lunes, 25 de abril de 2022

,

Confianza basada en arena


Inglés

Español
Miguel
Aingero

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

――La calidez que emanaba de la mano de Ram contrastaba con el desdén de la fría arena. Ambas eran las realidades a las que Natsuki Subaru había hecho frente, ese era el presente que debería aceptar.
 
Subaru: …Ram.
 
Ram: ¿Qué?
 
Subaru: Tus dedos se sienten bien y son suaves… Eh――¡bubeh!
 
Ram: No tientes la suerte, Barusu.
 
Subaru: ¡¿Alguna vez dejarás de usar los apodos de la gente como si fueran maldiciones?!
 
Subaru se quejó con lágrimas en los ojos tras haber sido abofeteado en sus mejillas en recompensa a su comentario descuidado. Sin embargo, Ram, que mantenía un candil en su mano, no le contestó. En su lugar, se alejó apresuradamente, manteniendo las distancias con él.
Era algo frío viniendo de ella, aunque, hasta ahora, le había mostrado una amabilidad raramente vista. Pero, de seguir así, Subaru ni siquiera sería capaz de tener una conversación extraña sobre ello. Parte de sus verdaderas intenciones era volver a como normalmente interactuaban. 

Subaru: ¿Dónde estamos?
 
Ram: Absolutamente todo está oscuro. Supongo que recuerdas la grieta abrirse en el mar de arena y a nuestro carruaje de dragón siendo tragado por ella, ¿verdad? Ram no quiere explicar más.
 
Subaru: No no, me basta con eso. Lo entiendo más o menos.
 
Ram: …De acuerdo.
 
Subaru recibió un resumen de la situación actual por parte de Ram y llenó sus pulmones de aire.
Entendió que había Retornado por Muerte y que su momento para el Retorno por Muerte ya había cambiado.
 
――Subaru había encontrado la muerte tres veces en estas dunas.
 
Dos veces había sido asesinado en la superficie por los destellos de luz, que habían sido probablemente disparados desde la atalaya. Sin embargo, esta tercera vez fue muy diferente de las otras dos. Había muerto al ser atacado por un monstruo bajo tierra.
Apenas podía evitar que su cuerpo temblara al recordar la manera en que experimentó su muerte hacía sólo un minuto.
 
Subaru: Nunca pensé que moriría así…
 
La manera en que Subaru había muerto era lo que se llamaría «arder hasta las cenizas». Todo su cuerpo había sido chamuscado por llamas escarlatas, y había ardido hasta morir sin entender todo lo que estaba pasando. Era difícil olvidar que todo su cuerpo había sido tragado por lenguas de un rojo intenso, y que cada parte de él se había derretido más que arder.
Sabía que el cuerpo humano era un saco de grasa, pero… ¿de verdad se derretiría algo así tan fácilmente y tan deprisa? Que sus restos ardientes fueran trágicos era algo con lo que estaba perfectamente de acuerdo.
 
Ram: Barusu, ¿te has calmado ya? Si ya te has hecho a la idea, necesitamos hablar.
 
Subaru: Ah, sí. Estoy bien… ¿Sólo estamos tú y yo aquí?
 
Ram: Si ese fuera el caso, Barusu, Ram te dejaría atrás y huiría por su propia seguridad. Dado que no lo he hecho… bueno, entiendes lo que eso significa, ¿no?
 
Subaru: ¿Acabas de mostrar la Segunda Parte de la amabilidad que raramente enseñas?
 
Ram: Está claro que dices muchas cosas irrespetuosas hacia el conjunto de amor y compasión que es Ram, ¿no? ―Ella volvió mientras estabas diciendo tonterías.
 
Al mirar al candil, a su izquierda――y luego hacia donde estaba señalando desde la derecha de Ram, vio otra luz meciéndose a la altura de la cabeza y acercándose desde las profundidades de la cueva. La fuente de esa luz era el candil que sostenía Anastasia mientras montaba a Patrasche.
 
Anastasia: Ram-san y Natsuki-kun, ¿he de asumir que han termina’o de conversar?
 
 Subaru: …Anastasia y… Patrasche, ¿eh?
 
Anastasia, que estaba montando a Patrasche, repitió el mismo saludo que había hecho antes mientras le dedicaba una mirada sombría. Y, ante aquellas palabras, Ram apretó el dobladillo de su falda como antes e hizo una reverencia.
 
Ram: Agradezco su consideración, Anastasia-sama. Entonces, ¿cuál es la situación en los alrededores?
 
Anastasia: Me adentré musho, pero no pu’e encontrar a nadie má’. Parece que los únicos que fuimo’ transporta’os a esta zona somo’ nosotros tres… y esta shica.
 
Ram: Ya… veo.
 
Anastasia: Sé que no sirve de musho decirlo, pero no podemo’ desanimarnos en estos momentos.
 
Ram: Gracias por preocuparse. Sí, lo entiendo… eso haré.
 
Anastasia comentó sus temores desde la parte de atrás de la dragona. A lo cual, Ram contestó como normalmente hacía: diferente a como hablaba a Subaru. La cara de Anastasia era claramente visible esta vez ya que era Ram quien portaba el candil.
Los diálogos de Anastasia fueron exactamente iguales que la última vez. El hecho de que Ram estuviera molesta al ser separada de Rem se mostraba claramente en su rostro, donde también se notaba un ligero agotamiento.
 
Subaru: Así que, por ahora, ¿los únicos que han sido capaces de reunirse hemos sido nosotros cuatro? …Es bastante terrible que no tengamos fuerza de combate.
 
Anastasia: No estamo’ tan dispersos como pensábamo’, ¿eh, Natsuki-kun? O acaso… Vaya, ¿le pe’iste a Ram un amuleto especiar de la buena suerte?
 
Ram: Desafortunadamente, aunque quedáramos a solas Ram y Barusu, no sucedería nada. Únicamente se encontraría el cadáver de Barusu al día siguiente.
 
Subaru: ¿Qué quieres decir? ¿Te refieres a algo como el hombre lobo en el juego de Los hombreslobo de Castonegro? Qué miedo.
 
Sus comentarios no tenían como objetivo mostrar bravuconería, sino que Anastasia y Ram intercambiaran palabras que calmaran a Subaru, quien acababa de despertar. Su comprensión de la situación fue rápida por ser la segunda vez, pero estaban en un lugar donde había que empezar a moverse inmediatamente, incluso ahora.
 
Subaru: Ram, sólo para asegurarme, no sabes donde está Rem usando tu conexión con ella, ¿correcto?
 
Ram: Así es, no funciona. Ya que aún siento el enlace, no tengo dudas de que, al menos, está viva… Pero no sé más aparte de eso. Ojalá no esté sola.
 
