domingo, 26 de junio de 2022

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El paradero del Sabio


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Español
Miguel

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

Debido a la imprevista y dura batalla, en el sexto piso de la Atalaya Pléyades se esparcieron las secuelas de la feroz pelea.
 
En una envolvente nube de polvo, el hombre y la mujer que forcejeaban estaban cubiertos de sudor y suciedad.
Y siendo observados con frialdad por los demás…
 
Subaru: ¡¿Por qué me miran así?! ¡¿Acaso he… acaso he hecho algo malo?! ¡No he hecho nada malo! ¡¡NO HE HECHO NADA MALOOOO!!
 
Julius: Subaru, haz el favor de no decepcionar tanto.
 
Ram: Ram pensaba que tenía algún lado bueno, pero al final Barusu es Barusu.
 
Aquellos fueron los comentarios hechos por los recién llegados Julius y Ram con respecto a Subaru, quien había sido agarrado por Shaula.
En cualquier caso…

Julius: Tuvimos suerte de reunirnos sanos y salvos. También son buenas noticias que despertaras, pero… La situación es difícil de comprender a menos que la expliques con palabras.
 
Subaru: Lo haría si fuera algo que pudiera explicar… ¡Mierda! ¡Déjame ir!
 
Shaula: ¡Nooop!
 
Al ver cómo Shaula se aferraba al brazo de Subaru, Julius, cuya mano estaba en la empuñadura de su espada, se encogió de hombros. Parecía haber percibido que Shaula no tenía intención alguna de atacarles, lo cual también concluyó Subaru, quien estaba teniendo serias dificultades intentando quitársela de encima.
 
Subaru: ¡No se queden mirando, ayúdenme a quitármela de encima! Tiene una fuerza sobrehumana.
 
Ram: Tus fosas nasales se están enanchando, Pervarusu.


Subaru: ¡De eso nada, no te alíes con ella! ¡No es lo que parece! ¡Emilia-tan, eso duele! ¡No creo que sea de mucha ayuda que me tires del pelo, ¿no?!
 
Emilia: Ah, lo siento. No estaba intentado ayudarte, para nada.
 
Subaru: ¡¿Te estás disculpando por eso?!
 
La obstinada Shaula no soltaba el brazo de Subaru, y Emilia, con cara de póker, continuaba tirando del pelo de Subaru. Por cierto, Beatrice —que había quedado atrapada entre el tira y afloja de Subaru y Shaula— tenía la cara roja mientras era aplastada y decía Kiyu~ .
 
Anastasia: ¿Qué es esto? … A pesar de tantos problemas, parece que ahora to’os ‘tán de muy buen humor.
 
Meili: ¿Qué está haciendo onii-san justo después de levantarsee? No me gusta el ruido, pero me alegra que onii-san despertaraa.
 
Tras bajar lentamente las escaleras, Anastasia y Meili también se reunieron con ellos. Y así, a excepción de Rem y Patrasche que supuestamente continuaban con su tratamiento, todos se habían reunido allí.
Estaban todos bien, y habían sido capaces de reunirse, pero a este ritmo no serían capaces de calmarse y tener una conversación apropiada.
 
Subaru: ¡Co-mo-se-a! ¡Calmémonos todos! —Hablemos.
 
 
    
 
 
Forzando su garganta justo tras despertar para intentar tener controlada la situación, Subaru logró que todos los demás le prestaran atención por el momento.
Aun así, con el grupo sentado en un círculo, Shaula seguía enganchada al brazo derecho de Subaru, y a su izquierda estaba Emilia, sentada de rodillas a una distancia suficiente como para hacerle estremecerse. Y Beatrice estaba sobre las rodillas de Subaru, completando una disposición de personajes que parecería extremadamente extravagante ante los ojos de un extraño.
 
Ram: Repulsivo.
 
Subaru: ¿Acaso no viste la escena terrible de hace un momento? ¿Te parece que yo quería que le pasara esto a mi lado derecho? Mis huesos me duelen muchísimo. A este ritmo, mi brazo se va a necrosar.
 
Respondiendo a Ram, quien le había escupido aquella palabra, Subaru miró a su brazo inmovilizado.
Ser abrazado por una chica medio desnuda sería una experiencia de ensueño para muchos, pero en realidad, más que experimentar la suavidad de su piel, la carne de su brazo que había sido aplastado, y el dolor de las articulaciones que habían sido forzadas a su límite, habían tenido un efecto de terror que sentía en sus nervios y huesos. Sus brazos podrían haber sido arrancados.
 
Subaru: Entonces, antes de que mi brazo sea arrancado de raíz, me gustaría comenzar con la conversación, pero… antes de eso, para empezar, parece que todos están bien. Aunque me inquieta no haber confirmado cómo están Rem y Patrasche.
 
Beatrice: ¿Aún tienes dudas, supongo? Están bien, de hecho. Todos están bien, supongo.
 
Julius: Es tal y como dice Beatrice-sama; aunque tu inquietud y preocupación están más que justificadas. Puedes visitarlas apropiadamente después. ——Como esperarías, esta vez estuvimos todos aterrorizados.
 
Beatrice y Julius asintieron hacia Subaru, quien se alegraba mucho de haberse reunido con ellos.
Julius, una vez más, puso una lúgubre expresión en su rostro, como si reviviera el momento justo después de que hubieran sido separados en las dunas.
 
