domingo, 9 de abril de 2023

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Un sueño de papel maché


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Martín

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

——No consiguieron nada en su búsqueda en el tercer piso Taygeta.
 
Emilia: Lo siento… Nos hemos esforzado al máximo en encontrar alguna pista, pero…
 
Con cara seria, Emilia bajó la cabeza en disculpa a Subaru por el decepcionante resultado. Subaru aceptó la disculpa amablemente; aunque, en realidad, no estaba muy decepcionado.
Sin duda habría sido mejor haber recuperado sus recuerdos de este mundo; pero, para empezar, no sentía haber perdido dichos recuerdos, así que no lo afectaba demasiado que el grupo haya vuelto sin resultados.
 
Shaula: ¿—? ¿Qué sucede, Gran Maestro?
 
Subaru: Esto… No es nada.
 
Shaula lo miró ladeando la cabeza y con expresión despreocupada, a lo que Subaru se encogió de hombros, incómodo por su presencia y su larga trenza azabache que se balanceaba de un lado a otro.
 
En ella no había rastro de motivo oculto, malicia u otro pensamiento profundo.
Si bien, a fin de cuentas, eso significaba que no pensaba en nada en particular, aquella forma de ser era un alivio para Subaru en ese momento.
Sin duda era mejor que ver a otros preocupados por él y vigilando cada cosa que hacía.
 
Julius: No parece haber patrón alguno en el orden de los libros. Tengo toda la impresión de que no están ordenados por título o cronológicamente. Es más, los libros que encontramos ayer en un estante ya no están en el mismo.
 
Subaru: Así que no es más que otra biblioteca problemática y poco amigable, ¿no?
 
Subaru arrugó la nariz en respuesta a los comentarios de Julius, quien miraba hacia la biblioteca.
La biblioteca no solo poseía una abrumadora cantidad de libros, sino que dichos libros también cambiaban de ubicación como les daba la gana, lo que no ayudaba para nada a quien necesitara usarla.
Incluso si estuviera el libro que necesitaban, jamás podrían encontrarlo.
 
Subaru: Sólo es una idea, pero… ¿y si sacamos todos los libros de los estantes y los apilamos uno a uno en el piso? No hay una estantería final, porque todas forman círculos, pero si elegimos una para empezar y seguimos una por una, llegaríamos a encontrar algo, ¿no?

Echidna: En mi opinión, será mejor no hacer eso; es probable que vaya contra las reglas… Sería una falta de respeto a la biblioteca.
 
Ladeando la cabeza, Echidna rechazó la propuesta de Subaru. Beatrice se cruzó de brazos y sopló un Exacto, supongo dándole la razón a Echidna.
 
Beatrice: Al ser una bibliotecaria experimentada, Betty no podría permitir que alguien deje libros en el suelo, de hecho. No debes ser tan irrespetuoso con los libros, supongo.
 
Ram: Beatrice-sama, creo que usted solía dejar una gran cantidad de libros apilados en el piso.
 
Beatrice: Esos eran los libros que indicaban que el método correcto de preservación era ponerlos en el suelo, de hecho.
 
Ante la excusa incómoda de Beatrice, Ram entornó sus ojos color cereza y se quedó en silencio; luego simplemente soltó un suspiro profundo que dejó a Beatrice con cara de consternación.
Dejando de lado la charla de la bibliotecaria, Subaru interrumpió con un ¿Contra las reglas? ladeando la cabeza, confundido.
 
Subaru: Lo siento, creo que eso es otra cosa que desconozco. ¿Cuáles reglas?
 
Emilia: Ah, perdón; parece que no lo expliqué bien.
 
Emilia levantó un dedo para responder a Subaru.
 
Emilia: Resulta que hay varias reglas que no podemos romper. Eran… no salir de la torre hasta terminar los Exámenes, no hacer cosas malas en la biblioteca, no dañar la torre… ese tipo de reglas.
 
Subaru: Entiendo. Deduzco que poner los libros en el piso sería hacer algo malo en la biblioteca… Por cierto, ¿quién juzga que una RULE se haya roto o no?
 
Shaula: ¡Yo, yo, yo~! ¡Esa es mi misión como guardiana de las estrellas! ¡O sea que, si rompen una RULE, me volveré superloca y me transformaré en algo así como una KILLING MACHINE a sangre superfría! ¡Por eso preferiría que no las rompan!
 
Subaru: ¿Tú? ¿Una KILLING MACHINE a sangre fría?
 
Al ver a Shaula proclamar semejante declaración alzando los brazos alegremente, a Subaru le pareció bastante cuestionable y se rio a través de la nariz.
Aunque creyeras las palabras frívolas de Shaula, era difícil imaginar que una chica tan ruidosa y animada se transformara en una máquina asesina a sangre fría.
 
