Traducción:
John
Corrección y edición:
Jagaro (Primer corrector)
Carlos (Segundo corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)
Tercer regalo de la tarde traído a ustedes por un nuevo miembro del equipo, John. En estas últimas semanas se nos han unido unos cuantos nuevos integrantes y este es el primer capítulo publicado por parte de uno de ellos. Esta vez veremos lo que ocurre en el Santuario mientras Garfiel y Elsa se enfrentan en la mansión. Todavía quedan unos regalitos más, así que nos vemos más tarde.
※ ※ ※ ※ ※
—Respirando profundamente, Emilia volvió a desafiar las pruebas nada más salir de la Tumba.
En el interior de la Tumba, aislada de la luz de la luna, únicamente el pálido brillo de las paredes proporcionaba algo de luz. Ese fenómeno no era raro, ya que en lugares donde el maná ambiental prosperaba ayudaba a preservar la visibilidad.
Sin embargo, era inusual que este tipo de iluminación estuviera dentro de una estructura hecha por el hombre. Probablemente había sido reproducida por algún tipo de mecanismo en la construcción.
Un mecanismo como un Metia, funcional siempre y cuando el maná requerido estuviera almacenado—al intuir que el funcionamiento de la iluminación de la Tumba funcionaba así o de manera similar, Emilia silenciosamente tomó un respiro.
Dentro de la Tumba, Emilia advirtió la presencia distante de unos espíritus menores.
No es que hubieran desaparecido. Los espíritus menores son como el maná ambiental, siempre existiendo en todas partes. Hay polémica acerca de si siempre puedes advertir su presencia o si únicamente la puedes notar cuando son lo suficientemente fuertes para notarse, pero en ningún momento están ausentes.
Esta particular luz emergía de las paredes debido a unos mecanismos productores de luz.
La Tumba contenía una gran cantidad de maná fluyendo dentro y fuera de su estructura. El maná de la Tumba tenía un volumen fijo, con unas cantidades de maná que nunca excedían o bajaban de esa cantidad.
El nivel de maná que era necesario para mantener las luces de las paredes del Santuario era tan bajo que incluso los espíritus menores no podrían manifestarse lo suficiente, y por eso su presencia en la Tumba se sentía tan débil. Incluso asumiendo que los espíritus menores estuvieran presentes, estarían debilitados por el entorno.
『 Emilia: Este lugar es muuuy desagradable para los espiritualistas. 』
Alcanzando esa conclusión, Emilia susurró para sus adentros.
Tal vez superar la primera Prueba provocó que la sensación que tenía de estar acorralada desapareciera.
Tras haber ganado el suficiente coraje para observar sus alrededores, esta era la primera impresión que tuvo Emilia sobre la Tumba.
No era ninguna amenaza para los magos, ellos conjuran usando el maná que tienen almacenado en sus propios cuerpos. Pero si se quedasen sin reservas no tendrían forma de reabastecer su maná, y un mago con pocas puertas probablemente pensaría que la Tumba era un lugar peligroso.
Aunque apenas afectaría la capacidad de combate de personas como Emilia o Roswaal.
『 Emilia: Es extraño darme cuenta… de que apenas puedo sentir a quienes están en el exterior. 』
Habiendo recuperado sus capacidades como maga, la percepción de maná de Emilia había aumentado. Cuando estaba fuera de la Tumba, sintió el maná de tantas entidades que apenas podía controlarlo. Probablemente había captado el maná de prácticamente todas las criaturas, o quizás la presencia de prácticamente todo el Od. El impacto sobre su mente fue intenso. Necesitaba aprender a controlarlo rápidamente.
Pero esa lucha interior fue pospuesta mientras estaba dentro de la Tumba.
En su lugar, ella necesitaba esperar la Prueba, pero ella no sabía cuál opción era la mejor.
『 Emilia: Ram me ha suplicado. Tengo que mantenerme decidida 』
Emilia pensó en Ram, quien rogó con la cabeza inclinada a Emilia.
Ram nunca mostró tal debilidad, y ahí estaba mostrando sus emociones tan intensamente. Emilia únicamente podía responder a su solicitud, para pagarle la deuda por todo lo que había hecho hasta ahora.
Subaru, regresó a la mansión sin ver los resultados de Emilia, pero tenía completa fe en ella. Sus acciones expresaban su inquebrantable convicción de que Emilia podía lograrlo. Tenía que responder a la confianza de Subaru. De hecho, tenía que hacerlo incluso mejor que lo esperado y sorprenderlo.
『 Emilia: Me alegra que crean en mí, pero no es así la cosa. 』
Puede que los demás tuvieran asuntos importantes que resolver, pero Emilia tenía el derecho de quejarse de que todos ellos se fueran sin verla. Ella debería tener permiso para enfadarse y sacudirlos.
Y especialmente con Subaru. Los dos necesitaban tener una conversación realmente muy seria cuando termine todo esto.
『 Emilia: Como sea, esta sensación… La Prueba está por comenzar. 』
En cuanto entró en la Tumba, Emilia lo presintió en su piel.
