jueves, 8 de noviembre de 2018

,

Elígeme


Traducción:
Jair

Corrección y edición:
Jagaro (Primer corrector)
Carlos (Segundo corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

—Cada vez que recordaba aquel instante, el terror la aquejaba; incluso hoy en día.

Cuando sus aferrados dedos fueron apartados, y su nombre fue pronunciado con afecto.
El amor en su despedida. La determinación y las lágrimas en sus gentiles ojos. Ambas cosas cargaban con más que el suficiente peso como para silenciarla.

¿Qué debió haber dicho? Aún no lo sabía.
¿En qué estaba pensando? Ya no lo recordaba.
¿Qué debió haber hecho? Seguía sin conocer la respuesta.

—Por lo que Beatrice permanecía aterrada e inmóvil en la Biblioteca Prohibida; incluso hoy en día. 

『 Beatrice: ...Ryuzu. 』

El sonido que salió de sus labios era un fragmento de un recuerdo tan antiguo, que la sola palabra ya sonaba nostálgica.
Las emociones regresaban de golpe cada vez que pronunciaba ese nombre, el tiempo congelado dentro de Beatrice —el vacío de cuatrocientos años— salía a la superficie inmediatamente.

Después de perder a Ryuzu Meyer, quien se convirtió en el impulso inicial para establecer el Santuario, y de que el Brujo Héctor fuera repelido, Beatrice se aisló dentro de la Biblioteca, esperando por la eventual llegada de Él.

Beatrice había perdido a alguien tan cercana a ella, que sin duda alguna podría haber sido llamada su única compañía. Cualquiera podía ver cuán desgastada estaba Beatrice, habiendo perdido a su única amiga debido a su propia incapacidad. Y todos sabían que sólo el tiempo podía sanar su herido corazón.
Así que la conclusión de su Madre fue simple.

『 Echidna: Sospecho que ese brujo volverá para destruirme algún día. Planeo establecer medios para oponernos a él antes de que eso ocurra… pero incluso eso podría ser ineficaz. 』

『 Beatrice: Entiendo, Madre. 』

『 Echidna: Si nos enfrentamos nuevamente, se convertirá en un combate intenso y definitivo. Considerando la fuerza del enemigo, mis probabilidades de sobrevivir son de aproximadamente un cincuenta por ciento… o tal vez un poco menos, dado que Roswaal no puede apoyarnos en batalla porque desafortunadamente perdió su puerta. 』

Echidna bajó la mirada, pero el comportamiento indiferente de Beatrice permanecía idéntico.
No es que se estuviera conteniendo, sino que, desde aquel día, sus emociones habían dejado de mostrarse en su rostro casi por completo. Nadie imaginó que esa pérdida —ese trauma emocional— tendría un efecto tan abrumador en ella.
O quizás congeló sus emociones precisamente porque su corazón conocía dicho efecto.

Echidna miró a Beatrice y su expresión inalterada, mientras pasaba sus dedos por su blanco cabello.

『 Echidna: Ya de por sí soy una de las brujas menos adecuadas para el combate. Cuando supe que no podría obtener apoyo de Roswaal, el genio de la magia, y que agoté todo recurso posible, entonces comencé a ver una esperanza de victoria. 』

『 Beatrice: ...¿Qué debería hacer Betty, parece? 』

Todos sabían que Roswaal había quedado agonizante en la batalla para establecer las funciones del Santuario. Su puerta había sido completamente diezmada, por lo que había dejado de ser apto para la magia.
En la mente de Beatrice surgió la imagen de su compañero tumbado en la cama, todavía moribundo en este preciso momento. Beatrice asaltó a Echidna con preguntas que sonaban algo desesperadas.

『 Beatrice: ¿Debería hacer lo mismo que Roswaal, y ganar tiempo hasta que tus algoritmos estén completos? ¿O sacrificarme, como el conglomerado de poderoso od que soy, y convertirme en el núcleo del algoritmo, supongo? No me arrepentiré ni por un segundo si es por tu bien, de hecho. ...Por favor, úsame como desees, supongo. 』

Beatrice sostuvo su vestido e hizo una reverencia, demostrando la máxima confianza hacia su madre.
En realidad, esa emoción era demasiado frágil y fugaz como para llamarse confianza. Pero Beatrice era incapaz de comprender su estado mental en ese momento; e incluso suponiendo que pudiera comprenderlo, ella probablemente habría hecho lo mismo.

Una poderosa sed de venganza, y la indignación por su propia impotencia — la única diferencia era si podía o no reconocer estos dos sentimientos suyos.

『 Echidna: —Ya veo. Ahora que me lo has dicho, incluso yo puedo pedir favores sin sentir culpa. De verdad eres una buena chica, Beatrice. 』

『 Beatrice: ...Sí. Betty es tu hija, de hecho. 』

Escuchar tales palabras de Echidna normalmente llenaría de alegría a Beatrice.
Quizás Echidna era consciente de ello, ya que era cuidadosa al elogiar a Beatrice, haciéndolo muy pocas veces. Pero ahora esas palabras mágicas cayeron en el vacío corazón de Beatrice como si fueran un peso muerto.
Quizás nada podría reavivar el fuego en su corazón.

Era en lo que Beatrice pensaba, por lo que no pudo reaccionar inmediatamente a las siguientes palabras de Echidna.

『 Echidna: Beatrice. Voy a encomendarte la supervisión de mi biblioteca de conocimiento. Hasta que llegue el momento, protegerás el conocimiento como la Guardiana de la Biblioteca. —Para que así nadie pueda robarlo. 』

『 Beatrice: ...¿Qué, 』

『 Echidna: Afortunadamente, tienes una afinidad incomparable con la magia Yin. Usarás el Cruce de puertas para conectar un lugar familiar con un espacio aislado. ...Sí, lo llamaremos la Biblioteca Prohibida. Ahí, quiero que guardes y protejas toda la extensión de mi conocimiento recopilado en libros. 』
(NdT: La magia Yin, o simplemente energía Yin, que realmente en Japón se conoce como energía In, también se le conoce como energía negativa o energía de las sombras, es importante saber esto para el futuro)

Los ojos de Beatrice quedaron completamente abiertos por la tremenda sorpresa mientras Echidna seguía hablando, sin darle tiempo para reaccionar. Beatrice esperaba que Echidna le ordenara acompañarla en esta batalla de vida o muerte. Siendo puesta en un rol completamente inesperado, Beatrice sólo podía mirar con desconcierto.
Incluso habiéndose dado cuenta de la confusión de su hija, Echidna continuó sin detenerse.

『 Echidna: Lo mejor será conectar la Biblioteca Prohibida con la mansión de Roswaal. Desmantelaré mi laboratorio, y me prepararé para la batalla final. Lo siento, pero no puedo desperdiciar gente para que cargue los libros. Me gustaría que le pidieras a Roswaal que prepare los libreros y las labores de seguridad. 』

『 Beatrice: E-espera... 』

『 Echidna: No durará para siempre. Tú y yo ya nos hemos liberado del yugo del envejecimiento. El paso de las estaciones no es especialmente significativo para nosotras. Pese a lo que acabo de decir, si consideramos que quizás yo pierda, sería irresponsable de mi parte no ponerle un tiempo límite, una conclusión. Lo que significa que... 』

『 Beatrice: ¡Por favor espera, supongo! 』

Después de un profundo respiro, ella gritó.
Beatrice no podía entender lo que su madre estaba diciendo.
O tal vez no era eso. Sus instintos le gritaban pidiéndole que no lo entendiera. Los pensamientos de Echidna eran vastos, siempre excedían con facilidad lo que una persona ordinaria podía siquiera comprender. Lo cual significaba que las palabras de Echidna ofrecían la solución más óptima, y nunca antes Beatrice había pensado en interrumpirla.

Pero ahora no era así. No era nada como eso.
Si Beatrice dejaba que Echidna terminara su discurso, sin duda lo lamentaría.
Si Echidna compartía su opinión por completo, lo que ella declararía sería la solución definitiva, indiscutiblemente. El mundo seguiría su curso confirmando la postura de Echidna, y Beatrice sería incapaz de desafiarla.
Para defenderse de ello, Beatrice debía interrumpir a Echidna antes de que pudiera terminar.

『 Beatrice: Madre… ¿qué estás diciendo, de hecho? N-no entiendo a qué te refieres con esta Biblioteca Prohibida, parece. ¡Betty se quedará contigo! 』

『 Echidna: Desafortunadamente, tenerte conmigo apenas influenciaría en la confrontación con el brujo. Obviamente, incrementaría mis posibilidades… pero sólo sería un aumento insignificante. Caería dentro del error estadístico. 』

『 Beatrice: P-pero si eso es mejor que si yo no estuviera, ¡entonces Betty te ayudará, de hecho! Sería— 』

『 Echidna: No lo hagas. El riesgo de que ambas seamos destruidas sobrepasa el pequeño y tal vez inexistente aumento de mis posibilidades de victoria. Tomando en cuenta que hay menos de un cincuenta por ciento de probabilidad de que sobreviva a esta batalla, tendré que hacer un gran esfuerzo para asegurarme de que mi conocimiento perdure de aquí en adelante. 』

Y «asegurarse de que su conocimiento perdurase de ahí en adelante» significaba cuidar de esta Biblioteca Prohibida que ella estaba tratando de encomendarle a Beatrice.
En este momento, Beatrice maldecía su Cruce de puertas y su capacidad de crear espacios aislados. Si ella no tuviera estos poderes, su madre jamás le habría ped—

『 Beatrice: No me… digas que… ¿mis poderes eran para esto? 』

『 Echidna: … 』

『 Beatrice: Sabías desde el principio que esto ocurriría… y, suponiendo eso, entonces no sólo ya habías planeado crear la Biblioteca Prohibida, sino que lo sucedido en el Santuario también fue... 』

『 Echidna: Tener maneras de anticipar las cosas no necesariamente significa que las vaya a usar. Sí que tenía los medios para predecir estos acontecimientos, y maneras de evitarlos. Pero te juro por mi modo de vida que no utilicé ese poder. Quiero que al menos creas en eso. 』

Echidna sacudió su cabeza en respuesta a la pregunta forzada de Beatrice.
Echidna, que había tomado un libro de la estantería, se acercó a Beatrice, quien se estaba mordiendo el labio, y se lo mostró.

『 Beatrice: ¿Ésta, es…? 』

『 Echidna: Una réplica imperfecta de mi Libro de la Sabiduría. Los algoritmos del Libro de la Sabiduría son muy avanzados y considerablemente complejos, por lo que no logré descifrarlos por completo… pero debería ser suficiente para servir como una guía sencilla para el futuro del dueño. 』

Beatrice aceptó el libro, pasando sus temblorosos dedos por la cubierta.
Levantó la cabeza para mirar a Echidna, quien miraba a Beatrice con la misma mirada distante de siempre. Como si estuviera mirando algo en la distancia.

『 Echidna: Hay dos libros. Uno es para ti y el otro ha sido entregado a Roswaal. Espero que Roswaal logre lidiar con lo que ocurra a continuación, siempre y cuando lea el libro. Ahora, sé que esto es un deseo egoísta, pero quiero concedértelo. 』

『 Beatrice: … 』

Beatrice miró al libro, sus ojos vacilaban mientras se daba cuenta de que ya era demasiado tarde.
Tengo que evitar que hable, no debo dejar que lo diga. Pero esos pensamientos eran insuficientes.

Echidna, su madre, ya había establecido todas las respuestas.
Beatrice podía llorar, patalear e implorar, pero nada cambiaría la postura de Echidna.
Porque esa es la clase de persona que era la Bruja de la Codicia Echidna, esa es la clase de bruja que era.

『 Echidna: Volvamos al tema de la conclusión. Puede que yo no vuelva, pero la biblioteca deberá ser abierta para alguien algún día. Cuando eso suceda, lo entenderás. Alguien apto para heredar mi conocimiento sin duda vendrá por ti. 』

『 Beatrice: Vendrá, por mí... 』

『 Echidna: Llamaremos a esta persona Él. La conclusión llegará cuando Él abra las puertas de la Biblioteca Prohibida, y declare que tu deber ha terminado. —Ésta es mi última voluntad. 』

Su última voluntad.
Esa última frase hizo que Beatrice se tragara su aliento, y mirara al rostro de Echidna mientras ésta la miraba a ella.

La siempre constante e inalterable expresión de su madre.
Pero Beatrice notó que, tan sólo por un pequeño instante, esa expresión venía acompañada de emociones que nunca antes había sentido en ella.

『 Echidna: Betty. —Cuídate mucho. 』

※ ※ ※ ※

Luego de separarse de Echidna, Beatrice obedeció el deseo de su madre y fue a la mansión de Roswaal para quedarse, usó su magia Yin para crear la Biblioteca Prohibida y reunir allí los libros con el conocimiento de su madre.
Ese era el mar de conocimiento que Echidna había pasado toda su vida amasando y catalogando. Cuando ella se encerraba en esta habitación llena de libros, sentía algo parecido a si su madre la estuviera abrazando. 

Dejando de lado si Beatrice lo veía o no de esa manera, ella obedeció las instrucciones de Echidna.
Si no llevaba a cabo sus deberes por completo, ella no podría soportar la aflicción que atormentaba su corazón. Ella pasó sus días en la Biblioteca, separada del tiempo, con el dolor de la pérdida que siempre invadía su mente y corazón.

