Traducción:
Robert
Carlos
Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)
※ ※ ※ ※ ※
Derramando lágrimas de sangre y apretando los dientes, Geuse gritó.
Emilia no podía evitar que unos escalofríos recorrieran su espalda.
Hasta hace un momento, algo negro había estado intentado engullir el cuerpo de Geuse. Entonces se detuvo de intentar tragárselo desde afuera y, ahora, aquello se retorcía dentro de él.
El cuerpo de Geuse se retorcía violentamente bajo sus negras vestiduras.
La sangre que se filtraba a través de la gruesa tela sugería lo espantoso que era su estado, e informaba que una pesadilla inimaginable se estaba desplegando en su interior.
『 Emilia: Geuse... 』
¿Qué narices puso Geuse en su interior?
¿Y qué fue ese ataque que derribó a Regulus?
Era como si ella no pudiera ver lo que estaba pasando, pero tuvo una sensación de déjà vu.
Era como si, hace poco, ella hubiera presenciado exactamente lo mismo—
『 ???: Has demostrado tu determinación magníficamente, Arzobispo Petelgeuse Romanée-Conti. 』
Una alegre voz femenina interrumpió los pensamientos de Emilia.
La tranquila interlocutora era Pandora, mirando a Geuse mientras este respiraba irregularmente y escupía sangre. Incluso mientras observaba a Regulus salir disparado hacia el cielo, la bella chica permaneció de pie tranquilamente, completamente imperturbable.
『 Pandora: Has hecho bien en consumir ese gen de bruja, aunque no estés calificado. Yo, Pandora, confiero a tu resolución y a tu férrea voluntad el puesto de Pereza. 』
『 Geuse: ¿Crees que deseo tal puesto? Mis deseos actuales no son más que uno. ¡Sin un momento de arrepentimiento por mi sacrificio, la seguridad de esa madre y su hija! 』
Fortuna y Emilia ya se habían ido del campo de batalla.
Geuse había ofrecido literalmente su sangre por su escape, decidido incluso a apostar su vida. Ante esa respuesta, Pandora levantó las cejas como si estuviera sorprendida, y entonces un enrojecimiento cubrió sus mejillas y sonrió encantada.
『 Pandora: Amor. Es maravilloso. 』
『 Geuse: Es una emoción que tú nunca entenderás… ¡DESu! 』
Geuse estaba preparado para luchar hasta el final, mientras que Pandora, persistentemente, estaba como si nada.
Él se sostuvo dolorosamente sobre una rodilla mientras levantaba su tembloroso brazo, abriendo forzosamente sus ojos ensangrentados mientras gritaba:
『 Geuse: ¡¡Autoridad de la Pereza — Mano Oculta!! 』
Inmediatamente después, una presión abrumadora estalló desde la posición de Geuse.
Pero los ojos de Emilia no podían discernir la naturaleza de esa fuerza. Geuse solo había extendido su brazo y gritado, sin producir cambios visibles en el mundo.
Aun así,
『 Emilia: ¡¿El bosque está siendo derribado?! 』
Las secuelas de la destrucción se extendían por toda el área que rodeaba a Geuse, como si fuera oprimida por serpientes invisibles. Los árboles se quebraban, la tierra se fisuraba, la suciedad y la hierba se dispersaban por el aire.
『 Geuse: Aaau... aaaaAAAAAAAAAAAAAA!! 』
Mientras destrozaba indiscriminadamente los alrededores de Geuse, la destrucción respondió a su grito mientras se dirigía hacia Pandora. Aunque se enfrentaba a una demolición similar a la de un gigante que se aproxima, pisoteando el bosque, ella no mostró ningún indicio de moverse de ese lugar.
Siendo así, la destrucción siguió su curso, envolviendo a la pequeña Pandora y —
『 ???: Oye. 』
『 Geuse: ¿¡—!? 』
『 ???: Vine aquí, estoy presente aquí, así que, ¿qué crees que estás haciendo sin prestarme la más mínima atención? Aunque yo sea gentil y desinteresado, tengo que pensar que ahora es un momento adecuado para enfadarme. 』
Cuando el impacto de la serpiente invisible iba a alcanzar a Pandora, una figura blanca se interpuso en el camino del ataque.
Con su pelo revoloteando, la mano levantada de Regulus había detenido la onda expansiva. Un impacto que mataría a cualquier persona ordinaria pasó sobre él mientras simplemente estaba parado allí, sin que le sucediera absolutamente nada.
No, incluso eso sería quedarse corto. Él había sido azotado contra el suelo con tanta fuerza que hizo estallar la tierra y, dejando a un lado las heridas, su cuerpo supuestamente enterrado en el suelo no tenía ni una pizca de suciedad.
『 Emilia: No puede ser... 』
Con la mano sobre la boca, Emilia enmudeció.
Al menos podía entender su regreso sano y salvo del ataque sorpresa de Fortuna. Si él poseía una habilidad de combate muy superior a la de Fortuna, entonces quizás había conseguido defenderse contra el letal ataque.
Pero el golpe invisible de Geuse era otra historia. Esta vez no hubo niebla blanca que obstruyera la visión de Emilia — había visto claramente cómo lanzaban a Regulus al aire y se estrellaba contra el suelo, indefenso.
Había una posibilidad en un millón de que no hubiera resultado herido.
Pero la absoluta falta de suciedad o tierra o cualquier otra suciedad sobre él era inexplicable.
Había algún tipo de truco para prevenir que los ataques — No — para evitar que los efectos externos influyeran en Regulus.
