domingo, 19 de marzo de 2023

,

Donde yace el alivio


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Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

——¿A qué te refieres con eso de «mundo paralelo»?
 
Subaru: …
 
Al escuchar la pregunta de Echidna, Subaru contuvo el aliento y se sumió en silencio.
Mientras tanto, las miradas de todos se volvieron hacia Subaru. Aunque las emociones eran varias en los rostros de todos, la mayoría de ellos mostraban signos de duda.
Todos trataban el término «mundo paralelo» como algo desconocido.
Eso significaba que, antes de perder sus recuerdos, Natsuki Subaru nunca les explicó eso.
 
Emilia: «Mundo paralelo»… Pues ahora que lo dices, Subaru solía decir eso de vez en cuando, ¿verdad?
 
Ram: Sí que me suena. Aunque, por su actitud diaria, pensé que era una de sus tonterías y no le presté más atención.
 
Subaru: Dejando de lado a Emilia-chan, es increíble la indiferencia de Ram hacia mí…
 
Ram contrastaba fuertemente con Emilia, quien estaba pensando seriamente de manera adorable con un dedo sobre el labio.
En respuesta al comentario que hizo Subaru con cara de desagrado, Ram soltó un Haa… resoplando por la nariz fríamente.

Aunque su sorpresa inicial fue más suave gracias a haber sido mencionado previamente, parecía que el Subaru anterior nunca se había molestado en hablar del «mundo paralelo»; ni siquiera a Emilia o a Ram, con quienes se suponía que trabajaba.
No sabía a ciencia cierta lo que eso significaba, pero…
 
Subaru: ¿Tenía alguna restricción? Cuando fui arrojado a este mundo, ¿acaso le juré a un Dios o Diosa no hablar de ello, o algo así? ——Para empezar, ¿para qué clase de misión estoy aquí?
 
Inclinó la cabeza, pero ni siquiera le vino a la mente la «M» de la misión que le habían encomendado.
 
Probablemente, Subaru fue invocado a este mundo paralelo por alguien que trabaja en la sombra y que esperaba algo de él.
Según los conocimientos actuales de Subaru, la probabilidad de que ese alguien fuera una deidad era muy alta.
Esta deidad que él no recordaba le había asignado algún rol a cumplir y le había enviado a este mundo paralelo. ——Ciertamente, ese tipo de promesa era habitual en historias de mundos paralelos.
Así que, si a esta deidad le resultaba un inconveniente que Subaru hubiera perdido sus recuerdos, entonces Subaru podría esperar que ocurriera algo a continuación que mejorase su situación. Subaru quería creer que esta deidad no era del tipo cruel que le arrojaría a este mundo de fantasía sin darle algunos generosos beneficios.
O quizás…
 
Subaru: … Será mejor que averigüe si realmente es algo que no debo mencionar, ¿eh?
 
Beatrice: ¿Subaru?
 
Subaru se lamió los labios resecos y buscó una respuesta para esta situación. Le guiñó un ojo a Beatrice, que lo miraba con inquietud tras haber escuchado sus murmullos. Decidió que abordaría la cuestión que se le había planteado: sobre ese «mundo paralelo».
Incluso en el improbable caso de que hablar de ello estuviera prohibido por esa deidad, era difícil imaginar que hubiera algún tipo de castigo del que no pudiera recuperarse por tocar ese tabú.
Seguramente, no sería tan cruel como para causarle un dolor insoportable inmediatamente después de hablar del tabú.
Con un poco de ansiedad y tensión en su pecho, Subaru recuperó el aliento suavemente.
Y entonces…
 
Subaru: Sobre… este «mundo paralelo» del que hablé, el término en sí se escribe con los kanji de «mundo» y de «diferente»… Es decir, que donde estamos ahora mismo es otro mundo.
 
Emilia: Otro mundo, un «mundo paralelo»…
 
Subaru: Exacto. Por eso digo «mundo paralelo», pero…
 
Tras la explicación de Subaru, Emilia meditó sobre lo que había dicho, haciendo rodar las palabras por su lengua. No era la única que había reaccionado así, los demás en la sala también repitieron ese término para sí mismos.
Aunque era posible entender cada palabra por separado, el uso de ambos términos como un todo, era algo desconocido para ellos.
 
A juzgar por lo poco que comprendían el término «mundo paralelo», la idea de otro mundo no parecía ser algo común en este mundo.
Coincidiendo con eso, Subaru se palpó a sí mismo con las manos.
 
Subaru: … Parece que no me ha sucedido nada.
 
Diciéndolo, Subaru se aseguró de que no le había ocurrido nada anormal.
Por lo que podía ver ahora mismo, no había signos de que alguna anormalidad hubiera ocurrido. No sentía dolor ni entumecimiento alguno. Tampoco había una voz extraña diciéndole «has violado tus instrucciones» ni la gente de su entorno transformándose en una bandada de grullas, diciendo «te dije que no hicieras eso»[1].
Se las había arreglado para lidiar con todas las preocupaciones que había tenido sin que surgiera ningún problema.
 