Subaru: Como todas mis andanzas están sujetas a la fortuna y el infortunio, las de Rem sólo serán buenas, sin duda alguna. —Creo firmemente en que está a salvo.
 
Si esta teoría era cierta, era únicamente porque sus propias aventuras por las que estaba pasando estaban llenas de una absurda cantidad de muerte y sufrimiento. Le habría gustado no ver aquellos momentos.
 
Subaru: Más importante…
 
Subaru no podía dejar que Ram y Anastasia supieran cuál era su mayor preocupación: que parecía que todos a los que quería salvar habían sido separados de él por culpa de que su Retorno por Muerte había sido actualizado.
Era como cuando no podía usar su Retorno por Muerte para recuperar el nombre de Rem.
 
¿Y si la tragedia había golpeado a sus compañeros debido a la actualización de su Retorno por Muerte?
 
Subaru: ¡Eso es lo único que jamás permitiré!
 
―Ojalá nada terrible les haya pasado a quienes no están aquí: Emilia, Beatrice, Julius, Meili… y Rem.
 
Al ver que no estaban a su alcance, Natsuki Subaru rezó para que estuvieran bien.
 
Ram: Barusu. ―¿No estás conectado con Beatrice-sama?
 
Subaru: Lo he intentado, pero tampoco funciona. Mientras haya un camino entre nosotros, Beako debería ser capaz de sentirme… Pero, aunque intente llamarla, la conexión es demasiado débil.
 
Anastasia: Podría ser debi’o ar miasma. Hasta los espíritus no pue’en mantener su aliento por musho tiempo, incluso mi Echidna refunfuñaba a menu’o… Sólo Emilia-san se encontraba bien.
 
Subaru: Me pregunto si le ocurrirá lo mismo a Beako.
 
Beatrice, valiente como era, probablemente no dejaría escapar ninguna queja, aunque se encontrara mal. En ese caso, Subaru lo habría notado seguro.
Que Beatrice estuviera en mal estado también pondría en riesgo la seguridad de todos. Cuando se reunieran a salvo, le regañaría firmemente.
 
Subaru: Por eso tenemos que reunirnos con los demás. ¡Adentrémonos en la cueva!
 
Si se adentraban, quizás acabarían cruzándose de nuevo con el monstruo que hizo arder a Subaru.
Pero, aun así, su única opción era avanzar.
 
Así que, para reunirse con sus apreciados compañeros, no quedaba otro remedio.
 
 
    
 
 
Anastasia: Natsuki-kun, siendo er único que va a pie, ¿pue’es caminar bien aquí?
 
Subaru: Estoy bien. Pero ten cuidado, porque Patrasche no da la bienvenida a nadie con los brazos abiertos excepto a mí. Cada vez que lo intenta Beako, parece que vaya a arrancarle de un mordisco uno de sus tirabuzones.
 
Anastasia: Ajajaja, es una broma geniar. Patrasche-shan es una buena shica. Ella no haría argo como eso… ¿no?
 
Patrasche: …Ϡ.
 
Patrasche emitió un rápido gruñido a Subaru, quien dirigía el camino con su candil mientras se introducían en las profundidades de la cueva. Su gruñido era del tipo que hacía cuando no tenía ninguna queja.
Aun a pesar de llevar a otras personas que no eran Subaru, Patrasche trabajaba duro porque sabía que era una emergencia. Como era de esperar, era una mujer que se merecía ser miembro de la facción de Emilia.
 
Colocando a Ram y Anastasia sobre Patrasche, Subaru era el único que viajaba por el laberinto de arena a pie. Siguieron el mismo camino que la última vez, con los cuatro avanzando hacia las profundidades.
Quizás empezaron la marcha una docena de minutos antes que la última vez; pero, como no sabía desde cuándo había estado aquel monstruo allí abajo, esta pequeña discrepancia estaba dentro de los márgenes aceptables.
 
Subaru: Su guarida estaba por ahí… Quizás sea su zona de alimentación, o su zona de juegos…
 
Lo que no podía ser llamado «alimento» era la gran cantidad de cadáveres quemados que cubrían aquella área.
Los cuerpos carbonizados que Subaru había agarrado accidentalmente habían sido probablemente de animales――Por su forma, parecía que había agarrado la pata trasera de una criatura de cuatro patas, pero no había indicios de que hubiera sido devorada. La cantidad de cuerpos carbonizados era inconmensurable.
Si esa mabestia hubiera utilizado el fuego para prepararse el almuerzo, podía haberlo considerado simplemente como cultura culinaria de una mabestia gourmet. Sin embargo, solamente quemaba a sus presas y dejaba sus cuerpos intactos. Aquel monstruo poseía una naturaleza cruel que se deleitaba en quemar a sus presas hasta la muerte; tenía sentido que tuviera una manera de capturarlas y un lugar en el que quemarlas.
 
Era una figura grotesca, armada con una cantidad anormal de calor.
Mientras recordaba el momento en que ardió hasta morir, Subaru tuvo miedo de la forma en sí de la mabestia como criatura viviente.
 
Anastasia: … Por lo que pue’o ver, aún deberíamo’ ‘tar en las dunas, pero quizás nos encontramo’ por debajo de ellas. ¿Qué piensas, Natsuki-kun?
 
Subaru: …
 
Anastasia: ¿Natsuki-kun?
 
Subaru: ¿Eh? ¿Ah? Aah, sí. Yo también lo creo.
 
Ram: ¿De verdad escuchaste lo que dijo? Estás siendo grosero si crees que esa respuesta es la adecuada.
 
Ram rápidamente expuso que Subaru estuvo de acuerdo sin pensar. No obstante, Subaru negó con la cabeza y agitó sus manos rápidamente negándolo.
 
Subaru: Imposible, lo escucho todo apropiadamente. Es más, mantengo mi postura de absoluto acuerdo.
 
Ram: Estábamos hablando de que, cuándo nos quitamos el sujetador para ir a dormir, los pechos no se nos caen ni un centímetro. ¿Y dices que estás de acuerdo con eso? Asqueroso.
 
Subaru: ¡¿La manera en la que me sacas eso no es asquerosa?! ¡Es más, ella no estaba hablando de eso, ¿a que no?!
 
Subaru, en un estado de incredulidad, se giró hacia Anastasia buscando ayuda. Y, devolviéndole ella una sonrisa forzada,
 
Anastasia: No te preocupes. Ram-san sólo ‘taba bromeando. No creo que sea apropia’o hablar así en esta situación tan terrible.
 