『 ???: Replicar las almas… sobrescribirlas en los recipientes... 』

Beatrice no podía determinar con certeza cuándo fue que comenzó a sentirse vacía.
Pero, cuando pasó el suficiente tiempo como para que ya no pudiera recordar cuándo fue la última vez que tuvo una verdadera conversación, un Roswaal adulto comenzó a aventurarse al interior de la Biblioteca Prohibida.

『 Roswaal: Ho~y también me entremeteré un poco. 』

Aquel joven hombre, delgado y desarreglado, entró en la habitación cojeando.
Usaba un bastón y caminaba con pasos inconsistentes — la batalla con el brujo había destruido su cuerpo, y su puerta había perdido la mayoría de sus funciones. Incluso en este momento, realizar actividades cotidianas era un trabajo arduo para Roswaal.
Aun así, después de haber recuperado una porción de fuerza, él forzaba su actualmente impráctico cuerpo y sacaba a relucir su débil estado físico mientras se encontraba frente a los libreros.

Estaba esquelético. Su apariencia, conocida por su belleza, ya no irradiaba brillo alguno. Sólo sus hundidos ojos amarillos ardían con una temible ferocidad.

『 Beatrice: —Haz lo que te plazca, de hecho. 』

Pero Beatrice no quería dejar entrar a nadie en la Biblioteca Prohibida.
Hasta que viniera ese Él que Echidna mencionó, este lugar debía ser el Santuario de Beatrice, nunca atestiguado por los ojos de nadie más.
Pero Roswaal era una excepción. Al igual que Beatrice, él también se había dedicado únicamente a seguir los deseos de Echidna; era un compañero con el que había pasado más que sólo una fracción de tiempo.

Los deseos de Roswaal por sí mismos permitían que el corazón de Beatrice quisiera abrir la Biblioteca.
El destino de Roswaal L. Mathers y su linaje tal vez fue determinado por el débil sentido de compañerismo de Beatrice.
(NdT: Por lo visto, en la LN, este Roswaal es llamado: Roswaal A. Mathers)

Roswaal se adentró en la Biblioteca, se sumergió en el mar de conocimiento de Echidna, y pasó el resto de su vida en busca de algo.
Beatrice nunca supo si sus esfuerzos alguna vez rindieron frutos.

Pero el Roswaal L. Mathers que había estudiado junto a Beatrice bajo la tutela de Echidna, diez años después de que Echidna y Beatrice se separaran —casi alcanzando los treinta años de edad— perdió la vida, y su descendiente heredó la mansión.

『 Roswaal: Vaya va~ya, es un placer conocerla, Beatrice-sama. Mi predecesor me habló sobre usted. 』

『 Beatrice: ¿...Roswaal murió, supongo? 』

『 Roswaal: El anterior Roswaal ha fallecido. Pero no se preocupe. Yo, el actual Roswaal L. Mathers, he heredado las deudas respecto a su deber y su madre. 』
(NdT: En la LN, este Roswaal es llamado: Roswaal B. Mathers)

El segundo Roswaal le sonrió a Beatrice.

—Sus ojos eran heterocromáticos, uno era amarillo, y el otro azul.

※ ※ ※ ※

Nada especialmente memorable ocurrió después de eso.

La descendencia Mathers siguió presentándose como Roswaal con el paso de las generaciones.
Aunque era consciente de que hacían esto como forma de respeto por la difunta madre de Beatrice, Echidna, Beatrice no dio acceso ilimitado a la Biblioteca Prohibida a los Roswaal.
Naturalmente. El único Roswaal que Beatrice trataría de manera especial era el primero. Todos los demás Roswaal eran impostores.
Sí que interactuaba con ellos a veces, dado que eran ellos quienes permitían el uso de la mansión, la cual era necesaria para preservar la Biblioteca Prohibida, pero nada más.

A partir de entonces, Beatrice sólo le abriría la Biblioteca a Él.
Ese tan esperado Él, y la guía que su madre le entregó a ella, obligaron a Beatrice a permanecer en soledad por un largo, largo tiempo.

『 ???: Su poder es magnífico. Por favor, concédamelo convirtiéndose en mi espíritu. 』

—Cállate y lárgate de aquí.

『 ???: Ha estado aislada aquí por tanto tiempo. Es un destino terrible. No importa quién se lo haya ordenado, es algo imperdonable. 』

—¿Y tú qué vas a saber? No tienes idea del importantísimo deber que me dejó mi madre.

『 ???: ¿No cree que el conocimiento debería ser libre? ¿Se imagina cuántas vidas podrían salvarse si este conocimiento almacenado fuera distribuido? Usted misma ya debió haberse dado cuenta de ello. 』

— No tiene nada que ver con “cuantas”. Sólo deseo salvar a un puñado de personas. Y ahora ya no queda nadie a quien pueda salvar, excepto a uno.

Cuatrocientos años.
Beatrice no los buscaba, y tampoco les permitía entrar, pero aun así muchas personas visitaron la Biblioteca Prohibida.
Cada una de esas personas le recitó un discurso cualquiera a Beatrice, la guardiana de la Biblioteca, antes de inevitablemente exigir que la Biblioteca fuera abierta.

Sus propuestas, sus ideas, y sus exigencias de vez en cuando sacudían un poco el corazón de Beatrice.
Ella se preguntó incontables veces luego de que alguien entrara por esas puertas, y viera la luz del día entrar desde el exterior, si tal vez finalmente esa sería la llegada de Él.

Pero, sin importar cuántas esperanzas tuviera Beatrice, ni uno sólo de ellos sabía nada sobre Él, y la guía profética de Beatrice tampoco decía que alguno de ellos fuera Él.
Así que Beatrice alejó todas las palabras, todas las manos y todo aquello que se le ofreció, rechazándolo, y así pasó el tiempo, sólo quedándose con las palabras de su madre hasta el día de hoy.

Con el paso de los años, la resignación y la decepción terminaron por vencer al corazón de Beatrice.

Deseaba poder haber hablado más con el primer Roswaal.
Desde que perdió a la única persona que podía compartir sus recuerdos sobre Echidna, Beatrice tuvo que enfrentarse sola al abrumador concepto del tiempo.
No tenía a nadie en quien apoyarse. Su única opción era ser terca, y recluirse dentro de una barrera de soledad inexpugnable.

Y como resultado, a lo largo de esos cuatrocientos años, su prisión tomó forma.
Pero ni siquiera Beatrice sabía si se trataba de una prisión cerrada por fuera, o por dentro.

『 Puck: Hola, Betty. Ha pasado muchísimo tiempo. Soy yo, Puck. 』

Esta reunión tan inconcebible fue quizás el único evento que derritió, aunque sólo fuera por un momento, el congelado corazón de Beatrice.

『 Beatrice: ¿N-Nii-cha? ¿Cómo es que, estás aquí...? 』

『 Puck: El Roswaal de esta mansión fue y engañó a mi querida hija. Así que me encuentro aquí con ella. No esperaba que estuvieras aquí. Me alegra que nos hayamos podido volver a ver. 』

Este gatito espíritu, que se estaba limpiando su cara con sus patitas, se llamaba Puck.
Al igual que Beatrice, era un espíritu artificial hecho personalmente por Echidna. Él era la única entidad con quien compartía la misma manera de nacer y circunstancias de Beatrice; podía decirse que eran de la misma raza.

Hace cuatrocientos años, Beatrice y Puck pasaron juntos poco tiempo, pero se sintió como si hubiera sido mucho más tiempo.
Puck fue creado antes que Beatrice, y separado del grupo de Beatrice antes de que la batalla con el brujo hubiera comenzado, vagando por el mundo siguiendo su propósito.
Beatrice nunca pensó que fueran a encontrarse otra vez y, prácticamente, lo había dado por muerto. Ella emocionadamente sintió que esa reunión después de tantos años hizo que su corazón se alegrara.
Pero, su felicidad sólo duró un instante—

『 Puck: Luego de que nos separamos, pasé unos trescientos años vagando por el mundo hasta que finalmente encontré a Lia. No estoy seguro de la razón por la que estás esperando aquí, pero sé que tus deseos se harán realidad. 』

『 Beatrice: Sí, así será, supongo. Pero me das envidia. El rol que Madre le dio a Betty fue el de... 』

『 Puck: ¿Madre? Ah sí, ¿quién era ella? 』

『 Beatrice: … 』

Beatrice todavía recordaba la expresión de Puck, no bromeaba en absoluto, ladeando su cabeza con curiosidad.
Cuando Puck se fue, él y Echidna habían formado varios contratos. Beatrice no conocía detalladamente sus términos, pero que Puck olvidara a Echidna obviamente era parte de ello.

『 Beatrice: ...No, olvídalo, de hecho. Me alegra volver a verte, supongo. 』

『 Puck: Mhm, yo también me alegro, Betty. 』

Puck, habiendo cumplido su propósito y significado en la vida, se veía deslumbrante para Beatrice. Pero ella sabía que el tema del que quería hablar sólo serviría para obstaculizar el camino de su hermano.
Así que se lo reservó, sonriendo con tristeza mientras deseaba lo mejor para el futuro de su hermano.

La inesperada reunión le dio a Beatrice una felicidad breve, pero fue mucho mayor la agonía que sintió en su corazón debido al doloroso recordatorio sobre esos cuatrocientos años vacíos.

Al compararse con Puck, Beatrice quedaba abrumada por la extrema disparidad en el desempeño de sus roles.
Por lo que pensó:

『 Beatrice: ...Ya ni siquiera puedo sonreír como tú, Nii-cha. 』

Beatrice decidió involucrarse tan poco como fuera posible con la amada hija semielfa de Puck.
Ya que, de lo contrario, Beatrice acabaría dejando salir todo su resentimiento acumulado sobre la chica. Le haría tanto mal a la inocente y amada hija de su hermano que la situación sería irreparable.

Se había vuelto muy buena en reprimir todo sentimiento de su corazón, y en matar todas sus emociones.
Se había pasado cuatrocientos años haciendo eso constantemente desde el amanecer, hasta el anochecer, y así, repitiéndolo al día siguiente.
Era su especialidad. Una actividad muy familiar. La resignación más evidente. Era esa clase de cosa.
Era esa clase de vida — hasta que fue abruptamente interrumpida por un intruso.

『 Subaru: Ha-hazlo sin dolor, por favor. 』

『 Beatrice: Es increíble que tu frivolidad sea tan persistente, de hecho. 』

De verdad que había pasado una eternidad desde que alguien había entrado en la Biblioteca Prohibida sin permiso. Mientras miraba al chico, tirado en el suelo debido al drenado de maná, Beatrice suspiró y se acomodó su cabello.

Usar sus poderes de interconexión de espacios para enviar al chico a un laberinto había sido simplemente un acto de venganza.
Venganza por haber tenido que ayudar en la recuperación del muchacho cuando llegó herido el día anterior. Venganza por haber tenido que aceptar la petición de la semielfa que él había rescatado.
Eso la puso de mal humor, y planeó aliviarse un poco fastidiando al chico.

Entonces fue cuando él venció al Cruce de puertas en el primer intento.
El chico no se dio cuenta de lo secretamente alterada que Beatrice se sintió.

『 Beatrice: No es alguien con quien quiero tener algo que ver, supongo. 』

Dijo Beatrice luego de echarlo de la Biblioteca.
Ni siquiera ella podía determinar cómo fue que encontró la Biblioteca en un solo intento. Quizás tenía afinidad con la magia Yin, y resultó estar sincronizado con la magia de Beatrice ese día.
Pero incluso si tenía afinidad con la magia Yin, no tenía afinidad alguna como mago.

Sólo se quedará aquí por unos días. Con eso en mente, Beatrice logró ignorar aquella incómoda sensación en su pecho.

『 Puck: Betty. ¿Fuiste mala con él? Vamos, no seas así. Él ayudó a Lia, así que será mejor que te disculpes en serio con él. 』

Puck se presentó en la Biblioteca la mañana siguiente para regañar a Beatrice por sus actos, y ahora ella tenía que lidiar con el chico con quien justo antes había decidido no tener nada que ver.

『 Subaru: Apareció de la nada. ¿Qué rayos está diciendo esta loli? 』

『 Beatrice: ¿Qué es esa palabra, supongo? Nunca la había escuchado, y aun así me repugna, de hecho. 』

『 Subaru: Significa “demasiado joven como para seguir su ruta”. Además, las chicas demasiado jóvenes no son mi tipo. 』

『 Beatrice: ...Tú prolongada descortesía hacia Betty se ha convertido en algo lamentable. 』

Recoges lo que siembras.
Ella no tenía la intención de disculparse de todos modos, pero esa conversación eliminó por completo la necesidad de hacerlo.

Durante el desayuno, Beatrice estuvo en silencio, vio la expresión de resignación de Puck, y suspiró de alivio. Parece que la había perdonado.
Pero a cambio, resultó que el muchacho residiría en la mansión durante mucho tiempo.