Subaru: Esto no es lo que esperaba…
 
Pensó que no había mencionado el mundo paralelo por alguna razón, pero no se le ocurrió ninguna que le resultara convincente ahora mismo.
Sintiéndose decepcionado, Subaru ladeó la cabeza; y entonces, Julius dijo ¿Puedo? levantando la mano.
 
Julius: Ahora sé lo que significa el término «mundo paralelo». Puedo tomarlo como un término que tú mismo has acuñado, pero hay una parte de mí que está pensando en su implicación. ¿Por qué haces referencia a ese mundo paralelo tan a menudo?
 
Subaru: ¿Eh? Ah, sí, claro, tienes razón. Explicar el significado del término «mundo paralelo» no basta. Esto… en otras palabras…
 
Julius: ¿En otras palabras?
 
A raíz de las preguntas de Julius, Subaru se dio cuenta de que no había explicado lo suficiente, admitiéndolo.
Y, aclarándose la garganta, se dispuso a proseguir.
 
Subaru: Vengo de un «mundo paralelo». No nací ni crecí en este mundo, soy un forastero que se metió en este mundo a mitad de camino. ——Por eso, para mí, este lugar es un mundo paralelo.
 
——En efecto, ahora sí había explicado claramente su situación y sus circunstancias.
 
 
    
 
 
——«Soy alguien que vino a este mundo desde un mundo paralelo. Encantado de conocerlos».
 
 
A grandes rasgos, eso fue lo que Subaru les había dicho.
Era fácil imaginar que Emilia y los demás se habían estremecido ante aquella atrevida confesión. Después de todo, debía de ser una bomba para ellos, ya que no sabían que existían los mundos paralelos.
Realmente no era de extrañar que todo sentido común se hubiera ido al garete, como si su mundo se hubiera puesto patas arriba.
 
Tras terminar su confesión, Subaru se dio cuenta de esa inquietud y maldijo su propia imprudencia.
Si esto hacía que Emilia y Beatrice fueran envueltas en un torbellino de confusión que las llevara a un mar de lamentaciones, entonces Subaru —quien lo habría provocado— debería asumir su responsabilidad.
 
—¿Cómo puedo consolar a unas chicas tan hermosas si rompen a llorar? No tengo experiencia en eso.
 
Así que, tras unos segundos sintiendo estas emociones, Subaru las miró.
Subaru había imaginado que las encontraría pálidas, sin sangre en el rostro y claramente confundidos. Sin embargo…
 
Emilia: ——Esto… ¿entonces quieres decir que eres de más allá de la Gran Cascada?
 
Subaru: ¿Eh? ¿La Gran Cascada?
 
Los ojos de Subaru se abrieron de par en par ante Emilia, que había hecho esa pregunta tímidamente mientras fruncía el ceño.
«Cascada» era un término con el que no estaba familiarizado, pero pensó que debía ser una catarata de agua o algo así, pero a lo grande. Una catarata muy grande.
——No, para empezar, ¿qué tenía que ver esta gran catarata con el mundo paralelo?
 
Subaru: No, definitivamente no. Nada que ver con cataratas. Estoy hablando de un mundo que es completamente diferente de este lugar y de lo que es tu conocimiento común y esas cosas…
 
Ram: Entonces, eres de más allá de la Gran Cascada. Cómo lo llaman en tu lugar natal, Barusu… no, supongo que es al revés desde tu lugar natal. Los países de aquí rodeados por la Gran Cascada serían un «mundo paralelo». Ahora entiendo tu comportamiento salvaje.
 
Echidna: Ya veo. Esa debe ser la razón por la que no pude encontrar nada por mucho que investigara los orígenes de Natsuki-kun; porque es de más allá de la Gran Cascada.
 
Subaru: ¡Ey ey, un momento, ¿cómo se han convencido tan rápido con eso?!
 
No sólo Emilia estuvo de acuerdo con esta conclusión, sino incluso Ram y Echidna, que parecían ser bastante inteligentes.
A Subaru le resultaba casi incomprensible que ellas creyeran tanto en lo de esa misteriosa catarata. Pensar que había un mundo paralelo más allá de una gran cascada——al otro lado de una catarata, ¿dónde demonios estaba ese país de las maravillas con túneles?
 
Beatrice: Puede que no tengas ni idea de ello, teniendo en cuenta que has olvidado muchas cosas, de hecho. Pero, con respecto a la Gran Cascada —la frontera de agua que hay en los confines del mundo—, hay algunas historias dejadas atrás por gente que viene de más allá, supongo.
 
Subaru: Me gusta cómo suena eso. La frontera de agua en los confines del mundo.
 
Beatrice: Se dice que la Gran Cascada es la frontera entre aquí y allá que sólo un dragón puede cruzar, de hecho. No hay nadie que sepa lo que hay al otro lado de ella. ——Por eso, en la rara ocasión en que alguien cruce dicha frontera, nadie podría decir si las palabras que dicen son mentiras o falsedades, supongo.
 
