sábado, 14 de abril de 2018

,

A solas en un espacio confinado


Traducción:
Pol
Carlos
Robert

Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

—Una situación en la que dos personajes importantes habían desaparecido simultáneamente.

Enfrentado a una experiencia que no había encontrado nunca en bucles anteriores, las entrañas de Subaru hirvieron en un pánico intenso.
Subaru esprintó a través del Santuario, en dirección a la posada en la que Ryuzu residía.
Aparentemente, ella había estado viviendo en una pequeña cabaña en las afueras de la aldea mientras le dejaba su casa a Emilia.

『 Garfiel: ...Así que al final viniste. 』

Subaru abrió la puerta de golpe e irrumpió en su interior, Garfiel estaba dentro dándole la bienvenida imponentemente.

『 Garfiel: Eres lento. ¿Cuánto puto tiempo piensas hacer esperar a la gente? 』

『 Subaru: E-estaba corriendo lo más rápido que podía… Pero, de todos modos, ¿qué significa eso de que Ryuzu se ha ido? 』

『 Garfiel: ¿No está claro? 』

Garfiel sacudió la barbilla, indicando una estrecha habitación. Subaru exploró con la mirada ese espacio—o lo haría, si fuera lo suficientemente amplio para tal verbo. Las cabañas temporales de Ryuzu eran pequeñas chabolas, sin base estructural, y el único mobiliario de éstas era una cama.
Y si Ryuzu no estaba presente en esta cama, entonces sin duda ella no estaba en esta casa.

Mientras recuperaba el aliento, Subaru limpiaba el sudor de la frente rigurosamente con la manga. 

『 Subaru: Es obvio que Ryuzu no está aquí, pero… creo que estás exagerando al decir que ha desaparecido. Ryuzu puede parecer joven, pero es una adulta espléndida. Empezar un alboroto porque se haya ido a pasear o algo así no es muy… 』

『 Garfiel: ¡Cállate la puta boca! ¡Qué demonios vas a saber tú! No conoces a nana, nunca se habría marchado sin ninguna razón sin antes de desayunar. Nunca la he visto dormir de más o quedarse en cama por estar enferma, ¿y dices que está dando un paseo? Te morderé hasta que estés malditamente muerto. 』

『 Subaru: Lo has dicho de manera muy violenta, pero es increíble la relación familiar que tienes con Ryuzu… 』

Incluso en estas circunstancias, la hipótesis de que Ryuzu había desaparecido tenía una base increíblemente débil, por lo que Subaru se perdió sus energías al mismo tiempo que se relajaba. Pero a Garfiel no le importaban los pensamientos de Subaru.
Mostraba sus dientes mientras se acercaba a él, quien volvió a enderezar la postura.

『 Garfiel: Algo que nunca había pasado está sucediendo esta mañana. Si algo que no había pasado nunca en esta aldea está pasando en este momento, debe ser porque estáis envueltos en algo, incluso un idiota se daría cuenta. —Le hiciste algo a nana. 』

Aunque Garfiel tenía una increíble intuición para hacer hipótesis sin base alguna y falsas acusaciones, esta vez sus sospechas dieron en el blanco.
La desaparición de Ryuzu, que hoy debería ser la Ryuzu Theta, era casi seguro a causa de Subaru. Era muy improbable que alguien hubiera secuestrado tanto a Emilia como a Ryuzu simultáneamente. Ella se fue de aquí por su propia cuenta, sin ni siquiera decírselo a Garfiel. Al igual que Emilia, ella era obstruida por la barrera del Santuario, así que no podría haber salido fuera. Lo que significaba que la meta de Theta era esconderse. —Además, comparado con el caso de Emilia, el tiempo límite para tratar con ella era mucho más apremiante en este caso.

『 Subaru: Si no encuentro a Theta antes de que se acabe el día… 』

...habría una rotación, y mañana otra nueva Ryuzu —Alpha, Beta o Sigma— tomaría el lugar de Theta. Si eso pasara, sería altamente improbable que fuera capaz de hablar con Theta dentro de los dos días del tiempo límite, y la perfección de la ruta del Santuario sería entonces imposible.

『 Garfiel: ¿Theta? 』

Preguntó Garfiel confundido.
Subaru había estado pensando en pedirle ayuda a Garfiel para encontrar a Theta, pero, al ver la expresión de su rostro, decidió descartar el plan.
La pregunta que surgía dentro de Subaru le ahogó la voz.

『 Subaru: — 』

Era una pregunta simple, pero una que nunca había confirmado.

—¿Sabía Garfiel acerca de las cuatro representaciones de las personalidades de Ryuzu?

Garfiel sabía sobre el laboratorio en ruinas al fondo del bosque, y de la Ryuzu Meyer dentro del cristal. Había sido un retador de la Prueba, conoció a Echidna, y estaba calificado para ser un apóstol de la codicia. Poseyendo Garfiel el derecho de comando para las dobles de Ryuzu, por lo menos sabía sobre las múltiples dobles que se veían exactamente igual.
Pero, ¿y el resto? ¿Sabía Garfiel sobre la existencia de las cuatro personalidades Alpha, Beta, Sigma y Theta?

『 Garfiel: ¿Y qué? Te callas así de repente. Si tienes alguna pista, dila de una puta vez. ¿Acaso piensas que sólo estamos haciendo un “Simple y sincero Lib-Lib, estafado y feliz”? 』

『 Subaru: Lib-Lib siempre será estafado, como ese… 』

Imaginando un cuento acerca de un príncipe alegre, Subaru se preguntaba cómo sería mejor responder a Garfiel. El enfrentamiento contra Garfiel era el último paso de la Ruta del Santuario. Subaru estaba abrumadoramente poco preparado para enfrentarse a él sin haber escuchado los motivos de Theta. Pero, sin querer, estas respuestas afectarían este asunto.
—Después de que Subaru deliberase sobre cómo debía responder,

『 Subaru: Ey, Garfiel. ¿No puedes simplemente invocar a Ryuzu si es lo que te apetece? 』

『 Garfiel: —hg!! 』

La expresión en el rostro de Garfiel cambió violentamente. Agarró la solapa de la ropa de Subaru y se lo acercó con ojos radiando nerviosismo.
Quedaron tan cerca, que sus frentes podrían tocarse. Los ojos de Garfiel albergaban una rabia tan intensa que, con sólo mirarlo, podría hacer arder a Subaru hasta las cenizas.

『 Garfiel: Qué carajos... mi asombroso ser no entiende ni una pizca, ni un ápice, ni un presentimiento de Miufram de qué carajos intentas decir. 』

『 Subaru: No sé qué es un Miufram, pero… ese tipo de reacción no es típica de alguien que no tiene ni una pizca de idea… estúpido, suéltalo ya. 』

Quizá agarró a Subaru para tranquilizarse. Las palabras de Garfiel fueron totalmente incoherentes cuando intentó disimular.
La declaración de Subaru era totalmente cierta, y por eso las manos de Garfiel temblaron, lo que permitió que Subaru pudiera escapar de su agarre. Se alisó su arrugada ropa, después de dar un paso hacia atrás para ganar distancia.

