lunes, 31 de julio de 2023

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La torre de los vivos


Inglés

Español
Martín

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

—Piensa.
 
—Piensa, piensa, piensa, piensa, debes pensar.
 
Subaru: …
 
Mientras envolvía con los brazos aquel cuerpo que lucía unas escamas duras y ásperas, Natsuki Subaru pensaba.
Lo que había pasado con su propio cuerpo, los eventos absurdos en la torre, quienes trataban de matarlo, quienes trataban de matar a otros, distinguir entre amigos y enemigos…
 
Beatrice: Subaru, ¿estás ya bien, de hecho? ¿Ya te has calmado, supongo?
 
Subaru: …
 
Subaru miró poco a poco hacia atrás, donde estaba la voz que había interrumpido sus pensamientos. Beatrice, quien lo había llamado, estaba sentada sobre la cama de hiedra, balanceando los pies con un puchero en el rostro. Estaba cogida de la mano con Emilia, sentada a su lado. El rostro de Subaru se entumeció al notar su mirada.

Aunque sólo fuera un poco, sentía que le dirigían una emoción que podría ser interpretada como negativa…
 
Emilia: Eeey, Beatrice, no digas eso. Creo que Subaru sólo se sorprendió un poco al despertar; era inevitable que quisiera abrazar a Patrasche.
 
Sin embargo, Emilia negó las suposiciones equivocadas de Subaru con una sonrisa. Tras escuchar ese razonamiento, Beatrice giró su rostro para dejar de mirar a ellos dos como si se hubiera malhumorado repentinamente.
 
Beatrice: No es que esté enojada, de hecho. No hablo solo del ímpetu con el que te despertaste, supongo. Betty y Emilia también estábamos preocupadas por ti, la dragona de tierra no es la única a la que le importas, de hecho.
 
Emilia: Ju ju, sí, me tenías bastante preocupada.
 
Emilia palmeó la cabeza de Beatrice, que aún apartaba la mirada, y bajó las cejas a la vez que dirigía su mirada hacia Subaru. Y viendo el brillo que había en los ojos amatistas de Emilia, Subaru contuvo la respiración.
Ante aquel afecto tan profundo en su mirada, sintió una fuerte punzada en el pecho; pero, al mismo tiempo, también generó una extraña molestia.
 
Entonces lo recordó: él aquí era deseado como «Natsuki Subaru», y se sentiría incómodo si no pudiese cumplir con sus expectativas.
Pero, aun así…
 
Subaru: … Emm, lamento haberlas preocupado. Perdón, lo lamento mucho. No sería propio de mí abrazar a una chica casi dormida; además, esto es para ocultar que estoy avergonzado.
 
Relajando su rostro tenso, Subaru respondió con una sonrisa, a lo que Beatrice y Emilia se miraron y…
 
Emilia: Pero… Patrasche también es una chica, ¿sabes?
 
Subaru: ¡¿Eehh?! No, oigan, Patrasche es algo así como un caso particular, tenemos algo así como un vínculo distinto al de esa clase de vínculos, algo así como el TOP SEED que avanza incondicionalmente a la segunda ronda del torneo.
 
Beatrice: Jmf, es imperdonable, supongo. No entiendo por qué sólo le das ese trato especial a esa dragona de tierra, de hecho. Exijo una explicación, supongo.
 
Subaru: ¡No intentes estar en la misma área de combate que ella! Esto… dragona de tierra, ¡por eso!
 
Subaru respondió sin dejar de prestar atención a las reacciones de Emilia y Beatrice, cuyo rostro mostraba cada vez más desagrado. Ninguna de las dos parecía haber encontrado nada fuera de lugar al recibir su respuesta, por lo que Subaru se alivió y miró hacia la lagarta——es decir, a Patrasche, a quien había estado acariciando el hocico.
 
Subaru: … De verdad, eres la única especial, Patrasche.
 
Patrasche: …
 
La dragona negra graznó muy suavemente y cerró los ojos, a lo que Subaru apoyó su frente contra la de ella.
 
 
    
 
 
Emilia: Entonces, Subaru, ¿de verdad te sientes bien?
 
Subaru: Sí, estoy bien, estoy bien, NO PROBLEM. Perdón por preocuparlas. Supongo que el cansancio me ganó, y por lo visto me quedé dormido.
 
Emilia: Bueno… Pero avísanos si estás cansado, ¿sí? No debes sobreesforzarte.
 
Emilia le recordó eso a Subaru, quien respondía tranquilo mientras agitaba los brazos. Y entonces, Subaru agregó sin mucho ánimo un ¡Sí, capitana! y se sumergió en sus pensamientos.
 
Esta vez Subaru iba por delante de Beatrice y Emilia, caminando por el cuarto piso; se dirigían al salón para cenar, por lo que no tenían ningún apuro.
 
Subaru estaba decidido a intentar un enfoque distinto al de la última vez: esta vez no le diría a nadie sobre su amnesia.
 

 
En otras palabras, Subaru debía actuar como si fuera otra persona.
Con la lengua se humedeció los labios, que se habían secado al aumentar sus nervios, y decidió observar con atención a Emilia y al resto.
Todavía no sabía qué tipo de persona era «Natsuki Subaru» para el resto. Descubrir a un desconocido sería imposible en tales condiciones, pero si se trataba de «actuar como él mismo», debería ser posible.
 
——Sin importar dónde se encuentre, «Natsuki Subaru» sólo puede ser Natsuki Subaru.
 
Aunque hubiera pasado un año en un mundo paralelo, sabía que, en el fondo, su propia naturaleza no habría cambiado. En ese caso, ahora sólo tendría que prestar atención a esas relaciones, para así poder emular el mismo comportamiento lo suficientemente bien.
Y ahora, vería qué pasaría si emulaba a «Natsuki Subaru», a diferencia de las veces anteriores.
 
¿Qué pasó en la torre? ¿Quién lo mató? ¿Y quién mató al resto?
 
