sábado, 27 de mayo de 2017

,

Para ambos, una promesa


Traducción:
Pretinaverse

Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

—Tendida en la cama, su expresión era serena. Para Subaru, parecía como si ella estuviera durmiendo.

Sus pestañas son tan largas... pensó aturdido, mientras observaba sus ojos cerrados. Normalmente ella intentaba mantenerse inexpresiva, pero, mientras dormía, una suavidad propia de su edad aparecía en sus mejillas. Ahora que lo pensaba, Subaru nunca la había visto dormir.

Ella siempre despertaba antes que él y se dormía después de él. Subaru sabía que, para mantener su determinación, ella siempre había intentado enterrar su lado infantil. Pero esa fachada obstinada había colapsado numerosas veces frente él.

Ya sea sorprendida o avergonzada. Disgustada o a punto de llorar. O después de haber abierto sus corazones, su sonrisa reluciente bajo sus lágrimas. Debería haber tantas otras, tantas otras oportunidades para verlas otra vez—

—Rem.

Incluso al decir su nombre, acariciando su suave y blanca mejilla, no hubo respuesta alguna. En aquella cama, ella se mantenía bajo un sueño profundo. El vestido de sirvienta tan familiar que ella normalmente usaba y la cinta blanca que adornaba su cabello tan azul y hermoso como el cielo, ya no estaban.

Las ropas que utilizaba en su trabajo y durante las batallas —ya no tenía necesidad de usarlas más.

Ahí está.

En la habitación, silenciosa y estancada, como si el tiempo se hubiera detenido, alguien llamó a Subaru.

Girando lentamente, aunque de mala gana, miró detrás de él. Era una joven mujer, con largos cabellos que se balanceaban suavemente. Llevaba puesto un simple, pero elegante vestido de noche azul oscuro, e incluso al caminar hacia él, ella parecía rebosante de gracia.

Pero todos sus movimientos tenían una ligera confusión vacilante en ellos; lo que, combinado con la elegancia de su persona, daban una impresión más bien extraña. Subaru no podía evitar sentirse incómodo cerca de ella.

Mujer de Pelo Largo: Ella...

Subaru: Todavía sin cambios. Aunque no pueda hacer nada, pensé que, por lo menos, podría quedarme aquí con ella. Aunque supongo que esas no son más que palabras cobardes.

Mujer de Pelo Largo: Aun así, esto... la haría feliz, ¿no?

Viendo la expresión alicaída de Subaru, la mujer tímidamente intentó consolarlo con ese comentario. Pero al oír esto, Subaru le lanzó de vuelta una mirada furiosa, amarga y cruel a la vez. Sus sentidos se habían agudizado frente a sus palabras y sus ojos se enfocaron en los suyos. Sin darse cuenta, estaba a punto de perder el control. Dándose cuenta de su reacción, la joven mujer colocó sus manos sobre sus labios, Lo siento , se disculpó.

Mujer de Pelo Largo: Dije algo fuera de lugar y le causé dolor, ¿no?

Subaru: No... no, soy yo quien debería disculparse. Solo estaba desahogando la ira que tengo reprimida... Si me sigo comportando así, Rem estaría muy, muy enojada conmigo, ¿no crees? «No deberías herir los sentimientos de las personas de esa manera, Subaru-kun», o algo así me diría.

Se encogió de hombros y dijo aquello imitando suavemente la voz de Rem.

En su mente, escuchó su voz diciendo aquellas palabras. Una voz que solo él podía oír.

Su imitación no se parecía en nada a ella, pero no quedaba nadie en el mundo que pudiera señalar eso.

Contra las palabras y gestos vacíos de Subaru, la mujer tristemente bajó la mirada y se sujetó la muñeca izquierda con la mano derecha.

Como si una sombra se hubiese interpuesto entre ellos, la habitación volvió a estar en silencio.

—Este sentimiento tan familiar…

Natsuki Subaru no debería comportarse así, ¿no? Subaru sacudió la cabeza en su corazón.

Hundirse en las profundidades de un océano de desesperación era fácil, sobre todo si lograba que aquella penetrante angustia desapareciera del todo. Pero no era propio de él —Como el hombre en quien ella creía, como el hombre que Rem amaba más que a nada en el mundo, Natsuki Subaru no debía actuar así.

Nunca.

Subaru: …¿Me estabas buscando, entonces?

Mujer de Pelo Largo: Sí, quería llevar a cabo una reunión con todos los presentes, así que les pedí a todos que se reunieran en el salón, si eso está bien con...

Asintiendo con expresión de haber sido salvada por alguien, la mujer fue directa al grano. Pero entonces se detuvo a medio camino y frunció el ceño de una manera bastante incómoda. Le tomó un rato a Subaru darse cuenta de esto.

Subaru: Mi nombre es Natsuki Subaru.

Mujer de Pelo Largo: ...Lo siento, Natsuki Subaru-sama. Me aseguraré de recordarlo. A pesar de que me han dicho lo mucho que le debo... Por favor perdóneme. ¡Acepte mis disculpas!

Subaru: Era inevitable. Debe haber un montón de cosas que necesitas recordar ahora, así que no te preocupes por eso.

Como una manera de demostrar que estaba muy, muy arrepentida, la joven mujer inclinó la cabeza.

Pero entonces, al ver cómo se recuperaba con una gracia perfecta, incluso femenina, Subaru no pudo evitar sentir una incongruencia surrealista apuñalándolo en el pecho. Pero ni siquiera Subaru era tan temerario como para decirlo en voz alta.

Sacudiendo la cabeza, Subaru decidió dejar eso de lado y se puso de pie.

Dirigiéndose a la chica en la cama, gentilmente tocó el cabello sobre su frente.

Subaru: Vuelvo enseguida, Rem.

Respiraba suavemente, ella realmente existía.

Ésta era la única existencia que le quedaba a Rem, quien había sido olvidada por todo el mundo—excepto Subaru, en cuya espalda todavía podía depender y quien se giró para mirar a la joven mujer.

Subaru: El salón, ¿cierto? No los hagamos esperar, vamos.

Mujer de Pelo Largo: Sí, vamos, Natsuki Subaru-sama.

Dijo con su cabeza ligeramente inclinada hacia adelante con una suave sonrisa. Ella parecía en ese momento como sacada de algún sueño —Su largo, verde cabello, fluyendo con ella en cada momento.

Odiando tener que admitir esto, Subaru miró hacia otro lado, escondiendo una genuina sonrisa que apareció en su rostro.

Subaru: Gracias por venir a buscarme, Señorita Crusch.