Julius: Inmediatamente después de que el espacio se rasgara, todos nosotros, a excepción de ti, Anastasia-sama y la señorita Ram, caímos al otro lado del campo de flores de las mabestias. Ahí, tras muchos giros y vueltas, llegamos a la atalaya y fuimos capaces de refugiarnos.
 
Meili: Peroo… onii-san y los demás no estaban ahíí, y como sabíamos que no podrían luchar estábamos preocupadoos.
 
Julius continuó con la anterior explicación de Beatrice, y Meili también la confirmó, haciendo un mohín.
Su preocupación también era de esperar. Cuando cayeron a aquella área bajo las dunas, el grupo de Subaru se preocupó por su desaparición, pero lo mismo ocurría con el resto del grupo.
 
Meili: Onee-san perdió mu~cho la compostura. Lo pasamos mal cuando fue brusca con la Sabia-saan. Todavía me da escalofríos recordarloo.
 
Emilia: Ey, Meili. No hace falta que digas eso.
 
Ante la mirada coqueta de Meili, que no correspondía con su edad, Emilia objetó poniéndose roja. Sus comentarios no eran una exageración, lo cual era obvio mirando a Emilia, quien se sonrojaba hasta las orejas.
Aunque fue imprudente, se alegró mucho de que se hubiera preocupado por él.
 
Subaru: Ya veo, ya veo; así que Emilia-tan estaba preocupada. Parece que Beako también estaba preocupada hasta llorar, soy una persona muy afortunada.
 
Emilia: Cielos, Subaru, bromeando sobre eso otra vez… Además, Beatrice no lloró a mares. Más o menos, sólo la mitad. Sí, exacto.
 
Beatrice: ¡Si quieres velar por otros entonces hazlo adecuadamente hasta el final, de hecho, cabeza hueca!
 
Emilia: ¿—?
 
Con la verdad expuesta de que había derramado lágrimas, Beatrice se enfurruñó mientras Emilia permanecía confundida. Relajando sus mejillas ante aquella agradable interacción, Subaru alzó la mirada hacia Julius.
 
Subaru: Si es así, tú también debes haberte preocupado bastante, ¿no? Qué desafortunado que no pudiera verte esa expresión.
 
Julius: Por supuesto, estaba gravemente inquieto. Además de ti, por Anastasia-sama y la señorita Ram. Fue lamentable perder a dos frágiles doncellas más allá de mi alcance. Por no mostrarles mi cara pálida y cómo daba vueltas preocupado, actualmente experimento alivio en mi frágil espíritu.
 
Subaru: ¿Por qué eres tan elegante describiendo cómo te asustaste?
 
Subaru retorció sus labios hacia Julius, quien se tocaba el flequillo como si fuera un hábito con una sonrisa amarga en su rostro.
Sin mostrarse fuerte ni dejando ver su lado débil; era un resultado completamente aburrido. Tras eso, Meili comenzó a reír ligeramente por la interacción entre ellos dos.
Cuando la cuestionaron solamente mediante gestos a través de sus ojos, colocó su melena trenzada contra su boca y…
 
Meili: Oh, no es nadaa.
 
Y les engañó con una sonrisa que parecía portar un significado más profundo.
 
Subaru: Bueno, ya veo que todos los que fueron separados estaban preocupados por nosotros. Al final, no hay nadie desparecido, así que es algo que podemos recordar con una sonrisa a partir de ahora.
 
Ram: Sólo Barusu podría ser tan osadamente desvergonzado. Incluso ahora, la pequeña figura de Ram y su suave corazón podrían romperse de inseguridad y miedo al recordarlo.
 
Subaru: ¿Me lo estoy imaginando, o la hermana —que, de toda la gente que conozco, es quien parece tener el corazón más duro— está diciendo algo?
 
La verdad era que, de entre todos los conocidos de Subaru, Ram era quien poseía la mayor fuerza mental. Sus observaciones parecían ser una tonta broma, como algo natural, pero acabó mirando intensamente a Ram, que estaba sentada enfrente de él.
Piel pálida con unos suaves ojos escarlatas. Y por supuesto, unos bien dispuestos rasgos faciales junto con una belleza refrescante. Bellos gestos faciales como una sospechosa baya encontrada en el valle de la dulzura y la elegancia. No importaba cómo la miraras, ella era la Ram de siempre.
 
Ram: … Detén esa mirada desagradable. Mirando tan intensamente… ¿qué quieres?
 
Subaru: Bueno, sólo pensaba en que eras Ram de verdad.
 
Ram: Ya has tocado fondo, ¿no?
 
Subaru: ¡Deja de hacer juicios sin ningún tema adecuado! No era eso.
 
Subaru contestó desconcertado a Ram, quien cortó las palabras de Subaru y las echó a un lado.
El incidente que había ocurrido antes de que perdiera la consciencia bajo tierra volvió a su mente: Ram había protegido a Subaru con su cuerpo herido poniéndose frente al centauro.
Su delicada figura, vista desde atrás y acribillada de heridas, había enfrentado a aquél formidable enemigo sin ninguna esperanza de victoria. En aquel momento, sintió el terror de perderla, viendo que su figura no mostraba miedo de ser herida; y ahora, ambos habían logrado salir a salvo.
Se dio cuenta de aquel hecho hablando con la impávida Ram de siempre.
 
Subaru: Ciertamente, aún hay este sentimiento de distancia entre nosotros. Se volvió extrañamente detestable y peor, pero cuando lo rememoro, aquello también… No, como era de esperar, no es algo bueno que recordar.
 