El deseo de Beatrice de maldecir semejante situación se intensificó, así que decidió terminar su desayuno rápidamente y volver a la Biblioteca. La mansión ya de por sí tenía una historia y circunstancias complejas, además de que ahora se encontraba en un estado de emergencia.
Este chico sin agallas se rendiría al poco tiempo.
Lo único que Beatrice tenía que hacer era soportarlo hasta que ocurriera.

『 Subaru: Ey, Beatrice. Terminé mis deberes así que vine a pasar el rato. 』

Ignorando completamente los pensamientos de Beatrice, el chico llegó pavoneándose por la Biblioteca luciendo como todo un simplón, molestando a Beatrice sin que ella se lo hubiera buscado, y siguió haciéndolo siempre que le sobraba el tiempo.

Beatrice no podía simplemente quedarse ahí, aturdida por sus descaros.
Ha habido otros calificados para entrar en la Biblioteca sin el permiso de Beatrice. Pero todos ellos buscaban el conocimiento de la Biblioteca, o el poder del poderoso espíritu que era Beatrice.
En el segundo en que abrían la boca, era para pedir que el conocimiento fuera liberado. O pedían hacer un contrato con Beatrice. Siempre.

『 Subaru: Beatrice. —¿Te importa si tomo esos taladros que tienes por coletas y los estiro como muelles para ver cuánto se estiran? 』

『 Beatrice: ¿Es que acaso deseas morir, parece? 』

Justo cuando parecía que iba a decir algo serio, eran las mismas tonterías de siempre.
Parecía un poco alterado y nervioso en sus primeros días luego de despertar y obtener su empleo en la mansión; pero, después de eso, su actitud demasiado amigable afloró.

...O eso creía Beatrice, hasta que:

『 Subaru: Estoy estancado y sin escapatoria. Te voy a ser honesto, necesito tu ayuda. 』

—Él se había dado cuenta de las primeras señales del incidente de las mabestias en el bosque que rodeaba la mansión.

Con su cuerpo completamente bañado en la maldición de una mabestia, y discutiendo con Beatrice sobre cómo deshacer la maldición y su posible origen, ella sintió que había algo diferente en él comparado con antes.
Y al mismo tiempo se dio cuenta:

Pudo percibir poder Yin en él, el cual crecía de una manera muy retorcida.

El incidente con las mabestias terminó sin que Beatrice se involucrara, aparentemente él resolvió sus diferencias con las hermanas sirvientas, y se le dio la bienvenida como un verdadero miembro de la mansión.
Por lo que comenzó a regocijarse por todo el lugar, fastidiándola con una actitud todavía más amistosa que la de antes, y esto dio lugar, entre otras anécdotas, a aquella vez donde presentó su misteriosa salsa llamada mayonesa; todo mientras Beatrice empezaba a meditar sobre una fantasía imposible.

—Un chico que mostró poco interés en el conocimiento, o en el poder de Beatrice.

¿Podría ser él a quien Beatrice había estado esperando?
La sospecha era infundada, pero continua, y eso la cansaba. Pero, cuando intentaba considerarla una teoría razonable, se veía frustrada al ver que su libro de profecías estaba en blanco.

Dado que el libro profético no decía nada, este chico no podía ser el tan esperado Él de Beatrice.

De todos modos, él tenía demasiadas carencias como para ser quien Beatrice estaba esperando.
La primera era que sus ojos eran muy desagradables. Lo mismo ocurría con su actitud. No tenía refinamiento cultural alguno, y tenía piernas cortas. Beatrice no era lo más importante para él, y no era gentil con ella.
De hecho, ni siquiera podía ver alguna buena cualidad en él. Se le quemaba la cabeza pensando qué era lo que la chica semielfa y la sirvienta de cabello azul encontraban tan agradable en él.

No había nada bueno acerca de él, así que, ¿por qué no era igualmente detestado y solitario?
Si lo fuera, entonces, cuando apareció en la Biblioteca, ella no habría dudado en cambiar ligeramente cómo interactuaba con él.

En eso pensaba a veces, y aun así.

『 Roswaal: Beatrice. Estoy pensando en invitar a Emilia-sama y Subaru-kun al Santuario. 』

Dijo Roswaal a Beatrice luego de volver de la Capital.

Un sinnúmero de preguntas comenzó a zumbar en la mente de Beatrice, con sus ojos totalmente abiertos de la sorpresa. Pero Roswaal calló todos los interrogantes de Beatrice con una sola acción.
Golpeó la portada del libro profético que había en sus manos.

『 Roswaal: ...¿Lo entiendes, Beatrice? 』

『 Beatrice: En-entiendo, de hecho. ...Haz lo que desees, supongo. 』

Beatrice no podía decir nada más.
Luego de que Roswaal se volteara y ella se diera cuenta de que él estaba partiendo hacia el Santuario con antelación, Beatrice decidió que se encerraría en la Biblioteca Prohibida y que no vería a nadie.

Las escrituras del evangelio de Roswaal estaban demandando contacto con el Santuario.
Beatrice había comenzado a tener esperanzas respecto a su propio evangelio luego de escuchar eso. Pero su libro de profecías contenía interminables páginas completamente en blanco como siempre, dejando a su corazón desolado.

Beatrice conocía el resultado del sacrificio de Ryuzu Meyer.
También sabía que ese lugar llevaba cuatro siglos sin liberarse. Y que las diversas razas de semihumanos en ese lugar esperaban la liberación. 
Y también, que esa era una barrera que la chica semielfa tenía que superar si deseaba aspirar al trono.

— Pero, ¿qué ocurriría con el sacrificio de Ryuzu Meyer si aquel lugar era liberado?

¿Qué ocurriría con los sentimientos de impotencia de Beatrice por no haber sido capaz de salvar a Ryuzu Meyer?
¿Qué ocurriría con su abrumadora sensación de pérdida que detonó su separación con Echidna?

Sus emociones no tenían a dónde ir. Sintiendo que lo que estaba supuestamente congelado volvía a latir, Beatrice supo que el final de su destino se estaba acercando.

Beatrice no conocía los detalles de lo que ocurrió fuera de la mansión.
El chico volvió de la Capital con una pertenencia de alguien querido en las memorias de Beatrice.
Viendo aquello, y sintiendo que el mundo la había dejado atrás una vez más, Beatrice vio al grupo del chico irse, partiendo hacia el Santuario.
Y, sabiendo con certeza que lo que traerían consigo del Santuario sería la respuesta a todas esas preguntas, se rindió.

※ ※ ※ ※

『 Beatrice: ¡Por lo que Betty ha decidido, de hecho...! 』

Antes de que pudieran volver con su respuesta, Beatrice sintió una mortal violencia sacudiendo a toda la mansión.
Cuando se dio cuenta de qué lo estaba causando, Beatrice entendió que incluso su destino la había abandonado.

『 Beatrice: No romperé mi promesa con Madre... ¡Pero no tiene sentido pasar más tiempo en este vacío, parece! 』

Él nunca vendría. Pero ella nunca podría dejar de esperar.
Lo que significaba que alguien tenía que venir y quitarle la opción de esperar.

Y si esto significaba perder su vida, entonces ella moriría sin dudarlo.
Si había alguien, cualquiera, a quien sintiera que pudiera confiarle este deber, aunque fuera sólo un poco, entonces podría creer que su último deseo se cumpliría.

Así que cuando el chico —Natsuki Subaru— cruzó las puertas de la Biblioteca Prohibida esta noche, el corazón de Beatrice se conmovió con mucha más emoción de la que podía expresar.

Sintió como si el destino, que nunca antes había intentado siquiera traer consuelo a su mente, finalmente la había recompensado.

Si sus manos le arrebataban la vida y la hicieran desafiar la promesa, entonces incluso eso sería—

『 Subaru: Te voy a sacar de aquí, Beatrice. —Te llevaré de la mano bajo la luz del sol y jugaremos sobre la tierra hasta que tu vestido quede negro. 』

—¿Qué acaba de decir?

『 Beatrice: Una intromisión no deseada, parece. Nadie te pidió que lo hicieras, de hecho. 』

Ella no lo entendía. ¿Qué rayos estaba diciendo?
Él nunca, ni una sola vez, se había comportado ni un poco como Él antes. Él nunca le había arrebatado su evangelio y dicho: “Lamento la espera.”

『 Subaru: Deja de desperdiciarte por un libro en blanco y una promesa de hace cuatrocientos años. —Elige tú lo que quieres hacer, Beatrice. 』

『 Beatrice: … 』

—¿Entonces por qué él, luego de todo este tiempo, estaba quebrantado el corazón de Beatrice cuando ella fortaleció su determinación?

Enfrentaré mi final, era el único pensamiento en su cabeza.
Vio el regreso del chico, y con toda esperanza pensó: Mi final será por sus manos.

Pero él estaba tratando de mostrarle un futuro que se alejaba de sus esperanzas.

Esto no era lo que ella deseaba.
La parte de su corazón que alguna vez tuvo esa esperanza, a lo largo de cuatrocientos años, ya se había marchitado por completo.

『 Beatrice: S-si, tú… fueras Él... 』

—Y sin embargo no lo era, pero mientras escuchaba el indignante discurso del chico, algo cambió en el corazón de Beatrice.
Sus emociones durmientes se sacudieron como flores abriéndose luego del invierno.

Una vez dicho, ya no podría retractarse.
Estaba disipando su obsesión de cuatrocientos años con las palabras de su madre, aferrándose a algo completamente nuevo.
Y entendiendo eso, sus palabras decisivas fueron —

『 Beatrice: ¿Serás… ese Él que Betty ha estado esperando? 』

『 Subaru: ¿Eres estúpida? — Por supuesto que no soy ese misterioso Él del que hablas. 』

Cuando lo dijo con esa expresión casi burlona, las recién florecidas esperanzas de Beatrice fueron traicionadas.

Ella no recordaba realmente lo que ocurrió después, ya que se dejó llevar por la ira y lo echó de la habitación.
Pero sí sabía que ella había dicho algo de lo que no podría retractarse, y antes de que pudiera convertirse en algo irrecuperable, fue extinguido.

『 Beatrice: … 』

Y siendo así, Beatrice se sentía como un mal chiste.
Esto significaba que no había hecho más que traicionar las instrucciones de su madre. Y su traición no había traído resultado alguno, rebajando el juramento de Beatrice a algo asquerosamente barato.

『 Beatrice: Estoy exhausta, supongo... 』

Así que lo único que tenía que hacer era dejar que todo procediera como tenía originalmente pensado.
En primer lugar, había sido un error considerar tomar su mano. Él no era el dueño de un corazón tan valiente como para que pudieran ensuciarse las manos el uno por el otro.
Él era alguien como Beatrice, preocupándose constantemente por cosas triviales, indeciso e inseguro, poniendo excusas sobre excusas, el dueño de un corazón débil.

Por lo tanto, la Muerte que le daría un final a Beatrice tendría una forma diferente—

『 Subaru: ¡Al fin de vuelta! Oye, idiota. Deja de lanzar gente a mitad de una conversación. Sólo escúchame hasta el final— 』

『 Beatrice: ¡—! 』

Interrumpiendo los pensamientos de Beatrice, el chico volvió a entrar a la Biblioteca Prohibida.
En el instante en el que vio al chico a punto de decir algo más, las emociones de Beatrice comenzaron a hervir y lo lanzó fuera con una onda mágica. 

『 Subaru: ¿¡Plot!? 』

Beatrice lo vio intentar resistirse inútilmente y salir volando fuera de la Biblioteca hasta que las puertas se cerraron con fuerza.

Su conversación ya se había desintegrado, despedazada con su último comentario, y aun así… ¿Qué tan desvergonzado era?
Beatrice no podía comprender cómo podía dar semejantes declaraciones, y luego volver tan descaradamente.
Puso su mano en su pecho para lidiar con su irritación, suspiró y—

『 Subaru: ¡Ya fue suficiente! ¿¡Acaso estás haciendo un berrinche!? Si lo primero que haces es recurrir a la violencia la conversación no irá a ningún— 』

『 Beatrice: ¡Ya me harté de ti, de hecho! 』

『 Subaru: ¡Uahh! 』


La onda mágica de alto nivel impactó en su cabeza, y descendió para azotar su torso.
Cuando Beatrice confirmó que el chico golpeó el muro que había al otro lado de la puerta por la que salió dando tumbos y gritando, la Biblioteca nuevamente cortó su conexión con el pasillo.

Ella no podía creer que él fuera tan persistente.
Beatrice se preguntaba si Subaru ignoraba el concepto de “darse por vencido”, o si no se dio cuenta de cuán profundamente hirió el corazón de Beatrice con esas palabras dichas sin pensar. En cualquier caso, el chico seguía rechazando la despedida del Cruce de puertas.

『 Beatrice: ...No es broma alguna, supongo. 』

Con ese irritado murmullo, Beatrice arrastró el taburete que se encontraba al fondo de la habitación, y tomó su posición de siempre frente a la puerta. Abrazó su libro de profecías mientras observaba la puerta.

—El chico cruzaría esa puerta nuevamente.

Con su lógica egoísta y su discurso desconsiderado, él vendría.
Una y otra vez, ella lo rechazaría y lo alejaría.

Porque él no era Él.
Porque él mismo se quitó el derecho de sacar a Beatrice de ahí.

Así que Beatrice nunca, jamás se iría de ahí.

