sábado, 5 de febrero de 2022

,

Como un destello


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Tobías

Corrección y edición
Robert
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

——Mezclado con el vasto terreno de las dunas había un campo de flores con variedad de colores.

Era de noche y, misteriosamente, la luz de las estrellas en el cielo sobre las dunas no era visible.
A pesar de que no había acumulación de nubes, no podía verse el cielo porque el miasma que envolvía el aire sobre el suelo cubría este vasto mar de arena; esa fue la explicación dada de antemano.
Subaru no tenía claro quién había dado esa explicación: Beatrice, Emilia o Julius.

Pero ahora lo que era claro, en lugar de la imperceptible vista del cielo, era la alarma de precaución proveniente del suelo, el ominoso florecimiento del campo de flores invicto frente a la oscuridad de la noche.
Las vívidas, o más bien venenosas flores desentonaban demasiado con el mar de arena.

『 Subaru: El campo de flores en las dunas… 』

Aun habiéndolo dicho él mismo, esa asociación de palabras le dio muy mala espina y Subaru sintió que ya había oído hablar de ello.
Lo que le vino a la mente en ese instante fue la información obtenida en el bar de Mirula. Aquel barman que había perdido una de sus piernas mencionó un campo de flores que aparecía en las dunas.

«Si campos de flores son avistados en las dunas, corran a toda velocidad», fue lo que él dijo.
——Es el territorio de unas mabestias feroces y repugnantes: los Osos Cortesanos.

『 Subaru: Pero, aunque dijera que corriéramos a toda velocidad… 』

Murmuró Subaru con una voz cada vez más baja, y mirando hacia delante y atrás.
El campo de flores era el territorio de unas mabestias; esa información era beneficiosa. También había una indicación sobre correr inmediatamente de las feroces y atroces mabestias. Sin embargo, el problema aquí era su escala.

『 … 』

Alineados en una fila, Subaru y los demás contuvieron el aliento, guardando silencio.
Ante la fila, y tras haber superado la amenaza del Lapso de arena abriéndose paso a través de la distorsión espacial, había aparecido una extensión arenosa que llevaba a la Atalaya——pero justo frente a sus ojos había un amplio campo de flores.
Era tan denso, que no había un solo lugar donde pisar.

Era un paraíso de flores que brotaba abruptamente en el desierto. Obviamente olía a chamusquina.
Era algo que hubieran evitado, incluso sin la advertencia del barman.
Era precisamente por eso que, si volar por el cielo fuera una opción, entonces ellos la hubieran elegido y evadido esto sin ningún tipo de vacilación.

『 Subaru: Evadirlo es imposible. 』

Murmurando de tal manera que no hubiera diferencia entre esto y un ronco suspiro, Subaru dirigió su voz hacia Meili.
Bajo estas condiciones, el grupo dependía completamente de Meili en cuanto a las contramedidas contra las mabestias. Su juicio determinaba el camino, pero su rostro ahora observando el campo de flores… estaba bastante pálido.
La sangre se desvaneció de su piel de complexión ligera y en su lugar surgió sudor frío. Sin necesitar palabra alguna, ella entendió que estaban en una situación muy mala, como si la hubiera agarrado con sus propias manos.

『 … 』

Lentamente, Patrasche, con su gran cuerpo, se acercó en increíble silencio. Al ver en su lomo a Beatrice dándole una señal con sus ojos como diciendo 『 Sube, de hecho 』, Subaru colocó su pie en la montura y, mientras lo hacía, silenció todo sonido mientras se posicionaba nuevamente arriba de la dragona.

Ya fuera para continuar o regresar, no sería posible moverse para las piernas de Subaru, que sería tragado por la arena.
Aunque sus decisiones se transmitieran por medio de las riendas, tendría que depender de las piernas de Patrasche para moverse rápidamente.

『 Meili: ……Por ahora, parece que todos están duermiendoo. 』

『 … 』

¿Cuánto tiempo había pasado esperando la opinión de Meili mientras contenía el aliento? Después de unos diez segundos, que para él se sintieron como casi una hora, Meili soltó esa frase, como susurrando.
Al escucharlo, la tensión en los hombros de Subaru se esfumó y acercó a Patrasche al carruaje de dragón.

『 Subaru: Ese campo de flores es el territorio de los Osos Cortesanos… Eso es correcto, ¿cierto? 』

『 Julius: A juzgar por la información que recibimos previamente, a priori eso parece ser correcto. Pero… la escala es mucho mayor de lo que imaginé. 』

『 Beatrice: Parece que esa diferencia en escala de flores no es tan poca cosa como el doble o el triple, supongo. 』

Dejando salir un simple suspiro, Subaru y el resto, mirándose el uno al otro, intercambiaron sus pensamientos.
Ante esta gran recepción que sobrepasaba sus expectativas, Julius y Beatrice también se quedaron mudos. Las voces de deleite después de haber atravesado el Lapso de Arena, emitidas por Emilia y los demás dentro del carruaje de dragón, también se callaron y ella mostró su rostro a través de la pequeña ventana, preguntándose qué había sucedido.

