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Aer
Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse
※ ※ ※ ※ ※
Pisando
firmemente, Natsuki Subaru subía lentamente las escaleras que llevaban a los
pisos superiores.
Con locura en sus ojos, furia desatándose en su pecho y cuchillo en mano, él siguió caminando hacia arriba.
『 Subaru:
Matar… matar… te mataré. Definitivamente te mataré… 』
Ese
susurro parecido a un chirrido contenía palabras de una maldición sin fin.
Si la fuerza residía en el poder de las palabras, entonces la gran cantidad de maldiciones que Subaru estaba escupiendo reforzaría de hecho sus acciones.
Cada
vez que decía «matar» en voz alta, sentía como si se incrementara el poder que
residía en su cuchillo.
『 Subaru:
Matar, matar, matar, matar, matar, matar… 』
Mientras
murmuraba esto, su vista se volvía borrosa de vez en cuando.
Quizás era una combinación de sus miedos y de su agotamiento por pasar horas buscando alrededor del área que había debajo del desierto. Por un momento, la cabeza de Subaru se sintió extrañamente pesada, haciendo que la sacudiese varias veces.
Ahora
no era el momento de desmayarse en un lugar como éste.
Después de todo, el lugar donde estaba era un entorno lleno de personas que eran un peligro para él, y donde no podía saber quién era un amigo y quién era un enemigo. Era ya un territorio enemigo.
Para
poder protegerse a sí mismo, Subaru tenía que matarlos.
Si no, ellos vendrían a matarlo.
『 Subaru:
Matar, matar, matar, matar, matar… 』
Él
no quería matarlos, sino que debía hacerlo.
Si el lenguaje del alma tuviera como condición utilizar las palabras de manera correcta, entonces la palabra «matar» pronunciada por Subaru sería un error.
Si realmente reflejaba sus sentimientos de corazón, entonces la palabra correcta que él debería estar usando aquí no era «matar».
——Más
bien, «no quiero morir» sería más correcto.
Y
por eso, decidió que la primera cosa que haría sería matar a cualquiera que
apareciera frente a él.
Natsuki Subaru llegó al cuarto piso de la torre.
Y allí puso sus ojos en eso.
『 Subaru: Ah. 』
Se
le escapó un débil grito ahogado.
Su cuchillo cayó al duro suelo con un sonido agudo. Sus dedos se quedaron rígidos e inmóviles. Y, sacudiéndose la cabeza de lado a lado débilmente, Subaru retrocedió como si no pudiera aceptar lo que había frente a sí.
El
olor a sangre rebosaba en el aire, y los rastros de una terrible batalla que
incluso a él le heló.
Los muros de piedra y el suelo estaban destruidos y hechos trizas, como si un ser poderoso hubiera desatado toda su fuerza. Y quien estaba ahora aquí de pie donde estaban los restos de tal destrucción, era Subaru.
Y paralizado de pie, lo que había visto fue…
Con locura en sus ojos, furia desatándose en su pecho y cuchillo en mano, él siguió caminando hacia arriba.
Si la fuerza residía en el poder de las palabras, entonces la gran cantidad de maldiciones que Subaru estaba escupiendo reforzaría de hecho sus acciones.
Quizás era una combinación de sus miedos y de su agotamiento por pasar horas buscando alrededor del área que había debajo del desierto. Por un momento, la cabeza de Subaru se sintió extrañamente pesada, haciendo que la sacudiese varias veces.
Después de todo, el lugar donde estaba era un entorno lleno de personas que eran un peligro para él, y donde no podía saber quién era un amigo y quién era un enemigo. Era ya un territorio enemigo.
Si no, ellos vendrían a matarlo.
Si el lenguaje del alma tuviera como condición utilizar las palabras de manera correcta, entonces la palabra «matar» pronunciada por Subaru sería un error.
Si realmente reflejaba sus sentimientos de corazón, entonces la palabra correcta que él debería estar usando aquí no era «matar».
Natsuki Subaru llegó al cuarto piso de la torre.
Y allí puso sus ojos en eso.
Su cuchillo cayó al duro suelo con un sonido agudo. Sus dedos se quedaron rígidos e inmóviles. Y, sacudiéndose la cabeza de lado a lado débilmente, Subaru retrocedió como si no pudiera aceptar lo que había frente a sí.
