viernes, 10 de noviembre de 2017

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Lista de finales


Traducción:
Pol
Zack
Pretinaverse

Corrección y edición:
Javier (Primer corrector)
Carlos (Segundo corrector)
Pretinaverse (Detallitos finales)

※    ※    ※    ※    ※

La vida de Subaru se derramaba lentamente a través de la piel cortada por la espada. 

La fresca y chorreante sangre de Subaru manchaba la hierba, mientras el cuerpo empezaba a convulsionar ante el hombre de pelo violeta.
Sus ojos estaban desgarradamente abiertos, espuma emergía por sus labios, y su cuello continuaba escupiendo borbotones de sangre. La intensidad del sangrado se suavizaba gradualmente, y con un sonido similar a una fuga de aire—

『Subaru: —』 

—Subaru entendió claramente que su YO pasado había muerto.
Su conciencia actual y su conciencia pasada no compartían los mismos sentidos. Pero, aun así, la vívida sensación de tener el cuello cortado retumbaba sin parar, incluso para el Subaru que solo poseía conciencia —Para el Subaru que solo poseía alma….

『Julius: Emilia-sama, a él… te pido que limpies la cara de Subaru.』

『Emilia: —』

『Julius: Él desearía que fueras tú quien lo hiciera, no yo. Al menos, que sea hecho por tus manos.』

Limpiando su espada ensangrentada y regresándola a su vaina, Julius le habló a una Emilia estupefacta.
Emilia cayó de rodillas a los pies del cuerpo de Subaru, el cual yacía bocarriba. Sus ojos amatistas carentes de emociones se negaban a aceptar la realidad, sin secarse los senderos de lágrimas que mojaban sus mejillas, brillando bajo la luz.

Viendo a esta Emilia, nuevamente un dolor agudo desgarraba el inexistente pecho de Subaru. La desolada expresión de Emilia recibía el castigo que Subaru evitó presenciar, haciéndole mostrar sus dientes y despreciando los métodos insensibles que ha estado usando hasta ahora. 

『Emilia: Suhba…rhu.』

Su mano se arrastraba lentamente para alcanzar la cara ensangrentada de Subaru, con la palma de su mano limpiando suavemente su rostro. Con las manos desnudas, sin preocuparse de la sangre, Emilia decidió limpiar el rostro lleno de agonía de Subaru, para que luciera mejor. En cuanto acabó de limpiar la sangre,

『Emilia: ¿Por qué…? ¿Cómo es que Subaru… semejante, cosa…』

Emilia hizo una pregunta baldía a alguien que nunca iba a poder responder.
Ninguna de sus orejas escuchaban, ni su boca era incapaz de hablar, ni nada le funcionaba.
El cuerpo muerto de Subaru nunca más escucharía una sola palabra de Emilia.

『Subaru: —』

Mientras observaba la escena, Subaru intentaba recordar qué pasó en este bucle.

—Esto fue después de la segunda pelea contra Petelgeuse, donde, incapaz de liberarse de su posesión, su cuerpo fue asesinado junto al hombre loco.

La magia de Ferris había alterado la circulación del Maná interno de Subaru, junto a la tensión puesta en sus órganos y capilares, se podía decir con certeza que su muerte no iba a ser muy bonita. Sarpullidos surgieron en su piel, y la rotura de los vasos sanguíneos en sus ojos los tiñeron de color carmesí.
Antes de ser limpiado por Emilia, el sangrado de la nariz era suficiente como para cubrir la parte inferior de su rostro. De no ser por la ejecución de Julius, su muerte habría sido aún más espantosa.

Pero limpiar su rostro no aliviaría los corazones de aquellos que seguían vivos. Especialmente aquellos que sobrevivieron a la lucha contra la Ballena Blanca y volvieron triunfantes a la Capital tras la batalla contra Petelgeuse—el lamento y arrepentimiento que había en sus rostros desgarraba el corazón.