Ram: No entiendo lo que estás gruñendo. Dilo bien alto; como un hombre.
 
Subaru: «Me alegra que ambos estemos a salvo», es lo que quiero decir. Y también, por haberme protegido y salvado al final.
 
Ram: … Fue una pérdida de tiempo.
 
Subaru: ¡¿Cómo puedes decir eso?!
 
Aunque expresó su gratitud honestamente, no significó nada para ella.
A continuación, Emilia dejó salir una risa ahogada al ver cómo Subaru se molestaba de esa manera.
 
Emilia: Está bien, Subaru. Es sólo que Ram está un poco avergonzada.
 
Subaru: ¿La hermana está avergonzada? ¿No sería más creíble que el cielo y la tierra se hubieran intercambiado las posiciones?
 
Emilia: E-en realidad no. Quizás es porque seguías abrazando a Ram hasta que despertó y por eso está avergonzada. Incluso cuando se separaron, fue difícil.
 
Ram: ¡Emilia-sama!
 
Emilia había susurrado aquello en secreto a su oído, pero Ram reaccionó con enojo ante sus palabras. Alzó sus ojos extrañamente llenos de enfado, como si hubiera leído los labios de Emilia.
 
Ram: Creo que sería mejor que no juzgara las cosas bajo su propio criterio. Porque no creo que Ram quiera trabajar para una cabeza de chorlito que no entiende los sentimientos de la gente.
 
Emilia: … Cuando dices «cabeza de chorlito», ¿te refieres a mí?
 
Ram: No. Emilia-sama, piense adecuadamente en los sentimientos de las personas; si hay alguien que no tiene nada que ver con ser una cabeza de chorlito sería usted; sería ridículo por mi parte decir lo contrario.
 
Emilia: Ya veo. Emm… espera, déjame pensarlo un poco.
 
Emilia comenzó a reflexionar en lo que Ram había dicho, cuyas palabras habían sido acompañadas con gran sarcasmo. Mientras tanto, Ram miró a Subaru con un destello en los ojos tan afilado como el filo de una espada, y luego dijo Olvida esto moviendo únicamente los labios.
Subaru asintió reflexivamente ante su amenazante actitud. Cuando despertó, recordó que había rastros de que alguien había dormido a su lado en la cama. Pensó que seguramente habría sido Beatrice, pero según lo que Emilia había dicho…
 
Subaru: Ups, lo he olvidado, lo he olvidado. Dije que ya lo he olvidado.
 
Ram: Bien. Usted no es una cabeza de chorlito, Emilia-sama. Dejémoslo ahí.
 
Emilia: Uh, ¿no se ha hecho Ram más directa conmigo gradualmente?
 
Emilia la miró con reproche, pero Ram la dejó a un lado con una mirada de fingida ignorancia.
En cualquier caso, Subaru dejó de mirar a Ram, quien parecía que no quería volver a tocar el tema, y miró hacia la última de sus compañeros: Anastasia.
Estaba sentada al lado de Julius, jugueteando con los pompones que la adornaban como siempre. Pero cuando notó la mirada de Subaru, le devolvió una elegante sonrisa.
 
Anastasia: Ah, ¿han termina’o de hablar? Natsuki-kun, pensé que te habías orvida’o de mí.
 
Subaru: Espero que puedas perdonar mi EGO por priorizar los más cercanos a mí. Me alegra que tú también estés a salvo. Sobre la última batalla bajo tierra, no tengo ni idea de lo que pasó después.
 
Anastasia: ¿Vas a hacerme recordar aquellos pensamientos atroces cuando yo también fui arroja’a en ese pozo de oscuri’ad? Natsuki-kun y Ram-san y… ah, y Patrasche-chan pelearon dando lo mejor de sí mismos, por lo que la mabestia me ignoró. No fui de ninguna utili’ad en ese momento, pero lo seré ahora en las negociaciones.
 
Subaru: ¿Negociaciones?
 
Anastasia: Con la Sabia-san que nos ayu’ó, ya sabes.
 
Anastasia señaló a Shaula, quien aún estaba acariciando su rostro contra el brazo derecho de Subaru.
Cuando escuchó «negociar con esto», Subaru puso mala cara, mientras que Anastasia le dedicó una sonrisa irónica.
 
Anastasia: No, no; nosotros también ‘tamo’ bastante confundi’os. Ella no respondía na’a hasta hace unos minutos sin importar cuánto la presionáramo’, pero contigo, Natsuki-kun, ‘tá completamente enamora’a.
 
Subaru: ¿Esta cosa no hablaba?
 
Shaula: No me llame «esta cosa», sino Shaula; Gran Maestro~.
 
Subaru: Cállate.
 
Anastasia se encogió de hombros, y Subaru rechazó la intromisión de Shaula.
Ciertamente, sólo cuando contempló la situación se dio cuenta que Shaula no había dirigido ni una sola palabra a Anastasia y al resto. Y, sin embargo, sí había hablado con Subaru. Así que, en realidad, todo sobre esta situación resultaba inesperado.
 
Subaru: Cuando alguien de repente se acurruca a tu lado con 100 de simpatía, aunque sea una mujer preciosa, esa simpatía vale cero, así que no es algo por lo que valga la pena que me desconcierte…
 
Shaula: ¡—! ¡¿O sea, acaba de decir que soy una mujer preciosa?!
 
Subaru: ¡Tienes unos oídos agudos cuando te interesa, eh!
 