Los muros de piedra y el suelo estaban destruidos y hechos trizas, como si un ser poderoso hubiera desatado toda su fuerza. Y quien estaba ahora aquí de pie donde estaban los restos de tal destrucción, era Subaru.
Y paralizado de pie, lo que había visto fue…
※ ※ ※ ※ ※
Su hermosa piel pálida sufrió innumerables heridas, y una gran cantidad de sangre salpicó lo que le rodeaba. El rastro de la sangre continuaba más allá del pasillo hacia abajo, y terminaba donde ella conoció su fin, demostrando que la batalla había sido una larga lucha, y que cambió de lugar en muchas ocasiones.
Seguramente, lo que concluyó la batalla y lo que la mató fue la herida en su cabeza——aunque «herida» era un eufemismo mayúsculo para describir el letal agujero que había acabado con su vida.
A él no se le ocurría ninguna otra forma barbárica en la que su cabeza podría haber sido aplastada, esparciendo su interior por todas partes. Algo le había asestado un tremendo golpe que había aplastado su cabeza.
Aunque sólo había sido por poco tiempo, recordaba cómo ella se le había acercado sin vacilar y le dio su sonrisa amigable y genuina…
Y entonces, las ganas de vomitar se volvieron insoportables. Incapaz de detenerse a sí mismo, Subaru vomitó el contenido de su estómago, el cuál se había convertido en una papilla mezclada con sus jugos gástricos y salió derramándose de su cuerpo con un olor agrio. Llegaron incluso a los restos de Shaula, humillándola en el más allá después de haber muerto de una manera tan horrible.
No podía hacer nada más que dejar que su garganta se abriera tanto como pudiera y vomitar la sensación ardiente que le impregnaba mientras sentía el dolor de su estómago apretándose y la sensación constante de querer vomitar.
Para la mayoría de las personas, la primera vez que se encontrarían con el cadáver de alguien sería cuando un familiar anciano muriese. Sin embargo, Subaru nunca había estado en un funeral, ya que tanto los abuelos de su parte materna como los de su parte paterna seguían gozando todavía de buena salud.
Y tampoco se había topado antes con la muerte de otra persona.
Aún más teniendo en cuenta la manera tan horrible en la que murió.
Seguramente su cuerpo también se convirtió en un trozo de carne amorfa en descomposición que nadie podría soportar mirar por un momento. Debido a que él fue incapaz de verse a sí mismo, Subaru se sentía ligeramente aliviado.
Y, al mismo tiempo, comprendía que esta lucha no estaba dirigida sólo hacia él, sino también contra los demás miembros en la torre.
Ahora que no sabía quién lo había matado, Subaru no sería capaz de descansar hasta que tachase a todos los sospechosos que había dentro de la torre. Pero, con su muerte, eso le permitió tachar uno de los nombres de sus siete sospechosos.
Sin embargo, al mismo tiempo, quien lo había matado era hostil con alguien más aparte de él——o, al menos, podía estar seguro que era un individuo peligroso que estaba tratando de matar a todos en la torre.
Entonces, todo lo que tenía que hacer era matar a todos los que quedaban, y entonces podría tener algo de paz.
Emilia y Shaula —aunque esta última estaba muerta— deberían de haber sido fáciles de pillar desprevenidas y de matar, ya que siempre habían tenido la guardia baja con él.
Sin embargo, Ram, quien siempre estaba en su contra, y Echidna, con lo astuta que era, darían problemas. Aunque las atrapase con la guardia baja y las matase, esas dos serían los objetivos más difíciles: esa es la impresión que obtuvo.
Sin embargo, por otra parte, también había una posibilidad de que se viera arrinconado si le arrebatase la espada. Subaru practicó kendo, así que podría decirse que tendría una ventaja asegurada si la tomaba.
Y también…
Sería imposible eliminarlo. Esa cosa era un superhumano intocable que superaba toda lógica.
Bajo el sentido común de Natsuki Subaru, definitivamente sería imposible derrotarlo.