『Wilhelm: Subaru-dono… Sinceramente suplico, tu perdón...』

Caído de rodillas, Wilhelm inclinaba su cabeza hacia el cuerpo muerto de Subaru.
Habiendo asesinado a todos los subordinados de Petelgeuse, Wilhelm agachaba la cabeza ante el final de esa batalla, con la expresión de saborear algo muy agrio. Los caballeros ancianos de la brigada de subyugación mostraban la misma expresión, algunos se sentían tan afligidos como Wilhelm, otros liberaban su rabia contra el suelo. Algunos eran tan increíblemente emocionales que incluso derramaron lágrimas por sus ojos.

Subaru quedó anonadado al ver que su propia muerte era tan lamentada por otras personas.
Comparado con presenciar los eventos Post-Muerte en los que había evitado pensar, esto impactó el corazón de Subaru con una presión todavía más aplastante. 

『Emilia: ¿Cómo puede… incluso pasándote esto a ti, por mí, Subaru, tú…, ¿Por qué lo hiciste?』

Poniendo su mano en la silenciada mejilla de Subaru, Emilia seguía con sus llamadas inútiles.
Viendo su dolor, tardíamente Subaru se dio cuenta.

En este universo, Subaru todavía no había respondido a la pregunta que Emilia le había planteado en la Capital: ¿por qué me estás ayudando?
Y por eso, Emilia no entendía el porqué de la devoción de Subaru hacia ella.

—Aunque la escena era diferente a la que se le había mostrado antes, ésta era sin ninguna duda el resultado de un pecado irreparable que cometió Subaru.

『Julius: Eternos atormentadores de este mundo, el Culto de la Bruja. —Cuya vanguardia, Pereza, ha sido asesinado. Esto constituye para el mundo una increíble bendición. —Sin embargo…』

Mirando al cuerpo de Subaru, Julius golpeó sus dedos contra la empuñadura de su enfundada espada. Una y otra vez, el intervalo de los golpes se reducía paulatinamente.

『Julius: Eso no significa que esté de acuerdo con que se haga cualquier sacrificio para lograrlo. —Hubiera deseado hablar más contigo, Natsuki Subaru.』

Con ese dolorido susurro, Julius apartó la mirada del rostro sin vida de Subaru.
El caballero miró al cielo, con tristeza emanando de sus ojos.

『Julius: Hubiera deseado llamarte amigo.』

El débil susurro de Julius puso fin al mundo de la pradera. 

※ ※ ※ ※

Otra vez la escena se volvió negra, y Subaru se despertó de un golpe.

『Subaru: — ¡Dggh, hwa! ...¡¿Ah, aaaha, aaa!?』

Subaru se retorcía, para darse cuenta de que estaba sobre un frío y duro suelo.
Con el olor musgoso asaltando sus fosas nasales, el Subaru desmoronado se centró completamente en involucrarse en esas acciones sin sentido, para intentar huir de las emociones que surgían de su interior, y evitar que atormentaran su corazón.

No alcanzaba a pensar ¿Qué está pasando?
Él se retorcía, se retorcía, sacudiendo sus conductos semicirculares (es el órgano que tenemos en el oído y que nos permite mantener el equilibrio).  Torturando sus pulmones, respirando con dificultad, su conciencia deseaba reducir el tiempo dedicado a pensar, aunque fuera sólo una pizca, con la esperanza de hundirse en la inconsciencia.

『Subaru: —Ugh, guh!. 』

Intentó distraerse a sí mismo con esas prácticas humillantes, pero en el momento en que se chocó contra una pared, y rebotó en ella, se dio cuenta de que su estrategia estaba en un punto muerto.
Dolor proveniente de su espalda golpeada, y sangre fluyendo de su frente raspada. Respiraba irregularmente con su cara aún presionada contra el suelo, con lágrimas misteriosamente surgiendo de los bordes de sus ojos.