『 Emilia: Subaru, ¿sucedió algo? Ya no oigo el viento arenoso. 』

『 Subaru: Hicimos un espléndido trabajo superando el Lapso de Arena. Y, justo cuando pensé que habíamos sobrepasado el primer obstáculo, nos encontramos de bruces con el segundo obstáculo. Como puedes ver. 』

『 Emilia: ¿Como puedes ver? ……Ah. 』

Viendo el claramente visible campo de flores en un solo vistazo por la pequeña ventana, la garganta de Emilia se quedó en shock. Ella también había oído lo que el barman había dicho. Obviamente, la información que ella recordó era la misma.
Emilia pestañeó repetidamente y, al lado de ella, Anastasia y Ram también mostraron sus rostros. Las dos dieron un vistazo al campo de flores e hicieron una mueca ante la crueldad de las pruebas para alcanzar la atalaya.

『 Subaru: A pesar de atravesar el viento arenoso y el Lapso de arena… Así que el impedimento esta vez son los campos de flores, ¿eh? Respecto al TERRITORY de estos Osos Cortesanos, ¿sabes algo, Anastasia? 』

『 Anastasia: Mi trabajo es guiar, y preferiría que no esperases de mí argo má’ que eso. Aun así, esto seriamente es un pequeño problema. ¿Qué deberiamo’ hacer? 』

Subaru mantenía expectativas en la opinión de la inexpresiva Eridna, pero ella se encogió de hombros, pareciendo no tener un plan para sobrepasar este obstáculo. Entonces, Subaru hizo una larga exhalación y miró a Meili.

『 Subaru: Meili, con tu cualidad, puedes atraer mabestias, ¿cierto? ¿Puedes también sacar a los Osos cortesanos del campo? 』

『 Meili: ……Eso es difíciil. Puedo hacerlo si son diez, veinte o incluso cien, peroo… si hay más que eso, a algunos pequeños no les llegarán mis instruccionees. 』

『 Subaru: ¿¿Hay un límite para el número?? 』

『 Meili: También hay un límite en su índolee. No estoy segura con casos tan extremos como la Ballena Blanca o el Gran Conejoo. En ese sentido, mi compatibilidad con los Osos cortesanos es malaa. Muy diferente a Sombraleóón. 』

『 Subaru: Sombraleón…… Ah, el grandote que apareció en la mansión. 』

Poniendo un límite a su conversación acerca de viejos recuerdos, Subaru consideró la opinión de Meili y miró al campo de flores.
Un vasto paraíso de incontables flores——como era de esperarse, el número de mabestias no podía ser estimado. Pero estaba claro que era fácilmente superior a cien, el cual era el límite de Meili.

『 Julius: En la situación actual, podría decirse que las opciones que tenemos son Continuar o Regresar. 』

Encarándose hacia Subaru, quien se había quedado en silencio, el conductor Julius dijo eso levantando dos de sus dedos.
Mirando los dedos de Julius, Subaru suspiró.

『 Subaru: La opción de regresar nunca estuvo ahí en primer lugar. Se podría decir que es un desperdicio tras haber CLEARED el Lapso de arena, pero entonces el problema sería que eso no soluciona nada. Y tampoco tiene sentido posponerlo. 』

『 Julius: Si acabamos envueltos en otro Lapso de arena, o si tomamos otro camino totalmente distinto, quizás seamos capaces de desafiar la atalaya. ¿Acaso no detenerse a considerarlo y bloquear esa opción no es simplemente sacar una conclusión precipitada? 』

Julius insistió en que uno de los tres Lapsos de arena que ocurrían al día debía ser el correcto. De lo que Subaru y los demás habían escapado era el Lapso de arena de la noche.

Los otros dos son el Lapso de arena de la mañana y el de la tarde, pero… ¿sería posible que alcanzáramos lugares diferentes dependiendo del Tiempo de arena elegido?

『 No 』, dijo Subaru sacudiendo su cabeza.

『 Subaru: Aunque sea como dices y tomáramos un camino diferente, dudo mucho que el camino hacia la atalaya donde aparezcamos sea seguro. Aquí están los campos de flores, pero es posible que haya un obstáculo diferente en otro lugar. Probablemente no haya ningún camino fácil. 』

『 Julius: ……Ciertamente. Supongo que fui un poco demasiado optimista. 』

『 Subaru: Además, con Meili aquí, el campo de los Osos Cortesanos probablemente sea el único camino posible para nosotros, ¿sabes? 』

『 Julius: Y ahora, demasiado pesimismo. Como siempre, tu fuerte es animar y desanimar a los demás. 』

『 Subaru: No recuerdo haber intentado hacer eso. En fin, Meili. ¿Qué opinas? 』

Hablándole duramente a Julius, que volteó los ojos ante lo desfavorable que era la situación, Subaru se volteó hacia Meili.
En silencio y observando atentamente el campo de flores, Meili respondió a las palabras de Subaru con un 『 Mmm… 』 con la mirada puesta en el suelo.

『 Meili: El número es desesperanzador, pero si me dices que lo haga, entonces lo intentaréé. No es como si fuera necesario que todos los señores animales que no vemos tuvieran que escuchar lo que yo les pida. 』

『 Subaru: ¿No necesitas hacerlo con todos? 』

『 Meili: Para atravesar el campo de flores, bastará con desplazar silenciosamente la mínima cantidad imprescindible de Osos cortesanoos. Si un camino se abre, tendré al resto durmiendo obedientemente. Si no son provocados, entonces podría manejar estoo. 』

Como si ganara confianza en sus pensamientos mientras respondía la duda, la fuerza regresó a la voz de Meili.
Al menos, ella estaba dispuesta a respetar la posibilidad de Subaru de Continuar. Eso era algo por lo que genuinamente estar agradecido. Subaru asintió hacia Meili, y entonces miró el rostro de todos.