『 Subaru: Lo que intento decir es justo lo que parece. Por desgracia para ti, tu materia gris no es tan defectuosa como para no entenderlo. Tienes métodos. Tienes la solución más rápida y fácil. ¿Por qué no la usas? 』

『 Garfiel: Mira que decir semejante mierda tan jodidamente alegre… 』

Garfiel miró a Subaru con profundo desprecio y con sus mejillas curvadas por la frustración.
Pero, aunque aumentase la cantidad de furia y hostilidad en sus ojos, había tanta pena en ellos que incluso Subaru pudo darse cuenta.
La expresión de Subaru empezó a cambiar en cuanto se dio cuenta de la tristeza de Garfiel. Garfiel chasqueó la lengua, habiendo sido descubiertas las sombras de sus emociones, y apartó la mirada.

『 Garfiel: Aquí está quien está calificado, por lo que no puedo permitirme ser descuidado. Desconozco lo que te instruyó esa bruja de mal carácter. Vete a la mierda. Vete a la puta mierda. 』

『 Subaru: — 』

『 Garfiel: Joder, entonces eso significa que ya conoces el sitio de experimentación de nana. Entonces seguramente también sepas acerca de la nana original en la gema… no es algo que deba usar. 』

Garfiel acunó el brazo derecho sobre el pecho, intentando esconderlo de la mirada de Subaru. Aunque seguramente no lo tenga ahí, ese gesto probablemente indicaba que poseía el derecho de comando.
Con su brazo aun escudando su pecho,

『 Garfiel: Mi asombroso ser no es como tú o Roswaal. Aunque sepa que está por ahí, nunca pensaré en usarla… nunca. 』

『 Subaru: ...Garfiel 』

『 Garfiel: Yo solo me basto. Mientras me tenga a mí, nunca voy a necesitar nada más. Jamás usaría este poder, tendría que estar en una situación desesperada y aun así sólo lo usaría en el último milisegundo. —Es mi nana. 』

Lo último que dijo fue un susurro.
Subaru ya había escuchado una vez a Garfiel referirse a Ryuzu como “nana”. Pero esta vez no dijo el ostentoso “mi asombroso ser”.
Ese desliz de palabras seguramente era la verdadera opinión de Garfiel.

『 Garfiel: —Tch. 』

Dándose cuenta de que dijo algo innecesario, Garfiel se irritó y golpeó el suelo. La fuerza exorbitante del golpe provocó que la chapucera casa levantase nubes de polvo que provocaron cosquillas en la cabeza y cuello de Subaru, que esperaba al próximo movimiento de Garfiel.
Reconociendo que ese descontrol había sido por su propia culpa, el semblante de Garfiel pasó a mostrar aún más malestar y empujó bruscamente a Subaru, que estaba quieto delante de la puerta, para que se apartase de su camino.

『 Garfiel: Muévete. Ya no tengo más negocios contigo. Si no vas a dar ninguna idea de dónde puede haber ido nana, entonces mi asombroso ser la encontrará por su cuenta. Y entonces, no te permitiré que la vuelvas a tocar. 』

『 Subaru: Es muy agradable de tu parte decidir que estoy detrás de todo esto. 』

『 Garfiel: Antes de que vinieras—vinieran, nunca pasó nada, el Santuario era un lugar pacífico. Mi asombroso ser va a traer esa paz de vuelta. No necesito nada más, ni dentro ni fuera… No lo necesito. 』

Mientras salía de la choza, concluyó con esa débil frase. Inmediatamente después de salir, dobló sus rodillas y, con una bestial fuerza en las piernas, desapareció—tan rápido que, a pesar de que iba en línea recta, desapareció de vista en unos pocos segundos.
Después de quitarse el polvo que levantó el salto de Garfiel, Subaru decidió comprobar la habitación una vez más antes de irse.

Sin importar las apresuradas conclusiones de Garfiel. ¿De verdad Ryuzu había desaparecido sin dejar ningún rastro? Si no hubiera dejado una pista sobre su ubicación…

『 Subaru: Sí, cierto. Si ella lo hubiera hecho, entonces alguien que la conociera desde hace más tiempo la habría encontrado hace mucho tiempo. Mi nariz no es mejor que la suya, y mis ojos también son más desagradables. 』

Después de estar buscando durante cinco minutos sin resultado alguno, Subaru suspiró lamentos autoflagelantes. Salió del edificio pensando, mientras miraba hacia la aldea.

『 Subaru: — 』

Emilia y Theta habían desaparecido casi simultáneamente.
Seguramente, dejaron las casas por voluntad propia, y estaban huyendo de Subaru y todos los demás. Existía la posibilidad de que estuvieran cooperando.

『 Subaru: No recuerdo haber visto a Emilia y a Ryuzu siendo tan cercanas, pero… 』

Esta era Emilia, cuya mente se encontraba constantemente presionada con todo aquello de la selección real y las Pruebas. Ahora mismo, a Subaru le costaba recordar alguna ocasión en la que Emilia hubiera interactuado relajadamente con los demás del Santuario. Aunque había tenido conversaciones caprichosas con Subaru, Ram, Otto,… no parecía que hubiera compartido muchas palabras con los representantes del Santuario: Ryuzu y Garfiel.

Divagando en sus recuerdos, la escasa interacción de ella con forasteros quizá se debía a los deseos de su camarilla, que la hizo sentirse aislada y obligada. Ese pensamiento hizo que la falta de consideración de Subaru resaltara aún más. Si Subaru hubiera tomado mejores acciones, habría encontrado una solución que evitara a Emilia este constante exceso de emociones.

『 Subaru: Es demasiado tarde para todo eso… 』

Éste no era el momento de estar pensando en las causas de la desaparición de Emilia. Y, sobre todo, si Subaru pensaba en ello hasta la conclusión lógica, sólo conseguiría agravar su propia abnegación.
Ahora mismo, no podía perder el tiempo en dejar que su lado negativo le auto despreciase.

