Monólogo de Kushida Kikyō

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Traducción
Japonés-Inglés: Madbunnyru
Inglés-Español: Maton456Full
Primer Corrector: Robert
Segundo Corrector: Carlos

(Versión para publicación web)

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¿La gente realmente vive de acuerdo a sus ideales? Yo lo hago. Estoy viviendo como mi yo ideal. Siempre supe que fui bendecida, incluso si me comparaba con mis compañeros. Tengo buena memoria y por eso sobresalí en lo académico. También soy buena en los deportes.

Además tengo confianza cuando se trata de socializar. También soy una persona muy flexible y puedo adaptarme a casi cualquier situación. Así que —

“¿Soy un ser humano perfecto?”

Si me preguntaras eso, la respuesta sería “No”. Hay chicas mucho más lindas que yo, hay gente más lista que yo y muchos más que son mejores deportistas que yo. Eso es obvio. Pero hay cosas en que los humanos no quieren perder, pase lo que pase. Ya sea la apariencia, la capacidad académica, los videojuegos o el canto. Cuando pierdes en algo en lo que se supone que eres bueno, cualquiera se sentiría frustrado.

Tengo un gran complejo con respecto a eso. Cada vez que pierdo contra alguien, mis sentimientos siempre se agitan mucho. Y con cada derrota, una oscuridad crecía en mi corazón. A veces incluso vomitaba por el intenso estrés. La realidad es así de cruel. Sé que no soy normal, pero tampoco soy una genio.

Me sentía bien cuando era una niña, todo el mundo me alababa como una genio, incluso cuando sólo realizaba tareas sencillas. Me sentí bien cuando la gente me alabó así, mi corazón bailó de alegría. Fuera lo que fuera que hiciera en mi clase, fui la mejor en ello. Yo era el héroe de la clase así como su ídol. 

Pero cuando llegué a la escuela secundaria, empecé a encontrarme con gente que era superior a mí en esos diversos campos. Hay gente a la que no puedo vencer. Esa realidad se hundió pesadamente en mi corazón. Así que busqué desesperadamente un escape de esa realidad. Algo en lo que no perdería con nadie. Quiero que la gente me respete. Quiero que la gente me envidie. No puedo hacer eso en lo académico ni en los deportes. La respuesta a la que llegué fue: “Haré que la gente confíe en mí más que en nadie”.

Al ser en quien más confiaban, podía volver a sentir una sensación de superioridad. Extendería mi amistad a chicos tan repugnantes que nadie se molestaría con ellos, o a chicas tan feas que se te revolvería el estómago. Guardé mis emociones y puse una sonrisa falsa, una falsa amabilidad. Y así me hice popular. Les caía bien a mis compañeros, senpais, kouhais, maestros e incluso a extraños. En cuanto a ser querido por los demás se refiere, me convertí en la mejor. Y para ser honesta, el día que me di cuenta de eso, me sentí realmente feliz. También me di cuenta de algo más ese día: la “confianza” es lo más valioso. Y detrás de la “confianza”, yacen “los secretos”. Cuando una persona confía de verdad en otra, le contará todos sus secretos.

Conocía las ansiedades ocultas del chico más popular de la clase, así como los temores de la persona más inteligente de la clase. Desde los secretos más profundos hasta los más triviales, tomé el control de cada uno de ellos. Y cada vez que alguien me confiaba sus secretos más profundos, mi corazón bailaba de alegría. Temblaba de un deleite abrumador cada vez que comprendía el secreto de alguien, el cual es tan importante para ellos como su propia vida. Soy la persona en la que más confían, y el objetivo de mi vida es mantenerlo como tal. Pero no lo sabía en ese momento. Que, guardando secretos como ese, tarde o temprano viviría mis días en constante estrés.

Y entonces... “ese” incidente ocurrió. Pero fue inevitable. Ellos fueron los que me rechazaron. Así que es inevitable. Ya que me hiciste daño, no puedes quejarte si te hago daño a cambio. Haré daño a otros antes de que me lo hagan a mí. Eso es obvio, ¿verdad? Pero, la imagen de “mi yo ideal” que todo el mundo veía, se quebró. El respeto y la envidia hacia mí desaparecieron, reemplazados por la cautela y el odio.

Se suponía que no sería así. Sólo quería una cosa. Ser de “confianza” para todos. Sentir ese sentido de superioridad una vez más. Así que prometí no dejar que volviera a suceder, mi corazón se emocionó por mi nueva vida en la escuela secundaria. Y esta vez, haré que funcione. Yo decidí eso. Aun así... eso pasó—. El primer día, que se suponía que iba a ser un nuevo comienzo para mí, se convirtió en una pesadilla. Me encontré con Horikita Suzune en el autobús a la escuela.

Ella es la única que sabe de ese “incidente” aquí. Y mientras ella exista, nunca conoceré la verdadera paz.