『 Geuse: ¡Regulus Corneas! 』
『 Regulus: ¿Puedo decir lo desagradable que es? El gen no te ha reconocido, y ahí estás tú ignorando tu colapso corporal para forzarlo. ¿No crees que eso es un insulto para nosotros que hemos alcanzado nuestra posición mediante el procedimiento correcto? ¿No crees que eso hiere el inamovible orgullo que tengo de mí mismo? 』
En consonancia con el movimiento del brazo de Geuse, la cara de Regulus se sacudió.
Su cuello giró como si le hubieran dado un puñetazo, pero cuando regresó rápidamente su cabeza a la posición correcta, ni un rastro del golpe manchaba su cara. Él simplemente frunció el ceño en desagrado, indefenso mientras era golpeado consecutivamente.
『 Echidna: No creo que veamos ningún desarrollo en particular si nos quedamos aquí. 』
La ofensiva de Geuse embistió contra la defensa de Regulus mientras éste repelía sin piedad los ataques.
Echidna habló desde atrás a Emilia, quien estaba observando a su viejo amigo apostar su vida en la batalla.
Emilia miró hacia atrás, mirando a la inexpresiva bruja.
『 Emilia: ¿Me estás diciendo que me vaya? Pero mira lo que le pasó a Geuse, ¡cuán frenéticamente lo está intentando! 』
『 Echidna: Sin embargo, la cuestión de si sus esfuerzos van a alcanzar un resultado deseado deja cierto espacio para el debate. Y desafortunadamente, no tengo intención de debatir contigo. No me interesa atormentar a los débiles, y oír incluso una sílaba de tu boca es el súmmum de lo desagradable. 』
『 Emilia: Entonces debería estar bien que nos quedemos calladas y observemos. Yo voy... 』
...a permanecer aquí, y ver la resolución de Geuse hasta el final.
Pero cuando ella iba a hacer esa afirmación, el propio corazón de Emilia le impidió decir nada.
La mano que movió hacia su pecho no encontró nada a lo cual aferrarse, así que recordó por qué fue que vino aquí. Fue para desafiar la Prueba y superar su pasado, por eso.
Emilia estaba siendo testigo de su auténtico pasado, el cual quería olvidar.
La lucha de Geuse aquí ciertamente ocurrió, y quizás su resultado era lo que ella debería vigilar, en lugar de lo que pasó con Fortuna y la joven Emilia.
— Pero eso significaría traicionar los sentimientos de Subaru, después de haberla despedido, y los sentimientos de Geuse, después de haber intentado asegurar el escape de Emilia y Fortuna.
¿Qué pasó con Fortuna y Emilia después de que Geuse les abriera una brecha para escapar?
Ella necesitaba desenterrar más de su no recuperado pasado, y revelar la respuesta.
『 Echidna: Parece que hasta tu deficiente cerebro puede entender cuál decisión es más sabia. 』
『 Emilia: ...Tienes razón. Vamos a seguirnos a mí y a Madre. ¿Geuse...? 』
『 Echidna: No te preocupes, es una batalla entre Arzobispos del Pecado. La balanza no se inclinará en favor de ninguno tan fácilmente. Sería otra historia si alguien más se uniera a la lucha... pero, de todos modos, es inconcebible que ella se involucre en la batalla. 』
La ferocidad de la lucha entre Geuse y Regulus aumentaba progresivamente.
La sangre brotaba de los ojos de Geuse, de su nariz, de su boca. En proporción con la escalada de daños que invadían sus entrañas, la destrucción invisible que él manipulaba aumentaba su precisión y fuerza.
Pero Regulus permanecía tan inalterable y ordinario que era anormal. Incluso con la destrucción cayendo sobre su indefensa figura, él simplemente se quedaba allí con cara de aburrimiento, despreciando la oposición de Geuse.
Parecía que la situación cambiaría instantáneamente si él decidiera pasar a la ofensiva.
『 Pandora: Hauauh... 』
La mirada de Echidna se dirigió rápidamente hacia Pandora, quien tenía el corazón acelerado y un semblante de excitación.
En verdad parecía que ella no se iba a involucrar en la lucha. Una hermosa chica que tenía frente a sí una batalla anormal, suspirando eróticamente.
Y dejando a un lado toda esa extrañeza,
『 Echidna: Voy a cambiar la escena… A ti y a tu madre, que escaparon al bosque. 』
『 Emilia: —u, 』
En respuesta a la conclusión de Emilia, Echidna levantó la mano y chasqueó los dedos.
Todo en la visión de Emilia se deformaba a medida que el paisaje del bosque cambiaba, y la falsa sensación de que el suelo bajo sus pies se cubría con algo nuevo abruptamente la llevó a tambalearse.
Ella levantó la cabeza. La destrucción no había llegado a esta sección del bosque, a este lugar familiar.
『 ???: ¡No! ¡Madre, no! ¡Por favor, no me dejes! 』
Oyendo la voz aguda de una niña llorando, Emilia levantó la cabeza.
Lo que ella tenía en frente era un árbol familiar — con su interior ahuecado y reconvertido en una habitación lo suficientemente grande como para albergar a un niño pequeño, lo que ella y su madre llamaban la Habitación de la Princesa.
Fortuna y la joven Emilia llorando estaban conversando afuera de su entrada.
