había sido llamado al castillo de sueños era el cuerpo mental de Subaru, o dicho de otro modo, su alma. Si su cuerpo mental moría ahí, ¿causaría lo mismo en su cuerpo físico? ¿Su alma moriría?
A él ya no le importaba. Si era una muerte para reiniciar las cosas, estaba preparado para ello.
Él no aprovecharía la ayuda de las brujas, se dejaría la piel más de lo que nunca antes había hecho, dejaría a un lado todo lo que no tuviera importancia, el camino seguramente se abriría si él conservaba ese afán. — Si él hacía eso, él...
『 Minerva: ¡Ese, idiota! 』
En cuanto ella se dio cuenta del intento de suicidio de Subaru, Minerva se subió las mangas y corrió a golpearle con sus puños sanadores. Pero, Typhon se movió para interponerse entre ellos.
La joven bruja extendió sus pequeños brazos, bloqueando a Minerva.
『 Typhon: ¡Baru lo eligió por sí mismo! ¡Nerva — no interrumpas! 』
『 Minerva: ¡No permitiré que ante mí haya heridas, suicidios, asesinatos o lesiones! ¡No me importa en absoluto la angustia mental! ¡No me importa ni mierda esas heridas invisibles! ¡Y en vez de eso! ¡Jamás ignoraré las heridas que sean visibles! 』
El suelo se hundió bajo el único paso que dio, el puño de Minerva se movió a gran velocidad a través del aire mientras se acercaba a la cara de Typhon.
El puño se acercaba rápidamente y llevaba suficiente fuerza como para romper una montaña, pero el momento antes de que golpeara a una criatura viviente, la energía destructiva se convertía en energía sanadora. Sin embargo, el impacto de la onda de choque y el golpe en sí mismo normalmente afectaban al objetivo del puñetazo.
El boom resonó por todo el lugar, el golpe del brazo estirado de Minerva hizo que Typhon saliera despedida por los aires.
La no desarrollada chica se alejó fácilmente como una hoja en el viento, revoloteando hacia arriba a través del falso cielo de la pradera. Era una escena desprovista de misericordia, pero Typhon no fue la única que sufrió daños.
『 Minerva: ¡—! 』
Desde el hombro, el brazo derecho de Minerva se rompió como cristales de hielo.
Este fue el resultado de haber tocado el juicio de la Bruja del Orgullo, y de que su acción hubiera sido determinada como malvada.
Minerva miró al cielo, adolorida por la pérdida de su brazo, abriendo su boca ampliamente para gritar —
『 Minerva: ¡¡Un rasguño!! 』
— o no.
La Bruja de la Ira, muy atenta al dolor de los demás, ignoraba infinitamente su propio dolor.
Era exactamente igual al estilo de vida de Natsuki Subaru, desentendiéndose de ella misma para más tarde.
『 Minerva: ¡De todas formas, ahora yo —! 』
Con el obstáculo ya desaparecido, Minerva echó su brazo izquierdo hacia atrás mientras continuaba con destino a Subaru. Desde arriba de él, el poderoso brazo de Minerva va a golpear a Subaru y —
『 Sekhmet: Yo seré la siguiente en interponerse en tu camino —haa. 』
Su cabello rubio osciló por el movimiento, y bastó un solo instante para que Minerva terminara en el suelo.
Su cuerpo fue presionado contra la tierra mientras creaba un cráter con forma humana sobre la pradera. Minerva levantó su furioso rostro, completamente rojo, mientras le gritaba a Sekhmet, quien permanecía sentada.
『 Minerva: ¡Deja de entrometerte! ¡Sekhmet! 』
『 Sekhmet: Eso es algo que no voy a hacer —huu. Sentimentalmente hablando, estoy del lado del chico —haa. Y además también estoy del lado de Typhon —huu. No tengo ninguna razón para no entrometerme —haa. 』
Frustrada, Minerva se mordió el labio ante la declaración de batalla de Sekhmet, mientras observaba a las otras brujas.
Pero, Daphne y Camilla eran neutrales en esta lucha que se desarrollaba, mientras que Echidna se limitaba a observar para estudiar los resultados. Y Satella—
『 Satella: Ahh... auhh... 』
Desmoronándose, cayendo de rodillas al ver a Subaru arrojando grandes cantidades de sangre por la boca, su voz temblaba.