Por ahora, Subaru ocultaría su amnesia para corroborar las posibles causas que resultaran en su propia muerte. En otras palabras, ¿su oponente lo mató a causa de su amnesia, o ésta no tuvo nada que ver?
En cualquier caso, realmente no tenía las expectativas muy altas. Que Subaru tenga o no sus recuerdos…

—Si los tuviera, podría ser un problema, pero es difícil imaginar una situación en la que me vea en apuros si no los tengo. Pero, naturalmente, hay excepciones.
 
Subaru: Como, por ejemplo, si al criminal le resultara inconveniente que yo recuperara mis recuerdos.
 
Recordó haber visto una película así.
Un testigo ocular de un crimen pierde la memoria por algún trauma. Al criminal, que estaba al tanto de eso, no le convenía que el testigo recuperara la memoria, por lo que intentó matarlo también.
Sin duda podía imaginarse que la situación actual era similar. Además, las circunstancias en las que había perdido la memoria todavía no estaban claras.
 
Subaru: Emilia, me encontraste tirado en la biblioteca del tercer piso, ¿no?
 
Emilia: Sí, así es. Yacías en el piso de la biblioteca… Beatrice y yo te llevamos de prisa a la Sala verde.
 
Beatrice: Bueno, dado que Emilia te cargó rápidamente en su hombro, Betty sólo pudo seguirla y apoyarla, de hecho.
 
Mientras Beatrice ofrecía esa explicación suplementaria entre suspiros, Subaru miró los brazos delgados de Emilia.
Si se ponía a pensarlo detenidamente, para él era un misterio cómo esas dos personas pudieron haberlo llevado todo el camino de vuelta desde la biblioteca hasta la Sala verde. Beatrice no mostraba el más mínimo indicio de haber levantado algo pesado; y, por lo que había escuchado, se preguntaba si Emilia pudo haberlo llevado con tanta facilidad.
 
Emilia: ¿—? ¿Pasa algo?
 
Subaru: No, nada. De cualquier forma, gracias por rescatarme. Sé que lo digo mucho, pero lamento haberles causado problemas.
 
Emilia: En lugar de un «lo lamento», un «gracias» sería mejor.
 
Emilia apoyó la palma en la frente de Subaru cuando éste intentó agachar la cabeza en forma de disculpa. Al sentir los dedos suaves de Emilia, Subaru abrió más los ojos y murmuró un apresurado Supongo que tienes razón .
Hasta el momento, Subaru consideraba que el vínculo entre Emilia y él era bastante fuerte, por lo que no dudó en dejarse tocar.
Pensándolo bien, cuando despertó, puso las manos alrededor de su cuello, y aun así, ella no dejó de mirarlo con una expresión tranquila.
 
Subaru: Sea lo que sea que haya hecho en esta vida, no puedo dejar de sentir una gran distancia entre esta chica y yo…
 
O quizás, al contrario de su apariencia extremadamente bien preparada, en realidad estaba acostumbrada a lo extraño. Sin duda es amable con todos, así que seguramente no sienta ninguna barrera con nadie por haber sido criada con amor.
Parecía ser una chica a la que habían aislado de pequeña del mundo exterior para que ninguna dificultad pudiera afectarla——con esa impresión, Subaru aceptó esta sensación de distancia entre ambos.
Quien no carga con ningún arrepentimiento, tiene ojos bellos y puros que sólo ven las virtudes de los demás… ¿O sería todo eso una mentira?
 
Subaru: …
 
Subaru estaba inmerso en lo más profundo de sus pensamientos mirando a Emilia y Beatrice, quienes estaban una al lado de la otra.
En definitiva, si estudiaba hasta el más mínimo detalle la tragedia de sus últimos momentos en la repetición anterior, las sospechosas a las que más convenía mantener vigiladas eran Emilia y Beatrice.
 
Subaru había visto los cuerpos de Shaula, Echidna, Ram, Julius y Meili.
Patrasche lo salvó y sacó de la torre inclinada que colapsaba, pero murió cuando alguien detrás de él le cortó la cabeza. Hasta ahí, no había visto muerta ni a Beatrice ni a Emilia.
 
Subaru suponía que, aunque ellas dos hubieran trabajado en equipo, difícilmente habrían podido asesinar a los primeros cinco.
Pero, hipotéticamente, si hubiese una persona más, y se tratara de tres conspiradores, sería una historia diferente.
 
???: … La próxima vez, trata de averiguarlo, héroe.
 
Subaru recordó aquella voz desconocida que escuchó al final.
En medio del caos, en medio de la espiral de confusión y en medio de la desesperación por que todo terminara de una vez, escuchó esa voz.
Aquella tercera persona misteriosa que cooperara con Emilia y Beatrice, ¿fue quien llevó a Subaru de la biblioteca a la Sala verde?
 
—Por eso ellas dos están diciendo tantas mentiras sin sentido.
 
Emilia: Ah, Subaru, te estás alejando.
 
Subaru: Uh… ¿Oh?
 
Al parecer, inmerso en sus pensamientos, Subaru pasó de largo la sala. Emilia se había frenado en frente de la sala y detuvo a Subaru con una mano en su hombro para evitar que él se alejara.
En ese instante, Subaru sintió que algo no cuadraba y miró la mano de Emilia que lo sostenía del hombro. Entonces, la tomó y le dio un apretón de manos.
 
Beatrice: ¿Subaru? ¿Qué demonios haces, supongo?
 
Subaru: Ah, solo un experimento… Emilia, ¿harías una competición de fuerza conmigo?
 
Emilia: Ehh… sería peligroso, así que creo que sería mejor no hacerlo…
 
No opuso ninguna resistencia cuando apretó la mano, y tampoco se mostró a favor de aquella propuesta. Ese comportamiento convenció aún más a Subaru, quien dijo con determinación Por favor .
Si Emilia no tenía suficiente fuerza en los brazos para llevar a Subaru, entonces su deducción anterior sería muy probable. De momento, Emilia no debía saber que sospechaba de ella.
Debía aprovechar esa oportunidad todo lo posible, no tendría otra oportunidad.
 
Subaru: Por favor, lo necesito.
 
