domingo, 12 de febrero de 2023

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Krry

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

Durante la noche, el abismo descendió sobre el balcón dejado atrás por el sonido del batir de múltiples alas.
 
Pájaros artificiales extendieron sus alas sin miedo y emprendieron el vuelo hacia el oscuro cielo nocturno; casi como si prefirieran lanzarse hacia un cielo sombrío que no llevaba a ningún lado antes que quedarse en aquel lugar.
Si ese fuera el caso, entonces Subaru les daría toda la razón——hasta ese punto esta situación inesperada era agobiante, como si fuera la peor situación posible.
 
Subaru: …
 
Se encontraba en la atalaya, en el balcón oculto por la noche.
Julius estaba allí parado, bloqueando la entrada, con tensas mejillas y una confusión marcada sobre sus bellas facciones. Ante su campo de visión se encontraban Subaru y Echidna, quienes habían estado conversando secretamente en esta noche——para Julius, ella habría sido Anastasia, ya que ambas lucían exactamente igual.
 
Julius: ——¿Cuál es el significado de lo que ha dicho ahora mismo?
 
En aquel tenso y sofocante espacio, Julius repitió las mismas palabras tensamente.
El desconcierto en sus palabras no era diferente al que había expresado el momento anterior, pero ahora su voz parecía haber recobrado algo de fuerza, en una triste muestra de su fuerza interior.
 
—¿Cuándo comenzó a escuchar la conversación?
 
Subaru: …
 
Ante la pregunta de Julius, Subaru forzó a moverse a sus detenidos pensamientos, y cayó en aquella cuestión. Lo más importante era cuándo había comenzado a escuchar.
El contenido de aquella conversación con Anastasia —o más bien, Echidna— de justo ahora, definitivamente era algo que a él no se le debería haber permitido escuchar antes de haberse preparado; ya que, en la conquista de esta atalaya, los secretos guardados por Subaru y Echidna estaban simplemente demasiado arraigados.

Desde espíritus artificiales, la Bruja de la Codicia, la Autoridad de la Glotonería, y sus varias implicaciones.
Subaru los había escondido todos de Julius, habiendo juzgado que no harían más que complicar las cosas y traerle nada más que sufrimiento.
Pero lo más importante de todo era el hecho de que la consciencia de Anastasia se encontraba sumida en sueño, y que quien habitaba su cuerpo ahora era el espíritu artificial Echidna.
En otras palabras…
 
Anastasia”: … Cielos santo, Natsuki-kun, vamo’, no te comportes de manera tan evi’ente.
 
Subaru: … ¿Eh?
 
Tocando ligeramente al tenso Subaru en el pecho con su dedo, Echidna mostró una encantadora sonrisa.
Su tono y actitud eran tan idénticos a los de Anastasia, que, por un momento, Subaru abrió aún más los ojos de estupefacción y no podía estar totalmente seguro de qué estaba ocurriendo.
Dejando a Subaru tras de sí, Echidna giró sobre sí misma como si estuviera bailando, y…
 
Anastasia”: Lo siento, Julius. Pero no es como si te estuviéramo’ dejando de la’o, ¿sabes? Simplemente pensé en hablar con Natsuki-kun sobre argunas de las cosas importantes que ocurrirán una vez abandonemo’ la Atalaya Pléyades.
 
Julius: …
 
Anastasia”: Debimo’ abandonar la Sala verde ya que Rem y aquella pequeña dragona de tierra ‘taban allí, ¿no crees? No es que temamo’ que argún secreto especiar fuera a firtrarse, sino que simplemente me apetecía argo reserva’o. Así que andamo’ por er lugar… y casuarmente encontramo’ este rincón apropia’o. Eso es to’o.
 
Juntando sus manos ante su pecho, Echidna ladeó ligeramente la cabeza como si quisiera decir «¿Me perdonas?».
Aquel gesto adorable parecía algo que Anastasia haría. Sin embargo, la manera como intentaba evadir el asunto clave era de un nivel demasiado bajo para ser de Anastasia.
Como si tratara de cubrir una escena desfavorable una vez que la otra persona ya la había visto, sus palabras solamente sonaron faltas de honradez y superficiales——de hecho, se podría reemplazar el «como sí tratara» por «definitivamente tratando» en este caso.
 
Era una situación muy indeseable para Echidna, habiendo sido atrapada con la guardia baja. La única diferencia era que ella había resultado ser más veloz en ponerse en acción que Subaru.
Y entonces…
 
Julius: ——Tú no eres Anastasia-sama, ¿cierto?
 
Anastasia”: …
 
Julius: Echidna, quiero que me digas qué ha ocurrido. No eres tan mala como para no saber rendirte e insistir en intentar ocultarme cosas llegados a este punto, ¿verdad?
 
Con un leve destello de vacilación, Julius le preguntó a la cara a Echidna. Al escuchar eso, Echidna murmuró Eso no es… y, por un momento, pareció que iba a refutarle, pero…
 
Julius: Echidna.
 
Llamándola de nuevo, Julius detuvo lo que ella iba a decir. Y de este modo, ella giró el rostro de Anastasia hacia Subaru, mostrándole un torbellino de indescriptibles emociones en aquellos ojos turquesas.
Pero, llegados a este punto, ni siquiera Subaru podía idear una manera para salvar la situación.
 
Subaru: Julius, ¿por dónde quieres que comencemos?
 
Julius: … Por el cuerpo de Anastasia-sama.
 