Subaru: ¿Ve-verdad? ¿Verdad que sí? Estaba apurado. Y en primer lugar, ni los pechos de Ram o de Anastasia se hundirían ni tienen suficiente para siquiera notar…
 
Anastasia: Ups, lo siento, Natsuki-kun. Mi mano se resbaló.
 
Subaru: ¿En pretérito perfecto? ¡QUEMA!
 
Su candil fue presionado contra su nuca, y el calor que desprendía su mineral mágico quemó su cuello. Eso le hizo recordar su ardiente muerte, y se estremeció y rodó en la fría arena, gritando y aullando mientras se aliviaba el dolor.
Y mientras lo hacía, aún colapsado con la espalda yaciendo encima de la arena, miró a las dos sobre la montura del dragón.
 
Subaru: ¿N-no es cruel hacer eso de repente? Me habría gustado tener al menos la oportunidad de explicarme.
 
Anastasia: No pue’es ir criticando las características físicas de los demá’ y luego mostrarles desprecio. No pue’es, a menos que seas un masoquista. Si esto fuera Kararagi, habrías perdi’o to’a tu reputación y te habrías queda’o en la banca rota. ¿No ‘tás de acuerdo, Ram-san?
 
Ram: A Ram no le importa. Además, los de Rem son más grandes, de esa manera mantenemos el equilibrio entre las dos. No es un problema para mí.
 
Si fuera a hablar de su preciada hermanita a la que amaba y con la que se complementaba, habría provocado su ira de nuevo. Por lo tanto, se mantuvo en silencio. Subaru hizo una mueca, ya que su nuca aún zumbaba con un ligero dolor. Se levantó y carraspeó, sacudiéndose la arena.
 
Subaru: Como sea, volvamos a lo que importa. Estamos bajo tierra, eso es lo que dijiste, ¿verdad?
 
Anastasia: Vaya, ¿me escushaste de verdad? Es cierto, eso creo. La razón es porque el aire es má’ pesa’o que en la superficie, y la temperatura es má’ baja. ¿No ‘tás de acuerdo?
 
Ram: Bajo las dunas… Recemos para que no sea la madriguera de un Gusano de Arena.
 
Subaru: … Podría ser algo peor que eso.
 
Anastasia tiró de su capa para apretarla, aludiendo así al frío que hacía; un gesto que Ram imitó. Mientras asentía a sus opiniones, Subaru sutilmente pensaba en la realidad de la situación.
Naturalmente, aunque hubiera Gusanos de Arena aquí, sería una tarea hercúlea vencerles con el mero poder del que disponían entre ellos. Aun así, los Gusanos de Arena eran mejor porque ya tenían algo como una estrategia para lidiar con ellos.
 
Pero, aquella otra mabestia ―a la que por ahora llamarían centauro por simplicidad― era algo con lo que Subaru no tenía ni idea de cómo lidiar en una batalla. Se había cruzado con ella, y había ardido inmediatamente en el momento.
Estaba seguro de que moriría igual si se cruzaba con ella como la última vez.
 
Subaru: En verdad, es probable que nos crucemos con otras mabestias aparte del Gusano de Arena. Aunque sean mabestias que vagan por estas dunas, creo que sería buena idea si ideáramos un plan para ellas después.
 
Ram: Sí… No obstante, Ram sólo puede decir que sólo sabe lo que escuchó a Meili decir de camino a aquí. Y, aparte de eso, quizás cómo vive una mabestia típica.
 
Anastasia: Las mabestias de las Dunas de Auguria son musho má’ agresivas debi’o a los efectos der miasma, y también hay mabestias que no deberían ‘tar viviendo aquí pa`’ empezar. Aun así, saber es mejor que no saber.
 
Cuando Subaru hizo su sugerencia, Ram y Anastasia asintieron.
Como resultado, hablaron sobre las mabestias mientras continuaban su búsqueda en las profundidades de la cueva.
 
Ram: Los Gusanos de Arena destacan debido a su fuerza y fealdad, pero en contraste a su naturaleza agresiva, sus cuerpos no son tan fuertes. Aunque sean muy grandes, mi magia puede matarlos fácilmente… Si acaso, tu látigo podría ser útil, Barusu.
Subaru: ¿De verdad? ¿Mi látigo les haría daño?
Anastasia: Se dice que tienden a ser cobardes, y si sienten dolor parece probable que se alejen. Depende der dolor que sientan, pero ar menos no es imposible, ¿no creen?
 
Ram: No quiero cruzarme con una zarigüeya, de ser posible.
Subaru: ¿Es una mabestia peligrosa a pesar de tener el kanji de ratón?
Anastasia: Nah, no tiene ninguna fuerza aterra’ora. Pe~ro, pelea sucio. Se infla hasta que su cuerpo hace *KAPUM*, explotando cerca der enemigo. Y así, su sangre y sus entrañas cubren a su enemigo.
Subaru: …Entonces, ¿su sangre es venenosa o algo así?
Ram: No es eso. Es sólo molesto… Pero, cuando uno de ellos lo hace, y su hedor te cubre, otras zarigüeyas se reúnen y hacen lo mismo. Acabas por volverte embadurnado en su sangre.
Subaru: ¡Qué miedo!
 
Subaru desconocía muchas mabestias, y fruncía el ceño al escuchar muchas cosas de sus naturalezas. Tras terminar su discusión sobre las mabestias, Subaru creyó que la hora había llegado, y cambió de tema.
 
Subaru: Entonces, mencionaré una mabestia que vi a lo lejos, en las dunas… Su cuerpo es de humano atado al cuerpo de un caballo y vierte llamas desde su espalda, ¿lo conocen?
 
Ram y Anastasia: …
 
Subaru les contó sobre el centauro, manteniendo el tono de la discusión en cuanto al modo de vida de las mabestias.
Era una mabestia muy característica. Aunque esta mabestia era de una variedad más agresiva que las nativas de las dunas, si había un origen a ello, debería ser capaz de encontrar una debilidad.
Sería genial si tuviera algún punto débil que fuera fácil de entender, como ser débil al agua debido a su fuego――
 
Anastasia: …Lamentablemente, no me suena de na’a. ¿Y tú, Ram-san?
 
Ram: Ram también lo lamenta, pero la descripción que has dado de esa mabestia me resulta muy desagradable.
 
Subaru: Así que ninguna la conoce…
 
Sólo consiguió esas respuestas por su parte.
Parecía que ninguna de ellas tenía conocimiento alguno sobre el centauro o algún otro con aquellas anormales características. Pero, aquella era la mabestia que probablemente se cruzaría primero en su camino. No quería rendirse en encontrar una manera de superarlo con las únicas respuestas que había recibido.
 