Ella simplemente tenía que conocer su final en ese lugar, junto a su promesa sin cumplir.
Porque ahora, eso era lo único que le daría a Beatrice algo de consuelo.

※ ※ ※ ※

Lanzado fuera de la habitación, Subaru se estrelló de cabeza contra un muro, lo cual le hizo perder el aliento.

Ésta era la sexta vez que era lanzado fuera de la Biblioteca luego de su primer fracaso en persuadir a Beatrice. Sintió que estos repetidos lanzamientos en un período tan corto de tiempo lo habían hecho mejor en mantener la estabilidad de su cuerpo cuando se enfrentaba a ataques invisibles.
Pero las ondas mágicas de Beatrice empezaban a sentirse como si tuvieran la máxima intensidad posible antes de poder dañar severamente a Subaru, lo cual significaba que no podía distraerse.

『 Subaru: ¡Este no es el momento de refinar tu estúpida magia, joder! No me está escuchando... 』 

Limpiándose el sudor con sus mangas, Subaru les exigió a sus rodillas ponerlo de pie.
Había estado corriendo constantemente desde el día anterior, había derramado sangre y le habían sanado huesos rotos, por lo que estaba físicamente exhausto. La fatiga total hacía que su visión fuera borrosa, y lo único que lo hacía seguir era su fuerza de voluntad.

『 Subaru: El fuego ya está comenzando a extenderse mucho... 』

Subaru se agachó, giró la cabeza de un lado a otro y chasqueó la lengua, debido a que la fatiga no era lo único que empobrecía su visión.
El fuego que aniquiló a la enorme mabestia estaba engullendo por completo a la mansión sin detenerse.
La planta baja del ala principal ya era casi por completo un mar de llamas, y ya podía ver nubecillas de humo viniendo del ala este y oeste.

Este fuego que se extendía continuamente hizo que la mayoría de las mabestias salieran de la mansión, así que no había monstruos que pudieran bloquear el camino de Subaru mientras esprintaba. Pero el interior del edificio se estaba calentando como un horno y su sudor se evaporaba con rapidez, su piel quemada podría carbonizarse en cualquier momento. El edificio comenzaría a colapsar dentro de poco, y el destino de Subaru se reduciría a nada por las llamas.

Antes de que eso ocurriera, él debía cumplir su meta y escapar de ahí con Beatrice.
Pero el corazón de Beatrice permanecía obstinadamente cerrado.

『 Subaru: El fuego en la mansión me ayuda reduciendo la cantidad de puertas, pero... 』

Ese era el único beneficio concebible de este incendio.
El Cruce de puertas sólo operaba en las puertas funcionales de la mansión. Así que las puertas abiertas o incineradas no servían.
Cuanto más se extienda el fuego, menos puertas podrían llevar a la Biblioteca.

『 Subaru: Aunque el fuego me va a cocinar antes de que el número de puertas se reduzca. 』

Y tampoco quería pensar en lo que podría ocurrir si se quemaban todas las puertas de la mansión. Subaru no sabía exactamente cómo es que el Cruce de puertas de Beatrice conectaba espacios entre sí.
Existía la posibilidad de que la incineración de la mansión secuestraría a la Biblioteca Prohibida de Beatrice, convirtiéndola en un hiperespacio permanentemente aislado. 
Aparte de la mansión, a Subaru sólo se le ocurría un lugar al que el Cruce de puertas pudiese conectarse: el laboratorio que contenía el cristal con la durmiente Ryuzu Meyer. Pero—

『 Subaru: ¿Conectaría ella la Biblioteca con ese lugar en su actual estado mental...? 』

El Cruce de puertas de Beatrice había enviado a Subaru al Santuario una vez.
Subaru había especulado sobre por qué ocurrió este evento tan irregular.

Beatrice había tenido un arrebato emocional y expulsó a Subaru a la fuerza de la Biblioteca Prohibida. La idea de Subaru era que las intenciones de Beatrice se habían salido de lugar mientras se centraba fuertemente en una “despedida” — y su Cruce de puertas envió a Subaru al laboratorio en consecuencia.
Para Beatrice, ese lugar era el símbolo de una triste y dolorosa despedida. Así que tal vez fue por eso que Subaru había sido enviado al Santuario esa vez.

Lo cual hacía inconcebible que el Cruce de puertas de Beatrice se conectara al laboratorio ahora.
Beatrice no se estaba centrando en una “despedida”, se estaba centrando en un “final”.
Si ella perdía su conexión con el mundo —con la mansión—, Beatrice encontraría su final.

Subaru sentía que la decisión final de Beatrice sería esa.

『 Subaru: ¡Nunca permitiré que ese sea tu final! 』

Dando un profundo respiro, Subaru comenzó a correr mientras se mantenía cerca del suelo.
Dejaba la puerta actual abierta mientras buscaba la siguiente, sacudiendo el humo mientras se adentraba más en la mansión.

Podía escuchar cómo crujía constantemente la estructura del edificio debido al incendio.
Su piel se quemaba y el aire hirviendo amenazaba con cauterizar sus ojos. Se resistía a ambas cosas con un gesto en su rostro.

El humo que lograba entrar por su nariz dificultaba aún más su respiración, y entonces descubrió una puerta sin abrir y se lanzó hasta la manilla.
La manilla ardiente ya emitía calor, y quemó la mano de Subaru. Sus palmas ya lucían atroces con tantas quemaduras profundas. Ya se había acostumbrado a apretar los dientes por la agonía.
Con un dolor punzante perforándole las sienes, abrió la puerta de una patada.

『 Subaru: … 』

Y cayó dentro de la habitación que tenía un enfermizo aroma a libros viejos.
Habiendo caído de espaldas, abrió mucho su boca, dio un profundo respiro y observó el oscuro techo sobre él.

Una atmósfera familiar, y una desesperante picazón en su piel —definitivamente era la Biblioteca Prohibida.

『 Beatrice: Tú otra vez, ¡sencillamente incorregible...! 』

『 Subaru: ¡Hauhh! ¡Por, supuesto que he vuelto! Vendré cuantas veces haga falta para llevarte a la fuerza. ¡Si no te gusta, entonces déjame sacarte de aquí ahora mismo! ¡Sólo entonces terminaremos con esto! 』

『 Beatrice: ¡Estoy harta de tu palabrería inútil, supongo! ¡Soy consciente de que la mansión está en llamas, de hecho! ¡Si no te diriges al exterior inmediatamente, simplemente arderás hasta morir, parece! 』

Subaru se levantó, con su respiración entrecortada mientras miraba a Beatrice.
Ella permanecía sentada en el taburete, y sus redondos ojos miraban a Subaru de la manera más afilada posible mientras liberaba su ira sobre él.

Por un instante, una ligera emoción se dejó ver en aquellos ojos, y los labios de Beatrice temblaron.

『 Beatrice: ¿O… será que deseas arder junto a la mansión y Betty? 』

『 Subaru: ¿¡Es que acaso eres estúpida!? Después de todo lo que dije, ¿¡aún no lo entiendes!? ¡No pienso morir aquí contigo! ¡Vine para sacarte de aquí con vida! 』

『 Beatrice: ¡—! ¡Mandón y egoísta como siempre, parece! ¡Largo de aquí! 』

Subaru se levantó, saltando directamente hacia uno de los libreros para resistirse a la primera onda mágica.
Sintió la poderosa ola de viento golpeándolo, y luego una segunda onda que lo drenó completamente de energía. Levantó la mirada y se encontró con que Beatrice tenía su mano izquierda levantada hacia el techo, su rostro estaba lleno de tristeza mientras se forzaba a sonreír.

『 Beatrice: Te despojé de tu maná, de hecho. Seguro que recuerdas esta sensación, supongo. 』

『 Subaru: Mal, dita... 』

『 Beatrice: Si tu agarre al librero se debilita, ese será el final, de hecho. ¡Deja ya de involucrarte conmigo, supongo! 』

El momento en que sus rodillas comenzaron a agotarse, la tercera onda mágica lo impactó directamente en la cabeza. Un muro de fuerza invisible chocó contra él. Incapaz de sostenerse, Subaru fue empujado nuevamente hacia la puerta, siendo lanzado fuera de la—

『 Subaru: ¡Nnngh! 』

—Estirando sus extremidades tan lejos como le fuera posible, Subaru logró aferrarse a la puerta.
El dolor empezó a recorrer sus extremidades, y la experiencia le decía que sus brazos estaban rotos o como mínimo fracturados.
Apretó los dientes y se obligó a ignorarlo.

『 Beatrice: Pero q— 』

『 Subaru: Cuando se experimenta algo tantas veces, es sólo cuestión de tiempo que aprenda a tolerarlo. Dejando de lado mis esfuerzos, ¿ya estás lista para hablar? 』

『 Beatrice: Perdiste tu oportunidad de hablar con Betty, de hecho. Por tus propias acciones fuiste tú quien la desperdició, parece. —¿¡Por qué no puedes entenderlo, de hecho!? 』

『 Subaru: No, no lo entiendo. En realidad, ¿acaso tú no eres también culpable de esto? 』

Con su mano contra la puerta, Subaru se puso de pie y se limpió la sangre que se escurría de su labio.
Al ver a Beatrice fruncir el ceño por la confusión, Subaru dejó salir una sonrisa burlona.

『 Beatrice: ¿Qué es tan divertido, supongo? 』

『 Subaru: Acabo de confirmar que mis asaltos consecutivos no han sido inútiles. Si de verdad estás rechazándome, entonces déjate de delicadezas y hazme polvo. Tienes el poder para hacerlo. Sería mucho más rápido si simplemente hicieras eso. 』

『 Beatrice: ...¿Me estás pidiendo que te mate? 』

『 Subaru: No realmente. Sólo estaba haciéndome el gracioso. Pero en serio, si de verdad quisieras rechazarme, entonces deberías ser capaz de hacerlo con otros métodos más sencillos. 』

Beatrice, al borde de las lágrimas, se había negado a matar a Subaru antes.
Subaru todavía no tenía lo necesario para entender cuáles eran los sentimientos o el razonamiento de Beatrice en ese entonces. Lo único que tenía era su especulación, creada a partir de los fragmentos de su pasado que Subaru conocía. Tenía sus sospechas al respecto, y aun así lo preguntó, sorprendiéndose de sí mismo por cuán vil y despreciable era realmente.

Pero si no lo preguntaba, Beatrice nunca se daría cuenta de la contradicción entre sus pensamientos y sus acciones, y del hecho de que Subaru estuviera presente aquí.

『 Subaru: Si de verdad no quieres verme, entonces reclúyete en la Biblioteca Prohibida, Beatrice. 』

『 Beatrice: Qué… estás… Betty no ha dado ni un paso fuera de la Biblioteca Prohibida, de hecho. ¡Pero tú te estás metiendo a la fuerza y…! 』

『 Subaru: Nop, te equivocas. Si de verdad estuvieras tomándote en serio el encerrarte aquí, de ninguna manera habría logrado entrar tantas veces en tan poco tiempo. Tu rechazo es sólo superficial. 』

『 Beatrice: ¡Eso es…! Es por-porque… sí, es porque estás usando el método para vencer al Cruce de puertas, de hecho. Y la mansión está ardiendo, lo cual está reduciendo el número de puertas... 』

El intento de Beatrice de refutarlo terminó débilmente por la falta de palabras.
Las declaraciones de Subaru la habían hecho dudar de sí misma. E incluso si no fuera así, Beatrice había perdido el pilar que la había mantenido de pie durante estos cuatrocientos años, y se encontraba inestable.
Beatrice ya no sabía qué tenía la razón: las palabras de Subaru, o las emociones de ella misma.

『 Subaru: … 』

Y la verdad era que Subaru tampoco lo sabía.
No tenía idea de porqué había logrado entrar a la Biblioteca Prohibida de Beatrice tantas veces seguidas en un espacio tan corto de tiempo.

Tal vez era porque las puertas de la mansión se estaban quemando, dejándole menos opciones.
O quizás era que la situación de emergencia estaba provocando que sus habilidades Yin dejaran salir una fuerza absurda, y esto le estaba permitiendo vencer al Cruce de puertas.

También podría ser que en realidad Subaru estuviera en lo correcto, y que Beatrice no lo estuviera rechazando en serio y que, por lo tanto, la entrada del Cruce de puertas estaba abierta para él.

Subaru deseaba que fuera esto último.
Pero la realidad era insignificante. Lo que Natsuki Subaru necesitaba hacer en este instante, era asegurar cualquier posibilidad de sacar a Beatrice de ahí.

『 Beatrice: ¡Tú… tú! ¡No eres Él! 』

Gritó Beatrice, aferrándose a su falda.
Dejó de pensar y simplemente comenzó a gritarle a Subaru.

『 Beatrice: ¡Dijiste que no lo eras, de hecho! Tú… dijiste que no lo eras, supongo. Si fueras Él… incluso aunque fuera mentira, Betty te habría creído. Incluso sabiendo que era una mentira, únicamente podría haberte creído, de hecho. 』 

『 Subaru: Beatrice... 』

『 Beatrice: Pero dijiste que no lo eras, supongo. Dijiste que no lo eras, dijiste que era estúpida, de hecho. Pues sí, supongo. Tienes razón, de hecho. Betty es una estúpida, una estúpida idiota, quien incluso ahora no puede dejar ir una promesa de hace cuatrocientos años… ¡y por eso! ¡nada de lo que digas cambiará el hecho de que esto ya se terminó, parece! 』

Eligiendo el rechazo, un viento invisible se arremolinaba alrededor de Beatrice mientras gritaba.
El torrente de viento mágico movía su vestido y su largo cabello, llenando la Biblioteca de un tenso y turbulento aire. Subaru percibió que este sería el ataque más fuerte hasta ahora, y su cuerpo temblaba de terror por el ataque inminente.