Julius respondió con voz ahogada a la pregunta de Subaru.
Tan solo con eso era más que suficiente para notar su estado emocional alterado. Era normal. Pero únicamente un hombre como Julius podría haber sido capaz de mantener la calma en tal situación, aunque solo fuera superficialmente.
O quizá simplemente haya ido mucho más allá de sus límites——mucho más allá de lo que sus emociones eran capaces de expresar.
 
Echidna: Desde la batalla contra el Culto de la Bruja en la ciudad de Priestella, la consciencia de Ana ha estado durmiendo en lo profundo de su cuerpo. Así que, en este momento, quien está moviendo su cuerpo no es Ana, sino yo, interpretando hasta hoy su rol en lugar de ella.
 
Echidna probablemente pensó que ya no era posible seguir fingiendo. Con indiferencia y sin ningún preámbulo, ella habló como si simplemente estuviera exponiendo los hechos.
Durante la batalla contra el Culto de la Bruja que aconteció en Priestella, Echidna tomó el lugar de Anastasia, y se batió en duelo contra los cultistas de la bruja. Desde entonces, el espíritu de Anastasia no había despertado.
Habían escondido ese hecho de Julius, Ricardo y todos los demás miembros de Colmillo de Hierro, y partieron hacia la Atalaya Pléyades en busca de un remedio.
——Echidna únicamente compartió este hecho con Subaru.
 
Julius: ¿Por qué compartirías esa información únicamente con Subaru?
 
Echidna: Él no se encontraba bajo la influencia de la Autoridad del Arzobispo del Pecado, y por tanto, era la única persona ajena al caos de la situación. Además, él también es un usuario de artes espirituales que ha forjado un contrato con un espíritu artificial que posee las mismas raíces que yo: Beatrice. Inicialmente pensé en no contárselo a nadie; sin embargo…
 
Julius: ——¿Sin embargo?
 
Anastasia: Sin embargo… mi actuación como Ana no lo engañó a él, así que no tuve otra elección más que contárselo.
 
Al escuchar por qué Subaru era el único que había llegado a saber que era Echidna quien se encontraba en el cuerpo de Anastasia, los ojos de Julius comenzaron a temblar fuera de control.
Echidna se quedó sin palabras, pues ella ya esperaba tal desconcierto.
Era natural. Después de todo, que Subaru hubiera visto a través de la actuación de Echidna…
 
Julius: Que alguien que se considera como su único e inigualable caballero no se diera cuenta de algo de lo que incluso alguien que apenas la conoce debería haberse dado cuenta…
 
Subaru: ¡Para, imbécil! ¡No es eso!
 
Julius: …
 
Subaru: ¡Tu situación…! ¡Tú simplemente estabas en una mala situación! ¡Te había ocurrido algo muy grave y estabas con los ánimos por los suelos! Y no solo tú, también Ricardo, Mimi y los demás, ¿cierto? Tan solo me dí cuenta porque… por algo, ¡como sea, tan solo me dí cuenta por casualidad!
 
Escuchar a Julius ridiculizarse con aquellas palabras hizo que Subaru intentara detener que se hiriera a sí mismo. Sin embargo, no halló palabras que pudieran consolarle por fracasar en su deber como caballero.
 
Siendo realistas, ¿qué podría haber hecho Julius? ¿Había que culparle a él realmente por aquello?
 
La líder a la que dedicó toda su lealtad, sus camaradas con quienes había jurado cubrir de gloria a su líder actual, sus compañeros caballeros con los que había estado tanto tiempo, y muchos, muchos más; todo lo que había acumulado hasta este momento en su vida como caballero se había derrumbado como si de un castillo de naipes se tratara. ¿Cómo podría mostrarse frente a ellos de nuevo?
Inquebrantable, elegante, el caballero número uno… ¿Cómo podrían jamás volver a llamarlo así?
Si ser un caballero significaba no permitirse a uno sucumbir ante el dolor como cualquier otro ser humano, entonces ser un caballero era una maldición para Julius Euclius.
 
Julius: Es el deber de su único e inigualable caballero el subliminar la probabilidad para convertirla en certeza en todo momento.
 
Subaru: ¡—Gh! ¡Eso de «único e inigualable caballero» no es más que… un título problemático que—!
 
Julius: ——No me digas que me deshaga de ello, por favor. Yo… ahora mismo, temo perder aunque sea una sola cosa más.
 
La impetuosa consolación de Subaru simplemente le salió por la culata ante las convicciones caballerescas de Julius. Al ver a Subaru quedarse sin palabras debido a las emociones embotadas en su garganta, Julius sacudió la cabeza.
 
Julius: Volvamos al tema. Echidna, ¿cuál es tu objetivo?
 
Echidna: … Devolverle este cuerpo a Ana. Esa es la razón por la que los he traído a todos a la Atalaya Pléyades, por encima de las víctimas de Glotonería y Lujuria.
 
Julius: Es decir, que nunca quisiste esta situación en la que te encuentras. Y que por ahora no hay forma de recuperar a Anastasia-sama… ni aunque te corte en dos.
 
Posando su mano sobre la espada de caballero en su cintura, Julius entrecerró los ojos y mencionó esa peligrosa idea.
Al oírla, Echidna bajó la mirada y posó una mano sobre su propio pecho.
 
Echidna: Crees que soy un espíritu malvado, y que por esa razón me he hecho con el cuerpo de Ana… y lamentablemente no puedo darte evidencia alguna que lo refute. Así que, si estás convencido de que te estoy mintiendo y eliges destruirme, no puedo detenerte.
 
Habiendo dicho eso, Echidna pausó durante un instante antes de proseguir.
 
