martes, 11 de julio de 2023

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La torre de los difuntos


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Aer

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

Pisando firmemente, Natsuki Subaru subía lentamente las escaleras que llevaban a los pisos superiores.
Con locura en sus ojos, furia desatándose en su pecho y cuchillo en mano, él siguió caminando hacia arriba.
 
Subaru: Matar… matar… te mataré. Definitivamente te mataré…
 
Ese susurro parecido a un chirrido contenía palabras de una maldición sin fin.
Si la fuerza residía en el poder de las palabras, entonces la gran cantidad de maldiciones que Subaru estaba escupiendo reforzaría de hecho sus acciones.
 
Cada vez que decía «matar» en voz alta, sentía como si se incrementara el poder que residía en su cuchillo.
 
Subaru: Matar, matar, matar, matar, matar, matar…
 
Mientras murmuraba esto, su vista se volvía borrosa de vez en cuando.
Quizás era una combinación de sus miedos y de su agotamiento por pasar horas buscando alrededor del área que había debajo del desierto. Por un momento, la cabeza de Subaru se sintió extrañamente pesada, haciendo que la sacudiese varias veces.

Ahora no era el momento de desmayarse en un lugar como éste.
Después de todo, el lugar donde estaba era un entorno lleno de personas que eran un peligro para él, y donde no podía saber quién era un amigo y quién era un enemigo. Era ya un territorio enemigo.
 
Para poder protegerse a sí mismo, Subaru tenía que matarlos.
Si no, ellos vendrían a matarlo.
 
Subaru: Matar, matar, matar, matar, matar…
 
Él no quería matarlos, sino que debía hacerlo.
Si el lenguaje del alma tuviera como condición utilizar las palabras de manera correcta, entonces la palabra «matar» pronunciada por Subaru sería un error.
Si realmente reflejaba sus sentimientos de corazón, entonces la palabra correcta que él debería estar usando aquí no era «matar».
 
——Más bien, «no quiero morir» sería más correcto.
 
Y por eso, decidió que la primera cosa que haría sería matar a cualquiera que apareciera frente a él.
Natsuki Subaru llegó al cuarto piso de la torre.
Y allí puso sus ojos en eso.
 
Subaru: Ah.
 
Se le escapó un débil grito ahogado.
Su cuchillo cayó al duro suelo con un sonido agudo. Sus dedos se quedaron rígidos e inmóviles. Y, sacudiéndose la cabeza de lado a lado débilmente, Subaru retrocedió como si no pudiera aceptar lo que había frente a sí.
 
El olor a sangre rebosaba en el aire, y los rastros de una terrible batalla que incluso a él le heló.
Los muros de piedra y el suelo estaban destruidos y hechos trizas, como si un ser poderoso hubiera desatado toda su fuerza. Y quien estaba ahora aquí de pie donde estaban los restos de tal destrucción, era Subaru.
Y paralizado de pie, lo que había visto fue…


——a Shaula en el suelo, con su cabeza machacada y con una apariencia deplorable.
 
 
    
 
 
El cuerpo de Shaula yacía en un estado tan terrible que Subaru quiso cubrirse los ojos.
 
Su largo cabello marrón, el cual había estado atado, estaba ahora esparcido de manera desordenada por todo el suelo. Sus extremidades yacían inertes a su izquierda y derecha, de los cuales, uno de los brazos había sido cortado por el codo y el otro por la muñeca, sin que las partes amputadas pudieran verse por ninguna parte.
Su hermosa piel pálida sufrió innumerables heridas, y una gran cantidad de sangre salpicó lo que le rodeaba. El rastro de la sangre continuaba más allá del pasillo hacia abajo, y terminaba donde ella conoció su fin, demostrando que la batalla había sido una larga lucha, y que cambió de lugar en muchas ocasiones.
Seguramente, lo que concluyó la batalla y lo que la mató fue la herida en su cabeza——aunque «herida» era un eufemismo mayúsculo para describir el letal agujero que había acabado con su vida.
 
Era como si, mientras Shaula estaba en el suelo, alguien la hubiera golpeado con un gran martillo en su cabeza.
A él no se le ocurría ninguna otra forma barbárica en la que su cabeza podría haber sido aplastada, esparciendo su interior por todas partes. Algo le había asestado un tremendo golpe que había aplastado su cabeza.
 
La cabeza de Shaula había sido destrozada y destruida por completo.
Aunque sólo había sido por poco tiempo, recordaba cómo ella se le había acercado sin vacilar y le dio su sonrisa amigable y genuina…
 
Subaru: … Bh.
 
Mientras miraba atónito, incrédulo y desanimado sus restos, Subaru se hundió de rodillas donde estaba.
Y entonces, las ganas de vomitar se volvieron insoportables. Incapaz de detenerse a sí mismo, Subaru vomitó el contenido de su estómago, el cuál se había convertido en una papilla mezclada con sus jugos gástricos y salió derramándose de su cuerpo con un olor agrio. Llegaron incluso a los restos de Shaula, humillándola en el más allá después de haber muerto de una manera tan horrible.
 
Subaru: ¡Ueh! Oeegh… goegh… buagh
 
Pero, mientras seguía agachado con el rostro mirando hacia abajo, Subaru continuó vomitando sin tener ninguna compostura en sí mismo para prestar atención a cómo estaba profanando a la difunta.
No podía hacer nada más que dejar que su garganta se abriera tanto como pudiera y vomitar la sensación ardiente que le impregnaba mientras sentía el dolor de su estómago apretándose y la sensación constante de querer vomitar.
 