Emilia se aferraba al pecho de Fortuna. Fortuna tomó los hombros de su hija y, frenéticamente,
『 Fortuna: Emilia, por favor, escúchame. Todo está bien. Todo está bien. Volveré... sí, me ocuparé de esto rápidamente y volveré enseguida. Así que por favor quédate escondida aquí mientras lo hago. Por favor. 』
『 Emilia: ¡No! ¡No quiero! ¡Madre Fortuna, estás haciendo una cara como la de Geuse! ¡Como la que hizo Geuse, ¿qué vas a hacer?! ¡Ma-marchándote sin mí, ¿qué… vas a...?! 』
Las manitas de Emilia se aferraban desesperadamente para evitar que su madre escapara.
Fortuna debía ser capaz de desenredarse fácilmente del agarre de un niño si así lo deseaba. El motivo para no soltarse cruelmente de las manos de Emilia se evidenciaba en sus ojos amatista mientras miraba a Emilia.
Fortuna era la madre de Emilia. Así que no podía apartar las manos de su llorona y aferrada hija.
『 Emilia: ¡No me dejes! ¡Déjame estar contigo! ¡No diré más mentiras! ¡No romperé promesas! Seré una buena chica, seré una buena chica... así que no te vayas, yo... 』
『 Fortuna: Emilia... Emilia, Emilia, ¡Emilia! 』
Emilia gritaba, no queriendo separarse de su madre, dispuesta a sacrificarlo todo para no tener que separarse de ella. Mientras el semblante de Fortuna se quebraba con la emoción, abrazó a su hija con fuerza. Si ella no presionaba la cara de su hija contra su pecho de esta manera, ella lo vería.
Su hija vería el semblante de su madre, vería las lágrimas desbordantes e incesantes, vería el camino de lágrimas que mojaban las mejillas de su madre.
『 Emilia: Madre, Fortuna... 』
La joven Emilia no había visto llorar a su madre, pero la Emilia mayor claramente sí.
Emilia nunca había imaginado que su madre —siempre noble, maravillosa, fuerte, respetable y sin siquiera una debilidad— había estado tan herida y aplacada por el dolor que lloraba tan febrilmente.
Mientras veía llorar a su madre, Emilia llegó a su límite.
Incapaz de poner sus manos en sus mejillas a tiempo, las lágrimas en sus ojos se derramaron una tras otra.
Habiendo visto esto, habiendo visto la cara de su madre en este instante, ella entendió.
Ella no lo había dudado nunca, pero verdaderamente en este segundo, ella se convenció de nuevo.
『 Emilia: Madre Fortuna... era, mi verdadera madre... 』
Su madre biológica, quienquiera que fuera, no tenía ningún significado para Emilia ahora.
La insistencia de Fortuna de que ella sólo era una sustituta no podría hacer que Emilia olvidara que era su verdadera madre.
Aunque fueron pronunciadas por la preciada y respetada Madre Fortuna, esas palabras eran las únicas que Emilia no podía aceptar.
『 Emilia: Te amo, Madre Fortuna... 』
Ese sentimiento no se doblegaría, dijeran lo que dijeran los demás.
『 ???: Fortuna-sama—! 』
La voz de un hombre llamó a Fortuna desde atrás mientras ella abrazaba a Emilia.
Fortuna se limpió la cara con la manga, escondiendo su torrente de lágrimas mientras se giró hacia el orador.
Su mirada se posó en un elfo que llevaba puesto un vestido ligero.
Era uno de los elfos que vivía en esta aldea, y alguien a quien Emilia también conocía.
『 Fortuna: Archi, ¿cómo está la aldea? 』
Él corría mientras Fortuna lo interrogaba con voz normal. Parecía que Archi había notado que Fortuna estaba llorando, pero sacudió la cabeza sin mencionarlo.
『 Archi: Es lo mismo en todas partes. Los subordinados del Arzobispo y los hombres de la aldea están luchando, pero... 』
『 Fortuna: Entonces, la situación no luce bien. 』
Fortuna bajó la mirada, mordiéndose el labio ante el lamentable desarrollo de la batalla.
Emilia observó ansiosamente a su madre, sin decir nada mientras agarraba su ropa y temblaba.
Archi notó su temblor.
『 Archi: Está bien, Emilia. No tengas miedo. Cree en todos nosotros, los aldeanos, los adultos. Además, tu madre es una persona muy fuerte y aterradora. 』
『 Emilia: S-sí... 』
『 Fortuna: Archi, ¿eso de “aterradora” era realmente necesario? Cielos... 』
Fortuna se cruzó de brazos, indignada. Pero asintió con la cabeza a las palabras indirectas de consideración de Archi: No podemos ser totalmente pesimistas sobre esto; y dirigió su mirada hacia la Habitación de la Princesa.
『 Fortuna: Esconderla aquí ya no funcionará, ¿verdad? 』
『 Archi: Por frustrante que sea, quedarse en el bosque significa que la encontrarán pronto. ¿Podría ser que su objetivo sea...? 』
『 Fortuna: El sello en lo profundo del bosque, probablemente. ¿Dónde se enteraron de eso? ¡E incluso esa mujer! 』
Según Geuse, a quien dejó atrás, los atacantes eran Regulus y Pandora, ambos del Culto de la Bruja. Fortuna parecía tener una hostilidad especial hacia la presencia de Pandora mientras se mordía el labio por la frustración, antes de sacudir fuertemente la cabeza.