Echidna: Pero, en ese caso, seguramente cualquier posibilidad de recuperar la consciencia del cuerpo vacío de Ana será extinguida por tu mano… En el peor de los casos, se volverá difícil incluso preservar su vida, y existe la posibilidad de que ella muera.
 
Echidna expresó sus pensamientos acerca de la sugerencia de Julius de cortar su vida. Habiendo dicho eso, ella levantó las manos suavemente.
 
Anastasia: Naturalmente, esta es meramente una posibilidad sin sentido que no tuve más elección que imaginar porque quiero vivir. Ni siquiera yo puedo decir con certeza si mi muerte sería la solución. No me importaría morir si gracias a ello Ana puede vivir. Pero realmente no deseo morir.
 
Julius: ¿Por qué estarías dispuesta a hacer eso por Anastasia-sama?
 
Echidna: La relación entre Ana y yo es una incompleta. Por lo tanto, quizá no sea correcto aplicar la manera común de ser entre un espíritu y un usuario de artes espirituales, pero…
 
Interrumpiendo ahí sus palabras, Echidna miró primero a Julius y luego a Subaru.
Aunque eran seres diferentes, parecía casi como si ella los envidiara a los dos, quienes tenían una relación contractual con espíritus apropiada como usuarios de artes espirituales.
 
Echidna: Me agrada Ana. Y he estado junto a ella desde que era una niña pequeña. Así que no deseo abandonarla, y quiero que ella sea feliz. Ese, es mi motivo.
 
Julius: …
 
Echidna: Julius, no te revelé este hecho porque únicamente conduciría a una confusión innecesaria. La propia Ana deseaba mantener mi existencia en secreto todo lo posible; y, de hecho, ella fue la razón por la que me había mantenido oculta hasta lo acontecido en Priestella. Fue todo gracias a esa niña.
 
En Priestella, Julius quedó bastante impactado cuando Anastasia anunció que había estado escondiendo a Echidna durante tanto tiempo.
Subaru, quien había priorizado recuperar a Emilia por encima de todo lo demás, no pudo imaginar la tormenta que debía estar arrasando dentro del corazón de Julius en este momento.
 
Era solamente que —en un periodo de tiempo tan corto— tanto lo que su líder le había mantenido oculto como el secreto respecto a los fundamentos de la propia Anastasia se le fueron revelados en momentos en los que no deberían haber sido revelados. ¿Cuánto peso debía estar ejerciendo todo eso sobre Julius?
 
Julius: … Puedo entender tu relación con Anastasia-sama. Es difícil creerlo todo… pero no tengo elección más que creerte. Como mínimo, en este momento sería imprudente lidiar contigo de esa manera.
 
Echidna: Ya… veo. Me alegro de que hayas elegido racionalmente, Julius. Estoy segura de que a Ana le agradaría igualmente.
 
Julius: …
 
Soltando la empuñadura de su espada de caballero, Julius no respondió a las palabras de Echidna y se mantuvo en silencio.
Pero no estaba cerca de haberlo comprendido, y pensar en ello le dejó con una sensación de arrepentimiento. Aun así, en un abrir y cerrar de ojos, Julius lo apartó de su mente y…
 
Julius: Deseo confirmar una cosa. El Od de Anastasia-sama es el precio a pagar por tu habilidad para poder seguir manifestándote… Así que, naturalmente, cuanto más te esfuerces, más pesada será la carga sobre el cuerpo de Anastasia-sama. ¿Cierto?
 
Echidna: Cierto. Esa noción es correcta. Si me alimento bien, descanso bien, realizo algo de ejercicio moderado… tomar un enfoque general de la vida saludable sería suficiente para contrarrestar el daño en el Od de Ana.
 
Julius: Ya veo; en ese caso… ¿por qué hiciste ese sobreesfuerzo en el segundo piso?
 
Justo cuando Echidna empezaba a librarse de la tensión y hablaba un poco de más con algo de tranquilidad, Julius le golpeó con aquella pregunta inesperada.
Teniendo en cuenta lo que había ocurrido en el segundo piso, era más que comprensible que sacara a relucir el tema.
 
Julius: Durante mi pelea contra el examinador del segundo piso, Reid Astrea, Anastasia-sama… tú, usando el cuerpo de Anastasia-sama, lanzaste magia… para apoyarme.
 
Fue durante el primer enfrentamiento entre Julius y Reid.
Ante el abrumador poder de la esgrima de Reid contra el que Julius estaba indefenso y al borde de la derrota, Echidna utilizó su enorme poder mágico para lanzar magia contra Reid.
Estuvo lejos de haber sido un golpe decisivo y, por el contrario, la carga sobre el cuerpo de Anastasia sobrepasó su límite y se desmayó. Pero el problema no era el resultado, sino el por qué lo había hecho. Simplemente eso.
 
Julius: El peso de aquel acto sobre el cuerpo de Anastasia-sama no pudo ser ligero. Aquella acción contradice lo que has dicho hasta ahora. Así que, ¿por qué?
 
Subaru: Aquello…
 
Lo que Julius había señalado era también algo que Subaru se había estado preguntando.
En aquel momento, por el bien de un Julius vencido, Echidna actuó con una expresión de desesperación en el rostro. No parecía que aquello fuera una mentira o que hubiera sido planeado de antemano.
Seguramente fue por pura preocupación. Que ella sintiera eso por Julius podría deberse a que, mientras vivía con Anastasia, Echidna pasó mucho tiempo con Julius——¿podría eso ser todo?
 