Diciendo este nombre, Subaru agradeció a la mujer de pelo largo — quien parecía haberse convertido en una persona completamente diferente.

※ ※ ※ ※ ※

—Para cuando Subaru llegó a la Capital, todo había terminado.

La conversación que había tenido con Emilia en el camino, se había ido de su mente.

La chica sentada a salvo junto a él... Subaru debería sentirse feliz y aliviado habiendo, por fin, por fin, logrado salvarla. Pero frente al implacable galope del dragón del carruaje, lo único que había en la mente de Subaru, era la otra chica.

Emilia: —¿Quién es Rem?

Luciendo confundida, ella ladeó la cabeza al decir esto.

Perturbado, intentó encontrar el menor atisbo de una broma, algo en su voz, en su expresión, esperando escuchar en cualquier momento las palabras Era broma~ salir de su boca...

Ni siquiera Petra o los demás niños la recordaban.

Habiendo confirmado este hecho con todos en el carruaje, Subaru le ordenó al conductor regresar a la Capital inmediatamente y a toda prisa. En su rostro podía verse la desesperada expresión de alguien montado sobre la misma muerte.

Imposible. Debía haber algún error.

Todo había salido tan bien. Todos habían sido salvados. El objetivo había sido cumplido. A pesar de haber tenido que soportar tanto dolor y sufrimiento, de haber recibido tantas cicatrices en su corazón que nunca jamás podrían sanar, todo había salido bien al final.

Pero, aun así—

※ ※ ※ ※ ※

¡Ajá! ¡Es Subaru-kyun! ¡Impresionante Crusch-sama… ¡Se las arregló para encontrar a este caprichoso gato perdido!

Alguien les habló al ver a ambos en el pasillo, de camino al salón.

Moviéndose de un lado a otro con un corto vestido, liberado de los atuendos de caballero, y con orejas similares a las de un gato que se movían de un lado a otro. Ferris caminó hacia ellos y gentilmente sujetó las manos de Crusch.

Crusch: Ferris-sa—

Ferris: ¡Llámeme solo Ferris! Ferris y Crusch-sama se conocen desde hace mucho tiempo, nyan. Si añade -san a mi nombre, moriré de soledad y desesperación, nyan.

Sujetando con una de sus manos la mano de Crusch, Ferris usó la otra para darle una palmadita en el hombro. Ante tal afectiva interacción, Crusch se veía como si no supiera qué hacer, pero al final terminó por aceptar la situación por lo que era y, diciendo Lo siento , inclinó la cabeza.

Crusch: Para volver a como era antes... Aunque sea difícil, daré lo mejor de mí, Ferris... Sí. Sólo Ferris.

Ferris: Está bien, nyan, porque Ferris ha sido siempre el compañero de Crusch-sama y siempre estará a su lado. Y al pensar en estar con una versión tan linda de usted, Ferris podrá encontrar muchas otras razones para prendarse de Crusch-sama, nyan. ¡Solo pensar en eso, hace feliz a Ferris, nyan!

Juguetonamente balanceando las manos de Crusch de arriba a abajo, Ferris le lanzó un beso.

Mientras las miraba, la incomodidad creciente en el corazón de Subaru se volvía intolerable.

Aunque Crusch había cambiado tan drásticamente, Ferris la trataba igual que siempre y la aceptaba tal cual, lo que iba más allá de lo que Subaru podía comprender.

Detrás de la sonrisa de Ferris, ¿qué tan grande sería la lucha interna que debía tener? Subaru no lo sabía, aun así, solo pensar en eso lo había llenado de emoción.

Ferris: Subaru-kyun, vamos al salón, nyan. Emilia-sama y el viejo Wilhelm nos están esperando.

Subaru: ...Sí.

Sus pensamientos debían de haber agregado algo a su voz, pero Ferris no parecía haberse dado cuenta de ello. Diciendo Por aquí, Crusch-sama , Ferris la llevó de la mano.

Entre la sutil atmósfera que se había creado entre Subaru y Ferris, Crusch intentó esconder la incertidumbre que había aparecido entre sus cejas. Los miró a ambos, primero a uno y después al otro y, al final, terminó por no decir nada y, silenciosamente, siguió por detrás los pasos de Ferris.

Tomando un profundo aliento, Subaru se mordió los labios y cerró los ojos.

Su mente se encontraba al límite. Su corazón estaba desolado. En ese estado, él no quería ver a nadie. Pero no quedaba más remedio. Esta vez no crearía excusas para consolarse a sí mismo.

Porque lo último que quería hacer, era culparla por su dolor.

Después de un largo retraso, hicieron su entrada al salón de esta manera.

Notando que todas las miradas se posaron sobre él, Subaru miró alrededor del salón. Además de sí mismo, había cuatro personas presentes. Emilia, Wilhelm y, un paso delante de él, Crusch y Ferris.

Al ver que era el último en entrar, Subaru cerró la puerta tras de él y, con toda naturalidad, se sentó junto a Emilia.

Emilia: Subaru...

Subaru: No pasa nada. Ya me he calmado un poco Emilia-tan —Yo… Estoy mejor.

Ante la voz preocupada de Emilia, Subaru respondió en un tono alegre. Solo que sus ojos no la miraron. De hecho, no era capaz de mirarla para nada.

Si se encontrara con los ojos de Emilia ahora, habría revelado una parte despreciable de él. Solo pensar en eso, le provocaba un incontrolable pavor.

Ferris: Ahora que todos están aquí, ¡vamos a comenzar!

Con el sonido de una palmada, la atención de todos se centró en Ferris. Hubiese sido imposible para Crusch liderar una reunión en su estado actual, así que ese trabajo había quedado para él.

Dando una mirada rápida a todos los presentes, Ferris caminó al frente de la habitación con uno de sus brazos en el aire.

Ferris: Ya que no hay ninguna objeción, vamos a evaluar nuestra situación.

Y así, con una sonrisa, una reunión de la que cada uno esperaba algo completamente diferente, comenzó.

—Después de la batalla contra la Ballena Blanca, en su camino de vuelta a la Capital, Rem, Crusch y la expedición punitiva, que traían consigo a los soldados heridos y a la cabeza de la Ballena Blanca, fueron emboscados por dos Arzobispos del Pecado.

La mitad de la expedición fue asesinada. Los mercenarios demihumanos que los acompañaban se retiraron inmediatamente, evitando así su aniquilación.

Ferris: Cuando el vicecapitán Hetaro regresó con los caballeros de la Capital a la escena, los Arzobispos del Pecado ya se habían ido, nyan. Solo quedaban los cuerpos de nuestros caballeros y…

Crusch: Personas como yo... ¿verdad?