Lo único que lo tranquilizaba era la poca probabilidad de que él hubiera sido quien empujó a Subaru. Tenía la fe pesimista de que, si hubiera sido él, no habría tratado de matarlo de una manera tan sosa.
Por un momento, Subaru dudó si investigar su cuerpo para poder encontrar alguna pista, pero no creía poder encontrar algo oculto que le fuera útil dentro de su ropa, ya que ella tenía poca. Al mismo tiempo, su conciencia le estaba recriminando haber pensado en deshonrar aún más a la fallecida.
Simplemente, ella no tuvo suerte. ——Eso era todo.
La dejó ahí atrás, y caminó lentamente adentrándose aún más en la torre, ocultando sus pasos mientras iba hacia el cuarto piso, siguiendo los rastros de destrucción que había.
Incluso ahora, por el bien de su propia supervivencia, su voluntad para matarlos a todos era inquebrantable.
Él apuñalaría, acuchillaría y tomaría la vida de la primera persona en la que pusiera sus ojos. Estaba preparado para eso.
Aun así…
※ ※ ※ ※ ※
Era una espada básica, producida en masa, pero parecía ser suficiente para cortar a través del cuerpo de una mujer tan delicada como Echidna.
Aunque la pregunta ahora sería cuál razón tendría Julius para matar a Echidna. Subaru no lo sabía.
Naturalmente, si Julius era alguna clase de asesino psicópata que quería que todos en la torre murieran, entonces, quizás, esas circunstancias no significaban nada en absoluto para él.
Este cadáver estaba, de alguna manera, en mejor estado que el de Shaula. Aun así, era una imagen que requería sangre fría para poder observarla sin mirar a otro lado; aun así, la manera en que murió le dio una impresión totalmente distinta a la de Shaula.
Más concretamente, había un pañuelo blanco encima de ella, y sus párpados habían sido cerrados.
El mero hecho de pensar en cuál de estas dos formas era la más normal en esta situación, hizo que sintiera que se estaba volviendo loco.
Y aunque ya no tenía claro si lo que buscaba era gente viva o muerta, ni su motivación para encontrarlas, Subaru siguió caminando.
Probablemente había corrido por el pasillo y fue golpeada en la espalda, mientras trataba de abrirse paso a algún lugar. Había muerto mordiéndose el labio, y tenía una expresión facial que emanaba una maldición cargada de desdicha, como si estuviera dejando arrepentimientos detrás.
Y la razón por la que había luchado tan desesperadamente, ¿había sido por el bien de la pequeña niña que se desplomó detrás de sí?
En su abdomen, el cual estaba cubierto por sus pequeñas manos, había un corte que estaba empapado por sangre roja brillante. La causa de su muerte fue probablemente también por pérdida de sangre. Había sido herida y, por consecuencia, perdió su vida mientras esperaba por la salvación en este lugar.
Aun así, la mirada aparentemente pacífica que adornó su rostro al morir provocó que Subaru se negara a entender.
Sólo había cadáveres a su alrededor. Sólo cadáveres. Cadáveres que yacían por todas partes.
La verdad que había detrás de todo lo que estaba pasando no era clara.
Sin embargo, él no podía imaginar por qué todos estaban muertos cuando él ni siquiera había estado cerca.
Echidna, quien había sido cortada desde un hombro hasta el lado opuesto de su cuerpo, y había caído por un terrible golpe.
Ram, cuyo cuerpo había sido reventado por detrás, muriendo y dejando atrás sus maldiciones y arrepentimientos.
Julius, al que le habían dejado con cicatrices por todo su cuerpo en una feroz batalla, perdiendo eventualmente su vida.
Meili, quien había perdido sangre por la herida de su estómago, rindiéndose pacíficamente a su lenta muerte.
¿Qué llevó a que ocurriera esto?
¿Sería siquiera capaz de aceptar esta situación si alguien estuviera detrás de ella?
『 Subaru:
Emilia… y Beatrice. 』
Había
encontrado cinco cadáveres, pero quedaban dos sospechosas que no había
encontrado todavía.
¿Fue una de ellas, o fueron ambas las que conspiraron para hacer que esto ocurriera?
