sábado, 22 de septiembre de 2018

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Reencuentros y rugidos


Traducción:
Pretinaverse

Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

Lo prometido es deuda. Primer regalito de este día de aniversario. Espero que lo disfruten. Mientras tanto, me iré a preparar la siguiente sorpresa que debería salir en un par de horitas más.

※ ※ ※ ※ ※

Conteniendo la respiración, la joven avanzaba por la oscuridad con pasos silenciosos. Estaba encogiendo su pequeño cuerpo, pareciendo aún más pequeña de lo normal, y prestando atención de no generar ruido ni siquiera con su ropa. Su mano permanecía sobre su boca, porque si no la obstruía físicamente, dejaría resbalar su respiración sibilante.

Ella deseaba fervientemente que los latidos incesantes de su corazón también se callasen.

La niña de cabello castaño, Petra, caminaba intranquila por la mansión, finalmente familiar, como si se hubiera perdido en un mundo desconocido.
En este instante, ella estaba verdaderamente agradecida por la alfombra mullida sobre los pisos. Había pensado que dificultaba caminar, pero era gracias a ésta que sus temblorosas piernas no producían ruido.

Se prometió a sí misma que, si tenía otra oportunidad de limpiarlas, pondría toda su gratitud y diligencia en su lavado.

Si no distraía su mente con otros temas, como el de la lavandería, sus piernas, que apenas se movían, se detendrían. Incluso ahora estaba procediendo a paso lento como una oruga. ¿Qué pasaría si dejara de hacerlo por completo? Pensar en eso la aterrorizaba.

En este momento, ella odiaba la longitud de este largo e interminable pasillo.

Petra estuvo encantada cuando la aceptaron para trabajar en esta gran mansión.
Aunque estaba cerca de la aldea, Petra consideraba esta mansión como un lugar extremadamente lejano. No por la distancia, sino por la posición social.

El gobernador y señor de la mansión, el Margrave, solía ir a la aldea de Arlam durante su tiempo libre.
Aunque él era de la nobleza, no asumía aires pretenciosos; y se reía y perdonaba los comentarios descorteses de los niños. Petra nunca había oído a los aldeanos hablar mal del Margrave, excepto sobre el tema de su vestimenta.
Petra tampoco había prestado especial atención al Margrave, pero sí que siempre había admirado el tamaño de su mansión.

Al ser de una aldea pequeña y con dos padres normales, Petra nunca habría llegado a este lugar. Aunque ella había hablado de querer ir a la capital y hacer ropa cuando creciera, eso era simplemente un sueño que ella creó y que era apropiado para su posición; porque, desde su infancia, siempre supo renunciar a alcanzar aquello que nunca lograría.

Hasta que Petra, inesperadamente, tuvo la oportunidad de trabajar en la mansión. Y, para colmo, estaría con alguien que le salvó la vida y hacia quien tenía algunos sentimientos. En cuanto a cuál de las dos cosas la deleitó más, pues que sea un secreto, pero lo último ganó, aunque solo fuera por un poquito.

Sea como sea, su empleo en esta mansión fue el comienzo de una vida de ensueño para Petra.
Aunque los amplios pasillos, las abundantes habitaciones y el extenso tiempo dedicado a la limpieza la dejaban hecha polvo; los días agitados trajeron alegría a la vida de Petra.

Este lugar de aspiraciones y sueños ahora la helaba hasta la médula con la forma en que la aterrorizaba.

Petra no sabía qué pasó ni qué estaba pasando.
Lo que sí sabía era que había terminado su trabajo, como de costumbre, y acababa de cenar sola con su sirvienta en jefe, Frederica.

Petra estaba de pie sobre un taburete mientras lavaba los platos, mientras que Frederica recogía la comida que había sido preparada para Beatrice-sama. Obviamente no habían logrado entregársela.
Petra nunca había visto a Beatrice ni una sola vez. A veces se preguntaba si realmente existía, pero viendo que Frederica, Emilia y Subaru parecían conocerla, Petra les siguió la corriente sin decir nada.

Los señores de la mansión estaban en algún lugar lejano.
Ignorando a las sirvientas Petra y Frederica, dos personas más permanecían en la mansión. Una era la invisible Beatrice, y la otra era la joven llamada Rem.
Ninguna de las dos comería, lo cual insatisfacía un poco a Petra.

Pero Petra se compadecía de la durmiente Rem, y no podía olvidar lo bien que Subaru trataba a esa chica.
La expresión de Subaru mientras miraba la cara de Rem era increíblemente vívida, tan emocional y angustiada que Petra dudaba incluso en sentir celos.
Y, por eso—

『 Petra: ...tengo que salvar a Rem-san. 』

Este veredicto por sí solo, expresado inconscientemente, era lo que estimulaba las acciones de Petra.

Después de que Frederica se deshiciera de la cena de Beatrice y de que Petra limpiara los platos, Frederica le ordenó a Petra que revisara el itinerario de trabajo para mañana, entre otras cosas.
Petra realmente quería ayudar a Frederica con el trabajo que le quedaba, pero estando todavía a mitad de su desarrollo físico, el cuerpo de Petra no era capaz de resistir trasnochar hasta tarde. Que Frederica reconociera el entusiasmo de Petra y la mandara a la cama era lo habitual.