Beatrice explicó por qué los oyentes aceptaron sin dudar lo que dijo Subaru.
Para este Subaru, que no estaba familiarizado en absoluto con el mundo en el que se encontraba ahora, esas particularidades dudosas eran difíciles de imaginar; pero lo que sí le vino a la mente con la explicación que le acababan de dar sobre la «Gran Cascada» fue…
 
Subaru: A juzgar por lo que dicen, este lugar parece un continente flotante; ¿quieren decir que no se puede cruzar a otro continente sin un dragón?
 
Ram: Haa…
 
Subaru: Deja ya esos horribles suspiros de disgusto. Vas a herir mis sentimientos.
 
Al oír la conclusión a la que llegó Subaru, Ram lo miró con gran decepción.
Sin embargo, los demás también parecían considerar la conclusión de Subaru de la misma manera, más o menos. Al final, parecía que su teoría del continente flotante era incorrecta.
 
Subaru: Si estoy equivocado, entonces estoy equivocado; lo entiendo. ——Pero, si mi teoría hubiera sido correcta, esperaba tener un gran momento eureka montando a lomos de un dragón.
 
Meili: Si dices esas cosas, la adorable dragona de tierra de onii-san se enfurruñará, supongoo.
 
Subaru: Ah, ya veo. Dijeron que esa dragona de tierra negra era mía. Daré un paseo en ella más tarde.
 
Shaula: ¡Yo también! ¡Yo también voy a estar superenfurruñada! Gran Maestro, creo que debería cuidarme, apreciarme y amarme supermás. O sea, ahora que ha perdido la memoria, ¡es el momento de RESTART nuestra relación! ¡De cero!
 
Subaru: Eres ruidosa, y condenadamente pegajosa. Además, no trates a la ligera que yo haya perdido mis recuerdos como si estuvieras hablando de otra persona.
 
Shaula irrumpió alegre y ruidosamente en la conversación con Meili, quien estaba sentada en el suelo sujetándose las rodillas.
Aunque Shaula se había entrometido con bastante brusquedad, era algo que Subaru ahora realmente agradecía. ——Porque, naturalmente, que se preocuparan tanto por él era duro.
 

 
Sin pensar, Subaru desvió su atención hacia su entorno.
En su mundo original, Subaru tenía la reputación de no ser capaz de leer el estado de ánimo de las personas a su alrededor, pero incluso eso dependía de la situación. Sin importar lo poco capacitado que estuviera para ello, si las emociones eran lo suficientemente fuertes, entonces serían fáciles de leer o de ver.
 
No sólo las de Emilia y Beatrice, sino también las de Ram, Julius y Anastasia=Echidna; todas sus expresiones mostraban preocupación hacia Subaru.
Para bien o para mal, antes de perder los recuerdos, Subaru se llevaba bien con esas chicas.
 
—Qué envidia. Me encantaría que me dijeran qué clase de magia usó. Pero, aunque me lo dijeran, no me veo capaz de ponerlo en práctica.
 
Subaru: Como sea, resumiendo todo lo dicho… En el borde de este mundo hay una catarata llamada la Gran Cascada y, de vez en cuando, hay gente que viene de más allá. Y por eso, dicen que yo también soy una de esas personas.
 
Emilia: Por lo que has dicho, Subaru, sólo puedo asumir que ese es el caso… ¿Me equivoco?
 
Intercambiando una mirada con la pensativa Emilia, Subaru se cruzó de brazos y dejó escapar un Mmm… con fuerza.
Siendo precisos, esa noción chocaba bastante con lo que Subaru quería transmitir. Pero, aunque Subaru hablara sobre las diferencias entre el mundo paralelo y la Gran Cascada, sabía que esta situación no avanzaría nada si continuaba hablando sobre ello.
 
Subaru: Resumiendo: es eso.
 
En este mundo, no existía el concepto de mundos paralelos.
No sabía si esta noción que Emilia y los demás tenían de «más allá de la Gran Cascada» sugería la existencia de otro mundo o del mundo original de Subaru. Quizás en realidad sí hubiera algo que se asemejara a continentes más allá de la catarata, y quizás hubieran quedado registros de alguien como Cristóbal Colón que hubiera sido considerado un «bicho raro» al llegar allí.
Si ese fuera el caso, estaba seguro de que intentar que ellos comprendieran lo que son los mundos paralelos era una pérdida de tiempo.
 
Subaru: Por cierto, cuando todavía mantenía mis recuerdos, ¿nunca mencioné nada acerca de mundos paralelos?
 
Emilia: Ahora que lo pienso, de vez en cuando sí decías «mundo paralelo»… pero esta es la primera vez que hemos hablado del tema en sí.
 
Beatrice: Lo mismo que Emilia, de hecho.
 
Mientras que Emilia y Beatrice respondieron a su pregunta con palabras, los demás lo hicieron afirmando con gestos.
El Subaru anterior no les había hablado sobre mundos paralelos. Quizás consideró que no serían capaces de comprenderlo, al igual que ahora.
O quizás…
 
Subaru: ——¿Porque me había abstenido de hablar sobre el tema?
 