Una vez más, Subaru intentó empujar la cabeza de Shaula con su mano izquierda libre. Sin embargo, cuanto más luchaba, más aumentaba la fuerza de Shaula, haciendo que Subaru acabara rindiéndose.
Al final, sin aliento, Subaru agitó su cabeza diciendo Qué remedio , con Shaula aún aferrada a su brazo derecho.
 
Subaru: Por ahora, dejemos a un lado estos asuntos triviales y hablemos de lo que deberíamos hablar. No quiero que sigamos yendo en círculos sin explicaciones. Quiero que nos cuentes varias cosas.
 
Shaula: Vale~, si es algo que el Gran Maestro tiene que decir, entonces ¡saltemos a ello!
 
Julius: Ciertamente, su colaboración nos será de gran ayuda. Así pues, deseo preguntarle esto: usted es el Sabio que se retiró a esta Atalaya Pléyades… ¿tengo razón?
 
Shaula: *Pui~*
 
Subaru: ¡Respóndele! ¡Acabas de decir que hablarías!
 
En contraste a su sonrisa amigable, Shaula alejaba su rostro rápidamente de la pregunta de Julius. Después de que a Subaru le molestara la pobre actitud de Shaula, ésta giró su rostro hacia él poniéndose de morros.
 
Shaula: Cielos santo, es usted terrible, Gran Maestro. O sea, quien me supermachacó para que no contara, hablara o dijera nada innecesario a nadie, sin importar lo que preguntaran, fue usted, Gran Maestro. Sólo hago lealmente lo que me pidió. ¡No me puedo creer que se enfadara! ¡Prepárese para un litigio!
 
Subaru: ¡Tu Gran Maestro es absolutamente terrible!
 
Shaula: Sí, sí. El Gran Maestro es una persona muy terrible. O sea, debería exigirle una disculpa, y que reflexione superprofundamente por su actitud.
 
Subaru: Oye, llamar a la gente «Gran Maestro, Gran Maestro» según te plazca… ¿Qué, Emilia-tan? ¿Por qué me miras así?
 
Ante la extraña conversación entre Subaru y Shaula, Emilia había entrecerrado sus grandes ojos. Subaru se abrazó así mismo en caso de que fuera otro impulso de furia inexplicable, pero Emilia procedió a hablar.
 
Emilia: Pues… Puede que no sea nada importante, pero… cómo explicarlo… ¿La manera de hablar de ustedes dos no es bastante similar?
 
Subaru: ¡¿Hablo tanto de usted, y digo «super-» y «o sea»?!
 
Emilia: Eso no es lo que quiero decir, sino que me refiero a las expresiones que utilizan ambos. Ya sabes, siempre bromeas incluso durante las conversaciones serias, ¿verdad? A eso me refiero.
 
Subaru: ¡¿Eso es lo que piensas de mí?!
 
Subaru estaba horrorizado por aquella inesperada evaluación, pero Emilia no le prestó más atención. Al contrario,
 
Julius: Mmm… Ciertamente, ahora que lo mencionas.
Ram: ¿Significa que tiene el mismo nivel de habilidad conversacional que Barusu? Entonces habrá problemas más adelante.
Meili: Pues a mí la manera de hablar de onii-san me gusta bastantee.
Anastasia: Ya, pero… to’os tienen arguna forma de hablar que se siente pesa’a, ¿no creen?
 
La boca de Subaru se abrió de par en par debido a las valoraciones positivas y negativas a su alrededor. Sin embargo, una niña pequeña había perdido la paciencia furiosamente en lugar de Subaru: Beatrice.
 
Beatrice: En serio, no vayan diciendo lo que les parezca, supongo. No sólo están todos actuando de manera muy cercana con Subaru, sino que también están actuando muy pegajosos desde hace un rato, de hecho. ¡A pesar de tener la mano de Subaru, esto es muy duro para Betty, supongo! ¡Es injusto, de hecho!
 
El tema había cambiado bastante a medio camino, pero Beatrice tenía una disposición alegre. Sin embargo, Shaula rechazó las quejas de Beatrice, con una mirada que ninguna chica preciosa debería hacer.
La falta de paciencia de Beatrice ya había alcanzado su límite cuando vio la completa falta de preocupación expresada en el rostro de Shaula.
Sin embargo, antes de eso, un golpe de karate de Subaru golpeó a Shaula de lleno en su frente.
 
Subaru: ¡Ya es suficiente!
 
Shaula: Auch… Aunque no duela, ¡¿no es esto un abuso?! ¡Es superabuso! ¡El Gran Maestro fue superviolento conmigo! ¡Le veré en el juzgado!
 
Subaru: ¡Cállate! ¡Es más, a partir de ahora habla con los demás! ¡De lo contrario, esta charla no llevará a ninguna parte!
 
Shaula: … ¿Seguro?
 
Subaru: ¡Sí! ¡Además, lo recomiendo! ¡Ya es hora de que empieces a hablar en serio!
 
La expresión de Shaula cambió a una de completa sorpresa frente a las quejas enfurruñadas de Subaru. Y entonces, poco a poco, su expresión facial cambió, primero a sorpresa, luego a comprensión, convicción y, finalmente, profunda gratitud.
Y entonces…
 
Shaula: ¡Yuppiiiiiii! ¡Por fin~! ¡Obtuve permiso para hablar! ¡Ahora ya no tengo que seguir actuando como una MISTERIOUS mujer superhermosa que oculta algo~! ¡Hurraaa!
 