Emilia no estaba segura de que salir y entrar a la Tumba fuera suficiente para que la Prueba comenzara, pero el frío aire de la Tumba le expresó la verdad.
No había necesidad de posponerlo.
Dentro de la Sala de las Pruebas, la segunda Prueba estaba esperando a Emilia.
『 Emilia: Vi mi pasado. Entonces, ¿lo próximo será...? 』
Con sus mejillas tensas, casi rígidas, se acarició el abdomen.
Comprobando su respiración irregular determinaba si sus nervios estaban o no fortalecidos. Lo estaban, a un nivel aceptable.
—La Sala de las Pruebas esperaba sin cambios mientras le daba la bienvenida a Emilia.
Ni siquiera había pasado una hora desde que se fue. Claramente nada había cambiado.
Tal vez esta sala conservaba una mayor carga de maná, ya que aquí la visibilidad era ligeramente mejor que en el pasillo. La entrada de la parte posterior de la sala se mantenía cerrada y sólida como siempre. Emilia se preguntaba qué le esperaba allí cuando hubiera superado la tercera Prueba.
Justo mientras pensaba en eso,
« Sé testigo de una realidad inalcanzable. »
『 Emilia: —hg. 』
Emilia lo escuchó.
Un murmullo en su oído, su propia voz.
En cuanto intentó considerar qué podría significar “una realidad inalcanzable", su consciencia se quedó en blanco.
Esta sensación extrajo del cuerpo de Emilia su alma y su mente, y las arrastró a otro mundo.
Al verse incapaz de resistirse, Emilia se dobló apoyándose contra la pared de la Tumba, antes de colapsar. Su visión se nublaba. Sus pensamientos se desvanecían. Su conciencia se apagaba.
『 Emilia: Subaru… 』
Insegura de qué dijeron sus propios labios, la Prueba comenzó.
※ ※ ※ ※ ※
『 ???: Ey, Lia. ¿A dónde te vas?, ven aquí. 』
Parada por esa voz gentil, Emilia se dio la vuelta.
Una mujer con pelo corto plateado la llamaba hacia la mesa del comedor. Sus ojos eran desagradables y su voz era gentil. Ambos indicaban el ideal de Emilia para una mujer.
『 Emilia: Madre… Fortuna… 』
『 Fortuna: ¿…? ¿Aún estás medio dormida? Entonces te quedaste despierta hasta tarde otra vez. Ya no eres una niña, no puedes estar dándole problemas a los demás de esta forma. 』
Fortuna se acercó y, con su habitual tono severo, golpeó con el dedo la frente de Emilia, produciendo una ligera marca roja en su frente. Emilia abrió más los ojos.
『 Emilia: Woah. 』
Un sonido de asombro se le escapó de sus labios antes de que pudiera darse cuenta. Así de fuerte le impactó esa imagen al corazón de Emilia.
Esta era la primera vez que Emilia había visto a Fortuna sacrificar su agilidad de movimiento vistiendo un delantal blanco adornado con volantes. No encajaba con la personalidad de Fortuna, pero le sentaba bien a su hermosa apariencia.
『 Emilia: Madre, eres linda. 』
『 Fortuna: ...¿A qué viene eso? En serio estás medio dormida. 』
Con sus mejillas ligeramente sonrojadas, Fortuna sujetó los hombros de Emilia y le dio la vuelta. Después empujó la espalda de Emilia y,
『 Fortuna: Lava tu cara en el río. Dejarás de decir cosas raras cuando el agua fría te haya despertado. Aunque, cuando se trata de ti, Lia, tal vez no haga efecto incluso cuando estás despierta. 』
『 Emilia: ¿Q-qué estás diciendo, Madre? Eso no es verdad. No estoy medio dormida en absoluto… y no he dicho ninguna fruslería rara en absoluto. 』
『 Fortuna: ¿Dónde has aprendido esas palabras tan arcaicas, fruslería? Estoy muuuy preocupada de que todos puedan estar molestándote y metiéndote cosas raras en tu cabeza. Tendré que interrogar a Archi después. 』
Emilia se quejó. Pero Fortuna solamente asintió, sin ceder ni un milímetro. Mientras le sorprendía que decir sus opiniones no sirviera de nada, Emilia dejó caer sus hombros y empezó a correr hacia el río.
『 ???: Oh, buenos días, Emilia. Hoy no luces muy animada. 』
『 ???: Vaya, es cierto. ¿Lo que significa que Fortuna-sama la regañó? ¿Se habrá quedado despierta hasta tarde? 』
『 ???: Emilia ya no es una niña. Seguramente quieras tiempo para ti de vez en cuando. 』
Después de salir de la casa y embarcarse de camino hacia el río, unas elfas de la aldea le empezaron a hablar.
Un grupo de elfas más mayores estaban conversando sentadas en una mesa rodeada por gruesas raíces de un árbol. Emilia escuchó que tenían la misma edad que Fortuna, aunque todas ellas, incluyendo a Fortuna, veían a Emilia como a una niña.