Julius: ¿Subaru?
 
Subaru: No, no es nada. Oye, si no soy la única persona de otro mundo que ha habido, entonces, ¿conocen a alguien más? Una persona del otro lado de la Gran Cascada, o un náufrago, o lo que sea.
 
Quizá había mucha gente que naufragaba aquí desde diferentes mundos; quizá había una comunidad de algún tipo donde ese tipo de gente se juntaba.
Sin embargo, esa esperanza de Subaru se dio de bruces contra la negación que hizo Julius con la cabeza.
 
Julius: Lo lamento, la existencia de un náufrago, como tú dices, es muy rara. La mayoría de la gente que asegura ser de más allá de la Gran Cascada miente. Generalmente son individuos que dicen sueños imposibles o fábulas para chantajear o influenciar a la gente con sus fantasías.
 
Subaru: Ya… veo. Bueno, supongo que era de esperar.
 
Por mucho que a uno le gustaría creerse tales historias, la mayoría eran obras de ficción o rumores adornados, dado que no había manera de comprobarlo. Una vez que daban rienda suelta a la imaginación/creación con estas historias de ensueño o relatos de ficción, se convertían en campos de cultivo para más fantasías.
Aunque algunas personas realmente fueran de otro mundo como Subaru, sus palabras, acciones y legado se verían sepultados ante incontables falsedades, volviéndolos imposibles de encontrar.
 
Echidna: ——Honestamente, mi interés en la Gran Cascada es inacabable. Sin embargo, parece que realmente no tiene ninguna relevancia para nuestra situación actual. Sería buena idea simplemente zanjar el asunto concluyendo que los orígenes desconocidos de Natsuki-kun y su conocimiento ya han sido determinados.
 
Echidna rompió el silencio incómodo que se había estado formando.
Originalmente, ella había sido quien le había preguntado sobre el tema. Aunque todavía había partes que no le eran familiares y muy seguramente no se encontraba satisfecha, Subaru aceptó que ella quisiera acabar ahí la conversación.
 
——Además, cuanto más hablaba sobre su mundo original, más tendría que enfrentar los problemas que había dejado atrás. Eso hacía que su corazón le doliera y se sintiera pesado.
 
Y queriendo distraerse de tal sensación, decidió concentrarse en la emergencia ante él.
 
Subaru: Eso sería todo de mí. Comprendo que todos se preocupen por mí y que me quieran, pero creo que no vamos a hacer ningún progreso si hablamos de esto con tanta tranquilidad. Lo primero es lo primero.
 
No sabía cuál había sido la causa directa de su amnesia.
Pero, el lugar al que supuestamente el Subaru con sus recuerdos intactos se había aventurado por última vez——quería comprobar lo que había ocurrido allí.
 
Beatrice: Querrás comprobar la biblioteca de Taygeta, supongo.
 
Subaru asintió con fuerza ante las palabras de Beatrice, quien se le había adelantado en pronunciar sus pensamientos en voz alta.
 
 
    
 
 
Así pues, el grupo se dirigió a la biblioteca de Taygeta.
 
Subaru se sentía bastante nervioso por lo que le estaría aguardando en aquel lugar; y el camino hacia allí tampoco estuvo libre de aprietos. Porque…
 
Subaru: Esto… ¿Emilia-chan? ¿Por qué me agarras la mano con tanta fuerza?
 
Emilia: ¿Eh? Bueno, es porque me preocupa dejarte solo, Subaru. Necesito mantenerte dentro de mi alcance… Así que llegué a la conclusión, dadas las circunstancias, de que sería bueno tomarnos de la mano desde el principio.
 
Subaru: Me gusta lo simple y rápido de esa conclusión, ¡pero así me da mucha más vergüenza!
 
Subaru levantó la mano que Emilia sostenía, consciente de que sus mejillas se estaban sonrojando.
Sus delgados y adorables dedos sostenían con amabilidad su mano, la cual él temía que estuviera sudando.
En respuesta a las palabras de Subaru, Emilia dijo Caray… con enfado levantando las cejas y…
 
Emilia: Dices eso, pero Beatrice también te está sosteniendo la mano, así que no somos solamente dos.
 
Subaru: La diferencia entre sostener la mano de una niña y sostener la de una mujer hermosa es como la diferencia entre la primera y las siguientes veces que cae un frío chaparrón en el mismo día; hay una diferencia abismal entre una chica pequeña y una chica hermosa, como la noche y el día.
 
Emilia: Lo siento, no entiendo realmente lo que estás diciendo.
 
Emilia no le dejaba pasar una a Subaru debido a su historial de perder recuerdos como consecuencia de que le hubieran dejado que hiciera lo que quisiera, aun a pesar de todas las excusas que estaba dando. Maldijo sus recuerdos; y también a sí mismo, por haberlos perdido.
 