Crusch había fruncido el ceño frente a las últimas palabras de Ferris, mordiéndose los labios. Con una expresión abatida, debió haber pensado que todo fue su culpa.

Para ella, la «Crusch» en la historia de Ferris podría muy bien haber sido otra persona.

Porque—

Crusch: ¿Mi memoria fue borrada... por un Arzobispo?

Ferris: Seguramente, nyan. Yo mismo atendí al resto de los pacientes en el mismo estado que Crusch-sama. Sus recuerdos han desaparecido completamente y no hay nada que la magia de Ferris pueda hacer al respecto, nyan. Incluso ahora, Ferris no tiene idea de cuál puede ser la causa...

Wilhelm: Arzobispo del Pecado, «Glotonería». Esta Autoridad— debió de ser él.

Wilhelm asintió de manera grave y, con una seria mirada observó a Crusch. Pero, al ver a Crusch encogerse bajo su mirada, Wilhelm cerró sus ojos en disculpa.

Wilhelm: He sido desconsiderado con el estado de Crusch-sama y la he asustado. Estoy tremendamente apenado. Todavía tengo mucho que aprender.

Crusch: No... Yo debería disculparme por ser una líder tan inútil... A pesar de que me he esforzado enormemente en recordar todo lo que pueda sobre Wilhelm-sama...

Al escuchar a Crusch llamarle «Wilhelm-sama», el viejo espadachín se avergonzó.

Ver a su líder jurada sufriendo tanto... La culpa y vergüenza de haber fallado en protegerla llenó de dolor el rostro de Wilhelm. Echando un vistazo a Subaru, quien en este momento debía estar llevando el mismo sentimiento en su corazón, Wilhelm parecía entenderle.

Por otro lado, Ferris, cuya actitud hacia Crusch no flaqueaba ante nada, parecía ignorar completamente los sentimientos de Subaru...

Ferris: Ya nos hicimos cargo del Arzobispo del Pecado «Pereza». Y ahora tenemos a «Glotonería» y a «Codicia». Hay un límite para lo que podemos hacer, nyan. Algo tan extraño como la aparición de dos Arzobispos del Pecado al mismo tiempo… Me sorprendería si la aparición de Emilia-sama no tuviera nada que ver.

Emilia: ¿Y-Yo?

Su nombre había sido repentinamente mencionado. Emilia miró a Ferris con una expresión de sorpresa. Asintiendo con la cabeza, Ferris continuó.

Ferris: El Culto de la Bruja nunca pasaría por alto la existencia de una semielfa como Emilia-sama. Normalmente suelen ser tranquilos y raritos en las sombras, pero ahora, de la nada, causan todo este jaleo. Obviamente ambas cosas están relacionadas.

Mientras escuchaba las especulaciones de Ferris, Subaru se cruzó de brazos y meditó sobre una conversación que habían tenido hace un tiempo.

La noche anterior a la batalla contra la Ballena Blanca, cuando Subaru discutió con Ferris y Crusch la posibilidad de un ataque de los Cultistas de la Bruja, ambos aceptaron sus sospechas rápidamente, lo que significaba que debía haber algún precedente...

Emilia: Pues, umm... La verdad es que no sé mucho sobre ese Culto de la Bruja, pero... al decir que son de la Bruja, ¿se refieren a la «Bruja de la Envidia», ¿cierto?

Levantando su mano nerviosamente, Emilia pronunció aquella pregunta completamente inesperada.

Subaru no estaba seguro de haber oído bien y las expresiones de Wilhelm y Ferris se congelaron. Las únicas personas que no se encontraban atónitas frente a esas palabras eran Crusch y la propia Emilia.

Al ver sus reacciones, Emilia se puso aún más nerviosa.

Emilia: ¡Lo siento! Puedo ver por sus reacciones que eso es algo que debería saber, pero nadie me ha hablado de ello. De verdad.

Subaru: Pero... Emilia-tan... Tú sabes de la Bruja. Fuiste tú quien me dijo...

La primera vez que se conocieron, ella le dijo que se llamaba «Satella», por lo que, después de haber muerto, él la llamó por ese nombre. Pero, la rabia que ella sintió en ese momento... daba a entender que sabía que ese nombre estaba prohibido.

Pero Emilia sacudió su cabeza ante las palabras de Subaru,

Emilia: Cerca del bosque donde vivía, había una pequeña aldea... Ellos me odiaban debido a mi parecido con la Bruja de la Envidia... Así que, sé cómo todo el mundo considera a la Bruja, pero algo como el Culto de la Bruja...

Ferris: ¡Por ahora dejemos de lado cómo vivía Emilia-sama en el pasado, nyan! ¡¡Pero pensar que ni siquiera conoce al Culto de la Bruja con todo lo que ha ocurrido, me parece indignante, nyan!!

Con los hombros levantados en signo de burla, las manos de Ferris se dejaron caer con un suspiro.

Viendo esta actitud por parte de Ferris, la rabia de Subaru creció y, mirando directamente a los ojos de Ferris, le replicó.

Subaru: ¿Cómo puedes decir algo así? ¿Sabes cuánto coraje se requiere para admitir que hay algo que no conoces? ¿Qué hay de malo en preguntar lo que sea necesario?

Ferris: ¡Subaru-kyun es bastante persuasivo, nyan! ¡De verdad que son maestro y sirviente, nyan!

Ferris se burló implacablemente del evidente disgusto de Subaru...

Subaru estuvo a punto de levantarse indignado —Pero,

Crusch: Ferris. No puedo dejar pasar lo que acabas de decir. Discúlpate ahora mismo.

Justo antes de que las fuerzas de Subaru inyectaran sus piernas, aquellas palabras de reproche resonaron en la habitación.

Con un vestido de noche azul oscuro, y una actitud hasta ahora frágil y tímida, de un momento a otro ella se transformó — majestuosidad y fiereza, su mirada era la de un Caballero.

Crusch: Tal como Natsuki-sama acaba de decir, preguntar lo que uno desconoce no es merecedor de ninguna burla. Ni siquiera tú tienes derecho a ello, ¿entendido?

Ferris: ...Entendido, Crusch-sama.

Sus severas palabras se fueron apaciguando. Crusch pareció regresar a la chica de suave hablar de hace solo unos momentos. Aun así, ni los ojos de Subaru ni los de Ferris pudieron contener su asombro por haber escuchado a esta frágil y femenina joven decir algo propio de la impresionante Crusch del pasado.

Ferris: Emilia-sama, por favor acepte mis disculpas por mi rudeza. Subaru-kyun, tú también.