Sin embargo, ante las dudas de Subaru, y ante la pregunta de Julius, Echidna solamente respondió Lo lamento e hizo una profunda reverencia.
 
Echidna: Yo también creo que aquello fue un error. Cómo decirlo… es muy vergonzoso admitir que no soy muy diestra en ello, pero tomé la decisión desde un punto de vista estratégico.
 
Julius: ¿Una decisión estratégica?
 
Echidna: En aquel momento, no sabía si el examinador del segundo piso tenía intención de matar. Si no hubiera actuado como lo hice, podríamos haber perdido la fuerza de combate de Julius. Por supuesto, quería evitarlo, por Ana. Además, Reid Astrea nos estaba dando la espalda… así que me pareció la oportunidad perfecta. Pero no sólo fracasé, sino que también te causé malestar.
 
Disculpándose con un Lo siento y una reverencia una vez más para estar segura, Echidna lentamente levantó su cuerpo.
No había contradicciones en su explicación. Aunque era cierto que había actuado de forma precipitada basada en un juicio de alguien sin experiencia, Subaru no podía encontrar una base para refutar su razonamiento, aparte de los emocionales.
 
¿Podría semejante argumento realmente ser aceptado con tanta facilidad?
Sin embargo, antes de que Subaru pudiera indagar más en ello…
 
Julius: ——Comprendo. A partir de ahora, ten cuidado de no hacer nada impulsivo, por favor. No por otra persona, sino solamente por Anastasia-sama.
 
Echidna: Entendido.
 
Subaru: ¡¿Qu—?!
 
Julius hizo un gesto de que lo había comprendido, y Echidna asintió con la cabeza. Al ver esa interacción, Subaru abrió sus ojos de par en par y dijo Tiene que ser una puta broma pateando el suelo.
 
Subaru: ¡¿Cómo puedes estar convencido de lo que ha dich—?!
 
Julius: ——Subaru, estoy convencido. Echidna se contendrá de hacer nada precipitado a futuro. ¿Qué más hay que decir? ——Esta es una cuestión entre Anastasia-sama y Echidna, y entre Anastasia-sama y yo mismo.
 
Subaru: …
 
Julius: Lamento que hayas acabado envuelto en esto por algún extraño malentendido. Pero, esta cuestión es interna de la facción de Anastasia-sama. No es un dolor que debas soportar.
 
Al escuchar cómo Julius intentaba distanciarle del problema, Subaru apretó las muelas.
No era que Subaru estuviera cargando con ese dolor porque él lo hubiera querido unilateralmente.
 
Subaru: ¡Que yo esté asumiendo esto por mi cuenta o no es mi jodido problema, ¿no crees?!
 
Julius: Así que ¿tú puedes asumir esto por ti mismo, y a mí me niegas el derecho de asumir mis propios problemas? Porque no consigo recordar que jamás me hayas contado acerca de Anastasia-sama y Echidna.
 
Subaru: ——Gh.
 
Julius: Lo siento. No debería haber dicho eso… Pero es la verdad.
 
Diciendo esto con dolor en su voz ahogada, Julius apartó la mirada.
Al oír esa voz y ver esa actitud testaruda, Subaru por fin se dio cuenta—
 
—de que Julius no había permanecido en calma en absoluto.
Lejos de esconder la tormenta arrasando en su corazón, él no pudo ni siquiera conseguir que no se filtrara hacia el exterior.
 
Su existencia fue olvidada, y ahora que incluso lo único que permanecía con él —su lealtad hacia su líder— resultó ser una farsa, su promesa de contarse el uno al otro sus preocupaciones, se había roto.
Que, aun así, no mostrara sus emociones era la manera de ser del hombre llamado Julius.
 
Julius: No tengo intención de discutir. Por el bien de Anastasia-sama, debemos encontrar una manera de lidiar con esta situación tan pronto como sea posible. Echidna, espero poder contar con tu cooperación sincera.
 
Echidna: … Por supuesto. Ahora que lo has descubierto, supongo que ya no hay razón para que siga interpretando el papel de Ana. Bueno, eso si me puedes tolerar con la figura de Ana, claro.
 
Julius: Eso es irrelevante. Debo traer de vuelta a Anastasia-sama, y ver su figura me recordará con dolor lo que he de hacer.
 
Al escuchar su intención de herirse a sí mismo para fortalecer sus convicciones, Echidna mostró una expresión triste. Pero Julius no vio su cara porque él ahora miraba hacia el cielo.
Como si se estuviera dando cuenta por primera vez que el cielo nocturno desde lo alto del balcón se encontraba libre de miasma, Julius entrecerró los ojos ante el resplandor de las estrellas.
 
Julius: No hay ninguna razón para quedarnos aquí durante más tiempo. Regresemos adentro. En cuanto al cuerpo de Anastasia-sama y Echidna… Emilia-sama y los demás mañana deberán de ser notificados de la situación.
 
Echidna: Sí, de acuerdo. Me prepararé yo también para ello.
 
Con tales palabras, Julius tomó con suavidad la mano de Echidna y comenzó a caminar. Seguramente, era exactamente lo mismo que él siempre había hecho por Anastasia.
Sea lo que sea que hubiera dentro, su lealtad hacia Anastasia no se vería alterada——incluso si ella se encontraba sumida en un sueño en lo profundo de su cuerpo, e incluso si ella había olvidado a Julius.
 
Subaru: ¡Julius!
 