『 Subaru: No sé si es suerte o mala suerte que Garfiel no supiera que Emilia ha desaparecido… probablemente habría ido a por ella antes que Ryuzu, pero no tengo ni idea de qué empezaría a decir él si tuviera ese pretexto. 』

Pero incluso este alivio sería inútil si Subaru no aseguraba a Emilia, y rápido. Tampoco podía posponer la situación actual con Ryuzu Theta.
Si no encontraba a Ryuzu Theta antes que Garfiel, entonces ella caería en la sobreprotección de Garfiel, haciéndola difícil de contactar.
Así que, Subaru debía hacer lo siguiente:

『 Subaru: Asegurar a Emilia y Ryuzu Theta antes de que Garfiel lo haga. Ambas necesitan ser aseguradas en menos de 12 horas, entonces tendré que averiguar por qué Theta se opone a la liberación del Santuario, hacer que Emilia se recupere y hacerla desafiar las Pruebas... supongo. 』

『 Otto: ... Natsuki-san, ¿cuán escabroso tiene que ser el camino que tienes que recorrer para que llegues a estar satisfecho? 』

Dijo Otto, quien se mostró en la entrada de la choza en el momento perfecto para meterse en la desoladora conclusión de Subaru.
Otto llegó considerablemente más tarde que Subaru, quien vino corriendo, y empezó a mirar por la habitación que Subaru había despeinado en busca de rastros de Ryuzu. Otto frunció el ceño.

『 Otto: Pediría más elegancia mientras rebuscas en una casa. Parece que la conversación con Garfiel ha acabado sin contratiempos. 』 

『 Subaru: Sin contratiempos, pero es difícil decir si sacaré algo provechoso de esa conversación. De todos modos, hemos reconocido cuál es la situación, y nuestra agenda de cosas que tenemos que hacer es justo lo que acababa de murmurar. 』

『 Otto: Ese murmuro solo me sonó a “más problemas que se han acumulado antes de que pudiéramos resolver los otros problemas”. 』

『 Subaru: … 』

Incapaz de bromear sobre la clara opinión de Otto, Subaru bajó los hombros.
Sin embargo, que Subaru se sintiera un poco más aliviado que antes quizá se debiera al alentador pensamiento de no hay necesidad de cargar con todo solo que aportaba Otto con su presencia.

『 Otto: ...Que te sigas viendo tan descaradamente aliviado va a ser problemático. 』

『 Subaru: ¿—? ¿Qué? 』

『 Otto: Estaba hablando conmigo mismo. No te habrás dado cuenta. No, no lo hiciste. Si te diste cuenta y estás haciendo esto, entonces claramente ya me tienes en el bolsillo, aaaaugh demonios. 』

Otto se rascaba la cabeza mientras Subaru ladeaba la cabeza. Pero, más que responder a la confusión de Subaru, Otto chilló.

『 Otto: ¡De todos modos! Está claro que la situación previa se ha degradado aún más. ¿Qué vamos a hacer? Ya teníamos suficientes problemas con que lidiar, que harían huir a cualquiera… y, para colmo, ahora se agregan otros aún peores, ¿cómo vamos a superar este punto muerto? Tengo la sensación de que, si lo hiciéramos justo en este momento, aún podríamos abandonar todo y escapar. 』

『 Subaru: ¿Abandonar después de todo lo que hemos visto y oído hasta ahora? Ninguno de nosotros dos haría algo tan irresponsable. 』

『 Otto: ...Aunque, Emilia-sama quizá haya hecho eso. 』

Murmuró Otto con un suspiro, mirando hacia un lado.
Seguramente no lo dijo con mala intención, sino sólo para expresar la insatisfacción que yacía en su corazón.
Subaru conscientemente se contenía para no criticar a Otto por su actitud. Así que solo agitó ligeramente la cabeza.

『 Subaru: Emilia no daría la espalda y huiría de los problemas… 』

『 Otto: ¿Puedes asegurarlo? Natsuki-san, he estado pensando en esto desde hace tiempo, pero, ¿no crees que te centras demasiado en las cosas atractivas que tiene Emilia-sama? 』

『 Subaru: ...¿Qué quieres decir? Sí, es verdad, Emilia es tan hermosa que mis ojos podrían explotar solo con verla. 』

『 Otto: Francamente, estoy de acuerdo con eso, pero estoy seguro de que sabes que no me refería a eso. 』

Con sus pobres bromas siendo ignoradas con facilidad, Subaru frunció el ceño al mismo tiempo que Otto centraba su mirada sobre él. Otto levantó el dedo con una expresión de estar mirando algo doloroso de ver.

『 Otto: ¿Me escuchas? Entiendo el deseo de ver todas las cosas buenas de la persona a la que amas. Estoy seguro de que es algo muy común. No hay nada de malo en querer proyectar tus ideales en tu pareja. 』

『 Subaru: — 』

『 Otto: Sin embargo, Emilia-sama no es perfecta. De hecho, tiene varios problemas. Los tiene, y eso incluye lo que ni ella misma puede solucionar. Su linaje, su posición social, y muchas otras ataduras que la rodean. 』

Escuchando el fluido discurso de Otto, Subaru se dio cuenta de que seguramente Otto había tenido la intención de darle una lección parecida a ésta desde hacía tiempo y que por eso tenía sus frases preparadas.
De hecho, sus palabras eran completamente sólidas, sin posibilidad de refutarlas.

『 Otto: Naturalmente, esos factores externos no están relacionados a la propia pureza de Emilia-sama. Y permíteme reconocer que su bella apariencia es otro de sus encantos. Pero, Natsuki-san, Emilia-sama sigue siendo una humana… es una mujer normal y corriente. Ella seguramente tenga preocupaciones, debilidades y fealdades típicas de una mujer ordinaria. 』

『 Subaru: Pero, cuando se trata de Emilia... 』

『 Otto: Es muy extraño que ciegamente califiques a Emilia-sama como extraordinaria tal y como lo estás haciendo. Natsuki-san, seguramente en este Santuario has presenciado suficientes aspectos negativos de Emilia-sama como para estar harto de ellos. Y eso no se limitaría solo a este lugar, sino que también es totalmente posible que salgan a la superficie en el futuro. El lugar que ella desea está fuera del alcance de gente ordinaria como ella. 』

El trono. La altura que Emilia estaba tratando de alcanzar, la cual Otto calificaba como cenit.
Al igual que Emilia, Subaru conocía a quienes también estaban apuntando a ese cenit.

Noble y sincera, poseyendo grandes ideales y habilidad garantizada, Crusch Karsten.
Orgullosa y maliciosa, pero consecuentemente nunca vacilante de sus propias decisiones, Priscilla Barielle.
Avariciosa y calculadora, concentrando todo lo que tenía para alcanzar su sueño, habiendo ascendido a su presente posición social mediante su inigualable fuerza competitiva, Anastasia Hoshin.
Pobre y débil inicialmente, pero sin duda poseyendo una ambición que no le permitiría estancarse en cualquier momento, habiendo exhibido capacidades desproporcionadas a su edad, Felt.

Todas las candidatas se estaban enfrentando a la selección poseyendo virtudes y fuertes voluntades que no serían doblegadas ante nadie.
¿Era Emilia capaz de estar codo a codo con esos dignos oponentes?
Emilia solamente era amable, más que cualquier otra. ¿Bastaría con esa única cualidad?