Emilia: … Luces bastante serio, así que debe ser importante, ¿no?
 
Tras las súplicas de Subaru, Emilia, preocupada, asintió con un rostro determinado y los labios fruncidos.
Con esa respuesta, Subaru dijo ¡Bien! apretando el puño con toda su fuerza. Luego, si comprobaba que ella era débil, podría avanzar con su deducción.
 
Beatrice: Bueno, hagan algo como una pulseada para que no resulte en nada peligroso, de hecho. ¿De acuerdo, supongo?
 
Subaru: , ¡OK!
Emilia: Sí, de acuerdo.
 
Siguiendo las instrucciones de Beatrice, Subaru y Emilia se distanciaron ligeramente mientras aún se daban la mano y se miraron a los ojos.
Y entonces…
 
Beatrice: ¡READY, GO, de hecho!
 
A la señal de Beatrice, Subaru usó toda su fuerza para tirar del brazo de Emilia.
 
Subaru: ¡¡UoooOOHHHHHHHHHHHHGH!!
 
Su fuerza de agarre podía destrozar manzanas, podía agarrar y mover una espada de bambú a lo loco, podía hacer flexiones de brazos sin parar… Ignorando la diferencia de fuerza entre un hombre y una mujer, Subaru lo dio todo en esta batalla.
 
 
 
——Pero el brazo de Emilia no se movió ni un milímetro.
 
 
    
 
 
La deducción que lo hacía dudar de Beatrice y Emilia volvió al punto de partida.
 
Sin embargo, Subaru sólo había confirmado que las dos lo habían trasladado sin la ayuda de un tercero, por lo que las sospechas sobre ellas no habían desaparecido del todo. Todavía no había visto sus cadáveres.
La masacre en la torre… Todavía no estaba decidido quién había sido el culpable.
 
Subaru: Después de todo, ¿el culpable pudo haber sido únicamente el que apareció al final?
 
Habían matado a Subaru, pero ¿esa persona había matado también a todos los demás por su cuenta? ¿También era el culpable de las sombras que cubrieron todo? Todos los que habían muerto habían sido asesinados de forma distinta. ¿Cómo se explicaría eso?
Se podía saber cómo habían muerto con tan sólo verlos; a Echidna la hirieron de un solo golpe con algo filoso, Julius tenía múltiples heridas, y Meili pareció haber muerto por pérdida de sangre.
No había duda de que cada uno había muerto de forma distinta tras pelear contra alguien, pero…
 
???: Entonces, ¿qué diablos fue esa broma?
 
Una voz sorprendida sacó a Subaru de sus pensamientos.
Era Ram, que había terminado de preparar el desayuno. Mientras ponía la mesa con agua y comida conservada, le exigió a Subaru una explicación por el experimento —el duelo de fuerza— que había hecho con Emilia.
 
La pulseada para probar la deducción de Subaru había terminado con su derrota ante Emilia. Ram cerró el duelo con ímpetu cuando se unió a ellos frente al salón.
Al ver a Subaru esforzarse con el rostro como un tomate, cerró el asunto con un breve ¿Eres estúpido? .
 
Emilia: Subaru me lo pidió, no entiendo por qué, pero estoy segura de que tuvo algún motivo muuuy importante, ¿verdad, Subaru?
 
Ram: Ah, ¿sí? El único motivo que se le ocurre a Ram es sostener su mano, Emilia-sama.
 
Subaru: ¡Es muy rebuscado! ¡Si, quieres, la próxima puedes hacer un duelo de fuerza conmigo!
 
Ram: Repugnante.
 
Subaru: ¡¿Por qué?!
 
Ram reveló su horrible impresión de Subaru a Emilia, quien había tratado de defenderlo. Si intentaba aclarar la situación, terminaría en una posición considerablemente peor; sin duda era un círculo vicioso.
 
Ram: ¡Jah!
 
Con una risa de desprecio, Ram puso su atención de vuelta en poner la mesa. Al ver aquella figura retroceder, Subaru, en secreto, se alivió de que su comportamiento actual no estuviera pareciendo extraño.
Al parecer, todavía no había hecho nada que difiriera del «Natsuki Subaru» que las chicas conocían, lo cual lo alivió y, al mismo tiempo, sorprendió.
Por eso, su consciencia no debía mantenerse inmutable——
 
Subaru: ¡Ugh!
 
En un instante, Subaru sintió que iba a vomitar, por lo que se llevó una mano a la boca.
Ocurrió cuando vio la espalda de Ram mientras trabajaba con diligencia; la figura de aquella espalda había quedado grabada en sus párpados y, cada vez que pestañeaba, veía la imagen de su muerte.
 
Ram había recibido un ataque por detrás, lo que acabó con su vida al volarle parte del estómago.
Su rostro cuando murió reflejaba arrepentimiento y rabia, distorsionando sus bellas facciones con una maldición. El lamento grabado en su alma sacudiría con fuerza a cualquiera que la viera.
Ahora la dueña de ese cadáver se movía frente a él, viva, sin duda alguna.
 
Desde que la vio acercarse en el salón, Subaru había estado desesperado por aceptar la contradicción entre la realidad y aquel sentimiento incómodo.
Fue un alivio para Subaru poder usar como excusa que se sentó en el suelo porque se mareó por haber usado toda su fuerza en la competición de fuerza contra Emilia.
Sin embargo, al ver la expresión de Ram…
 

 
Apretando los dientes, Subaru puso toda su concentración en recuperar un buen autocontrol.
A partir de entonces, todas las personas relacionadas a la torre se reunirían en el salón. No debía pasar por alto las expresiones de todos y cada uno de ellos, ya que esa podía ser la clave para resolver la situación.
 
???: ¡Uhia~h, qué buen olor! Un banquete digno de un rey en esta mañana superrefrescante. ¡O sea, siento que vivo para esto!
 
La primera persona se presentó en el salón hablando los gritos.
Era una mujer hermosa, con una larga trenza negra que se balanceaba, y un cuerpo voluptuoso que exhibía sin vergüenza alguna——Shaula apareció con su cabeza, sin duda alguna, todavía unida al resto de su cuerpo.
 