Viendo aquella silueta, Subaru le gritó sintiendo algo doloroso.
Habiendo sido abandonado por los recuerdos mientras él todavía lo recordaba todo sobre los demás, no tener otra opción más que luchar, apoyándose desesperadamente en aquel sentimiento——Subaru sabía cuánto dolía estar en esa situación.
Aunque él hubiera sido olvidado, él no podía olvidar. Ese único pensamiento le proporcionaba el impulso para moverse.
 
Julius: …
 
Julius detuvo sus pasos y, aún sosteniendo la mano de Echidna, no se giró.
Que su espalda permaneciera perfectamente recta, a pesar de lo roto que tenía su corazón, resultaba totalmente frustrante.
 
Subaru: Oye… ¿¿no hay nada que quieras decirme??
 
Él había mantenido en secreto lo de Echidna y lo del cuerpo de Anastasia.
Esta noche había prometido hacerse cargo por haber pasado tiempo en la Sala verde, pero Subaru rompió esa promesa y se encontró en secreto con Echidna en el balcón.
 
Podía inventar excusas. Había motivos. No era que quisiera hacerlo.
Pero, sin importar que sus intenciones fueran maliciosas o no, sin importar sus motivos y sin importar sus excusas, su corazón no podía zafarse.
 
—Así que, si quieres soltar lo que llevas dentro y gritarme, hazlo. Insúltame, desquítate conmigo.
 
Subaru no sabía si lo pensaba por su propio sentimiento de culpa o si lo pensaba por el bien de Julius.
Seguramente, Julius nunca lo haría.
Levantar la voz, o insultarle…
 
Julius: … Sí lo hay.
 
Subaru: …
 
Julius: Lo comprendo. Comprendo por qué creíste que esta verdad debía mantenerse oculta de mí. No pretendías hacer daño. Surgió tan solo por preocupación y consideración. Estoy de acuerdo con tus preocupaciones. En tu lugar, yo también habría mantenido silencio.
 
Subaru: …
 
Julius: … Pero, aun así…
 
Mirando hacia el cielo. Como si tratara de forzar la voz…
 
Julius: Ya sea yo, Anastasia-sama o tú, no deseo que piensen que soy indigno de ser un caballero.
 
 
    
 
 
No necesitó realizar procedimiento especial alguno para regresar al interior de la torre.
Al igual que como había entrado en el balcón, tan solo tenía que gatear por debajo del nivel de la cintura para atravesar el pasaje secreto y salir al interior de la torre. Mientras gateaba, se le vino a la mente el pensamiento inútil de que Julius debía de haber gateado por ahí de la misma manera.
 
Desafortunadamente, debido a que él ya había gateado de vuelta antes que él, Subaru perdió la oportunidad de grabarlo en sus recuerdos.
Era porque se encontraba tan sobrecogido por las últimas palabras de Julius, que había permanecido allí sin palabras durante un rato.
 
Subaru: …
 
Honestamente, había pensado que no podría sacarle ninguna palabra——excepto que aquel no había sido el caso.
Muy seguramente, Julius creía que incluso si le gritaba e insultaba a un Subaru carcomido por la culpa, no le habría reconfortado en absoluto. Y ya que su virtud no lo permitiría, él no podía arrojar su rabia y quejas, sino únicamente tragarlas silenciosamente en ese lugar.
 
Pero ese no había sido el caso.
Las palabras que Julius había dejado tras de sí al final habían perforado su corazón como una espina.
 
Quizá Subaru se habría sentido mejor si Julius le hubiera gritado. No sentía que hubiera sido más fácil, pero habría sido mejor que no haber recibido nada en absoluto.
Sin embargo, la realidad no era así. La espina dejada atrás por Julius insistía en causarle dolor, y la sangre seguía derramándose a través de la perforada herida. Lo suficientemente profunda para hacerle dudar de si arrancársela.
 
Subaru: Supongo… que no volveré a la Sala verde.
 
Seguramente Julius ya había escoltado de vuelta a Echidna a la Sala verde. Tras eso, sería improbable que hubiera ido a buscar una cama en el carruaje de dragón que se había quedado en los niveles inferiores.
Al igual que Subaru, Julius probablemente no sabía con qué cara mostrarse de nuevo ante Subaru.
Era un problema cuyas raíces ahora eran muy profundas——lo que las hizo tan profundas fue el error de criterio de Subaru, y eso no era algo que se fuera a despejar de un día para otro. Al menos, tomaría tiempo, y simplemente mantener conversaciones calmadas no sería suficiente para resolverlo.
 
Pensando en ello, dudó de volver al carruaje de dragón. Aunque sabía que Julius no volvería, aun así, se sentiría culpable si se acurrucara en un confortable futón en este momento.
 
Además, a esta hora tan entrada la noche, no había nadie a quien Subaru pudiera abrirle su corazón.
La durmiente Rem y su mejor compañera Patrasche se encontraban ambas en la Sala verde, un lugar al que temía demasiado acercarse por Julius y Echidna.
Y era demasiado egoísta despertar a Emilia y a Beatrice solamente para que ellas le escucharan lloriquear.
Así que, en este momento, no había nadie a quien Subaru pudiera…
 
???: ——¿Barusu?
 
Al oír esa voz, Subaru hizo un sonido ahogado con su garganta y detuvo sus pasos. Girándose asombrado, en mitad del pasillo del cuarto piso——donde pisadas golpeaban sobre el piso de piedra, vio la silueta de la chica de cabello rosa, Ram.
Los ojos color cereza de Ram estaban abiertos de par en par, mirando de arriba abajo a Subaru.
 
Ram: Qué cara tan desanimada. Vergonzoso.
 