『 Subaru: Pienso que debemos continuar. Sin importar lo que se elija, no habrá un regreso sin peligros. Se trata de encontrar la solución al problema en lugar de escapar de él. 』

『 Ram: Aunque dependes de otras personas para alcanzar tus objetivos, tienes la boca bastante grande. 』

Ram lanzó palabras amargas a Subaru, quien sugirió continuar adelante.
Al recibir sus típicas palabras, Subaru sonrió amargamente y dejó salir un 『 Y que lo digas. 』 levantando su pulgar.

『 Subaru: Al final, no es un error decir que dependemos de Meili. Si por alguna razón, resulta que tenemos que atacar a las mabestias, entonces tendremos que depender en Emilia-tan o Julius, o Beako. Me sabe mal. 』

『 Patrasche: … 』

『 Subaru: Oh, y también Patrasche. Lo siento, lo siento. 』

Él acarició la cabeza de su amada dragona que levantó el cuello, descontenta al no oír su nombre en la lista de en quienes podía depender.
Ante esa patética declaración de Subaru, Ram lució francamente sorprendida y se encogió de hombros.

『 Ram: Ser consciente de ti mismo no será de ayuda. Al menos, en ese improbable escenario, te ordeno que cumplas con el rol de carnada. 』

『 Subaru: Oír eso también me resulta bastante nostálgico. Aunque puede que no lo recuerdes. 』

『 Ram: … 』

Ante esas palabras que hablaban del pasado, Ram sólo mostró una mirada de confusión.
Esas palabras eran como las que dijo Ram en el bosque de las mabestias, o en la mañana en la que se dirigieron a la capital para la Selección Real. Habiendo desaparecido Rem de sus recuerdos, y la consecuente alteración de los recuerdos para rellenar ese hueco, ¿a dónde fueron a parar aquellas interacciones de esos días?

『 Subaru: Vamos a recuperarlo. No quiero retroceder ni por un segundo más. 』

『 Emilia: …Sí, tienes razón. Yo también creo que es como dices, Subaru. 』

Ante la decisión de Subaru, que había endurecido su puño, Emilia estuvo de acuerdo con una expresión valiente.
Ella tocó el collar en su cuello, y transmitió a sus dedos sus sentimientos hacia el Espíritu que dormía en la Gran Piedra Mágica. Y entonces, sus ojos amatistas se centraron seriamente en el campo de flores.

『 Emilia: Tras este campo de flores se encuentra la llave a preciados recuerdos. Avancemos sin parar. Tengan por seguro que los protegeré a todos. 』

『 Anastasia: Viniendo de una shica, eso suena demasia’o antiestético, ¿no? 』

Ante la majestuosa declaración de Emilia, Anastasia dijo eso mientras miraba a Subaru.
«Cállate», era lo que Subaru quería responderle, pero la verdad era que, si todo salía justo como Emilia decía, él pensaba que sería lo mejor, ya que no quedaría nada de qué preocuparse.


※ ※ ※ ※ ※


La distancia hasta la Atalaya Pléyades, medida a ojo, se había reducido aproximadamente a pocos kilómetros.
Antes de cruzar el Lapso de Arena, cuando habían avanzado imprudentemente por las Dunas de Auguria, la distancia supuestamente visible hasta la atalaya, aparentemente diez kilómetros, no se había reducido en nada.
Comparado con eso, la reducción de distancia era sobrecogedora y podía decirse que su llegada estaba justo ante sus ojos.

『 Subaru: Pero antes que cualquier cosa, tenemos que salir de este nido de Osos cortesanos. 』

Ocupando todo el campo de visión, el campo de flores se asentaba con orgullo sobre el mar de arena, pero emitía una fuerte sensación de que no encajaba en ese lugar.
Esas flores no tenían un aspecto tan natural como las plantas normales con sus raíces incrustadas en el suelo. Los tallos o raíces ligeramente flotantes no estaban creciendo desde el suelo, sino que, ni más ni menos, desde los cuerpos de las horribles mabestias.

『 … 』

Cuando estuvieran saliendo del territorio de los Osos cortesanos, lo que Meili les había instruido a Subaru y los demás era simple: ser tan silenciosos como fuera posible.
Según dijo ella, los Osos Cortesanos estaban en un estado de reposo. Ellos evitarían despertarlos sin pensarlo; pero, a cambio de eso, la ferocidad de las mabestias después de despertarse era inconmensurable.

『 Meili: Los señores animales malvados en estado activo son lo más ferooz. La exterminada Ballena Blanca, cuando aparecía inmediatamente después de la niebla, solía estar muy enfurecida y parecía ser la más problemática tambiéén. 』

Esa fue la acotación que dijo Meili sobre la Ballena Blanca.
Pensando acerca de eso en concordancia con su explicación, ese fue el momento exacto en el que Subaru y el resto se encontraron con la Ballena Blanca en la Carretera de Lifaus. En otras palabras, el peor momento posible: inmediatamente después de haberse despertado.
Recuerdos de sufrimiento resurgieron, pero también un tardío autoelogio por aquél logro.
Pero, independientemente de eso…

『 Meili: Estar enojado cuando te despiertas aplica para todos, humanos, animales y señores animales malvados. Es por esoo, asegú~rense de ser silenciosoos. Si pueden hacer al menos esoo, de alguna manera lograré cumplir mi partee. 』

Haciendo caso a las declaraciones de Meili, que poseía una voluntad tan fuerte, comenzó la marcha de la fila que había contenido el aliento.
Su formación de batalla fue reemplazada con la que se usó para conquistar las dunas, con el carruaje de dragón avanzando como antes. Meili estaba sentada en el asiento del conductor, manejando las intenciones de los Osos cortesanos, y Julius, a su lado, operaba las riendas del carruaje de dragón de acuerdo con esa intención. Subaru se agarraba bien a Patrasche, quien iba en paralelo con la parte de atrás del carruaje de dragón sin alejarse.