『 Emilia: Buenos días. Han salido temprano. 』
『 Elfa: Eres tú quien se ha despertado tarde, Emilia. Es maravilloso que estés ayudando en el trabajo de tu padre, pero estarás desperdiciando tu juventud si no utilizas un poco de tu tiempo para ti. 』
『 Elfa: Exacto, exacto. Eres muy linda, Emilia, necesitas divertirte mientras eres linda. 』
『 Elfa: Si yo aún fuera tan joven y linda como tú, Emilia, montaría en bicicleta por la aldea. 』
Emilia ladeó su cabeza al escuchar “montar en bicicleta por la aldea” mientras las mujeres se miraban entre sí y se reían, chillando. Los detalles de su conversación eran más o menos desconocidos para Emilia, pero era bueno que todas estuvieran divirtiéndose.
Sintiéndose feliz, Emilia se tranquilizó.
『 Elfa: Bien, eso está mucho mejor que ir con la mirada al suelo. Sonríe, sonríe, muéstranos una sonrisa. 』
『 Emilia: ...Claro. 』
Después de apuntar a la sonriente Emilia, los dedos de la mujer tiraron de sus mejillas para formar una sonrisa.
Emilia pensó que sus argumentos eran válidos, así que imitó el gesto, haciendo una sonrisa, y asintió.
Despidiéndose de las mujeres, Emilia retomó su camino hacia el río.
Ella escaló las retorcidas raíces de los árboles, pasó por las aberturas entre hojas frondosas. Al oír el burbujeo de un arroyuelo, Emilia empezó a correr, con una cara radiante.
『 Emilia: ¡Yaaaaaa—llegué! 』
『 ???: ¿¡Ah!? ¿¡Emilia!? 』
En cuanto apartó una rama gruesa y asomó su cabeza, Emilia vio a alguien delante secándose con una toalla, estupefacto. Dándose cuenta de que la intrusa era Emilia, los ojos del joven miraban a todos lados en confusión—
『 Emilia: Ah— 』
『 Joven: Auh— 』
Emilia se llevó la mano a la boca, mientras que el joven despistado se resbaló y cayó al río. ¡SPLASH! El agua salpicó con la caída del chico.
『 Emilia: ¡Archi! ¿Estás bien? 』
Al llegar hasta donde se resbaló Archi, Emilia miró hacia abajo y lo llamó.
Varias burbujas salieron a la superficie antes de que un joven rubio asomara del agua. El chico se limpió la cara con su mano, para luego mirar hacia la observante Emilia.
『 Archi: ¡Oye, Emilia! ¡No interrumpas a la gente cuando casi han terminado de bañarse! 』
『 Emilia: Lo siento. No pensé que hubiera alguien aquí… pero me alegra que fueras tú, Archi. 』
『 Archi: ¿¡Qué quieres decir!? 』
Emilia tocó su pecho en alivio. Archi gritó, maldiciendo la extrañeza de todo.
Entonces, Emilia puso un dedo en los labios mientras emitía un “mmm...”.
『 Emilia: Quiero decir que somos cercanos Archi, así que me perdonarás. 』
『 Archi: Auh… 』
『 Emilia: Siempre he pensado en ti como un hermano mayor… así que definitivamente vas a decir que no había remedio y vas a perdonarme, o eso creo. 』
『 Archi: ¿Que crees qué? Joder… no tienes ni idea de lo que siento… 』
Archi musitó sus lamentos mientras hundía su boca en el agua, escupiendo burbujas. Lo cual significaba que la última parte de su respuesta se ahogó y Emilia no lo pudo escuchar.
『 Emilia: Por cierto, he venido a bañarme. ¿Puedo meterme en el agua contigo? 』
『 Archi: ¿¡Qué!? ¡I-idiota, no! ¿Bañarte, en un sitio tan abierto como este? ¡Por supuesto que no puedes! ¡Sé un poco más discreta! ¿¡Pretendes ser una niña para siempre!? 』
『 Emilia: Ehhh… 』
『 Archi: ¡Nada de Ehhh! 』
『 Emilia: Wuhh… 』
『 Archi: ¡Tampoco nada de Wuhh! 』
Habiéndose preparado para saltar al río, Emilia se quejó ante la prohibición de Archi de bañarse. No estaba segura de por qué él se sentía tan incómodo, pero de cualquier forma Archi estaba siendo injusto hoy.
Tal vez estaba molesto por resbalarse y caerse en el río.
『 Emilia: Archi, lo siento. 』
『 Archi: Emm, mmm... ¿C-cómo es que estás siendo tan dócil de repente? 』
『 Emilia: Pensé que quizás no te gustó nada de nada caerte. Lo siento. Así que déjame tomar un baño. Si no lo hago, Madre Fortuna no me dejará comer. 』
『 Archi: ¡Eso es algo que solo una niña pensaría! 』
Archi gritó, llevándose las manos a la cabeza.
Al dejar de nadar, Archi se sumergió en el agua levemente, lo que significaba que, por un instante, no prestó atención a Emilia.
『 Emilia: ¡Bien! 』
『 Archi: ¡Ah! 』
Después de que ella exclamara silenciosamente, la luz del sol se filtró entre sus pestañas y sus pies dejaron de tocar el suelo.