Esas dos, que habían estado preocupadas por Subaru cuando se despertó sin recuerdos, al principio de todo; ¿habían ocultado su intención asesina y locura detrás de su comportamiento, llevando así a cabo estos asesinatos?
Había
encontrado cinco cadáveres, cuatro de ellos con sábanas blancas cubriéndolos, a
excepción del de Shaula.
Todos sus cadáveres, menos el de ella, habían sido depositados cuidadosamente en el suelo, e incluso les habían cerrado los ojos. Ahí se mostraba respeto por los fallecidos; menos por el de Shaula.
En primer lugar, ¿cuándo demonios podría haber tomado lugar esta masacre?
『 Subaru: La
sangre… 』
Se
ha secado, pensó.
Manteniéndose apenas en pie, Subaru miró alrededor en busca de la presencia de Emilia y Beatrice, a quienes no había encontrado todavía en la torre, teniendo en mente cada una de las condiciones en las que se habían encontrado los cadáveres mientras buscaba.
Recordó
vívidamente tanto el olor asfixiante de la sangre como el estado en el que se
encontró cada uno de los cadáveres.
Atravesándolo en lo más profundo de su mente, causando que su estómago se retorciera de dolor; sin embargo, se estaba quedando sin cosas que vomitar. Estaba tan seco que no podía reunir nada de saliva para poder escupir los restos de vómito que tenía dentro de su boca, y ni siquiera pudo aparecer una gota de sudor frío.
El cuerpo de Subaru estaba completamente seco——igual que su sangre.
Había
mucha, a pesar de que la sangre tardaba más en secarse que el agua.
A la sangre le tomaría varias, o incluso docenas de horas para poder secarse, así que consideró que había pasado esa cantidad de tiempo desde que sucedió la tragedia. Él mismo no tenía ni idea de cuánto tiempo pasó vagando por debajo del desierto, pero fue lo suficiente para que eso sucediera, aunque no estaba totalmente seguro.
Confusión
y caos.
Los grilletes de su conciencia deteriorada le gritaban que hiciera algo con esta situación fuera de control.
Necesitaba conseguirse un descanso, tenía que encontrarlo; y para eso, necesitaba reducir el número de sospechosos.
De
las dos que quedaban, si cualquiera de esas dos criminales que provocaron esta
situación fueran a morir, él sería libre.
『 … 』
——Entró
a la Sala verde. Al ver a Subaru, la lagarta negra lanzó un graznido.
Desde
que volvió a la torre, ésta era la primera vez que encontró una criatura viva.
『 Subaru: Ah…
¿Qué sucede con esta lagarta? 』
Viendo
que la dragona había sobrevivido, Subaru dejó escapar una sonrisa amarga.
—Preferiría
que, quien yo me encontrara, fuera un cadáver. ¿De qué demonios me sirve que el
único superviviente que he encontrado aquí sea sólo la lagarta?
Chasqueó
la lengua y se volvió para salir de la habitación. No tenía nada que hacer en salas
donde sólo quedasen lagartos. Sin embargo…
『 Subaru:
¡Deja de seguirme! 』
『 … 』
La
lagarta negra, tras haber encogido su gran cuerpo, había tratado de seguir a
Subaru cuando dejó la habitación.
Era sorprendentemente grande cuando se levantó, tanto como un caballo. Avanzó arrastrando sus patas afiladas con garras, siguiendo a Subaru.
Incapaz de soportar la tensión, Subaru agitó los brazos y la amenazó mientras la saliva escapaba de su boca.
『 Subaru: ¡No tengo
tiempo para jugar contigo ahora mismo! ¡Necesito matar a todos los malditos
supervivientes de esta torre! Si te metes en mi camino… 』
Mientras
sujetaba el gran cuchillo que tenía en su mano, Subaru miró directamente a la
lagarta.
La lagarta de rasgos afilados miró hacia el cuchillo en la mano de Subaru, pero, rápidamente volvió su mirada hacia él.
『 Subaru: Uh… 』
La
voz de Subaru tembló al ver cómo ignoraban su cuchillo y, en vez de eso, le
miraba.
Parecía indiferente ante la intención asesina de Subaru. Y eso disparó la hostilidad que había estado hirviendo incómodamente en su pecho…
『 Subaru: ¡¡NO
ME JODAS!! 』
Al
mismo tiempo que gritaba, Subaru levantó su cuchillo y se lo clavó a la lagarta.