Beatrice: Esa afirmación es imperdonable, pero es como ha dicho Emilia, de hecho. Subaru debería seguirnos obedientemente y dejarse cuidar bien por Betty y Emilia, supongo.
 
Subaru: ¿Ah sí? ¡Ahora es cuando ponemos a Beatrice en el medio entre Emilia y yo sosteniendo ella nuestras manos a ambos lados, al STYLE de una pareja joven! Me encantaría hacer eso, pero ¿no sería lo contrario a mala onda?
 
Beatrice: Subaru no es Subaru a menos que sea mala onda, de hecho.
 
Subaru: ¡¿Qué clase de valoración es esa?!
 
Subaru acabó recibiendo también aquella evaluación mordaz de Beatrice, quien estaba sosteniendo su otra mano.
La ansiedad de ellas dos estaba en primer lugar, pero la continua preocupación de quienes no estaban en primer lugar también pesaba sobre la mente de Subaru.
 
Julius, quien lideraba la marcha más adelante, miró atrás hacia Subaru varias veces; y Echidna, quien seguía a Julius, le explicaba lo que había tras cada esquina.
Ram contestaba con lengua viperina cada vez que abría la boca; sin embargo, Subaru era el único que sabía que, a pesar de su apariencia exterior, ella estaba sufriendo por dentro. Se preguntaba si debería hablar con alguien acerca de las circunstancias de Ram, pero no sabía con quién.
 
En cierto modo, Shaula y Meili que estaban hablando entre ellas relajadamente en la parte trasera del grupo eran las únicas que resultaban reconfortantes para Subaru en este momento.
 
Subaru: Bueno, realmente no van a ser útiles para nada…
 
Meili: … Tengo la sensación de que has pensado algo bastante maleducadoo, ¿no, onii-san?
 
Shaula: La mente del Gran Maestro siempre es así. Sería una superpérdida de tiempo darle muchas vueltas. Igualmente se sorprenderían si echaran un vistacito ahí dentro, está todo PINK, hace que me quiera apartar. Cerebro rosita, escuela indecente.
 
Subaru: Aunque sí era indecente, no era una escuela. Oye, ¿cómo es que conoces eso?
 
Shaula: Es gracias al Gran Maestro. Todo mi conocimiento es gracias al Gran Maestro.
 
Tener una simple conversación con ella hacía que a él le doliera la cabeza; pero incluso eso le resultaba más cómodo, lo cual indicaba la seriedad del asunto.
 
Mientras mantenían estas conversaciones, el grupo subió las escaleras y llegó al lugar llamado Taygeta, el tercer piso.
Era bastante extenso, casi como si trascendiera el tiempo y el espacio.
 
Subaru: Conque este lugar es Taygeta… Tal como había oído, está repleto de libros.
 
Subaru suspiró asombrado mientras contemplaba Taygeta en su conjunto, maravillado ante la ingente cantidad de libros presentes.
Efectivamente, era una imagen más allá de la imaginación de cualquier persona.
Subaru era un lector bastante entusiasta (leyendo novelas ligeras, manga, guías de estrategia, etc.) pero nunca se había visto rodeado por tantos libros. Naturalmente, la Biblioteca Nacional de la Dieta probablemente sería la ganadora, pero únicamente por la diferencia en espacio que recoge y conserva todas las publicaciones editadas en el país.
 
En cualquier caso, el significado detrás del paisaje pintoresco ante él no se reducía sólo a la inmensa cantidad de cosas en el lugar…
 
Subaru: Si los Libros de los Difuntos están aquí… entonces ¿eso significa que hay tantos libros como gente que ha muerto? ——Si ha estado registrando desde los tiempos de los Homo Sapiens, entonces literalmente aquí debe de haber una cantidad sobrecogedora de registros.
 
Subaru desconocía el tamaño de este mundo, pero si todos y cada uno de los difuntos estaban registrados en libros, entonces la cantidad de libros sería incalculable. Pensó que, aunque tratara de encontrar un libro de su interés —como, por ejemplo, uno que tuviera el nombre de una persona fallecida que él conociera—, sería imposible encontrarlo.
 
Subaru: En una biblioteca moderna de hoy en día, la función de búsqueda es indispensable, pero… ¿Hay aquí?
 
Beatrice: No sé qué quieres decir con «función de búsqueda» o lo que sea, supongo. Sin embargo, no hay nadie aquí más similar a un bibliotecario que Betty, de hecho. No hay más opción más que echar un vistazo a todos los libros, supongo.
 
Subaru: Esto es como buscar una aguja en un pajar…
 
Desanimado, Subaru agarró el lomo del primer libro que tenía al alcance.
El libro que extrajo de la estantería cabía perfectamente en su mano y no parecía tener nada especial a simple vista; era un simple libro de toda la vida. Aparte del título, no tenía ningún diseño sobre la portada. Se le podría describir como un libro muy simple. El único problema que presentaba era…
 
Subaru: Rayos; no puedo leer el título.
 