Cuando finalmente vomitó todo lo que había en su estómago, Subaru se tiró al suelo. Estiró los brazos de manera que su cuerpo parecía el kanji y, mientras miraba el techo, se cubrió el rostro con las manos.
 
——Era la primera vez que había visto la muerte de alguien.
 

 
Era la primera vez que Subaru se había encontrado cara a cara con el cadáver de una persona.
Para la mayoría de las personas, la primera vez que se encontrarían con el cadáver de alguien sería cuando un familiar anciano muriese. Sin embargo, Subaru nunca había estado en un funeral, ya que tanto los abuelos de su parte materna como los de su parte paterna seguían gozando todavía de buena salud.
Y tampoco se había topado antes con la muerte de otra persona.
 
Así que, ver la muerte de otra persona así por primera vez sobresaltó mucho a Subaru.
Aún más teniendo en cuenta la manera tan horrible en la que murió.
 
—Las vidas de las personas pueden ser arrebatadas de maneras muy crueles.
 
Subaru: Supongo que… yo también.
 
Murmurando eso para sí mismo, Subaru se sentó. Se limpió el vómito que tenía alrededor de la boca con su manga, sacudiendo la cabeza porque le zumbaban con fuerza los oídos; y, usando la pared para sostenerse, se levantó con lentitud.
 
Subaru fue empujado por detrás——tirado por las escaleras.
Seguramente su cuerpo también se convirtió en un trozo de carne amorfa en descomposición que nadie podría soportar mirar por un momento. Debido a que él fue incapaz de verse a sí mismo, Subaru se sentía ligeramente aliviado.
 
Si viera su propia muerte, o algo parecido, con sus propios ojos… quizás perdería la cordura.
 
El mero hecho de darse cuenta de que había muerto era suficiente para impactarlo tanto que sentía como si su corazón estuviera a punto de explotar y estallar en pedazos.
 
Subaru: De todas… formas…
 
Interrumpiendo sus pensamientos, Subaru se convenció de que ella estaba muerta, mientras intentaba por todos los medios mantener fuera de su vista los restos de Shaula que estaban esparcidos cerca de él.
 
Dentro de la torre todavía acechaba una terrible lucha.
Y, al mismo tiempo, comprendía que esta lucha no estaba dirigida sólo hacia él, sino también contra los demás miembros en la torre.
 

 
Sintió pena por la fallecida Shaula, pero también podía decir que esto le traía buenas noticias.
Ahora que no sabía quién lo había matado, Subaru no sería capaz de descansar hasta que tachase a todos los sospechosos que había dentro de la torre. Pero, con su muerte, eso le permitió tachar uno de los nombres de sus siete sospechosos.
Sin embargo, al mismo tiempo, quien lo había matado era hostil con alguien más aparte de él——o, al menos, podía estar seguro que era un individuo peligroso que estaba tratando de matar a todos en la torre.
 
En otras palabras, quizás hubiera alguien más aparte de él que matase al asesino que mató a Subaru.
Entonces, todo lo que tenía que hacer era matar a todos los que quedaban, y entonces podría tener algo de paz.
 
Si matara al culpable que estaba tratando de matarlo, junto a los potenciales candidatos que podrían intentar quizás matarlo, entonces, con sólo Subaru quedando en la torre, podría disfrutar entonces de algo de paz y descanso.
 
Subaru: Entonces… supongo que los que estorban son Ram y Echidna. Y sería más fácil si ese maldito Julius también estuviera muerto…
 
Ya que Meili y Beatrice eran niñas, sería bastante fácil deshacerse de ellas, así que no necesitaba pensar mucho respecto a ellas.
Emilia y Shaula —aunque esta última estaba muerta— deberían de haber sido fáciles de pillar desprevenidas y de matar, ya que siempre habían tenido la guardia baja con él.
Sin embargo, Ram, quien siempre estaba en su contra, y Echidna, con lo astuta que era, darían problemas. Aunque las atrapase con la guardia baja y las matase, esas dos serían los objetivos más difíciles: esa es la impresión que obtuvo.
 
Era difícil decir algo sobre Julius, pero en su caso, era merecedor de tener la mayor vigilancia, considerando que era el único otro hombre que había. A pesar de lo cursi que era, en serio era un problema que llevase una espada en su cintura.
Sin embargo, por otra parte, también había una posibilidad de que se viera arrinconado si le arrebatase la espada. Subaru practicó kendo, así que podría decirse que tendría una ventaja asegurada si la tomaba.
Y también…
 
Subaru: Ese maldito bastardo allí arriba…
 
Al pensar en eliminar a ese pelirrojo que estaba sentado en el piso superior de la torre y que se hacía llamar «examinador», Subaru sacudió la cabeza de inmediato.
Sería imposible eliminarlo. Esa cosa era un superhumano intocable que superaba toda lógica.
Bajo el sentido común de Natsuki Subaru, definitivamente sería imposible derrotarlo.
 
Simplemente había gente aquí que no podía ser asesinada.
Lo único que lo tranquilizaba era la poca probabilidad de que él hubiera sido quien empujó a Subaru. Tenía la fe pesimista de que, si hubiera sido él, no habría tratado de matarlo de una manera tan sosa.
 

 
Subaru tomó el cuchillo que se le cayó, caminó sobre los restos de Shaula y se volvió hacia atrás.
Por un momento, Subaru dudó si investigar su cuerpo para poder encontrar alguna pista, pero no creía poder encontrar algo oculto que le fuera útil dentro de su ropa, ya que ella tenía poca. Al mismo tiempo, su conciencia le estaba recriminando haber pensado en deshonrar aún más a la fallecida.
 