Ella miraba la comida que había preparado Ram; pero, cuando notó a Subaru en el fondo de la sala
 
Shaula: ¡Gran Maestro! ¡Buenos días! ¿Durmió superbién anoche?
 
De pronto, su rostro se alegró, y se abalanzó como un cachorro hacia donde él estaba. Y entonces, tomó su brazo y lo abrazó con fuerza contra su pecho.
 
Subaru: Uh…
 
Shaula: ¡Por cierto, yo dormí supersuperbién! Después de tantos años, soñé con los viejos tiempo~s. Estábamos yo, el Gran Maestro y Madre, y entonces, entonces…
 
Subaru: Vale, vale, espera. Luego me podrás contar bien todo sobre tu sueño… Pero ¿por casualidad me viste esta mañana?
 
Shaula: ¿Qué~? ¿Otra vez con esas preguntas superabsurdas? ¡Supertípico del Gran Maestro!
 
Logrando desengancharse de los brazos de Shaula que le abrazaban, Subaru se alejó y le preguntó por lo sucedido más temprano, pero ella le respondió sonriendo sin rastro de maldad.
 
Shaula: La verdad, ¡que vea al Gran Maestro no es nada del otro mundo! ¡Igual que en los viejos tiempos, para mí usted siempre será el chico más supersexy! ¡Una PROPOSAL de matrimonio que esperé por 400 años!
 
Subaru: Eso sí es paciencia… Bromas aparte, si no hay nada más, está bien.
 
Shaula: ¿—? Ah, ¿sí? Entonces, a mí tampoco me importa~.
 
Sin la respuesta buscada, Subaru descartó sus sospechas sobre Shaula, lo que lo dejó con una mezcla de alivio y desaliento.
Y entonces, la siguiente sospechosa llegó al salón.
 
Meili: Buaaa… Buen díaa. Hoy también tengo mucho sueñoo.
 
La niña que pasó por la entrada bostezó con ternura, cubriéndose la boca con la mano. Que, aun así, ella se preocupara por su apariencia personal, hizo que Subaru admirara su sentido estético.
Contrastaba mucho con el suyo propio, que consistía en nada más que sacudirse el cabello y lavarse la cara.
En todo caso…
 
Subaru: Buenos días, Meili. Hoy dormiste de más, ¿eh?
 
Meili: Si lo piensas bien, no tengo razón alguna para levantarme al mismo tiempo que onee-san y el resto. No tengo nada que ver con esta torre.
 
Beatrice: Eres una niña que dice cosas malas, de hecho. En general, a menos que Betty y el resto completen los Exámenes para salir de la torre, tú tampoco podrás salir, supongo.
 
Meili: Bueno, es cierto, peroo
 
Tras el regaño por la excusa para bostezar, Meili le respondió a Beatrice con un puchero. Luego, dirigió su atención a Shaula y Subaru, que estaban cerca de la pared, y los saludó con la mano y con una sonrisa.
Al verla, Subaru alzó una ceja y devolvió el saludo.
 
Subaru: ¿Lo estaré pensando demasiado al sospechar de una niña que murió?
 
Shaula: Gran Maestro, cuando tiene problemas, debe volver a lo superbásico. Lo primero es cómo dar un JAB.
 
Subaru: … ¿Dónde aprendiste eso?
 
Shaula: En las enseñanzas del Gran Maestro.
 
Subaru: Con razón me parecía inútil.
 
Debido a que su monólogo fue escuchado, Subaru sintió un escalofrío en el corazón que perduró mientras esquivaba las frivolidades de Shaula.
Al final, tampoco tuvo una respuesta útil de Meili. Entonces sólo quedaba probar a dos personas más para saber si su plan sería productivo o no.
 
???: … Buenos días.
 
En ese momento entraron las dos personas que restaban: Echidna y Julius. Echidna, que vestía una piel de zorro blanco al rededor del cuello, caminaba con Julius a su lado.
Saludaron de uno en uno a Emilia, Ram y el resto, dándose los buenos días.
Mientras tanto…
 

 
Julius, que seguía a Echidna por detrás, tensó el rostro al ver a Subaru ubicado casi al fondo del salón. Desvió la mirada de pronto, lo cual despojó a Subaru de su conciencia.
 
Subaru: Así que eras tú.
 
La reacción de Julius era similar a la que Subaru buscaba; y como nadie más había reaccionado así, la única conclusión era que el sospechoso más obvio fuera él.
 
Subaru: Shaula, tengo un pequeño favor que pedirte.
 
Subaru habló con un leve murmullo.
Eran llamas incesantes de furia y restos consumados de odio.
 
 
    
 
 
——El desayuno empezó y terminó con la explicación sobre Echidna=Anastasia.
 
Adrede, Subaru puso cara de ser la primera vez que lo escuchaba y miró a su lado hacia Emilia y los demás, con caras de sorpresa. A Subaru le impresionaba cómo este mundo estaba avanzando ahora que él no había revelado su «amnesia».
Hasta ahora, debido a una combinación de sentimientos surrealistas y una mala interpretación de los hechos, Subaru apenas había comprendido su propia característica especial Retorno por muerte. Sin embargo, al igual que los saltos temporales de muchas historias de ficción, los asuntos que no lo involucraban se desarrollarían siempre igual, y los que sí lo involucraban podrían sufrir cambios.
 
Dicho de otra forma, en la vez anterior él fue el centro de la conversación por el problema de su «amnesia», por lo que el asunto de alguien llamado «Echidna» que ocupaba el cuerpo de una joven llamada «Anastasia» no se había profundizado tanto como ahora.
 
Esta vez tampoco encontrarían alguna solución o algo que revelase nueva información; los cambios solo podrían ocurrir mediante las acciones de Subaru.
Si quería que la situación avanzara drásticamente, tendría que ser más proactivo.
Y por eso…
 
Subaru: … Julius, me gustaría hablar un poco contigo.
 