Subaru: Tú... no, está bien. Mejor hablemos sobre el Culto de la Bruja ahora. Emilia-tan quiere oírlo. Y, para ser honestos, yo tampoco conozco todos los detalles.

Al escuchar que Subaru se resignó parcialmente, Ferris aliviadamente respondió con un Entendido-nyan . Con un dedo suavemente colocado sobre su labio inferior, Ferris dio una vuelta con su corto vestido.

Ferris: Primero que nada, tal como Emilia-sama acaba de decir, el Culto de la Bruja es una organización que adora a la «Bruja de la Envidia». Desde la imparable aparición de la bruja hace 400 años, estos fanáticos han estado activos. Para la Orden de los Caballeros, cualquier afiliado de esta organización debe ser asesinado al momento de su avistamiento.

Emilia: Asesinado al momento de su avistamiento... Son personas, ¿cómo pueden dar una orden tan horrible?

Ferris: Los del Culto de la Bruja no dudarían en quemar una aldea o una ciudad entera solo para cumplir sus metas. De hecho, la aldea cerca de la mansión del señor Roswaal estuvo a punto de caer víctima de estos Cultistas. Incluso, uno de los Arzobispos del Pecado que tomó parte en la emboscada, una vez fue capaz, completamente desarmado y por su propia cuenta, de capturar una ciudad entera del Imperio de Vollachia en el Sur.

Emilia pestañeaba constantemente como si fuera incapaz de asimilar lo que estaba escuchando. Subaru entendía su reacción, ya que los horrores del Culto de la Bruja, habían sido grabados profundamente en su corazón.

Incluso ahora, él usaba a Petelgeuse como una unidad estándar de medida para la locura.

Pero, en términos de fuerza, «Codicia» sonaba como alguien a un nivel completamente diferente al de Petelgeuse.

Ferris: Esperen, esperen, me estoy saliendo del tema, nyan... Los Arzobispos del Pecado del Culto de la Bruja, nombrados en honor a las otras seis Brujas del Pecado, excluyendo a Envidia, son los ejecutivos de la organización.

Emilia: Las otras seis brujas... eran «Pereza», «Codicia», «Glotonería», «Lujuria», «Ira» y «Orgullo», ¿verdad?

Ferris: Sí, y entre ellos «Pereza» y «Codicia» son especialmente conocidos. Codicia, como ya dije antes, es conocido por aniquilar ciudades enteras. Pereza, por otra parte, parece estar detrás de cada disturbio causado por el Culto de la Bruja. Pero, Pereza acaba de ser preciosamente eliminado por nuestra expedición punitiva, nyan... ¿No es verdad, Subaru-kyun?

Subaru: Sí... Pereza está muerto. Lo vi desintegrarse con mis propios ojos. No hay duda al respecto.

Subaru confirmó las palabras de Ferris, mientras su mente revivía los últimos momentos del abominable Petelgeuse.

Gritando el nombre de Subaru, lleno de odio... Incluso después de tanto tiempo, aquel sonido no dejaría sus oídos. Como una maldición, continuaba atormentándolo...

—¿Será esa la causa detrás del cruel destino de Subaru?

Ferris: Todavía quedan cinco Arzobispos del Pecado. Dos de ellos responsables de emboscar a Crusch-sama. Sus movimientos están siempre envueltos en misterio y, aun después de 400 años intentando erradicarlos, no es mucho lo que se ha logrado. En cuanto a su objetivo... Se dice que pretenden revivir a la Bruja de la Envidia.

Subaru: ¡¿Revivir... a la Bruja?!

Incapaz de ignorar aquellas palabras, Subaru dio un salto volcando su silla.

Las chicas se sobresaltaron; y mientras Subaru sacudía sus manos de arriba a abajo,

Subaru: Pero revivirla... ¿Acaso eso es posible? La Bruja ha estado muerta por 400 años, ¿verdad? Hacer que alguien muerto vuelva a la vida...

Wilhelm: Subaru-dono, la Bruja de la Envidia no está muerta. Su vida aún está conectada al borde de este mundo. Desafortunadamente.

Al agitado Subaru, Wilhelm calmadamente reveló este hecho.

Sin palabras, Subaru miró a Wilhelm, encontrándose con sus ojos, serios y severos.

Wilhelm: Cerca de la «Gran Cascada», se encuentra el templo de la piedra del sello. La Bruja está ahí. Su indestructible esencia sellada en el interior. Ya que, ni siquiera el poder del Dragón y del Santo de la Espada combinados, pudieron destruirla.

Subaru: Sellada... Puede que haya escuchado algo así antes... Pero para revivirla, ¿por qué no simplemente destruyen el sello?

¿Dónde había escuchado eso antes? Pero, más importante, era la pregunta que acababa de hacer...

...Si la Bruja había sido sellada, lo único que necesitarían era romper el sello, pero en cambio, cada vez que una semielfa aparecía, ellos causaban estragos en el mundo mediante asesinatos y destrucción sin sentido. ¿Qué es lo que intentaba hacer el Culto de la Bruja? Pero, frente a la pregunta de Subaru, Wilhelm sacudió la cabeza.

Wilhelm: Acercarse al templo es virtualmente imposible. Primero, hay una cantidad ínfima de maná cerca de la Gran Cascada. Bajo esas circunstancias, nadie podría soportar el miasma de la Bruja. Y, segundo, jamás podrían cruzar al otro lado de la red de vigilancia de los «Sabios».

Subaru: ¿Los Sabios...?

Ferris: Shaula el Sabio, junto a la primera generación de los Santos de la Espada y el Dragón Volcánica, fueron los héroes que sellaron a la Bruja de la Envidia, nyan. Después de aquello se retiraron a la «Atalaya Pléyades», cerca de la Gran Cascada. Pero se retiraron sólo parcialmente, ya que, incluso ahora, continúan vigilando a quienes aún intentan revivir a la Bruja. —O por lo menos, eso es lo que cuenta la historia.

Subaru: Tienen que estar... bastante viejos...

Cuatrocientos años es bastante tiempo, incluso para unos Sabios. Pero eso era otro tema. Subaru decidió olvidarlo para que Ferris pudiera continuar.

Subaru: Bueno, ahora sabemos por qué la Bruja no puede ser liberada del sello, pero entonces ¿cómo planean revivirla?

Ferris: Aunque me lo preguntes, nyan, Ferris no es parte del Culto de la Bruja así que tampoco lo sé. Lo único que podemos hacer es torturar a algún cultista hasta que lo escupa todo, nyan.