El título estaba escrito con unos caracteres garrapatosos e ilegibles.
Por lo que le habían dicho Emilia y los demás, el título de los libros debería ser el nombre de alguien difunto. Si el difunto era alguien que el lector conocía, entonces aparentemente se podrían leer sus recuerdos en vida; pero, en primer lugar, Subaru no podía ni comprender qué significaban aquellas letras. ——Además, estando sus recuerdos en la actual precaria situación, Subaru dudaba de si podría leer los libros de las personas que dejó de conocer por perder sus recuerdos.
 
Subaru: Vaya… Puede que esto sea complicado…
 
Emilia: ¡SUBARU!
 
Subaru, quien se encontraba sumido en sus pensamientos, miró a su alrededor sorprendido tras escuchar un grito repentino.
En un instante, el libro que había agarrado se le fue arrebatado por Emilia, quien tomó un paso hacia atrás sosteniendo el libro en su pecho.
 
Subaru: Eh, esto… ¿Emilia-chan?
 
Emilia: ¡No seas tan descuidado! Subaru, ¿no lo comprendes? Seguramente perdiste los recuerdos en este lugar, ¿sabes?
 
Subaru: Caramba, eso es exagerar mucho…
 
Ante esas palabras que Emilia dijo con una expresión diferente a lo habitual en ella, Subaru sonrió tensamente y se rascó la mejilla.
Parecía que Subaru era el único que se estaba tomando la situación a la ligera.
 
Beatrice: Subaru, haz caso a Emilia, de hecho. Evita actuar impulsivamente, supongo.
 
Julius: Concuerdo. Deberías tener cuidado y evitar realizar acciones tan irreflexivas.
 
Subaru: Urgh…
 
Subaru fue incapaz de responder a los toques de atención de Beatrice y Julius porque se le hizo un nudo en la garganta.
No era enfado lo que brotaba de su corazón, sino vergüenza por su mal actuar. Ciertamente había sido un poco estúpido por su parte haber actuado tan descuidadamente.
 
Shaula: ¡ Bu-buh! ¡Han echado una superbronca al Gran Maestro! ¡Y eso lo ha superdesanimado! ¡Pero, pero… aunque el Gran Maestro se comporte como un lastimoso niño travieso, no me importa!
 
Subaru: ¡Cállate! ¡No te burles de la gente que reflexiona sobre sí misma!
 
Echidna: Ya vale. Sería una molestia interrumpir así otra vez. Ciertamente Natsuki-kun actuó un poco precipitadamente, pero… así también hemos confirmado algo.
 
Con la mano tapándose la boca, Shaula se reía del error de Subaru, quien le increpó por eso; y Echidna se interpuso entre los dos.
Y entonces, mientras acariciaba suavemente su piel de zorro con la mano…
 
Echidna: Natsuki-kun, no pudiste leer el título del libro; ¿verdad?
 
Subaru: ¿—? Sí, cierto.
 
Echidna: Por lo tanto, la manera en la que has perdido la memoria también repercute en las habilidades cognitivas, como la capacidad de leer y escribir. Por eso hablabas de mundos paralel—
 
Beatrice: —Disculpa, pero Subaru comenzó a estudiar el alfabeto cuando llego a la mansión Roswaal, de hecho.
 
Echidna: …
 
Echidna, que hablaba con confianza al respecto, se quedó estupefacta ante la réplica de Beatrice. Sin prestar atención a la falta de respuesta de Echidna, Beatrice se cruzó de brazos.
 
Beatrice: Subaru no sabía leer ni escribir glifos-I hasta que llegó a la mansión, supongo. La hermana mayor de las dos hermanas, que fue quien le enseñó, también debería saberlo, de hecho.
 
Ram: Sí, es exactamente como dice, Beatrice-sama. Al principio, Barusu no sabía leer ni escribir, así que Ram se esforzó mucho para enseñarle. ——Pero, viéndole en este estado, parece que mis esfuerzos fueron en vano.
 
Subaru: ¡Lo siento! ¡No sabía que había habido tal EPISODE!
 
Alzando la voz, Subaru se disculpó en respuesta a la resentida queja de Ram. Echidna miró de reojo la conversación que se estaba produciendo y se aclaró la garganta.
 
Echidna: *Ejem*, parece que estaba muy desencaminada. Olviden lo que he dicho, por favor.
 
Julius: No, no estabas tan desencaminada como crees. Al menos hemos descubierto que los recuerdos de Subaru que se han perdido son los de después de llegar a Lugnica.
 
Ram: Es decir, que Barusu no es más que un equipaje inútil que no sirve para nada en esta biblioteca.
 
Ante la confirmación de Julius, Ram añadió ese mordaz comentario. Subaru permaneció en silencio, pues no deseaba alborotar más el avispero. Sin embargo, Julius prosiguió diciendo Las palabras de la señorita Ram son correctas asintiendo con la cabeza ligeramente.
 
Julius: En cualquier caso, dado que Subaru no puede reproducir lo ocurrido anoche en este lugar, deberíamos ser nosotros los que busquemos pistas aquí, no él.
 
Echidna: Sí, eso sería más seguro.
 
