viernes, 9 de octubre de 2020

,

El reconocimiento del guerrero


Traducción:
Pol
Jair

Corrección y edición:
Jair (Primera corrección)
Carlos (Segunda corrección)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

『 ???: ¿Gorgeous Tiger?

La consciencia de Garfiel fue agitada bruscamente cuando escuchó esas palabras.
Tosió toda el agua que tragó, sacudió completamente la humedad de su cuerpo y comenzó a recuperar la vista que su adormecido cerebro había mermado debido a la falta de oxígeno.

Se encontraba en un espacio subterráneo mal iluminado y frío.
El duro suelo de piedra seguía sumergido por las grandes cantidades de agua que no paraban de entrar. Parecía que el incesante flujo de agua que inundaba la habitación venía de un agujero en el muro detrás suyo que permitía también el paso de aire fresco.

Garfiel se encontraba en medio de un mar de miradas que albergaban intranquilidad, curiosidad, pavor, oposición… 
Debido a la incontable cantidad de sentimientos que desprendían sus miradas y al número de personas ante él, Garfiel vagamente llegó a la conclusión de que el sitio en el que se encontraba era uno de los refugios de la ciudad.
El canal en el que se había hundido conectaba con este refugio, había llegado a este lugar al estrellarse contra uno de los muros. Como resultado, Garfiel fue succionado junto al agua del canal hacia el interior del refugio.

『 Garfiel: … 』

Al darse cuenta de esto, la difusa conciencia de Garfiel reaccionó.
Sacudió la cabeza y comenzó a recordar los eventos que habían tomado lugar hacía poco, provocando que se erizara el vello su cuerpo. Rápidamente giró su cabeza en busca del titán que se había hundido con él en el agua—

『 Garfiel: …ah. 』

Su mirada se cruzó con la de los verdes ojos de un niño rubio.
Recordaba esa cara. Ese rostro hizo que se le estrechara el pecho, seguido por los recuerdos que hacían agonizar a su espíritu.

Se había encontrado cara a cara con él de nuevo, el chico que tenía una conexión con su madre.
Era su hermanito, que se encontraba donde él quisiera estar, aceptando el amor de su madre—

『 Garfiel: ¿¡—!? 』

Esa sensación de temor volvió a ser enterrada por otro gran cúmulo de sentimientos.
Fue entonces que el agua que rodeaba a Garfiel comenzó a moverse demasiado, se trataba de una enorme figura que podía mover grandes cantidades de agua con tan sólo ponerse de pie. Esta figura titánica comenzó a mover sus brazos, dirigiéndose sin piedad hacia el anonadado Garfiel.

Ante este ataque, la reacción de Garfiel fue un instante demasiado lenta.
Se trataba de un ataque poderoso y mortal.

El momentáneo descuido le había ofrecido al oponente una apertura.
El Dios de la Batalla no atacaba a Garfiel con piedad o compasión.

En total, ocho ataques se dirigían hacia él.
Un par fueron bloqueados; no obstante, los otros seis fueron impactos directos.

Recibió uno en la cara y otros dos en el torso, dejando su cuerpo suspendido en el aire por un momento; y entonces, otro puño lo llevó de regreso al suelo, y luego se comió otro puñetazo tan pronto su cabeza había hecho contacto con el agua. 
Su cara atravesó el agua y se estrelló contra el suelo, dañando seriamente su nariz y dientes. La superficie del agua se había teñido de un rojo carmesí, sangre fluía de la boca y nariz de Garfiel mientras se ponía de pie.

『 Garfiel: ¡¡Ya, fue… SUFICIENTEEEE!! 』

Un rugido que venía de una boca a la que le faltaban dientes, opacando el zumbido en sus oídos que se había producido por los golpes recibidos en su cabeza. El Dios de la Batalla que se encontraba frente a él comenzó a avanzar como respuesta a ese despliegue de furia que cubría este espacio subterráneo.
Sus puños se encontraron. En ese instante, Garfiel aproximó su cabeza, y usó sus dientes para arrancar la carne del puño que había impactado su cabeza previamente, quitando tejido desde la muñeca hasta el codo en un solo movimiento. Luego, extendió su brazo derecho para alcanzar el cuello de su oponente, rasgando hasta llegar al abdomen bajo.

Una gran cantidad de sangre comenzó a salir de semejante incisión, causando una cantidad considerable de daño en el cuerpo del Dios de la Batalla.
Sin embargo, los otros siete brazos del gigante no pararían de atacar. Con tal de evitarlo todos, Garfiel tenía que darlo todo de sí en respuesta.

En un único intercambio de ataques, Garfiel tenía que usar una sola mano para lidiar con ocho.
Una abrumadora desventaja, una abrumadora diferencia en habilidad, y una abrumadora diferencia en batalla——este hecho había encendido su espíritu de lucha.

『 Garfiel: ¡¡AAAA, AAAAAAAAAAA!! 』

Ataca, ataca, ataca, ataca, ataca, ataca, ataca—
¡Bloquea, rechaza, evita, esquiva, patea, y de frente—!