—En primer lugar, ¿qué tanto daño podría hacer con aquellos brazos delgados de mujer? Es decir, ¿sería siquiera posible en un mundo mágico de fantasía?
 
Además, Subaru había escuchado que Shaula no era una aliada suya o de Emilia, sino la supervisora——la Guardiana de las Estrellas de esta Atalaya Pléyades.
Al igual que la de Meili, su posición aquí también era anómala, pero en otro sentido; supuestamente debía ayudar a avanzar con los Exámenes dentro de la torre.
 
—Desde luego, no parece que vaya a ayudar en absoluto.
 
Subaru: Si realmente tienes una POSITION tan importante, entonces, por el bien de nuestra amistad, haz la vista gorda, por favor.
 
Shaula: ¡Oh, qué malvado! ¡El Gran Maestro es realmente DIRTY! ¡Aunque ese lado malvado no me disgusta! ¡Hay muchísimas cosas que me encantaría oír del lado malvado del Gran Maestro, pero eso no cambia para nada mi misión; ¡así que olvídese de eso y muestre un buen SPORTMANSHIP, dando todo de sí jugando justo y siguiendo las reglas!
 
Subaru: No nos sirves de nada.
 
Shaula: Au.
 
Inesperadamente, su intento de poner la supervisora de su lado no llegó a nada, ya que, como supervisora, no tenía autoridad suficiente.
Mientras hablaban, el encantador rostro de Shaula se acercó mucho a Subaru, quien en respuesta le propinó un papirotazo en la frente para alejarla. Subaru suspiró ya sin energía.
Y entonces…
 
Emilia: … Parece que Subaru y Shaula se llevan de maravilla.
 
Al ver la interacción entre Subaru y Shaula, Emilia susurró eso. Al oírlo, Subaru se volteó y dijo No no no, para nada nervioso.
 
Emilia: …
 
Sin embargo, su intento por animar el ambiente se detuvo al ver la cabizbaja expresión de Emilia.
Emilia no sonreía. Un sentimiento de soledad palpitaba en aquellos abatidos ojos amatista bordeados por largas pestañas.
Subaru dio un grito ahogado al ver esa imagen y, apenas lo notó, Emilia se apresuró en sacudir las manos de un lado a otro para negar.
 
Emilia: Ah, no es eso. Está muuuy bien que sean amigos. Esa cara decaída no te queda bien, Subaru… Sí, está totalmente bien.
 
Fingiendo una sonrisa, Emilia dijo eso como si quisiera convencerse a sí misma.
 
Subaru: Oye, Emilia-chan. Resulta que yo…
 
Subaru se llevó una mano a la cabeza para tratar de pensar en algo que decirle a Emilia; pero tenía la sensación de que cualquier cosa que dijera sonaría mal.
 
Probablemente, entre sus recuerdos desvanecidos estarían las palabras que buscaba. Ahora estaba viviendo una pesadilla en la que todas las opciones que se le venían a la cabeza eran equivocadas.
En tales circunstancias, decirle algo a aquella triste chica que se sentaba frente a él era…
 
???: Ey, entonces ¿qué haremos ahoraa?
 
Una voz suave rompió el silencio incómodo recién formado.
Quien hizo aquella pregunta sentada en el piso de Taygeta con el mentón apoyado en una mano fue Meili. Y levantando la mirada hacia los adultos desde su baja posición…
 
Meili: No hemos encontrado pistas sobre los recuerdos de onii-san. Es una lástima, aunque no me preocupa demasiadoo, solo me pregunto qué deberíamos hacer ahoraa. ¿Seguimos buscando pistas sobre sus recuerdoos? ¿O…?
 
En lugar de terminar la frase, Meili señaló al techo con la mano derecha sobre la que aún se apoyaba su barbilla.
Y entonces, ella hizo una sonrisa bastante provocativa.
 
Meili: ¿Intentamos ascender de nuevoo? Podemos dejar lo de sus recuerdos para después.
 
Echidna: … Cierto. Esa es otra opción.
 
Con el rostro pensativo, Echidna fue la primera en responder a la propuesta de Meili. Al oír la positiva respuesta de Echidna, los ojos de Emilia se abrieron con asombro.
 
Emilia: Esperen. Entiendo que quieran apresurarse; pero no podemos dejar así a Subaru.
 
Echidna: Te entiendo. A mí, Julius y todos los demás también nos gustaría que Natsuki-kun recuperase la memoria. ——Pero ¿deberíamos ignorar la situación actual? Es posible que su pérdida de recuerdos forme parte de los Exámenes de esta torre.
 
Emilia: ¿Dices que sus recuerdos forma parte de los Exámenes?
 