Ella estaba muerta. Los muertos ya no eran enemigos de él.
Simplemente, ella no tuvo suerte. ——Eso era todo.
 
Subaru ni siquiera se molestó en hacer nada admirable como juntar sus manos para rezar por ella.
La dejó ahí atrás, y caminó lentamente adentrándose aún más en la torre, ocultando sus pasos mientras iba hacia el cuarto piso, siguiendo los rastros de destrucción que había.
 
La torre había caído en un silencio tan profundo que no se podía escuchar ni un solo sonido; sin embargo, él encontró esa quietud algo molesta.
 
Un zumbido agudo atormentaba su mente, y sentía que podía escuchar el sonido de su sangre recorriendo su cuerpo. Pero, por extraño que fuera, los latidos de su corazón estaban tranquilos, como si la agitación inicial hubiera sido una mentira.
 
Mientras subía al cuarto piso, el odio oscuro que hervía en su interior seguía pegado todavía a su pecho como si fuera una suciedad imposible de lavar.
Incluso ahora, por el bien de su propia supervivencia, su voluntad para matarlos a todos era inquebrantable.
Él apuñalaría, acuchillaría y tomaría la vida de la primera persona en la que pusiera sus ojos. Estaba preparado para eso.
Aun así…
 
——cuando dobló la esquina justo después y encontró el cuerpo de Equidna cortado diagonalmente, Subaru se preguntó cuán útil sería su preparación en este infierno.
 
 
    
 
 
El cadáver de Echidna tenía una herida que iba desde su hombro derecho hasta la parte izquierda de su torso, como si hubiera sido cortada de un solo tajo con una cuchilla de gran tamaño.
 

 
Y, cuando llegó a esa conclusión, la primera cosa que le vino a la mente fue la espada que llevaba Julius.
Era una espada básica, producida en masa, pero parecía ser suficiente para cortar a través del cuerpo de una mujer tan delicada como Echidna.
Aunque la pregunta ahora sería cuál razón tendría Julius para matar a Echidna. Subaru no lo sabía.
 
Cuando le presentaron a ambos, Subaru escuchó que Echidna y Julius tenían una relación parecida a la de un líder y un súbdito fiel. Había escuchado que había algunas circunstancias complicadas de por medio; pero, en cualquier caso, ellos deberían de haber sido bastante cercanos.
Naturalmente, si Julius era alguna clase de asesino psicópata que quería que todos en la torre murieran, entonces, quizás, esas circunstancias no significaban nada en absoluto para él.
 
Subaru: Uh… buh… haa… haa
 
Apoyándose en la pared, Subaru sucumbió una vez más a las quejas de su estómago antes de levantar su cabeza.
Este cadáver estaba, de alguna manera, en mejor estado que el de Shaula. Aun así, era una imagen que requería sangre fría para poder observarla sin mirar a otro lado; aun así, la manera en que murió le dio una impresión totalmente distinta a la de Shaula.
 
Mientras parecía que, después de la muerte de Shaula, su cuerpo había sido abandonado, el cuerpo de Echidna le daba la sensación de que se había respetado a la difunta.
Más concretamente, había un pañuelo blanco encima de ella, y sus párpados habían sido cerrados.
 

 
Considerando las diferencias entre las formas en que habían muerto, había una gran discrepancia en la manera en que la fallecida había sido tratada después.
El mero hecho de pensar en cuál de estas dos formas era la más normal en esta situación, hizo que sintiera que se estaba volviendo loco.
 
Subaru: Echidna también se ha ido…
 
La respiración de Subaru temblaba, su voz se volvió ronca, y no pudo evitar que sus brazos y piernas temblaran; en ese estado, hizo una nota mental de los hechos que había ante sí, y se adentró aún más en la torre en busca de supervivientes a los que matar.
Y aunque ya no tenía claro si lo que buscaba era gente viva o muerta, ni su motivación para encontrarlas, Subaru siguió caminando.
 
——Más adentro del pasillo, Subaru encontró a Ram, cuyo torso había sido reventado desde atrás.
 
Su cuerpo estaba en un estado lamentable, con un enorme agujero entre la parte inferior de su pecho y la parte de abajo de su espalda. Su herida lucía similar a la que mató al gusano de arena del desierto.
Probablemente había corrido por el pasillo y fue golpeada en la espalda, mientras trataba de abrirse paso a algún lugar. Había muerto mordiéndose el labio, y tenía una expresión facial que emanaba una maldición cargada de desdicha, como si estuviera dejando arrepentimientos detrás.
 
Subaru vomitó de nuevo.
 
——En la sala donde esta mañana desayunaron y le pusieron al corriente de la situación, yacían los cadáveres de Meili y Julius.
 
El estado en el que había perecido Julius, era uno de los más impactantes hasta el momento. Había rastros de golpes y cortes que fueron infligidos con un filo sorprendente, repartidos por todo su cuerpo. Le volaron el brazo izquierdo por el codo, y su herida había sido vendada burdamente y tratada usando una pieza de capa. No podía encontrar una causa directa para su muerte. A juzgar por las heridas que había en su cuerpo, probablemente murió por pérdida de sangre.
Y la razón por la que había luchado tan desesperadamente, ¿había sido por el bien de la pequeña niña que se desplomó detrás de sí?
 
Subaru volvió a vomitar.
 