Puño contra puño, generando ondas de choque que lograban evaporar el sudor de ambos.
El poder y la superioridad colisionaban, el estruendoso sonido hacía que costara creer que ambos estaban hechos de carne y hueso. El impacto fue tal, que sus cuerpos no pudieron tolerarlo y salieron volando en direcciones opuestas.

El feroz tigre y la figura titánica fueron lanzados por el aire, causando que mucha del agua volara.
El cuerpo de Kurgan se estrelló contra un muro, mientras que Garfiel volvió a quedar sumergido en el agua. Levantó la cabeza inmediatamente y su mirada se cruzó con la de Kurgan, que lo observaba fijamente.

No hacían falta palabras; ese instante bastó para que se entendieran.

Garfiel se puso de pie, el agua ya llegaba hasta sus tobillos.
Tan pronto como sintió la Protección Divina de los Espíritus de la Tierra en la suela de sus pies, Garfiel cortó un cuadrado en el suelo sobre el que se encontraba y lo quitó. Pateando a un lado ese pedazo de suelo, el enorme agujero que dejó provocó que gran parte del agua que había entrado en ese espacio subterráneo fuera drenada, reduciendo drásticamente el nivel del agua.

Mientras Garfiel drenaba el agua, Kurgan se dirigió al agujero por el que el agua estaba entrando.
El agujero que los había mandado al subterráneo era enorme, grandes cantidades de agua fluían hacía al interior. Si no era tapado, aquel espacio subterráneo acabaría inundado por completo en cuestión de minutos. 
Kurgan sacó una Cuchilla Demoníaca, y si restamos la que Garfiel rompió a mordidas, le quedaban tres. Kurgan usó una para apuntar hacia arriba, directamente encima del agujero——levantó la cuchilla exageradamente grande en dirección al techo y lo destruyó.
Usando la agudizada visión de un guerrero para ver a través del colapso, notó que el agujero había sido cubierto por los escombros. Naturalmente, el agua se seguiría filtrando en un bloqueo como ese, pero no al nivel de sumergir el subterráneo en instantes.

El agujero había sido tapado y el agua que estaba siendo drenada, ya ni siquiera llegaba a los tobillos.

Revisando silenciosamente el estado de sus alrededores, los guerreros volvieron a sus posiciones originales. Cara a cara. Escudos levantados, cuchillas desenvainadas. 

El héroe, Kurgan de los Ochos Brazos, y el desafiante, Garfiel, el Tigre Dorado
Superar al oponente en las condiciones óptimas. Éste era el acuerdo silencioso al que habían llegado los guerreros.

『 Kurgan: … 』

『 Garfiel: … 』

Garfiel sabía que no era el momento para estar haciendo esto.
Su deber era volver al Ayuntamiento, que muy seguramente estaba bajo ataque, para rescatar a los no combatientes.
Sin embargo, hacía mucho que Garfiel ya había decidido lo que haría con este problema.

——Era un sentimiento que estaba fuera de lugar, pero Garfiel se sentía emocionado.

Su lamentable derrota contra Reinhard, el reprimir sus recuerdos y sentimientos por su madre, su incapacidad de vengar a la amable chica que lo había protegido, haber dejado atrás a un aliado cuando se enfrentaron a una emboscada.
Tantas cosas importantes le habían sido arrancadas de las manos, dejándolo con una sensación de impotencia y vacío.

Salir del Santuario, y ver el mundo, habían hecho que Garfiel pudiera reconocer que existían fuerzas muy superiores.
No es que su poder hubiera disminuido con respecto a cuando estaba en el Santuario, sino que su punto de comparación ya no era su versión de sí mismo que veía en su imaginación, por lo que ahora era relativamente débil al ponerlo junto a las fuerzas más grandes.

En cuestión de un par de días, la perspectiva de Garfiel cambió para llegar a esta conclusión.
Impotencia y pérdida habían expuesto su interior, obligándolo a reconocer que no era más que un chico presumido. Su interior había creado vacilación, duda y lamentos; el temor de su corazón lo había vuelto débil.

——Y fue precisamente Kurgan quien logró inyectar vida a su derrotado espíritu.

Kurgan de los Ocho Brazos, el héroe del Imperio Vollachia. El hombre más fuerte de la raza multibrazos.
Preparó sus Cuchillas Demoníacas, considerando a Garfiel un guerrero al que enfrentar. Ahora que había perdido de vista su propia valía, ¿cuán importante era esto para Garfiel?

Los dos guerreros habían luchado en ese canal de agua en el que Garfiel perdió el equilibrio debido a su falta de experiencia en combate acuático. Este Kurgan revivido no necesitaba respirar, por lo que, si hubiera querido decidir el resultado del duelo, simplemente habría tenido que esperar a que Garfiel se ahogara.
No obstante, el Dios de la Batalla destruyó uno de los muros del canal, el cual conectaba con el refugio, permitiéndole a Garfiel sobrevivir.
¿Por qué?