Pero esta noche, de camino a su habitación, sucedió algo irregular.

—Todas las luces de la mansión se apagaron.

Sorprendida por la repentina oscuridad, Petra se aferró a la cercana Frederica. Frederica la tomó tiernamente y, después de decir algunas palabras tranquilizadoras, contuvo la respiración.

Petra nunca olvidaría cómo se congeló la atmósfera.
Ella ya había experimentado esta pesada aura antes. La angustia que corría dentro de ella la llevó a fortalecer su agarre sobre Frederica, quien silenciosamente apartó sus manos.

『 Frederica: Petra. Sé una buena chica, escúchame. Usa la escalera detrás de nosotros y sal. Sin hacer ningún ruido, en silencio, tan rápido como puedas, huye. 』

『 Petra: ¿P-pero qué hay de ti? 』

『 Frederica: Pronto te seguiré. Cuando hayas salido de la mansión, corre a la aldea. Después de que nos volvamos a reunir, esperaremos hasta la mañana para ordenar todo. 』

Frederica miró hacia adelante mientras pronunciaba sus amables palabras.
Luego empujó a Petra ligeramente detrás de ella, distanciándola. El aire neblinoso ocultaba la luna en aquel entonces, proveyéndolas de absolutamente nada de luz.

Petra sintió que Frederica se adelantaba en silencio.
Simultáneamente, Petra obedeció las instrucciones de Frederica y se dirigió hacia el pasillo, su camino opuesto al de Frederica. Se las arregló para llegar a la escalera y, justo cuando pensó en bajar, lo recordó.

『 Petra: Esto es... igual que el bosque. 』

Ella recordó dónde había experimentado esta atmósfera pesada y helada antes.
Ésta era la misma aura de hace dos meses, cuando ella y los demás niños de la aldea habían entrado en el bosque.

La misma aura que había sentido cuando estaba en medio de un bosque lleno de sanguinarias mabestias, con su vida en peligro.

『 Petra: Tengo que— 』

Al darse cuenta de algo, Petra movió los pies no para bajar, sino para subir.
Recordó las instrucciones de Frederica y se sintió culpable por violarlas.

Pero no podía dejar a Rem en una mansión idéntica a ese bosque.
Porque recordaba cómo Subaru la había sacado de esos aterradores bosques en aquel entonces.

『 Petra: —ah, 』

Luego de pensar en aquellos aterradores recuerdos, Petra sintió que estaba cerca de su destino.
Sin hacer ruido. Pasando desapercibida. Al adherirse obstinadamente a esas reglas, su lento viaje por fin llegaba al final de su camino.

Pero el solo hecho de llegar a la habitación de Rem no haría que la pequeña Petra fuera capaz de tomarla en brazos y huir con ella.
Petra había estado tan abrumada por la urgencia que ni siquiera había considerado ese hecho. Simplemente pensó que si llegaba a la habitación de Rem y confirmaba que ella estaba allí, todo saldría bien.

Estaba siendo atormentada por el terror de saber que la muerte estaba cerca y por un sentido del deber que no se ajustaba a su pequeña estatura.
Nadie podía culpar a Petra por no darse cuenta de lo obvio.

Sólo unos pocos pasos más, unos pocos metros más, a dos habitaciones de distancia, y ahí estaría.

Casi no quedaba ninguna distancia para llegar a su destino.
Su corazón palpitaba tan fuerte que parecía que explotaría, mientras que el ruido de su respiración se le escapaba entre los dedos.

Sólo un poco más lejos, sólo un poco más, sólo un poco—

—Al llegar a la habitación, Petra miró hacia arriba.
Y ahí es cuando sucedió. Cuando, fuera de la ventana del pasillo, el viento apartó las nubes que bloqueaban la luna.

La luz de la luna irradió entonces a través de la ventana, dando color a un mundo que antes era oscuro.
Y Petra la vio.

『 ¿¿??: Vaya, qué sirvienta tan adorable. 』

Una mujer tan oscura, que se fundía en las sombras, se encontraba directamente frente a ella.
Entre Petra y la puerta, a sólo tres pasos.

Se trataba de una mujer alta y de pelo largo.
Su ropa sensual mostraba generosamente su cuerpo voluptuoso. Su mano le dio un giro a su trenza mientras se acercaba tranquilamente. Todo esto sería excepcionalmente erótico, siempre y cuando no tuvieras en cuenta el cuchillo grande y reluciente en su mano libre.

『 Mujer: Por lo que me han dicho, tengo dos objetivos con uno más agregado. Eres la pequeña sirvienta, ¿no? 』

『 Petra: ...au, 』

『 Mujer: ¿Estás temblando? No te preocupes. Seguro que tus tripas son bonitas. Las chicas con futuro siempre tienen entrañas hermosas. 』

Petra no tenía idea de lo que ella estaba diciendo.

Pero sí sabía que su avance era sinónimo de que se acercaba la muerte.
Petra lo sabía, pero sus pies se congelaron frente al tremendo terror que sentía, impidiendo que se moviera.