Su aterrado corazón le pedía que se retirara, que escapara fuera de la habitación.
Él logró reprimir esa necesidad, mordiéndose el labio todavía más fuerte mientras levantaba la cabeza.

Para decir lo que debía ser dicho.

『 Subaru: Yo... 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: Yo no soy Él. Lo diré cuántas veces haga falta. Tu tan esperado príncipe en su blanco corcel no llegará ¡Ni aunque te quedes aquí hasta el fin de los tiempos, nunca vendrá! 』

『 Beatrice: ¡—! ¡Entonces! ¡Betty simplemente se pudrirá aquí, de hecho! 』

『 Subaru: Eso no ocurrirá. No te permitiré elegir eso. Voy a decirlo cuantas veces sea necesario para que cambies de opinión. Él no vendrá. No podrás mantener tu promesa. —Pero no te dejaré morir. 』

『 Beatrice: Yo… ¡¡te odio muchísimo, parece!! 』

Al decir eso, las emociones de Beatrice explotaron.

El torrente de magia cambió de forma mientras se fijaba en un sólo objetivo, una luz blanca ocupaba todo el campo de visión de Subaru.
Ni siquiera tuvo tiempo de sentir la corriente de viento.

La onda de choque atravesó a Subaru desde la frente hasta la espalda, revolviendo todas sus entrañas.
Su sangre comenzó a fluir a contracorriente, y todos sus poros dolían como si estuvieran siendo arrancados todos y cada uno de ellos.
Sus ojos daban vueltas, perdía el equilibrio, sufría un abrumador vértigo, dejó de percibir luz, sonido u olores. Esto podría ser lo que los humanos llaman morir.

— Pero, Natsuki Subaru lo sabía.

『 Subaru: —¿Qué ocurre? ¿Eso es todo? 』

Resistiendo unas náuseas tan intensas que sus órganos podrían salirse por su boca, Subaru se obligó a sí mismo a hablar para que su debilidad fuera imperceptible.
El mundo podía sentirse bajo sus pies y, en el momento en que confirmó esto, poco a poco recuperó su percepción. Sus extremidades estaban en su lugar, su cabeza estaba en su lugar, sus órganos no estaban saliéndose por su boca, su alma aún no había abandonado su recipiente.

Y qué más da. Es lo mismo de siempre, sólo otra experiencia cercana a la muerte.

Natsuki Subaru ya había aprendido lo suficiente como para saber que esto no era la Muerte.

『 Beatrice: No es, cierto, de hecho... 』

Su visión estaba ondulante, borrosa e inestable.
Recuperando el suficiente enfoque como para reconocer que seguía dentro de la Biblioteca, observó a la chica frente a él, sus brazos estaban completamente abiertos como si hubiera presenciando algo imposible.

Era Beatrice.
Ni siquiera ella misma podía comprender por qué él no solo no murió, sino que ni siquiera su figura fue alterada.

Pero, para Subaru, no había misterio alguno, ya que él sabía que resultaría de esta manera.
Era inconcebible que Beatrice se permitiera a sí misma matar a Subaru.

『 Subaru: Beatrice... 』

『 Beatrice: … 』

Su consciencia estaba borrosa. Pero la fuerza de voluntad le permitía aferrarse a su casi desvanecida mente.
La chica frente a él vacilaba. No podía comprenderse a sí misma, incapaz de rechazarlo por completo, mientras miraba con terror al destrozado Subaru.
Sospechando que su voz la alcanzaría en este momento, se esforzó por recuperar por completo la consciencia, y habló.

『 Subaru: Yo, no… soy, Él... 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: Pero— 』

Los repetidos rechazos hicieron que Beatrice estuviera a punto de derramar lágrimas.
La conversación normalmente terminaría ahí. Pero, antes de que acabase —antes de que las emociones de Beatrice alcancen su límite— Subaru habló.

『 Subaru: —yo… quiero estar contigo, Beatrice. 』

『 Beatrice: ¡—! 』

『 Subaru: Eres muy gentil, así que, para que ya no sientas más tristeza, quiero estar a tu lado. 』

『 Beatrice: Auh… ghh... 』

La expresión de Beatrice cambió.
Era como si estuviera reprimiendo la ira, reprimiendo las lágrimas, como si estuviera luchando por evitar que una emoción en particular se mostrara en su rostro.
Pero se tragó sus palabras, dio un suspiro cortado, y tomó el libro del taburete. Volteando las páginas, volteándolas con violencia, hasta que sus dedos casi arrancaban el papel, entonces dio un silencioso quejido.
Y entonces, 

『 Subaru: —¿Qu, é? 』

Antes de que Beatrice pudiera hacer algo, la visión de Subaru se distorsionó.
No tenía nada que ver con su mareada consciencia o su falta de sangre. Esto era la realidad.

La Biblioteca Prohibida empezó a deformarse frente a Subaru
El suelo a su alrededor se movía, los libreros perdían el equilibrio hasta que empezaron a caer uno tras otro. Los libros caían desordenadamente sobre el suelo, convirtiendo la Biblioteca Prohibida en un mar de papel.

Aun así, el mundo seguía deformándose.
El suelo bajo sus pies también comenzó a retorcerse, ondulándose como olas, evitando que pudiera mantener el equilibrio.

『 Subaru ¿¡Qué… qué es…!? 』

『 Beatrice: … 』

Mientras se aferraba desesperadamente a la puerta, Subaru miró a Beatrice.
Se dio cuenta de que, en esta habitación movediza, únicamente lo que rodeaba a Beatrice permanecía intacto. El taburete en el que se encontraba sentada no se había movido ni un centímetro, soportando el peso de Beatrice mientras ella miraba a Subaru.

『 Subaru: —auh, 』

Antes de que Subaru pudiera decir algo, el piso debajo de él empezó a ladearse
El suelo bajo sus pies se agrietó con un sonido como el del papel desgarrándose. Un agujero lleno de pura oscuridad estaba abriéndose en el suelo, sin duda alguna a punto de enviarlo a algún lugar por medios distintos al Cruce de puertas.
Quizás ella trataba de aprisionarlo en alguna especie de espacio hiperdimensional inexistente.

『 Subaru: —Mierd— 』

Dijo Subaru cuando notó el agujero en el suelo y dio un paso atrás.
Como si el mundo se hubiera inclinado de verdad, Subaru cayó desafiando a la gravedad. La abertura de la puerta se lo tragó, mandándolo de vuelta a la mansión en llamas por medio del Cruce de puertas.

『 Subaru: ¡Qu-quema! 』

Gritó al sentir el calor del muro contra el que se estrelló.
Levantó la cabeza, para darse cuenta de que había sido arrojado hacia un pasillo convertido en un infierno. Lo único que lograba reconocer del lugar era que se encontraba en el ala principal.
Las llamas lo abrasaban mientras miraba hacia la puerta por la que acababa de salir, dándose cuenta de que la mitad de la puerta ya estaba completamente carbonizada, lo cual lo sorprendió mucho.
Fue un milagro que el Cruce de puertas funcionara. Pero era evidente que volver a cruzarla ya no lo regresaría a la Biblioteca.

『 Subaru: Mier, da… si ésta es el ala principal... 』

Entonces quizás encontraría alguna puerta funcional en el piso de arriba.
Apenas pudiendo reconocer, gracias al número de puertas, que este no era el piso más alto, Subaru decidió dirigirse a la escalera, aunque estuviera en llamas.

El humo hacía que le picaran los ojos, los cuales reaccionaban derramando lágrimas. Sus pulmones quemaban con cada bocanada de aire, pero lograba evitar desmayarse por la contaminación tapándose la nariz y la boca con su sudadera.
Cada minuto contaba.

Como si de verdad pudiera alcanzar la Biblioteca — No. Este no es el momento para lloriquear.

No podía olvidarse de la expresión de Beatrice al final.

『 Subaru: Maldita idiota, haciendo esa expresión otra vez... 』

El entumecimiento en sus extremidades causado por las ondas mágicas de Beatrice empezaba a abandonar su cuerpo.
Aun así, sentía como si estuviera arrastrando su propio cuerpo, el cual apenas obedecía sus órdenes, aferrándose a su propia alma mientras se dirigía al final del pasillo.

La expresión de Beatrice seguía apareciendo en su mente.
Era la misma expresión que vio en un bucle anterior.

Cuando él y Beatrice se enfrentaron a Elsa, y la mujer supuestamente muerta asesinó a Beatrice.
Cuando Beatrice lo alejó para protegerlo, y su estómago fue perforado.
Cuando vio que Subaru estaba a salvo, y su cuerpo se convirtió en partículas de luz sin decir nada.

Subaru nunca olvidó la expresión de Beatrice de aquel entonces.
No era alivio por haber protegido a Subaru, ni alegría por haber alcanzado su tan deseada muerte, sino que era tristeza.

No quiero estar sola. Era la clase de expresión que cualquiera podría entender.

『 Subaru: Así que, de ninguna manera… ¡de ninguna maldita manera te voy a dejar sola! 』

Dicho eso, se lanzó hacia el fuego en busca de una ruta favorable.
Pudo sentir algo indescriptible dentro de su cuerpo, algo que de alguna manera estaba mal, pero el ardor de su piel y el dolor por las quemaduras evitó que pudiera prestarle atención.

Si en ese momento Subaru le hubiera prestado atención, quizás se habría detenido inmediatamente de forma involuntaria debido a lo repugnante que era ese algo.
Subaru, jurando sacar a Beatrice de ahí mientras atravesaba las llamas, se encontraba bañado de una abrumadora cantidad de miasma negro, envolviéndolo en lo que parecía un manto de sombras protector.

Sin darse cuenta de esto, Subaru atravesó un muro de fuego y logró llegar a las escaleras.
Suspiró por el cansancio, miró hacia la escalera ascendente frente a él, y se dio cuenta de que se encontraba en el segundo piso.
Procedió a subir la escalera, dirigiéndose directamente al piso más alto. Pero entonces—

『 Subaru: … 』

—escuchó el sonido de algo mojado arrastrándose por el suelo, por lo que se detuvo para mirar hacia abajo.
El sonido venía del piso de abajo. Su raciocinio le decía que eso era imposible.

A su alrededor sólo podía escuchar la destrucción y los destrozos del edificio en llamas.
Esta mansión colapsaría dentro de pocos segundos, y ese era el primer piso del ala principal, donde se desató el infierno. Nada debería poder moverse allí abajo.

Subaru había corrido por toda la mansión, por eso sabía por dónde se había propagado este fuego, del cual incluso las mabestias huyeron.
Por lo que ese sonido debía ser una alucinación.

—Pero si fuese así, entonces ¿qué es eso que estoy viendo?

『 Subaru: ...No es posible. 』

Una sombra emergió de las llamas mientras arrastraba algo consigo.
Se dirigía a los pisos superiores, subiendo por la misma escalera que Subaru, deteniéndose en el descansillo entre el primer y segundo piso —y miró hacia arriba al notar la presencia de Subaru encima suya.

La sombra vestía un atuendo negro, sostenía una cuchilla negra, tenía cabello negro, y era una mujer.

『 Subaru: ¿Elsa…? 』

『 Silueta: … 』

La sombra no respondía, pero definitivamente lucía como la mujer vestida de negro que Subaru conocía.
¿Por qué está ella aquí? ¿Podría Garfiel haber perdido de alguna manera? Si es así, entonces, mi batalla por salvarlo todo, habría terminado en derrota, y—

『 Subaru: No, no es eso... 』

Justo cuando empezó a tener esas ideas en su mente, Subaru sacudió la cabeza.
Él tenía que confiar en la fuerza de Garfiel. Incluso suponiendo que su oponente era fuerte, Subaru apostaba por la victoria de Garfiel.

Otto y Frederica habían hecho todo lo que pudieron para apoyar en la evacuación de Petra y Rem.
Garfiel seguramente también dio lo mejor de sí.

¿Cómo podría Natsuki Subaru haber llegado tan lejos sin creer en sus compañeros?

『 Subaru: Garfiel no pudo haber perdido. Así que, por qué estás... 』

Creyendo en la valerosa lucha de Garfiel, Subaru dirigió sus palabras hacia la sombra que se encontraba debajo.
Esta mujer no debería estar aquí. ¿Qué motivaba sus acciones?

Pero justo antes de que fuera a preguntárselo, Subaru se dio cuenta de algo.
O más bien, estaba obligado a darse cuenta.

『 Subaru: —Tú, ya no eres Elsa, ¿verdad? 』

Los ojos oscuros que miraban a Subaru ya no tenían brillo alguno.
Estaban tan negros y vacíos que costaba creer que esos eran ojos.