La punta del cuchillo penetró sus escamas negras como el azabache. Aunque al principio encontró un poco de resistencia, fue capaz de penetrarlas con facilidad, clavándoselo profundamente en el cuerpo de la lagarta.
La lagarta permaneció de pie allí, sin moverse, con el cuchillo clavado en la parte izquierda de su cuerpo. La hoja se clavó en sus escamas negras como el azabache, derramándose sangre fresca de esa herida profunda.
『 Subaru: ¿Qué
tal… 』
Subaru
trató de seguir diciendo «esto?», pero dejó escapar involuntariamente un leve y
débil suspiro.
Por primera vez, había tomado la decisión de tratar de matar a un ser vivo. Y, aunque se sentía emocionado por ese hecho, y por el hecho de que su corazón estaba latiendo salvajemente por ello, había una razón distinta detrás del por qué no había sido capaz de terminar lo que quería decir.
『 … 』
『 Subaru: Ah…
uh… 』
A
pesar de que la lagarta había sido apuñalada por su cuchillo, permaneció quieta,
mirando sin más a Subaru.
No había reaccionado en absoluto a haber sido apuñalada profundamente por su cuchillo. Ni se retorcía de dolor, ni estaba sorprendida. Los ojos agudos de la lagarta se quedaron mirando simplemente lo que hacía Natsuki Subaru.
Esos ojos reptilianos, de los que no podía leer sus emociones, estaban culpando a Natsuki Subaru.
『 Subaru:
Mierda… ¡Mierda, mierdamierdamierda! ¡Qué demonios… qué demonios…! 』
Rascándose
la cabeza, Subaru no pudo aguantar más y perdió la compostura.
Mientras gritaba, Subaru dio un paso atrás, olvidándose de recuperar siquiera el cuchillo que se había quedado clavado en la lagarta.
——No, él no tenía el coraje para tocar ese cuchillo. Los ojos de la lagarta eran aterradores.
『 Subaru: ¡Tú,
y esos otros tipos… y esos cadáveres! ¡Y también esas que aún viven! ¡Esas dos
que no sé siquiera si siguen vivas o muertas! ¡¿Qué demonios están tramando,
qué están intentando hacer?! 』
A
pesar de saber que sus palabras eran inútiles, Subaru se las soltó a la lagarta
que tenía delante.
Mientras vagaba por la torre, y mientras vagaba también por la oscuridad profunda de la parte subterránea, y mientras también se angustiaba por el hecho de que había sido arrojado a este mundo que no podía entender en absoluto, sus emociones oscuras se fueron acumulando.
『 Subaru: ¡Mataré
a todos y cada uno de los que traten de matarme! ¡Rechazaré a todos los que
traten de depender de mí! ¡No me malinterpretes! ¡No tientes a tu suerte! ¡No
es una maldita broma… deja de actuar como te plazca, cómo si fueras cercana
conmigo! 』
『 … 』
『 Subaru:
¡Como si me importaran una mierda! ¡Como si fuera a importarme una mierda lo
que cada uno de ustedes piensen! ¡Todos ustedes están forzando sobre mí sus mierdas!
¡Si todos tienen sus manos ocupadas con sus propios asuntos… entonces yo también
ocuparé mis manos con lo mío! 』
Gritando
y chillando, Subaru comenzó a derramar lágrimas sin darse cuenta, cayendo de
rodillas en el acto.
Delante de él, la lagarta le miró en silencio mientras Subaru temblaba y dejaba escapar jadeos entrecortados. Incapaz de mirar a la lagarta, Subaru se agachó y puso su frente contra el suelo.
『 Subaru: Déjame,
por favor… Vete y déjame solo y en paz, por favor… 』
¿Sería siquiera capaz de aceptar esta situación si alguien estuviera detrás de ella?
¿Fue una de ellas, o fueron ambas las que conspiraron para hacer que esto ocurriera?
Esas dos, que habían estado preocupadas por Subaru cuando se despertó sin recuerdos, al principio de todo; ¿habían ocultado su intención asesina y locura detrás de su comportamiento, llevando así a cabo estos asesinatos?