El cabello plateado de Emilia se revolvía a su espalda tras sumergirse en el agua de pie.
El impacto de Emilia con el agua no causó ni una sola salpicadura innecesaria mientras se sumergía con sorprendente calma, alcanzando el fondo del profundo río.
El agua era tan cristalina, que los ojos abiertos de Emilia podían ver los peces y las plantas marinas meciéndose a merced de la corriente. Sus pies llegaron a tocar el fondo del río, y ascendió mientras paladeaba el leve cosquilleo que sintió al tocar la arena.
Su cara apareció al lado de Archi,
『 Emilia: —Pahh, 』
『 Archi: ¡Nada de Pahh! 』
Emilia se acomodó el cabello mojado hacia atrás mientras nadaba alejándose y gritando a Archi.
Archi frunció el ceño. Parecía que quería decir algo, pero supuso que decirlo no detendría a Emilia de todas formas; así que dio un profundo suspiro y fue detrás de Emilia.
『 Emilia: Esto se siente bien, Archi. 』
『 Archi: Claro, saltaste por propia voluntad. En cambio, yo fui asustado y mojado por el agua, así que me siento estafado. 』
『 Emilia: Vale. Me alegra que también te estés divirtiendo. 』
『 Archi: De verdad que eres una chica optimista, Emilia… 』
Sintiéndose elogiada, Emilia sacó su pecho orgullosa mientras flotaba en el agua.
Archi desvió su mirada mientras se rascaba su nariz. Sus mejillas estaban completamente rojas, pero el agua estaba fría.
『 Emilia: ¿Tienes fiebre? ¿Por eso estás molesto por haberte caído al agua? 』
Si ese hubiese sido el caso, entonces por supuesto que la regañaría por lo que hizo, incluso después que se disculpara.
Aunque Emilia estaría encantada de sacar a Archi del río y sanarlo con magia.
『 Archi: No, no es eso, no te preocupes. No se trata de eso. …Mmm, Emilia. Cerca de chicos, no deberías… quiero decir, cerca de gente, no deberías estar tan expuesta. Especialmente cerca de personas con quien no tienes mucha confianza. 』
『 Emilia: ¿…? Pero Archi, eres tú con quien tengo más confianza. 』
『 Archi: ¡Incluso con quienes tienes más confianza! Mmm… p-pero está bien que lo hagas cerca de mí. 』
『 Emilia: ¿Ni siquiera cerca de Madre? 』
『 Archi: ¡Cerca de Fortuna-sama, de mí, y esa mujer! 』
Gritándole a Emilia mientras ella ladeaba la cabeza, Archi se mordía el labio, su cara enrojeciéndose más y más. Entonces él se hundió en el agua y gruñó, desapareciendo de la vista de Emilia mientras ella fruncía el ceño.
Entonces, él salió del agua al borde del río, y se retiró a la orilla.
『 Archi: Venga, sal de ahí también, Emilia. Cuando intentas despertarte, normalmente sólo lavas tu cara, no tomas un baño. No creo que Fortuna-sama te dijera que te bañaras en plena mañana. 』
『 Emilia: De hecho, puede que tengas razón. …No traje un cambio de ropa. 』
『 Archi: En serio, qué estás haciendo… 』
Dijo Archi, luciendo impactado por el comportamiento imprudente de Emilia.
Emilia empezó a nadar hacia él, y entonces él fue corriendo al bosque y volvió con una toalla.
『 Archi: Sécate con esto, y envuélvete en ella hasta que regreses a tu casa. Demonios, eres toda una niña sin importar cuanto crezcas. 』
『 Emilia: Ajaja, lo siento, Archi. Gracias por prestármela. 』
Incluso Emilia tenía que reflexionar sobre sus acciones después de todo esto.
La mano estirada de Archi la tomó del brazo y la jaló fuera del río, donde ella tomó la toalla y secó su largo cabello. Este brillaba plateado con la luz del sol, terriblemente pesado con agua.
『 Emilia: …¿Mi cabello siempre fue tan largo? 』
『 Archi: ¿De qué estás hablando? Lo has dejado crecer por años. Bello y del mismo color que el de Fortuna-sama. 』
Mientras la toalla absorbía el agua, Archi la golpeó con esa afirmación.
Después de oírlo, a Emilia le pareció que él tenía razón, pero no sabía exactamente cuándo decidió ella dejarlo crecer.
Sentía que algo no encajaba, pero Emilia decidió ignorar esa extrañeza. Se quitó la humedad del pelo y empezó a secar su cuerpo con la toalla. Con eso hecho, se acercó al río para cumplir con su propósito original de lavarse la cara—
—Al ver su cara reflejada en el agua, Emilia sintió un nudo en la garganta.
Piel pálida. Ojos color Amatista. Labios rosados. Largo y brillante cabello plateado. Todo eso encajaba consigo misma. Nada había cambiado, y nada era extraño.
Pero sucedía lo contrario.
En su reflejo ella sólo podía ver cosas extrañas, cosas raras y cosas incorrectas.