El sonido extraño venía de la aplastada mitad inferior de la sombra, arrastrándola consigo. Aun así, esa cosa actuaba como si estuviera con vida, lo cual Subaru encontraba increíblemente repulsivo.
Ciertamente se trataba de alguien con tanta energía vital, que Subaru pensaba que era casi imposible de matar, pero que fuera incapaz de morir luego de toda esa destrucción…

『 Subaru: Pero, ¡no tengo tiempo para sentir lástima por ella...! 』

Incluso suponiendo que fuera incapaz de morir, Subaru no sentía empatía por ella.
Considerando el hecho de que Elsa llegó a la mansión con vida, tenerle lástima sería tratarla con demasiada indulgencia a pesar de su estado actual. A pesar de eso, Subaru no tenía como pasatiempo atormentar cadáveres andantes.

Su sentido común le dijo que ella simplemente tenía que ser atrapada en el colapso de la mansión, y el fuego la cremaría.

『 Subaru: Que las llamas te consuman. Yo voy por Beatri— 』

Sacudiendo su cabeza, Subaru ignoró a la sombra y dirigió su camino hacia los pisos superiores.

『 Subaru: —¿Eh? 』

Con un ligero ruido, la sombra saltó.
Su boca se abrió completamente mientras apuntaba hacia Subaru, lanzando su afilada cuchilla.

『 Subaru: … 』

El viento generado por la cuchilla mientras rozaba la nariz de Subaru hizo que sus pulmones olvidasen cómo respirar y que su corazón olvidase cómo latir.
Esa cosa acababa de intentar matar a Subaru, y fue de una manera tan natural que parecía que sólo hubiera caminado hasta allí.

Pero el ataque falló por muy poco, por lo que agrietó el suelo junto a las puntas de sus pies.
El enemigo no se estaba conteniendo, su destrozada mitad inferior simplemente no tenía la fuerza suficiente para dar un buen salto. Si hubiera tenido esa fuerza, ese ataque habría matado a Subaru.

『 Subaru: ¡No me jodas! 』

Rápidamente pateó a la sombra que se acercaba para luego seguir subiendo la escalera.
Todo ocurrió tan rápido que se había olvidado de respirar, volteando para ver al enemigo. Su cuello se había doblado debido a la patada mientras que sus extremidades se retorcían de manera extraña en el suelo, casi como una marioneta, y luego comenzó a desplazarse como una araña por las escaleras para perseguir a Subaru.

『 Subaru: ¡Tiene que ser una puta broma…! 』

Alguna vez ya la había llamado mujer araña, pero nunca pensó que de verdad lo fuera a ser.
Sorprendido por sus movimientos inhumanos, Subaru subió hasta el final de la escalera. Se imaginaba a la sombra persiguiéndolo mientras se adentraba en las llamas del pasillo del tercer piso.
A la mitad de este pasillo, se encontraba la oficina. Aquella habitación, siendo la más resistente de la mansión, debería estar mayormente intac—

『 ???: —¡¡σσσ!! 』

『 Subaru: ¿¡Hhah!? 』

Interceptando a Subaru en medio del fuego, una mabestia con cabeza de león rugió.
Habiendo perdido su melena, y con la mitad de su cuerpo quemado de forma muy grotesca, ésta era sin duda la mabestia que el equipo de Subaru supuestamente había matado en el comedor.
Aparentemente, la bestia medio muerta volvió para hacer guardia frente a la puerta, apegándose a la orden de su ama.

Lo cual significaba que, en este preciso momento, Subaru era como el insecto de verano volando ignorante hacia el fuego. La frase quedaba estúpidamente bien.

La mabestia medio quemada atacó al cuello de Subaru con las enormes garras de su pata frontal. Incluso a pesar del estado moribundo de la bestia, el ataque pulverizó la pared en su camino. Esa fuerza era más que suficiente para cortarle la cabeza como si fuera hierba.

『 Subaru: ¡Sumados apenas valen lo que un oponente completo! 』

Pero Subaru lo esquivó agachándose y lanzándose hacia el frente.
Subaru había aprendido de las demás mabestias que éstas siempre apuntaban a los puntos vitales de sus presas. Subaru pensó que la bestia apuntaría a la cabeza, así que él rodó hacia adelante para lograr flanquear a la bestia por uno de sus lados.

Esta bestia, totalmente capaz de devorar a Subaru de un solo bocado, rugió de ira mientras intentaba ajustar su postura para encarar a Subaru. Pero las cosas no iban a ser tan fáciles.

『 Mabestia: —¡¡σσσσ!! 』

Persiguiendo a Subaru, la sombra que acaba de trepar las escaleras, hundió sus colmillos en la mabestia moribunda.
La bestia, que se encontraba volteando en la otra dirección, reaccionó demasiado lento al corte que la sombra le realizó con su mortal cuchilla. La pata trasera izquierda de la bestia fue completamente amputada justo en la articulación y la sangre comenzó a derramarse de la desastrosa herida mientras el chillido de la bestia hacía eco por todo el pasillo.

La bestia dio un latigazo con su cola con forma de serpiente para golpear a la sombra que se arrastraba por el suelo.
La sombra la esquivó con un movimiento imposible, más allá de las capacidades humanas, y sesgó la cola de la mabestia con su cuchilla, la cual después enterró profundamente en la herida recién abierta de la bestia.

Subaru escuchó el ensordecedor chillido mientras se dirigía a la puerta de la oficina, para no dejar escapar esta oportunidad.
En el camino, abrió de una patada la puerta de la habitación de registros, pero ésta no llevó a la Biblioteca, más bien llevándolo a perder el tiempo. La bestia y la sombra seguían luchando detrás de él; pero, dado que los únicos gritos que escuchaba eran los de la bestia, era obvio cómo acabaría.

『 Subaru: ¡Beatrice! 』

Habiendo llegado a la oficina, Subaru realizó algo parecido a una plegaria mientras abría la puerta.
Si la Biblioteca aparecía ante él, podía despedirse de aquella batalla entre monstruos.
Pero, cruelmente, lo único que vio fue una oficina desordenada.

『 Subaru: ¡Mierda… ésta tampoco era! 』

La oficina distaba tanto de lo que Subaru deseaba ver, que prácticamente demostraba la magnitud del rechazo de Beatrice.
Ya no podría buscar otras puertas, ni volver a los pisos inferiores de la mansión en llamas. Si había alguna puerta que pudiera quedar disponible, sería—

『 Subaru: El pasadizo secreto... 』

Era un poco difícil llamar “puerta” al pasadizo secreto, el cual se abría por medio de un mecanismo.
El pasadizo se abría gracias a un libro deslizable, y era muy poco probable que atravesar su entrada lo llevase a la Biblioteca Prohibida.
Si quedaban puertas, se encontrarían en lo profundo del pasadizo.

『 Subaru: A mitad del pasadizo debería haber una puerta que lleva a una habitación pequeña… pero... 』

En un bucle anterior, Elsa lo emboscó al cruzar esa puerta.
Pero no sabía si esa puerta estaba dentro del área de efecto del Cruce de puertas. Y, sobre todo, Subaru tenía que pensar que esto era obra de Beatrice, llevándolo de puerta en puerta para intentar y sacarlo de la mansión a través del pasadizo secreto.

Ella sin duda era consciente del estado actual de la mansión, y estaría llevando a Subaru por una ruta que asegurase su supervivencia.
En ese caso, el pasadizo secreto podría no llevarlo a la Biblioteca Prohibida.
Podría llevarlo a las afueras de la mansión, a la cabaña en las montañas al final del túnel de escape y, por lo tanto, perdería para siempre su oportunidad de salvar a Beatrice.

『 Subaru: —¡No me están dando tiempo para pensar! 』

Subaru escuchó el grito de agonía final de la bestia mientras el golpe ejecutor se llevaba a cabo.
La mabestia, que sin darse cuenta había luchado valientemente para ganarle algo de tiempo a Subaru, probablemente había muerto esta vez definitivamente a manos de la sombra de Elsa.

Tras sacudirse la cabeza, Subaru se adentró en el pasadizo secreto.
Una escalera de caracol lo suficientemente larga como para alcanzar el subsuelo de la mansión le dio la bienvenida — y parecía que las llamas habían alcanzado incluso a este túnel. El calor y el humo imposibilitaban la realización de cualquier actividad aquí.

Subaru se puso la mano en el pecho para poder tolerar el dolor, fortaleciendo su resolución mientras corría escalera abajo. Bajando justo después de subir. El calor lo estaba hirviendo lentamente, y sólo imaginarse de qué color estaría su piel lo aterraba.

Cuando llegó al final de la escalera, Subaru dio un vistazo a la oscuridad del pasadizo mientras respiraba entrecortadamente.
Aparentemente el humo estaba escapando por algún agujero entre los muros de la escalera, ya que no podía ver efecto alguno del calor o el fuego en la parte subterránea del pasadizo.
En vez del peligro de morir quemado, Subaru ahora tenía que lidiar con moverse a ciegas en completa oscuridad.

Caminó por unos diez metros más antes de llegar a un espacio un poco más abierto, encontrando la puerta que conducía a la pequeña habitación que estaba buscando, y se detuvo.

『 Subaru: Aquí está... 』

Subaru nunca había llegado más allá de esta puerta en el pasadizo secreto. No sabía si existía alguna otra puerta más adelante.
Lo que significaba que ésta podría ser la última oportunidad de Subaru de llegar a Beatrice. Y si este lugar funcionaba como un verdadero pasadizo secreto—

『 Subaru: … 』

Después de sacudirse la cabeza para dispersar la debilidad de su corazón, Subaru alcanzó la manilla de la puerta.
Si Beatrice había llevado a Subaru por aquí con la intención de que sobreviva, entonces sus probabilidades de encontrarla eran mínimas.
Subaru temerosamente tocó la manilla de la puerta—

『 Subaru: ¡Qu-quema! Esta puerta también... 』

Sollozando de dolor debido a la quemadura en su mano, Subaru miró con mala cara a la puerta.
La respuesta de la puerta hizo que una especie de ola de inquietud surgiera en él, como si estuviera reflejando el corazón de Subaru, y entonces —se dio cuenta.

『 Subaru: ¿La manilla quema...? 』

Aunque el subterráneo no estaba precisamente frío, nada indicaba que había fuego o que lo hubiera habido.
El humo y el calor probablemente se habían estado escapando por una abertura en la estructura de piedra de la escalera. Si la especulación de Subaru era correcta, entonces tenía sentido que esta puerta estuviera tan caliente.

De hecho, la puerta estaba tan caliente que uno se preguntaría si estaba en contacto con las llamas.

『 Subaru: ...Beatrice. Si puedes oírme, por favor escucha. 』

Teniendo cuidado de no tocar la puerta, Subaru levantó un poco la cara y comenzó a murmurar.
Con fe en que su voz alcanzaría a la ausente chica.

『 Subaru: ¿Me guiaste hasta aquí? Si lo hiciste a sabiendas de que ésta era la única ruta de escape, entonces no tengo palabras que expresen la enorme mente maestra que eres. 』

Las tácticas de Beatrice para llevar a Subaru hasta aquí no podían ser pasadas por alto.
Sin duda, el encuentro con la sombra de Elsa y las mabestia no tenían nada que ver con Beatrice, pero ella definitivamente guio a Subaru paso a paso.

Si él procedía a abrir esta puerta y llegaba a la cabaña en las montañas, los planes de Beatrice seguramente tendrían éxito.

『 Subaru: Pero, parece que las cosas no irán como la seda. —Yo podría abrir esta puerta, pero no lograría escapar como tú deseas que haga. No es que esté siendo cabezota e insista en no querer irme, ¿vale? Bueno, tal vez sí lo estoy siendo un poco, pero… se trata de algo más serio. 』

Dirigiéndose a alguien que tal vez ni siquiera estaba escuchando, Subaru conectaba palabra tras palabra de la manera más relajada posible.
Golpeaba sus uñas contra la puerta que le bloqueaba el camino y suspiró.

『 Subaru: Si abro esta puerta, probablemente moriré. Quizás tú y los demás no se den cuenta de esto; pero, ahora mismo, así están las cosas del otro lado de esta puerta. Es difícil explicarlo con palabras… pero yo entiendo el poder de la ciencia y me doy cuenta. 』

Dejando de lado su fracaso en el comedor, el conocimiento del siglo XXI de Subaru se lo estaba gritando en la cara.
La puerta que se encontraba frente a Subaru tenía las mismas características que una puerta en medio de una emergencia relacionada con el fuego y que, durante dicha emergencia, no debía abrirse por ningún motivo.
No era broma, la vida de Subaru corría peligro.

Ahora era una cuestión de si Beatrice estaba escuchando o no. Y en caso afirmativo, entonces sería una cuestión de si le creería o no.

『 Subaru: Beatrice, voy a abrir esta puerta. —Dejaré que juzgues por ti misma lo que he dicho. 』

A pesar de que era consciente de que la puerta frente a él representaba un peligro mortal, el corazón de Subaru se encontraba calmado.
No era que tuviera nervios de acero, o que su determinación fuera infinita.
Era que podía tranquilamente poner su vida en manos de esta otra persona.

Ya que, después todo,

『 Subaru: —Confío en ti, Beatrice. 』

Con sus manos ardiendo de dolor, Subaru abrió la puerta.