Meili, quien se había desplomado contra la pared con sus manos cerca del vientre, era la única que había muerto con una expresión de paz grabada en su rostro.
En su abdomen, el cual estaba cubierto por sus pequeñas manos, había un corte que estaba empapado por sangre roja brillante. La causa de su muerte fue probablemente también por pérdida de sangre. Había sido herida y, por consecuencia, perdió su vida mientras esperaba por la salvación en este lugar.
Aun así, la mirada aparentemente pacífica que adornó su rostro al morir provocó que Subaru se negara a entender.
 
Una vez más, Subaru vomitó.
 

 
Un cadáver, otro cadáver, otro cadáver, otro cadáver y otro cadáver más.
Sólo había cadáveres a su alrededor. Sólo cadáveres. Cadáveres que yacían por todas partes.
 
No comprendía lo que estaba pasando.
La verdad que había detrás de todo lo que estaba pasando no era clara.
 
Idealmente, cualquier otro aparte de Subaru que muriera debería de haberle permitido algo de reposo.
Sin embargo, él no podía imaginar por qué todos estaban muertos cuando él ni siquiera había estado cerca.
 
Pobre Shaula, con su cabeza aplastada, y su cuerpo lleno de cortes.
Echidna, quien había sido cortada desde un hombro hasta el lado opuesto de su cuerpo, y había caído por un terrible golpe.
Ram, cuyo cuerpo había sido reventado por detrás, muriendo y dejando atrás sus maldiciones y arrepentimientos.
Julius, al que le habían dejado con cicatrices por todo su cuerpo en una feroz batalla, perdiendo eventualmente su vida.
Meili, quien había perdido sangre por la herida de su estómago, rindiéndose pacíficamente a su lenta muerte.


¿Qué llevó a que ocurriera esto?
¿Sería siquiera capaz de aceptar esta situación si alguien estuviera detrás de ella?
 
Subaru: Emilia… y Beatrice.
 
Había encontrado cinco cadáveres, pero quedaban dos sospechosas que no había encontrado todavía.
¿Fue una de ellas, o fueron ambas las que conspiraron para hacer que esto ocurriera?
Esas dos, que habían estado preocupadas por Subaru cuando se despertó sin recuerdos, al principio de todo; ¿habían ocultado su intención asesina y locura detrás de su comportamiento, llevando así a cabo estos asesinatos?
 
Había encontrado cinco cadáveres, cuatro de ellos con sábanas blancas cubriéndolos, a excepción del de Shaula.
Todos sus cadáveres, menos el de ella, habían sido depositados cuidadosamente en el suelo, e incluso les habían cerrado los ojos. Ahí se mostraba respeto por los fallecidos; menos por el de Shaula.
En primer lugar, ¿cuándo demonios podría haber tomado lugar esta masacre?
 
Subaru: La sangre…
 
Se ha secado, pensó.
Manteniéndose apenas en pie, Subaru miró alrededor en busca de la presencia de Emilia y Beatrice, a quienes no había encontrado todavía en la torre, teniendo en mente cada una de las condiciones en las que se habían encontrado los cadáveres mientras buscaba.
 
Recordó vívidamente tanto el olor asfixiante de la sangre como el estado en el que se encontró cada uno de los cadáveres.
Atravesándolo en lo más profundo de su mente, causando que su estómago se retorciera de dolor; sin embargo, se estaba quedando sin cosas que vomitar. Estaba tan seco que no podía reunir nada de saliva para poder escupir los restos de vómito que tenía dentro de su boca, y ni siquiera pudo aparecer una gota de sudor frío.
El cuerpo de Subaru estaba completamente seco——igual que su sangre.
 
Había mucha, a pesar de que la sangre tardaba más en secarse que el agua.
A la sangre le tomaría varias, o incluso docenas de horas para poder secarse, así que consideró que había pasado esa cantidad de tiempo desde que sucedió la tragedia. Él mismo no tenía ni idea de cuánto tiempo pasó vagando por debajo del desierto, pero fue lo suficiente para que eso sucediera, aunque no estaba totalmente seguro.
 
Confusión y caos.
Los grilletes de su conciencia deteriorada le gritaban que hiciera algo con esta situación fuera de control.
Necesitaba conseguirse un descanso, tenía que encontrarlo; y para eso, necesitaba reducir el número de sospechosos.
 
De las dos que quedaban, si cualquiera de esas dos criminales que provocaron esta situación fueran a morir, él sería libre.
 

 
——Entró a la Sala verde. Al ver a Subaru, la lagarta negra lanzó un graznido.
 
Desde que volvió a la torre, ésta era la primera vez que encontró una criatura viva.
 
Subaru: Ah… ¿Qué sucede con esta lagarta?
 
Viendo que la dragona había sobrevivido, Subaru dejó escapar una sonrisa amarga.
 
—Preferiría que, quien yo me encontrara, fuera un cadáver. ¿De qué demonios me sirve que el único superviviente que he encontrado aquí sea sólo la lagarta?
 
Chasqueó la lengua y se volvió para salir de la habitación. No tenía nada que hacer en salas donde sólo quedasen lagartos. Sin embargo…
 
Subaru: ¡Deja de seguirme!
 

 
La lagarta negra, tras haber encogido su gran cuerpo, había tratado de seguir a Subaru cuando dejó la habitación.
Era sorprendentemente grande cuando se levantó, tanto como un caballo. Avanzó arrastrando sus patas afiladas con garras, siguiendo a Subaru.
Incapaz de soportar la tensión, Subaru agitó los brazos y la amenazó mientras la saliva escapaba de su boca.
 