『 Garfiel: Al principio pensé… que 'stabas siendo piadoso. 』

『 Kurgan: … 』

Antes de que Garfiel tuviera su epifanía, pensaba que Kurgan no lo consideraba un guerrero. Que sólo estaba apartando del camino a un niño agresivo, dejando de lado a un llorón, cuya actitud ciertamente no era la manera de actuar de un guerrero. Garfiel sólo estaba haciendo un berrinche, por lo que Kurgan simplemente lo estaba alejando, como a un estorbo.

Pero, ese fue su error.
Fue precisamente porque lo vio volver a levantarse, porque lo vio levantar sus escudos, y porque notó que Garfiel sabía que lo conocían como el Dios de la Batalla.
Fue por todo esto que Garfiel pudo ver el despliegue de las Cuchillas Demoníacas, fue por esto que Kurgan se le presentó ahora con la postura de un guerrero, de un Dios de la Batalla.

Al ver este actuar de su parte, lo que le estaba mostrando a Garfiel sin duda no era misericordia ni lástima.
Lo que Kurgan buscaba era el resultado de una verdadera y honorable batalla por la victoria contra Garfiel.

——La batalla entre dos guerreros solo podía terminar con un ataque final.

『 Garfiel: Oigan, 'stúpidos… ¿hasta cuándo se van a quedar ahí parados mirando? 』

Garfiel revisaba sus escudos mientras decía estas palabras, dirigidas no a Kurgan, sino a los espectadores.
Aquellos que, luego de ver la llegada de los dos guerreros por el agujero, se habían quedado observando la batalla: los refugiados.

Reunidos en un mismo lugar, todos de distintas razas y vistiendo diferentes atuendos, lo único que tenían en común era su capacidad de combate, pues se trataba de un grupo de no combatientes que perecerían con el primer ataque.
Si Garfiel caía en este lugar, ninguno de ellos podría hacerle daño a Kurgan. Era difícil imaginar a Kurgan cometiendo atrocidades contra civiles, pero seguramente Garfiel era el único que sabía eso.
Y por eso,

『 Garfiel: Debería 'star claro a la vista. Si se quedan ahí parados, no habrá lugar al que puedan 'scapar. Lárguense ahora que tienen oportunidad y busquen otro lugar para refugiarse… 』

『 Fred: ¡—Gorgeous Tiger—!

『 Garfiel: ¿Eh? 』

Las palabras de Garfiel fueron opacadas por un ruidoso grito.
Se trataba de uno de los espectadores, que usó este nombre para dirigirse a Garfiel, quien se encontraba con el ceño fruncido.

Los ojos del niño estaban llenos de lágrimas, sus mejillas totalmente rojas, sujetando con fuerza el dobladillo de su ropa.
Ante la sorprendida expresión de Garfiel, los húmedos ojos del niño seguían mirándolo fijamente. Con una voluntad lo suficientemente fuerte como para que a Garfiel le costara responder.

『 Garfiel: Oye enano, qué… qué es lo que… 』

『 Fred: ¡Gorgeous Tiger—!

『 Garfiel: … 』

『 Fred: ¡G-Gorgeous Tiger—!

La temblorosa voz del niño llamaba al silencioso Garfiel.
Sin conocer otra manera de expresar lo que sentía, todo lo que hacía era pronunciar ese nombre.

Era el nombre de un tigre dorado. Era el nombre que Garfiel Tinsel deseaba portar, el nombre del tigre más fuerte.
¿Por qué gritaba ese nombre en este momento? ¿Qué era lo que trataba de comunicar?

Lágrimas seguían descendiendo de las enrojecidas mejillas del niño.
Los gritos del niño se esparcían por todo aquel espacio subterráneo, escuchados por todos los presentes. Por lo que, todos comenzaron a compartir esta pasión a pesar de que era algo imposible de expresar.

『 Garfiel: Basta, les 'stoy diciendo que se vayan. 』

¡Gorgeous Tiger—!

Las palabras de Garfiel nuevamente fueron opacadas por el llamado al tigre dorado.
Detrás del niño, una niña con el mismo cabello rubio lo abrazó. Se trataba de la hermana mayor del niño. Con un gesto de protección hacia su hermano, su mirada vacilaba mientras se dirigía hacia Garfiel.
Sus labios también temblaban incesantemente. Con una voz delicada, llamó también el nombre del tigre dorado.

『 ¡Tienes que ganar! 』

No fue dicho por el niño, ni por la niña, y mucho menos por Garfiel.
Otro hombre en aquel espacio subterráneo dijo esto con un puño al aire.

『 Garfiel: 'Speren, les 'stoy diciendo que se vayan… 』

『 ¡Pelea, y gana! 』
『 ¡No pierdas! 』
『 ¡A-Aunque no podamos hacer nada más que observar…! 』

Garfiel se había quedado sin palabras.
La voz que había usado para pedirles que escaparan no dejaba de ser opacada por otras voces.