『 … 』

Inclinándose hacia adelante, Subaru contuvo el aliento y se aferró al pequeño cuerpo de Beatrice. Podía sentir su temperatura corporal, pero parecía que ella estaba tensa y nerviosa.
Mirando hacia el carruaje de dragón, sobre el techo del carruaje había una silueta. No era sospechosa, ya que se trataba de la familiar silueta de Emilia.

『 … 』

Notando la mirada de Subaru, Emilia apuntó sus ojos amatistas hacia él y levantó su mano.
Emilia estaba al acecho sobre el techo para poder moverse inmediatamente en caso de que surgiera un problema. Aunque a Subaru le hubiera gustado que ella se quedara tranquila dentro del carruaje, sin el apoyo de las artes espirituales de Julius, la única capaz de atacar a larga distancia era Emilia. No era como si Beatrice no pudiera hacerlo si se esforzara, pero con un solo gran ataque, Subaru se quedaría sin combustible.
Era parte del complejo de inferioridad de Subaru que, en términos de fuerza, tenía que depender de otros para su protección.

——Si no fuera así… si no tuviera que hacer eso, quizás incluso Rem estaría

La debilidad que le hacía pensar así siempre estaba presente en Subaru.

『 Subaru: …Gh. 』

『 … 』

Con el aumento de semejantes emociones intransigentes más allá de su control, la parte posterior de la cabeza de Beatrice golpeó su mandíbula. Ante la sorpresa de Subaru, Beatrice resopló por la nariz.
«Concéntrate en lo que tienes enfrente», era lo que ella debió haber querido decir. Al mirar hacia delante de nuevo, vio que Emilia también había apuntado su dedo hacia él, quien entonces entendió que ella estaba pidiéndole similar precaución.

『 … 』

No pudiendo expresar que lo había entendido ni que estaba de acuerdo, él respondió con un largo suspiro.
En verdad él quería darse una bofetada y controlar sus emociones, pero esa simple acción pondría su vida en peligro.
Fue casi al mismo tiempo que Subaru decidió tomar el desvío habitual de sus pensamientos que la vanguardia del grupo llegó al borde del campo de flores.

『 Meili: Muévanse. 』

De repente, Gyan dejó de tirar del carruaje de dragón, y la débil voz de Meili se deslizó hacia el campo de flores entremezclándose con el sonido chirriante de las ruedas.
Al principio, al no haber respuesta a la llamada de Meili, Subaru apretó sus dientes.

『 Meili: Muévanse. 』

Nuevamente, Meili dio la orden.
Aun así, ningún cambio ocurrió en el campo de flores. Durante la irritante espera, el estómago de Subaru comenzó a gruñir con algo parecido a una picazón.
Y entonces… 

『 … 』

Con esa distorsión, como si estuviera siendo arrancado, el campo de flores se levantó.

『 … 』

Sin pensarlo, Subaru miró directamente el aspecto de las mabestias, y eso le provocó un nudo en la garganta. Las mabestias llamadas Osos cortesanos, haciendo honor a su nombre, poseían la figura de un oso.
Sin embargo, definitivamente eran diferentes de los osos que conocía Subaru. Eran demasiado diferentes.

Los Osos cortesanos medían entre dos y tres metros. Tenían piernas cortas, pero a cambio de eso, tenían brazos tan largos que los arrastraban por el piso. Sus brazos, que parecían estar cubiertos por pelaje negro, tenían uñas similares a garras creciendo densamente en los extremos.
El vaivén de las vívidas flores ubicadas desde la parte trasera hasta las axilas causaba impresión; pero, si uno observara a las mabestias desde cerca, su mirada se desviaría hacia la parte delantera en lugar de la trasera.
Aunque su físico parecía cubierto de pelaje negro, en ese cuerpo no había vello. Lo que envolvía el cuerpo eran las raíces de las flores finamente entrelazadas. Las diminutas raíces cubrían el cuerpo de las mabestias, que parecían vasos sanguíneos dispuestos sobre la piel.

『 Subaru: …Gh. 』

En los cuerpos cubiertos de raíces apretadas, las partes a las que no llegaban estaban anormalmente resecas y tanto la carne como la piel se habían marchitado. Sus rasgos faciales habían alcanzado el límite de la deshidratación, haciendo claramente visible el contorno de sus cráneos, y sus protuberantes globos oculares estaban inyectados de sangre, esgrimiendo odio hacia todo lo que había en este mundo.
Parecía como si las flores enraizadas estuvieran sorbiendo la vida de su cuerpo.

Los Osos cortesanos no podían coexistir con las flores. Claramente, las flores les estaban arrebatando sus vidas.

『 … 』

Las mabestias, que generaban una insoportable sensación de repulsión con sólo mirarlas, siguieron las órdenes de Meili con un lento movimiento.
Lentamente levantándose del suelo y arrancando las raíces del desierto del que nada podía ser absorbido, se encadenaron una enorme cantidad de sonidos de algo quebrándose.
Más de cien Osos Cortesanos se movieron para abrir paso al carruaje de dragón; y sus números seguían aumentando como si no hubiera un límite.