『 Fortuna: Está bien; pero, de todos modos, iré. Soy la más fuerte de este bosque, no es el momento de quedarme sin hacer nada. 』
『 Archi: ¡No! ¡Seremos nosotros los que pelearemos! ¡Fortuna-sama, tome a Emilia y salga del bosque! 』
『 Fortuna: ¿Qué conseguiremos huyendo? El problema no se limitaría a que nos roben nuestras pacíficas tierras. El problema no es que nosotros perdamos. ¡Sino que ellos revelen el sello! 』
Fortuna rechazó los gritos de Archi con un tono aún más fuerte.
Y, avergonzada de responderle de esa manera,
『 Fortuna: Lo siento. Sé que me guardas rencor. Honestamente, no había razón para que todos ustedes se vieran envueltos en esto. Cuando Emilia y yo vinimos... les impusimos cargas que no necesitaban. 』
『 Archi: ¡No! ¡Como si fuera posible que alguno de nosotros pensara eso! 』
『 Fortuna: Archi... 』
Archi respondió ferozmente a la arrepentida voz de Fortuna, como si esto fuera lo que él no debía permitir que ella dijera. La cara del elfo se enrojeció y sus largas orejas decayeron por la furia.
『 Archi: ¡Por favor, deje de excluirnos constantemente de sus problemas! Con nuestra longeva vida, puede que sólo se haya sentido como un parpadeo... ¡Aun así! ¡Pasamos el mismo tiempo juntos, vimos las mismas cosas juntos! ¿¡Ha olvidado eso!? 』
Fortuna no dijo nada.
『 Archi: ¡Quién podría pensar mal de usted! Cuando tenemos grandes deudas con usted, con su hermano... con la madre de Emilia, ¡cómo puede pedirnos que olvidemos descaradamente lo que debemos! 』
Con sus emociones explotando, Archi le suplicaba a Fortuna al borde de las lágrimas.
El aún joven elfo respiraba agitadamente mientras caía de rodillas, gimiendo mientras miraba a Fortuna. Ella cerró los ojos en silencio.
『 Fortuna: Lo siento… Una vez más, he renegado de la familia con la que vivo. 』
『 Archi: Fortuna-sama... Q-quizás me he pasado... 』
『 Fortuna: No, era importante que lo hicieras. Lo siento, Archi. Y gracias. 』
Fortuna le dio las gracias a Archi, quien yacía de rodillas, y le ofreció la mano. Después de un momento de vacilación, Archi tomó la mano de Fortuna y se levantó en silencio.
Fortuna se giró para mirar a Emilia.
『 Fortuna: Emilia. Tu madre tiene un papel importante que desempeñar para proteger a todos. Vamos a estar separadas por un tiempo. 』
『 Emilia: N-no, Madre. Yo... Yo... 』
『 Fortuna: Por favor. Es sólo por poco tiempo, así que escucha por favor. Ve con Archi, y abandona el bosque. Este bosque... va a ser, muuuy peligroso pronto. 』
Emilia estaba a punto de derramar lágrimas mientras sacudía la cabeza, y Fortuna miró a Archi.
Su decidida mirada amatista hizo que el delgado cuerpo de Archi se paralizara.
『 Archi: For-Fortuna-sama... Yo, 』
『 Fortuna: Archi. Aún eres joven y tienes futuro. Por favor, llévate a Emilia, y... Sé que vivir en este mundo es muy duro, pero tiene que haber esperanza. 』
『 Archi: Yo... ¡No diga estas cosas como si fuera el final! ¡M-me quedaré en este bosque hasta el final, con todo el mundo! 』
『 Fortuna: Llévate a Emilia, por favor. Ella es mi… Es la querida hija de mi hermano y de mi cuñada. 』
『 Archi: ¡—! 』
Ésta no era más que la voz de una mujer frágil, ausente de la fuerza y nobleza de Fortuna.
Las lágrimas se deslizaron por la cara de Archi al escuchar la voz de Fortuna, como mujer y como madre.
Archi se tapó la cara con las manos mientras lloraba.
『 Archi: ¡No es justo...! ¡Cuando oyes algo así, sabes que es imposible negarse...! ¡Yo, quiero pelear con todos! ¡Pero! 』
『 Fortuna: Lo siento. Por favor, perdónanos por poner toda esta carga sobre los niños. 』
Pidiendo perdón, Fortuna puso sus manos sobre los hombros del joven elfo que seguía llorando.
Archi no dijo nada, pero aceptó la petición de Fortuna.
Ahora, a Fortuna sólo le faltaba persuadir a Emilia.
『 Fortuna: Emilia. 』
『 Emilia: ¡No! ¡Yo, yo quiero estar contigo, Madre! ¡Por favor! ¡Lo pido por favor! ¡Por favor, déjame estar contigo! No quiero, estar sola... 』
『 Fortuna: No estás sola en absoluto. Escucha atentamente. 』
Emilia gritó, no era receptiva. Se puso las manos sobre los oídos, tratando de callar cada palabra de la despedida de su madre, lo que hizo que la Emilia mayor quisiera jalar las mejillas de su joven yo.
No para castigarla por desobediencia; sino para que ella no se perdiera ni una sola sílaba de las palabras que Fortuna iba a decir.
『 Fortuna: Emilia. 』
Fortuna se agachó y abrazó a Emilia.
Ella tomó los brazos de Emilia en sus manos, impidiéndole taparse los oídos, y cuando su hija actúo presionando su cabeza contra ella, Fortuna frotó su mejilla contra el cabello plateado de su hija. Como si tocara algo, alguien, más amado que cualquier otro, teniendo cuidado de que no se quebrara.