Una vez terminado el desayuno, Subaru detuvo a Julius cuando todos se retiraban del salón. Éste frenó al oír el llamado y miró hacia Subaru.
Cuando estuvieron cara a cara, Subaru tuvo que echar hacia atrás el cuello para verlo, ya que Julius era bastante alto. Pero, para no perder ante esa presencia intimidante, Subaru sacó aún más pecho mientras se miraban el uno al otro.
Julius suspiró exhausto al percibir tal disposición, y…
 
Julius: ¿Qué sucede? ¿No deberías descansar hasta el mediodía, tal y como te pidió Emilia-sama?
 
Hablaba sobre lo que Emilia había propuesto durante el desayuno.
Al parecer, Emilia estaba preocupada por una supuesta fatiga invisible que desanimaba a todos, y creía que por eso Subaru estaba tan exhausto que tuvo que dormir en la biblioteca.
 
De hecho, aunque Subaru no lo recordaba, el grupo había tenido que cruzar el desierto unos días antes; y si bien él se había frustrado por no poderlo hacer con solo unos pasos, debió haber sido una tarea bastante ardua de completar. Nadie estuvo en desacuerdo con la opinión de Emilia.
Este cambio también pudo haber sido un efecto de su propio discurso, hasta las más insignificantes palabras pueden afectar el cronograma del día. Debía tener cuidado con lo que decía o hacía.
 
Con eso pesando sobre su mente, confrontó a Julius cara a cara. Y afirmando con el mentón frente a sus palabras…
 
Subaru: Quería hablar sobre lo de anoche.
 
Aquellas palabras tuvieron un efecto inmediato.
 

 
Al escucharlas, fuertes emociones flotaron en los amarillos ojos de Julius.
La convicción de Subaru en su propia deducción se profundizó aún más tras notar el veloz efecto de su respuesta.
 
Subaru: Ven; hablemos en otro sitio.
 
Julius: … De acuerdo.
 
Julius mostró resignación en el rostro para aceptar la invitación que Subaru le había hecho con un movimiento de barbilla.
Así, llevó a Julius a un lugar más adecuado para conversar, a una habitación del cuarto piso. Después de todo, era una charla privada en la que otros no debían entrometerse.
 
Subaru: Bien, ¿por dónde debería empezar?
 
Dentro de una habitación estrecha, Subaru volteó la cabeza para confrontar a Julius.
Sentía una leve tensión en el ambiente, pero no quería cometer el error de revelarlo. Tener en mente que debía mantener sus emociones bajo control un poco mejor que Julius lo ayudó a mostrarse confiado.
Por otro lado, la apariencia de Julius era compleja, no podía comprender sus sentimientos con facilidad; eran sentimientos opuestos a la serenidad que persistían desde el salón de desayuno.
 
Subaru: Primero, sobre lo de anoche.
 
Subaru introdujo el tema principal de forma abrupta desde el comienzo.
En este momento, él dominaba el aspecto emocional, pero su oponente poseía la ventaja abrumadora del conocimiento. En primer lugar, Subaru no sabía demasiado sobre los sucesos de la noche anterior, pero cabía la posibilidad de que él y Julius hubiesen hecho algo en la biblioteca.
Por eso pensó que la causa de su amnesia podía ser ese «algo».
 
Julius: Sobre… lo de anoche.
 
Julius cerró sus ojos revestidos de largas pestañas mientras repetía las palabras de Subaru, quien conscientemente dio largos y profundos suspiros parado frente a aquel hombre apuesto.
Sentía que, mientras no se sintiera abrumado, no perdería.
 
Julius: En lo que respecta a nuestra conversación, ambos acordamos que finalizó allí, o al menos eso fue lo que entendí, ¿tú no?
 
Subaru: … Ahh, no exactamente. No estoy satisfecho con eso en absoluto.
 
Una vez que Julius se incorporó a la charla, Subaru le respondió.
La voz de Julius carecía de entonación, cuidaba su habla para no revelar más emociones de las necesarias. Aunque, por supuesto, Subaru decidió atacar ahí al notarlo.
 
Julius: Conque satisfecho… Ya veo, bueno, es propio de ti. En otras palabras, quieres que resuelva mis asuntos dejando de lado mis sentimientos, ¿verdad? ¿No te parece un poco… egoísta?
 
Subaru: Te equivocas, no hablo de eso. Es cierto que no estoy satisfecho, pero ¿¿pretendes hacer como si tú sí lo estuvieras?? Ambos seguimos adelante reprimiendo nuestro enojo, ¿y tú actúas como si todo estuviera bien? ¿Crees que yo podría hacer eso?
 
Julius: Entonces, ¿qué demonios propones?
 
Julius había mantenido sus emociones bajo control, pero poco a poco algunas empezaban a derramarse por su voz.
Subaru podía sentir la furia en la mirada de Julius, aunque aún desconocía los motivos de aquel arrebato.
 
Era Subaru quien quería oír qué otra opción había.
¿Qué tipo de opción pudo haber tomado Julius para dirigir tanto enojo hacia él? ¿Y cómo Subaru dejó que eso sucediera?
 
Julius: Anoche describí mis sentimientos, y no seguiré hablando de eso, ya que ni siquiera pude notar tu relación secreta con Anastasia-sama… con Echidna.
 
Subaru: ¿Mi relación secreta… con Echidna?
 
Un hecho inesperado tomó por sorpresa a Subaru.
Según la información que tenía hasta el momento, él formaba parte del grupo encabezado por Emilia; mientras que, en el caso de Echidna y Julius, la relación de este último era del tipo amo-sirviente con Anastasia, la dueña original del cuerpo de Echidna. También sabía que, desde una perspectiva más amplia, ambos grupos eran oponentes.
Pero ahora, Julius mencionó que Echidna y Subaru tenían una relación secreta.
 
Julius: Sé que no lo hiciste con malas intenciones. Aunque no lo suficiente, he hablado con Echidna. Podemos confiar en ella… bueno, en realidad, no tenemos otra opción más que confiar en ella.
 