La esbelta mujer sostenía un cuchillo demasiado grande.
Cuando esa cosa la golpease, la vida de Petra sería cosechada sangrientamente.
Y, aun así,

『 Mujer: Buena chica… te enviaré a conocer a los ángeles. 』

Despiadadamente, la mujer levantó su cuchillo, con la temblorosa niña como su objetivo.
La hoja atravesó el aire, amenazando con cortar el vientre de Petra muy pronto.

『 ¿¿??: ¡¡PETRA!! 』

Una gran silueta se abrió paso desde el otro extremo del pasillo, cortando el espacio entre Petra y el cuchillo, con chispas volando junto a un estridente ruido metálico.
La salvadora de Petra, con su largo cabello rubio y ondulante, era un personaje muy familiar para ella.
Sólo había una persona con una espalda tan grande y confiable que no parecía la de una mujer.

『 Petra: ¡Frederica nee-sama! 』

『 Frederica: Petra, niña traviesa. Te dije que huyeras... vas a recibir una reprimenda después de esto. 』

Dijo Frederica en tono severo mientras miraba a Petra.

『 Petra: ¡S-sí, señora! 』

Petra tembló ante las palabras “niña traviesa”, asintiendo varias veces con lágrimas a la espalda de Frederica.

『 Mujer: ¿Tú eres la sirvienta grande? Pues sí que eres grande de verdad. 』

Escuchando a las dos hablar entre ellas, la mujer con el cuchillo retrocedió un poco y ladeó la cabeza. La manera como su trenza se balanceaba con sus movimientos no concordaba con la extrañeza de la mujer, lo cual parecía un poco gracioso.

『 Frederica: Mi gran tamaño me molesta, sabes. Probablemente lo heredé de mi padre. 』

『 Mujer: Entonces tu padre era grande. Y al ser así de grande, debes tener unas entrañas espectaculares. Estoy excitada. 』

『 Frederica: Al parecer tus pasatiempos no son de muy buen gusto. 』

『 Mujer: Las tripas de las mujeres son más brillantes y vívidas que las de los hombres. Haré una comparación con las tuyas, y te lo demostraré. 』

Ante la absurda afirmación de la mujer, Frederica extendió ambos brazos al frente mientras adoptaba una postura de combate.
Sus manos estaban adornadas con unos cestus con garras afiladas, que eran probablemente las armas con las que detuvo el golpe de la mujer.
(NdT1: No conocía la palabra “cestus”. Según wiki, el cestus era un antiguo guante de batalla que se utilizaba en los juegos olímpicos de la Antigua Grecia, durante el pancracio, que era como se llamaba al boxeo que se practicaba en aquellos juegos.)

(NdT2: ¿Algo como esto? http://finalfantasy.wikia.com/wiki/Cat_Claws)

(NdT3: En la novela ligera, las manos de Frederica se convierten en zarpas)
Estos mitones de batalla se aprovechaban de la complexión grande y poderosa de Frederica, por lo que se podría decir que era un arma adecuada para ella, pero...

『 Frederica: Es frustrante, pero no creo que ésta vaya a ser una batalla equilibrada. 』

『 Mujer: Parece que tienes algo de habilidad, pero probablemente no tanta como yo. Después de una experiencia en la capital donde prácticamente morí, mis habilidades han mejorado. 』

『 Frederica: Ya veo. Me apetece maldecir a quien no te haya eliminado. 』

Al notar la pericia de la mujer frente a ella, un sudor frío comenzó a aparecer en la frente de Frederica.
La inusual monstruosidad que irradiaba de esa mujer, hacía que Frederica sintiera la disparidad de fuerza con sólo mirarla. Parecía que solo estuviera allí de pie, sin hacer nada y, sin embargo, una espesa aura de muerte emanaba de ella.

¿Cuántas vidas habrá arrebatado para poder tener esa horripilante aura?

『 Frederica: Petra. Esta vez, realmente abandona la mansión. La entretendré. 』

『 Petra: P-pero, nee-sama... 』

Petra miró hacia la puerta de la habitación de al lado.
Con eso, Frederica comprendió por qué Petra había desobedecido sus órdenes y vino aquí.
Y entonces,

『 Frederica: No sé quién te habrá contratado... pero parece que Petra y yo estamos en la lista de objetivos. 』

『 Mujer: Sí, lo están. Tú, la pequeña sirvienta, y la chica espíritu. No estoy exactamente satisfecha con la cantidad, pero nunca antes he abierto el vientre de un espíritu, así que estoy emocionada por ello. La última vez no alcancé a cumplir mi objetivo por muy poco. 』

『 Frederica: Pues sí que has divulgado esa información fácilmente. ¿No te descalifica eso como profesional? 』

『 Mujer: No me importa. Tu boca va a dejar de funcionar pronto y, si estás pensando en quejarte con mi empleador, pues sólo tengo que mantenerte callada. 』

『 Frederica: Qué trastornada. 』

Esta conversación podría darle dolor de cabeza a cualquiera.
Frederica sentía que hablar más con esa mujer sería inútil. Pero, por lo menos, ya había conseguido las respuestas que quería.