Subaru: ¿De verdad no la conocen? Como si, donde está la cabeza de Patrasche, hubiera en su lugar un torso humano con dos brazos normales. Y una boca que se abre verticalmente sobre ese torso. Y finalmente, un cuerno saliendo desde el cuello de su torso humano en lugar de desde su cabeza…
 
Anastasia: ¿Qué~? ¿Qué demonios…? Eso es superasqueroso.
 
Ram: Honestamente, es desalentador.
 
Cuantos más detalles vertía en su explicación, más desmoralizaba a las chicas. Al ver que incluso Patrasche parecía disgustada tras oír la descripción de Subaru, éste bajó los hombros derrotado.
Parecía que realmente no tenían ni idea sobre esa mabestia.
 
Ram: Si llegaste a ver una mabestia así, deberías haber informado de ella desde el principio. ¿Por qué omitiste una mabestia tan aparentemente peligrosa?
 
Subaru: No, es que… Es porque era de noche. Quizás fue porque la Protección Divina de Meili estaba activa, así que sólo la vi en la distancia sin acercarse a nosotros. Fue cuando tu estabas siendo tratada por Emilia-tan dentro del carruaje de dragón.
 
Ram: Asqueroso.
 
Subaru: ¿Eso es todo lo que vas a decir?
 
Subaru estaba desanimado por la falta de respuestas mientras buscaba a tientas una excusa plausible.
Al final, no tendrían de antemano ninguna manera de lidiar con el centauro. Lo único que podía hacer era buscar un plan para evitar encontrarse con la mabestia mientras explicaba en detalle su peligro con anticipación.
 
Subaru: Por ahora, la llamaré centauro, pero… reconozco que lucía peligroso. Una melena crecía por la espalda de su cuerpo humano, y era como si estuviera hecha de fuego. Tenía una mirada tenaz… No sé cómo, porque no tenía rostro, pero es el sentimiento que daba, así que probablemente, si no nos encargamos de ella, vendrá y nos perseguirá.
 
Ram: ¿Entonces por qué la ignoraste? ¿Quieres morir?
 
Subaru: Creo que ahora tampoco escogí las palabras adecuadas para explicarlo.
 
No podía negar que su explicación se había vuelto bastante absurda al dejarles saber de aquel peligro.
Sin embargo, al contarles sobre ella como precaución, las chicas podrían ser capaces de mantenerse en guardia frente al peligro de encontrarse con el centauro.
 
Eso era todo lo que había logrado. No había logrado decirles sobre cuando realmente se había encontrado al centauro, y no tenían ninguna medida contra él. Subaru pensó sobre un enfoque más fundamental.
El cual sería…
 
Anastasia: Natsuki-kun, Ram-san. ―¿Pue’en parar la sharla sólo un momento?
 
Anastasia dijo aquello, e indicó a Patrasche que se detuviera. La inteligente dragona de tierra se había detenido antes de que se lo dijera, pero bajó la cabeza como si hubiera entendido a lo que Anastasia se refería.
Y entonces, Anastasia sostuvo su candil al frente y…
 
Anastasia: Hay una bifurcación en er camino.
 
――Ante sus ojos estaba la primera parte de su plan para evitar encontrarse con el centauro.
 
 
    
 
 
Como antes, un pavor flotaba en el aire en la bifurcación, suficiente para hacer que uno hiciera una mueca.
Y aquel pavor, venía claramente del camino de la derecha.
 
Anastasia: Izquierda o deresha, ¿por cuár camino quieren ir?
 
Subaru: Si seguimos la teoría de Kurapika, la derecha sería la opción correcta.
 
Anastasia: ¿Quién?
 
Como antes, el conocimiento de Subaru no era más que extraño en este otro mundo.
Subaru ya lo había experimentado con su propio cuerpo, por lo que sus palabras no tenían ninguna sustancia.
 
Subaru: En momentos como éste, la gente tiende inconscientemente a querer escoger el lado de la izquierda. Es lo que la etología ha conseguido demostrar, especialmente cuando no hay ninguna condición especial incluida, aunque hay varios factores en juego, como la mano u ojo dominante.
 
Ram: Etología… Vaya palabra culta acaba de salir de tu boca… Sin embargo, ¿estas ignorando el horrible presentimiento que puedes sentir del camino de la derecha? ¿Acaso no es esa una condición?
 
―Esta vez tenemos que tomar el camino de la derecha, sea o no el camino correcto.
 
Habiéndolo considerado así, Subaru tendría que persuadir a las demás con la lógica, a pesar de la fuerte aversión que le producía la horrible sensación que emitía el camino de la derecha. Ram y Anastasia evitarían tomar el camino de la derecha todo lo posible, o al menos eso decían sus miradas.
 
Subaru tendría que persuadirlas y hacerles tomar el camino de la derecha.
No les dejaría ir hacia sus muertes tan fácilmente tras conseguir la oportunidad gracias al Retorno por Muerte.
 
Subaru: Es cierto que una atmósfera obviamente horrible proviene de la derecha. Pero creo que es demasiado obvia. Es como si dijera «no vengáis por aquí», ¿a que sí?
 
Ram: …
 
Subaru: Es exactamente igual a antes de nuestra llegada a la atalaya, cuando atravesamos el Lapso de Arena y el campo de flores de las mabestias. Todo eso está demasiado elaborado como para ser algo surgido de manera natural. ¿No lo creen?
 
Anastasia: En otras palabras, Natsuki-kun, ¿quieres decir que lo der Lapso de Arena, er campo de flores y esta cueva son puras artimañas?
 
A diferencia de Ram, quien se sumió en un profundo silencio, Anastasia prestó atención a lo que Subaru había estado intentado decir. Subaru chasqueó sus dedos al escuchar su respuesta y dijo Exacto en señal de aprobación.
 
Subaru: Un montón de trampas han sido colocadas con el fin de mantenernos alejados. Si todo esto no es parte de una artimaña, ¿por qué no nos hemos topado con ni una sola mabestia por aquí desde hace una hora? Todos estamos de acuerdo en que esto es parte de las Dunas de Auguria. Y aunque Meili no está aquí, no hemos dado con ninguna guarida de mabestias. Eso no es natural.
 
Ram: Entonces, estamos en un lugar donde la mano de alguien… no, la mano del Sabio entró en juego.
 
Subaru: Debido a eso, ya sabemos que el Sabio no tiene un carácter muy agradable.
 
Ram: …
 
Pese a que era una opinión con verdades a medias, Subaru estaba impresionado de que no sonara poco convincente, aun habiéndolo dicho él mismo.
De hecho, en retrospectiva, durante su recorrido por las Dunas de Auguria hasta ahora se encontró varias cosas ―incluso se les podría llamar Pruebas― que ciertamente podrían llamarse trampas y estaban allí para impedir su viaje hacia la atalaya. Aunque también era un hecho que aún no se habían topado con alguna mabestia en esta cueva.
 