Ante la teoría inesperada de Echidna, no sólo Emilia, sino todos los demás giraron la cabeza. Ante esa situación, Echidna dijo Si me permiten… cerrando un ojo.
 
Echidna: No hay duda de que el sentido común no aplica mucho a esta torre, pero sería una tontería pensar que lo que pasó con Natsuki-kun no guarda relación con la torre. Precisamente hemos llegado a Taygeta porque había una relación. ——A grandes rasgos, deberíamos asumir que la torre robó sus recuerdos.
 
Subaru: Que la torre pueda robar los recuerdos suena muy chuunibyou y genial. Si no fuera yo al que le pasara esto, estaría encantado de escuchar el resto de la historia, pero… para empezar, el Examen de Taygeta terminó, ¿no es muy raro que me quitaran los recuerdos aquí?
 
Echidna: Pues sí. Por eso no creo que tus recuerdos se hayan perdido por culpa del Examen, sino porque debiste haber roto alguna regla. Aunque el Examen de Taygeta haya terminado, las funciones de toda la torre se mantienen, como llevarse un libro o faltar al respeto a la biblioteca.
 
La explicación de Echidna dejó a Subaru procesando un momento los hechos.
En conclusión, su razonamiento significaba que…
 
Subaru: Lo que dices es que ayer debí haber roto alguna regla de la torre, y *bam*, mi cabeza hizo cortocircuito. La verdad, buscar fallos en las reglas es algo que yo haría, así que no puedo objetar contra esa lógica.
 
Emilia: ¿Pero eso no habría molestado a Shaula?
 
Echidna asintió ante la conclusión de Subaru, pero entonces Emilia intervino levantando la mano y apuntando a Shaula, recordándoles la conversación anterior.
 
Emilia: ¿Shaula no estaría molesta si hubiese roto alguna regla? Sería algo muy distinto a la situación actual de sus recuerdos.
 
Ram: Cierto. Comprendo la posibilidad de que el tonto de Barusu haya roto las normas, pero Shaula no nos ha mostrado sus colmillos ni a ustedes ni a mí. ¿Qué piensas de eso?
 
Siguiendo las palabras de Emilia, Ram dijo O acaso… y clavó su mirada en Shaula, quien, al ver esos ojos color cereza soltó un ¡Uhii! y se escondió detrás de Subaru.
 
Ram: No puede ser, ¿realmente dejaste de lado tu rol sólo por Barusu?
 
Julius: Sin duda es muy optimista de tu parte decir eso. Sin embargo, como ya dijo la señorita Shaula hace un momento, ella apenas es consciente de ser quien aplica los castigos en esta torre.
 
Julius se encogió de hombros y respaldó la opinión de Echidna, quien estaba a su lado.
 
Julius: Se nos presentaron cuatro reglas, y es posible que el castigo por incumplir una regla sea desigual para cada uno de nosotros. En algunos casos, la señorita Shaula podría volverse nuestra enemiga y atacarnos, por ejemplo, quitándonos los recuerdos por ser irrespetuosos hacia la biblioteca…
 
Julius interrumpió su propio discurso y de inmediato apuntó sus ojos amarillos hacia Subaru.
 
Subaru: …
 
Los ojos de Julius albergaban emociones muy complejas que Subaru no podía descifrar.
Y entonces, diciendo Aun así , se dispuso a proseguir.
 
Julius: No tenemos pruebas ni tiempo para demostrar que esta especulación sea correcta.
 
Ram: Si de verdad sólo resulta en amnesia, podemos confirmarlo sacrificando las cuatro o cinco horas de memoria que Barusu acumuló desde que despertó. De esa forma, el daño sería mínimo.
 
Subaru: ¡No uses los recuerdos de las personas como conejillos de india, esos recuerdos son los que forman a la persona! ¡Aunque sólo sean cuatro o cinco horas, yo soy yo, y no soy un mal Natsuki Subaru!
 
Ram: Sólo bromeaba.
 
Al ver que todo el cuerpo de Subaru se estremeció al oír la propuesta de Ram, ésta le habló a sus espaldas.
No sabía si fue una broma o no. Seguramente lo fue, ya que Subaru consideraba que aquella actitud altanera sólo era una fachada. Ocultar sus debilidades ante la gente era parte de su naturaleza, eso fue lo que debió haber causado el encuentro entre ellos unos momentos antes.
Después de todo, no le extrañaría que ella misma quisiera borrar su vergüenza por haber mostrado su lado frágil en ese entonces.
 