Al poner atención, se dio cuenta de que la pasión en la voz del niño había alcanzado los corazones de todos los presentes, ni una sola persona observando el duelo de Garfiel y Kurgan parecía tener la intención de escapar.
Si se calmaran un momento para pensar y usaran el sentido común, nadie creería que quedarse fuera la opción correcta. Todos estaban alterados, únicamente por esa determinación y fe sin sentido que probablemente terminaría costándoles demasiado caro.

『 Garfiel: … 』

¿Qué diablos va a lograr eso? Fue lo que pensó Garfiel.
¿Qué sentido tenía quedarse aquí? ¿Qué significado tenía el ponerse a hacer ruido y mostrar apoyo?

Sería mucho mejor que se apresuraran a escapar. Así no tendría que preocuparse porque acabaran envueltos en el caos. De ese modo, la probabilidad de que acabaran siendo sacrificados se vería muy reducida incluso si él pereciera aquí. Era lo más razonable.
Pero, aun así, ninguno se había ido, ¿por qué?

『 Garfiel: Capitán… parece que tu discurso sirvió demasiado bien… 』

De la boca de Garfiel salió el apodo de Subaru, recordando las palabras que le dirigió a toda la ciudad.
Subaru había tocado los corazones de todos los habitantes de la ciudad; aquella poderosa transmisión en la que se proclamó a sí mismo como alguien débil, unió a todas las personas que sentían que se ahogaban en desesperación y terror. La temblorosa llama de un vela había sido encendida con la última chispa de esperanza.
Un fuego ardió, dejando un gran calor en el corazón de la gente, esperando el momento para volver a encenderse.

Para ellos, ese momento era ahora.
Y para Garfiel, también.

¡¡GORGEOUS TIGER—!!

Los ánimos no se detenían.
El primero en llamar al tigre dorado había sido el hermano menor de Garfiel, cuya existencia había sido desconocida para él hasta hace poco. Y con toda la intención de proteger a ese hermano menor, estaba su hermana, cuyo nacimiento también había sido desconocido para Garfiel.

Ambos hermanitos estaban mirando a Garfiel.
Garfiel estaba siendo observado por los residentes de esta ciudad, que habían aceptado a su madre luego de que ésta perdiera la memoria.

『 Garfiel: Un duelo 'ntre guerreros… no creo que deba ser así de rimbombante. 』

『 Kurgan: … 』

『 Garfiel: Una disculpa, en serio. Te he 'stado causando interrupción tras interrupción. En 'sta ocasión han sido el hermano y hermana menor de mi asombroso ser. Cuando todo 'sto termine, recibirán un buen regaño. 』

『 Kurgan: … 』

『 Garfiel: Pero ahora… 』

Sin decir palabra, la postura del Dios de la Batalla mostró su espíritu de lucha.
No hacía falta decir nada, su actitud demostraba gran poder.

Garfiel apretó los puños, chocando los escudos atados a sus brazos.
El sonido del choque de acero encendió una chispa y, a través de sus dientes, Garfiel tomó una profunda bocanada de aire.

『 Garfiel: El 'Scudo del Santuario… no. 』

『 Kurgan: … 』

『 Garfiel: Gorgeous Tiger, Garfiel Tinsel. 』

La presentación del nombre propio transmitía la intención de iniciar un duelo.
Ante la presentación de Garfiel, Kurgan permaneció en silencio, simplemente chocó sus Cuchillas Demoníacas una con la otra, mostrándole a su oponente la máxima voluntad para luchar.

Y eso, fue suficiente.

『 Garfiel: ¡¡HAAAAAAAAAAA!! 』

Garfiel pisó el suelo con fuerza, impulsándose rápidamente hacia adelante.
Kurgan lo recibió con el mismo movimiento, reduciéndose la distancia entre ambos en un abrir y cerrar de ojos.

Demasiado afilados para decir que eran golpes, pero demasiado contundentes para decir que eran cortes; así eran los veloces ataques de Garfiel.
Más que hacer ruido o ser cortado, el aire que las Cuchillas Demoníacas tocaban parecía estar siendo asesinado; y Garfiel detenía cada cuchilla únicamente gracias a su instinto natural de guerrero.

En estos intercambios de ataques, Garfiel tenía que enfrentar ocho manos con una sola, y Kurgan sólo tenía que enfrentar una mano con ocho.
Con la diferencia en el número de manos entre Garfiel y Kurgan, ganarle sería como elevarse hasta los cielos.
Sin embargo, no llegaría hasta ahí haciendo nada. Por lo que, inició la batalla, apostándolo todo.

『 … 』

Teniendo que enfrentar poderosos ataques cuyo objetivo era su cuerpo, un impacto directo de cualquiera de ellos sería suficiente para arrancar su carne y sus huesos. Sin mostrar ni pizca de duda, Garfiel lanzó una patada, destruyendo una de las Cuchillas Demoníacas que se acercaban a él a toda velocidad.
Usando la parte trasera de su pie, alcanzó el cuerpo de la cuchilla, rompiéndose en pedazos que perforaron el suelo con tal fuerza que se creó la ilusión de que el suelo temblaba.