Pero claro, los pensamientos de Subaru eran incorrectos al fin y al cabo, dado que se toparían con el centauro al final, sin embargo――No, tal vez el centauro era el último guardián.
Cabía la posibilidad de que su presencia fuese un eslabón que denotaría una última demostración de fuerza a aquellos que acudían a la atalaya.
 
―En ese caso, simplemente no tengo forma de expresar la malicia en la elección de guardián, pero…
 
Ram: …Ciertamente tiene algo de lógica, aunque se trate de Barusu.
 
Subaru: ¡―! ¿En serio?
 
Anastasia: ¿Por qué ‘tas tan sorprendi’o? ¿Acaso es argo raro?
 
Subaru reaccionó instintivamente con sorpresa ante las palabras de Ram, quien se había sumido en un silencio pensativo. Y tras eso, Anastasia, quien presenció esa respuesta, esbozó una sonrisa irónica y levantó los pompones de su sombrero con ambas manos.
 
Anastasia: Pa’ serte sincera, rearmente no quiero ir por la deresha. Pero ahora que mencionas que nuestras opiniones han si’o amaña’as para llevarnos por la izquierda… ya no quiero ir por ahí.
 
Subaru: Esa opinión no parece propia de ti, alguien que vive bajo su intuición de «actuar o morir». De seguro te has dejado llevar.
 
Anastasia: ¿Insinúas que incluso yo lo haré si se aprueba tu opinión?
 
La sonrisa irónica en su rostro se acrecentó, lo que, de hecho, probablemente indicaba que Eridna era incapaz de imitar esa característica esencial de Anastasia: la intuición de «actuar o morir». Éste también era un último recurso para ella. Le debió costar mucho decidir si inclinarse por la opinión de Subaru o no.
 
Subaru: Entonces, ¿qué hay de ti, Ram?
 
Ram: Es tal como dije. Puedo entender el planteamiento de Barusu tomando en cuenta cómo acontecieron las cosas en las dunas hasta aquí. Podemos estar de acuerdo en que, además de la retorcida naturaleza del Sabio, también están los entornos hostiles a los que aquellos que no pueden llegar a la atalaya están sometidos, uno tras otro… Por eso es obvio que es obra de alguien.
 
Subaru: Mmm… estoy de acuerdo en que no puede considerarse algo natural…
 
Ram: Así que, aunque no estoy totalmente de acuerdo con tu opinión, Barusu, eso no significa que no esté de acuerdo en algunas cosas. Así pues, no dudemos en comprobar el camino de la derecha.
 
Subaru: …¿Qué quieres decir?
 
Anastasia: Es molesto para ella hacer lo que Natsuki-kun dice, pero seguirá adelante, eso es lo que quiere decir.
 
Anastasia interpretó educadamente lo que Ram intentaba decir.
Y el hecho de que Ram no hizo corrección alguna parecía indicar que esa era la interpretación correcta. En resumen, significaba que tanto Ram como Anastasia habían sido embaucadas por Subaru.
 
Subaru: ¡Bien! Me alegro, THANK YOU. Haré que ninguna se arrepienta.
 
Ram: Asumiré al menos una parte de la responsabilidad por mi decisión. No vayas a tratar de llevar mi parte de la carga sobre tus hombros como te plazca. Centra tu inútil ingenio sólo en Rem.
 
Anastasia: Ah, si haces que me arrepienta, dejaré que te responsabilices por ello. Si eso suce’e, tendremo’ que consurtar con er ábaco er monto pertinente, eh.
 
Subaru: ¡Ambas son muy perversas!
 
Su alegría duró poco, y su discurso en el que había asumido la responsabilidad de la elección fue rápidamente asediado por las dos.
Aunque no sabía cuán serio era el rastro de Anastasia, Eridna estaba haciendo grandes esfuerzos para que las cosas no terminaran en arrepentimiento. Sólo ese sentimiento era genuino.
 
Subaru: Además, no es como si los obstáculos se terminen con sólo su persuasión.
 
Cierto, eso era verdad.
Al final, lo único que Subaru había conseguido era el derecho a hacer un desafío. El desafío contra los verdaderos obstáculos empezaba a partir de ahora.
 
——La bifurcación del camino aguardaba su decisión mientras desprendía una abrumadora atmósfera negativa.
 
Iban a tomar el camino de la derecha, donde el aire se hacía cada vez más espeso y visible.
Si ésta era una prueba que el Sabio había preparado, se preguntaba en qué estaba pensando al optar por hacer de este camino su inicio.
 
Subaru: Si nos está esperando más allá de este punto, entonces vamos a darle la mayor sorpresa posible. Voy a abofetear su rostro y hacer que se disculpe una y otra vez, y después de eso, voy a hacer que encuentre a Emilia y a los demás.
 
Determinado a hacerlo, Subaru se giró y blandió su candil en el camino de la derecha, declarando esas palabras.
Y entonces, Ram dio un suave suspiro, a espaldas de Subaru.
 
Ram: Concuerdo contigo, pero aún es posible que Emilia-sama, junto a todos los demás, llegue a la atalaya antes que nosotros.
 
Subaru: Sinceramente, ¿no era éste un buen momento para lucirse?
 
Subaru, cuyo espíritu estaba siendo extenuado, incluso antes de que comenzara el desafío, expresó su descontento.
 
 
    
 
 
Luego de esas interacciones, los tres y su dragona de tierra――el grupo de cuatro se adentró en el camino de la derecha.
Él aún tenía un mal presentimiento. Esa sensación hacía que hasta la arena bajo sus pies se sintiera distinta. Mientras degustaba ese malestar, Subaru secó el sudor frío que se escurría por su frente y sonrió a Patrasche.
 
Subaru: Ahora que lo pienso, fue un error decidir qué camino tomar sin escuchar tu opinión.
 
Patrasche: ϠϠ.
 
Subaru: ¿Eh? ¿«A donde sea que tú vayas será el camino que tomaré»? ¿Y «sea el camino que sea, sin importar lo difícil de éste, creeré en ti porque siempre encuentras una forma de salir adelante»? Oye oye, eres demasiado guapa, ¡me estoy enamorando!
 
Ram: Está siendo irracional, pero no parece que lo haga sin querer, así que está siendo pecaminoso, ¿no lo crees? ¿Qué de bueno ves en él?
 