『 Emilia: auh, eh… 』
Tocando, golpeando sus mejillas, Emilia exhaló con el aliento agitado una y otra vez.
Sus pulmones se sentían como si estuvieran convulsionando. Ella no podía respirar apropiadamente. Sus entrañas se constreñían, y una palpitante y dolorosa presión la recorría entera.
『 Archi: Emilia, ¿qué sucede? 』
Al darse cuenta del estado irregular de Emilia, Archi habló en voz baja.
Emilia seguía mirando fijamente el borde del agua, sin moverse, mientras Archi tocaba su hombro y acariciaba su cabeza por detrás.
『 Archi: ¿Viste algo extraño en el río? 』
『 Emilia: …No. 』
『 Archi: ¿Te empezó a doler el estómago? No puedo usar magia curativa, así que tendré que llevarte a otra persona… 』
『 Emilia: No, no es eso. 』
Ella sentía el tacto de la palma de Archi y oía el sonido de su voz. Pero no quitó su vista del agua.
Archi siguió la mirada de Emilia, aparentemente dándose cuenta de lo que ella estaba mirando. Él apuntó tímidamente al reflejo de Emilia en el agua.
『 Archi: ¿Le pasó algo a tu cara? Pero creo que luce igual, linda como siempre. 』
『 Emilia: Es la de un adulto… 』
『 Archi: ¿Eh? 』
『 Emilia: Mi cara es la de un adulto. …Ni siquiera había visto mi cara antes. 』
Al ver una cara desconocida en el agua, Emilia susurró con voz temblorosa.
Ella movió sus dedos para intentar verificar que esa cara no fuera la de ella, pero el reflejo seguía sus movimientos y negaba esa posibilidad. Esa cara le pertenecía. Nunca la había visto antes, y era la de ella.
『 Emilia: Yo… 』
Después de darse cuenta de la rareza más destacable, muchas más inconsistencias captaron su atención.
Ella miró hacia abajo. Su pecho había crecido. Su cabello también.
Sus extremidades eran más largas de lo que recordaba, y se suponía que había una mayor diferencia de tamaño entre ella y Archi.
La percepción que la gente tenía de ella y las conversaciones con ella habían cambiado de matiz.
En primer lugar, la gente le había mencionado muchas veces que ella ya no era una niña.
Exacto. No lo era.
『 Emilia: …Debo irme. 』
『 Archi: ¿Emilia? 』
Emilia se paró, su cabeza meneándose ligeramente al darse la vuelta.
El bosque por el que corrió, y la aldea. La casa donde Fortuna esperaba.
Ella necesitaba volver ahí.
Ella no sabía lo que necesitaba hacer todavía, pero ese punto por sí solo era una verdad inquebrantable.
『 Emilia: Archi, Lo siento. Volveré con Madre Fortuna. 』
『 Archi: S-sí… está bien, ¿pero está todo bien contigo? 』
『 Emilia: Estoy bien ahora. Lamento haber interrumpido tu baño. Y estaré bien sin la toalla. 』
Emilia se quitó la toalla y la empujó contra el confundido Archi.
Ella se aseguró de que él la tomara antes de salir corriendo a pie descalzo. Tan rápido como podía, de vuelta a su casa—y tras ella,
『 Archi: ¡Emilia! 』
Ella oyó a Archi.
Su corazón insistía en que ella no tenía tiempo para esperar, pero igual terminó deteniéndose. Como si alguien le hubiese dicho que nunca dejase que se le escapara una sola cosa que Archi dijera.
Ella miró hacia atrás. Archi alzó su mano.
『 Archi: ¡No sé qué sucede, pero si en algún momento estás preocupada por algo, siempre puedes hablar conmigo! ¡Porque yo… soy como un hermano para ti! 』
Después de un segundo de duda, Archi le dio a Emilia esas apasionadas palabras.
Por alguna razón, oírlas hacía que algo surgiera en el pecho de Emilia.
Ella definitivamente estaba feliz de haber oído esas palabras.
Pero tenía la sensación de que aquello que crecía en su corazón difería de la alegría ordinaria.
『 Emilia: ¡Cierto! ¡Gracias, hermano mayor! 』
Emilia sacudió su mano en respuesta al sonrojado Archi, y continuó con su carrera.
※ ※ ※ ※ ※
『 Fortuna: …Estoy segura que solo te dije que lavaras tu cara, ¿así que cómo te las arreglaste para regresar con todo tu cuerpo empapado? Tu madre está sorprendida. 』
Suspiró una atónita Fortuna mientras le daba la bienvenida a su empapada hija.
Aunque su cabello casi se había secado, la vestimenta blanca de Emilia se pegaba a su piel y agua goteaba de su falda.
『 Emilia: Lo siento, Madre. Estaba un poco… un poco muuuy medio dormida. 』
『 Fortuna: Sé que te dije que te lavaras la cara para quitarte la somnolencia, y desde luego sí que lo hiciste con ahínco. De verdad eres una niña sin importar cuanto crezcas. ¿Alguien te vio así? 』
Es embarazoso que alguien te vea cuando luces como una rata mojada, es probablemente lo que quiso decir.