Subaru: ¡No tengo tiempo para jugar contigo ahora mismo! ¡Necesito matar a todos los malditos supervivientes de esta torre! Si te metes en mi camino…
 
Mientras sujetaba el gran cuchillo que tenía en su mano, Subaru miró directamente a la lagarta.
La lagarta de rasgos afilados miró hacia el cuchillo en la mano de Subaru, pero, rápidamente volvió su mirada hacia él.
 
Subaru: Uh…
 
La voz de Subaru tembló al ver cómo ignoraban su cuchillo y, en vez de eso, le miraba.
Parecía indiferente ante la intención asesina de Subaru. Y eso disparó la hostilidad que había estado hirviendo incómodamente en su pecho…
 
Subaru: ¡¡NO ME JODAS!!
 
Al mismo tiempo que gritaba, Subaru levantó su cuchillo y se lo clavó a la lagarta.
La punta del cuchillo penetró sus escamas negras como el azabache. Aunque al principio encontró un poco de resistencia, fue capaz de penetrarlas con facilidad, clavándoselo profundamente en el cuerpo de la lagarta.
La lagarta permaneció de pie allí, sin moverse, con el cuchillo clavado en la parte izquierda de su cuerpo. La hoja se clavó en sus escamas negras como el azabache, derramándose sangre fresca de esa herida profunda.
 
Subaru: ¿Qué tal…
 
Subaru trató de seguir diciendo «esto?», pero dejó escapar involuntariamente un leve y débil suspiro.
Por primera vez, había tomado la decisión de tratar de matar a un ser vivo. Y, aunque se sentía emocionado por ese hecho, y por el hecho de que su corazón estaba latiendo salvajemente por ello, había una razón distinta detrás del por qué no había sido capaz de terminar lo que quería decir.
 

 
Subaru: Ah… uh…
 
A pesar de que la lagarta había sido apuñalada por su cuchillo, permaneció quieta, mirando sin más a Subaru.
No había reaccionado en absoluto a haber sido apuñalada profundamente por su cuchillo. Ni se retorcía de dolor, ni estaba sorprendida. Los ojos agudos de la lagarta se quedaron mirando simplemente lo que hacía Natsuki Subaru.
Esos ojos reptilianos, de los que no podía leer sus emociones, estaban culpando a Natsuki Subaru.
 
Subaru: Mierda… ¡Mierda, mierdamierdamierda! ¡Qué demonios… qué demonios…!
 
Rascándose la cabeza, Subaru no pudo aguantar más y perdió la compostura.
Mientras gritaba, Subaru dio un paso atrás, olvidándose de recuperar siquiera el cuchillo que se había quedado clavado en la lagarta.
——No, él no tenía el coraje para tocar ese cuchillo. Los ojos de la lagarta eran aterradores.
 
Subaru: ¡Tú, y esos otros tipos… y esos cadáveres! ¡Y también esas que aún viven! ¡Esas dos que no sé siquiera si siguen vivas o muertas! ¡¿Qué demonios están tramando, qué están intentando hacer?!
 
A pesar de saber que sus palabras eran inútiles, Subaru se las soltó a la lagarta que tenía delante.
Mientras vagaba por la torre, y mientras vagaba también por la oscuridad profunda de la parte subterránea, y mientras también se angustiaba por el hecho de que había sido arrojado a este mundo que no podía entender en absoluto, sus emociones oscuras se fueron acumulando.
 
Subaru: ¡Mataré a todos y cada uno de los que traten de matarme! ¡Rechazaré a todos los que traten de depender de mí! ¡No me malinterpretes! ¡No tientes a tu suerte! ¡No es una maldita broma… deja de actuar como te plazca, cómo si fueras cercana conmigo!
 

 
Subaru: ¡Como si me importaran una mierda! ¡Como si fuera a importarme una mierda lo que cada uno de ustedes piensen! ¡Todos ustedes están forzando sobre mí sus mierdas! ¡Si todos tienen sus manos ocupadas con sus propios asuntos… entonces yo también ocuparé mis manos con lo mío!
 
Gritando y chillando, Subaru comenzó a derramar lágrimas sin darse cuenta, cayendo de rodillas en el acto.
Delante de él, la lagarta le miró en silencio mientras Subaru temblaba y dejaba escapar jadeos entrecortados. Incapaz de mirar a la lagarta, Subaru se agachó y puso su frente contra el suelo.
 
Subaru: Déjame, por favor… Vete y déjame solo y en paz, por favor…


Los sollozos ahogados de Subaru resonaban vacíos en el silencioso pasillo.
¿Cuánto tiempo había pasado estando así? ¿Varios segundos? ¿Decenas de segundos? ¿Algunos minutos? No podía encontrar las fuerzas para poder moverse. Pero, cuando tenía el rostro apoyado contra el suelo, lo notó de repente.
 
——Unos temblores débiles, realmente débiles, que se acercaban a él a través del suelo.
 
Subaru: Ah.
 
Lagarta: —ϡ ϡ
 
Subaru levantó su cabeza después de un momento, viendo a la lagarta con las fauces abiertas enfrente de él.
Llena de colmillos afilados, sus fauces se acercaban cada vez más hacia él. Él la miró, como si él no estuviera en esta situación, preguntándose si le masticarían su cabeza…
 
Subaru: ¡¿Uh…?!
 
La lagarta levantó a Subaru hacia arriba cogiéndolo por el hombro izquierdo con su boca y, sin desperdiciar un momento, comenzó a correr. Su cuerpo había sido empujado y levantado del suelo forzosamente. Los colmillos afilados de la lagarta le mordían su hombro, causando que dejase escapar un grito de dolor de su boca.
 