— Patético. Estúpido. Desesperado.

¿Cuántas veces, y hasta qué punto, la debilidad atormentaría a Natsuki Subaru?
No importaba en qué circunstancias, no importaba cuánto sufrimiento, ¿qué necesitaba hacer para adquirir un corazón de hierro irrompible e inquebrantable?
Tan débil, tan frágil, incluso ahora, Subaru había—

『Subaru: He pretendido no darme cuenta, apartando la mirada, ¿y a cambio he recibido esto…?』

No era que él nunca lo hubiera pensado.
En un rincón de la conciencia de Subaru, no solo una vez, sino varias veces, había surgido esa posibilidad en su mente.
Que ese pensamiento nunca hubiera salido de ese rincón, era porque, inconscientemente, se había negado a investigar la verdad, rechazando siquiera considerarla.

La existencia de los universos después de morir — si Subaru aceptaba que esos mundos seguían existiendo después de su muerte, entonces su manera de luchar se vendría abajo.

Todo lo que pensó salvar había abandonado a Natsuki Subaru.
O no, el que los abandonaba era Natsuki Subaru. Dándole una bienvenida egoísta y horrenda a la muerte, Subaru había abandonado múltiples universos para escaparse a otros nuevos.

Si aún existen esos mundos abandonados por decisiones precipitadas, entonces serían exactamente las escenas que le estaban mostrando a Subaru.

『Subaru: —No puede ser cierto.』

Su conciencia una vez más se volvió distante.
Diferente a la somnolencia, este suceso apagaba su conciencia para ser secuestrado de la realidad.

<Sé testigo de una realidad inalcanzable.>

En su oído, una vez más, una voz no identificable le susurró.
Mientras se desvanecía,  su conciencia se preguntaba desesperadamente de quién era esa voz — Y entonces se dio cuenta.

—Esa era, sin duda alguna, su propia voz.

※ ※ ※ ※

Ante el cadáver y su cráneo pulverizado, una chica cayó de rodillas.

Habiendo caído desde una gran altura, y siendo golpeado con un impacto que ningún cuerpo humano podría haber resistido, el contenido de la cabeza con cabellos negros se esparció por el suelo, floreciendo así una flor carmesí de la muerte.

『Subaru: —』

La sensación de su conciencia al cambiar de estados ya no sorprendía a Subaru.
Después de la forzada conversión en su conciencia, él ya había imaginado que este fenómeno iba a pasar. Lo que no imaginó era qué escena exacta sería presentada a su sobria mente, pero—

『???: Hablando sin sentidos hasta el final… ahora, nada va….』

Muerto por la caída, Subaru yacía tendido sobre la tierra. Parada al lado de él, mientras escupía esas palabras, había una chica con pelo rosado— Ram.
Su habitual pelo impecable estaba desordenado, las rasgaduras de su atuendo destacaban particularmente. Mientras que conscientemente trataba de mantener una expresión compuesta, algunas emociones complejas y enfurecidas se le escapaban.

Una expresión lamentando la muerte de Subaru— O mejor dicho, una rabia por este desenlace.
Ram se rascó su cabeza violentamente, y después se dio la vuelta.

『Ram: ¿Y todo esto fue conforme a tus planes, Beatrice-sama? Que te impusieras en mi camino fue una…』

『Beatrice: —』

La expresión de Ram se endureció mientras reprochaba a Beatrice, y sus palabras se detuvieron.
Los ojos cerezas de Ram vieron a Beatrice caerse de rodillas ante el cadáver de Subaru. Sin que le importara ensuciar su vestido, ella se sentó en la tierra—siendo testigo del estado de Beatrice, la inquietud sacudió los ojos de Ram.

『Ram: Beatrice-sama…』

『Beatrice: —¿Por qué?』

Murmuró.
Sin prestarle atención a la existencia de Ram, Beatrice observaba incondicionalmente al cadáver de Subaru.
Hasta Subaru pudo ver que las lágrimas estaban dibujando una trayectoria desde sus azulados ojos.