Acababa de lidiar con la primera mano, pero no era tiempo para descansar.

Al mismo tiempo que los fragmentos de la cuchilla perforaron el suelo, la segunda atravesaba el aire con trayectoria de arco, con dirección al hombro izquierdo del oponente. Al escuchar con su oído derecho el sonido de la hoja aproximándose, Garfiel inmediatamente protegió su cabeza con los escudos. El ataque impactó tan pronto levantó los brazos, por lo que se desorientó por un instante.

El impacto le fracturó el codo derecho y también le destruyó la parte superior del mismo brazo. Garfiel apretó los dientes, tan fuerte, que le comenzó a salir sangre de las encías. La segunda mano había sido evitada.

La tercera y cuarta manos estaban vacías, y estaban atacando en ese mismo momento.

Los puños de Kurgan, con semejante figura, no eran más pequeños que el cráneo de un niño. La fuerza de cada uno de esos golpes poderosos y de tamaño explosivo podría igualar la del disparo de un buque de guerra.
Sin mencionar que esos puños, que parecían ser capaces de atravesar acero, se aproximaban hacia Garfiel, cuya mente había quedado en blanco después del impacto anterior. Uno de los puños se dirigía hacia su cuerpo, el otro hacia su cabeza; cualquier impacto de esos sería capaz de hacer explotar a un humano cualquiera.

El golpe que había sido dirigido al cuerpo de Garfiel parecía arder con la fricción mientras se deslizaba por su abdomen. Quemaba como el fuego, con un poder antinatural.

Girando su cuerpo, el puño únicamente quemó la piel superficial de su abdomen. Esa había sido la tercera mano.

Con la sensación de que sólo le quedaba la mitad de su cuerpo asaltando su conciencia, Garfiel logró bloquear con el brazo derecho el golpe que iba dirigido a su cabeza. El ya de por sí roto y destrozado brazo acabó abriéndose por completo ante tal fuerza.

Del codo a la muñeca, y de la muñeca a la punta de los dedos, ya no tenía aspecto de brazo. Naturalmente, el escudo que estaba atado a ese brazo salió volando. Pero perder una mano de ninguna manera contaba como herida mortal. Garfiel arqueó su cuerpo para obtener impulso y enfrentar dicha mano con la frente, impactando el puño de Kurgan con un cabezazo, había logrado superar el ataque de la cuarta mano.

Quedaban la quinta, sexta, séptima y octava mano. Aún faltaba. Faltaba mucho. Tanto como para hacer a uno reír. Para hacer a uno temblar.

『 Garfiel: —A… ¡¡Aaaaa!! 』

La quinta y sexta manos también estaban vacías. Aún había otra Cuchilla Demoníaca que enfrentar, y todavía no había recibido una herida mortal.
Esas dos manos eran izquierdas, una salía por debajo del hombro y la otra por el costado, atacando a la vez. La mano derecha de Garfiel ahora estaba inutilizada. Su mano izquierda no podría llegar a tiempo. Por lo que, sin dudar un solo momento, Garfiel impactó su pie derecho en el suelo.

Golpeando la tierra con la suela de sus pies, transmitiéndole su voluntad a la tierra.
En ocasiones, la tierra le prestaba su fuerza, y en ocasiones se alineaba con sus deseos; esta vez, la tierra también le ofreció su poder.

Con el suelo inclinándose bajo sus pies, el cuerpo de Kurgan perdió el equilibrio.
Aun así, sin detenerse por un solo momento, el Dios de la Batalla se enderezó. Sus movimientos no mostraban ni una pizca de duda. No obstante, en esa inalterable concentración se presentó un instante.

En el instante en que la atención de Kurgan se dirigió hacia sus pies, Garfiel aprovechó la oportunidad para lanzarse.
De un salto, y girando su cuerpo, Garfiel logró pasar su cabeza por el pequeño espacio que había entre los dos puños que se le acercaban. Como en el ojo de una tormenta, ambos puños pasaron de largo por detrás de él.

Cuando separó los pies del suelo, Garfiel tembló de miedo por un instante mientras se volvía consciente de lo que había hecho.
Ni siquiera estaba seguro de por qué lo había hecho, un pensamiento y una decisión llevadas a cabo en una fracción de un instante de tiempo. Su cerebro ardía. Su corazón ardía. Su vida estaba al borde de la explosión.

La quinta y sexta manos habían sido evitadas. Ahora, faltaban la séptima y octava.

『 Kurgan: … 』

De repente, el vello de Garfiel se erizó por el escalofrío.
Kurgan, cuyas seis de sus ocho manos habían sido evitadas, se decidió a usar las dos manos restantes para acabar con Garfiel. ——Un ataque mortal se aproximaba.

——La séptima mano y la última de sus ocho manos, hicieron su movimiento.