Pasando de la pregunta de Subaru, Ferris puso una expresión de «me rindo».

Y aunque Subaru no había quedado satisfecho con la respuesta, no tenía sentido seguir preguntando.

En todo caso, Emilia asintió.

Emilia: Así que es por eso que todos me tratan así... ¿Pero por qué Puck no me dijo nada?

Subaru: ¿Tendrá Puck algo que decir? ¡Quiero preguntarle un montón de cosas!

Emilia: Puck no me responde... A pesar de que parece haberse materializado... Solo sé que está por aquí en algún lado...

Viendo cómo Emilia se encogía en su asiento, ni siquiera a Subaru se le ocurrió decir «no pasa nada, no pasa nada». De hecho, absolutamente tenía que hablar con Puck.

Además, era imposible predecir dónde ni cuándo el Arzobispo del Pecado «Glotonería» aparecería. Por lo que la contribución de Puck en el tema era crucial.      

Ferris: Eso es todo lo que hay que saber sobre el Culto de la Bruja, nyan. Así que, dejando ese tema de lado, vamos a discutir un poco sobre el futuro.

Subaru: ¿Sobre el futuro...?

Girando hacia Subaru a la vez que juntaba sus manos en una palmada, Ferris, con una jubilosa sonrisa, dijo

Ferris: En pocas palabras, esta Alianza... vamos a disolverla, nyan.

La atmósfera en el salón quedó congelada. Solo la mente de Subaru se había acalorado.

Asimilando aquellas palabras, reflexionó un momento, tranquilamente mientras se lamía los labios.

Subaru: ¿Disolver la Alianza? ¿Qué es lo que intentas decir?

Ferris: Exactamente lo que escuchaste, nyan. Así como están las cosas ahora, nuestra Alianza ha dejado de ser mutuamente beneficiosa, nyan.

Al ver que Subaru fue capaz de mantener la compostura, la expresión de Ferris reveló una pizca de admiración.

Aunque estaba más bien molesto por aquella expresión de Ferris, Subaru se preguntó si él estaba usando a la Alianza como moneda de cambio para obtener algún beneficio en la negociación. Mientras más lo pensaba, más se tenía que esforzar en mantener la calma. Aun así, su cabeza estaba casi hirviendo.

Subaru: Dejando de lado los derechos de minería, entre todos coordinamos nuestros esfuerzos para derrotar a la Ballena Blanca y, ahora que ya está hecho, ¿quieres retirarte después de cosechar los beneficios? Eso es bastante deshonroso, no importa por dónde lo mires.

Ferris: Alberga más riesgos que beneficios, Subaru-kyun.

Subaru: ¿Qué?

Comparado con la actitud agresiva de Subaru, Ferris hablaba casualmente mientras meneaba un dedo.

Ferris: ¿Nyan? «Glotonería» y «Codicia» apareciendo juntos para empezar. Después de eliminar a «Pereza», una alianza con la facción de Emilia-sama nos convertiría en un objetivo del Culto de la Bruja... Considerando lo que le ocurrió a Crusch-sama... ¿todavía crees que es beneficioso para nosotros formar una Alianza con ustedes?

Subaru: Pues...

Echando un vistazo a la completamente diferente Crusch, Subaru dudó un momento en rebatir el argumento de Ferris, ya que, en el fondo de su corazón, el llevaba las mismas heridas.

Pero esta vez, no fue Subaru quien rebatió las palabras de Ferris.

Wilhelm: No estoy de acuerdo, Ferris.

Inclinándose hacia adelante en su asiento, la mirada severa de Wilhelm alcanzó los ojos de Ferris. Los párpados de Ferris se entrecerraron mientras dejaba escapar un ¿E~h? con una débil sonrisa.

Ferris: ¿Qué quieres decir, nyan? Después de lo que «Glotonería» le hizo a Crusch-sama, ¿cuál crees que sería el beneficio de una Alianza que atraería al Culto de la Bruja hacia nosotros?

Wilhelm: Matar a «Glotonería»... Una oportunidad para vengar a nuestra líder.

Ferris: ¿Venganza? ¿¡Acaso es más importante para ti que la propia vida de Crusch-sama!?

En contra de Wilhelm, Ferris se negaba a ceder terreno.

En la mente de ambos pesaban con fuerza los sentimientos sobre su líder.

Ferris: ¡Si continuamos lidiando con el Culto de la Bruja, sólo conseguiremos que este desastre se vuelva a repetir! ¡En estos momentos, Crusch-sama ni siquiera es capaz de protegerse a ella misma! Si ese día llegara... Si se tratara solo de una herida física o emocional, Ferris podría curarla... ¡Pero si llegara a morir, todo habría terminado, ¿no?!

Wilhelm: Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el culpable anda libre por ahí. Los recuerdos de Crusch-sama... Si derrotamos al Arzobispo del Pecado, quizás pueda recuperarlos. Rendirse tan pronto es demasiado precipitado.

Ferris: ¿Que al derrotar a ese bastardo sus recuerdos volverán? Me parece Wilhelm... que pensar que sus recuerdos pudieran ser devueltos sólo con matar a la cosa que se los comió... ¿Estás soñando despierto o crees que esto es alguna clase de cuento de hadas de mie—

Wilhelm: —¡¡Félix!!

Con un poderoso rugido, el aura del espadachín retumbó en la habitación. Como si una ráfaga de viento se hubiese colado —Esa fue la sensación de todos los presentes.

Aún estremecidos por la conmoción, sólo la mirada afilada de Wilhelm permanecía intacta.

Wilhelm: Félix... Lo que acabas de decir, nunca vuelvas a repetirlo en frente de Subaru-dono.

Ferris: ......Lo siento.

Llamado por su verdadero nombre, no una, sino dos veces, Ferris cerró los ojos en dolor y arrepentimiento.

Los demás se quedaron mirando a Subaru, quien se encontraba sentado nuevamente. Sus manos apretadas con fuerza, levemente temblorosas, dejaban escapar un hilo de sangre entre las aberturas de sus dedos, casi cubriéndolos por completo.

Subaru: ......Emilia-tan.

Emilia: No te preocupes… No diré nada parecido a «lo entiendo» o «todo estará bien»... Aunque intente con todas mis fuerzas entender cómo te sientes... esa chica olvidada... debido a que no soy capaz de entender nada, no importa lo que diga, no estaría siendo justa contigo...

Subaru levantó la mirada. Entonces pudo ver las amatistas pupilas de Emilia, llenas de tristeza.

En sus ojos vio un reflejo de sí mismo, de toda su debilidad... ¿Ese era el Natsuki Subaru que ella veía?