Entonces, es un milagro que no me encontrase con nadie en el trayecto de vuelta, pensó Emilia a continuación.
『 Emilia: No, está bien. Sólo Archi vio. 』
『 Fortuna: Ah… Archi. Bueno, si es él… pero sospecho que Archi ha empezado a verte diferente de cómo lo solía hacer… 』
『 Emilia: ¿Madre? 』
『 Fortuna: Ah, emm, no, no es nada. En cualquier caso, ven acá. 』
Emilia bajó la mirada. Fortuna le dio una mirada resignada antes de acariciar la cabeza de Emilia, luego tomó su mano, y la jaló adentro de la casa. Pero seguía goteando agua de su ropa.
『 Emilia: Madre, la casa se está mojando toda. 』
『 Fortuna: Sólo habrá que secarlo después. Como sea, tengo una toalla, así que sécate con eso y cámbiate en tu cuarto. Prepararé el desayuno cuando vuelvas. 』
Esta casa, hecha en un árbol ahuecado, fue creada al verter maná en un viejo árbol para cambiar la forma del mismo. La casa de Emilia y Fortuna fue hecha a mano por Fortuna, y era una morada bastante grande para solo dos personas. El primer piso tenía cada uno de sus cuartos, mientras que la planta baja albergaba la cocina y el comedor.
Bien mirado, era un uso lujoso de las habitaciones.
—“Bien mirado” era una expresión un poco rara.
『 Fortuna: Vamos, en marcha. 』
『 Emilia: Agh. 』
Una toalla se presionó contra su cara mientras estaba pensando. Emilia miró a Fortuna en protesta, pero al ver la mirada de su Madre mientras ponía la mano en la cadera hizo que Emilia se rindiera rápidamente.
La toalla olía como el sol en su cara. Ella se secó mientras regresaba a su cuarto en el primer piso.
Su cuarto era completamente simple.
Ocurría lo mismo con Fortuna, pero a Emilia no le entusiasmaban precisamente las decoraciones sin sentido. Su cuarto albergaba el mínimo de muebles, aparte de unas pocas decoraciones. Tenía una caja de madera con su ropa dentro, al lado del cual Emilia se agachó. Agarró un conjunto aleatorio y rápidamente se cambió la ropa mojada por eso.
Al igual que con su cuarto, Emilia no sentía la necesidad de embellecer su vestimenta.
Ella sacó un conjunto de mangas cortas, lo suficientemente largo para cubrir su parte superior e inferior, y se lo puso. Luego se cambió la ropa interior y salió del cuarto mientras se esforzaba conscientemente para no mirar al objeto junto a la caja de ropa.
『 Emilia: Madre Fortuna, lavaré la ropa mojada por mí misma, así que… 』
『 ???: Cielos. Pienso que eso es filial y excelente de tu parte. 』
『 Emilia: ... 』
Emilia puso la ropa en una cesta, bajó las escaleras, y entonces oyó la voz de un hombre dándole la bienvenida. La respiración de Emilia se disparó al oír la amable y afectiva voz. Ella miró a la mesa del comedor.
Habitualmente Fortuna y Emilia eran las únicas en la mesa, así que una de esas tres sillas estaba de más. Era la silla que usaban cuando cierta persona venía de visita, la cual Fortuna sacó de más adentro en la casa.
La persona sentada en esa silla era desde luego familiar,
『 Emilia: Geuse. 』
『 Geuse: Efectivamente, es un placer verte de nuevo, Emilia-sama. Bueno, ¿te ha pasado algo notablemente diferente? 』
『 Emilia: ¿A mí? No, todo ha estado igual que siempre. Geuse, ha pasado muuucho tiempo. No sabía que venías hoy, ¿cómo es que estás aquí? 』
『 Geuse: ¿No lo sabías? Estaba seguro que le había pedido a mi dedo que te avisara con anticipación… 』
El hombre de cara apacible, Geuse, se puso la mano en el mentón para pensar. Él era una buena persona y aparentaba estar sinceramente desconcertado, pero Emilia dedujo quién era la culpable.
Ella pasó por el lado de Geuse para entrar a la cocina, donde vio a Fortuna con la mano en la boca, reprimiendo una risa.
『 Emilia: Madre, lo mantuviste en secreto. 』
『 Fortuna: Juju, ¿lo hice? Puede que simplemente se me haya olvidado. 』
『 Emilia: No lo creo. El asiento de Geuse está ahí, y estás preparando comida para tres. 』
『 Fortuna: Ah, ojos agudos. Eres usualmente un poco descentrada, pero eres tan perceptiva con estas cosas. 』
Fortuna guiñó un ojo a Emilia y silbó mientras tomaba un plato. Se lo acercó a Emilia.