『 Otto: Ahora mismo, Emilia-sama carece de muchas cosas. No está completa. Así es Emilia-sama, y por eso se vuelve tímida cuando se enfrenta a dificultades, y seguramente ella tiene a veces deseos de escapar. ¿Cómo es que no crees que ésta sea una de esas veces en las que ella desea huir? 』

『 Subaru: ...Eso. Eso es porque, sobre Emilia, yo nunca… 』

Subaru era incapaz de decir lo siguiente.
No podía encontrar esas palabras presentes y ardiendo en su corazón, sus sentimientos por Emilia. ¿Qué palabras usaría para adornar la refutación a Otto y para explicarlo?

『 Subaru: — 』

『 Otto: …Eres muy testarudo. 』

Subaru se mordió el labio, mirando a Otto con una mirada llena de rebeldía. Otto respondió a esa mirada silenciosa encogiéndose de hombros, antes de sacudir la cabeza con asombro y mirar hacia la aldea.

『 Otto: No es esencial que lleguemos a una conclusión sobre esto ahora mismo. Después de todo, nuestra conversación no hará que la situación avance. Nada ha cambiado acerca de que necesitemos buscar a Emilia-sama y Ryuzu-san. 』

『 Subaru: ... Perdona. Sé que hay un montón de cosas de las que tengo que hablar contigo más apropiadamente. 』

『 Otto: Somos amigos, así que lo pasaré por alto. —Y ahora, ¿qué hacemos? 』

Sacudiendo la barbilla para indicar el exterior —indicando el Santuario— Otto dejó su curso de acción a Subaru.
¿Correr o pelear? ¿Cuál de las dos personas desaparecidas deberían buscar? Estas preguntas fueron la prueba de la confianza que Otto tenía en Subaru.
Aunque no tenía intención de tratarlas a la ligera, Subaru se reía de sí mismo por la increíble fortuna con la que había sido bendecido.

『 Subaru: Garfiel no sabe que Emilia ha desaparecido. Y si Garfiel encuentra a Emilia, no es un gran problema. —Actualmente, lo peor que podría pasar sería que Garfiel asegurara a Ryuzu antes que nosotros. Si no tenemos oportunidad de hablar con Ryuzu, nos estaremos alejando del mejor final. 』

『 Otto: ¿...En resumen? 』

『 Subaru: Que vamos a buscar a Ryuzu. La encontraremos antes que Garfiel y escucharemos su historia. 』

※ ※ ※ ※ ※ 

『 ???: —Emilia. Todo el mundo está a punto de tener una charla importante. Así que, ¿te parece bien esperar pacientemente en el lugar de siempre por un momento? 』

Que le dijeran eso y la encerraran en el hueco del Gran Árbol en lo profundo del bosque —en la habitación de la princesa— era algo que insatisfacía enormemente a la joven Emilia.

Emilia creció amada por todos, en una aldea en el bosque donde los elfos vivían escondidos.
Todos los adultos eran amables con ella y la entretenían siguiendo la corriente a sus pequeños caprichos egoístas sin parecer reacios en absoluto. Sentía algo de soledad por el hecho de que rara vez llegaba a interactuar con niños de su edad, pero ella tenía que seguir las instrucciones que le dijo su madre sustituta Fortuna. Ella le dijo que las reglas tenían que ser firmemente seguidas.

Fortuna cuidaba de Emilia en la aldea de los elfos. Era algo así como su madre sustituta.
Con el pelo plateado y unos ojos de color amatista, sus rasgos característicos eran idénticos a los de Emilia. Pero, debido a que el pelo largo era molesto, ella se lo dejaba corto, y sus ojos agudos también se diferenciaban notablemente de los de Emilia.

Emilia no recordaba cuánto tiempo había pasado desde que empezó a vivir con Fortuna. Pero escuchó que no era su verdadera madre, que era de la familia y que era una tía suya.

『 Fortuna: Soy la hermana menor de tu padre. Mi hermano... tu padre y tu madre están ocupados ahora mismo y no pueden estar contigo, así que te cuidaré. 』

La explicación de Fortuna conmocionó mucho a Emilia. Aun así, la reacción a ello no fue negativa. A pesar de que Fortuna enfatizó una y otra vez que no era su verdadera madre, igualmente para Emilia, ella era sin duda su madre.
Entonces, además de la presencia de su madre Fortuna, Emilia se enteró de que tenía un padre y una madre también. Por lo general, los padres de la gente eran sólo dos, su madre y su padre. Pero Emilia tenía un padre y dos madres. Cuanta felicidad, pensó.

『 Fortuna: Tu pelo plateado lo has heredado de mi hermano. Y el color de tus ojos también. Realmente sí que tienes rasgos de la familia. ...Pero tu cara de chica buena es parte de tu madre. Todos los de mi lado tienen ojos desagradables. 』

『 Emilia: ...Pero a mí me gustan tus ojos, madre Fortuna. 』

Los ojos ásperos y severos eran normales. Ocasionalmente Emilia desobedecía sus instrucciones y enfadaba a Fortuna, y entonces sus ojos se agudizaban, logrando hacer temblar a Emilia. Pero, excluyendo los momentos en que estaba de mal humor, Emilia consideraba a Fortuna una madre ideal. Esos ojos afilados de ella también albergaban emociones amorosas.

Fortuna era una madre estricta, pero buena.
Ella la disciplinó de una manera rígida debido a su comportamiento, hasta el punto de que la joven Emilia lo consideraba excesivo, pero aun así podía comprender que todo lo hacía pensando en ella.
La violencia nunca acompañó a su disciplina, y nunca regañó a Emilia por algo irrazonable. Aunque Emilia hiciera algo malo, hasta el punto de llorar de sus regaños, se reconciliaban y pasaban la noche en la misma cama, durmiendo juntas y abrazándose.

『 Fortuna: Hay algunas cosas de las que me arrepiento taaanto. Desearía haber sido más amable con las personas. Si hubiera pensado de esa manera mucho antes, estoy segura de que mi hermano no me habría dejado como última opción al necesitar la ayuda de alguien más. 』

Una expresión de soledad apareció en su cara cuando dijo “taaanto”.
Eso dejó una impresión muy, muy fuerte en Emilia, tanto que conscientemente decidió copiarla. Y decidió no usarla cuando estuviera triste, sino cuando estuviera feliz o riendo.
«Mi madre no tiene ni penas, ni está sola» era el sentimiento superficial e infantil con el que intentaba engañarse para creer que su madre estaba bien.

『 Emilia: Jmf… qué aburrido. 』

Pero volvamos al principio: Emilia estaba confinada en la habitación de la princesa. No le gustaba mucho que la llamaran Princesa, pero así la llamaban todos los de la aldea, por lo que, sin darse cuenta, se acostumbró a ello.
Sabía que no se lo decían de mala manera, sino con afecto, por eso mismo Emilia nunca dijo que no la llamaran de ese modo. Pero el hecho de que usaran dicho apodo con este cuarto de confinamiento era una de las pocas cosas que desagradaban a Emilia.