『 Frederica: Petra. Los objetivos de ella somos tú, yo y Beatrice-sama. ¿Lo entiendes? 』

『 Petra: —Sí, señora. 』

Petra asintió con la cabeza mientras se secaba las lágrimas.
Con todo lo que había escuchado, más esa última afirmación, Petra supuso las intenciones de Frederica.

Ella era una chica inteligente. Una buena estudiante. Alguien a quien Frederica no quería ver morir.

『 Frederica: ¡Vete! 』

『 Petra: ¡Sí, señora! 』

Petra prácticamente se tropezó consigo misma cuando se lanzó a correr.
Inmediatamente, la mujer vestida de negro le arrojó algo. Cuatro cuchillas, cortando el viento mientras se acercaban a la espalda de Petra. Su magnífica puntería era brillantemente repugnante, y un rápido movimiento del cestus de Frederica apenas consiguió desviarlos.

El estridente ruido metálico se desvaneció luego de que todos los cuchillos lanzados rebotasen, desviados de su curso.
Petra ni siquiera miró hacia atrás mientras huía. Ella confiaba plenamente en Frederica. Y tenía que responder a sus demandas.

『 Mujer: Es una buena chica. 』

『 Frederica: ¡Así es, ella es mi orgullo! 』

Frederica atacó con su cestus izquierdo a la mujer, quien lo esquivó inclinándose ligeramente hacia adelante. Sin embargo, apuntando inmediatamente después hacia al estómago de la mujer encorvada, Frederica lanzó una patada.
La patada de Frederica perforó el aire, con una potencia capaz de destruir paredes. A diferencia de su madre humana, el padre de Frederica era un mestizo proveniente de un linaje de criaturas luchadoras. Aunque no aprobaba del todo que esa sangre corriera por sus venas, estaba agradecida por su fuerza esta vez.

La patada golpeó a la mujer, quien abrió los ojos en sorpresa. Inmediatamente usó su mano libre para bloquear, pero la patada era más que suficiente para quebrar sus delgados brazos y—

『 Frederica: ¿Qué? 』

『 Mujer: ¿Esto realmente te sorprende? 』

Frederica contuvo el aliento. La mujer se había quedado completamente cabeza abajo, y sus labios escarlatas se relajaron en una sonrisa.
En cuanto su mano tocó la pierna de Frederica, en una situación que no perdonaría ni el más mínimo error de fuerza, la mujer realizó unas acrobacias casi imposibles, apoyando todo su peso corporal en la patada de Frederica, dejándose a sí misma con tan solo una mano libre. Frederica tembló al ver a esa mujer tan ligera como una pluma mientras se aferraba a su pierna elevada.

『 Frederica: ¡Araña! 』

『 Mujer: Otra persona me llamó de la misma manera hace no mucho tiempo. 』

Su voz sonó algo resentida, pero ese sentimiento no se reflejó en su feroz golpe.
La luz de la luna brilló en su cuchilla mientras se dirigía hacia el cuello de Frederica. Frederica inmediatamente usó su cestus para detenerla, pero tanto este brazo, como el otro que se suponía que ayudaría en la desviación, gritaron de dolor.
Aunque con una sola mano, y con los brazos mucho más delgados que los de Frederica, la fuerza de agarre de la mujer era inmensa.

Las chispas volaron cuando las cuchillas chocaron entre sí, mientras que Frederica bajó la pierna a la que la mujer se aferraba, para luego apuntar a su cara y—

『 Mujer: Mala elección. 』

La cuchilla permanecía atrapada en las garras del cestus— mientras que la mujer aprovechó esto como punto de pivote para voltear aún más arriba.
Se suponía que la trayectoria de la patada de Frederica la habría atrapado al caer, pero, en vez de eso, pasó inofensivamente por debajo de ella mientras que la mano libre de la mujer alcanzó su pierna. De debajo de su falda, se asomó otra cuchilla con un mal presagio.

『 Mujer: Muéstrame tus vibrantes interiores. 』

Todavía boca abajo, las dos cuchillas de la mujer volaron desde ambos lados, con tanta fuerza que cortaría a Frederica en dos.

※ ※ ※ ※ ※

Bajando rápidamente por las escaleras, Petra balanceaba con fuerza sus pequeños brazos mientras corría.

Ella escuchó los metálicos ruidos de las cuchillas chocando entre sí que provenían desde arriba, y el silencioso grito de Frederica.
Petra no era tan tonta como para seguir obsesionada con ideas tercas e infantiles que le impidiesen escuchar las órdenes de Frederica, quien estaba luchando para que ella pudiera huir.

Pero incluso Petra, que no sabía absolutamente nada sobre peleas, lo intuía.
Esa mujer sombría era un monstruo horripilante.

La cara de Frederica se veía muy aterradora, pero la sonrisa de la mujer no había vacilado ni por un momento. Petra no ignoraba la diferencia en sus fuerzas. De hecho, era increíblemente consciente de ello.
Dejar a Frederica así significaba que sería asesinada.