Con la sangre desbordándose y su lengua cortada bloqueando su garganta, Subaru experimentaba la sensación de ahogamiento, mientras oía a Satella en un rincón de su conciencia.
Ella lloraba, ¿verdad?
Ella parecía inconmensurablemente conmocionada, presenciando la MUERTE de Subaru.
『 Satella: ¿Por qué no te has dado cuenta? Por supuesto que tú también debes estar incluido en aquello que deseas proteger 』
¿Por qué ella pensaba de esta manera sobre Subaru?
En sus delirios, ¿cuánto apoyo le había brindado Subaru a su corazón?
『 Satella: Como a aquellos que luchan en el callejón sin salida del destino, por supuesto que también te visitaría a ti. Pero precisamente porque sólo tú tienes la posibilidad de revocarla... eres alguien a quien también hay que salvar, ¿entonces por qué? 』
Ella estaba completamente equivocada.
Subaru era un imbécil sin esperanza, incapaz de triunfar ni siquiera en las cosas que creía ser capaz de hacer, incapaz de salvar a los que deseaba salvar, un completo imbécil de medidas a medias, nunca a tiempo, y nunca escaparía de eso.
¿Acaso él no se había comprometido a escapar de eso y dejar de hacer las cosas a medias?
¿Acaso él no se había decidido a pretender que él era un poco mejor?
— Su débil ser, y su deseo de no ser débil, peleaban dentro de él.
Nadie podía ser testigo de la debilidad de Natsuki Subaru justo ahora.
El estilo de vida fuerte, digno y decidido de un héroe era lo que Subaru necesitaba para vivir.
Había una chica que deseaba tanto de él. Subaru había puesto una maldición sobre esa chica, y la responsabilidad recaía en él para compensar la maldición a la que él la había atado. — No. No se trataba de responsabilidad. Sólo era que, si ella creía en él, entonces él quería ser alguien que mereciera esa confianza.
Debido a que esa chica le dijo a Subaru que lo amaba, Subaru deseaba ser alguien que continuamente mereciera sus “te amo”.
Sí. Eso era.
Eso era.
Si hubiera alguien que lloraría la MUERTE de Subaru, esa sería ella.
Elegir la MUERTE era una traición a la chica que había creído en él. Por supuesto, Subaru no tenía ninguna intención de terminar simplemente con la MUERTE. Estaba preparado para usar incluso la MUERTE como un escalón para abolir la razón detrás de la MUERTE, y recuperarlo todo.
Pero ¿qué les pasó a las personas que Subaru había dejado atrás al elegir a la MUERTE?
Él no debía pensar en eso.
Él no debía saber eso. Esos pensamientos eran peligrosos.
Estaba bien. Natsuki Subaru estaba bien así.
Él no debía pensar que alguien estaba llorando por su muerte.
Él no era nadie que valiera tal cosa. La vida de Subaru era un artículo consumible. Úsalo, úsalo, úsalo, úsalo y, en última instancia, alcanzar el fin — ese era el único mérito consumible que debía ser.
Utilizar la muerte de forma práctica y sin darle importancia. En absoluto no enfrentar su propia MUERTE.
Racionalizar. Él estaba bien al no pensar nada. Para salvar lo que él deseaba salvar, determinado a arrojar lo que debía ser desechado. Todo el mundo lo hacía. Subaru también debería hacerlo.
Él salvaba a las personas queridas, preciadas para él, aquellos que debían ser salvados, y entonces todo estaba bien.
Si tan sólo él pudiera hacer eso, entonces Subaru —
『 Satella: ¿Qué demonios fue lo que viste, en la segunda PRUEBA? 』
Prueba. — Prueba. Prueba, PRUEBA. PruebaPruebaPrueba, PRUEBAPruebaPruebaPrueba, Prueba —?
El shock y el insuficiente oxígeno ensombrecían sus pensamientos de forma increíble.
Su visión se desdibujaba y se difuminaba en un mundo rojo parpadeante, un ruido como el de la televisión cuando no tiene señal corría a través de su cabeza, mientras él pensó tenuemente que el fin debería lidiar con eso.
El final llegaba lentamente.
¿Qué número tenía esta reunión con la MUERTE? Contar era una molestia, pero estuvo bien.
Eventualmente, él tendría que repetir y repetir sus muertes hasta que contarlo fuera enfermizo.