En cualquier caso, más allá de si el razonamiento de Julius y Echidna era correcto o no, era una posibilidad a tener en cuenta.
Simultáneamente, Subaru también pensó sobre la pérdida de sus recuerdos. Y era que…
 
Subaru: Sinceramente, dejando de lado qué tan acertadas puedan ser ambas ideas, estoy en contra de probar cosas a ciegas. Aunque intentemos todas nuestras posibilidades sin rendirnos, creo que no recuperaré mis recuerdos, ¿saben?
 
Beatrice: ¿Te basas en algo para pensar eso, supongo?
 
Subaru: Es una corazonada. Además, si esto es en realidad parte de los Exámenes de la torre, quizás mis recuerdos vuelvan cuando superemos todos los Exámenes, ¿verdad?
 
Emilia: …
 
Al ver a Subaru dar su opinión moviendo su dedo de izquierda a derecha, Emilia y los demás intercambiaron miradas.
Aun así, no fue una respuesta negativa causada por desconfianza, sino que sus caras reflejaban la sorpresa de encontrar un rastro de esperanza.
Apretando el puño delante del pecho, Emilia asintió repetidamente.
 
Emilia: Sí, es cierto. Si la torre engulló tus recuerdos, debería devolverlos cuando acabemos los Exámenes.
 
Subaru: Ese «engulló» me da una idea demasiado adorable, pero ese es el espíritu, ese es el espíritu.
 
Emilia: ¡Sí, ese es el espíritu!
 
Al ver a Emilia hacer una pose triunfal con el puño en alto, Subaru sonrió del alivio.
Viendo eso, Beatrice agitó la cabeza de lado a lado como diciendo «Santo cielo…».
 
Beatrice: En serio… No sé quién de ustedes es el que está siendo animado, de hecho.
 
Eso fue lo que se le escapó a ella.
Ciertamente, las posiciones se habían invertido; pero Subaru pensó que así estaba bien.
 
Después de todo, había conseguido un rayo de esperanza en semejante situación, y los ojos de Emilia recuperaron algo de vigor.
Esto alivió en gran medida a Subaru; ella había estado realmente preocupada por él, y una cara tan triste no quedaba bien en una joven como ella. Le dolía pensar que él había sido la razón de aquella tristeza.
 
Subaru: Y fui yo el que hizo tal MOVE con una chica tan por encima de mi nivel…
 
Beatrice: No sé qué has dicho, pero por ahora postergaremos la búsqueda de tus recuerdos, supongo. Entonces, para terminar los Exámenes de la torre, no nos queda otra opción que ir arriba como propuso Meili.
 
Subaru: Arriba… Esto… dicen que ahora estamos en el tercer piso, así que el siguiente es el segundo, ¿no?
 
Mientras hablaba, Subaru miraba los alrededores de la biblioteca. A pesar de no haber caminado por ella, ya la había inspeccionado bastante con la vista.
En la sala no había más que estanterías, ni siquiera escaleras que llevaran al siguiente piso.
 
Subaru: ¿Dónde están las escaleras que llevan al segundo piso?
 
Julius: Se encuentran en el cuarto piso, las escaleras llevan directamente desde allí hasta el segundo piso… aunque…
 
Al ver que Emilia volvió suavemente su mirada con cara de preocupación hacia Julius, éste dijo Descuida frunciendo el ceño.
 
Julius: Como prometí en el desayuno, no actuaré de forma impulsiva sin consultar con ustedes como ayer. Pero, aun así…
 
Ram: Reid, el primer Santo de la Espada, es un duro oponente. ¿Qué sugieres que hagamos?
 
Julius y Ram intercambiaron miradas amargas. Y ellos no eran los únicos que compartían aquel sentimiento: todos los presentes tenían un rostro similar.
Todos… a excepción de Shaula, que por la mueca que hizo, parecía que estaba tragando algo venenoso más que amargo.
 
Subaru: Ah, disculpen… ¿A qué se refieren con «Reid»?
 
Como de costumbre, Natsuki Subaru quedó atrás en la conversación.
 
 
    
 
 
El primer Santo de la Espada, Reid Astrea.
 
Así se llamaba el examinador que resguardaba el segundo piso de la Atalaya Pléyades.
Aunque era la primera vez que Subaru escuchaba el título «Santo de la Espada», al enterarse de que era el primero de todo el linaje, y basándose en su conocimiento sobre la subcultura, tuvo la sensación de que Reid podría ser un personaje poderoso. Y su presentimiento era acertado: realmente los Santos de la Espada eran personas con un poder abrumador.
 
—Al parecer, ayer desafiaron a Reid y experimentaron la diferencia de poder entre él y ellos, comparable a la diferencia entre un adulto y un niño. Del grupo, sólo Emilia salió victoriosa gracias a su pericia y un poco de suerte, lo cual es muy importante, pero…
 
Subaru: Es un problema haber perdido mis recuerdos, no puedo hacer nada útil.
 