Todos sus cadáveres, menos el de ella, habían sido depositados cuidadosamente en el suelo, e incluso les habían cerrado los ojos. Ahí se mostraba respeto por los fallecidos; menos por el de Shaula.
En primer lugar, ¿cuándo demonios podría haber tomado lugar esta masacre?
Manteniéndose apenas en pie, Subaru miró alrededor en busca de la presencia de Emilia y Beatrice, a quienes no había encontrado todavía en la torre, teniendo en mente cada una de las condiciones en las que se habían encontrado los cadáveres mientras buscaba.
Atravesándolo en lo más profundo de su mente, causando que su estómago se retorciera de dolor; sin embargo, se estaba quedando sin cosas que vomitar. Estaba tan seco que no podía reunir nada de saliva para poder escupir los restos de vómito que tenía dentro de su boca, y ni siquiera pudo aparecer una gota de sudor frío.
El cuerpo de Subaru estaba completamente seco——igual que su sangre.
A la sangre le tomaría varias, o incluso docenas de horas para poder secarse, así que consideró que había pasado esa cantidad de tiempo desde que sucedió la tragedia. Él mismo no tenía ni idea de cuánto tiempo pasó vagando por debajo del desierto, pero fue lo suficiente para que eso sucediera, aunque no estaba totalmente seguro.
Los grilletes de su conciencia deteriorada le gritaban que hiciera algo con esta situación fuera de control.
Necesitaba conseguirse un descanso, tenía que encontrarlo; y para eso, necesitaba reducir el número de sospechosos.
Era sorprendentemente grande cuando se levantó, tanto como un caballo. Avanzó arrastrando sus patas afiladas con garras, siguiendo a Subaru.
Incapaz de soportar la tensión, Subaru agitó los brazos y la amenazó mientras la saliva escapaba de su boca.
La lagarta de rasgos afilados miró hacia el cuchillo en la mano de Subaru, pero, rápidamente volvió su mirada hacia él.
Parecía indiferente ante la intención asesina de Subaru. Y eso disparó la hostilidad que había estado hirviendo incómodamente en su pecho…
La punta del cuchillo penetró sus escamas negras como el azabache. Aunque al principio encontró un poco de resistencia, fue capaz de penetrarlas con facilidad, clavándoselo profundamente en el cuerpo de la lagarta.
La lagarta permaneció de pie allí, sin moverse, con el cuchillo clavado en la parte izquierda de su cuerpo. La hoja se clavó en sus escamas negras como el azabache, derramándose sangre fresca de esa herida profunda.
Por primera vez, había tomado la decisión de tratar de matar a un ser vivo. Y, aunque se sentía emocionado por ese hecho, y por el hecho de que su corazón estaba latiendo salvajemente por ello, había una razón distinta detrás del por qué no había sido capaz de terminar lo que quería decir.
No había reaccionado en absoluto a haber sido apuñalada profundamente por su cuchillo. Ni se retorcía de dolor, ni estaba sorprendida. Los ojos agudos de la lagarta se quedaron mirando simplemente lo que hacía Natsuki Subaru.
Esos ojos reptilianos, de los que no podía leer sus emociones, estaban culpando a Natsuki Subaru.
Mientras gritaba, Subaru dio un paso atrás, olvidándose de recuperar siquiera el cuchillo que se había quedado clavado en la lagarta.
——No, él no tenía el coraje para tocar ese cuchillo. Los ojos de la lagarta eran aterradores.
Mientras vagaba por la torre, y mientras vagaba también por la oscuridad profunda de la parte subterránea, y mientras también se angustiaba por el hecho de que había sido arrojado a este mundo que no podía entender en absoluto, sus emociones oscuras se fueron acumulando.
Delante de él, la lagarta le miró en silencio mientras Subaru temblaba y dejaba escapar jadeos entrecortados. Incapaz de mirar a la lagarta, Subaru se agachó y puso su frente contra el suelo.
¿Cuánto tiempo había pasado estando así? ¿Varios segundos? ¿Decenas de segundos? ¿Algunos minutos? No podía encontrar las fuerzas para poder moverse. Pero, cuando tenía el rostro apoyado contra el suelo, lo notó de repente.