Abandonando uno de los dos ataques que le quedaban, usó la mano de su costado derecho para sostener la empuñadura de su última Cuchilla Demoníaca, mientras que, con la mano proveniente de su hombro derecho, aplicó todo el resto de su fuerza sobre la hoja de la cuchilla. Un ataque extremadamente poderoso estaba por interceptar a Garfiel en el suelo.

Era un asedio omnidireccional, una presencia tan abrumadora que haría creer a cualquiera que moriría sin importar el lugar al que tratara de moverse.
Lo que estaba presenciando en ese instante opacaba por completo a los ataques que ya había esquivado hasta ahora.

Esquivar era inimaginable.
Aunque retrocediera, saltara hacia un lado o se lanzara hacia el frente, recibiría un impacto directo.
La imagen de acabar como una masa amorfa de carne como resultado de este ataque pasó frente a sus ojos.

Escapar era imposible. Atacar sería todavía peor idea. ——Así que sólo quedaba una opción.

Poniendo su todavía funcional brazo izquierdo sobre su cabeza, Garfiel se dejó caer sobre su cintura.
En ese momento, aún oía las voces de su hermano y hermana menores y de una multitud de gente apoyándolo. 

Deliberación de un momento, movimiento de un instante, y resultado inmediato.

『 … 』

Para cuando la Cuchilla Demoníaca comenzó a moverse, Garfiel ya se había separado del mundo.
Ya no había más sonido, ya no había más color, cualquier otra cosa desapareció de su campo de visión. Dentro de la atención de Garfiel, cuya concentración se había elevado hasta el límite más absoluto, sólo se encontraba Kurgan.

Con una lentitud anormal, la Cuchilla Demoníaca descendió sobre Garfiel.
Garfiel levantó la cabeza, el movimiento con el que enfrentó el ataque se veía igual de lento. El mundo se sentía tan desacelerado que inducía ansiedad, todo lo que Garfiel podía hacer era apretar los dientes con todas sus fuerzas.

Mentira: aún quedaba tiempo para pensar.

Vio a Subaru. Vio a Ram. Vio a Mimi. Vio a Frederica. Recordó a Ryuzu, a Emilia, e incluso a Otto. Pensó en el bastardo de Roswaal. Vio a Beatrice y Petra, a toda la gente del Santuario, también a su madre Reshia y su hermano y hermana menores.

La batalla en el Santuario le había permitido a Garfiel reconocer su debilidad.
Al observar la inmensidad del mundo y ser derrotado por Reinhard, Garfiel había adoptado la errónea impresión de que se había vuelto más débil que cuando se encontraba en el Santuario.

——Eso era imposible.

Si tener más significa volverse más débil, entonces ¿para qué vive la gente?
Sólo hace falta volverse más fuerte para poder proteger todo lo que atesoras.

『 Garfiel: Ahh… Ya me siento mejor. 』

De la nada, todas las preocupaciones que plagaban su corazón habían desaparecido.
En ese instante, la Cuchilla Demoníaca impactó con el escudo de su brazo izquierdo, sintiéndose como si un relámpago recorriera todo su cuerpo.

『 Garfiel: —¡¡Hk!! 』

La defensa que había montado con su brazo izquierdo rápidamente había sido superada por la cuchilla.
Igual que con su brazo derecho, la muñeca, el codo, la parte superior del brazo e incluso el hombro habían sido rotos hasta puntos irreconocibles.
Volviendo a experimentar el conocido dolor de pesadilla de un brazo destruido, la agonía tiñó su visión de rojo, dejando su consciencia en blanco. Garfiel abrió la boca para articular un grito.
Los dientes que había estado apretando comenzaron a aflojarse, iniciando un coro de sufrimiento por todas las heridas acumuladas.

El asalto de la Cuchilla Demoníaca aún no terminaba.
Luego de destruir su brazo izquierdo, la fuerza restante del ataque hizo un corte en la cabeza de Garfiel. Semejante poder era suficiente para destruir el pequeño cuerpo de Garfiel, dejándolo como mera carne molida.
¿Cómo veía el Dios de la Batalla a este joven guerrero que no paraba de gritar alaridos de agonía como si estuviera al borde de la muerte?

¿Había en su corazón piedad o compasión? No, nada de eso.
A menos que uno de los dos dejara de respirar, el honor del guerrero impedía la existencia de la misericordia.

『 Garfiel: —¡Ahhhhhhh! 』

Garfiel rugió de la agonía mientras bajaba la cabeza, ese desesperante sonido siguió por varios instantes, hasta que—

『 Garfiel: —ahhh, gah. 』

El rugido se detuvo, Garfiel apretó la mandíbula. Entre los dientes que apretaba podía verse un resplandor plateado.
Se trataba del escudo que había salido volando de su destruido brazo derecho hacía algunos instantes, el cual Garfiel había logrado atrapar con la boca.

『 Garfiel: ¡Gahhhhhhh, ahhhhhhhhh—! 』

Volvió a levantar la cabeza, y con escudo en boca, Garfiel recibió el ataque de la Cuchilla Demoníaca dirigido a su cabeza, sostener el escudo con la boca le había proporcionado una segunda defensa, protegiendo los lados de su cara en el instante en que el ataque impactó. Sangre comenzó a derramarse de su nariz, algunos dientes salieron volando, pero sus rodillas nunca se vencieron.