『 Emilia: ¿Qué estará haciendo todo el mundo...? 』

Siempre confinaban a Emilia en la habitación de la princesa cuando alguien visitaba la aldea. Nadie le había dicho que ese era el motivo, sino que ella lo sintió en la piel.
Esa sensación se debía a que Emilia inconscientemente estaba interfiriendo con los espíritus menores del bosque y adquiría información a través de ellos. Pero, por aquél entonces, Emilia no se había dado cuenta de eso.

Emilia solía sentarse en ese cuarto, abrazándose las rodillas, pasando el tiempo ojeando las páginas de los libros para matar el tiempo que le dieron, o jugando con los cutres muñecos que torpemente le había hecho Fortuna.
Le habían dicho a Emilia que era una reunión secreta que sólo conocían los adultos, pero aparentemente también estaban presentes otros niños en dicha reunión. Esa fue otra de las insatisfacciones más recientes.

Fue madre Fortuna quien le enseñó a Emilia que no debía mentir ni tener secretos. Por lo que, ¿acaso no era también malo que los adultos y la propia madre Fortuna le escondieran los secretos a Emilia y le estuvieran mintiendo?

Los visitantes venían más o menos cada diez días, por lo que Emilia pasaba cortas estancias en la habitación de la princesa. Aunque Emilia no estuviera satisfecha con algunas cosas, no era una niña tan mala como para demostrar su descontento.
Sin embargo, ésta era su no-sabía-cuántas-horas-llevaba en la habitación de la princesa, además ella y Fortuna habían discutido anoche. Pero, por sobre todo, se había olvidado de traer consigo los muñecos que Fortuna le regaló, habiéndoselos dejado en su habitación—eso fue el colmo.

『 Emilia: Quiero ir afuera. 』

No se lo estaba diciendo a nadie. Fue solamente un murmuro, nada más que eso.
Pero, aunque no le había dicho el murmullo a nadie que conocía, ellos sí lo habían escuchado perfectamente. 

『 Emilia: ¿—? 』

Dentro del hueco, en una habitación iluminada por el blanco brillo de los cristales de lagumite, aparecieron unos destellos de color azul pálido, entremezclándose. En un abrir y cerrar de ojos, esos destellos azules cautivaron la atención de Emilia.
Los destellos bailaban delante de sus ojos y, mientras la mantenían presa de su propia curiosidad, se movieron hasta una esquina de la habitación de la princesa—donde desaparecieron, como si fueran absorbidas dentro de la pared.

『 Emilia: — 』

Emilia se levantó, para dirigirse hacia el sitio donde esos destellos desaparecieron. Estaba un poco asustada, pero su curiosidad venció el miedo.
De pie delante de la pared que absorbió los destellos, Emilia la tocó con la mano, confirmando el tacto de la madera. Entonces, en la pared, descubrió un agujero del tamaño de su pequeño brazo.
Los destellos de color azul pálido habían desaparecido por este agujero.

La puerta delantera de la sala de la princesa estaba cerrada con cerrojo por fuera y no podía ser abierta desde dentro. De esta manera, incluso si Emilia intentase huir, no lo lograría.
Pensando en ello, ese trato era excesivo y definitivamente no encajaba con tiempos de paz. Pero Emilia pensó que todo eso era normal y no tenía ninguna duda al respecto.
De todos modos, al descubrir que se podía salir de este lugar del que se suponía que no se podía salir, el corazón de Emilia vacilaba entre su propia curiosidad y las enseñanzas de su madre.

Ella solo quería saber qué hacían todos en la aldea mientras ella no estaba.
Pero madre Fortuna le había enseñado firmemente a seguir sus instrucciones. Ella debía quedarse aquí y esperar hasta que Fortuna volviera a la habitación de la princesa.

Pero, ¿y si ella se fuera a escondidas por esa ruta, espiara lo que hacían todos los demás, y después volviera aquí como si no hubiera pasado nada?

Eran los adultos quienes habían roto primero las reglas de no mentir o mantener secretos. Si era solo una, si Emilia solo rompiera una regla, ¿entonces no estarían a la par?

『 Emilia: — 』

La joven Emilia lo consideró con todas sus fuerzas. Era una pequeña pero justa causa.

Con una mirada aún más atenta, se dio cuenta de que el agujero en el que metió la mano era un hueco entre las enredadas raíces del árbol. Si ella pusiera toda la fuerza en ello, la apertura se expandiría al menos un poco más.
Con su sentido del tacto como guía, la joven Emilia apartó las raíces, deseosa de asegurarse un espacio lo suficientemente grande como para pasar a través de él. Su frente goteaba sudor y la suciedad enturbiaba sus ropas. Los vestigios de sus actos eran demasiado visibles como para que se saliera con la suya diciendo “No pasó nada en absoluto” a Fortuna. En cualquier caso, Emilia logró ensanchar la brecha en las raíces, se arrastró a través del hueco y logró salir al exterior.

『 Emilia: —a 』

Emilia tuvo una extraña sensación de logro cuando su cuerpo se bañó en la brisa del exterior. Ella hizo algo malo, por lo que se la regañaría si la gente de la aldea lo supiera, pero sintió un gran impulso de ir inmediatamente a donde estuviera Fortuna y alardear diciendo “Ahehem, lo hice”.
Naturalmente, el regaño sería tan intenso como una llama, así que Emilia tiró de los frenos antes de poder empezar a correr. Fue un momento peligroso.

Pero éstos eran los pensamientos de Emilia:

—Si hubiera escuchado mi lógica idiota en ese entonces, hubiera ido a buscar los elogios de madre Fortuna, ella me habría regañado vigorosamente, yo hubiese llorado y lamentado, me habría arrepentido, y me habría olvidado de ese estúpido hueco en las raíces; todo habría sido mucho mejor.
Si lo hubiera hecho, entonces todo habría terminado sin que se apretara el gatillo de la tragedia posterior.

—¿Cuál era esa tragedia exactamente?

Sorda a dicha pregunta y habiendo tenido éxito en su huida de la habitación de la princesa, la joven Emilia salió corriendo triunfante hacia donde probablemente estaban todos.
Su sigilo mientras se desplazaba y espiaba por el lugar hizo que estuviera cada vez más convencida de que estaba haciendo algo malo. Ella sabía más o menos dónde estaba todo el mundo gracias a la ayuda de los espíritus menores.

Emilia pronto descubrió a todos reunidos en la plaza de la aldea. Los vio, junto a un grupo de personas con ropas negras desconocidas.