...Como si hubiese sido rescatado por aquella tierna consideración, Subaru sacudió la cabeza.

Subaru: Decir algo como «todo estará bien»... incluso si rasgara mi boca intentándolo, no sería capaz de decirlo. Pero no importa. Ferris, no te preocupes por eso. Yo... no me rendiré, mientras haya el más mínimo atisbo de esperanza.

Ferris: En serio, nyan... A Subaru-kyun de verdad que no le gusta rendirse...

Al ver a Subaru intentar actuar como si todo estuviera bien, el semblante de Ferris rompió en una sonrisa. Pero su posición seguía sin cambiar.

Ferris: En cuanto a Ferris, nyan, no estoy de acuerdo en continuar con la Alianza. Regresaré a Crusch-sama a su verdadero yo, ya verán. Así que deberíamos dejar de lado la venganza contra «Glotonería» por ahora, nyan.

Wilhelm: Qué debemos hacer y cómo... Crusch-sama, usted decide. No nos corresponde a nosotros hacerlo por usted.

Al final, todo recaía en ella.

Los ojos de ambos se centraron en ella y, habiéndolo comprendido, Crusch asintió.

Crusch: Aún me falta mucho por saber. Y no puedo recordar cómo era yo antes. Me gustaría dejarles claro que mantenerse a mi alrededor podría desorientarles... Aun así, les agradezco que hayan depositado en mí su estima y confianza. Y, en lo que a mí concierne, me gustaría poder vivir a la altura de esas expectativas. Debido a todo esto, daré lo mejor de mí.

A pesar de haber perdido sus recuerdos, parecía que la fortaleza propia de su personalidad se había mantenido.

¿Cuál será el origen de la esencia de una persona? Viendo a Crusch actuar de aquella manera una vez más, a pesar de haber olvidado todo lo que conocía, Subaru no podía evitar hacerse esa pregunta.

Pero, en cuanto a la Alianza, parece que la mejor opción era posponer las negociaciones por el momento.

Ferris: En cualquier caso, si la persona que conoce toda la información clave concerniente a la facción de Emilia-sama... Si el Margrave Roswaal no está presente... Entonces, no hay nada que podamos hacer, nyan. Así que, las negociaciones quedan pospuestas hasta que el Margrave pueda asistir.

Crusch: Sí, eso será lo mejor. Entonces esta reunión—

Ferris: —Será un secreto. Así que pretendan que se trataba de alguna otra cosa distinta a la Alianza, nyan.

Ferris lanzó una afilada mirada a Subaru, mientras decía aquello con una voz inusualmente baja.

Subaru tragó saliva, pero sin ver ninguna razón para estar en desacuerdo, asintió. Desde su perspectiva, esta decisión tenía mucho sentido. Si el público supiera el estado actual de Crusch, su posición como una de las candidatas más competentes se desvanecería.

De hecho, las repercusiones de conocerse la amnesia de Crusch, serían de la misma magnitud que el prestigio de haber derrotado a la Ballena Blanca. Fue específicamente por este motivo que Anastasia no había sido invitada a esta reunión.

Ferris: Dejando de lado a Julius, Anastasia seguramente intentaría usar esta información para su beneficio. Menos mal que esos chicos de ella no vieron el estado actual de Crusch-sama, nyan.

Crusch: ...Pero ella estará presente en las negociaciones sobre la victoria. ¿Qué haremos sobre eso?

Ferris: Podemos inventar alguna excusa y decir que Crusch-sama se encuentra mal. Ferris pensará en algo. En cuanto a Subaru-kyun, tu bando sólo necesita mantener el secreto, ¿entendido?

Pidiendo nada más que silencio, Ferris no permitiría más enredos entre ambas facciones. Subaru, dándose cuenta de esto, sólo pudo asentir.

Al final, la reunión concluyó sin haber logrado avance de ningún tipo.

Aceptando la desesperada situación en la que se encontraban, más que cualquier otra cosa, ambas facciones tenían en común que sus respectivos futuros eran inciertos.

※ ※ ※ ※ ※

Subaru: Gracias por apoyarme ahí dentro, Wilhelm-san.

Después de la reunión en el salón, Subaru le dijo aquellas palabras a Wilhelm, a la salida de la Mansión Karsten. Deteniéndose, Wilhelm se giró hacia Subaru.

Wilhelm: Para nada. No fui de ninguna ayuda. Estoy avergonzado de lo poco confiable que puedo llegar a ser. A pesar de todo, fui incapaz de asistirle hoy.

Subaru: No digas eso. Si no hubiese sido por ti, no hubiésemos sido capaces de derrotar a la Ballena Blanca. Y después de eso, fuiste el único a quien pude confiarle el bienestar de Emilia y los aldeanos. ¡Por eso estoy tremendamente agradecido!

A pesar de tratarse de palabras genuinas de gratitud, ni siquiera ellas fueron capaces de animar el rostro de Wilhelm.

Nunca olvidando favores pasados, y siempre cargando con el dolor de los demás en su interior. Este hombre... ¿Acaso no era demasiado bueno para su propio bien? Subaru sonrió ante ese pensamiento.

Subaru: La situación todavía no se ha consolidado del todo, pero… ¿has tenido alguna oportunidad de visitar la tumba de tu esposa? Puede que no sea suficiente consuelo, pero por lo menos pudiste vengarla...

Wilhelm: ¡—!

Frente a las palabras de Subaru, el rostro de Wilhelm colapsó en una profunda emoción.

Viendo aquellas oleadas entrelazadas de dolor y emoción, Subaru no sabía qué hacer. Al ver la indecisión de Subaru, Wilhelm se inclinó mucho.

Wilhelm: Subaru-dono, ¡debo disculparme!

Subaru: Espera, no hagas eso. No tienes nada de qué disculparte. Soy yo quien debería agradecerte...

Wilhelm: No, eso no es verdad. Las palabras que dije en la reunión no fueron basadas en un genuino deseo de ser su aliado. Fueron sólo mis vanos y egoístas sentimientos los que me llevaron a apoyar la Alianza. Por ocultar este hecho, estoy profundamente avergonzado.

Sin entender las palabras de Wilhelm, Subaru frunció el ceño.

Al ver esto, Wilhelm se quitó el abrigo y remangó su manga izquierda, revelando una herida vendada alrededor de su hombro. A través de la venda se podía ver que las capas inferiores estaban empapadas de sangre.

Subaru: ¿No te duele? Deberías ir con Ferris para que te vea eso.

Wilhelm: Esta herida no puede ser curada. Fue causada por un oponente que poseía la Protección Divina del «Dios de la Muerte».