Subaru: …
 
Julius: Lo único que me queda es aferrarme a esa posibilidad para salvar a Anastasia-sama… Incluso si no me recuerda después de salvarla.
 
Julius acompañó esas palabras con un tono de terrible soledad.
 
Subaru también había escuchado sobre sus circunstancias; sufría lo mismo que la hermana menor de Ram que yacía dormida, y muchas personas de distintos pueblos. Al parecer, sufrían una desgracia similar a una maldición que causaba que otros los olviden.
Por eso, aunque Echidna le devuelva el control a la verdadera dueña del cuerpo, era improbable que Anastasia recordase a su caballero, Julius.
Y aun así…
 
Julius: Mi objetivo sigue siendo el mismo, así que no sé qué es lo que quieres de mí, pero permíteme decirte algo de antemano.
 
Subaru: … ¿Qué cosa?
 
Julius: Por lo que más quieras, no vuelvas a hacerme miserable frente a ti.
 
Tan pronto como escuchó su débil voz, Subaru 
enmudeció.
 
Subaru: …
 
Se sentía perturbado desde el fondo de su pecho. Subaru se quedó en silencio.
Y viendo a Subaru así, Julius aflojó los labios para soltar un suspiro suave.
 
Julius: Parece que esta plática ya no será fructuosa.
 
Habiendo dicho eso, Julius le dio la espalda y se dirigió a la salida, pero antes de cruzarla, frenó y, sin voltear la cabeza hacia Subaru…
 
Julius: Sabes, la plática de anoche me dejó asustado. Pensé en qué debería hacer si fueras a disculparte.
 
Subaru: ¿Si fuera a disculparme?
 
Julius: Me pregunto qué te habría respondido en ese entonces… Aunque ahora ya no estoy seguro siquiera de eso.
 
Julius abandonó la habitación, dejando sólo el eco de aquella burla a sí mismo tras el murmullo.
Una vez que se aseguró de no estar expuesto, Subaru dio un largo suspiro. De pronto se sentía cansado, como si alguien le hubiera puesto una piedra enorme en la espalda, y empezó a sudar profusamente.
Tenía la sensación de que se había convertido en alguien realmente detestable.
 
Shaula: Gran Maestro, ¿eso le parece bien?
 
Entonces, pasando por al lado de Julius, Shaula asomó la cabeza en la habitación. Subaru suspiró otra vez al ver su actitud indiferente, se llevó una mano a la frente y, asintiendo, dijo Estuvo bien .
 
Subaru: En ese estado, puede que Julius no haya tenido nada que ver con lo de la biblioteca… aunque sin duda ahora desconfío aún más de mí mismo.
 
Shaula: O sea, no lo entiendo superbién, pero ¿fui útil para el Gran Maestro?
 
Subaru: … Sí, lo fuiste. Gracias a ti, pude encarar a Julius sin mucha preocupación.
 
Shaula: Ejejeje, entonces me superalegro~. Entonces, entonces… Gran Maestro, Gran Maestro…
 
Con las mejillas enrojecidas, Shaula estaba encantada, meneando su cuerpo de un lado a otro y acercándose poco a poco a Subaru. Entonces estiró sus manos, un poco nerviosa, y…
 
Shaula: ¡Quiero un abrazo superfuerte como recompensa!
 
Subaru: ¡Ni lo sueñes!
 
Shaula: ¡¿Eeeh?! ¡Qué supermalo! ¡O sea, ¿no dijo el Gran Maestro que escucharía lo que sea que le pida siempre y cuando no excediera cierto LEVEL?!
 
Subaru: Ese deseo excede a mi corazón puro e inocente…
 
Subaru rechazó sin rodeos las esperanzas y deseos desmedidos de la muchacha que intentaba hacer contacto estrecho.
Aun así, era cierto que Shaula había estado esperándolo, lo que le dio suficiente resistencia a su corazón para confrontar a Julius.
 
Cuando lo llamó para hablar, Subaru le había pedido a Shaula que esperase en la habitación de al lado por si acaso.
Los principales motivos por los que la había elegido a ella fueron, primero, que, entre todas las chicas, ella parecía tener la mejor condición física, y segundo, que por su favoritismo por Subaru, era probable que le fuera a hacer algún favor. Los cálculos apuntaban a que lo ayudaría sin hacer demasiadas preguntas.
Como segunda opción, estaba la niña a la que había encontrado muerta primero, ya que representaba la menor amenaza para Subaru.
 
En todo caso…
 
Subaru: Haber pensado que Julius fue quien robó mis recuerdos en la biblioteca fue bastante desacertado…
 
La reacción de Julius al ver a Subaru esta mañana lo había convencido de que él era el culpable, pero resultó no ser así.
A pesar de lo ocurrido en la biblioteca, el Julius de un tiempo atrás no había tocado demasiado el tema del incidente con su memoria. Además, sus emociones fueron demasiado naturales para ser fingidas.
 
Era imposible saber el motivo detrás de la relación secreta entre Echidna y «Natsuki Subaru», pero era un motivo suficiente para considerar que su «yo» de la noche anterior no era de fiar.
Al parecer, antes de perder los recuerdos, había tenido una conversación tempestuosa con Echidna y Julius.
 
Subaru: «Natsuki Subaru»… ¿qué demonios estabas haciendo? ¿Y quién te marcó como su objetivo?
 
Shaula: Gran Maestro~, a cambio, ¿qué le parece saltar a mi pecho? Dele un superabrazo a este cuerpo que hace BOING BOING, Gran Maestro.
 
Subaru: Ese deseo excede lo puro e inocente.
 
Shaula: ¡Qué supermalo es, Gran Maestro!
 
Y hablando de cosas que no entendía, Subaru tampoco tenía idea de por qué Shaula era tan afectuosa con él. ¿Por qué lo apreciaba tanto?
Al parecer, era algo que Emilia y el resto del grupo tampoco comprendían. Habían decidido tomar ventaja del asunto, pero ¿en verdad era solo eso?
 