Ram: No tengo nada que objetar. ¿Emilia-sama y Beatrice-sama están de acuerdo?
 
Contestando Entendido, supongo , Beatrice asintió hacia Ram, quien se había llevado una mano al codo. Y entonces, Emilia se giró hacia Subaru y le lanzó su seria mirada.
 
Emilia: Subaru, por favor, pórtate bien y espera. Encontraré… encontraremos los recuerdos que has perdido, Subaru.
 
Subaru: S-sí, entendido. Es frustrante no poder hacer nada, pero me portaré bien, esperaré aquí y creeré en Emilia-chan y los demás.
 
Emilia: ¿De verdad te portarás bien y esperarás? ¿No vagarás a tu antojo?
 
Subaru: ¡No hace falta que me lo recuerdes tanto! ¡Estaré bien! No soy un niño de 5 años, puedo portarme bien y esperar. Si quieres, te lo prometo.
 
Emilia: Eso significa que, como me temía, no vas a portarte bien.
 
Subaru: ¡¿Qué quieres decir?!
 
Se ofreció a hacer una promesa para que ella se sintiera algo más tranquila, pero acabó sembrando aún más desconfianza.
Mirando a su alrededor, vio que —aparte de Julius y Echidna— Beatrice y Ram se limitaban a encogerse de hombros como respuesta, como diciendo «Es de esperar».
En cualquier caso…
 
Emilia: Pórtate bien y espera en la entrada, ¿vale, Subaru?
 
En respuesta a la sincera petición de Emilia, Subaru decidió que los esperaría reaciamente en la entrada de la biblioteca.
Se sentó abrazándose las rodillas y observó a Emilia y a los demás que habían empezado a dividirse en dos grupos separados para registrar la biblioteca. En un grupo estaban Emilia, Beatrice y Ram, y en el otro, Julius y Echidna.
 
Subaru no entendía por qué, pero Emilia y Echidna respectivamente lideraban estos equipos desiguales.
 
Meili: Formar equipo para buscar debe ser una especie de seguro para que no acabemos como onii-saan. Después de todo, el punto fuerte de onii-san es que atrae los problemaas.
 
Subaru: Aunque no tenga recuerdos, que no tenga recuerdos es la cuestión, así que obviamente ni siquiera puedo responder a eso… No, no quiero que una asesina, de entre todas las personas, me diga eso.
 
Meili: Bah, no te preocupes por cosas tan nimiaas.
 
Subaru: ¡¿Te parecen nimias?! Para empezar…
 
Después de alzar la voz como la persona seria que remata el chiste en un dúo cómico, Subaru chasqueó la lengua y miró hacia un lado.
La voz de su interlocutora se originó al lado de Subaru, quien estaba apoyado en la pared y lejos de las estanterías; y, más concretamente, era la voz de una chica con el pelo recogido en una trenza apoyada en la pared de la misma manera: Meili.
Tenía una expresión coqueta en la cara que no encajaba con su edad, y diciendo ¿Quéé? , ladeó la cabeza.
 
Subaru: Hace rato que me lo pregunto, pero… ¿no te unirás a la búsqueda?
 
Meili: Exacto, no me uniréé. Después de todo, no es que yo sea realmente una compañera de onii-san o del grupo de onee-saan.
 
Subaru: ¿No eres realmente una compañera?
 
Meili: ¿No te has enteradoo? Soy una asesina… aunque, como fracasé en mi misión, más bien sería una exasesina. Originalmente me enviaron aquí sólo para ayudar un pocoo. Lo demás me da iguaal.
 
Subaru: Es decir, que ésta era tu condición de fianza, ¿no? ——Ya seas ex o no, aventurarse con una asesina entre tus compañeros es una decisión bastante audaz.
 
Meili: ——Sí, totalmentee. Realmente hay que estar loco para hacerloo.
 
Meili se cubrió la boca con la mano y soltó una risita Jus jus , poniendo fin a aquella charla.
Al ver su actitud, Subaru resopló por la nariz. Y entonces…
 
Subaru: Entiendo por qué Meili no iría con ellos, pero ¿y tú?
 
Shaula: Ah, ¿yo? No puedo leer ni escribir nada, así que soy superinútil para eso. Al igual que para el Gran Maestro, para mí el contenido de los libros es un galimatías.
 
Shaula respondió sonriendo mientras estaba apoyada contra la pared en el lado opuesto al de Meili, estando Subaru entre ellas dos. Y entonces, ella se acercó a Subaru y le jaló el brazo izquierdo hacia su voluptuoso cuerpo.
Al sentir una sensación tan suave y cálida, instintivamente él se separó de ella.
 
Subaru: ¡Uoa!
 
Shaula: Ahhh, el Gran Maestro es supercrue~l.
 
Subaru: N-no soy cruel, así que déjalo. Las chicas no deberían hacer eso… excepto con el chico que les gusta… no, incluso el chico que les gusta también se apartaría si de repente sintiera eso, así que no lo hagas. No te hace ningún bien comportarte así.
 