Subaru: ¿No puede ser curada?... Entonces, ¡Wilhelm-san!

Una herida incurable, incluso Subaru sabía cuál sería el desenlace.

Normalmente, mientras el sangrado no pudiera ser detenido, era como una cuenta atrás que ha sido puesta en la vida de uno. Pero, a diferencia de Subaru, quien se veía lleno de aprehensión, Wilhelm sacudió la cabeza tranquilamente.

Wilhelm: Mi vida no está en peligro por ahora.

Subaru: ¿Cómo puede ser? Esa herida... un ataque de ese tipo...

Wilhelm: No recibí esta herida hoy ni ayer. Es de hace bastante tiempo, pero recientemente volvió a abrirse. Y esto es algo muy importante para mí.

Escuchando las palabras calmadas de Wilhelm, el pequeño cuerpo de Subaru se estremeció y se contrajo. Sin saber por qué reaccionaba de aquella manera, incluso las raíces de sus dientes parecían no encajar bien en su mandíbula. Todo aquello venía del «Demonio de la Espada» en frente de él... una increíble aura capaz de congelar hasta el hígado de una persona.

Continuando con una calmada y gentil voz,

Wilhelm: Los efectos de la Protección Divina se vuelven más fuertes cuando el dueño de la Protección está cerca. Cuando el dueño del «Dios de la Muerte» se acerca lo suficiente, las heridas que infringió a su oponente, se abren.

Subaru: Entonces, eso significa... que la persona que te causó aquella herida hace tiempo... está cerca...

Wilhelm: La persona que hirió mi hombro izquierdo... Es la anterior generación del «Santo de la Espada».

Al escuchar a Wilhelm, la respiración de Subaru se detuvo.

Mirando los ojos de Wilhelm, pudo apreciar un brillo frío de emoción.

Wilhelm: Theresia van Astrea. La herida causada por mi esposa se ha reabierto. Para poder descubrir la razón, necesito continuar tras el Culto de la Bruja...

※ ※ ※ ※ ※

Completamente aturdido, Subaru entró en la habitación donde Rem estaba durmiendo.

Desde que regresaron a la Mansión de Crusch, cada vez que podía, iba a quedarse con ella.

Aunque él sabía que era imposible... en algún lugar de su corazón, de su debilidad, esperaba que ella simplemente despertara.

En este estado, ya no tenía ni el coraje ni el deseo de encarar a Emilia. Quizás Emilia podría ser capaz de entenderlo, pero estar a su lado ahora solo le traería dolor. A no ser que Subaru fuera a buscarla, ella se mantendría alejada, dándole el tiempo que sea necesario, aunque se encontrara preocupada por él.

Si Emilia estuviera aquí, él probablemente se largaría a llorar, aunque sólo fuera para calmar un poco la debilidad de su corazón.

Aunque él odiaba esa debilidad, no podía simplemente arrancarla de sí.

Subaru: Rem... A pesar de que me dijiste que yo era fuerte, yo... sin ti a mi lado, no puedo Rem... no puedo...

Nada cambió desde que había ido al salón.

Respirando suavemente. Su corazón aún latía. Pero aparte de eso, no había ninguna otra señal de vida. En estos momentos, solo el corazón de Subaru recordaba su existencia.

Pero,

Subaru: —Eres tú... ¿A qué has venido aquí?

Puck: ¿Que yo esté aquí es tan extraño? Incluso yo tuve alguna clase de relación con esta chica antes, ¿verdad? Así que venir de vez en cuando, ¿qué hay de malo en ello?

Subaru: Con qué cara dices eso...

Gentilmente tocando la frente de Rem, Subaru miró a su lado —Flotando en el aire, había un pequeño gato gris meneando su cola mientras lo observaba.

Puck: ¿Por qué me miras de ese modo? ¿Acaso hice algo?

Subaru: Esta vez… no hiciste nada. Ve a buscar a Emilia o lo que sea, siempre y cuando te vayas a flotar a otro lado.

Puck: ¿Eso quieres? Me parece curioso que digas algo así. Aunque mi libertad no se encuentra restringida, si esa chica se metiera en problemas mientras no estoy cerca...

Frotándose el bigote, Puck murmuró tranquilamente. Entonces, flotando a la altura del rostro de Subaru,

Puck: Sin embargo, creo que es mejor hablar con Subaru ahora mismo.

Subaru: ...Actúas como si lo supieras todo. Realmente me molesta.

Subaru miró a otro lado. Aun así, Puck esperó silenciosamente.

Subaru suspiró. Aunque seguirle dócilmente la corriente le molestaba,

Subaru: No le dijiste nada a Emilia sobre el Culto de la Bruja... ¿Cuáles son tus intenciones?

Puck: No tengo ninguna intención. Si puedes vivir sin saber algunas cosas, entonces no saberlas no tiene nada de malo. Si Lía me lo hubiese preguntado, se lo habría dicho, pero nunca preguntó... Gente como esa, si simplemente los ignoras, entonces no tendrás que preocuparte de ellos, ¿verdad?

Subaru: Sí, es verdad que hay cosas que está bien no saber. Pero en este caso es todo lo contrario para Emilia, ¿no? Esa chica salió del bosque para convertirse en «Gobernante». ¡Está luchando para ganar la Selección Real! Era imposible evitar al Culto de la Bruja así. —Tú sabías sobre esto, por supuesto que lo sabías.

Tratando de mantener la voz baja, Subaru intentó descubrir las intenciones de Puck. Pero Puck, bamboleándose en el aire, fácilmente esquivó las vigorosas palabras de Subaru.

Puck: La aparición del Culto de la Bruja... también sospeché que podría pasar. Pero decírselo o no a Lía era algo completamente diferente.

Subaru: ¡¿Incluso si eso significaba ponerla en peligro a ella o a quienes la rodean?! ¡No sé qué estabas pensando, pero si las cosas hubiesen pasado como debían, entonces Emilia habría—!

Puck: Ya veo... Hiciste un gran esfuerzo para salvar a Lía. Esta chica también... se sacrificó para ayudarla. En ese caso, necesito agradecerle a ella también...

Subaru: ¡—!

En ese momento, ignorando completamente todo y sin ningún titubeo, Subaru lanzó su puño con toda su fuerza contra espíritu en frente de él. El espíritu, fácilmente evitando el golpe, estremeció su rostro en asombro.

Puck: ¿A qué ha venido esa reacción tan repentina?

Subaru: No te atrevas a tocar a Rem. No con tus manos, ni con tus palabras...