Subaru: ¡¡Ahora ni siquiera queda un poco de esa mujer!!
 
Su rostro estaba iluminado con una gran sonrisa; si tuviera una cola de perro, probablemente la estaría agitando a toda velocidad.
De hecho, la coleta de Shaula se estaba agitando de alegría mientras ella se aferraba a su brazo, golpeando repetidamente su frente, sus mejillas y dios sabe qué más sitios.
 
 
    
 
 
Subaru: —Entonces, es correcto decir que tú eres la Sabia de los rumores, ¿verdad?
 
El escándalo había disminuido un poco, y finalmente alcanzaron la pregunta que deberían haber hecho desde el principio.
Shaula, que dejó ir el brazo derecho de Subaru, estaba sentada con las piernas cruzadas en el medio del grupo, ahora sentado en un círculo que la rodeaba. Por lo demás, el brazo derecho de Subaru se había vuelto insensible y no podía alzarlo. Ni moverlo.
 
Shaula: …
 
Subaru: Respóndeme. Eres la Sabia, ¿verdad?
 
Shaula: Mmm… La respuesta a esa pregunta es superdifícil.
 
Habiendo sido recibida su pregunta en silencio, Subaru la repitió una vez más. A continuación, Shaula contestó vagamente, poniendo una expresión amarga como si estuviera comiendo una ciruela ácida.
Subaru frunció el ceño al recibir aquella respuesta, revelando su desconcierto. Sin embargo, fue Emilia quien alzó su mano en su lugar y procedió a hablar.
 
Emilia: En ese caso, dejando a un lado si eres la Sabia… Aquél que dicen que vigiló las dunas todo este tiempo desde dentro de esta torre eras tú, ¿correcto?
 
Shaula: Ah, esa soy yo, sin duda. O sea, durante 400 años, cada día desde hace una eternidad he vigilado en medio de estas arenas, ¡y cada inhóspito día que he pasado haría superllorar a quien lo narre y quien lo oiga!
 
Emilia: Pobrecita… gh.
 
Subaru: Emilia-tan, que no te afecte. Y tú también, no incluyas sentimentalismos innecesarios.
 
Al oír lo que dijo Shaula cuyo puño temblaba, unas lágrimas asomaron en los ojos empáticos de Emilia. Mientras calmaba a Emilia, Subaru, a raíz de la respuesta de Shaula, intercambió miradas con Julius.
Julius asintió en esa interacción, y tomó el turno de palabra.
 
Julius: Entonces, ¿estaría en lo correcto al reconocer que ha llevado a cabo la tarea del Sabio durante 400 años, tal y como se es conocido, Shaula-sama?
 
Shaula: Hace que me sonroja, añadiendo cosas como -sama. O sea, no estoy acostumbrada, así que puede dirigirse a mí sin ningún honorífico, de manera normal. Mira que usar Shaula-sama… Dehehe.
 
Julius: En ese caso me corregiré. ¿Quien es conocido comúnmente como el Sabio eres tú? Shaula.
 
Shaula: Bueno, ¿no estoy segura? O sea, aunque sea lo que se dice, nunca he salido de la torre, así que no sé nada de lo que dicen los rumores de fuera. Se siente inesperadamente extraño, ¿no? Que me llamen Sabia.
 
La expresión facial de Shaula, que había estado completamente tranquila, cambió por completo a una llena de pensamientos, y así también lo hizo la atmósfera. Julius también entrecerró los ojos, enfrentando la profundidad de su mirada que parecía estar buscando algo.
Su último comentario no era algo que se pudiera ignorar, aunque no fueras Julius. Porque, si las palabras de Shaula eran verdad…
 
Julius: Si tú no eres el Sabio, entonces la leyenda del Sabio Shaula sería un rumor enteramente incorrecto. ¿O acaso hay otro Shaula que sea considerado un Sabio además de ti?
 
Shaula: Desconozco ese tal Sabio Shaula del que hablan esos rumores, pero, hasta donde yo sé, no tengo ningún conocido que se llame así aparte de mí misma. Además, el Gran Maestro me dio este nombre, así que el Gran Maestro debe habérmelo dado sólo a mí… Pero—
 
La mirada de Shaula se giró fugazmente hacia Subaru, pero Subaru no había nombrado a nadie «Shaula» en primer lugar, a nada ni a nadie.
Sin embargo, era un hecho que le sonaba el nombre «Shaula». Shaula también era el nombre de una estrella, la estrella que formaba la constelación de Escorpio——y su significado era El Aguijón.
 
Naturalmente, eso le recordó la verdadera naturaleza de los rayos de luz que habían sido disparados desde la atalaya; sin embargo, en lo que se refería a obtener aquella información de ella, a Subaru no le importaba posponerla hasta más tarde. Ahora mismo, lo que tenía prioridad era un tema diferente.
 
Shaula: —Dado que el Gran Maestro no parece tener idea, Shaula es únicamente mi nombre, como pensaba. El Gran Maestro me lo dio a mí… Que haya otra Shaula es superinnecesario.
 
Julius: Ya veo. Parece que le tienes mucho cariño a ese Gran Maestro. —Debe haber sido un tipo muy pecaminoso, eh.
 
Subaru: Deja de mirarme cuando dices eso. Esas acusaciones son falsas. Presunción de inocencia.
 
Ram: Culpable hasta que se demuestre lo contrario. Eso es lo que Ram cree.
 