『 Emilia: — 』

Se escondió detrás de un árbol bastante grande, antes de trepar ágilmente por sus ramas hasta la cima. La joven Emilia era un poco granuja, ya que, cuando subía de árbol en árbol como un animal, aterrorizaba a la gente de su alrededor, provocando que intentaran detenerla y cogerla frenéticamente.

Las acrobacias que aprendió de estas actividades le permitieron vigilar la conversación desde un punto ciego de los adultos.

La población total de la aldea de elfos era de unos cuarenta habitantes. Todos, desde los adultos hasta los niños, estaban allí reunidos, excepto Emilia. Las túnicas negras eran menos, y sumaban quizás veinte personas.

Algunos de ellos estaban en medio de la asamblea, participando en la discusión, mientras que el resto estaban trasladando equipajes. Las túnicas negras parecían haber llegado hasta aquí con carretas y, mientras entregaban el equipaje de esas carretas a los aldeanos, las caras de los aldeanos se iluminaban e inclinaban sus cabezas.

『 ???: —No podemos agradecerte lo suficiente todo el cuidado que nos das. 』

¿Qué podrían estar haciendo? ¿Qué podrían estar diciendo?
Justo cuando pensaba inclinarse un poco hacia adelante y asomarse desde el árbol, Emilia escuchó una voz tan cercana que pudo sentirla como si fuera un susurro al oído.
Emilia se sacudió, sorprendida. Rápidamente escaneó el área, pero no encontró a nadie que pudiera ser el dueño de aquella voz. Sin embargo, antes de eso, reconoció que esa voz pertenecía sin duda a madre Fortuna, quien precisamente estaba justo debajo de Emilia—al frente de un grupo y en medio de una discusión con uno de los de capa negra.

『 Fortuna: Realmente es de ayuda para todo el mundo que nos consigas estas cosas que no podemos conseguir en el bosque. Estamos encantados de aceptarlo. 』

『 Capa: Y yo estoy agradecido de oírlo. Es muy frustrante para nosotros no poder ayudarlos de otra manera. Les imponemos cargas perpetuamente, Fortuna-sama. 』

『 Fortuna: Se podría decir que es mutuo. 』

Emilia escuchó claramente la conversación, la cual iba acompañada de sonrisas irónicas.

Los gestos de Fortuna desde abajo de Emilia le informaron de que, sin duda, ese intercambio acababa de ocurrir en este mismo instante. Aparentemente, el oído de Emilia era escandalosamente agudo.
En realidad, se trataba del trabajo considerado de los espíritus menores, quienes obedecían la voluntad de Emilia, aunque, naturalmente, la joven Emilia no había notado tales discreciones.

El compañero de conversación de Fortuna era un hombre de rostro audaz vestido con una túnica negra.
Sus músculos y su estatura lo hicieron destacar prominentemente en esta aldea de elfos generalmente muy delgados. Debido a su aspecto marcial, parecía inimaginable que pudiera inclinar su postura tan hacia abajo mientras interactuaba con Fortuna.
Ver a este hombre musculoso dirigir un respeto inquebrantable hacia Fortuna inspiró orgullo en Emilia.

Quien hace que este hombre tan grande se humille es mi genial madre, pensó ella.

『 Hombre: Por cierto, aunque reconozco que lo pregunto en cada ocasión... ¿cómo está el sello? 』

Emilia tenía el pecho hinchado en su jactancia mal dirigida, pero en cuanto el hombre expresó este cambio de tema, ese sentimiento se dispersó completamente.
Así de compleja y grave era la emoción con la que el hombre había hablado.

『 Fortuna: Te preocupas demasiado— pero ciertamente no es algo que tomarse a la ligera. No te preocupes, está estable como siempre. No hay ni una sola posibilidad, en un millón, de que se deshaga. —No podría dar la cara ante mi hermano ni ante mi cuñada. 』

『 Hombre: Es una pena increíble, lo de tu hermano mayor y su esposa. 』

『 Fortuna: ...Mi hermano seguramente estaba decidido. Aunque todavía no sé qué pensó mi cuñada. Pero entiendo el peso de la responsabilidad que se me ha confiado. No quiero abandonar eso, o dejarlo sólo a medias. ¿No sientes lo mismo? 』

『 Hombre: Yo... Soy incapaz de hacer otra cosa. Sospecho que es diferente de los sentimientos de deber, o de responsabilidad que cargas, Fortuna-sama. Obsesión, apego... tal vez algo por el estilo. 』

El hombre dejó salir una risa entrecortada. Fortuna observaba con una expresión dolorida en su rostro.
Pero ese pequeño intercambio no tenía importancia para Emilia.

— Es una pena increíble, lo de tu hermano mayor y su esposa. ¿Qué podría significar eso?

El hermano de madre Fortuna era el padre de Emilia. Y su esposa se refería a su pareja. Su mujer. Probablemente la madre de Emilia.
¿Qué podría significar “Es una pena increíble lo de ellos dos”? ¿Por qué Fortuna no preguntó eso después de oírlo?

Emilia se agarró de las ramas, estirando el cuello y entrecerrando los ojos mientras intentaba acercarse un poco más para escuchar la conversación. Sin saber que las bendiciones de los espíritus menores hacían que sus acciones fueran inútiles, Emilia rechinaba los dientes con una expresión frenética, insistiendo en no perder ni una sola sílaba de su plática.

『 Fortuna: El ímpetu no tiene nada que ver con la buena virtud de la acción. Lo que estás haciendo es algo de lo que deberías presumir. Es taaan frustrante que no puedas ir por ahí hablando abiertamente de esto. 』

『 Hombre: Hu, huhuhu. No soy merecedor de tales palabras de consuelo. Pero, ciertamente, es complicado. Si el mundo conociera los verdaderos propósitos de nuestros actos, sospecho que esta sociedad, que ha empezado a calmarse, se sumergiría de nuevo en un mar de caos. Ni tú ni yo, ni sobre todo ella, desearíamos eso. 』

『 Fortuna: ...Sí, tienes razón. 』

Fortuna asintió.
Parecía que el tema se había desviado de lo que Emilia quería escuchar, y la conversación se transformó en una charla inofensiva y ociosa.
Los dos grupos terminaron de intercambiar bienes durante el transcurso de la conversación entre Fortuna y aquel hombre. Uno de los adultos llamó a Fortuna, quien respondió asintiendo con la cabeza antes de dirigirse de nuevo al hombre.