Shaula: Bu-buh. ¿Otro sermón sobre la dignidad de las mujeres? El Gran Maestro verdaderamente no cambia.
 
Shaula hizo un mohín y protestó por la actitud de Subaru. Sin embargo, al oír sus palabras, Subaru bajó la mirada apocado.
 
Shaula: ¿Gran Maestro?
 
Subaru: ¿Tú también piensas que no he cambiado?
 
Sin pensar, Subaru preguntó eso a Shaula, quien había ladeado la cabeza.
Había oído esa frase varias veces en el transcurso de las pocas horas que llevaba despierto. Oírla le había parecido una salvación y, al mismo tiempo, una maldición.
 
——Podía alegrarse de no haber cambiado, o lamentarse de no haber cambiado.
 
Shaula: Mmm… no entiendo.
 
Sin embargo, Shaula ignoró la inquietud en el interior de Subaru y dijo eso como si nada.
Naturalmente, Subaru se quedó atónito ante esa respuesta. Quizás fue un error dejarle oír algunas de sus inquietudes más delicadas.
 
Subaru: Oye… No, olvídalo, fui un idiota por preguntarte.
 
Shaula: Muh; el Gran Maestro no es un idiota. Si habla así, me superenfadaré, aunque sea el Gran Maestro. El Gran Maestro es una persona supermaravillosa, así que quiero que tenga superconfianza en sí mismo.
 
Subaru: Realmente no entiendo tu STANCE.
 
Justo cuando pensó que ella le señalaría y se reiría de un Subaru alicaído, Subaru se rio de sí mismo, y entonces ella se enfadó. Lo consistente era que se trataba de Subaru.
Al oír la duda de Subaru, Shaula sacó pecho y sonrió con las manos en las caderas.
 
Shaula: Haya cambiado o no, el Gran Maestro sigue siendo el Gran Maestro, así que no me importa. Mientras haga lo que guste, Gran Maestro, le seguiré sin más.
 
Subaru: … ¿Aunque, como resultado, ocurran cosas extrañas?
 
Shaula: ¡Sí! Aunque terminemos atrapados en situaciones superextrañas, siempre puedo forzar una salida. Puede que el Gran Maestro lo haya olvidado, pero esa es la superrelación entre el Gran Maestro y yo.
 
Subaru: …
 
Las sinceras palabras de Shaula que no albergaban ni rastro de haber sido memorizadas hicieron eco dentro de Subaru múltiples veces, haciendo que él tomara aire débilmente.
Y entonces, Subaru giró la cabeza para que Shaula no pudiera verle el rostro.
 
Meili: ¿Onii-san?
 
Subaru: ¡——Gh!
 
Al voltear el rostro, vio que Meili lo estaba observando, y volvió a voltear el rostro hacia el lado opuesto.
 
Shaula: Gran Maestro, ¿qué le ocurre?
 
Subaru: ¡Agh, rayos!
 
Subaru no podía huir ni a su izquierda ni a su derecha. Sólo podía agacharse y mirar al suelo sujetándose la cabeza con los brazos para que nadie le viera la cara en este momento.
Subaru tuvo la sensación de que Meili y Shaula se miraban con él agachado entre ellas.
No lo entenderían… No, más bien, él deseaba que no lo entendieran.
 
Sentía que le habían salvado aquellas palabras insulsas, vacuas y anodinas.
No tiene de qué preocuparse, fue lo que sintió Subaru que le decía la actitud de Shaula de manera mucho más elocuente que las palabras.
 
Meili: Onii-san, estás raroo.
 
Shaula: El Gran Maestro siempre ha sido superraro. Pero eso también me gusta.
 
Subaru no dijo ni mu ante la conversación de aquellas chicas que cruzaba por encima de su cabeza.
Simplemente sintió que la inquietud que corría por su mente se había calmado, aunque sólo un poco.
 
 
——De algún modo, Subaru contuvo sus impulsos y se puso en pie unos minutos antes de que Emilia y los demás regresaran sin resultados.



[1] Referencia a una historia del folclore japonés, llamada: Tsuru no Ongaeshi («La grulla agradecida»). En resumen, un anciano salva a una grulla malherida. Esa misma noche aparece una hermosa joven pidiendo alojamiento. Le pide al anciano hilo, se mete a una habitación, y le pide al anciano que no mire. Varios días después sale de la habitación con una tela esplendorosa. La tela se vendió por mucho dinero y la historia se repite. El anciano le trae hilo, ella entra a la habitación, le pide que no mire, y al cabo de unos días sale con una tela nueva. Al final el anciano no aguanta la curiosidad y un día entra a la habitación para mirar. Adentro estaba la joven mezclando sus plumas con los hilos para crear esas maravillosas telas. Al ver que el anciano la descubrió, la joven le dice: «Te dije que no miraras. Soy la grulla que salvaste aquel día, pero ahora que descubriste mi secreto, me tengo que ir». Así que la joven se convirtió en grulla nuevamente y se fue volando a pesar de los lamentos del anciano.