Había logrado soportar el peso de la enorme cuchilla con la fuerza de su mandíbula, y su poderoso cuello.
Chispas se formaron como resultado de la colisión de acero contra acero——creando una pequeña llama que desorientó a Garfiel.

『 Kurgan: … 』

Aunque su consciencia estaba por desvanecerse, alguna clase de fuerza de voluntad seguía dándole fuerza a su cuello.
¿Era el instinto de lucha, o el instinto de supervivencia de una bestia?

De repente, sangre comenzó a brotar. Grandes cantidades de sangre empezaron a salir de algún lugar en aquel espacio subterráneo.
Venía de la mano derecha de Kurgan, la última mano que atacó con una Cuchilla Demoníaca.
En ella, se encontraba la persistente herida de la ocasión anterior en que atacó a Garfiel, y era lo suficientemente profunda como para que el hueso fuera visible desde la mano hasta el codo. El ataque que acababa de realizar había hecho que la herida se abriera por completo.

El rostro de Kurgan no mostraba sorpresa alguna, ni tampoco cambió en respuesta al dolor.
Era esperable, se trataba de un cadáver, el dolor sólo existe como aviso de que la vida se encuentra en peligro, para asegurar que la llama de la vida no se apague más allá de lo irreparable——pero los muertos no necesitaban algo así.

Y por ello, Kurgan había ignorado los efectos de la herida en su brazo derecho.
Si de verdad hubiera deseado llevar a cabo el ataque más perfecto posible, ese último lo habría hecho con su brazo izquierdo.
En este instante se había decidido la victoria y la derrota——aún no era el momento para decir eso.
Pero,

『 Garfiel: —Ah. 』

Habiendo soportado el ataque de las ocho manos, Garfiel dejó salir un suspiro con su rostro ensangrentado.
El escudo que se encontraba en su boca hizo un ruido al caer al suelo. El frente de Kurgan estaba expuesto, pero los brazos de Garfiel estaban inutilizados, los músculos de sus piernas estaban desgarrados habiendo tenido que soportar los poderosos ataques. Aun así, todavía podía saltar una última vez.

Pero luego de saltar, ¿qué haría? No podía usar los brazos, así que sólo quedaba disponible una cosa—

『 Garfiel: Ah… ¡AAAAaAaAAAAaAaAaaAAAAAAA! 』

Garfiel gritó y, abriendo su ensangrentada boca, se lanzó hacia Kurgan.
Los dientes de Garfiel se hundieron en el cuello del inamovible Dios de la Batalla, atravesando con facilidad los poderosos músculos y cortando las secciones que eran vitales para la vida.
Manteniendo la mordida, Garfiel giró su cuerpo, sus dientes rasgando músculo y tendón, arrancando una gran sección del cuello con fuerza.

『 Garfiel: Hah, ahh. 』

Garfiel acabó colapsado en el suelo, completamente indefenso, escupiendo un pedazo de carne. Luego, levantó la cabeza mientras escupía, viendo cómo la figura de Kurgan despedía sangre de su cuello.

Los brazos de Garfiel no le servían, le faltaban varios dientes y su cuerpo estaba cubierto de sangre.
Habiendo sido herido mortalmente por un destrozado Garfiel, la heroica figura de Kurgan seguía de pie con la cabeza en alto. Éste era el espíritu de un héroe, capaz de conmover el corazón humano.

『 Kurgan: … 』

Finalmente, Kurgan bajó la mirada lentamente, en dirección a Garfiel.
Frente al guerrero que yacía en el suelo observándolo, el Dios de la Batalla cruzó cuatro de sus brazos sobre su pecho con gran calma.
Y entonces,

『 Kurgan: —Extraordinario. 』


Con una profunda voz, reconoció al vencedor.

『 Garfiel: Ah… 』

Y, sin darle siquiera oportunidad de responder, el cuerpo de Kurgan cayó ante los ojos totalmente abiertos de Garfiel.

La titánica figura, ante la cual era necesario doblar el cuello para verla completamente, colapsó como arena, su extraño rostro convertido en piedra y polvo. Semejante final inspiraba tristeza, un difunto, obligado a morir una vez más——éste fue el resultado.

『 Garfiel: …Honorable hasta el final. 』

Viendo al Dios de la Batalla volverse polvo al morir, Garfiel suspiró con tristeza.
No es que deseara que viviera en un estado tan antinatural, pero luego de un duelo a muerte, un sentimiento de vacío al final era lo normal.
Y ese, fue un dolor que Garfiel no tenía manera de expresar.

『 Garfiel: Ah, mierda… 'stoy muriendo. 』

Le estaba saliendo demasiada sangre.
Tendido en el suelo, Garfiel usó todo su cuerpo para canalizar la Protección Divina de los Espíritus de la Tierra, convirtiendo todo el maná que reuniera en magia curativa para reparar su cuerpo. Sus manos y su cara en particular.
Heridas previas que todavía no sanaban, seguidas inmediatamente de un tremendo número de ataques. Haber acabado en semejante estado no era sorprendente.