Y entonces—

※ ※ ※ ※

En vez de bajar la escalera de caracol, la sombra llegó a las profundidades por medio de algo parecido a una caída en picado.

『 Sombra: … 』

La sangre que salía de la sombra era negra como agua sucia, y arrastraba su aplastada mitad inferior de manera tan asquerosa que esta cosa parecía impropia de este mundo. Con una mortal cuchilla negra en su mano derecha, y el corazón de la mabestia muerta en su mano izquierda, la sombra apretó su puño para destrozar ese órgano vital mientras seguía desplazándose por las profundidades del pasadizo.

La escurridiza sombra tenía forma humana, pero eso no bastaba para determinar si tenía o no la voluntad de un ser humano.
Su cuerpo había sido destruido hasta tal punto, que ya no podía funcionar; su vida había sido raspada tantas veces, que ya no podía revivir; y ya había consumido hasta la última gota de su vitalidad en su estado de sombra.
Si uno se preguntara cómo es que ella podía seguir desplazándose de esa manera, la sombra respondería: porque su personalidad antes de convertirse en una sombra, era así de persistente.

Eventualmente ella, de forma totalmente silenciosa, alcanzó la parte más profunda del pasadizo.
La sombra no tenía voluntad, y no tenía otra meta más que acorralar todo lo que se moviera y acabar con su vida. Percibiendo que su objetivo había pasado por aquí, la sombra blandió su oscura cuchilla.

『 Sombra: … 』

Silenciosamente, la puerta frente a la sombra comenzó a romperse.
La sombra apartó con una patada los escombros de la puerta que había roto con su cuchilla, y dio un vistazo hacia el interior, hacia la oscuridad que yacía ahí delante,

『 Sombra: … 』

Pasaba un ligero viento que hacía sentir a la sombra que estaba siendo absorbida por la oscuridad.
Un humo blanco se desbordó desde lo profundo de la oscuridad, y una neblina comenzó a formarse ante la sombra.

Y entonces — el oxígeno comenzó a fluir hacia el interior, donde una combustión incompleta había tomado lugar, mezclándose con los últimos remanentes de un fuego casi extinguido, aumentando la temperatura de golpe y estallando en la habitación.

Backdraft.
(NdT: Básicamente se trata de una explosión de gases de humo. Imaginen una habitación cerrada en que se produce un incendio. Las llamas consumen el oxígeno y, por lo tanto, el fuego se apaga. Sin embargo, el humo se sigue generando y la habitación se llena y se llena cada vez más de humo supercaliente. Si en ese momento se abriera una puerta, el oxígeno entraría de golpe en la habitación, entrando en contacto con el humo supercaliente y condensado, haciendo que se prenda en fuego de forma abrupta, produciendo una explosión de gases o backdraft)
Era imposible que la sombra, una entidad sin inteligencia moviéndose con el único propósito de destruir, pudiera haber anticipado este fenómeno explosivo.

『 Sombra: … 』

El estallido de las llamas consumió a la sombra, un fuego infernal quemó su cuerpo por completo.
El cuerpo de la sombra ya no tenía medios para regenerarse o revivirse, esperando únicamente a descomponerse, hasta que un fuego cuyas capacidades iban más allá de la carbonización envolvieron sus restos mientras la temperatura seguía aumentando constantemente — reduciéndola a cenizas.

El avance de la explosión y las llamas no se detuvo solamente con la sombra, avanzando por el pasillo subterráneo, convirtiendo a la escalera de caracol en un mar de fuego abrasador, explotando una vez más en la oficina creando una conflagración final todavía más grande.

— Viviendo sus momentos finales, la Mansión Roswaal finalmente colapsó.

※ ※ ※ ※

Al ver cómo había cambiado la Biblioteca Prohibida, Subaru contuvo su aliento.

Unas fisuras recorrían el suelo cerca de la entrada, el agujero hacia el espacio hiperdimensional seguía ahí. Los libreros caídos eran un completo desastre, y una parte de la habitación estaba en llamas.
La situación en la Mansión Roswaal había empezado a afectar también a la Biblioteca Prohibida.

『 Subaru: … 』

Pero, al notar la mirada que estaba fijada en él, Subaru reprimió su sorpresa y empezó a pensar en lo importante.
A partir de ahora, toda su atención sería puesta únicamente sobre aquella chica.

—Dado que ésta era sin duda, su última oportunidad.

『 Beatrice: Eres un idiota, de hecho... 』

『 Subaru: ¿En serio es eso lo primero que dirás? 』

『 Beatrice: Es que, eso eres, parece. Betty se esforzó tanto para que pudieras escapar, pero desperdiciaste tu oportunidad, y volviste, de hecho. ...La mansión ya no tiene puertas, supongo. Y la Biblioteca Prohibida también está empezando a incendiarse, de hecho. 』

Era cierto.
El fuego estaba esparciéndose sobre uno de los libreros, convirtiendo a los valiosísimos libros en nada más que cenizas.

Todo el lugar era completamente inflamable, y ardería en un santiamén.

『 Subaru: Así que, éste es nuestro final. 』

『 Beatrice: ...En efecto. Este es el final, parece. Ya no hay mucho que Betty pueda desear. El fuego ya alcanzó el conocimiento que estaba destinado para Él, por lo que la promesa nunca podrá cumplirse, supongo. 』

『 Subaru: Ya veo. Entonces, te pido que escuches mis últimas palabras. 』

Los ojos vacíos de Beatrice miraron a Subaru.
No dijo nada que pudiera alentarlo o detenerlo, pero esa reacción en sí significaba que al menos estaba dispuesta a escuchar. Subaru asintió con la cabeza, y tomó un poco de aire.

Las palabras que no había logrado expresar antes, durante su separación anterior.
Ahora mismo, él dirá todo lo que deseaba transmitir.

『 Subaru: Beatrice. —Ayúdame. 』

『 Beatrice: ¿...Eh? 』

Sin una pizca de duda, lo dijo con la cabeza en alto.
La sorpresa se dejó ver en los ojos de Beatrice en respuesta a las declaraciones de Subaru, cuyo rostro estaba completamente lleno de hollín.

Indudablemente ella había tratado de imaginarse lo que Subaru podría decir.
Mientras se acercaba a su inevitable final, Beatrice definitivamente había pensado en qué clase de palabras usaría Subaru para intentar acercarse a ella.

Quiero salvarte”. “No te dejaré estar sola”. Quizás frases heroicas como esas, y la aparición con estilo que ella imaginaba de Él, eran lo que había estado esperando.

Pero si Subaru quería transmitir sentimientos verdaderos y honestos, entonces declaraciones como esas no tenían lugar.

『 Subaru: He estado pensando en cómo podría decir algo genial como: “Te sacaré de tu aislamiento” o “Voy a salvarte”. ...La verdad es que, esas cosas eran lo único que se me ocurría mientras me armaba del valor necesario para superar la situación. Pero entonces comencé a considerar “¿qué es lo que pienso de ti?” y “¿qué es lo que quiero comunicarte?” 』

Subaru expresó sus pensamientos, sinceros y sin maquillar, a una Beatrice que se había quedado sin palabras.
Mirando cobardemente en otra dirección, Subaru no quería ver cómo estaba recibiendo Beatrice sus palabras.

『 Subaru: Decir que te voy a salvar es de risa; porque la verdad es que tú no necesitas mi ayuda en absoluto. Eres fuerte, inteligente, linda… puedes hacer todo lo que te propongas, y lograr todo lo que desees. 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: Tienes capacidad de sobra para vivir por ti misma. Obviamente. Ya que, de lo contrario, no habrías logrado subsistir por cuatrocientos años. Es por eso que cosas como ayudarte o salvarte no funcionaban contigo. 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: Pero aunque seas tan fuerte, tan inteligente y puedas hacer tantas cosas, te asusta vivir sin nadie. Te lastima. Te hace sola. Así que nadie puede culparte por aferrarte al concepto de Él. 』

『 Beatrice: Luego de que rechazaste… los sentimientos de Betty… ¿¡qué podrías siquiera saber!? 』

Mordiéndose el labio, Beatrice miraba a Subaru con algo parecido al odio.
Pero esa emoción tan vacilante no lograba convertirse en odio. Beatrice intentaba aferrarse desesperadamente a esa furia que se dispersaba, y Subaru sacudió la cabeza.

『 Subaru: Pero sí lo sé. Sé que eres muy gentil. Que cuando alguien está teniendo pesadillas, tú sostendrás su mano para que se sienta a salvo. Que cuando alguien se enfrenta a una adversidad insuperable, tu extenderás tu mano y le abrirás un camino. Que cuando alguien que no puedes evitar odiar pierde a alguien querido, tú compartirás su tristeza. 』

『 Beatrice: Hablas como si, lo supieras todo... 』

『 Subaru: Yo no tengo poder alguno, por lo que no te sería de ayuda. Pero si hubiera algo que pudiera hacer, como evitar que sigas estando tan sola, entonces lo haría sin duda alguna. 』

Los ojos de Beatrice se abrieron por completo, Subaru extendió su mano derecha.
Estaba totalmente llena de quemaduras, desagradable a la vista. Pero, aun así, lucía mejor que su atroz mano izquierda luego de todo el daño que recibió.
Primeramente Subaru sacudió su mano, la limpió y la hizo presentable para que ella pudiera tomarla.

『 Subaru: Beatrice. Ayúdame. 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: Si no estás conmigo, estaría tan solo que ya no podría vivir. Por favor, ayúdame. 』


Si otra persona escuchara eso, sonaría como un método extremadamente patético y vergonzoso de persuasión.
No puedo vivir sin ti, así que, por favor, toma mi mano. Eso clamaba.
No podía hacer nada por ella, así que le estaba mostrando que ella podía hacer algo por él, y con ese razonamiento, le pedía que viviera.

Era una ridículamente egoísta, irracional e incompetente manera de persuadir.

『 Beatrice: No, es… no es justo, de hecho. 』


『 Subaru: … 』

『 Beatrice: Usar, esas palabras… y, decirlas así… después de, y tú… tú que no eres Él… rechazaste a Betty, y aun así... 』

Se le atoraban las palabras, se había quedado sin palabras, dudaba al hablar, estaba conmovida y angustiada.
Sus ojos todavía seguían puestos en la mano que se le había ofrecido mientras aún sostenía firmemente el libro entre sus brazos.


Lágrimas salían de sus ojos.

『 Beatrice: ¡Estuve sola por cuatrocientos años…! Pasé todo ese tiempo en aislamiento, si tomo tu mano ahora, qué podría… ¡de todos modos morirás algún día! La vida humana termina en un parpadeo para Betty… ¡así que! ¿¡cómo podría aferrarme a eso!? 』

『 Subaru: Me es imposible imaginar tus cuatrocientos años. Ni siquiera podría hablar como si lo entendiera. Cuatro siglos… ni siquiera he vivido un cinco por ciento de eso. Sé que no puedo comprender el miedo que tendrás después de que muera. 』

『 Beatrice: ¡Entonces! Entonces… ¡lo que estás diciendo, no resuelve nada…! 』

『 Subaru: Pero, mañana, podremos ir de la mano. 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: Mañana, y el día siguiente, y el siguiente también. Puede que no sea por cuatrocientos años, pero podemos pasar nuestros días juntos. Puede que no sea por toda la eternidad, pero en el mañana, y en el ahora, te atesoraré. 』

『 Beatrice: —hk 』

『 Subaru: Beatrice. —Elígeme. 』

Subaru ya había tomado su decisión.
Ahora le presentaba esa elección a Beatrice. El resto dependía de ella.

¿Permanecería leal a su madre, dándole un punto final a esos cuatrocientos años siendo consumida por las llamas?
¿O rompería la promesa con su madre, dejando atrás su reunión con Él, tomando la mano de Natsuki Subaru?

『 Beatrice: E-Eres, Él es... 』

『 Subaru: ...no es yo. No me iguales con alguien que creaste en tu mente. Yo soy yo. Natsuki Subaru. Olvídate de esos sentimientos no correspondidos durante cuatrocientos años por ese tipo del que no conoces ni su cara. 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: En vez de temerle a una despedida que tal vez algún día llegue, vive conmigo en un mañana que definitivamente ocurrirá. Soy débil; pero, aun así, deseo llegar muy alto… si estamos juntos, estarás tan ocupada preocupándote por mí, que ya no tendrás tiempo para pensar en el aburrimiento o la soledad. 』

『 Beatrice: ...nng, 』

『 Subaru: Elígeme, Beatrice. 』

Lo repetiría las veces que hiciera falta para que sus palabras la alcanzaran.
Porque él entendía sus confundidos sentimientos, y su vacilante corazón.

Para que el egoísmo de Natsuki Subaru pudiera llevar la carga de la culpa de Beatrice por su indecisión, y su deshonra por romper la promesa.

Para que esta chica nunca vuelva a llorar en soledad.