『 Fortuna: Tu Madre siempre estará contigo. En tus recuerdos, cuando cierres los ojos. En tu corazón, cuando se caliente cuando te abraces. Bajo el mismo cielo donde resuene tu voz cuando grites. Tu Madre siempre estará contigo. Siempre, siempre, siempre, siempre... contigo. 』
『 Emilia: Mentirosa. Mentirosa, mentirosa, mentirosa... Estás mintiendo, madre... 』
『 Fortuna: Emilia. —Una promesa. 』
Emilia intentó descartar las palabras de su madre como un mero consuelo, pero entonces Fortuna la miró a los ojos y le dijo eso. La palabra promesa hizo que Emilia contuviera su aliento y cerrara la boca.
Conducida por la mirada de Fortuna hacia su palma extendida, la joven Emilia también colocó su palma sobre la de Fortuna.
『 Fortuna: Emilia, siempre estarás con tu Madre. Esa es la promesa que te hago ahora. 』
『 Emilia: ¿E-en serio... estarás conmigo? 』
『 Fortuna: Sí, de verdad. Más que a nadie en el mundo, tu Madre te ama muuucho, Lia. 』
El tierno llamado de “Lia” fue lo que hizo estallar el dique de lágrimas para la joven Emilia y para la Emilia mayor.
Las dos Emilias, la del presente y la del pasado, estaban sollozando y llorando.
『 Emilia: Madre Fortuna... yo también te quiero... te quiero, te quiero... 』
『 Emilia: Te quiero. Te quiero, Madre Fortuna. Te quiero, tanto, te quiero, te adoro... 』
Las emociones de las dos Emilias se superpusieron mientras ambas respondieron frenéticamente al amor que se les daba.
Ellas tensaron sus voces y presionaron sus cuerpos cerca de ella, para demostrar que, si no lo hacían, no podrían transmitir ni expresar todos estos sentimientos en sus corazones.
『 Fortuna: Te quiero, Lia. 』
Los labios suaves y cálidos de Fortuna la tocaron en sus mejillas, párpados y frente.
Aunque se le permitía compartir el tacto, compartir el abrazo, Fortuna había llegado tarde para aprender a expresar el amor como madre, y nunca lo haría — por lo que éste fue el momento en que Fortuna se aceptó a sí misma como madre de Emilia desde el fondo de su corazón.
『 Fortuna: …Cuento contigo, Archi. 』
『 Archi: …Entendido. 』
Después de haber transmitido su amor absoluto a su hija, Fortuna se puso de pie y llamó al joven.
Fortuna entregó a Archi la llorona Emilia, y él la sostuvo firmemente e hizo una gran reverencia.
『 Fortuna: Aléjense y pónganse a salvo. 』
『 Archi: Sí… ¡Lo haré! ¡A Emilia… A esta niña nadie le hará daño! 』
Las mejillas de Fortuna se relajaron de alivio.
Ella señaló a un camino que se adentraba más profundamente en el bosque.
『 Fortuna: Por allí. Te lo suplico. 』
『 Archi: … 』
Archi empezó a correr hacia donde apuntaba Fortuna, sin decir nada.
Siendo sujetada por él mientras corría por el bosque, Emilia asomó la cabeza por detrás de su hombro para ver a su madre mientras se alejaba. Ella gritó, pero no logró emitir ningún sonido.
Ante semejante grito, los ojos agudos de Fortuna se suavizaron muy tiernamente.
『 Fortuna: …Te quiero, Emilia. 』
※ ※ ※ ※ ※
Siendo sostenida por Archi, Emilia miró frenéticamente hacia donde perdió de vista a su madre.
Como si estuviera suplicando que esta mirada constante hiciera reaparecer a su madre.
Como si tuviera la vaga esperanza de que su madre vendría a seguirlos.
『 Archi: ¡Emilia! 』
Mientras sostenía su pequeño cuerpo, Archi podía sentir demasiado bien el espíritu testarudo de Emilia.
El rostro de Archi se volvió un caos al pensar en qué decirle al joven corazón de Emilia, habiéndose separado de Fortuna.
『 Echidna: …Estoy sorprendida. 』
Le dijo Echidna a Emilia, las dos corriendo una al lado de la otra persiguiendo a Archi.
Todavía afectada por haberse separado de su madre, y sin reprimir del todo su llanto, Emilia interrogó a Echidna sólo con la mirada. La bruja de pelo blanco se encogió de hombros.
『 Echidna: De que no te quedaras ahí atrás y siguieras tu yo pasado sin dudar. Estaba segura de que sería como cuando veíamos a Pereza, que prolongarías la escena con tu madre como una niña. 』
『 Emilia: …Ya te lo he dicho. ¡Estoy aquí para ver mi pasado! …Madre, y Geuse, y todos… por eso… 』
『 Echidna: Vale, vale. He dicho algo innecesario, ¿eh? 』
Echidna sacudió la cabeza, como si no hubiera obtenido la respuesta que quería.
Incluso Emilia debía sentirse irritada por la insensibilidad de Echidna, pero antes de que pueda mencionarlo, la joven Emilia se tapó el rostro con las manos.