『 Julius: Hu… 』

El suspiro de Julius se oyó débilmente, mientras el carruaje de dragón reanudaba su marcha. Julius, en ese estado, con su vello erizado por el espectáculo que tenía a la vista, no pudo soportarlo. Pegado a la retaguardia del carruaje, Subaru y los demás también entraban en el camino abierto por los Osos Cortesanos.

『 Subaru: ……Uh. 』

Tan pronto como Subaru cruzó el umbral del territorio de los Osos Cortesanos, su sentido del olfato captó un violento aroma a flores.
Era totalmente diferente al hedor que había cuando se enfrentaron al Gusano de Arena, con su respectiva diferencia en cualidad, el dulce aroma mezclado con la situación no significaba que la sensación de violencia hubiera cambiado.
Sus fosas nasales fueron invadidas, dándole la sensación de que sus engranajes cerebrales ardían por el dulce aroma.

『 … 』

Desarrollando un serio mareo, el repulsivo hedor generó un fuerte dolor de cabeza.
Era tan exasperante, que no le importarían las ráfagas de arena comparadas a esto. Este aroma tóxico enroscándose en todo mi cuerpo debería ser expulsado, fue lo que pensó con total seriedad.

Los deseos de Subaru fueron infructuosos y, en ausencia de cualquier corriente de aire, el grupo procedió hacia el interior del campo de flores.

『 Subaru: ……Gh. 』

Como si hubiera notado algo, Beatrice tiró de la manga de Subaru. Cuando él la miró preguntándose qué había surgido, vio que ella estaba incesantemente preocupada por algo que estaba detrás de ellos.
Al darse la vuelta ante el gesto teniendo en mente una repulsiva premonición, el significado de la reacción de Beatrice podía entenderse.
La parte más próxima al final del espacio entre las flores que se había abierto siguiendo las instrucciones de Meili estaba volviendo a ser como era originalmente mientras miraba el carruaje de dragón y Patrasche.

Las ordenes de Meili se cumplieron, y el carruaje de dragón pudo pasar en ese momento concreto debido a eso. Pero ¿regresar a sus posiciones originales y volver a dormir eran parte de sus planes?
Aunque ellos no tenían intención de dar marcha atrás justo ahora, tampoco podían detenerse a mitad de camino. Obviamente, había que abstenerse de hacer bromas como tomar un descanso en medio de este nido de mabestias.

『 Subaru: ¿—? 』

Inmediatamente después de haber pensado eso, el avance del carruaje se detuvo.
Mirando al frente preguntándose qué había sucedido, la razón de la detención del carruaje de dragón fue obvia. Delante del carruaje, un solitario Oso Cortesano se levantó y se quedó quieto, dirigiendo sus ojos huecos hacia los dos conductores del carruaje.

『 … 』

Cuando uno de los Osos Cortesanos hizo un movimiento sospechoso, los movimientos de los Osos Cortesanos en los alrededores también comenzaron a cambiar. Los pies de los Osos Cortesanos, que hasta ahora habían abierto paso firme y obedientemente, se detuvieron y, como si estuvieran siguiendo las acciones del que miraba el carruaje, todas sus miradas se centraron en el carruaje.

«Esto tiene mala pinta», fue lo que Subaru intuyó.

Mirando atrás, ya habían avanzado varios cientos de metros desde que entraron en el campo de flores. Con el camino de regreso bloqueado, estaba claro que habían sido rodeados por Osos Cortesanos en todas las direcciones. Eran cientos, o posiblemente miles. Una violenta diferencia de números.

『 … 』

Pensando en eso, su mirada se entrelazó con la de Emilia, que estaba sobre el techo. Emilia estaba mirando hacia el Oso Cortesano al frente, y estaba desconcertada sobre el tipo de acción que debía tomar. Si era inevitable el comienzo de una pelea, entonces despejar la parte delantera del carruaje con la magia de Emilia y correr a través era la mejor opción.
Sin embargo, ella no quería precipitarse.

『 Meili: Shh. 』

Y en frente de Subaru y los demás, que estaban desconcertados respecto a qué hacer, la que tenía la mayor compostura era Meili.
Poniendo un dedo en sus labios, ella calmó al indeciso Subaru y a los demás de antemano.
A continuación, señaló hacia el frente con el dedo que tenía en los labios y frunció el ceño al Oso Cortesano que la miraba. 

『 Meili: Tch tch tch. 』

Un dedo apuntando hacia afuera, y un sonido, como si chasqueara la lengua, se escapó de los labios de Meili. Era un sonido alargado como el que hacen los humanos para calmar a los gatitos. Si el objetivo fuera un gatito, entonces daría una placentera impresión, pero con la diabólica mabestia como objetivo, no había mitigación alguna.
Sin embargo, todos los dedos de Meili se balancearon con el ritmo del sonido de su lengua, y gradualmente, el Oso Cortesano desplazó su línea de visión, de los dos conductores a Meili solamente, y de ahí a los dedos de Meili.

『 Meili: Tch tch tch…… tch~. 』

Al mismo tiempo, teniendo la certeza de que el foco del Oso Cortesano estaba concentrado en el dedo, Meili movió lentamente su mano, con sus dedos apuntando a la derecha del carruaje. Atraído por el movimiento de ese brazo, el Oso Cortesano que había detenido el carruaje de dragón giró su rostro y se movió hacia allí, dando un solo paso en esa dirección.