Subaru: ¡Gui… AA! Hi… hiiii!
 
Iba a matarlo. Pensó que iba a ser asesinado.
Sin embargo, ahora que le había hundido prácticamente sus colmillos en su hombro, el miedo que sentía por el dolor que le producía se vio rápidamente superado por un sentimiento de mera resignación. Iban a comerle el hombro, luego su cuerpo, siendo masticado y muriendo.
Morir siendo comido por una criatura viva era una de las peores muertes que podía llegar a imaginar Subaru.
Fue sólo justo después de que el cuerpo de Subaru comenzase a temblar de miedo ante ese presentimiento que…
 

 
El pasillo en el que Subaru acababa de estar fue arrasado por una asombrosa cantidad de niebla oscura que surgía de abajo.
Escuchó un fuerte impacto que provocó que el polvo y los escombros se dispersaran por los alrededores, la niebla invadía el pasillo, envolviendo el techo, las paredes, el suelo… extendiéndose hacia Subaru y Patrasche como si cazara una presa.
——A ojos de Subaru, esa niebla parecía tener brazos negros, muy negros.
 
Subaru: Brazos de sombras…
 
Por un instante, Subaru recordó la apariencia de la mujer que lo había atormentado en las escaleras anteriormente.
Una mujer que estaba envuelta en sombras, y cuyo rostro estaba oculto por un velo negro, había jugado exhaustivamente con su corazón, grabando el miedo en él. Las sombras que habían estado engullendo la sala eran similares a las que poseía aquella mujer.
 
Estaba asolando el pasillo de la torre a su antojo——persiguiendo a la lagarta que huía junto a Subaru.
 
Subaru: ¡Tú…!
 
La lagarta no respondió; pero, con Subaru en su boca, corrió por todo el pasillo a todo galope.
Subaru, que estaba mirando en la dirección contraria a la que se dirigían, no podía ver hacia dónde estaban tratando de escapar desesperadamente. En vez de eso, sólo podía mirar directamente a la amenaza de la sombra que se acercaba, haciendo que se le helara la sangre de su cuerpo.
 
Así que, o era devorado por esa sombra, o conocería un destino que sería más terrible que la muerte.
 
Cuando intuyó eso, Subaru empujó aún más los colmillos de la lagarta contra su hombro. Su garganta temblaba de dolor; pero, si los colmillos dejaban de estar clavados en su hombro, entonces Subaru estaría acabado.
En este momento, su odio por la lagarta no era nada más que una obsesión sin sentido.
 
Lagarta: —ϡ ϡ
 
Delante de ellos sonó una explosión en el pasillo; la sombra ahora bloqueaba su camino.
Tras tomar una decisión apresurada en una fracción de segundo, la lagarta se dio la vuelta y se lanzó por un pasillo lateral justo antes de que fueran engullidos por la sombra. Ellos galopaban a toda velocidad, tratando de deshacerse de la sombra que avanzaba hacia ellos con la fuerza de una corriente fangosa.
Sin embargo, mientras seguían huyendo de la sombra, la zona que apareció enfrente era…
 
Subaru: … ¡Tch! ¡Las escaleras de caracol… gh!
 
Subaru se quedó sin palabras cuando, al salir de ahí, acabaron en las enormes escaleras de caracol que conectaban el cuarto y quinto piso de la torre.
Naturalmente, el hecho de ver desde el cuarto piso que el quinto piso estaba tan abajo —es decir, la misma escena donde previamente Subaru cayó hasta su muerte— le provocaba terror, pero no lo sentía únicamente por eso.
 
Justo debajo de él, las escaleras estaban siendo engullidas por las sombras oscuras… y estaban comenzando a hundirse hacia abajo.
Eso significaba que la mitad inferior de la torre estaba en proceso de ser envuelto por esa cantidad enorme de sombras, hundiéndola.
 
Subaru: No hay escapatoria allí abajo… pero detrás tampoco…
 
La parte más inferior de la torre ya estaba bajo el control de la sombra, y la corriente oscura y fangosa se cernía sobre ellos desde el interior del pasillo por el que habían huido.
Estaban absoluta y completamente acorralados.
Lo único que quedaba era la elección absurda de si sería devorado por las sombras, o sería asesinado de otra forma.
 
Subaru: …
 
Por un instante, la idea de suicidarse apareció en su mente.
¿No sería mucho mejor escoger cómo moriría, en vez de ser engullido por esas sombras? Aunque fuera a morir, quizás aún le quedasen posibilidades.
 
Subaru: Ah… hii.
 
Tan pronto cómo pensó en quitarse la vida, el cuerpo de Subaru comenzó a temblar.
¿Y si resultaba que, si se suicidaba, sería su fin definitivo? Él ahora creía vagamente que estaba rehaciendo las cosas, pero ¿realmente tenía una garantía de que esto seguiría siendo así?
Y tampoco podía afirmar que esto no era un sueño premonitorio, tal como pensó al principio. Hasta la última vez, él había tenido algunos sueños premonitorios dolorosos. Así que, si éste iba a ser el último, entonces las cosas terminarían para él aquí.
 
Para empezar, ¿por qué tenía que morir?
No había hecho nada malo. ¿Por qué estaba pagándolo con su vida aquí? ¿Por qué él?
 
Subaru: NO… ¡¡NO QUIERO MORIR!!
 
Subaru gritó eso sin miramientos. No había nadie en la torre que pudiera escucharlo. Sólo los muertos y las desaparecidas estaban aquí.
Así que, el único ser que podía escucharlo era esta lagarta negra azabache que no era un ser humano.
 