Ram murmuró eso como si se hubiera sorprendido de ver a Subaru divagar sobre los sentimientos de Patrasche como si fuera ella, mientras que la aludida permanecía taciturna. Aunque Patrasche solía rechazar inmediatamente ese tipo de conversaciones, ahora mismo había permanecido serena como si él no hubiera dicho nada malo. O quizás pensaba que era una tontería gastar fuerzas haciendo eso, así que se lo guardaba para cuando llegaran a un lugar más seguro. Una de las dos cosas. Probablemente la segunda.
 
Subaru: Aun así, ¿podrías ser amable conmigo si es posible?
 
Patrasche: ϡ.
 
Subaru: ¿Eso de ahora fue una negación?
 
Aunque había decidido mantenerse en silencio hasta ahora, ella soltó bruscamente un impaciente gruñido de negación por lo que había dicho. Sin embargo, tener la valía de primero escapar de aquí a salvos antes de reñirle era algo bastante bueno. Porque eso significaba que Patrasche creía en que podrían salir de aquí sanos y salvos.
 

 
Siguieron caminando sin ningún cambio, con Subaru a la cabeza y Patrasche detrás. La luz del candil iluminaba el camino varios metros más adelante; asegurándose de pisar con cuidado, continuaron su exploración.
Su ritmo, sin embargo, definitivamente se había ralentizado en comparación a su recorrido hasta aquí. Era incluso más lento que cuando habían tomado el camino de la izquierda, antes del Regreso por Muerte. La razón era sencilla.
 
Subaru: Mi cuerpo… se siente muy pesado.
 
No era que su peso se hubiese incrementado, o que un yōkai[1] invisible se hubiese subido a su espalda. Y, en la práctica, definitivamente no era ningún tipo de problema que afectara a su ser corpóreo.
 
Que su cuerpo se sintiera pesado, y sus piernas difíciles de mover, era enteramente una cuestión mental.
Sin duda, el camino de la derecha estaba repleto de una sensación negativa que había hecho que sus pies se agarrotaran. Ya no tenía esperanza de que se tratara de una de las detestables pruebas del Sabio, ni de que, si salían del camino bifurcado, encontrarían un lugar seguro esperándoles más adelante. Más bien, y por desgracia, esas esperanzas fueron traicionadas rápidamente, y sus pensamientos negativos, que se sentían como una maldición, se volvían cada vez más intensos.
 
Subaru: …
 
Tragando algo de saliva, y manteniendo aún su silencio, Subaru dio un paso adelante levantando sus pesados pies de la arena.
No era que sus pies estuvieran paralizados por el miedo. Aunque en su corazón Subaru sabía lo débil y frágil que era, no debería tener ningún motivo para acobardarse en este pasillo de arena, donde aún no había ocurrido nada.
De hecho, no sentía ningún miedo en su corazón, e incluso su cabeza se sentía despejada.
 
Era sólo que sus extremidades no intentaban moverse de acuerdo a ese propósito. Su carne y cuerpo únicamente actuaban en contra de su razón y de su alma. Su cuerpo lo rechazaba instintivamente y trataba de impedir su avance.
Avanzar le costó a Subaru el doble de tiempo, de fuerza y de voluntad, así que no pudo evitar sentirse agotado.
 
Subaru: Idiota. ¿De verdad puedo quejarme tanto?
 
Sacudiendo violentamente su cabeza, Subaru trató de olvidar la sensación de cansancio que invadía su cuerpo.
Fue Subaru quien eligió el camino de la derecha. Siendo así, no podía permitirse hacer
algo como quejarse antes de que lo hicieran las dos que estaban detrás de él.
 
Subaru: Bueno, este paseo sí que es un poco difícil, pero no es la gran cosa. Sorprendentemente, nuestro objetivo puede estar cada vez más cerca…
 
Ram: Barusu.
 
Subaru: Oh, ¿qué sucede?
 
Ram: Cállate.
 
Subaru: Ah, oh…
 
Su intento de ahuyentar sus lloriqueos con una muestra de bravuconería fue derribado por la tajante toxicidad de Ram.
Su ritmo había disminuido drásticamente, y su miedo al entorno no había hecho más que aumentar. Parecía que, probablemente, incluso Ram estaba siendo sometida a una carga mental. Que sus palabras fueran más tóxicas y tajantes que de costumbre era prueba de ello.
 
Subaru: Ey, entiendo cómo te sientes, pero creo que se me da fatal caminar en silencio.
 
Ram: ¿Estás caminando para divertirte? Recuerda por qué estamos haciendo esto.
 
Subaru: No quise decir eso, ¿sabes?
 
Ram: Cállate y camina.
 
Una actitud intolerable y obstinada.
Naturalmente, la opinión de Ram era correcta, pero Subaru también tenía algo de razón.
 
En ese momento, el peso de su cuerpo se estaba sincronizando con el peso de su mente. En otras palabras, se había convertido en un círculo vicioso en el que cuanto más pesado era su estado de ánimo, más pesado se volvía su cuerpo. Quiso distraer un poco su mente para que las cosas no acabaran así.
Mantenerse en guardia era importante, así como querer mostrar cierta consideración, pero quería que demostraran que lo habían entendido y asumido. O, mejor dicho, que Ram, sobre todo, lo asumiera. Ella siempre mostraba consideración.
Como imaginaba, parecía que a ella le estaba costando mucho.
 
Subaru: ¿No crees que deberíamos ir más rápido?
 
Ram: …
 
Subaru: ¿Ram?
 
Subaru la llamó tratando de determinar qué tan urgentes se habían tornado las condiciones, pero Ram no se molestó en responder a sus palabras. La luz de los dos candiles ―uno de los cuales iluminaba el camino por delante de Subaru, y el otro que iluminaba sus alrededores desde el cuello de Patrasche― no permitía ver las particularidades de la expresión de Ram.
Con la capucha puesta sobre la cabeza, Ram bajó los ojos para mirar la espalda de Anastasia. Su rostro no era visible.
 
Subaru: ¿Ram?
 
Anastasia: Natsuki-kun, ya basta, ¿no?
 
Subaru: ¿Eh?
 
Deteniéndose en seco, Subaru giró la cabeza para intentar ver su expresión. Pero Ram, terca como era, no le dejaba ver su cara, y encima Anastasia la había defendido.
Al ver que los labios de Subaru se doblaban con frustración, Anastasia se rascó la mejilla, con una expresión de preocupación adornando su rostro.
 
Anastasia: No lo había menciona’o, pero Ram-san ‘taba muy nerviosa después de despertarse aquí bajo tierra. Parecía que había recupera’o la compostura por lo valiente que es, pero creo que aún no la ha recupera’o der to’o.
 
Ram: ―¡Tch! ¡Hablas demasiado!
 
Anastasia: Ey, ¿me dejas esto?
 