Subaru: ——Qué abrupta eres al verme. Ahora que lo pienso, ¿qué haces aquí tan tarde, Ram?
 
Ram: Podría preguntarte lo mismo. ——Aunque, lo que Barusu podría estar tramando a esta hora es inimaginable.
 
Cuando Ram dijo eso cruzándose de brazos mientras se le acercaba, las mejillas de Subaru se tensaron.
Tan solamente pensar en qué podría estar imaginando ensombreció la cara de Subaru. Viendo a Subaru hacer eso, Ram se encogió de hombros como diciendo Cielo santo… .
 
Ram: En cualquier caso, estabas molestando a Rem con tus lloriqueos de nuevo, ¿no? Aunque la hermana pequeña de Ram es linda e indulgente, deja de imponerle cosas absurdas.
 
Subaru: … Ah, ya. Bueno, tienes razón.
 
Ram: ¿—?
 
Ante esa manera de hablar típica de Ram, Subaru abrió un poco más los ojos como sorprendido y luego mostró una sonrisa amarga.
No le mostró sus verdaderos sentimientos a ella, sino solamente lo que ella podría haber imaginado a juzgar por sus actividades diarias. Tal como Ram había dicho, Subaru solía pasar las noches junto a Rem.
De hecho, ya lo había realizado esta noche. Y era normal que Ram pensara que acababa de salir.
Sin embargo, esta noche no había sido solamente eso…
 
Ram: Deja de poner esa cara tan miserable.
 
Subaru: Agh.
 
Ram: Con esa decaída y patética expresión caes aún más bajo de lo que ya estabas. Luciendo así, la gente comenzará a dudar de la dignidad de Emilia-sama por aceptar a Barusu como su caballero. Replantéate.
 
Sintió que un dedo de Ram le daba un capirotazo en su frente alicaída.
Le surgieron lágrimas en los ojos por la fuerza del golpe, y justo cuando estaba a punto de protestar, decidió no hacerlo al ver a Ram resoplar por la nariz aburrida. De hecho, lejos de protestar, se sintió aliviado.
 
Subaru: ——Cómo decirlo… realmente, nee-sama es nee-sama después de todo.
 
Ram: Ha~. Deja de asquearme con tus opiniones.


Subaru comentó mientras se acariciaba la frente, y Ram mostró una expresión de estar asqueada desde lo más profundo de su ser. Subaru se sintió realmente patético por sentir salvación gracias a semejante actitud.
Aunque absolutamente nada de lo que ella dijo albergaba calidez o simpatía, de alguna manera él sentía que sí.
 
Subaru: De todas formas, Ram, ¿qué estás haciendo a estas horas?
 
Ram: Asqueroso.
 
Subaru: ¡No acabes con la conversación en plan NO TIME! Acabamos de empezar…
 
Encogiéndose de hombros desanimadamente, Subaru soltó un suspiro silencioso y miró al pasillo detrás de Ram——de donde ella había venido.
Aunque el cuarto piso era muy ancho, no había nada que fuera destacable en aquel lugar. Estaba la Sala verde y el equipaje que habían traído desde el carruaje de dragón. Y también…
 
Subaru: … ¿Las escaleras hacia el segundo piso?
 
Ram: …
 
Subaru: No puede ser… No me digas que has subido. Sola.
 
Ram: Tranquilízate. No soy tan imprudente. Aunque no lo parezca, no soy tan engreída como para pensar que pueda encargarme de Reid Astrea yo sola.
 
Imaginando algo que preferiría no haberse imaginado, Subaru torció los labios, mientras que Ram negó sus sospechas riéndose a través de la nariz.
Entre todo ello, Subaru vio una sutil referencia a la testarudez de Julius evidenciada por sus palabras, pero abarcar ese tema aquí y ahora retorcería la espina en el corazón de Subaru.
 
Ram: Parece que algo ha ocurrido entre el caballero Julius y tú. ¿Se pelearon?
 
Subaru: ¿Soy tan fácil de leer?
 
Ram: Barusu es tan fácil de leer como Ram es inteligente. Lo último tiene más que ver con ello, así que descuida… No, por supuesto lo primero también tiene bastante que ver. No llevaría mucho tiempo sacártelo todo mediante la tortura.
 
Subaru: El hecho de que estés asumiendo que alguien acabaría torturándome da un poco de miedo, ¿sabes?
 
Viendo a Subaru rascándose la mejilla, Ram únicamente entrecerró los ojos. Viendo que ella no bromeaba, Subaru se estremeció un poco.
Era cierto que, considerando la posición de Subaru, no era completamente improbable que los enemigos de Emilia en la Selección Real pudieran acudir a ese tipo de medidas barbáricas. Quizá sería buena idea, después de todo, ser prudente con ello.
 
Subaru: En ese caso, ¿qué estabas haciendo aquí…?
 
Ram: ——No subí al segundo piso. Únicamente traté de subir.
 
Subaru: … Pensé que habías dicho que no eras tan imprudente. No puede ser… ¿pensaste atacarle mientras duerme?
 
Subaru no tenía problemas con usar lo que fuera necesario para ganar. Sería comprensible que Ram planeara un ataque furtivo contra Reid mientras éste dormía.
La cuestión era si Reid, quien parecía haber sido reproducido a partir de los recuerdos del pasado, dormía realmente. E, incluso si efectivamente dormía, ¿cómo podría ella arreglárselas en ese caso?
 
Ram: Desafortunadamente, es imposible atacarle mientras duerme. Me di la vuelta a mitad de las escaleras. Él es realmente un monstruo anormal. Incluso hace que Garf parezca adorable.
 