『 Subaru: …Ah. 』

Ante la conducta del Oso Cortesano de distanciarse del carruaje por sí mismo, un suspiro de alivio se filtró de la garganta de Subaru por reflejo. 
Emilia y Beatrice, cuyos cuerpos estaban tensos, también relajaron sus hombros en señal de alivio. Cuando el Oso Cortesano que les había cortado el paso se movió, los demás Osos Cortesanos también intentaron volver a sus movimientos de distanciamiento.
De esta manera, la marcha a través del campo de flores se reanudaría… o así debió haber sido.

『 … …gh!! 』

En ese momento, el hilo de tensión se rompió, y nadie podía ser culpado por elevar su voz.
Repentinamente, en esa extrema situación de estancamiento cuya tensión era tan difícil de soportar, lo que las personas llaman «corazón» no pudo mantenerse fuerte. Eso aplicaba para los humanos, y también para los dragones de tierra.

Bajo la presión del Oso Cortesano, Gyan soltó un breve gruñido y golpeó el suelo con las patas, como si tuviera una rabieta.

『 Subaru: Mier——gh. 』

Ante el gruñido de Gyan, que cortó abruptamente el silencio, los Osos Cortesanos que estaban es un estado de reposo, reaccionaron al mismo tiempo. El que intentaba distanciarse del carruaje se dio la vuelta, y la reacción contagió a los alrededores——las mabestias se levantaron y saltaron sobre el carruaje con sus colmillos desnudos.
Pero justo antes…

『 Emilia: ¡¡——El Hyuma!! 』

El maná se materializó rápidamente, y la punta de la lanza de hielo recién formada penetró el cráneo de la mabestia. 
La afilada vanguardia de hielo atravesó su gran boca, infringiendo su cavidad oral y rompiendo su nuca. Su cerebro se agitó, el Oso Cortesano, sin levantar la voz, colapsó hacia atrás mientras enfrentaba la aniquilación. Atrapados en ese ataque, varios Osos Cortesanos fueron derribados sin pausa.

『 Subaru: ¡¡Corran!! 』

Gritó Subaru inmediatamente después de presenciar el ataque de Emilia desde el techo del carruaje.
Concordando con la llamada, Julius operó las riendas y el carruaje de dragón comenzó a correr ferozmente. Desde luego, Patrasche también, saltando del lado de las mabestias que estaban inmóviles, rompió en un galope salvaje.

『 ¡——Gh! 』

『 Subaru: ¡¡Vienen vienen vienen vienen vienen vieneeeeeennnn!! 』

Un solo latido después, un rugido aterrador desgarró la noche de las Dunas de Auguria.
El vasto campo de flores se hizo pedazos de una sola vez. Con colmillos y desagradables apariencias desnudas, la manada de Osos Cortesanos avanzó, apuntando ferozmente hacia el carruaje de dragón.

『 Beatrice: ¡Subaru! ¡Agárrate bien si no quieres ser lanzado, de hecho! 』

La sensación de la presión de viento al correr era en verdad la presión de la sed de sangre y el apetito de los innumerables Osos Cortesanos.
Con gruesos brazos dotados de garras apuntado hacia arriba, su despiadado ataque se dirigía también a Subaru que montaba a la dragona. Un golpe directo y su cuerpo sería desgarrado fácilmente, con una fuerza que seguramente expulsaría sus órganos internos.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de golpear, un destello blanco azulado se interpuso y atravesó a las mabestias. 

『 Emilia: ¡Ei! ¡Yah! ¡Hah! ¡Tantos…… Hyuumaaa! 』

Como siempre, con el maná formando un remolino y su voz viniendo desde su corazón, aparecieron incontables puntas de lanza que apuntaban al suelo como cuchillas de hielo, dando la impresión de que la luz blanca azulada estaba realizando una bulliciosa danza en el cielo oscuro.
El ataque fue disparado como si hubiera adquirido una fuerza de propulsión inmediatamente después del tenso bloqueo anterior, desgarrando los cráneos, los brazos, los torsos y las piernas de los Osos Cortesanos que se encimaban sobre el carruaje de dragón en pedazos, haciendo que brotaran chorros de sangre.

『 Subaru: ¡Uoooh! ¡Como se esperaba de Emilia-tan! ¡¡Me he enamorado de ti de nuevo!! 』

『 Emilia: ¡Éste no es momento para decir esas cosas, ¿cierto?! ¡Corre! 』

『 Subaru: ¡Sí! 』

Salvado gracias a lo que hizo Emilia a continuación, Subaru instó a Patrasche a que acelerara aún más.
Emilia estaba afrontando esta repentina lucha con una compostura que era sorprendente. En retrospectiva, aunque Emilia evitaba luchar, no era como si luchar la intimidara. La tendencia a evitar luchar era una indecisión que desaparecía tan pronto como estallaba la lucha.

『 Ram: ¡Barusu, corre hasta que mueras! ¡Si no quieres morir! 』

『 Subaru: Sí, segur——¿¡eh, Ram!? 』

En medio de la dura lucha que estaba librando Emilia, la luz blanca y azulada barrió la parte delantera del carruaje y el grupo de Osos Cortesanos, que habían tomado un desvío del camino, quedó congelada de golpe.
Con el apuro de Gyan y atravesando las esculturas de hielo, Ram estaba de repente sentada en el asiento del conductor agarrando las riendas, ya que se había movido desde la cabina de pasajeros. Al ver a Ram manejando hábilmente las riendas y conduciendo el dragón de tierra que estaba en un estado de agitación, Subaru abrió los ojos de par en par y dejó que su mirada vagara alrededor.