Su relación secreta con Echidna, la incertidumbre sobre los hechos de la noche anterior y, sobre todo, su relación con las chicas…
Si incluyera a los individuos con quienes no podía hablar, quien Subaru ahora menos conocía de todos era «Natsuki Subaru».
¿Qué fue lo que especuló en contra de ellas?
 
——¿En verdad «Natsuki Subaru» estaba asociado con alguna de ellas?
 
Subaru: Maldición, mis pensamientos se están desbordando. ——Será mejor que vaya con Patrasche un rato.
 
De momento, quería ir a algún lugar donde pudiera descansar y pensar las cosas. Con eso en mente, el primer gran aliado que se le vino a la cabeza fue aquella dragona de tierra negro azabache.
Con o sin recuerdos, su única opción era confiar en la que había arriesgado su vida para protegerlo.
 
Shaula: ¿Ehh, donde está esa dragona~? Esa dragona de tierra… no me agrada cómo me mira.
 
Subaru: Oye, no perdonaré ningún insulto a Patrasche. Aunque en este mundo estén permitidos los insultos, no perdonaré ningún insulto a Patrasche.
 
Shaula: ¡Gran Maestro, ¿qué tan embobado está por esa dragona?!
 
Shaula elevó su voz hasta casi lanzar un grito, pero Subaru lo ignoró por completo.
En todo caso, lo que quería era estar junto a Patrasche y perderse en sus pensamientos tranquilamente. Su objetivo original, la conquista de la torre, comenzaría justo después del almuerzo; era un resultado inevitable de haber escondido su amnesia.
 
Subaru: Entonces también nos separaremos aquí. Nos vemos luego.
 
Shaula: Ueeeh, pero la recompensa… Pero, aun así puedo tolerarlo; o sea, soy una mujer conveniente para el Gran Maestro, para eso vivo.
 
Subaru: …
 
Shaula le respondió con una despedida apagada cuando Subaru se dirigía a la salida. Al escucharla, Subaru contuvo la respiración un momento y, sin dejar de darle la espalda, agachó la cabeza y cerró los ojos.
 
Subaru: … ¿Qué es tan valioso en Natsuki Subaru para llegar a esos extremos?
 
Shaula: ¿—? ¿Gran Maestro?
 
Subaru: ¡——Gh! ¡Ah, maldición!
 
Sin poder aguantar más la irritación que se acumulaba dentro de sí, Subaru se rascó la cabeza con fuerza y se volteó para ver a Shaula, quien agachaba la cabeza hacia él.
Y entonces, se acercó a la chica inmóvil, estiró los brazos y, con fuerza, abrazó a su esbelto cuerpo.
 
Shaula: ——Gh.
 
Subaru: No te consideres una mujer conveniente para nadie, ni algo por el estilo. Fue mi error.
 
Si se aprovechara de ella, Subaru terminaría convirtiéndose en «Natsuki Subaru».
Ante la conducta de Subaru que rechazaba eso, Shaula contuvo el aliento y tensó su cuerpo.
 
Aunque tenía más o menos la misma estatura que Subaru, su cuerpo era esbelto, mullido y suave; muy diferente al de aquel que la abrazaba.
Sin embargo, él no podía permitirse pensar en ello.

 
Shaula: Gran… Maestro…
 
Subaru: Fue de gran ayuda que me hayas acompañado. ——Eso es todo.
 
Shaula: …
 
Pasó unos treinta segundos abrazando a Shaula, hasta que poco a poco la soltó.
Él se sintió avergonzado, pero se sintió aún más realizado. Si se convirtiera en un tipo que sólo reparte regalos así…
Si se convirtiera en lo mismo que «Natsuki Subaru»…
 
Shaula: Gran Maestro…
 
Viendo a Subaru pensativo, Shaula se acercó a él tambaleando y con las mejillas al rojo vivo. Con los ojos llorosos y la respiración acelerada, miró los labios de Subaru.
 
Shaula: Gran Maestro, al fin decidió mostrar su amor por mí…
 
Subaru: ¡Excede lo puro e inocente!
 
Shaula: ¡Gueh!
 
Con una mano, Subaru empujó la barbilla de Shaula que se le aproximaba y la devolvió a la realidad.


    
 
 
Subaru: Se entusiasma demasiado ya sea que le dé su recompensa o no. Qué difícil es lidiar con ella.
 
Subaru suspiró cuando se las arregló para calmar la excitación de Shaula y escapar de la situación.
Al final, con la cabeza aún en las nubes, ella se fue diciendo Saber cuándo retirarse es el sello de una buena mujer. SECRETS MAKES WOMAN WOMAN .
Aunque Subaru no sabía a qué se refería con eso, habría sido un problema meterse más en el asunto.
 
Subaru: Porque a veces hay cosas en el mundo que uno NEED NOT TO KNOW.
 
Por otro lado, y en contraste con aquella despreocupación, el panorama de Subaru no se veía nada bien.
Esperaba que provocar un poco a Julius aclarase al menos lo ocurrido en la biblioteca, pero ahora que había perdido la pista, había vuelto a la casilla de inicio.
O quizá, ¿en verdad ninguno de los demás estaba involucrado en su pérdida de recuerdos? La única expresión facial que todavía no había podido corroborar era la de Ram…
 
Subaru: Vi que estaba por llorar, pero quizá solo eran lágrimas de cocodrilo… Ya no sé qué pensar.
 
Ram había sido la que más se esforzó en no creer que Subaru había perdido sus recuerdos.
Aunque no le pareció que ella estuviera actuando o tramando algo, tampoco podía negarlo con certeza; no había fin para las especulaciones.
Si no podía depositar su confianza en algo, sin duda tampoco podría dudar de algo.
Hasta donde Subaru sabía, el punto de partida era…
 
Subaru: Supongo que sería Patrasche.
 
Dicho eso, se sorprendió a sí mismo por la conclusión a la que llegó una persona que desconfiaba por completo de otras personas; aunque, de hecho, esa era una de sus virtudes más prominentes.
Ahora no solo desconfiaba de otros, sino que tampoco podía estar seguro de sí mismo, por lo que esa desconfianza en las personas se había arraigado de una forma indescriptible.
 