En la mesa del desayuno en la que todos habían intentado olvidar su incomodidad, Subaru intentaba pensar en alguna solución magistral para completar la torre de un golpe. Pero, por lo que había oído, el Examen del segundo piso era una prueba de pura habilidad física, por lo que cualquier artimaña o conocimiento del mundo moderno no le sería de utilidad.
 
Subaru: Supongo que no bastará con esparcir harina y atacarlo con una explosión de polvo…
 
Para activar su habilidad insignia «Explosión de polvo» se requería mucha precisión ajustando una gran cantidad de harina; sin embargo, Subaru no tenía el valor de gastar imprudentemente una gran cantidad de harina en esta situación en la que la comida escaseaba. Y, para empezar, no sabía si aquí había harina.
 
Subaru: Así pues, espero poder activar la habilidad secreta CHEAT que me hayan otorgado al invocarme a este mundo.
 
Subaru apoyó violentamente la palma de su mano contra una pared de piedra cercana y gritó ¡HA! intentando activar dicha habilidad. Sin embargo, no hubo una onda de choque que saliera de su palma, ni tampoco se destruyó la pared de piedra frente a él. Lo único que sintió fue una sensación áspera en su mano y un repentino sentimiento de impotencia en su corazón.
 
Lamentablemente, la habilidad secreta CHEAT de Subaru no parecía ser una habilidad fácil de entender que aumentara su fuerza física.
En un último intento, apoyó las manos en el muro y lo pateó con toda su fuerza, lo que resultó en una inesperada marca en la pared y un dedo del pie adolorido.
 
—Así que esto también queda descartado.
 
Subaru: Entonces, supongo debe ser magia. Beatrice, dime cómo puedo usar magia, por favor.
 
Beatrice: Ya no podrás usar magia nunca más, de hecho.
 
Subaru: ¡¿Nunca más?! ¡¿Por qué?! ¡¿Acaso usé un hechizo prohibido o algo así?!
 
Beatrice: Usaste demasiada magia para principiantes a pesar de que te advertimos que no lo hicieras y terminaste destruyendo tu puerta, supongo. Por eso no podrás volver a usar magia, de hecho.
 
Subaru: ¡¿La rompí por usar magia para principiantes?! ¡Qué patético!
 
Le dijeron que rompió su puerta mágica —perdiendo así la oportunidad de vivir como un mago— no fue por utilizar una poderosísima magia, sino magia para principiantes. Al enterarse de eso, Subaru se sintió tan inútil que quiso lamentarse hacia el cielo.
Incluso sin contar la pérdida de recuerdos, la vida de Natsuki Subaru en un mundo paralelo había comenzado desde lo más bajo.
 
Subaru: Supongo que al menos mi salvación es que he sido bendecido con gente.
 
Apretando y volviendo a abrir el puño suavemente, Subaru suspiró profundamente al sentir esa sensación.
Aunque fuera unilateral, era un alivio saber que aquí había gente que lo conociera; de no ser por ellos, habría despertado en aquel mundo desconocido solo y sin ninguna habilidad especial. Siendo honesto, no se consideraba capaz de sobrevivir sin algo de ayuda, por lo que esta situación era una salvación——aunque eso significara desanimar a otras personas.
 
Subaru: …
 
Tragó saliva, se agachó y se volvió a estirar.
Ya había corroborado el estado de su cuerpo, su magia, y si tenía alguna habilidad especial.
 
Tuvieron un rato libre espontáneo antes de avanzar al segundo piso.
Mientras Emilia y el resto se preparaban para desafiar el obstáculo del segundo piso, Subaru se entretuvo corroborando si su cuerpo había recibido alguna habilidad especial.
 
Tras haber golpeado y pateado la pared, indignarse por haber agotado su habilidad mágica, dar vueltas de un lado a otro y pensar en distintas formas de probar sus poderes, Subaru llegó a una conclusión.
Y esa era…
 
Subaru: Quizás no me hayan dado nada…
 
Habiéndose quedado sin aire por esprintar por el salón, Subaru se resignó.
Sintió que tenía más fuerza física que antes, e incluso el movimiento de su cadera se sentía diferente de lo que recordaba cuando pateó la pared. Pero, más que habilidad especial, parecía otra consecuencia del año que no recordaba, así como las cicatrices en el cuerpo y el brazo de apariencia grotesca.
 
La única habilidad que poseía era la de ser una persona ordinaria que no podía ni siquiera cumplir con las expectativas de sus padres. Una habilidad que cualquiera podría alcanzar con un mínimo esfuerzo.
Sin duda alguna, no sentía que alguna deidad le hubiera otorgado habilidades especiales.
 