Lagarta: ¡—ϡ ϡ!
 
Mientras sujetaba a Subaru con sus colmillos, la lagarta lanzó un rugido ahogado pero potente.
Inmediatamente, la lagarta dio un fuerte acelerón y saltó hacia el vacío que había en la escalera de caracol, para dar así esquinazo a la corriente fangosa de tentáculos que se cernía detrás de ellos.
 

 
Naturalmente, sin importar cuánto impulso tuviera el salto, la inercia perdería contra la gravedad, acabando por atraparlos en una caída libre, para ser engullidos por las sombras de abajo.
Sin embargo, la lagarta tuvo una idea ingeniosa para poder superar esta situación desesperada.
 
Lagarta: —ϡ
 
La lagarta clavó sus dos puntiagudas patas en la pared de la torre. Naturalmente, aunque se aferrasen a la pared, tarde o temprano caerían… así sería, si la pared fuera vertical.
 
La lagarta corrió frenéticamente por la pared, soltando un rugido.
La torre colosal estaba comenzando a inclinarse debido a las sombras que la engullían desde su base. La lagarta escaló por su cuenta por la pared, que se tambaleaba hacia un lado, prácticamente perpendicular.
 
Subaru: No puedo creerlo…
 
¿Qué estaba pasando? Todo se estaba moviendo, Subaru no podía entender del todo la escena en la que se encontraba.
Sin embargo, era claro que esta lagarta negra estaba utilizando su fuerza restante tratando de sobrevivir, dándolo todo para salir adelante.
 
Subaru: Tú…
 
Repentinamente, la corriente de tentáculos oscuros envolvió completamente el lugar donde acababa de pasar la lagarta. Buscaba señales de la presa a la que no había podido engullir, y cuando se dio cuenta que estaban corriendo arriba de la pared, se apresuró hacia ellos.
La lagarta se apartó apenas una fracción de segundo más tarde, pudiendo evitar su ataque por poco. Una onda expansiva violenta y un aullido feroz acompañaron el ataque, dejando tras de sí un gran agujero en la pared lateral de la torre.
 
Lagarta: —ϡ
 
Sin dudar, la lagarta se metió por el agujero que se había abierto en la pared.
Subaru fue sacudido violentamente de izquierda a derecha, perdiendo su sentido del equilibrio y sin percibir apropiadamente el mundo. Pero, incluso en medio de todo esto, él entendió que las maniobras drásticas que la lagarta hizo fueron para asegurarse de que Subaru no fuera golpeado por ninguno de los ataques de la sombra; y también entendió que la lagarta hacía caso omiso al hecho de que su propio cuerpo estaba siendo consumido por la sombra.
 
Salieron del gran agujero. Una brisa arenosa le saludó inmediatamente después, con la oscuridad cubriendo su campo de visión.
Podía sentir el aire exterior contra él. ¿Había saltado fuera de la torre? Una vez más, la lagarta corrió por la pared inclinada de la torre, tratando frenéticamente, muy frenéticamente, de escapar de la sombra…
 
Subaru: … Uh, ¡¿ah?!
 
El cuello delgado de la lagarta se encorvó y, al momento siguiente, un fuerte viento azotó a Subaru.
Los colmillos de la lagarta dejaron de morder el hombro de Subaru, cuyos ojos brillaron de dolor mientras sentía cómo los colmillos se desencajaban de su carne. Sin embargo, ignoró ese dolor y el viento fuerte que estaba soplando contra él, ya que su cuerpo había sido golpeado por algo duro.
Después de dar tumbos, golpes y caídas, Subaru exhaló. Y entonces, abrió los ojos.
 
Vislumbró el cielo nocturno centelleando enfrente de él.
 
Subaru: Ah… ¿eh?
 
Viendo una escena que sobrepasaba su imaginación, Subaru se levantó del suelo a toda prisa.
Miró a su alrededor. Estaba en un área hecha del mismo material que la torre. A pesar de eso, definitivamente estaba afuera——era como un balcón; un espacio unido a la pared exterior de la torre.
Habían atravesado el agujero, subido la pared, y le arrojó aquí.
 
Subaru: ¡La lagarta!
 
Temblando, Subaru se apresuró hacia donde se cayó y miró debajo de sí. Y entonces, fue testigo de los últimos momentos de la lagarta que le había tirado aquí.
 
——La lagarta que estaba cayendo fue engullida por la oscura sombra, que era aún más negra que sus escamas, y desapareció de su vista.
 
Aunque la había apuñalado con el cuchillo debido a su furia enloquecida, no le había importado su propio dolor y miedo, y trajo a Subaru a este balcón y, como consecuencia, fue engullida por la sombra…
——donde le esperaba un destino peor que la muerte.
 
Subaru: ¿Qué… qué demonios…?
 
—¿Qué demonios…? ¿Qué demonios…? ¿Qué demonios…?
 
Subaru ya no tenía ni idea de lo que estaba pasando.
 
Subaru: …
 
Él vio desde el balcón el fondo de la torre siendo engullido gradualmente por la sombra. De repente, un pájaro blanco se posó en el borde del balcón junto a él.
El pájaro blanco miró a Subaru con ojos impasibles——y, ante la presencia del gran pájaro, Subaru soltó un Ja .
 
Los sospechosos que habían muerto, las sospechosas a las que no podía encontrar en ningún lugar, la lagarta que lo había ayudado aún a costa de su vida y, ahora, un pájaro blanco había aparecido de repente en esta situación—— Poco a poco, la torre estaba siendo devorada por la sombra.
 