『 ???: ¡Gorgeous Tiger!

Garfiel, que estaba poniendo toda su concentración en la magia curativa, escuchó un grito.
Pisando los charcos de agua que quedaban en el suelo, los dos hermanitos se acercaron a Garfiel. Otras personas también se acercaron, pero Garfiel sólo le puso atención a esos dos.

Ambos parecían estar al borde del llanto——no, ya estaban llorando.
Era inevitable, cualquiera que lo viera diría que Garfiel se encontraba en un estado desastroso. Incluso para alguien que ya haya visto cosas así, verlo aún con vida era prácticamente inimaginable. Si fuera revisado por un médico, se quedaría pálido del terror, determinando con facilidad que era necesario tratamiento de emergencia.

Esto también servía como prueba del infierno que tuvo que superar.
Naturalmente, quería sentirse orgulloso de eso; pero—

『 Garfiel: Sobreviví… pero no puedo detenerme ahora. 』

Haber derrotado a Kurgan de los Ocho Brazos no significaba que ya pudiera descansar.
Ésta fue la batalla de Garfiel, pero él no era el único luchando. Puede que, justo cuando fue arrastrado a esa batalla, alguno de sus aliados se encontrara en peligro.

Sabiendo que necesitaba volver al Ayuntamiento, Garfiel enderezó su cuerpo.
Escuchando sus palabras y viendo sus movimientos, las expresiones de los hermanitos que estaban junto a él cambiaron. La hermanita parecía particularmente enfadada.

『 Hermana: ¿¡E-Eres tonto!? ¡Tienes que recostarte! Ahora mismo… Qu-que alguien llame un doctor y— 』

『 Garfiel: —Hay otras personas que necesitan doctores. Mi asombroso ser tiene otras cosas que hacer, enanita. 』

Garfiel asintió con la cabeza a la hermana pequeña cuyo rostro estaba totalmente rojo. Pero el rostro de Garfiel, cubierto de heridas abiertas, no era muy convincente. La hermanita no paraba de llorar de la angustia.
Durante ese tiempo, los rotos huesos de sus brazos ya se habían reconectado. Y aunque la carne todavía necesitaba más tiempo para recuperarse por completo, correr cierta distancia ya no lo haría desmayarse. Garfiel se levantó luego de llegar a esa conclusión.

『 Hermana: E-Espera un momento… ¿D-De verdad te vas a ir? 』

『 Garfiel: …La transmisión, ¿también la 'scuchaste? 』

『 Hermana: ¿Eh? …S-sí. 』

Garfiel, cuyas puntas de los dedos aún derramaban sangre, recibió una respuesta.
La voz de aquella transmisión le había dado valor a los hermanitos, dándole a Garfiel el último empujón que necesitaba. Y por ello, Garfiel tenía que devolverle el favor al dueño de esa voz.
Dijo que todo estaría bien, Subaru lo dijo y, Garfiel, tenía que hacer eso realidad.

『 Garfiel: Así que, mi asombroso se— 』

『 Hermana: ¡Oye! 』

Debido a la falta de sangre, el cuerpo de Garfiel cayó de rodillas. La hermanita rápidamente sostuvo el cuerpo de Garfiel, el cual parecía que colapsaría en cualquier momento, Garfiel chasqueó con la lengua en ese momento.
Ahora, frente a Garfiel, se encontraba su hermano menor.

『 Fred: Gorgeous Tiger. 』

『 Garfiel: …Hola, perdón, pero tú tampoco podrás detenerme. 』

『 Fred: N-No es eso. Gorgeous Tiger, tú ropa está brillando. 』

Escuchando las palabras de su hermano, Garfiel bajó la mirada y lo notó.
En la cintura de su desgastada ropa, algo estaba brillando ligeramente.
Allí se encontraba el Espejo de Conversación. Dado que no lograba comunicarse con nadie, Garfiel lo puso ahí asumiendo que no servía. Que estuviera brillando significaba que—

『 Garfiel: ¡Creía que 'staba roto! 』

『 Hermana: Y-Yo te lo paso. 』

Garfiel comenzó a respirar rápidamente. La hermana menor puso su mano en el bolsillo de su cintura y sacó el Espejo de Conversación antes de que pudiera decir algo. La superficie del espejo brillaba, lo cual supuestamente significaba que otro espejo estaba tratando de establecer contacto.

Lo cual significaba que se trataba del grupo del Ayuntamiento o el otro grupo.

『 Hermana: ¿Qu-qué hago ahora? 』

『 Garfiel: Ponlo frente a mí. —¿Diga? 』

La hermana pequeña acercó cuidadosamente el Espejo de Conversación frente a Garfiel. Garfiel observó la superficie del espejo y habló.
El Espejo de Conversación lentamente comenzó a mostrar una imagen.