Sorprendido de sí mismo, su voz se quebró lentamente.

Las emociones que brotaban de su corazón, quizás se habían vuelto demasiado difíciles de soportar.

Con sus redondos ojos, Puck miró profundamente a Subaru, y diciendo Ya entiendo , enderezó su pequeño cuerpo.

Puck: Dije algo desconsiderado, lo siento. No debí haberlo hecho. En vez de esto... Hablemos un poco sobre «Glotonería».

Subaru: ¿…Hablar? ¿De qué servirá ahora?

Puck: Si logras entender la naturaleza de aquella cosa que se comió el «Nombre» y los «Recuerdos» de esta chica, quizás haya esperanza de lograr tu deseo, después de todo.

Reaccionando ante aquellas palabras, la cara de Subaru se levantó de golpe. Al ver su reacción, Puck asintió. Entonces comenzó a mover su pequeña nariz rosada mientras rebuscaba en sus recuerdos.

Puck: La Autoridad de «Glotonería», en términos sencillos, consiste en comer. Cuando él se come el «Nombre» de una persona, todos los recuerdos de los demás, sobre aquella persona, son tomados. Y cuando él se come los «Recuerdos» de una persona, todos los recuerdos propios de esa persona son tomados. Si ambos son tomados, tanto el «Nombre» como los «Recuerdos», entonces esa persona se convierte en un caparazón vacío. Un caparazón vacío no hace nada, ni jamás podrá hacer nada. Esta chica está en ese estado.

Subaru: «Nombre»... «Recuerdos»…

Los «Recuerdos» de Crusch. Los «Recuerdos» y el «Nombre» de Rem.

Tal es el efecto de la Autoridad de «Glotonería».

Subaru: Después de matar al Arzobispo del Pecado «Glotonería»... ¿los recuerdos regresarán...?

Puck: Ni idea, me pregunto qué ocurriría. Vomitar todo lo que ha comido... Aunque no es algo en lo que me guste pensar, ¿será posible algo así? La única forma de saberlo es preguntándole al tipo en cuestión.

Subaru: Pero la posibilidad existe, ¿verdad? Los recuerdos de Rem, ¡la posibilidad de recuperar los recuerdos de Rem...!

Al darse la vuelta, Rem continuaba en su sueño profundo.

Todavía respirando suavemente. Su corazón aun latía. Su cuerpo aún estaba vivo, solo que sus recuerdos y su nombre habían sido comidos por un demonio.

Subaru: Arzobispo del Pecado «Glotonería» —Te aniquilaré cueste lo que cueste.

Puck: Aun así, no estoy seguro de que sea algo tan simple...

Las últimas palabras de Puck no lograron entrar en la mente de Subaru.

Subaru, justo ahora, estaba defendiendo aquel último fragmento de esperanza como si fuera el último bastión de su corazón.

Cuando llegó a la Capital, descubrió a Rem después del ataque. Y cuando supo que todo estaba perdido, sin un atisbo de duda, Subaru se clavó un cuchillo en su propia garganta.

Lo que sintió en ese momento, ni siquiera él lo recordaba ahora. Todo había salido tan perfectamente, más allá de las expectativas de cualquiera — Pero la verdad era que, en ese momento, no le importó tirar todos sus esfuerzos a la basura.

Si perdía a Rem… si eso significaba un futuro en el que ella no estuviera… no importaba cuantas veces tuviera que volver a soportar el mismo dolor, él lo haría. —Eso era lo único que Subaru era capaz de recordar claramente.

Atravesando su garganta, cubriéndose de sangre, adolorido y con un calor abrasador— perdió completamente la consciencia.

Cuando volvió en sí, lo que vio fue a Rem yaciendo en la misma cama.

El punto de guardado se había movido hacia adelante. El lugar de retorno había cambiado. Subaru vio el infierno y solo el infierno.

¡De nuevo! Debía ser algún error, tenía que suicidarse de nuevo... Pero Subaru dudó. No porque tuviera miedo al dolor o a la muerte. Se había dado cuenta...

...Aunque lograse regresar al punto de guardado anterior, no podría salvarla.

En el punto de guardado, anterior a la batalla contra Petelgeuse, justo después de la batalla contra la Ballena Blanca, ya habían pasado varias horas desde que Subaru y Rem tomaron caminos separados. Era demasiado tarde para lograr alcanzarla antes de la emboscada. E incluso si pudiera, significaría abandonar a Emilia. Y aunque enviara a la expedición por su cuenta a salvar a Emilia y él se apurase a llegar al lugar de la emboscada, ¿cómo podría derrotar a dos Arzobispos del Pecado?

Para derrotar a Petelgeuse, la presencia de Subaru era indispensable. Y el escape de Emilia no habría sido posible sin la protección de Wilhelm.

Sacrificar a Emilia para salvar a Rem, o sacrificar a Rem para salvar a Emilia —Sin sacrificar a alguna de ellas, era imposible salvar a la otra.

Ante esta decisión imposible, Subaru dejó caer la daga que sostenía sobre su garganta.

A diferencia de ser borrado por la niebla de la Ballena Blanca, el cuerpo de Rem permanecía aquí pese a haber sido olvidada por todo el mundo. Incapaz de hacer nada, Subaru simplemente se sentó al lado de ella, completamente aturdido...

Pero el tiempo de permanecer hundido en crueles pensamientos sin sentido, terminaba aquí y ahora.

Sosteniendo la mano de Rem, Subaru confirmó su resolución. De una cosa estaba seguro,

—Yo, te los voy a—

Subaru: —Recuperar. Rem, voy a recuperar tus recuerdos, cueste lo que cueste, ya verás.

Es una promesa. Justo en frente de tus ojos, el hombre del que te enamoraste, se convertirá en el más grande héroe que el mundo jamás haya visto.

Pero quizás todavía estaba a mitad de camino.

Subaru: Lo prometo... Tu héroe vendrá por ti. Solo espera un poco más.

Levantó la cabeza mostrando los dientes. Era una declaración de guerra.

Aquellos enemigos se arrepentirán de haber puesto sus manos sobre lo más sagrado e inviolable para mí.

Porque yo, Natsuki Subaru, traeré el castigo sobre ustedes.

Subaru: Cueste lo que cueste. ¡¡—Cueste lo que cueste!!

Desde el día en que comenzamos desde cero, ya no soy capaz de soportar ni un solo día sin pensar en estar contigo a mi lado.

Así que debo recuperarlos...

Los días perdidos, los días caminando contigo, y los días en los que caminaré contigo de nuevo... Con mis propias manos, lo prometo, ¡los traeré de regreso una vez más!