『 Fortuna: Las bendiciones de los espíritus impiden que el cambio de estación afecte mucho al bosque, pero... sigue siendo una gran ayuda que recibamos esta ropa, incluso estos futones. Gracias. 』

『 Hombre: Ustedes son personas que verdaderamente merecen la mayor cordialidad por sus logros. Es inconcebible que se vean forzados a sufrir inconvenientes en un lugar como este. 』

『 Fortuna: No digas eso. Nos agrada mucho vivir en el bosque. 』

Fortuna habló bromeando un poco, con una pequeña sonrisa surgiendo en su cara. Una leve sonrisa se grabó también en la expresión del hombre, y durante un tiempo, una atmósfera de calma fluyó entre ambos.
Cuando —

『 ???: Arzobispo. Hemos terminado la entrega de la carga y la preparación de nuestro regreso. Por favor, apresúrese. 』

『 Hombre: Sí, entendido. 』

Una persona que vestía una túnica negra se dirigió al hombre, quien miró cuidadosamente a la aldea, aparentemente reacio a irse. Luego se inclinó ante Fortuna. Ella y los otros adultos se pusieron las manos sobre el pecho y cerraron los ojos mientras respondían con una reverencia. Sus acciones estaban dirigidas al grupo de personas que vestían túnicas negras.
El grupo de personas en túnicas negras les dio la espalda, y empezaron a irse del lugar en sus carretas — el hombre era el último de la procesión, y se detuvo.

『 Hombre: Ah sí, debo preguntártelo. 』

『 Fortuna: ... 』

El hombre se dio la vuelta con un dedo levantado. Fortuna le instó, sin decir palabra, a que continuara.
Después de cerrar los ojos una vez, su mirada pareció asomarse a las profundidades del bosque,

『 Hombre: — ¿Cómo ha estado la salud de Emilia-sama? 』

『 Emilia: —hg. 』

Después de escuchar a este hombre decir su propio nombre, la garganta de Emilia se estremeció sin querer. Fue gracias al suspiro que había soltado inmediatamente antes que no había gritado. Nadie oyó la leve voz de Emilia. 
Fortuna asintió lentamente al hombre.

『 Fortuna: No te preocupes. Emilia está llena de energía, y está creciendo como una buena chica. Una chica demasiado buena para nosotros... Pero, me disculpo. No es posible que se vean... 』

『 Hombre: No necesito oír nada más. Lo entiendo. Mientras pueda confirmar la buena salud de Emilia-sama, con solo eso me basta. A este pecador no le corresponde desear algo más allá que eso. 』

『 Fortuna: ... 』

¿Auto-desaprobación, o más bien una auto-advertencia?
Fuera lo que fuera, Fortuna respondió sin simples consuelos.
Él levantó la cabeza, su expresión sugería que el silencio de Fortuna era en realidad un alivio para él.
Silenciosamente, los dos se miraron a los ojos.

『 ???: ¿Sucede algo, Arzobispo? — Arzobispo Romanée-Conti. 』

Una de las personas en túnicas negras regresó del grupo que había seguido adelante y había abandonado al hombre atrás. El hombre abrió los brazos en respuesta.

『 Hombre: No hay nada de qué preocuparse. Ahora, marchémonos. Fortuna-sama, espero que nuestra próxima reunión sea pronto. 』

『 Fortuna: Siempre, gracias... Lo siento, Geuse. 』

Sonriendo un poco ante las últimas palabras de Fortuna, el hombre llamado Geuse esta vez sí que partió para dejar el bosque junto a las personas de las túnicas negras.
Después de vigilar su partida hasta que desaparecieron de vista, Fortuna dejó caer los hombros y suspiró. Luego aplaudió, atrayendo la atención de todos los presentes.

『 Fortuna: Ahora, traigamos rápidamente la carga y dividámosla. Haremos la división como siempre, por favor. Me voy para traer a Emilia. 』

『 Emilia: —! 』

Al ver a los adultos y a los niños cargar cosas y empezar a moverse tal y como Fortuna ordenó, Emilia se dejó caer del árbol y corrió con todas sus fuerzas para volver a la habitación de la princesa.
Retorció su pequeño cuerpo para pasar a través del hueco en las raíces de los árboles que había usado para escapar, sufriendo rasguños y cortes aquí y allá. Inmediatamente después de regresar a la habitación, Emilia notó que no tenía la apariencia de una niña que había estado esperando pacientemente, y no sabía qué hacer.

Emilia había pensado hasta hace poco que, aunque Fortuna descubriera que había salido y la hubiera regañado, la perdonaría inmediatamente si reflexionaba y se disculpaba apropiadamente.
Pero, ahora que había escuchado esa conversación, Emilia no podía pensar con tanto optimismo. De hecho, no pudo evitar sentir que Fortuna no quería que Emilia escuchara aquella charla.

『 Emilia: ¿Qué hago, quéhagoquéhagoquéhagoquéhago? 』

No pasaría mucho tiempo antes de que madre Fortuna regresara y quitara el cerrojo de la puerta. Si ella llegara a ser vista bajo la luz, la apariencia de Emilia informaría rápidamente a Fortuna de su fuga.
La joven Emilia llegó a creer que el descubrimiento potencial de Fortuna de que había oído la conversación equivaldría a su ruina absoluta.

『 Emilia: Si pudiera al menos esconder los rasguños... 』

Tenía arañazos por aquí y por allá, sus rodillas y brazos estaban raspados por todas partes, rezumando un poco de sangre. Era improbable que Fortuna, con sus agudos ojos, pasara tales heridas por alto, y además, la idea de que el agua se tornara roja cuando se bañara, también le daba miedo.
¡Tengo que hacer algo!, eso fue lo único en lo que se concentró.

『 Emilia: —Eh? 』

Y así, cuando los destellos de color azul pálido aparecieron de nuevo en el interior de la habitación de la princesa, Emilia consideró que ese resplandor era su salvación.
Los destellos danzaban ante la vista de Emilia y, después de jugar con la atención que atrajo sus movimientos, los destellos esta vez se dispersaron hacia Emilia.

『 Emilia: —a, ah. 』

Al igual como antes habían sido absorbidas por la pared, esta vez los destellos fueron absorbidos por el cuerpo de Emilia, amontonándose donde estaban sus cortes y raspaduras. Su tenue resplandor pintaba de blanco sus abiertas heridas y, al desaparecer los destellos, lo único que quedó de las raspaduras fue un leve enrojecimiento.

『 Emilia: — 』

Este acontecimiento anormal, que le había ocurrido a su propio cuerpo, llevó a Emilia a quedarse rígida y sin palabras.
Las heridas en sus codos, rodillas, y en otros lugares habían desaparecido completamente, así como su dolor.
La condición actual de Emilia era idéntica a la que tenía antes de escapar.
Emilia rápidamente se quitó la ropa y se cambió a otro vestido que estaba dentro de la habitación de la princesa. Después de preocuparse por cómo deshacerse de sus ropas rotas y gastadas,

『 Emilia: ¡Con esto...! 』

Volcó su vasija de tinta de dibujo, manchando su vieja ropa. Había ensuciado tanto su ropa que ni siquiera un lavado podría eliminar ese pigmento,

『 Fortuna: — ¿Emilia? ¿Estás despierta? 』

Escuchando la llamada de Fortuna desde el otro lado de la puerta, Emilia se sobresaltó inmediatamente.
Su corazón latía violentamente en ese momento álgido y, aunque tenía la intención de responderle con algo, no podía sacar ninguna voz.