Subaru: ¡¿No tienen orgullo en ser una nación con ley?!
 
Dejando a un lado la interrupción, Subaru fue incapaz de discernir si había alguna mentira en lo que Shaula decía. Si ella estaba diciendo la verdad, entonces ¿ella no era de quien hablaban las leyendas?
De repente, Anastasia empezó a rebuscar en el bolsillo de su pecho, sin consideración por los individuos que conversaban entre sí. Y entonces, sacó de ahí algunas monedas de su bolso por alguna razón.
 
Subaru: No te vas a poner a contar dinero así de repente, ¿verdad?
 
Anastasia: Aun siendo mi afición, y aunque tocar mone’as me ayu’a a pensar mejor, no es esa mi intención. Aquí tienes, entenderás lo que quiero decir cuando te fijes en las mone’as der reino.
 
Diciendo eso, Anastasia lanzó las monedas en la palma de su mano al confundido Subaru, quien las agarró rápidamente. Lo que le había arrojado eran cuatro monedas: una de cobre, una de plata, una de oro y otra de oro sagrado.
Era imposible que fuera un soborno para Shaula, o una alternativa a una propina. Asegurándose de comprobar las monedas tal y como le había dicho, Subaru notó los diseños grabados en ellas.
No le había echado un buen vistazo al dinero hasta ahora, pero…
 
Subaru: Así que es común en todas partes grabar dibujos, diseños y cosas así en el dinero. Qué curioso.
 
Anastasia: ¿Qué tiene de curioso? Hay que saber de dónde viene er dinero… Ademá’, er dinero siempre refleja la historia de su país. Es por eso que acontecimientos intrínsecos a la historia der país ‘tán graba’os en ér.
 
Subaru: Mmm… ¿—?
 
Subaru desvió su atención a los diseños grabados en las monedas mientras escuchaba la explicación de Anastasia. Y cuando los miró de cerca…
 
Ya veo, las monedas tienen diferentes diseños grabados.


Emilia: Las monedas de oro sagrado tienen al Dragón Divino, las monedas de oro tienen al Santo de la Espada de la Primera Generación, las monedas de plata tienen al Sabio, y las de cobre tienen el Castillo Real de Lugnica en ellas. ¿No lo sabías?
 
Subaru: ¡E-Emila-tan está hablando como si fuera una CHARACTER superinformada con lo que ha dicho!
 
Emilia: Más bien, yo diría que son cosas obvias. ¿Nunca miraste el dinero apropiadamente cuando estabas comprando?
 
Ante la dolorosa pregunta de Emilia, Subaru silbó inocentemente para despistarla. Y mientras lo hacía, comprobó que los grabados eran exactamente como ella los había descrito.
Un dragón estaba grabado en las monedas de oro sagrado, un hombre con una mirada aguda en las de oro, el Castillo Real estaba en las monedas de cobre, y finalmente, en las monedas de plata…
 
Subaru: Parece un tipo joven y guapo, ¿no? No se parece para nada a Shaula.
 
Beatrice: Pero, el tipo en ese dibujo es como se supone que es Shaula para el resto del mundo, de hecho.
 
Un hombre apuesto con pelo largo y unos rasgos faciales intrépidos estaba grabado en la moneda. Naturalmente, aunque cambiaras el ángulo, parecía improbable poder confundirlo con una atractiva mujer medio desnuda.
Shaula estaba incordiándole diciendo ¡Déjeme ver! , así que le entregó la moneda a ella. Cuando lo hizo, Shaula miró a la moneda de plata de cerca y…
 
Shaula: O~h, parece superbien hecho, ¿no? O sea, se ve igual que el Gran Maestro.
 
Subaru: ¡¿Dónde ves tú eso?! Ah, no, si el Sabio que está grabado es tu Gran Maestro, entonces ¿a qué te refieres con que yo me parezco al Gran Maestro de tus recuerdos?
 
Shaula: Cielos, ¿de qué está hablando? Mi Gran Maestro es el único Gran Maestro.
 
Subaru: Entonces, deja que me repita de nuevo. ¡¿DÓNDE ESTÁS VIENDO ESO?!
 
Se aclaró la garganta y gritó a pleno pulmón a Shaula, quien le estaba comparando con el diseño grabado en la moneda de plata.
No sólo diferían en el peinado y sus ojos, sino que incluso su etnia parecía diferente. En lo único en lo que parecían coincidir era en el género. Si fuera a juzgarlo por la categoría de tener un buen aspecto, entonces Julius se acercaría mucho más a esa imagen que Subaru.
Sin embargo, Shaula le miró insatisfecha, respondiendo ¿Qué~? ante la opinión de Subaru.
 
Shaula: Por lo que puedo ver, a mí me parece superpreciso. O sea, tienen pelo, dos ojos, dos oídos, una nariz y una boca.
 
Subaru: ¡¿Ese es el LEVEL de tu comparación?! ¡¿Acaso no estás elogiándolo como si fuera el retrato de un preescolar?!
 
Emilia: Yo tampoco creo que el Sabio y Subaru se parezcan mucho…
 
Aunque Shaula se disgustó por eso, el veredicto de Subaru y, por supuesto, el de Emilia lo superaba. Sus veredictos eran de esperar. Sin embargo, Shaula aún no lucía convencida.
 