Subaru: Primero, probé algunas poses de transformación…
 
Intentó con las poses de los Ultraman, de Kamen Rider, las Pretty Cure, e incluso de las heroínas Sailor Moon, pero ninguna tuvo efecto.
Esto lo dejaba como un visitante de un mundo paralelo abandonado a su suerte.
 
Subaru: Así que mi única esperanza es que mis poderes surjan cuando esté en algún aprieto… Maldición.
 
Subaru se rascó la cabeza y cedió por un momento a la ansiedad que empezaba a crecer en su corazón.
Frente a Emilia y el resto del grupo, se había mentalizado a fingir que todo estaría bien, pero al reconsiderar su situación, la realidad era que sólo había espacio para la ansiedad desde su perspectiva.
 
Pérdida de recuerdos. Ya no había dudas al respecto. Había demasiada evidencia que lo corroboraba y, siendo honesto, tenía muchas más ganas de creerlo que de no creerlo. No podía pensar que no había sido así y continuar en este lugar.
Quería continuar aquí, en este mundo, en este momento. Y para lograrlo, quería un poder en el cual apoyarse.
 
Subaru: Al final, sólo puedo depender de los vínculos que hice con personas a las que no recuerdo. Me dan ganas de llorar.
 
Natsuki Subaru, que siempre dependía de la ayuda de los demás, no había cambiado ni siquiera en un mundo paralelo.
Cuanto más preocupados se mostraban Emilia y el resto por Subaru, más se maldecía por haber obtenido una posición prestada.
 
Subaru: No es como que vaya a ser de alguna ayuda en el segundo piso…
 
Quizá por eso, en el fondo, no quería quedarse atrás.
 
Luego de que le explicaran todo sobre el guardián del segundo piso —Reid Astrea—, debatieron si era conveniente o no llevar a Subaru.
Si bien todos estaban en contra de ello, ninguno se opuso tanto como Emilia, que se mantuvo firme en su decisión a pesar del deseo de Subaru por acompañarlos. Ninguno pensaba que fuera a ser de mucha ayuda para conquistar el segundo piso; además de que, al parecer, el temperamento de Reid Astrea sería perjudicial para Subaru en este momento.
Teniendo en cuenta esto, Subaru se habría quedado atrás, pero…
 
Subaru: Aun así, insistí en acompañarlos.
 
Habían tratado de dejarlo atrás porque estaban preocupados por él.
Tanta amabilidad y preocupación se sentían como un veneno mortal para este Subaru. Si se tratara del Natsuki Subaru con los recuerdos intactos, seguro los habría acompañado y no habrían discutido sobre llevarlo o no.
 
Lo más probable era que su amnesia no afectara a sus habilidades; en otras palabras, a excepción de la pérdida de conocimiento, el Subaru actual debería poder hacer las mismas cosas que antes de perder sus recuerdos.
Fue a raíz de todo esto que intentó descubrir sus habilidades, lo que resultó en nada.
 
Subaru: Aunque le pedí a Beatrice que me deje solo, me preocupa un poco lo que pase de aquí en adelante.
 
Recordó el rostro malhumorado que puso Beatrice al notar que dejarían atrás a Subaru.
Aun así, le pidió a Beatrice que se marchara para corroborar si tenía alguna habilidad secreta, sea mágica o física, y una vez solo, intentó con las poses de transformación; después de todo, habría sido demasiado vergonzoso hacer esas poses frente a alguien.
Por supuesto, Beatrice no estuvo muy dispuesta a aceptar, por lo que Subaru recordó las contraargumentaciones que había tenido con Beatrice.
 
Beatrice: ¡Si se te deja solo, terminarás perdiendo la memoria; no hay nada bueno en eso, de hecho! ¡No me moverán de aquí ni a la fuerza, supongo!
 
Subaru: Me alegra que pienses eso, estoy muy agradecido, ¡pero estoy a punto de hacer cosas que no puedo mostrar a nadie!
 
Beatrice: ¡No tienes por qué ser tan distante con Betty, de hecho!
 
Subaru: No, es que estaré desnudo. Porque haré mi MOONLIGHT MAKE-UP.
 
Intentó sacarla a la fuerza, y convencerla con todo su esfuerzo para que saliera de la habitación.
Después de un rato, al ver que no resolverían nada, Beatrice aceptó el pedido luego de hacerlo prometer que no haría nada innecesario y se aseguraría de reunirse de vuelta con el resto.
 
Subaru: No lo recuerdo, pero me dijeron que hice un contrato con ella, así que supongo que yo tenía una buena relación con Beatrice. Me extraña viniendo de mí… ¿En serio lo hice?
 