『 Petra: ¡Pero si Beatrice-sama estuviera aquí...! 』

Ella era la última persona presente en la mansión.
Parecía que la mujer sombría no era consciente de la presencia de Rem. Sin embargo, Petra creía que la mujer añadiría a Rem a su lista de objetivos si la encontrase. Pero mientras ella y Frederica se abstuvieran de anunciar el hecho de que Rem estaba allí, era poco probable que la mujer la descubriera.

『 Petra: Aquí… no está… ¡¿Entonces en esta?! 』

Después de bajar las escaleras, Petra abrió una puerta cercana al azar y revisó el interior.
Era increíble, pero parecía que Beatrice vivía dentro de una habitación en movimiento dentro de esta mansión. Si se abrían muchas de las puertas de la mansión, eventualmente una llevaría a la habitación de Beatrice. Así de poderosa era ella como maga.

Petra necesitaba la ayuda de esa maga ahora mismo.
Si esa persona estuviera presente aquí, entonces seguramente ayudaría a Frederica. Se desharía de esa mujer sombría y protegería la mansión de ensueño de Petra.

『 Petra: Aquí no está... aquí tampoco... ¡Nee-sama! 』

Sin aliento y con los ojos llenos de lágrimas, Petra estaba a punto de colapsar.
Había abierto todas las puertas cercanas en los cuartos de los sirvientes. Pero Beatrice no apareció. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Frederica empezó a pelear con esa mujer?
Petra necesitaba apresurarse, realmente necesitaba apresurarse, pero aun así…

『 Petra: Nee-sama… 』

Necesitaba correr. Pero sus piernas no se movían.
Petra golpeó sus piernas con sus palmas en un intento de vigorizar su corazón marchito. Pero no era suficiente. No podía ser valiente. Y sus esperanzas también estaban a segundos de desvanecerse.

『 Petra: —Subaru, 』

Con la debilidad dominando su corazón, el nombre que llamó en su desesperación pertenecía a alguien que no estaba aquí.
Era el nombre de la persona que Petra creía que era la más valiente del mundo.

Él era asombroso y valiente, capaz de dominar sus temblorosas piernas mientras se enfrentaba a oponentes a los que no podía derrotar.
Cuando Petra y los demás en la aldea estuvieron en verdadero peligro y ella misma casi murió, él fue su salvador —y su nombre era el que ella llamaba.
A pesar de que ella sabía que él no estaba aquí.

『 Petra: Subaru, Subaru... ayúdame, Subaru, 』

『 ¿¿??: Muy bien, lo haré, Petra. 』

『 Petra: —¿Qué? 』

Llorando y con la cara enterrada en sus manos, la voz provocó que Petra mirara hacia arriba.
Las lágrimas nublaban su visión. Alguien estaba parado justo frente a ella.

Esa persona se arrodilló para ponerse al nivel de los ojos de Petra y,

『 ¿¿??: Es mi culpa por llegar tarde. Pero aquí estoy para ayudarte. Qué bien que estás a salvo, Petra. 』

Su cara familiar, con esos ojos desagradables, le estaba dando una sonrisa incómoda.
Su semblante, mientras se esforzaba por consolar a Petra, no era tierno en lo más mínimo, lo cual le dio a Petra un alivio absoluto.

『 Petra: ¿Eres tú... Subaru? ¿Estás aquí? 』

『 Subaru: Soy yo y estoy aquí. Todo está bien ahora. 』

Asintió con la cabeza para consolarla y Petra se acercó a él.
Dio palmaditas en las mejillas y, por inclinarse demasiado hacia adelante, cayó y él la atrapó.

No era una alucinación ni un sueño, él estaba aquí. Él estaba aquí por ella.
Le encantaría poder disfrutar del alivio que le brindaba… Pero no era el momento para eso.

『 Petra: Subaru... Frederica nee-sama está peleando con una mujer arriba. 』

『 Subaru: ¿Frederica está peleando? 』

『 Petra: Ella es tenebrosa, con una cuchilla enorme... y daba mucho miedo. 』

『 Subaru: Una tenebrosa y horripilante mujer con una cuchilla enorme... sí, la conozco. 』

El semblante de Subaru se ensombreció.
Parecía que ambos entendían lo amenazante que ella era. Petra tiró del brazo de Subaru.

『 Petra: ¡Por favor, salva a Frederica nee-sama! ¡Derrota a esa mujer, Subaru! 』

『 Subaru: ¡De acuerdo, déjamelo todo a mí! …Es lo que me gustaría decir, pero si me enfrento a alguien a quien Frederica no puede vencer, ¡me convertiré en un cadáver en menos de un segundo! 』

『 Petra: … 』

Por un instante, el corazón de Petra amenazó con hundirse en la desesperación.
Pero la palma de Subaru bajó para acariciar suavemente la cabeza de Petra.

『 Subaru: Y por eso envié un refuerzo absurdamente fuerte en mi lugar. 』

Subaru miró hacia arriba como si pudiese observar a través del suelo, aparentemente imaginando la escena que se estaba desarrollando allí. Su expresión estaba entre relajada y preocupada, algo indefinido.