Llena de colmillos afilados, sus fauces se acercaban cada vez más hacia él. Él la miró, como si él no estuviera en esta situación, preguntándose si le masticarían su cabeza…
Sin embargo, ahora que le había hundido prácticamente sus colmillos en su hombro, el miedo que sentía por el dolor que le producía se vio rápidamente superado por un sentimiento de mera resignación. Iban a comerle el hombro, luego su cuerpo, siendo masticado y muriendo.
Morir siendo comido por una criatura viva era una de las peores muertes que podía llegar a imaginar Subaru.
Fue sólo justo después de que el cuerpo de Subaru comenzase a temblar de miedo ante ese presentimiento que…
Escuchó un fuerte impacto que provocó que el polvo y los escombros se dispersaran por los alrededores, la niebla invadía el pasillo, envolviendo el techo, las paredes, el suelo… extendiéndose hacia Subaru y Patrasche como si cazara una presa.
——A ojos de Subaru, esa niebla parecía tener brazos negros, muy negros.
Una mujer que estaba envuelta en sombras, y cuyo rostro estaba oculto por un velo negro, había jugado exhaustivamente con su corazón, grabando el miedo en él. Las sombras que habían estado engullendo la sala eran similares a las que poseía aquella mujer.
Subaru, que estaba mirando en la dirección contraria a la que se dirigían, no podía ver hacia dónde estaban tratando de escapar desesperadamente. En vez de eso, sólo podía mirar directamente a la amenaza de la sombra que se acercaba, haciendo que se le helara la sangre de su cuerpo.
En este momento, su odio por la lagarta no era nada más que una obsesión sin sentido.
Tras tomar una decisión apresurada en una fracción de segundo, la lagarta se dio la vuelta y se lanzó por un pasillo lateral justo antes de que fueran engullidos por la sombra. Ellos galopaban a toda velocidad, tratando de deshacerse de la sombra que avanzaba hacia ellos con la fuerza de una corriente fangosa.
Sin embargo, mientras seguían huyendo de la sombra, la zona que apareció enfrente era…
Naturalmente, el hecho de ver desde el cuarto piso que el quinto piso estaba tan abajo —es decir, la misma escena donde previamente Subaru cayó hasta su muerte— le provocaba terror, pero no lo sentía únicamente por eso.
Eso significaba que la mitad inferior de la torre estaba en proceso de ser envuelto por esa cantidad enorme de sombras, hundiéndola.
Estaban absoluta y completamente acorralados.
Lo único que quedaba era la elección absurda de si sería devorado por las sombras, o sería asesinado de otra forma.
¿No sería mucho mejor escoger cómo moriría, en vez de ser engullido por esas sombras? Aunque fuera a morir, quizás aún le quedasen posibilidades.
¿Y si resultaba que, si se suicidaba, sería su fin definitivo? Él ahora creía vagamente que estaba rehaciendo las cosas, pero ¿realmente tenía una garantía de que esto seguiría siendo así?
Y tampoco podía afirmar que esto no era un sueño premonitorio, tal como pensó al principio. Hasta la última vez, él había tenido algunos sueños premonitorios dolorosos. Así que, si éste iba a ser el último, entonces las cosas terminarían para él aquí.
No había hecho nada malo. ¿Por qué estaba pagándolo con su vida aquí? ¿Por qué él?
Así que, el único ser que podía escucharlo era esta lagarta negra azabache que no era un ser humano.
Inmediatamente, la lagarta dio un fuerte acelerón y saltó hacia el vacío que había en la escalera de caracol, para dar así esquinazo a la corriente fangosa de tentáculos que se cernía detrás de ellos.
Sin embargo, la lagarta tuvo una idea ingeniosa para poder superar esta situación desesperada.
La torre colosal estaba comenzando a inclinarse debido a las sombras que la engullían desde su base. La lagarta escaló por su cuenta por la pared, que se tambaleaba hacia un lado, prácticamente perpendicular.
Sin embargo, era claro que esta lagarta negra estaba utilizando su fuerza restante tratando de sobrevivir, dándolo todo para salir adelante.