Subaru: En verdad, vivir en un paraíso en el que sólo esté Patrasche y otros dragones de tierra sería maravill…
 
???: —Ahh, escuché esoo.
 
Subaru: ¡¿Uehh?!
 
Justo cuando pensó eso en voz alta, una niña apareció de pronto desde la esquina de un pasillo. Era Meili, que soltó una pequeña risa mientras sus trenzas azules se mecían.
Al darse cuenta de que ella había escuchado su monólogo sin sentido, Subaru dejó caer los hombros.
 
Subaru: Era algo así como una broma sin sentido. No es algo que pueda tomarse en serio, ¿verdad que no?
 
Meili: Naturalmentee. Pero, aunque fueran tus verdaderos sentimientos, tampoco me reiría de elloo. Si hubiera un lugar en el que pueda vivir con animalitos malos, supongo que no me molestaría vivir allíí.
 
Subaru: Mmm
 
Meili respondió a las excusas vergonzosas de Subaru levantando su pollera por el dobladillo y haciendo un gesto que Subaru no supo si considerarlo elegante o salvaje. E incluso si supiera, no estaba seguro de qué contestar a eso. En cualquier caso, ella no se veía satisfecha con su respuesta.
 
Meili: Ahh, quizá mi respuesta no fue lo suficientemente directaa. Si alguien se tomó el trabajo de hablarme con seriedad, creo que sería una mala niña si no lo escuchara adecuadamentee.
 
Subaru: Eso no es una gran disculpa… ¿Estás sola? ¿No estás con Beatrice?
 
Meili: ¿Qué? ¿Por qué estaría con ella? Creo que debería ser yo quien te preguntara esoo.
 
Supuso que las chicas de edades cercanas andarían juntas, pero estaba equivocado.
En realidad, Beatrice había estado en numerosas ocasiones junto a Emilia, y por eso asociaba sus incertidumbres a ese dúo; no podía imaginarlas por separado.
 
Subaru: Bueno, está bien. Aunque, para que sepas, ahora mismo yo tampoco puedo jugar contigo, lo siento. Pero puedes buscar a alguien por otro sitio, Shaula está allí atrás, si quieres.
 
Meili: Podría charlar con la onee-san semidesnuda, peroo… ahora tenía algo que hablar contigo, de hechoo.
 
Subaru: ¿Conmigo?
 
A pesar de que no quería interrupciones en el rato que tenía para sumergirse en sus inevitables cavilaciones en su «cita» secreta con Patrasche, Subaru no pudo evitar abrir más los ojos al oír la invitación inesperada de Meili.
Ahora que lo pensaba, con Meili a Subaru le ocurría lo mismo que con Shaula, en el sentido en que era fácil hablar con ella, a diferencia de con Emilia y el resto. Incluso en sus últimos momentos de la repetición anterior, su cuerpo no estaba mutilado o en un estado que fuera desagradable de ver; parecía haber muerto mientras dormía, por lo que ninguna imagen impactante se sobreponía incluso al estar cara a cara con ella. Su corazón también latía con calma.
 
Subaru: ¿Qué sucede? ¿Será rápido?
 
Meili: Sí, no tomará mucho tiempoo.
 
Subaru sintió una seguridad abrumadora, por lo que decidió prestar atención a lo que Meili quería decirle. Entonces, al ver que Subaru se había acomodado en una postura para escuchar, Meili se llevó un dedo a los labios y lamió con la lengua la punta de su dedo.
Aquel gesto algo seductor no encajaba con su apariencia infantil, lo que hizo que Subaru frunciera el ceño.
 
Meili: Me preguntaba, ¿qué tan en serio debía tomar lo que hablamos anochee?
 
Con una sonrisa dulce en el rostro, la niña le preguntó eso a Subaru.
 
 
    
 
 
 
 
 
 
 
Subaru: … ¿Q… qué?
 
De pronto, Subaru se liberó de un sentimiento extraño de bloqueo en su consciencia, y se frotó el cuello. Sentía como si su garganta estuviera irritada y que le faltaba aire. Empezó a toser con fuerza.
 
Subaru: Cof, cof
 
Sin dejar de tocarse la garganta, tosió una y otra vez a medida que se acrecentaba el dolor por sequedad.
Y entonces, se dio cuenta.
 
Subaru: Ah… Yo…
 
—¿Qué estaba haciendo? Si no recuerdo mal, hace tan solo unos momentos hablé con Julius, luego tuve una conversación absurda con Shaula, y entonces me dirigí hacia donde estaba Patrasche. Fue ahí donde me encontré con Meili a mitad de camino, y…
 
Subaru: Duele…
 
Mientras trataba de recordar todo lo ocurrido, Subaru se frotó el brazo y entonces sintió un fuerte dolor que lo hizo chasquear la lengua.
Entonces vio su mano… ambas manos. Vio que tanto su mano izquierda como la derecha estaban llenas de rasguños de los que brotaba sangre dolorosamente.
 
Subaru: Tch, ¿qué demonios…?
 
Las heridas eran bastante profundas, pero irregulares; más que heridas de algún corte, lo más acertado era suponer que lo habían arañado. Alguien le había incrustado sus uñas con toda su fuerza hasta el fondo de la piel.
 
—Pero ¿quién demonios me ha hecho estas herid—?
 
Subaru: … ¿Eh?
 
Con una mueca de dolor, Subaru miró a su alrededor en busca de algo con lo que pudiera vendarse; y fue entonces cuando se dio cuenta de que se encontraba en una habitación de piedra como tantas otras del cuarto piso. Y justo después, lo vio.
 

 
Un par de pies blancos yacían en el suelo, inmóviles, despojados de cualquier fuerza.
De a poco, su vista apuntó arriba de los pies; vio una falda, luego un torso, y entonces…
Entonces…
 
Subaru: ¿Qu—?
 
Entonces, ahí mismo, el cuerpo de una niña completamente inmóvil estaba desplomado frente a él.
 
 
 
——Meili yacía colapsada frente a Subaru, sin siquiera respirar.