『 Subaru: Aunque, en una escena de reencuentro por la noche, alguien un poco molesto es demasiado molesto. 』

※ ※ ※ ※ ※

Frederica estaba a segundos de aceptar como un hecho: “me van a cortar en dos a través del estómago”.

『 ¿¿??: Lo siento por esto... pero no ‘stás invitada. 』

El metal chocó contra metal junto a una voz que sonaba gustosamente disgustada, lo cual era una contradicción, pero cierto.

Sonaba emocionado, pero también disgustado por su oponente.
Lo cual era de esperar.

『 Mujer: Tú... 』

『 ¿¿??: ¡¿Piensas seguir ahí cabeza abajo para siempre, eh?! —¡Muévete de una puta vez! 』

Sus cuchillas habían sido bloqueadas, causando que su ataque fuera ineficaz, luego de lo cual, el pecho de la mujer fue golpeado con una feroz patada, curvando su cuerpo en una “C” mientras salía disparada a lo lejos. El hombre bajó entonces su pierna levantada mientras golpeaba sus brazos uno contra el otro.

Sus dos brazos estaban equipados con escudos plateados y brillantes.
Un escudo de una mano para cada brazo, ambos cubriendo sus puños.

『 Hombre: De acuerdo al Capitán, dicen que la mejor defensa es una buena ofensiva. 』

Con sus afilados colmillos al aire, los dientes del hombre chasqueaban mientras hablaba.

『 Hombre: Así que aquí tienes. Conseguí unos escudos defensivos perfectos para atacar... La mejor ofensiva y la mejor defensa al mismo tiempo, así que, con dos de las mejores propiedades juntas, apuesto a que es lo más fuerte. 』

Era una lógica tonta, de nivel infantil.
Pero este hombre estaba aplicando su idea de nivel infantil, y usando dos escudos como armas.

El hombre rubio adoptó una postura con los pies alejados, mirando atentamente al oponente mientras inclinaba la cabeza hacia Frederica.

『 Hombre: ¿Tengo o no tengo razón, hermani— ¡¿Por qué diablos eres tan enorme?! 』

En ese instante, la atmósfera de guerrero que llevaba encima se disolvió.
Los ojos del hombre— no, del joven, se abrieron de golpe mientras miraba a Frederica de arriba abajo.

『 Joven: ¿¡Qué—!? ¿¡Es una broma!? ¿¡’Sta es mi hermana!? ¿Acaso mi hermana no es más pequeña, más delgada, con una cara más suave? ’Sta no es mi hermana, es más como un hermano... ¿¡agahh!? 』

『 Frederica: No seas descortés. 』

Frederica golpeó con la rodilla al maleducado joven en el costado.
El joven cayó al suelo antes de volver a levantarse lentamente. Mirando su cara mareada, Frederica se dio cuenta… de la cicatriz sobre su frente.

『 Frederica: ¿Eres tú, Garf? 』

『 Garfiel: Eso no importa… ¿De verdad que no me equivoco en llamarte Frederica? Es que no puedo creerlo... ¡gahk! 』

『 Frederica: No te olvides de referirte apropiadamente a mí como tu hermana mayor. 』

A medio camino de ponerse de pie de nuevo, un codazo en la espalda hizo que Garfiel volviera a la agonía.
Mirarlo con este dolor hizo que Frederica recordase cuando eran jóvenes: no tenían juguetes en el Santuario, y habían usado sus cuerpos para evitar el aburrimiento.
Frederica acababa de golpear a Garfiel sin importarle en lo más mínimo la diferencia de nueve años de edad que se llevaban. Exactamente igual que entonces.

『 Frederica: No. Garf... has crecido mucho. 』

『 Garfiel: ¡Parece sarcasmo cuando lo dices tú, ey! Y para que lo sepas, mi asombroso ser todavía está creciendo. ¡No creas que siempre ‘starás mirando hacia abajo la parte superior de mi cabeza! 』

『 Frederica: Jujuju, permíteme que me retracte. Tu cuerpo puede haber crecido, pero sigues igual de pequeño que siempre. 』

『 Garfiel: ¡¿Qué cojones significa eso?! 』

Garfiel mostró los dientes mientras objetaba a la declaración de Frederica. Esta interacción con su hermano pequeño, por primera vez en diez años, llenó a Frederica de una felicidad increíble.
Quién hubiera pensado que llegaría el día en que hablaría con Garfiel afuera del Santuario.

—Alguno de los que fueron al Santuario seguramente lo hizo bien.

¿Ram, Emilia o Subaru? ¿Cuál de ellos fue?

『 Frederica: Ah, Otto-sama también había ido para allá. 』

『 Garfiel: Ja, ese tipo nunca recibe lo que merece. Recuerda que el puente hecho por los Migurd colapsará del mismo modo que siempre. Supongo que él es justo ese tipo de hombre. 』

La visión de un hombre de pelo gris y aspecto desanimado surgió en la mente de ambos.
Mientras los dos hermanos llegaban a la misma conclusión, desde lo profundo del oscuro pasillo vino,

『 ¿¿??: ¿Te importa si empiezo a actuar ahora? 』

『 Garfiel: Te tomaste la molestia de ‘sperarnos. Eso fue bastante considerado de tu parte. Si vas a ser tan amable, ¿por qué no te olvidas de tu trabajo y te vas a casa? A mi asombroso ser no le gusta golpear mujeres por doquier. 』

『 Mujer: Vaya, qué amable eres. 』

Garfiel hizo gestos como si estuviera espantando a un bicho, mientras que la mujer sonrió.
Frederica golpeó la espalda de Garfiel porque estaba siendo demasiado confiado.