『 Emilia: ¿Por, qué? ¿Por quééé? ¿Cómo es, que ha pasado… esto? E-es, porque yo… he roto, mi promesa… y salí de la habitación… 』
『 Archi: No. No, Emilia. ¡No es culpa tuya en absoluto! ¡No es culpa de Fortuna-sama! ¡No es culpa de nadie! ¡No te culpes! 』
『 Emilia: Pero entonces, ¿por qué? ¿Por qué, nos hemos separado? Madre… y también Geuse, ¿por qué...? ¿Me, me odian? Muchas, muchísimas personas, me odian así que, por eso… 』
Su increíblemente repentina separación de Geuse y Fortuna había acorralado el corazón de Emilia hasta el precipicio de la ruptura.
Pensando en lo que presagió esta situación y en sus propias acciones, la joven Emilia se sumergió en un mar de autoaborrecimiento.
Rompió su promesa. Salió de la habitación de la cual no debería haber salido. Sabía lo del sello, algo que ella no debería haber sabido. Parecía que todo lo que causó esto comenzó con sus propias acciones.
『 Emilia: ¿Debería haberme… quedado allí, quedado en la habitación? ¿Si lo hubiera hecho, nadie, se habría ido… y yo podría, estar con todos? 』
『 Archi: Emilia… 』
『 Emilia: ¿He sido una niña mala? ¿Me odiará, todo el mundo… y, estaré sola? 』
『 Archi: No… ¡No, Emilia! Nadie, nadie te odia. El mundo no está aquí para herirte… ¡El mundo está aquí para que todos podamos bendecirte! 』
Archi intentó frenéticamente persuadir a la sollozante Emilia.
En parte era un intento de detener el llanto de Emilia, pero sobre todo era como un deseo — porque él mismo quería creerlo.
Los gritos de Archi golpearon el corazón de la Emilia mayor.
No era sólo Fortuna y Geuse. Él y los demás aldeanos la habían protegido, amado, abierto sus brazos para asegurarse de que no estaba sola.
Hasta este preciso instante, ella no había recordado verdaderamente que siempre, siempre había sido así.
『 ???: ¡Ustedes—! 』
Con un grito agudo, alguien apareció sigilosamente delante de Archi mientras corría.
El personaje, vestido con una túnica negra, saltó desde un hueco entre los árboles, lo que hizo que Archi se detuviera inmediatamente y que su mirada se volviera cautelosa. Pero el hombre respondió levantando las manos.
『 Hombre: ¡Espera, no te asustes! ¡Soy uno de los dedos del Arzobispo Romanée-Conti! 』
『 Archi: ¡…Del Arzobispo! 』
Al escuchar el nombre de Geuse del hombre con la túnica hinchada, el alivio apareció en la cara de Archi. El hombre se acercó después de ver a Archi perder su cautela, y se dio cuenta de la presencia de Emilia.
『 Dedo: Esa niña… entonces, no puede ser que Fortuna-sama haya… 』
『 Archi: No te preocupes. Ella… ella simplemente me ha confiado a Emilia, y nos dejó. Fortuna-sama es la más hábil de esta aldea. Estoy seguro de que derrotará a los intrusos, y… 』
『 Dedo: …Aunque me resulta difícil de decir, me temo que es una victoria difícil de alcanzar. 』
El hombre bajó la mirada y su voz era débil.
Archi levantó las cejas, mientras el hombre suspiraba con cara muy seria.
『 Dedo: Hemos confirmado la presencia del Arzobispo de la Codicia, y nuestro Arzobispo ha empezado a luchar contra él. Si ese fuera el único problema y expulsáramos a los miembros extremistas de la fe, nos sería posible alejarlos, pero… 』
『 Archi: ¿Ha aparecido algún problema—? 』
『 Dedo: —Han soltado a la mabestia, la Serpiente Negra, en el bosque. 』
『 Archi: ¡¿?! 』
Las palabras del hombre dibujaron terror en el rostro de Archi.
Él sacudía la cabeza con incredulidad, señalando al bosque con la mano.
『 Archi: ¡Eso es absurdo! ¡Imposible! ¡La Serpiente Negra es todavía menos controlable que la Ballena Blanca o el Gran Conejo! No es como la Ballena Blanca, bajo las órdenes de Glotonería, o el Gran Conejo, cuyo rumbo puede guiarse… ¡La Serpiente Negra es simplemente un desastre natural que no escucha a nadie! ¡Una catástrofe entre las catástrofes! ¡¿Cómo?! 』
『 Dedo: …Pandora-sama, del Culto de la Bruja, lo ha acompañado. Pandora-sama no es capaz de controlar a la Serpiente Negra con su autoridad, pero sí que puede guiarla a un lugar. 』
『 Archi: ¿Pandora? Ese nombre no me… 』
『 Dedo: ¡Ella existe en secreto! En el Culto de la Bruja ella es tabú, incluso para la facción de moderados del Arzobispo y también para los extremistas. Y, ahora, ella ha venido aquí. 』
La sorpresa de Archi le impedía decir una sola palabra.
Que Archi no se hundiera en la desesperación se debía a los latidos de la vida en sus brazos. Porque sabía que no se le permitía ningún pesimismo.
『 Archi: Fortuna-sama ha declarado que debo lograr que Emilia huya. Independientemente de lo que lo pueda ocurrir a este bosque, esta niña… esta esperanza, ¡debe ser protegida! 』
『 Dedo: …Te acompañaré. Aunque no estoy seguro de cuánto podrá ayudar alguien tan débil como yo. 』
La persistente voluntad de lucha de Archi hizo que la mirada abatida del hombre pasase a mostrar decisión.
Abrió su túnica, mostrando unas piernas musculosas bastante robustas para su edad, y empezó a correr mientras tomaba la delantera en el camino de salida del bosque.