『 Fortuna: ¿Emilia? ¿Estás durmiendo? 』

『 Emilia: ¡E-Estoy levantada! Estoy despierta, madre Fortuna. Pero, es... 』

『 Fortuna: Vaya, así que estabas levantada. Siento haberte hecho esperar tanto... 』

Aliviada por la respuesta de Emilia, Fortuna retiró el cerrojo de la puerta y entró en la habitación.
Fortuna sonreía, pero, en cuanto entró en la habitación, su expresión cambió y su bonita nariz se arrugó.

『 Fortuna: ... ¿Qué es esto? Apesta a tinta. 』

『 Emilia: Ermm... Lo siento mucho. Derramé mi tinta de dibujo... cayó mucha sobre mi ropa. 』

Emilia estaba de pie ante la vasija de tinta que había caído en medio de la habitación, totalmente confundida sobre qué hacer.
Después de dividir su mirada entre Emilia y el tintero, Fortuna se puso la mano en la cara y dejó salir un “Oh, cielos”.

『 Fortuna: Bueno, no hay nada que hacer al respecto. Gracias a Dios que dejé una muda de ropa aquí. Si no lo hubiera hecho, tendría que llevarte a casa desnuda. 』

『 Emilia: Um, madre Fortuna... yo... 』

『 Fortuna: Está bien, Emilia. No tienes que tener miedo, sé que no quisiste hacerlo y no me enfadaré contigo. Y lo más importante, ¿estás ilesa? 』

Después de arrodillarse para ponerse a la altura de los ojos de la tímida Emilia, Fortuna inspeccionó a su amada hija de pies a cabeza. Suspiró aliviada por la falta de heridas visibles, y la abrazó en silencio.

『 Emilia: ¿Madre? 』

『 Fortuna: No es nada. Es sólo que... te he echado taaanto de menos. Lo siento mucho. Quedémonos así por un rato. 』

Todavía abrazando a Emilia, Fortuna se acercó a su mejilla.
Fortuna solía evitar tales comportamientos vergonzosos y cursis. Emilia pensó que esta acción era horriblemente inusual, y pensó que Fortuna se sentía bastante sola.
Y así,

『 Fortuna: ...Imprudente. 』

Murmuró Fortuna, quien abrió los ojos mientras Emilia le acariciaba el pelo corto y plateado.
Pero Emilia juzgó que Fortuna no le estaba diciendo que se detuviera, así que lentamente, en silencio, continuó acariciando la cabeza de Fortuna amablemente.

Había tantas cosas que ella quería preguntarle.
Pero la joven Emilia carecía de mucho y no sabía lo suficiente para poder expresarlo con palabras. Así que ella siguió sin decir nada.

『 Fortuna: Emilia. 』

『 Emilia: ...mmm. 』

Fortuna miró a Emilia mientras ella continuaba acariciando silenciosamente su cabeza, y entrecerró los ojos. Emilia vio — en aquellos ojos amatistas iguales a los suyos, que las lágrimas estaban a punto de brotar.
Junto a su parpadeo, las lágrimas fluían hacia abajo, corriendo por las mejillas de Fortuna. Ella continuó sin ni siquiera limpiárselas mientras sonreía a Emilia.

『 Fortuna: — Te quiero. 』

Había tantas cosas que ella quería preguntar, que quería saber.
— Pero en este momento, Emilia determinó que estaba satisfecha con esa única afirmación de su madre.

※ ※ ※ ※ ※ 

Arrastrando sus piernas, con destellos de color azul pálido flotando a su alrededor, Emilia atravesó la oscuridad.

Su cansancio le robó la fuerza para caminar, haciendo que sus piernas se arrastraran. Pero su voluntad seguía siendo firme y no permitiría que Emilia dejase de caminar mientras seguía adelante.

Recuerdos de su infancia cruzaban por su mente.
¿Por qué ella estaba recordando este pasado ahora?

El pasado que Emilia vio en la Prueba difería ligeramente de lo que acababa de recordar. El pasado que ella recordó sucedió un poco antes de los eventos mostrados en su Prueba.
Si ella pudiera volver a ese tiempo — seguramente, podría hacer todo en ese pasado de manera diferente.

『 Emilia: Madre… Fortuna... 』

Amable, cálida y fuerte, Fortuna seguía siendo el ideal de Emilia en lo que respectaba a las mujeres.
Siempre había querido ser como madre Fortuna, actuar como madre Fortuna. Y, a pesar de eso, siempre se preocupaba y se arrepentía de las pequeñas cosas, las temía, y la condujeron a consecuencias irreparables.

『 Emilia: ue... heu, hg... 』

Consecuencias irreparables. Ese pensamiento causó una angustia inaguantable que atravesó el pecho de Emilia.
Este pesar, este arrepentimiento y este dolor, esta mezcla de emociones la abrumaba, su estupidez e insuficiencia era tan vergonzosa que ella estaba a punto de llorar.

Ella siempre había sido así. Siempre sería así.
Desenfrenada, desesperada, poniéndolo todo de su parte, sin escatimar esfuerzos en lo más mínimo, pero aun así las manos de Emilia nunca alcanzaron las cosas que realmente deseaba, ni siquiera las rozaron.
Incluso las cosas que se suponía que tenía, las cosas que se suponía que sus manos tenían que haber agarrado, se sentían como arena a través de sus dedos, encantando a Emilia con su transitorio resplandor antes de desaparecer.

Fue así con Fortuna, con Puck, con Subaru, con todos.

『 Emilia: Es... mi culpa. Ni siquiera puedo seguir instrucciones, soy decepcionante. Por eso... todo el mundo... 』 

Sollozos brotaban de su garganta, Emilia se arrastraba con los pies.
En medio de esta abundancia de verde, sus pasos eran perezosos y lentos, pero todavía avanzando.

『 Emilia: Y por eso todos, siempre me lo escondieron, lo guardaron... pero, no. Si nunca lo hubiera sabido, si nunca me lo hubieran dicho, si nunca me hubiera dado cuenta... Habría sido mucho mejor, aun así... aun así... 』

En medio de un bosque de árboles. Los destellos y su luz azul pálida. Hombres vestidos con túnicas negras. Madre Fortuna. Una serpiente, grande y negra. Puerta cerrada. Nieve. Un mundo en blanco. Una nevada plateada. El fin, el fin del mundo. Padre, Madre.

『 Emilia: Por eso, yo... 』

El interminable torbellino de palabras corría por su cabeza.
Siendo golpeada por esas palabras, Emilia levantó la cabeza y caminó hacia adelante.

『 Emilia: — 』

Su voz era frágil. Su andar vacilante.
— Pero sus ojos no contenían ni una sola lágrima.