『 Frederica: Garf. La vas a pasar muy mal si la juzgas por su apariencia femenina. 』

『 Garfiel: Sí, ya lo sé, ella no es nada normal. De todas formas, ten por seguro que la única mujer en el mundo que recibirá de mí un trato especial por ser mujer es Ram. 』

『 Frederica: Si en algún momento pensaste que eso sonaría genial, te diré que no lo fue en lo más mínimo. Ram se reiría de ti. 』

『 Garfiel: ¡¿Pero qué mierda?! 』

Frederica parecía asombrada. Garfiel la miró, indignado.

—En ese instante, un disco plateado salió disparado de la mano de la mujer.

No, no era un disco, sino una cuchilla rotando verticalmente a una velocidad demencial. La cuchilla silbaba por el aire demasiado rápido para ser vista y se cernía sobre Garfiel, listo para abrirle la cabeza y salpicar sangre fresca por el pasillo.

『 Garfiel: Sabes… 』

『 Mujer: … 』

Los escudos metálicos traqueteaban juntos mientras una lluvia de chispas escapaba de ellos.
La cuchilla lanzada cortaba la cara del escudo derecho levantado, antes de que un hábil cambio en el ángulo del escudo hiciera que la cuchilla volase hacia arriba hasta perforar el techo. Garfiel no se quedó a ver eso, en su lugar echó a correr hacia adelante, deslizándose por el suelo al acercarse a la mujer mientras levantaba su otro escudo.

『 Garfiel: Te dije que te largaras de aquí, ¿sí? 』

『 Mujer: Lo he oído, y ésta es mi respuesta. 』

Justo antes de que su puño pudiese golpearla, la mujer retrocedió y jaló con su brazo.
Inmediatamente, la cuchilla detrás de Garfiel se arrancó del techo, girando de nuevo con impulso mientras lo atacaba por la espalda.
Había un hilo alrededor del mango del cuchillo, conectado al otro cuchillo de la mujer.

『 Frederica: ¡Garf! 』

Ella tardó demasiado en advertirle.
La cuchilla giraba a medida que se acercaba al brazo levantado de Garfiel, lista para cortarlo en dos, mientras éste se encontraba a segundos de golpear a la mujer. Pero,

『 Garfiel: ¡Maldita mujer! 』

『 Frederica: ¡¿—?! 』

En cuanto Frederica llegó a él, o mejor dicho que no llegó a él, Garfiel gritó.
El diámetro de su brazo aumentó de golpe, quedando tan grueso como un tronco, y pelaje dorado lo cubrió. Claramente no era la extremidad de ningún humano, sino la de un animal.
Hasta la mujer tenía una mirada aturdida.

Con un rugido, Garfiel golpeó, con su puño y su escudo, el estómago de la mujer.
Por supuesto, habiendo atacado sin la más mínima intención de esquivar, la cuchilla alcanzó el brazo de Garfiel. Pero había fallado en cortar a través de la gruesa extremidad y su densa capa de pelaje por completo.

『 Mujer: ¡¿—Gauh!? 』

『 Garfiel: ¡Fuera de aquí, mujer! 』

Completamente molesto por el dolor, el golpe del puño de Garfiel lanzó a la mujer por los aires. Incapaz de parar el impulso, se estrelló contra el suelo, procediendo a rebotar y rodar más lejos por el suelo.
Garfiel observó cómo caía mientras se arrancaba la cuchilla del hombro. Sus colmillos cortaron el cable que tenía unido y lanzó la cuchilla por una ventana cercana.

『 Garfiel: ¡Ja! ¡Dicen que Kurgan destaja a sus enemigos aun sin sus brazos! ¡Si crees que mi asombroso ser se va a asustar y acobardarme por el dolor, te ‘quivocas, imbécil! 』

『 Frederica ¡El imbécil eres tú! 』

『 Garfiel: ¡¿Dgha!? 』

Garfiel se jactaba, cuando el puño de su hermana golpeó la parte trasera de su cabeza.
Garfiel cayó en cuclillas, mirando hacia atrás en protesta por el imprevisto castigo.

『 Frederica: Luchar de una manera que te hiere... La abuela lloraría si viera esto. 』

『 Garfiel: Aeuh, guh... N-no es que no supiera lo que nana pensaría de eso… 』

『 Frederica: ¡¿Es así como tratas a nuestra abuela?! ¡No recuerdo haberte criado para que fueras así! 』

『 Garfiel: No nos hemos visto desde que tenía cuatro años y, finalmente cuando nos reunimos, te comportas así. ¡Tú eres la que actúa de forma insólita aquí! 』

La respiración de Garfiel se sobresaltó. Frederica también miró hacia adelante, para encontrar una silueta negra levantándose lánguidamente.