『 Dedo: Avanzaremos con cuidado, evitando a los extremistas. Si pudiésemos salir del bosque, las perspectivas deberían ser— 』
—mejores. Pero, en ese mismo instante, algo se enredó en la pierna del hombre que llevaba la delantera, haciendo que se cayera de costado mientras Archi gritaba y corría hacia él con pánico.
Pero, mientras Archi se aproximaba, el hombre le gritó.
『 Dedo: ¡¡Aléjense!! 』
『 Archi: ¡¿?! 』
『 Dedo: Me he descuidado… ¡pero quién hubiera imaginado que llegaría tan rápido! 』
El hombre levantó su cuerpo caído, pero eso es lo único que hizo. Sus piernas, por algún motivo, no se movían ni un centímetro.
Debajo de sus vestiduras volteadas — unas marcas como heridas de quemaduras negras manchaban sus expuestas espinillas.
『 Dedo: ¡Es la infame lengua de la Serpiente Negra! ¡Huyan! 』
『 Archi: ¡Pero…! 』
『 Dedo: Yo ya no tengo salvación… 』
El rostro del hombre comenzó a cambiar de aspecto rápidamente.
La piel de más arriba de su cuello era invadida progresivamente por marcas oscuras y moteadas, los ojos de su rostro de aspecto amable se abrieron de par en par, los globos oculares a punto de salir expulsados mientras su cara se hundía.
Con los dedos se arañaba el moteado cuello, y su boca derramaba grandes cantidades de espuma amarilla.
『 Dedo: ghb, bgbhgh... ahgbh, bgh... 』
Inmediatamente después de su agonizante gemido, sus cuencas oculares, sus fosas nasales, sus orejas, su boca, … cada uno de sus orificios comenzó a derramar sangre sucia, estrujando su vida a borbotones.
Al ser testigos de esa lamentable muerte, ni Archi ni Emilia pudieron mantener su compostura habitual. Incluso el semblante de Echidna parecía adolorido.
『 Archi: Crisol de Pestilencia… Mabestia de la Plaga, ¡la Serpiente Negra! 』
Habiendo visto el cruel final del hombre, y con la voz tensa, Archi nombró a la mabestia que mató al hombre.
Aunque no debería haber sido en respuesta a ese llamado, este bosque silencioso de no ser por la respiración de Archi y Emilia se convirtió abruptamente en huésped de otro ruido.
Como el húmedo roce de un gran animal lamiéndose los labios.
Como el deslizamiento de algo largo y delgado que se deslizaba por la tierra.
El ruido estaba en una escala ridículamente incorrecta, y era difícil de localizar. Pero el siseo de su lengua se parecía al ruido de una serpiente frente a su presa mientras se escurría sobre la tierra.
『 Archi: … ¡Mierda! 』
Al adivinar la verdadera identidad del sonido, Archi se dio cuenta de que él y Emilia estaban justo en medio del terreno de caza de la Serpiente Negra.
Aunque era consciente de que gritar sólo empeoraba la situación, tenía que gritar. No podía pensar en ningún otro método para rebelarse contra esa cosa.
Aunque no estaba seguro de hacia dónde correr, Archi se alejó a toda prisa del hombre. Las indicaciones de Fortuna ya no ocupaban ni un solo pensamiento en su mente. Ahora mismo, debía escapar de esta amenaza. Tenía algo que proteger.
La frenética resistencia de este joven elfo—
『 Archi: ¡Ahg—! 』
—fue cruelmente aplastada cuando una vil lengua negra le atrapó el tobillo derecho.
La piel desnuda que lamía esa lengua estaba manchándose con cicatrices de quemaduras oscuras y moteadas.
En cuanto lo vio, Archi apuntó con la palma de su mano abierta a su propio pie.
『 Archi: …¡¡FULA!! 』
Sin dudarlo, disparó una espada de viento para amputarse su herida pierna de la espinilla hacia abajo.
Perdió el equilibrio y, mientras caía, apoyó su cuerpo en el tronco de un árbol. La sangre brotaba de él y un dolor agonizante socavaba su cerebro, el cual soportaba apretando sus dientes tan fuerte que se fracturaban.
『 Archi: ¡Hyuumaaa…! 』
Un crujido sonó a través del aire mientras el muñón cortado de Archi comenzaba a congelarse. Transpirando neblina blanca, Archi chillaba mientras detenía forzosamente su hemorragia.
Sus horribles actos aturdieron a la Emilia mayor, dejándola en silencio. Decisiones instantáneas, soportando el dolor. Y la fuerza de su corazón, al no dejar de sostener a Emilia ni un solo momento, aun con todo lo que estaba pasando.
『 Emilia: ¿Archi...? 』
La joven Emilia no había presenciado las acciones de Archi ya que tenía la cabeza apretada contra su pecho. Y Archi tampoco tenía la más mínima intención de dejar que ella viera dichas acciones.
Incluso con la cara cubierta de sudor frío, Archi le dio a Emilia una torpe sonrisa.
『 Archi: No es… nada… ¡Estoy… bien! 』
A pesar de que hablaba entrecortadamente, Archi respondió eso para que Emilia no sintiera que algo iba mal.
Pero el cruel destino se reía siempre del espíritu de este noble hombre.
Se había amputado la pierna, sus frenéticos actos para tapar el sangrado de su muñón— mientras las partes no lesionadas de su pierna congelada parecían deshidratarse, agrietándose como una llanura de tierra sin agua, el daño se extendía.