『 Subaru: ¡¿Dónde está Julius?! 』

『 Ram: No puede hacer ataques a larga distancia, así que parecía inútil que él estuviera aquí como conductor. Es por eso. 』

De un vistazo, Ram miró hacia atrás ante la llamada de Subaru. Atraído por esa línea de visión y mirando hacia atrás, Subaru irreflexivamente se sintió atónito. 
Rozando la arena, a un lado del carruaje de dragón con sus ruedas rugiendo, aferrado a uno de esos ornamentos, Julius estaba balanceando la espada de caballero que empuñaba, combatiendo a las mabestias que se acercaban.

『 Julius: No puedo dejar que Emilia-sama cargue con toda la responsabilidad. 』

『 Subaru: ¡¿Me estás insinuando algo?! 』

『 Julius: Mi intención… 』

Deteniendo sus palabras, Julius hizo que su espada de caballero se encontrara con las garras de las mabestias que se acercaban. El corte decapitador se abrió paso entre esas garras, y se clavó profundamente en los brazos de los Osos Cortesanos. Al mismo tiempo, la punta danzante de la espada perforaba las gargantas de las mabestias, que soltaban gritos, y como un destello de luz, concedía la muerte destruyendo su tronco cerebral.
Esa danza, con un mínimo de destrucción, era realmente elegante.

『 Julius: …no era esa. 』

Derrotando rápidamente a las mabestias una tras otra, Julius dijo el resto de su respuesta a Subaru mientras quitaba la suciedad de su espada. Subaru puso cara de amargura ante ese gesto, sintiéndose derrotado y tranquilo al mismo tiempo.
Al estar Emilia a cargo del largo alcance, despejar el corto alcance dependía de Julius. Si seguían así, la preocupación por el carruaje de dragón podría esperar para más tarde.
En vez de esos problemas ya a cargo de otras personas, el problema estaba justo en su camino. 

『 Subaru: ¡Beako, ¿puedes hacerlo?! 』

『 Beatrice: ¡Lo mismo te digo, Subaru; ten cuidado con no quedarte sin GASOLINE, supon-GO! 』

Estando encima de Patrasche, Subaru se levantó mientras sostenía las riendas con una mano y a Beatrice con la otra, e hizo que su pequeño cuerpo estuviera de pie encima del dragón.
Y, agarrando con firmeza la mano del otro, algo palpitó en el interior de las entrañas de Subaru. Ese algo que parecía sedimento desprendía calor, y poco a poco iba brotando del cuerpo de Subaru hacia el de Beatrice.

『 Beatrice: ¡Minya! 』

Los cristales de color violeta se materializaron con el conjuro, y apuntaron a las mabestias bloqueando el camino delante de la nariz de la azabache dragona de tierra. Puntería precisa y aceleración momentánea, cuyo resultado fue visible inmediatamente después.
Haciendo un sonido de vidrio rompiéndose, los ataques mágicos golpearon a las mabestias directamente y los cristales se fragmentaron. Sin embargo, en el momento siguiente, los cuerpos de las mabestias se fragmentaron de manera similar. 

『 Subaru: ¡Bien! Bien hecho, Beako! 』

『 Beatrice: ¡Pero no se puede disparar imprudentemente, de hecho! Estoy ahorrando cautelosament—— ¡Minya! 』

『 Subaru: ¡¿Qué pasó con el «ahorrando cautelosamente»?! 』

La fuerza de combate de Beatrice dependía del maná que quedara dentro de Subaru.
Para poder oponerse a la abrumadora amenaza que avanzaba, ni siquiera Beatrice podía escatimar mucho. Soportando la aparente sensación de pérdida, como si su alma se viera cercenada con cada uno de los ataques mágicos, Subaru aplacó el nerviosismo de Beatrice. Obviamente, tal consideración de Subaru era visible para Beatrice.

『 Meili: ¡Aah, rayos rayos! ¡¿Por qué tuvo que terminar asíí?! ¡Nos podríamos haber ahorrado todo estoo! 』

Y entonces, la carta de triunfo, que se había mantenido en silencio hasta ahora, se levantó del asiento y pisó con furia.
Sentada junto a la conductora Ram, Meili observó con ojos llorosos la multitud de Osos Cortesanos agolpándose a sus alrededores con la cara roja. Y, al levantarse, señaló con un dedo a las mabestias que no la obedecían. 

『 Meili: ¡Le daré un escarmiento a los señores animales malos maloos! ¡Ven, Gusano de Arena! 』

『 Subaru: ¡¿Es en serio?! 』

Inmediatamente después de que Meili hiciera un puchero y declarara como un niño en medio de una rabieta, el desierto que se había levantado por los Osos Cortesanos vio como el subsuelo de esa arena se agitaba posteriormente, dando paso a un gigante.
Muchos Osos Cortesanos fueron lanzados hacia el cielo, afectados por el impulso de la gigantesca bestia que empujaba todo su cuerpo desde las profundidades. Cayendo sobre la arena desde una gran altitud, las mabestias sintieron como sus huesos se rompían, y los desafortunados Osos Cortesanos que estaban directamente sobre esa enorme boca fueron masticados y tragados. 