Si bien Anastasia había tenido en cuenta los sentimientos de Ram, sus palabras carecían de consideración. Como acababa de divulgar sus pensamientos más íntimos, el rechinar de dientes de Ram se oía a su alrededor, pero Anastasia no le dio importancia.
Levantó una de sus pequeñas manos y señaló delante de ella para que Subaru pudiera verla.
 
Anastasia: No deberíamo’ hablar ahora. Cuando tus nervios ‘tán ar límite, no importa quién diga qué, na’a bueno sardrá de ello. ¿No es así?
 
Subaru: …
 
Anastasia: ¿No es así?
 
Aunque le molestaba, Anastasia=Eridna tenía razón.
Había dado demasiada prioridad a intentar avanzar y salir sanos y salvos de la cueva. No cabía duda de que, esta vez, Subaru no había sido capaz de considerar mucho los sentimientos de Ram. El precio por hacer eso había llegado a pasarle factura ahora, y quizás había sido expresado en la actitud de Ram.
Ahora que lo pensaba, era demasiado precipitado por su parte asumir que había un problema aquí por culpa de Ram.
 
Subaru: …Tienes razón. Definitivamente tienes razón. Fue error mío.
 
Ram: Reflexiona.
 
Subaru: ―¡Tch! ¡Oye, tú!
 
Anastasia: Detente, sin pelear. Vamo’, Natsuki-kun, sigue avanzando, sigue avanzando.
 
El ánimo de Subaru se alteró al ver la actitud de Ram, quien no daba señales de ceder. No obstante, Anastasia se interpuso entre ellos y, de alguna manera, lo detuvo allí. Luego señaló a Subaru indicándole que avanzara.
Con los pies, dio un empujón al candil que colgaba del cuello de Patrasche, haciéndolo oscilar. Al ver las siluetas de la cueva de arena titilando en su vista, Subaru chasqueó la lengua.
 
Aunque no podía soportar su actitud, no tendría sentido que se pelearan aquí. Afortunadamente, podía excusarse con el ambiente desagradable que influía en los altibajos de sus estados de ánimo. Aunque podía echarle la culpa a otra cosa, no había necesidad de empeorar sus relaciones con algo tan innecesario.
Podrían hablar de sus actuales actitudes desagradables cuando salieran a salvo de aquí.
 
Subaru: …En marcha.
 
Una vez más, se reanudó la búsqueda encabezada por Subaru. Sin embargo, su ritmo seguía siendo lento y no aceleraba. Al final, su intento de levantar los ánimos y eliminar las cargas de sus cuerpos había fracasado.
Dado que nada había cambiado para mejor, las posibilidades de que la situación mejorara eran seguramente nulas.
 
Aun así, había habido un cambio.
Y no era un cambio con Subaru y los demás, sino un cambio con el propio laberinto de arena.
 
Subaru: Se mire como se mire, el camino se ha vuelto más estrecho.
 
Probablemente habían pasado casi una hora avanzando constantemente por el camino de la derecha.
La cueva de arena se iba estrechando por la izquierda, por la derecha, por arriba y por abajo. La altura y la anchura del camino estaban alcanzando un tamaño que haría imposible el paso de las grandes mabestias. Sólo había espacio suficiente para que Patrasche se escurriera. No era lo suficientemente ancho como para acomodar el carruaje dragón del que tiraba Gyan. Probablemente, también era imposible que pasaran los Gusanos de Arena y el centauro.
 
Lo que significaba que, al menos, parecía haberse evitado la peor situación: encontrarse un centauro al acecho en el camino. En comparación con eso, no importaba lo que les esperara más adelante, al menos parecían haber evitado ir hacia esa terrible dirección.
 
Subaru: Pero parece que tendremos que ser más cautelosos ya que el camino se ha vuelto más estrecho. Probablemente acabaremos sin poder movernos sin previo aviso; ustedes también tendrán que estar en guardia.
 
Ram: …Tch.
 
Subaru: Ey.
 
Subaru, quien había dicho eso pensando en lo que pasaría pronto, arqueó una de sus cejas ante el repentino sonido. Girando la cabeza hacia atrás, miró a las dos que iban en el lomo de la dragona y que eran iluminadas por su candil.
Nadie le respondió. Sin embargo, se dio cuenta que Anastasia, que estaba sentada al frente sobre Patrasche, se había cubierto el rostro con la palma de su mano.
 
Era de esperarse de Anastasia, quien quería, de un modo u otro, avanzar y que las cosas siguieran su curso sin problemas.
Lo que significaba que, quien acababa de chasquear la lengua en respuesta a las palabras de Subaru, fue Ram.
 
Subaru: ¿Qué es lo que realmente has estado planeando desde hace un rato?
 
Ram: Nada.
 
Subaru: ¡No es nada! ¡Dime a qué ha venido eso!
 
Alzando su voz por acabársele la paciencia, Subaru pateó el muro de arena a su lado. Parte de la superficie del frágil muro se desprendió, pero a Subaru no le importó que la arena le salpicara en lo más mínimo.
Lo único que Subaru miraba en ese momento era a la insolente de Ram.
 
Subaru: ¡Lo único que puedo oír es que te metes una y otra, y otra vez cuando los demás caminan en silencio! Parece que no es la primera vez que me chasqueas la lengua, ¿no es así? Oye, ¡OYE, ¿qué es lo que tramas?!
 
Ram: Nada en particular. No tengo nada que decirte a ti, Barusu.
 
Subaru: Nada de nada, y aun así, ¿no eres tú quien chasquea la lengua todo el año haciendo ese tch tch tch tch? ¿No eres tú quien hace eso? ¡Tiene que haber una razón para que digas que no lo estás haciendo, aunque lo estés haciendo, ¿no es verdad?!
 
El fervor de Subaru seguía incrementando más que antes, en contraste con la fría actitud de Ram.
Parecía natural. Todo lo que Ram había mostrado era una frialdad unilateral, a diferencia de los esfuerzos que Subaru había hecho hasta ahora.
Subaru no sabía por qué se le miraba con desprecio y era reprendido.
 
Subaru: Si hay algo que quieras decir, ¡entonces dilo! ¡Anda, dilo y te escucharé!
 
Ram: ―Ya he dicho que no tengo nada que decir.
 
Subaru: ¡MENTIROSA! ¿ERES ESTÚPIDA? SI QUIERES ANDAR ESCONDIENDO COSAS, ¡ENTONCES ESCÓNDELAS BIEN! TANTO QUE ALARDEABAS, Y AHORA QUE SE TE HA ESCAPADO, ¿DICES QUE NO TIENES NADA? ESA ES LA EXPRESIÓN DE UN JODIDO IDIOTA, SÍ, ¡IDIOTA!
 