Era como si la pierna de Archi estuviera muriendo como un páramo seco. Y no se detenía sólo en la pierna.
『 Archi: …Emilia. ¿Ves las flores blancas entre esos dos árboles? 』
『 Emilia: …Sí. 』
Archi se agachó apoyando la espalda en el árbol. Después de posarse en el suelo, Emilia miró hacia donde señalaba Archi, y asintió con la cabeza al ver las flores blancas.
Archi se limpió el sudor de la frente y escondió su agonía.
『 Archi: ¿Puedes, correr hacia esas flores? Corre, más allá de las flores… sigue recto… sigue recto, hacia delante… 』
『 Emilia: Puedo. Puedo, pero… 』
『 Archi: Entonces, empieza a correr— 』
Aunque estaba confundida, la joven Emilia reconoció ahora que el aspecto de Archi era increíblemente irregular, y sus ojos amatista vacilaban.
Vacilaban porque estaría sola. Porque de nuevo, perdería a alguien.
『 Archi: Todo va bien. Emilia, no, no estarás sola... 』
『 Emilia: Archi… 』
『 Archi: Y ahora, corre. Oigas lo que oigas, no mires atrás… ¡Corre! 』
La aguda orden de Archi hizo que los hombros de Emilia se alzaran de golpe, y se fue corriendo. Ella resistió la necesidad de mirar hacia atrás, ya que fue instruida a no hacerlo.
Las palabras de Archi, las palabras de Fortuna, las palabras de Geuse… todo resonaba en el cerebro de Emilia.
Para que ella pudiera creer: si hacía todo lo que le decían, todo volvería a la normalidad.
Para que ella pudiera convencerse a sí misma: seguir las instrucciones era la única esperanza que tenía actualmente.
Mientras Emilia huía y lo dejaba atrás, Archi la observaba desaparecer en la dirección de la esperanza.
Dio un largo suspiro y se arremangó la túnica.
La deshidratación ya le había cubierto las piernas y la cintura, habiendo llegado hasta el abdomen.
No podía mover las piernas, y de hecho parecía que bastaría con tocarlas para que se rompieran y se desintegrasen.
Cuando la deshidratación llegase a su pecho, a su corazón, ¿qué pasaría?
Oía el deslizamiento de la mabestia, frente a la presa.
Oía un deslizamiento, un ruido como si estuviera planeando llevarse a la niña que huía, la esperanza del bosque, lo que daba sentido al sacrificio de la débil vida que le quedaba a Archi, y robársela.
『 Archi: Como si alguien te fuera a dejar hacerlo… 』
El deslizamiento dejó de alejarse.
Como si hubiera recuperado el interés en la presa que aún seguía viva.
El ruido se acercaba. Aunque sentía que su final se acercaba, las mejillas de Archi se relajaron.
El hecho de que la muerte lo acechara significaba que la muerte se alejaba de la niña.
『 Archi: Sé que estará bien, Fortuna-sama. 』
El final se deslizaba cada vez más cerca.
Archi lo oía y, aunque se exponía a sí mismo a un peligro más mortal que cualquier otro, sonrió orgulloso de haber cumplido su cometido.
『 Archi: — 』
Aunque deshidratado, esa sonrisa permaneció inalterable.
※ ※ ※ ※ ※
—Emilia fue mucho más allá de las flores blancas.
『 Emilia: Hahh… hahh… hauhhh... 』
Respiraba con dificultad y exigía largos pasos a sus pequeñas piernas mientras corría por el bosque y pensaba en su madre, en Geuse, en Archi, y en que correr en esta dirección que Archi le había indicado era lo mejor que podía hacer, y no consideraría nada más.
『 Emilia: ¡Auhh… aaaaauah! 』
Sacudió la cabeza.
Lágrimas empezaron a fluir, y desesperadamente evitó que los sollozos saliesen por sus labios.
¿Qué estaba pasando, y por qué estaba pasando?
Todos sabían algo, y ella no sabía nada.
Ella no sabía qué hacer, no sabía nada de nada. ¿Acaso no había nada que pudiera hacer?
¿Quiénes atacaban a Fortuna, Geuse, Archi y los demás? ¿Qué podía hacer ella para que se fueran? ¿Cuál era su objetivo—?
『 Emilia: El, seio… 』
Sí.
Fortuna y Archi habían mencionado algo al respecto. Y las conversaciones de Geuse con Fortuna seguramente indicaron que esa cosa era importante.
Lo que significaba que su objetivo era...
『 Emilia: —auh. 』
Mientras corría, los pies de Emilia de repente sintieron el aire y, al perder de vista el suelo, se dio cuenta de que había entrado en una depresión del terreno del bosque.
Inmediatamente se estiró para tratar de detenerse, pero la empinada pendiente no ayudaba a la niña y, sumado a la inercia de su carrera, Emilia tropezó y cayó.
Normalmente lloraría por los rasguños y moretones y se pondría de pie de nuevo.
Pero esta vez, con el cuerpo y la mente totalmente fatigados, el golpe de la cabeza de Emilia contra el suelo la dejó inconsciente por un momento.
『 Emilia: Yo… 』
Justo ahora, cuando más necesitaba hacer algo.
Justo ahora, cuando pensaba que por fin lo sabía.
Con la llama del deber encendida en su pequeño pecho, perdió la consciencia.
—La historia deja de situarse donde estaba la niña, y temporalmente volvió hacia donde se situaba la lucha.
Para presenciar cómo concluían dos destinos.