La mujer se levantó en silencio y giró la cuchilla en su mano antes de coger la sangre que goteaba de su boca sobre su dedo y lamerla. Una hermosa sonrisa apareció en su rostro.

『 Mujer: —Pero qué maravilloso eres. Muy maravilloso. Un niño bastante enérgico. 』

『 Garfiel: Honestamente, mi asombroso ser tampoco pensaba que volverías después de eso. Lo siento, te subestimé un poco. 』

Garfiel juntó sus manos mientras se disculpaba.
Ese intercambio de palabras no parecía exactamente algo dicho entre dos monstruos que intentaban matarse mutuamente, pero hizo que Frederica olvidara por un momento el paso del tiempo.
Ella sacudió entonces la cabeza para recuperar la compostura.

『 Frederica: ¡Garf! Esta mujer está envuelta en misterio. Ten cuidado de no aflojar la guardia... 』

『 Garfiel: Te digo que ya lo sé. Pero, de todos modos, hermani— hermana, ¿conoces a una chica llamada Rem? 』

『 Frederica: ¿…? Sí, está en esta mansión. Yo, erm, escuché que ella es la hermana menor de Ram. 』

Frederica tampoco estaba irrevocablemente segura de ese punto.
Frederica conocía a Ram desde su infancia, y esos recuerdos no incluían a ninguna hermana menor de ella.
Pero Subaru explicó que Rem era la hermana menor de Ram, y ellas se parecían en un grado chocante. Aparentemente estaba sufriendo de una afección del Culto de la Bruja que la borró de los recuerdos de todos.

『 Garfiel: ¿Se parece a Ram? 』

『 Frederica: Exactamente igual a Ram. Pero eso no es ninguna excusa para que la uses como reemplazo. 』

『 Garfiel: No planeaba hacer nada tan rastrero como eso. Sólo quería saber. —En serio, pues. 』

Mientras conversaban, la mujer giró los hombros y las piernas, comprobando su estado físico.
Quizás les estaba dando tiempo para tener su conversación. Aunque sus pensamientos tampoco estaban exactamente claros.
De cualquier manera,

『 Garfiel: Hermana, si ella se encuentra en algún lugar de este piso, encuentra una apertura y sácala. Mis asombrosas manos van a estar ocupadas con ella. 』

『 Frederica: ¿Q-qué estás diciendo? Yo también lucharé. Con nosotros juntos, nuestras oportunidades... 』

『 Mujer: Me pregunto si realmente sería así. 』

Frederica miró a la mujer, con ojos afilados, y ella escondió su sonrisa bajo su cuchilla.

『 Mujer: Por favor, no tienes por qué poner una cara tan intimidante. Estoy segura que tu hermanito demostrará que no me equivoco en mis declaraciones. 』

『 Frederica: ¿...Garf? 』

Frederica frunció el ceño, confundida.
Garfiel ajustó el ángulo de sus escudos.

『 Garfiel: Lo siento, hermana. No es un oponente tan fácil como para que yo pueda preocuparme por lo que pasa detrás de mí. 』

『 Frederica: ¡¿Qu—?! 』

“Me estorbarás”, es lo que parecía decirle a la enmudecida Frederica.
Aunque ella reconocía que sus propias habilidades eran muy inferiores a las de la mujer, seguía siendo insultante escuchar que era tan inútil que sería un estorbo.

『 Garfiel: No me malinterpretes, hermana. No digo que seas un estorbo. 』

『 Frederica: ...Entonces, ¿qué estás diciendo? 』

『 Garfiel: Si yo y esa tipa nos ponemos serios, este lugar se convertirá en un campo de batalla. 』

Garfiel se señaló a sí mismo y luego a la mujer. Ella sonrió feliz, como afirmando sus palabras, mientras jugueteaba con su trenza antes de inclinarse hacia adelante.

『 Mujer: Exactamente. ...así que será mejor que te retires. 』

Batalla—un sentido que sólo los verdaderamente fuertes podían comprender.
Al reconocer lo mucho que la superaban, la frustración ardió en el interior de Frederica.
Se había reunido con su hermano después de diez años, y ni siquiera podía ayudarlo.

『 Garfiel: Deja de pensar en tonterías sin sentido, hermana. 』

『 Frederica: Garf... 』

『 Garfiel: Mira mis brazos. ’Stos escudos son con los que yo y tú jugábamos de pequeños. La fuerza que tengo ahora comenzó conmigo y contigo. 』

Los ojos de Frederica se abrieron de par en par.
La preocupación, el cuidado y otras emociones más aparecían en su voz. Frederica sintió que su hermano menor había madurado, y calidez surgió en su corazón.

『 Garfiel: De todas formas, el Capitán me dio una paliza inolvidable con el poder de los números. Pero, ahora que estoy en plena forma, la historia cambiará también. 』

Dando un paso al frente, Garfiel chasqueó los dientes y bateó sus escudos.

『 Garfiel: Ven a mí, mujer. Ésta es mi celebración por salir del Santuario. ¡¡Y empezaré aniquilando el primer obstáculo en mi camino!! 』