Mientras desgarraba el desierto, ese Gusano de Arena traía devastación sobre aquel repulsivo campo de flores.
Con su hedor y emitiendo un extraño chirrido que atravesaba el crepúsculo, el Gusano de Arena determinó que los Osos Cortesanos que se aferraban al carruaje de dragón eran su presa, y saltando con su gran cuerpo, aplastó y destruyó a todos de inmediato.

『 Meili: ¡Vee, Gusano de Arena! ¡Aplástalos a todos, a to~doos! 』

『 Subaru: ¡No puede ser, ey! ¡No puede ser, no puede ser, no puede ser, ey ey ey! 』

Los gritos de los Osos Cortesanos siendo aplastados por la presión del gigante resonaban mientras todo el peso se retorcía a través del mar de arena causando que se estremeciera el suelo. Aunque los Osos Cortesanos eran grandes, no podían competir con el Gusano de Arena, cuya longitud total podría ser superior a diez metros.
La abrumadora diferencia de masa hizo que las constantes embestidas del Gusano convirtieran sucesivamente a los Osos Cortesanos en cadáveres.
Llegados a este punto, esto se había convertido en una batalla entre monstruos, ante lo cual Subaru no tenía palabras apropiadas que decir.
La magia de Emilia y Beatrice, la destreza con la espada de Julius y el talento inusual de Meili apenas lograban despejar el camino, y el carruaje de dragón junto con Patrasche avanzaron rápidamente por el campo de flores.

『 Meili: ¡Aah! ¡Gusano de Arena! 』

Se oyó el grito de Meili.
Al observarlo, Subaru vio que el Gusano de Arena, que estaba cubierto por muchos Osos Cortesanos clavando sus garras en su gigantesco cuerpo, estaba desprendiendo grandes cantidades de fluidos corporales por todo su cuerpo y cayó al suelo.
La piel exterior del viscoso y húmedo Gusano de Arena no era algo tan resistente como la de las serpientes o insectos. La piel que sostenía el blando cuerpo cayó fácilmente presa de las garras, y un gemido de muerte agonizante reverberó por el mar de arena.

『 Meili: ¡El siguiente! ¡El siguiente, el siguientee! ¡Sigan viniendo rápidoo! 』

Una vez que el gigante colapsó, Meili apretó sus manos con rostro pálido. Y, atraído por ello, una vez más la arena se levantó, y un Gusano de Arena diferente apareció.
Esta vez fueron seis al mismo tiempo; sin embargo, comparadas con la primera, eran la mitad de tamaño, y si fueran acorraladas por la multitud de Osos Cortesanos, serían cazadas en un abrir y cerrar de ojos.

『 Subaru: A este paso… Gh. 』

Serían superados por la brutal superioridad numérica. Con una terrible sensación de desesperanza, Subaru urgentemente miró a su alrededor en busca de algo que pudiera ayudarles a salir de esta situación. Y lo notó. 

La Atalaya, que antes estaba tan distante, ahora estaba suficientemente cerca para decir que estaba ante sus ojos.

『 Subaru: ¡Falta sólo un poco! ¡Si seguimos así y alcanzamos la Atalaya…! 』

No era como si las mabestias fueran a retirarse sólo con eso, pero parecía que allí habría una esperanza con una fuerza sobrecogedora.
En este momento, no era como si hubiera pensado en algo en especial.

Sin embargo, sentía que, si llegaban a la atalaya, allí encontrarían una fuerza que les permitiría superar esta situación. 
Aquel espíritu de esperanza era como aferrarse a un clavo ardiendo; y, en realidad, no era un error.

『 Subaru: A este paso… 』

Pero esa fuerza no era algo tan conveniente.
Era el martillo de hierro que descendía sin prejuicios, incesante y justamente sobre todos aquellos insolentes que se atrevían a acercarse a la Atalaya Pléyades.

『 ¿——? 』

Abriendo los ojos desesperadamente, sosteniendo a Beatrice mientras se aferraba a Patrasche, Subaru frunció el ceño ante la atalaya que había frente a él.
Con el sudor goteando, en el momento en que entrecerró los ojos, Subaru sintió una leve sensación de incomodidad.

Algo pareció brillar desde el centro de la torre.

『 Subaru: ¿Qué es…… 』

...eso?, Subaru fue incapaz de terminar la última palabra. 

『 … 』

——Una luz atravesó el aire, y su puntería invariable golpeó directamente el cráneo de Subaru.


En ese momento, todo lo que había sobre el cuello de Natsuki Subaru voló en pedazos por el ataque, vaporizándolo y dejando su cuerpo sin consciencia.

『 … 』

No había nadie presente que pudiera observar y levantar su voz ante la trágica escena.
Y eso era porque, los que lo hubieran observado y hubieran gritado, ya habían sido completamente eliminados de raíz.

Un dragón de tierra perdió su cabeza y se desplomó con un ruido sordo.
Arrollado por la inercia del carruaje de dragón, el cuerpo humano que había perdido su cabeza fue aplastado, hechos añicos bajo la presión y convertido en meros trozos de carne.

Lo único que seguía moviéndose sobre la arena era la sangre derramándose de los cuerpos sin vida, empapando la seca arena y formando charcos.
Luego, gradual y lentamente, las finas partículas de arena cubrieron todo lo que se pudría en el mar de arena hasta engullirlo completamente, ocultándolo.

Únicamente las flores de sangre dejaron un color vivo, como si fuera el único rastro de su viaje.
Sin embargo, incluso esas flores de color rojo intenso desaparecieron dentro de la arena que lo engullía todo.


——Aquí, todo el grupo fue aniquilado.