Con una pequeña mueca de labios, tomó el látigo que había estado enganchado en su cintura e intentó golpear la pared con la punta, pero solo alcanzó a lastimarse su propia pierna.
 
Subaru: ¡Ay! ¡¿No se supone que el cuerpo debería recordar cómo usarlo?! ¿O será que no aprendí a usarlo a la perfección antes de perder mis recuerdos?
 
A Subaru se le humedecieron los ojos mientras se frotaba la espinilla golpeada de su pierna.
Para empezar, ¿por qué había elegido usar un látigo como arma? En lugar de una espada, o una pistola… ¿Eligió un arma así porque concluyó erróneamente que ser diferente de los demás le hacía lucir genial?
 
Subaru: Si podía usarlo, significa que no sólo se perdió la memoria de mi cabeza.
 
Subaru intentó razonar mientras se agachaba para seguir frotando su espinilla, y en su rostro se formó el disgusto por la posibilidad de que no pudiera recuperarlo.
 
De ser así, ¿qué le quedaba a él?
Había perdido los recuerdos, preocupó a los que se suponía que eran sus compañeros, perdió todo en lo que había progresado, se había vuelto inútil. Al final, sin más que historia grabada en su cuerpo, apenas quedaba la capa exterior.
 
—Quizá sea como un muñeco de papel maché.
 
Subaru: Haa…
 
Se levantó con un suspiro breve.
Aquellas palabras en su cabeza eran tan tontas que casi estalló en carcajadas.
 
—¿Qué harás ahora, papel maché?
 
—¿Alguna vez Natsuki Subaru fue algo más que papel maché?
 
Subaru: Aah, basta, basta. Parezco idiota. Éste no es el momento de desmotivarme…
 
Frustrado, se llevó un puño a la frente y, con otro suspiro, se agachó para recoger el látigo que había dejado caer. No entendía bien cómo enganchar el látigo en donde estaba, pero con algo de esfuerzo logró acomodarlo de forma similar en su cintura.
Entonces, vio una ampolla en la palma de su mano; no era una ampolla por practicar con la espada de kendo, sino una que lo hizo sentir el año transcurrido. Por algún motivo, la delineó con la lengua. Era dura y amarga.
 
Subaru: Ojalá tuviera un diario para una situación como ésta. Esto es inútil.
 
Subaru empezó a caminar lentamente quejándose de su yo pasado con un odio irracional.
No pudo averiguar si tenía alguna habilidad secreta especial; pero, de alguna forma, no haber podido averiguarlo era también información muy valiosa. Con esto en mente, decidió que no podía depender de algo que no existía, lo cual era más negativo que positivo.
 
Subaru: Uy, no era por aquí…
 
Se equivocó de camino y terminó en otro piso.
Frente a él, estaba la larga escalera de caracol que llevaba a los pisos más bajos de la torre.
Había oído que en total había seis pisos, y que para ir del sexto al cuarto había que subir aquellas escaleras que quizá llegaban a los cien metros de altura.
Quizá fuera más fácil que escalar una montaña, pero el ambiente en el interior de la torre era algo lúgubre y pesado, así que sin duda requirió más esfuerzo del que parecía.
 
Subaru: Ahora que lo pienso, esta torre también tiene una estructura un poco peculiar… me siento como en una historia de un mundo de fantasía.
 
En este mundo, el follaje podía curarte las heridas con solo acercarte. Aunque, en su mundo original, había algunas construcciones que escapaban de la comprensión humana, como las pirámides.
Pensándolo así, quizá no hubiera tanta diferencia entre esta torre y las pirámides.
 
Subaru: Me pregunto si mi yo pasado también buscaba cosas en común entre este mundo y el original.
 
Subaru empezó a sentirse ridículo al referirse a sí mismo como «yo pasado».
Tenía la sensación de estar volviéndose loco desde que perdió los recuerdos. Hablando con propiedad, no se podía decir que hubiera un Subaru anterior o posterior a perder los recuerdos; ya fuera pasado o presente, era la misma persona.
Y por eso, aquí también, Natsuki Subaru…
 
Subaru: … ¿Ah?
 
Subaru sacudió la cabeza tratando de quitarse de encima todas las cosas que le nublaban la mente y dejó salir un pequeño suspiro.
Fue un suspiro relajado y completamente involuntario. Se le escapó por sentir algo totalmente inesperado. Ni más ni menos.
 
Sin embargo, al mismo tiempo que soltó aquel suspiro, recibió un suave empujón por la espalda.
 
Subaru: …
 
Y al suspirar con una suavidad semejante a la del empujón, cielo y tierra se invirtieron.
 
Subaru: ¿Eh?
 