Shaula: Es que… no se me da bien comparar los rostros de la gente. O sea, los hombres y las mujeres son diferentes, pero después de eso, ¿no son básicamente lo mismo? … Después de eso, se reduce al tamaño, ¿no?
 
Beatrice: Ella acaba de mirar a Betty y se le ocurre esa respuesta, supongo; detestable.
 
Subaru: Está bien, porque Beako es pequeña y linda y es única. Dejando eso a un lado, tienes semejante sentido de la estética y, aun así, ¡me llamas a mí, de todas las personas, tu Gran Maestro! ¡Me estás confundiendo completamente por otra persona!
 
Tomando ventaja de la excusa de Shaula, Subaru se quitó algo del deshonor que había acumulado hasta ahora bajo falsas acusaciones. Para empezar, era una afirmación ridícula. Por supuesto, él no necesitaba ni considerarla, Subaru no tenía nada en común con Shaula, y eso era un alivio.
O eso pensaba, pero Shaula agitó la cabeza y…
 
Shaula: Ah. Que le encontrara, Gran Maestro, no fue por una cuestión de apariencia, o sea que eso no es un problema.
 
Subaru: ¿No fue debido a la apariencia? ¿Entonces, cómo? ¿Por el AURA?
 
Shaula: Su mal olor.
 
Subaru: …
 
Shaula: Bueno, no, es que el Gran Maestro es la única persona que dejaría un mal olor superoscuro y superagrio hasta el punto en que mi nariz quiera estrujarse.
 
Subaru: ¡Honestamente, es la primera vez que hieren mis sentimientos de esta manera! ¡¿Tan mal huelo?!
 
Cuando la palabra clave «olor» salió a colación, Subaru se preparó para lo que oiría a continuación. Sin embargo, su preparación fue destrozada de un golpe por las palabras que Shaula decidió usar justo después.
Al ver que el rostro de Subaru se enrojeció ante tal inesperada evaluación, Shaula miró extrañada a Subaru.
 
Shaula: ¿Por qué se enfada? Ah, ¿es porque dije «superagrio»? ¡Está bien! ¡O sea, el olor del Gran Maestro es supermalo, pero es el tipo de olor que quiero seguir oliendo para siempre! ¡O sea, es como el de una variedad de cocina inusual, no del tipo que te hace querer vomitar, así que está genial!
 
Subaru: ¡Las chicas no deberían decir «vomitar» y «está genial» en la misma frase! ¡Y no FOLLOW después de eso!
 
Subaru se cubrió el rostro con las manos, tan avergonzado que estaba a punto de llorar.
 
Subaru: ¿Qué demonios…? Pensaba que me había acostumbrado a que la gente dijera eso, pero ser humillado de esta forma es demasiado. ¿Qué he hecho para merecer esto?
 
Emilia: E-está bien, Subaru. Lo entiendo perfectamente. Así que, ¿deberías tomar un buen baño después?
 
Subaru: ¡En absoluto «lo entiendes perfectamente»!
 
La angustia había hecho mella en Subaru hasta volverlo inútil. Beatrice dejó salir un suspiro mientras miraba de reojo a Emilia, quien trataba de consolarle. Y entonces, Beatrice se cruzó de brazos y, apoyando su espalda en Subaru,
 
Beatrice: Entiendo la razón por la que confundiste a Subaru con un completo extraño, supongo.
 
Shaula: No le he confundido. Es superimpertinente para ser una pequeñaja, ¿no?
 
Beatrice: Lo siento, pero esta pequeñaja es la preciada compañera de tu Gran Maestro, de hecho. Ups, le confundiste con otra persona, así que de hecho no es tu Gran Maestro ni nada, supongo. Perdón, de hecho.
 
Shaula: …
 
Beatrice: …
 
En silencio, chispas saltaban entre las miradas de Beatrice y Shaula.
El tema de su discusión había divagado por todos lados; pero, aunque intentaran recuperarlo, la gente que quedaba para recuperar la discusión en la buena dirección era muy poca. Dada la situación, quienes usaran el sentido común se llevarían la peor parte.
 
Ram: Beatrice-sama, dejemos la pelea para después de que hayamos terminado. Tras nuestra importante discusión, es libre de decidir de quién es propiedad Barusu.
 
Beatrice: Subaru no es propiedad de nadie, supongo. Ese es el punto, de hecho.
 
Ram: …Sí, sí.
 
Ram cargó con la furia de Beatrice mientras sus ojos se llenaban de asombro. Y tras su contestación, Ram entrecerró los ojos y llamó a Shaula, quien aún miraba a Beatrice con una mirada aguda.
 
Ram: En cualquier caso, si pudieras hablar con nosotros, entonces eso sería estupendo. Hasta ahora, no podías tener una conversación seria con nosotros, ¿pero no crees que ya estaría bien hacerlo?
 
Shaula: Mmm… tengo el permiso del Gran Maestro, o sea que eso estaría OK. Aunque diga eso, no soy superamable como para responder a todo. O más bien, debo decir que no sé muchas cosas.
 
Ram: Sólo con esa respuesta ya es suficiente para que Ram decida que llamarte Sabia sería un error.
 
Sacando orgullosa su amplio pecho, Shaula declaró descaradamente su ignorancia todavía más. Ram sacó su pequeño pecho como si rivalizara con el de Shaula y resopló por la nariz mostrando un aire de superioridad por encima del de cualquier otra persona allí presente.
 
Ram: Eres Shaula, pero no el Sabio. Entonces, me pregunto, ¿te suenan el Santo de la Espada y el Dragón Divino?
 