La lagarta se apartó apenas una fracción de segundo más tarde, pudiendo evitar su ataque por poco. Una onda expansiva violenta y un aullido feroz acompañaron el ataque, dejando tras de sí un gran agujero en la pared lateral de la torre.
Subaru fue sacudido violentamente de izquierda a derecha, perdiendo su sentido del equilibrio y sin percibir apropiadamente el mundo. Pero, incluso en medio de todo esto, él entendió que las maniobras drásticas que la lagarta hizo fueron para asegurarse de que Subaru no fuera golpeado por ninguno de los ataques de la sombra; y también entendió que la lagarta hacía caso omiso al hecho de que su propio cuerpo estaba siendo consumido por la sombra.
Podía sentir el aire exterior contra él. ¿Había saltado fuera de la torre? Una vez más, la lagarta corrió por la pared inclinada de la torre, tratando frenéticamente, muy frenéticamente, de escapar de la sombra…
Los colmillos de la lagarta dejaron de morder el hombro de Subaru, cuyos ojos brillaron de dolor mientras sentía cómo los colmillos se desencajaban de su carne. Sin embargo, ignoró ese dolor y el viento fuerte que estaba soplando contra él, ya que su cuerpo había sido golpeado por algo duro.
Después de dar tumbos, golpes y caídas, Subaru exhaló. Y entonces, abrió los ojos.
Miró a su alrededor. Estaba en un área hecha del mismo material que la torre. A pesar de eso, definitivamente estaba afuera——era como un balcón; un espacio unido a la pared exterior de la torre.
Habían atravesado el agujero, subido la pared, y le arrojó aquí.
——donde le esperaba un destino peor que la muerte.
El pájaro blanco miró a Subaru con ojos impasibles——y, ante la presencia del gran pájaro, Subaru soltó un 『 Ja 』.
Ahora entendía por qué la lagarta había estado tan desesperada tratando de salvarlo. Aun así, sus expectativas habían sido en vano… sólo le dio un poco más de tiempo antes de que la muerte le alcanzase.
Había alguien detrás de él. No era el pájaro, la lagarta o la sombra, sino la presencia de alguien vivo que estaba de pie ahí.
En respuesta, quien estaba detrás de él rio. Y entonces, con una voz que nunca había escuchado antes…
Su cuerpo se sentía demasiado ligero. Estaba volando por el cielo como un pájaro. Y entonces fue cuando se dio cuenta de lo que había pasado.
※ ※ ※ ※ ※
Subaru se despertó en una cama suave de hiedras. Fue recibido por una voz que recodaba al tintineo de una campana de plata, junto a su dueña, a quien no pudo encontrar sin importar lo mucho que buscó.
Sintiéndose ligeramente sediento y sin decir palabra, Subaru estiró sus manos hacia alrededor del cuello de Emilia. Cabía fácilmente entre las manos de Subaru.
Estaba sorprendida por la reacción de Subaru, pero no hizo ningún movimiento para tratar de quitárselo de encima. Si él hubiera querido, podría romperle el cuello con facilidad si usaba toda su fuerza.
A pesar de que su vida estaba al alcance de Subaru, la reacción de Emilia fue terriblemente lenta; y además…
Miró allí, y sus ojos se encontraron con los de Beatrice, quien estaba de brazos cruzados junto a su cama y suspiró por la nariz con sorpresa. Al oírla, Emilia dijo, 『 Eso parece 』 y sonrió tensamente hacia ella.
Las dos que se habían metido en esa discusión no tenían ni idea de qué clase de impulso se había apoderado de Subaru hace tan sólo un momento. Antes de eso, no habían mostrado ninguna señal de que la situación fuera peligrosa.
Esto era también evidente en su actitud hacia Subaru.
Y, al mismo tiempo…
Sentada dócilmente en un rincón de la Sala verde, había una gran criatura negra——la lagarta que tanto había hecho por él mientras estaba a punto de ser engullida por las sombras, estaba sentada ahí, tan tranquila como uno pudiera imaginarse.
Sin embargo, Subaru ni siquiera reaccionó a la conversación de ellas dos, porque él estaba demasiado ocupado abrazando el gran cuerpo de la lagarta que tenía delante, inmensamente agradecido de que ella estuviera aquí.