Él dudaba de que pudiera seguir viviendo manteniendo una mentalidad que le molestara contar sus muertes.
Corazón de hierro.
Totalmente inquebrantable, un corazón de hierro, a la mano —
Lentamente, muy lentamente, la conciencia de Subaru lo abandonaba.
Y se desvanecía,
『 Kenichi: Da lo mejor de ti. Cuento contigo, hijo. 』
Un sonido.
Más allá del ruido, entre el estruendo, un sonido horriblemente claro.
『 Naoko: —Ten un viaje seguro. 』
Otra vez.
Un sonido diferente, pero de nuevo. Trayéndole la misma cosa a su pecho, un sonido.
『 Julius: Hubiera deseado llamarte amigo. 』
Un sonido diferente. También un cambio en sus sentimientos.
Este lo agitó terriblemente. Pero, también era muy agradable.
『 Wilhelm: Subaru-dono… Sinceramente suplico, tu perdón... 』
Un sonido diferente otra vez.
Entre la oscuridad y la cercana aspiración cruzando sobre su pecho, un sonido de culpa.
『 Beatrice: Yo, por lo menos supe que… no eres, ÉL… pero… 』
Un sonido que estrujó su pecho.
Él, al escuchar ese sonido, no pudo contenerse. Un sonido cerca de las lágrimas. Un sonido que no debía llegar a las lágrimas. Un sonido que él debía proteger. Sonido. Sonido. Sonido.
『 Rem: Muéstrame lo increíble que puedes ser, Subaru-kun. 』
El sonido de algo dentro de él palpitando a un gran ritmo fue su reacción a este sonido.
Su cuerpo se calentó. El sentido del deber lo impulsaba a moverse. Ese sonido, siempre lo había apoyado.
Y,
『 Emilia: Gracias, Subaru 』
Ese sonido.
『 Emilia: —Por salvarme. 』
— Ese sonido, que anunciaba el comienzo de todo.
Probablemente él estaba llorando.
Si las personas que Subaru creía cercanas a él sabían de su muerte, ¿sentirían pena por él?
Aquellas personas irremplazables que él había dejado atrás en los mundos donde había experimentado de forma egoísta la MUERTE, ¿ellos habían lamentado la muerte de Subaru, y se habían entristecido por él?
Aquellos que habían perdido a Subaru mientras él lamentaba su insuficiente fuerza, repitiendo los regresos por muerte en busca del camino óptimo, fallando en el último paso — ¿ellos habían llorado por él?
Había personas que él consideraba preciadas.
Había personas a las que él creía que debía proteger.
Había personas a las que él deseaba salvar del callejón sin salida del destino.
— ¿Acaso él valía lo suficiente como para que esas preciadas personas lloraran por él?
Era él, pero él era suficiente para que sus seres queridos pensaran que él también era alguien preciado.
¿Estaba bien tener ese engreimiento?
Era él, pero a él se le necesitaba lo suficiente para que aquellos a quienes deseaba proteger desearan protegerlo.
¿Estaba bien tener esa inadvertida creencia?
Era él, pero él valía lo suficiente para que hubiera gente que llorara su pérdida, a la que él pudiera acudir para ser rescatado.
¿Sería él perdonado si tenía ese inadvertido deseo?
— ¿Estaba bien que él pensara esto?
No quiero morir.
No quiero rendirme, pensando que este es el único método.
No quiero desaparecer, porque soy la piedra angular para proteger el futuro de aquellos que son preciados para mí.
En el futuro, donde ellos están protegidos, yo también quiero estar allí junto a aquellos que son preciados para mí.
¿Estaba bien que él pensara así?
¿Acaso él tenía esas calificaciones?
Si las tenía, entonces—
『 Subaru: No quiero, morir... 』
Junto al sonido de sangre salpicada y del aire que se escapaba, él habló.
Su garganta supuestamente tapada por su lengua se abrió, y su boca jadeaba mientras buscaba aire. Sus pulmones se expandieron, el oxígeno circulaba por su cerebro, su visión descolorida comenzaba a recuperarse.
Y,
『 Minerva: Esos son sus verdaderos pensamientos... 』
— Con su cara completamente roja mientras sanaba a Subaru con un cabezazo, la Bruja de la Ira llegó hasta él sin sus piernas, con su fuerza de voluntad.