Subaru: Aunque, tras haber conocido a Garfiel, él es bastante adorable…
 
Ram: No me refiero a su conducta, sino al nivel de peligro que supone.
 
Por cómo lo había dicho, no negó que la conducta de Garfiel era adorable; pero Subaru frunció el ceño y se olvidó de ello porque estaban en mitad de algo más serio.
 
Ram: Estoy convencida ahora de que, si uno de los bandos no tiene miramientos en usar cualquier medio necesario, entonces el otro también usaría cualquier medio necesario. Tal como hemos discutido, para derrotarlo debemos evitar que se lo tome demasiado en serio y, solamente entonces, satisfacer sus condiciones.
 
Subaru: … ¿Subiste sola al segundo piso únicamente para comprobar eso?
 
Ram: ¿Debo repetirlo una y otra vez? No subí al segundo piso; es demasiado complicado para Ram ahora mismo.
 
Habiendo confirmado que simplemente no eran lo suficientemente fuertes, Ram advirtió de la necesidad de prepararse antes de volver a desafiar el segundo piso. Hablar de la necesidad de más tiempo le recordó a Subaru su discusión con Echidna y Julius, haciendo que él no pudiera evitar mostrar una expresión complicada.
 
Ram: ¿Barusu?
 
Subaru: N-no, no es nada… Bueno, no es que no sea nada del todo, pero no importa ahora mismo. Quizás tendremos una charla en condiciones mañana.
 
Ram: Eso da mucho que pensar.
 
Subaru: A pesar de eso, tengo la sensación de que no es buena idea que sea yo quien lo explique. Probablemente sería injusto y no quisiera hacer algo irreversible.
 
Por el momento, no estaba seguro de si se podría remendar totalmente una brecha así. No deseaba complicarlo aún más y agrandar aún más dicha brecha.
Viendo el pesimismo de Subaru, Ram todavía no estaba convencida, pero decidió no indagar más en ello.
 
Ram: En cualquier caso, conquistar el segundo piso… derrotar a Reid requerirá más tiempo y esfuerzo. Desearía que, como mínimo, pudiéramos contar con el apoyo de Shaula, pero…
 
Subaru: Bueno, no sería exagerado decir que no podemos contar con ella exactamente. Aunque, si ella no nos hubiera ayudado antes, todos estaríamos carbonizados bajo la arena ahora mismo.
 
Sin Shaula, nunca habrían sido capaces de alcanzar el Examen del segundo piso. Aun así, ella había sido un Sabio decepcionante desde que entraron a la torre.
Que un examinador les diera una mano para superar un examen, era una excepción con la que no deberían contar.
 
Ram: Si únicamente tomamos la ruta fácil, tarde o temprano llegaremos a un punto muerto.
 
Subaru: Ni siquiera yo creo que ser absolutamente honorable sea lo correcto en todos los casos. CASE BY CASE… Simplemente eso no funcionaría esta vez.
 
Ram: Lo dices como si nada. ——Ram no puede tomárselo con calma.
 
Insatisfecha con la respuesta de Subaru, Ram se encogió de hombros como diciendo «cielo santo…». Y mientras le daba la espalda lentamente…
 
Ram: Si no te marchas pronto a la cama, afectará negativamente al rendimiento mañana. Ram regresará al carruaje de dragón.
 
Subaru: Ah, cierto. ——Oye, yo…
 
Quería explicarle por qué volver era difícil para él, pero explicarlo también le resultaba difícil. Sin embargo, al oír a Subaru murmurar eso, Ram únicamente volteó su cabeza hacia él y soltó un pequeño suspiro.
 
Ram: Haz lo que quieras. Pero si nos entorpeces porque no pudiste dormir suficiente, te la retorceré.
 
Subaru: Vale, gracias… ¡¿RETORCER EL QUÉ?!
 
Ram: Lo dejaré a tu imaginación.
 
Despidiéndose con un gesto de la mano, Ram se dirigió en dirección a las escaleras hacia los pisos inferiores. ¿Acaso no hablar de lo que no quería hablar y dejarle valerse por sí mismo, no era su manera de ser considerada con él?
Viendo su delgada espalda alejarse andando, Subaru levantó la mano aun sabiendo que ella no lo vería.
 
Subaru: Buenas noches, nee-sama. Hasta mañana.
 
Ram: ——Ram no es la nee-sama de Barusu. Deja de llamarme así.
 
Su última negación no llevaba ninguna fuerza consigo, como si ya lo hubiera aceptado y solamente se resistiera porque sí.
Viendo la silueta de Ram desaparecer después de haber dejado atrás aquellas palabras, Subaru hizo tronar los huesos del cuello y susurró Y ahora, ¿qué debería hacer? .
 
No podía ir al carruaje de dragón; y era demasiado difícil volver a la Sala verde. En ese caso, podría encontrar cualquier otro lugar para descansar hasta la mañana o encontrar algún lugar donde poder hacer algo significativo con su tiempo.
 
Subaru: Si lo único que quiero es un lugar para dormir, podría encontrar una habitación apropiada…
 
La candidata principal sería la sala donde habían guardado su equipaje.
Aunque el cargamento del carruaje de dragón y las reservas de comida habían sido llevadas a esa sala, sería difícil —pero posible— encontrar algo que pudiera usar como almohada. El problema sería encontrar una forma de reducir el dolor en su cuerpo por dormir en el suelo, aparte de dormir en el carruaje de dragón.
Y también quedaba…
 
Subaru: Pensar en cómo conquistar el segundo piso——una estrategia para derrotar a Reid.
 