Shaula: ¿El Santo de la Espada y el Dragón Divino?
 
Ram: Sus nombres son Reid y Volcánica.
 
Shaula: ¡Ecs!
 
Como si hubiera masticado algo desagradable, Shaula sacó la lengua ante la pregunta de Ram.
Era fácil entender por aquella respuesta que ambos nombres le sonaban. Cuando Ram silenciosamente le apresuró a responder, Shaula agitó su cuerpo de izquierda a derecha, aún sentada con las piernas cruzadas, y procedió a hablar.
 
Shaula: Los conozco. O sea, Reid el Palillero y Volcánica el Cínico son viejos amigos míos. No los he visto desde que nos separamos, pero deben de irles muy bien, ¿verdad?
 
Ram: Uno de ellos —Reid— murió, hace mucho tiempo.
 
Shaula: ¡¿En serio?! ¡¿Está muerto, aunque era un tipo superinvencible?! ¡¿Cómo murió?! ¡¿Comió algo superraro?!
 
Ram: Su esperanza de vida. Nadie puede ir contra el destino.
 
Shaula: Su esperanza de vida… Ah, ya veo. Ciertamente. O sea, Reid era un ser humano.
 
Habiéndole contado sobre la muerte de su conocido, Shaula bajó la mirada con actitud solemne. Parecía de algún modo triste, con sus hombros bajados en desánimo, el cual le recorría hasta la coleta.
Sin importar lo que estuviera diciendo o su comportamiento hasta ahora, su figura de luto por la muerte de un amigo era algo triste.
Habiendo recuperado por fin el equilibrio, Subaru también sintió una opresión el pecho cuando miró el perfil del rostro de Shaula.
 
Shaula: Entonces, ¿a Volcánica le va bien?
 
Subaru: Porque es un DRAGON.
 
Shaula: Cierto, es un DRAGON. Aunque ojalá Volcánica hubiera muerto en lugar de Reid…
 
Subaru: Eso es pasarse de la raya, oye.
 
Habiéndoles mostrado un único momento de tristeza, Shaula rápidamente volvió a ser la de siempre. Habló amargamente de su otro conocido con un rostro relajado.
Ante aquello, Ram cerró uno de sus ojos pensativa y…
 
Ram: Recuerdas a Reid y Volcánica. —En ese caso, deberías conocer el nombre de tu Gran Maestro, ¿verdad?
 
Todos: …
 
Subaru y los demás contuvieron la respiración ante la pregunta de Ram.
Sólo el rostro de Shaula mostraba extrañeza, contestando Obviamente .
 
La pregunta de Ram era bastante efectiva para desvelar el misterio del Sabio.
El sistema Shaula=Sabio había colapsado; así que, si existiera alguien que hubiera logrado los requisitos para ser llamado Sabio aparte de ella, naturalmente debían ir a conocer dicho individuo.
Shaula confundió a Subaru como ese individuo por alguna razón, pero un nombre probablemente no era algo que pudiera tergiversarse.
 
—No puede ser… No debería ocurrir un MIRACLE en el que ella diga ahora que hay un Sabio llamado Natsuki Subaru, rezó Subaru.
 
Y sus oraciones fueron escuchadas——de una manera extraña que no podía imaginarse.
 
Shaula: Es raro que pregunte el nombre del Gran Maestro. O sea, considerando que está aquí, y que todos ustedes son compañeros del Gran Maestro, ¿no lo saben?
 
Ram: Lamentablemente, tu Gran Maestro se golpeó la cabeza con la taza del váter y olvidó un montón de cosas.
 
Subaru: ¿Por qué específicamente con el váter?

 
Shaula: ¿Otra vez, Gran Maestro?
 
Subaru: ¡¿Cómo que otra vez?!
 
Con Shaula mirándolo con compasión, Subaru experimentó una humillación que no debería haber recibido. Sin embargo, como si hubiera sido convencida por lo que dijo Ram, Shaula se puso de pie de un salto y…
 
Shaula: Entonces lo escuchará de mí. El nombre del Gran Maestro… Cierto, incluso ese nombre es del famoso gran erudito. ¡Por supuesto, el título de Sabio sólo le quedaría bien al Gran Maestro!
 
Subaru: ¡Ve al grano!
 
Shaula: Qué superimpaciente~. Pero eso también es propio del Gran Maestro.
 
Shaula hizo un gesto llamativo que contenía irritación, pero sacó la lengua con un gesto enfurruñado ante la petición de Subaru. Y entonces, colocando un dedo en su mejilla con un gesto terriblemente infantil…
 
Shaula: Flugel.
 
  Subaru: … ¿Eh?
 
Shaula: El nombre del Gran Maestro es Flugel. O sea, el gran erudito Flugel es el Gran Maestro de Shaula.
 
Cuando dijo aquellas palabras, toda la expresión de Shaula se iluminó en una sonrisa y sacó el pecho con alegría.
No había rastro de duda en que Shaula sentía un profundo amor, gratitud y puro respeto, y que portaba respeto y afecto hacia Flugel.
 
Sin embargo, Subaru y los demás tuvieron varias reacciones ante ese nombre.
De todas formas, él conocía el nombre.
 
Subaru: … ¿No es ese el nombre de la persona que plantó el árbol?
 
Diciendo eso, Subaru ladeó la cabeza al escuchar el nombre del personaje histórico con cuyo destino se había cruzado tan sólo una vez antes.