Ram: …
 
El temperamento de Ram cambió al ver que Subaru la insultaba a escupidos. Sentada detrás de Anastasia, inclinó su cuerpo hacia fuera y miró a Subaru. Él también estaba insatisfecho con el lugar donde se sentaba. Escondida detrás de los demás, mirándole desde arriba.
¿Planeaba sobreponerse a todos tomando prestada la fuerza de algo?
 
Ram: Parece que tenías muchas ganas de seguir adelante, ¿verdad, Barusu?
 
Subaru: ¡COMO ES DE ESPERARSE, ¿NO?! ¿A QUÉ CREES QUE HEMOS VENIDO AQUÍ? ¡VINIMOS A BUSCAR AL SABIO, ¿NO ES ASÍ?! TODAS LAS ADVERSIDADES QUE AFRONTAMOS, Y TODO EL PROGRESO QUE HICIMOS, ¡¿QUÉ HAY DE RARO EN ESO?!
 
Ram: Te equivocas. ―No vinimos aquí para ver al Sabio.
 
Subaru: ¿Eh?
 
Ram: Vinimos aquí para devolver a Rem a como era.
 
Dijo Ram claramente sin dejar de mirar a Subaru. Abrumado por la agudeza y la presión que emanaba de sus ojos, la furia de Subaru se debilitó un poco.
Salvar a Rem = Encontrar al Sabio. ¿Acaso no era así?
 
Subaru: ¡¿ACASO NO ES LO MISMO?! ¡ENCONTRAR AL SABIO Y LUEGO SALVAR A REM! ¡ESTÁN RELACIONADOS!
 
Ram: NO LO ESTÁN. SALVAR A REM ES LO PRIMERO, Y ENCONTRAR AL SABIO VIENE DESPUÉS. TIENES MAL ORDENADAS TUS PRIORIDADES… Sí, las tienes totalmente mal.
 
La voz de Ram tembló al pronunciar las últimas palabras. La furia que había expresado ardía como un fuego arrasador e inextinguible que reunía todo lo que la muchacha sin emociones había sentido hasta ahora.
En la zona subterránea de estas frías dunas, Ram siguió hablando, con sus palabras todavía llenas de una furia enfermiza.
 
Ram: Vine aquí por Rem, vine aquí para recordar a mi hermana pequeña. ¿Y qué es lo que estamos haciendo ahora? Rem ni siquiera está aquí… así que deja de perder el tiempo en este lugar.
 
Subaru: ¡Nadie está perdiendo el tiempo! Las cosas acabaron así; y ya que las cosas acabaron así, no podemos hacer nada al respecto por el momento. ¿O me equivoco?
 
Ram: Sí, tal vez. Pero, antes de asegurarnos de eso, Barusu, ¿te has preocupado alguna vez por Rem?
 
Subaru: …¿Qué?
 
Ram: Desde que despertaste aquí bajo tierra, Barusu, ¿alguna vez te has preocupado por Rem? ¿O por Emilia-sama? ¿O por Beatrice-sama? ¿Te has preocupado alguna vez por todos lo que están perdidos?
 
Ram le lanzaba esas preguntas, pero él se mantenía en silencio, sin decir una sola palabra a cambio.
Ciertamente, esta vez, a diferencia de la anterior, Subaru no había intentado comprobar cómo estaban los demás después de haber despertado del Retorno por Muerte.
Pero eso no era en absoluto porque no estuviera preocupado por ellos, sino porque sabía que Ram y Anastasia no sabían nada de ellos. Era la manera de Subaru de ser considerado. Era preocupación.
Y a pesar de eso,
 
Ram: No, nunca. Nunca, Barusu. A ti no te importa Rem, Barusu, porque tu cabeza siempre está llena de Emilia-sama y Beatrice-sama. Pues, adelante, tú eres ese tipo de hombre. Pero me siento mal por Rem.
 
Subaru: …Cállate.
 
Ram: ¿Rem no creía en ti, Barusu? Ah, aunque eso no lo sé, ya que eso también es una historia conveniente que hace poco escuché de ti, Barusu. Quizás sólo decías lo primero que se te venía a la cabeza. Sólo dices lo que es conveniente frente a las mujeres. Me siento mal por Emilia-sama y Beatrice-sama también, ¡engañadas por un hombre así!
 
Subaru: ¡QUE CIERRES EL HOCICO!
 
Ram: No, no lo haré. ¿Cuántas veces más debo repetirlo? ―Barusu, a ti Rem no te importa en absoluto. Aunque no lleguemos a encontrarla, igual estarías alegre.
 
Subaru: ―¡¡NO TE ATREVAS A JODERME!!
 
Su campo de visión se tiñó de carmesí, y sus nervios se habían disparado al oírla soltar esos comentarios desconsiderados.
Cuando esta mujer demasiado orgullosa soltó esas palabras egoístas mientras le miraba desde su posición elevada, el enfado de Subaru estalló.
La agarraría y la arrastraría hacia abajo… Aunque el tiempo que le tomaría hacerlo no fuera lo suficientemente rápido.
 
Subaru: ¡¡PROVIDENCIA INVISIBLE!!
 
Ram: ¡¿―Kh… a?!
 
Subaru hizo que la oscura sensación que se arremolinaba en su cerebro descendiera hasta su pecho, y entonces la liberó. La palma negra que había surgido gritó de alegría y se estiró suavemente. Se arrastró hasta la parte trasera de la espalda de la dragona de tierra, donde arrojó a la chica de pelo rosa que le había insultado.
 
Soltando un alarido, Ram cayó salvajemente sobre la arena.
La confusión se apoderó del rostro de Ram, indicando que no tenía ni idea de lo que había pasado después de ser golpeada por la mano demoníaca que no era visible a simple vista. Subaru se apresuró a acercarse a donde Ram yacía sobre la arena.
Y entonces,
 
Subaru: No te atrevas a joderme.
 
Decir que no pensaba en Rem en absoluto no era algo que pudiera tomar a broma.
Consumido por la rabia, todo se había tornado de la manera que él lo veía, según sus pensamientos furiosos.
 
Ram: ―Ugh.
 
Subaru se inclinó sobre la tendida Ram y comenzó a estrangular su delgado cuello.
 
Grig, Grig.
 
Grig, Grig, Grig.[2]



[1] Los yōkai son un tipo de criaturas espectrales pertenecientes al folclore japonés.
[2] Se supone que es una onomatopeya de apretar, es decir, el sonido de las manos estrangulando el cuello de Ram. En japonés pone ぎりぎり(girigiri). Pero claro, una onomatopeya en español para estrangular no existe. Pueden ver un ejemplo en este enlace.