Sus pies no tocaban el suelo——de hecho, ninguna parte de su cuerpo tocaba el suelo.
Todo su cuerpo se estremeció por no sentir peso, estaba cayendo en picado, sin noción de lo que era arriba o abajo.
 
Abrumado ante aquella falta de peso, Natsuki Subaru siguió cayendo.
 
Subaru: ¿Qu-
 
El viento silbaba fuertemente en sus tímpanos.
No lo entendía. No entendía nada. En este momento, Subaru caía. Seguía cayendo y girando una y otra vez en el aire apuntando al suelo con la cabeza.
 
Caía, caía, caía, y mientras seguía cayendo, su consciencia alcanzó a entender lo que pasaba: estaba cayendo.



Subaru: Espe… ra, espera espera, espera—
 
Desde su punto de vista, el mundo no paraba de girar; sus extremidades se sacudían en el aire; no sabía cuántos segundos habían pasado desde que lo empujaron, pero al fin entendió lo que sucedía.
 
Caía, estaba cayendo. Estaba por chocar. Tras caer de semejante altura, golpearía el suelo.
La oscuridad lo tragó mientras caía lejos de los escalones de la escalera de caracol. Dio un vistazo desesperado a todos lados, pero lo único que podía ver eran los muros de piedra de la torre que veía pasar de abajo hacia arriba a gran velocidad. ——No, no pasaban de abajo hacia arriba; el campo de visión de Subaru estaba invertido por estar cayendo de cabeza, por lo que él veía los muros pasar de arriba hacia abajo a sus pies.
La sensación de caída lo hizo vomitar, despidiendo jugo gástrico que quedó flotando —cayendo— junto a él.
 
Subaru: … Goegh…
 
Su garganta, tapada de vómito, no le dejaba respirar.
Sentía un dolor agudo en la nariz y que todos sus órganos estaban en el lugar incorrecto, su cuerpo entero era un desastre caótico. Su cara y ropa estaban manchados de vómito, y seguramente el suelo acabaría igual
Emilia quedaría estupefacta. Beatrice se enojaría. Ram lo miraría con frialdad. Julius sólo suspiraría cansado. Echidna se encogería de hombros. Meili se reiría. Shaula lo señalaría con el dedo.
 
Con semejante frustración, Subaru se perdió a sí mismo por completo. Aunque buscase por todos lados, no se encontraría. No estaba por arriba. No estaba dentro de él. ¿En dónde estaba? ¿Dónde?
Se había perdido a sí mismo, igual que a sus recuerdos.
 
Subaru: Mamá.
 
Perdió la consciencia al mismo tiempo que dejó escapar aquel murmullo amargo.
Su consciencia se detuvo, sus pensamientos eran borrosos, y entonces…
 
Entonces…
 
Entonces………
 
Entonces………………………
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El suelo rígido.
 
 
    
 
 
???: ——¡Subaru! Oye, Subaru, ¿estás bien?
 
Al despertar, lo primero que escuchó fue el sonar de aquella voz que recordaba a campanillas plateadas.
Sintiendo su respiración cerca del rostro y sus dedos en el brazo, recuperó la consciencia y poco a poco abrió los ojos.
 
—Frente a mí, hay una increíblemente atractiva hada de la Luna.
 
Subaru: No, más bien… ¿Emilia-chan?
 
Emilia: Sí, Subaru, menos mal. Despertaste. Me tenías muuuy preocupada.
 
Al oír a Subaru decir el nombre de la chica que había delante de él —Emilia—, ella se llevó la mano al pecho luciendo aliviada. Con los ojos abiertos de par en par ante tal imagen, Subaru miró a su alrededor.
Toda la habitación estaba cubierta por hiedra, y él yacía tendido sobre una cama hecha de hiedra. Emilia se palpaba el pecho del alivio, y a su lado de pie estaba una hermosa niña con tirabuzones.
 
Beatrice: Emilia, si sigues siendo tan amable con él, Subaru no recapacitará sobre sus acciones, supongo. Debes ser más dura con él para que entienda cuánto preocupa a todos, de hecho.
 
Emilia: Tienes razón. Oye, tú también lo dirías, ¿no, Beatrice? Porque, tras haber entrado en pánico cuando no podíamos encontrar a Subaru, estuviste a punto de llorar cuando lo encontramos allí en el suelo…
 
Beatrice: ¡No hacía falta que mencionaras eso, supongo!
 
Habiéndosele enrojecido la cara, Beatrice se enfadó ante los inocentes comentarios de Emilia.
Ante esa interacción, Subaru hizo un gesto de estar muy intrigado.
 
Subaru: ¿Eh? ¿Qué fue? ¿Un sueño?
 
¿?
 
Al oír a Subaru decir eso, tanto Emilia como Beatrice ladearon sus cabezas.