『 Fortuna: Ahora ven y ayúdame a preparar la mesa, Lia. No puedes cocinar nada por ti misma, así que por lo menos debería pedirte que coloques las cosas. 』
『 Emilia: Joo... has cambiado el tema. Y no puedo cocinar porque no me quieres enseñar. 』
『 Fortuna: Tú sin duda confundirías el azúcar y la sal, y me asusta demasiado poner en la cocina a una chica que no puede manejar un cuchillo apropiadamente. 』
Respondiendo a las réplicas de Emilia, Fortuna colocó plato tras plato en la mesa. Aunque estaba disgustada, Emilia la siguió desanimadamente hasta la mesa.
Sentado en la mesa, Geuse miró a los aromáticos platos y sonrió.
『 Geuse: Me siento privilegiado por poder degustar su comida, Fortuna-sama. La alegría no disminuye ni un ápice, sin importar cuantas veces la disfrute. 』
『 Fortuna: Otra vez diciendo eso tan fácilmente. 』
『 Geuse: Sólo estoy expresando mis honestos sentimientos. 』
『 Fortuna: Eso es lo que digo que es enrevesado. 』
Geuse ladeó su cabeza, luciendo un poco preocupado.
Mirar su conversación hizo sonreír a Emilia. Con tan solo verlos, Emilia se olvidó por completo de cómo Fortuna la rebatió hasta la sumisión.
『 Emilia: Si la comida de Madre te hace tan feliz, Geuse, simplemente deberías vivir aquí también. 』
『 Fortuna: ¡Qu —Emilia! 』
Emilia se unió a la conversación soltando esa oración mientras colocaba un gran plato lleno de hortalizas en medio de la mesa. Inmediatamente, Fortuna entró en pánico y su cara brilló en rojo a la vez que miraba a Geuse.
『 Fortuna: N-no digas nada disparatado. Geuse tiene que lidiar con todo tipo de cosas, él está haciendo tiempo en su ocupado horario para venir a vernos y… 』
『 Geuse: Estoy encantado con la oferta, Emilia-sama. Si fuera una posibilidad, me gustaría llevarlo a cabo. Sinceramente lo haría. 』
Fortuna se apresuró a objetar, mientras que Geuse respondió calmado, los dos en absoluto contraste. La afirmación de Geuse acabó con el impulso de Fortuna y ella cayó en su silla, encogiéndose.
Al mirar a los dos, Emilia también tomó asiento.
—Esta escena que se desarrollaba ante ella lucía abrumadoramente natural para Emilia.
『 Emilia: Madre, Geuse, si ninguno de los dos tiene problema entonces deberían hacerlo. Nadie les impedirá hacerlo. Ah… ¿es posible que yo los esté estorbando? 』
Era obvio que Fortuna y Geuse pensaban favorablemente el uno del otro.
Quizás no estaban yendo más allá de este límite por la presencia de Emilia.
En cualquier caso, la preocupación de Emilia fue—
『 Fortuna: No lo haces. 』
『 Geuse: No lo haces. 』
—rápidamente disipada por los dos como si fuera una preocupación innecesaria.
Los ojos de Emilia se agrandaron. Fortuna y Geuse se miraron entre sí, dándose cuenta de que dijeron lo mismo, y se rieron.
『 Emilia: ¿Ven? Ustedes de verdad se llevan muuuy bien. 』
『 Fortuna: Deja de tomarnos el pelo, Emilia. Geuse, regáñala también. 』
『 Geuse: En efecto, Emilia-sama. Fortuna-sama es una persona espléndida. Si alguien de mi calaña abusara de su hospitalidad, pondría una carga sobre ella con rumores cuestionables. 』
『 Emilia: Jooo. Pero, creo que ya es tarde para preocuparse por eso. 』
Geuse se subestimaba a la vez que sobreestimaba a Fortuna. Emilia vio la tristeza en la mirada de Fortuna mientras lo veía, y levantó el dedo.
『 Emilia: Después de todo, la gente siempre me lo dice cuando voy fuera de casa. Que no cause problemas a Madre Fortuna o a Padre Romanée-Conti. 』
Era bastante gracioso lo estupefactos que se veían los dos al oír eso.
Emilia se puso la mano en la boca para evitar reírse, calmó su respiración, y,
『 Emilia: Hablo en serio. Cuando me quedé despierta hasta tarde anoche, y me obsesioné en extrapolar las diferencias entre los viejos libros que me dio Geuse y los mapas… todos me halagan por ayudar en el trabajo de mi Padre. 』
『 Fortuna: Qu-quién está, diciendo… 』
『 Emilia: Tehena-san del final de la calle, Mitto-san y la anciana Tansei. 』
『 Fortuna: ¡Esas tres chismosas…! 』
Imaginando sus caras flotando en el aire, Fortuna se mordió el labio frustrada.
Sus cejas se movieron hacia abajo enrabiada, su cara era un poco aterradora.
Emilia dijo, “bueeeno bueeeno” para consolarla, y,
『 Emilia: De cualquier forma, todos piensan eso. Y yo también, mmm, Yo, emm, pensé acerca de algunas cosas, más bien muchas, y, mmm, ehhh… es… 』
『 Geuse: Emilia-sama, no hay necesidad de que se fuerce a pensarlo. 』
『 Emilia: ¡N-no! ¡Creo que es bueno! ¡Es solo que se siente un poco como si Madre estuviera siendo alejada así que no me puedo calmar! 』
Todos los demás estaban completamente listos para ello, pero ellos dos y Emilia estaban siendo frívolos.