『 Beatrice: Pero te irás... 』

『 Subaru: No será para siempre. El futuro que temes llegará tarde o temprano. El momento en el que seas dejada atrás, tan eterna como eres, seguramente llegará. Pero si sólo piensas en ese temor a las despedidas, y te olvidas de toda la diversión de estar juntos, entonces estarías borrando la mayoría de nuestras vidas. 』

『 Beatrice: Pero me dejarás... 』

『 Subaru: Estemos juntos. Vivamos juntos. Vayamos juntos. Apilemos recuerdos sobre recuerdos, los suficientes para vencer tu miedo al adiós, los suficientes para que puedas sonreír y decir con la frente bien en alto: lo valió. Los suficientes para recuperar esos cuatrocientos años que pasaste en soledad, y los superes por completo. 』

『 Beatrice: ¡Incluso si… eso ocurre! ¡Algún día volveré a estar sola! 』

Él dio un paso al frente. Reduciendo la distancia.
Los vacilantes ojos de la chica lo reflejaban.

Era completamente lo contrario al príncipe en su blanco corcel que ella había estado esperando por cuatrocientos años.
Justo ahí se encontraba el cotidiano y mundano Natsuki Subaru.

『 Subaru: Vivirás por toda la eternidad, y puede que el tiempo que pases conmigo se sienta sólo como un momento. Pero me aseguraré de grabarlo en tu alma. Mi momento. 』

『 Beatrice: … 』

『 Subaru: —¡Que Natsuki Subaru fue un hombre que, incluso más allá de la eternidad, siguió brillando igual que siempre, que su brillo nunca se rebajó ni al tono sepia! 』

La Biblioteca Prohibida comenzó a desmoronarse con el sonido de cristal rompiéndose.

El área que rodeaba a Subaru y Beatrice estaba llena de fisuras espaciales y llamas carbonizantes.
Pero en este momento, él no sentía ni calor, ni temor alguno.

En este instante, lo único que existía para Subaru era Beatrice.
Y lo único que existía para Beatrice, era Subaru.

Las temblorosas manos de Beatrice sujetaban el libro que recibió de su madre.
Con fe en que soltar ese libro significaba sanar sus cuatrocientos años de soledad, Subaru extendió su mano.

Y gritó.

『 Subaru: ¡Elígeme! ¡¡Beatrice!! 』

『 Beatrice: —auh, 』

『 Subaru: ¡Tú quieres que alguien te lleve al exterior! ¡¡Por eso siempre te sientas frente a la puerta!! 』

Con un último estruendo decisivo, ese mundo conoció su final.
La Biblioteca Prohibida, la prisión de soledad de la chica, fue consumida y borrada por las grietas y el fuego.
Pero justo antes—


—Un libro cayó al suelo de la Biblioteca Prohibida.

※ ※ ※ ※

Habiendo escapado por el pasadizo secreto y llegado la cabaña en las montañas, el grupo de Otto vio la mansión arder desde la cima de una pequeña colina.

Otto, Petra, y Frederica. Y Rem en la espalda de Frederica. Los cuatro habían logrado evacuar a salvo a través del pasadizo a las montañas.
Las montañas, y particularmente la zona que rodeaba la cabaña, aparentemente tenía una barrera para alejar a las mabestias. No veían señales de mabestias salvajes ni de alguna clase de emboscada de mabestias domadas en las proximidades.

Pero ninguno de los presentes tenía la compostura suficiente como para regocijarse por su supervivencia.
Todos ellos miraban hacia la mansión casi rezando, esperando que ocurriera alguna especie de cambio visible.
Mientras confiaban en que Subaru y Garfiel, quienes seguían adentro, estarían a salvo.

『 Otto: … 』

Dejando para después el tratamiento de sus heridas, Otto miraba hacia la mansión, tratando de ni siquiera parpadear. Petra se encontraba a su lado, presionando sus propias manos con una fuerza inconcebible para su edad. Estaba muy, pero muy, pero muy preocupada; tanto, que era insoportable. Todos sabían que la joven chica sentía un gran cariño por Subaru. Considerando su angustia, Otto no podía evitar rezar por el bienestar de Subaru.

『 Otto: … 』

Gentilmente, Otto puso su mano sobre la cabeza de Petra para tranquilizarla.
Le sonrió mientras ella volteó a verlo con sorpresa, para luego devolver su mirada hacia la mansión.

Y entonces se dio cuenta.

『 Otto: ...Allí. 』

En medio del ala principal de la mansión en llamas.
Una enorme explosión incendiaria estalló desde la oficina que contenía el pasadizo secreto que el grupo de Otto usó.
Las ventanas se quebraron, un abrumador infierno se extendió en todas direcciones, antes de que la mansión perdiera su forma — y colapsara.

『 Petra: Ah... 』

Otto escuchó el dolor de Petra.
Y Otto, habiendo presenciado esa misma realidad y concluido lo mismo que Petra, también trataba de resistir las ganas de gritar en negación. Pero, si perdía la compostura aquí, sería un insulto al corazón de la chica que probablemente quería llorar mucho más que él.

Pero los pensamientos de Otto fueron anulados.

『 Petra: ¡Otto-san, mira! 』

『 Otto: ¿¡Hghah!? 』

Justo cuando estaba por bajar la mirada, la pequeña mano de Petra lo abofeteó en la mejilla.
El golpe lo sorprendió, aturdiéndolo y haciéndolo ver estrellitas por un momento. Pero en seguida vio la mirada de emoción de Petra mientras apuntaba hacia la mansión, por lo que rápidamente volteó en la misma dirección, y lo comprendió.

『 Otto: Hah, jajajaja... 』

—Un pilar de luz blanca se extendía desde los escombros de la mansión hacia los cielos.

El pilar se curvó, tomando una forma parecida a la de un arcoíris, cambiando de ángulo hacia algún lugar lejano al este. 
Prácticamente anunciando que su destino yacía allá.

Otto conocía lo que había en esa dirección.
Por lo que su rostro se relajó mientras miraba a Petra celebrarlo, así que,

『 Otto: Ahora todo depende de ti. —Estoy verdaderamente exhausto. 』

※ ※ ※ ※

Mientras tanto, la misma luz que le trajo alivio a Otto fue presenciada por Garfiel, quien se encontraba prácticamente desnudo con sólo un taparrabos cubriéndolo. Chasqueó sus dientes.

『 Garfiel: ¡Ja! ¡Así que lo lograste, Capitán! ¡Sabía que podrías! ¡Hoshin mantiene sus promesas incluso después de muerto!

Habiendo escapado de la mansión y corrido hacia el bosque, Garfiel se puso la mano en la cintura mientras se reía como un idiota.
Al lado de Garfiel, en el suelo, había una joven chica inconsciente con sus extremidades atadas con pedazos de la misma tela de la poca ropa que traía Garfiel — era Meili.
¡Botín de guerra! Obviamente no era la manera en como iba a alardear al respecto, más bien sucedía que ella era una testigo involucrada en el ataque, y había muchas cosas sobre las que tenían que interrogarla.

Pero más que nada, los principios de Garfiel no le permitirían matar a la pequeña.

『 Garfiel: En fin, la mujer de negro debió haber quedado achicharrada. 』

Garfiel miró hacia la destruida mansión, suspirando.
Le había arrojado a la mujer una mabestia que la aplastó por completo — era un método indirecto que no dejó una sensación en sus manos; pero, aun así, Garfiel sabía que había escogido por voluntad propia destrozar una vida casi humana.

Sus manos temblaban, y podía sentir un doloroso nudo en el estómago.
Pero Garfiel reprimió esos sentimientos sacudiendo la cabeza, sentándose junto a la durmiente Meili antes de recargarse sobre un árbol.

『 Garfiel: Por ahora, dejaremos el sabor de la victoria y la sensación de matar para después. Nada de lo que mi asombroso ser haga logrará algo ahora mismo. ...Contamos contigo, Capitán. 』

Extendiendo su puño, Garfiel miró hacia el pilar de luz blanca.

『 Garfiel: Cuando todo ‘sto termine, ¡hay un idiota al que ambos debemos darle un buen puñetazo en la cara! 』

※ ※ ※ ※

— La atrapó.

Ella sabía que esto pasaría, y aun así la tomó.

Incluso aunque ella siempre había sabido que, si tomaba su mano, si se aferraba a esa calidez, nunca sería capaz de volver a sus noches de aislamiento y soledad.
Incluso aunque ella siempre se advirtió a sí misma sobre cuán insensato era sujetarse a una calidez efímera.

Esa voz, llamándola.
Esos ojos, mirándola.
Esas manos, necesitándola.

Incluso aunque ella siempre supo que nunca habría podido negarse.

— Subaru.

Sí, ese soy yo.

—Subaru, Subaru.

Así es. Ese es mi nombre.

— Subaru, Subaru, Subaru.

— ¡¡Subaru!!

Por fin me llamaste así.

※ ※ ※ ※

—La tormenta de nieve era devastadora.

Blancas cortinas impedían ver más allá del aliento propio, el cual se congelaba en el instante en que entraba en contacto con este gélido mundo.

La brisa que la envolvía era helada, y el viento de la tormenta llevaba consigo nieve tan afilada que casi cortaba la piel.
Pero, incluso en medio de esta feroz tormenta, la chica, cuyo cabello plateado oscilaba con el viento, cargaba con una fuerte voluntad en sus ojos amatistas, y miró hacia el frente.

『 ¡¡Nunca, jamás… permitiré que te lleves a nadie!! 』

Un brillo cubrió sus brazos mientras los extendía, y liberó una enorme cantidad de poder mágico.
La tormenta amplificaba la magia de congelación que se dejaba ver por medio de un pálido resplandor, la cual cortó a través de este mundo como una espada incandescente, cortando en pedazos una por una a aquellas blancas mabestias que no paraban de llegar.

El incesante y desagradable chasquido de sus pequeños dientes no paraba de sonar.
La encarnación del hambre — una antigua calamidad sin solución, especializada únicamente en devorar a su presa, algo con lo que nadie podía coexistir.

Sin dar un sólo paso atrás, la chica de cabello plateado se enfrentaba al ansia asesina del hambre, la cual seguía creciendo en número.
Pero su respiración estaba entrecortada y había perdido algo de control sobre su monstruoso maná: cristales blancos comenzaban a cubrir la mitad inferior de su cuerpo.

Si esto seguía así, no tardaría mucho en convertirse en una estatua de hielo.
Pero, incluso sabiendo eso, ella no podía retroceder.

『 … 』

La chica volteó a mirar detrás suya.
Ahí se encontraba todo lo que ella tenía que proteger de ser masacrado por estas mabestias: una tumba en ruinas, y varias vidas que estaban poniendo todas sus esperanzas sobre sus pequeños hombros.

Un hombre que no había entrado en las ruinas estaba observando aturdido la batalla de la chica, con una joven chica totalmente inmóvil de cabello rosado en sus brazos.

La mitad de su cuerpo se sentía congelado. Pero un fuego ardía en su interior.

¿Cómo podía quejarse o llorar luego de haberlos visto?
¿Con qué confianza o con qué propósito estaba ella de pie allí?

『 ¡No… no dejaré que acabes con nadie! Las manos de todos estaban unidas… ¡y pienso proteger eso! ¡Eso es lo que le prometí a mi Madre! 』

Un torrente de luz blanca impactó contra la horda de mabestias que se aproximaba.
No hacían chillido alguno al morir, sólo caían inmóviles en cuanto eran alcanzadas por el resplandor blanco. Presenciaban la triste muerte de sus compañeros, para justo después entrar en un estado de canibalismo y comérselos completamente hasta incluso morder la nieve.

Es terrible.
Pero tal vez las personas también sean así cuando se aferran a la esperanza.
Aún así. Aunque sea así—

『 Mientras no me olvide de Madre ni de Geuse, ni de todos el día de hoy… ni de lo que él escribió para mí, nunca me rendiré. 』

Incluso si terminaba convertida en hielo, ella jamás se arrepentiría.

Atravesando esta tormenta, las mabestias invasoras continuamente se acercaban más y más, acercándose a la chica y aquellos que confiaban en ella.
Si era necesario, ella estaba dispuesta a dar su vida.

Pero, justo cuando ese pensamiento comenzó a atormentar la mente de la chica, escuchó una voz.

『 Todo estará bien, no te excedas tanto, Emilia-tan. 』

『 … 』

Ella sabía que alguien acaba de aterrizar a su lado, habiendo descendido de las alturas.
Ella miró al lado. La tormenta de nieve era demasiado fuerte, aquellas cortinas de pulcro blanco le impedían ver el rostro de la otra persona.

Pero ella sabía exactamente de quién se trataba.

Su voz, su actitud y, sobre todo, el hecho de que siempre estaría ahí para ella cuando sea que ella lo necesitara.

『 No te preocupes por el resto, ya puedes descansar. —Nuestra batalla inaugural por la liberación está por comenzar. 』

『 Perdón. Pero no entendí nada de lo que dijiste. 』

Parecía que estaba sonriendo.
La silueta comenzó a caminar, seguida inmediatamente por una silueta más pequeña.

Entonces escuchó una segunda voz.
Esa voz sonaba animada, como si hubiera estado esperando por mucho, mucho tiempo por este momento—

『 Lo que viene ahora es algo totalmente desconocido, de hecho. 』

『 Sí, y vamos a hacer algo al respecto. —¡¡Tú y yo!! 』

El Espíritu Beatrice, y el Contratista Natsuki Subaru, dos entidades que a partir de ahora lucharían juntos batalla tras batalla, siempre de la mano, dieron inicio a su pelea inaugural justo aquí.