Honestamente, esa sería la decisión más constructiva.
La mayoría de los problemas que rodeaban su situación actual se resolverían conquistando esta atalaya. Aunque no podía decirse con certeza, sí que sería un factor muy importante para mejorar su situación.
Aquella tarde, el consenso al que habían llegado sobre cómo derrotar a Reid era hacer que él no se lo tomara en serio y entonces satisfacer sus condiciones honestamente, o algo impreciso de ese tipo.
 
—Si, por lo menos, hubiera una posibilidad de que algo de esa imprecisión se pudiera reducir mínimamente…
 
Subaru: ——¡Eso es!
 
Y cuando sus pensamientos llegaron a ese punto, Subaru chasqueó los dedos.
Tan pronto como la idea surcó su mente como un relámpago, Subaru cambió la dirección de sus pasos bruscamente.
 
Subaru: Si esto sale bien…
 
Aunque no podía asegurarlo, debería ser algo que hiciera avanzar bastante la situación.
Centrando su corazón en aquel pensamiento, Subaru se apresuró hacia su objetivo.
 
——En la atalaya durante la noche, únicamente el eco de las pisadas de Subaru resonaban con fuerza, reflejando lo animado que estaba.
——Solo el eco de las pisadas de una única persona.
 
 
    
 
 
——La sensación de despertar era como la de emerger del agua.
 
Tirando hacia arriba el cuerpo que yacía hundido en la inconsciencia llamada sueños, y haciendo que la realidad fluya por todo su cuerpo en forma de respiración. Al hacerlo, la consciencia lentamente volvió a despertar y, atravesando la superficie del agua, nació.
Si dormir era la muerte y despertar era la vida, entonces esa descripción no habría estado muy equivocada.
 
Sea como sea, y dejando de lado sentimientos tan poéticos, poco a poco comenzó a despertar…
 
???: ——¡Subaru! Oye, Subaru, ¿estás bien?
 
Subaru: ¿Eh? ¡¿Pero qué—?!
 
Cuando abrió los ojos y vio un hermoso rostro cerquísima de él, Subaru se sorprendió y rodó hacia un lado.
Y, rodando muy poco antes de quedarse sin superficie, tuvo una pequeña caída y aterrizó sobre su hombro.
 
Subaru: ¡Ngya!
 
???: ¡Kyah! ¡Subaru, ¿estás bien?! ¡¿Por qué has rodado tan repentinamente?!
 
Subaru: N-no, no es que haya decidido rodar por cuenta propia o algo así…
 
Apretándose el hombro que había recibido el golpe y sacudiéndose ligeramente la cabeza, se puso en pie. Y entonces, parpadeando, Subaru quedó confuso.
 
Era una sala verde.
Todo el interior de la sala estaba cubierto por espesa hiedra que ocultaba completamente las paredes detrás de sí. Si le hubieran dicho que toda la sala extravagante estaba hecha de hiedra, probablemente se lo habría creído.
 
Y aparentemente, Subaru estaba tumbado sobre el piso, junto a una cama hilada por hiedra en el centro de toda la sala. Probablemente había rodado fuera de ella, ese sería su análisis de la situación.
Era curioso que Subaru pudiera haberlo analizado así con tanta calma, pero había una razón para ello.
 
???: Mmm… parece que no te has golpeado muy duro en ningún lugar. Menos mal. Pero me preocupé muuucho, así que no deberías darme esos sustos.
 
???: Emilia, si sigues siendo tan amable con él, Subaru no recapacitará sobre sus acciones, supongo. Debes ser más dura con él para que entienda cuánto preocupa a todos, de hecho.
 
???: Tienes razón.
Oye, tú también lo dirías, ¿no, Beatrice? Porque, tras haber entrado en pánico cuando no podíamos encontrar a Subaru, estuviste a punto de llorar cuando lo encontramos allí en el suelo…
 
???: ¡No hacía falta que mencionaras eso, supongo!
 
Justo frente a sus ojos había una conversación cómica.
Asintiendo estúpidamente ante la alegre discusión, Subaru se dio la vuelta. Justo detrás de él había algún tipo de enorme criatura sentada en el suelo y respirando.
 
Subaru: …
 
Había un lagarto gigante. Era del tamaño de un caballo y su piel entera estaba cubierta por escamas negras. Lo más extraño era que se acercó a Subaru y empezó a acariciar suavemente la nuca de Subaru con el hocico.
Viendo que era amigable, Subaru acarició suavemente al lagarto en la cabeza.
Y entonces, dejó escapar un suspiro.
 
Subaru: En otras palabras, esto es eso.
 
Con calma y serenidad, lentamente dejó salir aquellas palabras.
Al ver el comportamiento de Subaru, las dos chicas frente a él ladearon la cabeza.
 
???: ——¿Subaru?
 
Y al igual que dos hermanas hablando al mismo tiempo, llamaron simultáneamente el nombre de Subaru.
Una chica de cabello plateado tan hermosa que sus ojos querían explotar, y una niña similar a un hada con un vestido bonito.
 
Una hermosa chica de cabello plateado, una loli con tirabuzones, un lagarto gigante y una sala hecha de hiedra…
Subaru abrió mucho la boca y procedió a gritar bien alto.
 
—En resumidas cuentas, esto tiene que ser eso.
 
Subaru: ¡¿ME HAN INVOCADO A UN MUNDO PARALELOOOOO?!


Nota de Tappei:
Por fin hemos llegado. Aquí comienza la historia principal del Arco 6, La galería de los recuerdos.