Emilia dijo que ese era su problema, pero aun así era un asunto entre dos personas, así que prefería que sus emociones no se interpusieran en su decisión.
Después de todo, incluso desde la perspectiva de Emilia, hacían una pareja maravillosa.
『 Emilia: Creo que sería muuuy bueno. Ustedes dos deberían pensarlo también. 』
Fortuna y Geuse estaban callados.
『 Emilia: Nadie en el bosque, ni yo, ni nadie va a detenerlos. ¡No dejaré que nadie les diga que está mal o que no pueden hacerlo! 』
La mano de Emilia golpeó la mesa mientras hablaba con fervor.
Ella luego se dio cuenta de que se estaba exaltando demasiado, y se vio desconcertada. Los dos la miraron mientras ella acomodaba su cabello y tomaba asiento.
『 Emilia: Y-y entonces… les dejaré el resto a ustedes jovencitos. 』
『 Fortuna: En serio, Emilia, ¿dónde estás aprendiendo todo esto? 』
Fortuna lucía impactada como siempre ante el comentario de la ruborizada Emilia. Pero su expresión rápidamente se desvaneció tras una risa,
『 Fortuna: Ju, jujuju. 』
『 Geuse: Ajaja, Emilia-sama… en efecto, has crecido. Me estaba fallando el juicio cuando pensé que no había nada diferente. 』
『 Fortuna: Sí, Geuse. Ella es mi orgullosa hija, desde luego que ella lo haría. 』
『 Geuse: Sí, la he subestimado. 』
Fortuna y Geuse se miraron entre sí y se rieron.
La atmósfera que rodeaba a ambos era aún más tierna que antes, y Emilia sintió que sus propias declaraciones habían traído un cambio.
Los dos rebosaban calidez.
La mirada que compartían, sin duda, llevaba una esencia diferente a la de antes.
— Era una escena terriblemente feliz.
『 Fortuna: ¿…Emilia? 』
Fortuna miró a Emilia y la llamó.
Emilia contuvo el aliento y se tapó la cara con las manos. Ella apresuradamente se limpió las lágrimas que amenazaban con derramarse de sus ojos, y dio un forzado, “Ah,”
『 Emilia: Yo, creo que tengo suciedad en el ojo. Una suciedad muuuy grande. 』
『 Fortuna: ¿Tan grande? ¿Estás bien? 』
『 Emilia: Estoy bien, solo es del tamaño de un puño. 』
『 Geuse: ¿E-estás segura de que vas a estar bien? 』
『 Emilia: ¡Estoy bien! 』
Emilia frotaba vigorosamente sus ojos mientras se ponía de pie.
Ella dejó la mesa, y se dirigió hacia el primer piso.
『 Emilia: Voy a ponerme unas gotas para los ojos realmente buenas. Van a refrescar tanto mis ojos que se van a salir. 』
『 Fortuna: Tus ojos son una amatista realmente linda, Emilia, no los tires. Son exactamente como los de mi hermano, y adorables. 』
『 Emilia: Y son del mismo color que los tuyos, Madre. 』
Los ojos de Fortuna se abrieron en sorpresa, quizá porque no esperaba esa respuesta. Emilia vio a Geuse reírse ante su expresión, y Emilia se rio también.
Ella sonreía cuando su pie llegó a la escalera, y miró a los dos.
『 Emilia: Ustedes dos desayunen. Yo volveré enseguida. 』
『 Fortuna: No estará tan bueno cuando se enfríe, así que vuelve enseguida de verdad. 』
『 Emilia: Sí, enseguida enseguida. 』
『 Geuse: Entonces aguardaremos tu retorno sosegadamente, Emilia-sama. 』
Con esas despedidas de Fortuna y Geuse, Emilia tomó un profundo respiro.
Ella miró de nuevo una última vez, viendo a los dos en la mesa,
『 Emilia: —Los amo a ambos. 』
Después de eso, Emilia regresó a su cuarto.
Emilia cerró la puerta de su cuarto y suspiró, soltando el aire dentro de ella.
Su interior se sentía apretado, constreñido. Ella se golpeó las mejillas para mentalizarse, sacudió la cabeza, y caminó hacia la esquina del cuarto.
Junto a la caja de ropa de Emilia había algo largo y delgado, con una delgada tela cubriéndolo.
Emilia nunca había pensado en usar esta cosa hasta ahora, pero,
『 Emilia: Si no lo enfrento, no empezará. 』
Por favor, dame coraje.
Emilia se pasó el dedo por los labios, recordando el calor mientras jalaba el manto.
La tela cayó.
Detrás había un pulido espejo de cuerpo completo para reflejar a Emilia de pies a cabeza—
『 ???: —¿Te concedió algo esta escena de felicidad ideal? 』
—Con una imagen de una bruja de pelo blanco parada donde debería estar la imagen de Emilia.