 
Sintiendo que el fin se estaba aproximando, Subaru se sentó agotado.
Ahora entendía por qué la lagarta había estado tan desesperada tratando de salvarlo. Aun así, sus expectativas habían sido en vano… sólo le dio un poco más de tiempo antes de que la muerte le alcanzase.
 

 
Estando desplomado todavía, Subaru levantó su cabeza de repente.
Había alguien detrás de él. No era el pájaro, la lagarta o la sombra, sino la presencia de alguien vivo que estaba de pie ahí.
 
Subaru: … ¿Qué demonios eres?
 
Subaru lo preguntó con un tono de voz muy débil, apenas teniendo las fuerzas para mirar atrás.
En respuesta, quien estaba detrás de él rio. Y entonces, con una voz que nunca había escuchado antes…
 
???: … La próxima vez, trata de averiguarlo, héroe.
 
Por un instante, Subaru escuchó un silbido. Y entonces, su campo de visión saltó alto y comenzó a girar rápidamente.
Su cuerpo se sentía demasiado ligero. Estaba volando por el cielo como un pájaro. Y entonces fue cuando se dio cuenta de lo que había pasado.
 
El que estaba detrás de él lo había decapitado.
 


    
 
 
Emilia: ——¡Subaru! Oye, Subaru, ¿estás bien?
 
La conexión entre su cabeza, que debería haber sido cercenada, y el cambio de su consciencia sucedió en un instante.
Subaru se despertó en una cama suave de hiedras. Fue recibido por una voz que recodaba al tintineo de una campana de plata, junto a su dueña, a quien no pudo encontrar sin importar lo mucho que buscó.
 
Subaru: Emi… lia…
 
Emilia: Sí, Subaru, menos mal. Despertaste. Me tenías muuuy preocupada.
 
Subaru abrió los ojos ligeramente. Ante sí estaba Emilia, con cara de alivio. Al ver a Subaru despertarse, Emilia se llevó una mano al pecho y sonrió.
 

 
Él miró a Emilia, cuyo bello y esbelto cuello era espantosamente deslumbrante.
Sintiéndose ligeramente sediento y sin decir palabra, Subaru estiró sus manos hacia alrededor del cuello de Emilia. Cabía fácilmente entre las manos de Subaru.
 
Emilia: Subaru, ¿qué sucede?
 
Cuando Subaru la sujetó por el cuello de esa manera y en silencio, Emilia abrió los ojos de par.
Estaba sorprendida por la reacción de Subaru, pero no hizo ningún movimiento para tratar de quitárselo de encima. Si él hubiera querido, podría romperle el cuello con facilidad si usaba toda su fuerza.
A pesar de que su vida estaba al alcance de Subaru, la reacción de Emilia fue terriblemente lenta; y además…
 
Beatrice: Emilia, parece que Subaru está todavía medio dormido, supongo. Está actuando así sin importarle que nos preocupemos, de hecho.
 
Subaru: Gh…
 
Subaru soltó el cuello de Emilia inmediatamente cuando oyó una voz a su lado.
Miró allí, y sus ojos se encontraron con los de Beatrice, quien estaba de brazos cruzados junto a su cama y suspiró por la nariz con sorpresa. Al oírla, Emilia dijo, Eso parece y sonrió tensamente hacia ella.
 
Emilia: Pero es mejor que estés medio dormido a que sea algo más grave. Cuando te encontramos desmayado en el suelo, Beatrice estuvo casi a punto de llorar.
 
Beatrice: ¡No hacía falta que mencionaras eso, supongo!
 
El rostro de Beatrice se enrojeció, enfadada por el comentario inocente de Emilia.
Las dos que se habían metido en esa discusión no tenían ni idea de qué clase de impulso se había apoderado de Subaru hace tan sólo un momento. Antes de eso, no habían mostrado ninguna señal de que la situación fuera peligrosa.
Esto era también evidente en su actitud hacia Subaru.
 
Subaru: … Lo que quiere decir que estoy…
 
Nuevamente, estaba en el momento inmediatamente posterior a que Subaru —o, mejor dicho, «Natsuki Subaru»— había perdido sus recuerdos. Es decir, que volvió a donde Natsuki Subaru se dio cuenta que había sido invocado a otro mundo.
Y, al mismo tiempo…
 
???: —ϡ
 
Subaru: ¡—! Tú… gh.
 
Al oír ese graznido y su respiración, Subaru se dio la vuelta apresuradamente y vio ante sus ojos aquella figura.
Sentada dócilmente en un rincón de la Sala verde, había una gran criatura negra——la lagarta que tanto había hecho por él mientras estaba a punto de ser engullida por las sombras, estaba sentada ahí, tan tranquila como uno pudiera imaginarse.
 
Beatrice: … Estoy un poco insatisfecha, de hecho. Encontrarte debería haber sido la hazaña de Betty y de Emilia, supongo.
 
Emilia: Ju ju, no hace falta que te molestes. Así está bien, ¿no? Subaru y Patrasche se llevan muuuy bien.
 
Detrás de él, Subaru podía escuchar a Beatrice y a Emilia hablándose la una a la otra.
Sin embargo, Subaru ni siquiera reaccionó a la conversación de ellas dos, porque él estaba demasiado ocupado abrazando el gran cuerpo de la lagarta que tenía delante, inmensamente agradecido de que ella estuviera aquí.
 
 
 
——Estaba eternamente agradecido de que, en ese entonces, ella hubiera sido la única que no había tratado de herir a Subaru.