—Beatrice estaba llorando.
Por la MUERTE de Subaru.

Esa verdad forjó una espada llamada culpa que atravesó profundamente el corazón de Subaru.
Sintiendo que sus inexistentes ojos se calentaban al sentir el dolor de su corazón, Subaru deseó inmediatamente apresurarse hacia la pequeña niña, para hablarle de algo, cualquier cosa.

Las piernas, los brazos, la boca, no existía lo necesario para lograr eso.

『Beatrice: Yo, por lo menos supe que… no eres, ÉL… pero…』

Su expresión se desvaneció. Beatrice murmuró disparates mientras sus lágrimas continuaban cayendo.
Al parecer Ram había desistido de hacer más comentarios a Beatrice acerca de su desgarrador rostro. Suspiró, y dirigió una mirada llena de desprecio al cadáver de Subaru y el increíble ángulo de su cuello doblado. 

『Ram: El amor, qué maravilloso. —De verdad, ya no hay nada que salvar.』

※ ※ ※ ※

< Sé testigo de una realidad inalcanzable>

※ ※ ※ ※

Un brumoso frío—lo suficiente como para congelar el aire—dominaba el mundo.

Los árboles del bosque congelado se rompían con cada soplo del viento, incapaces de mantener sus vidas en este ambiente retorcido por el Maná, convirtiéndose en polvo.

Los árboles, las aldeas, las criaturas, el Mundo, todo se transformaba en miles de partículas cristalinas por el vendaval, la MUERTE Blanca lentamente invadía el Reino.

『Subaru: —』

Esta vez, lo que presenciaba Subaru era el Fin del Mundo.
Al igual que su conciencia se había teñido de blanco, el Mundo trataba de llegar a un final frígido y misericordioso. 
Sin embargo,

『???: —Así que, viniste.』

Una voz baja hizo temblar el aire mientras rugía con tono de comprensión. 
Un increíble temblor agitó la tierra cuando la caída del increíble monstruo transformó el paisaje. 
Los árboles se rompían y se caían, los objetos caídos se desmoronaban en copos de nieve, y los sucesivos impactos transformaron el bosque en una llanura.

Lo que trajo la destrucción a este bosque aplanado y helado, fue una colosal Bestia de cuatro patas, cubierta de un pelaje gris y aparentemente felino.

La mitad de sus desbordantes colmillos se rompieron, y entre sus afilados dientes se escapaba un blanco aliento. Con sus ojos dorados resplandecientes, y aún tirado de lado, la bestia encaró hacia delante.
Y, temblando casi convulsivamente, dijo.

『Bestia: Qué frustrante… sabía que esto iba a pasar, pero aun así no pude hacer nada para cambiarlo.』

『???: —He comprendido más o menos la situación. Así que, de verdad lamento esto.』

La bestia habló no para quejarse de su derrota, si no que inteligentemente aceptó la verdad. Una voz sorprendentemente clara y hermosa le respondió.
Incluso en medio del Fin del Mundo, esta voz no sugería ni un solo deterioro en la vitalidad o salud de su dueño. De pie, erguido y derecho, con su pelo rojo alborotándose por el viento blanqueado, estaba un joven de ojos azules.

『Joven: ¿Ni Emilia-sama ni Subaru volverán?』

『Bestia: Lia está durmiendo, eternamente... Existir en un mundo sin ella ya no tiene valor alguno. Yo, que fallé en protegerla, y ese hombre, compartimos el mismo pecado.』

『Joven: ¿Estás tratando de destruir el Mundo por esa razón?』

『Bestia: Sé qué iba a ser interrumpido. Pero, aun así, esa fue mi promesa.』

Sacando la espada de su vaina grabada con una Garra de Dragón, el acero deslumbrante apuntó hacia el hocico de la bestia—hacia la forma verdadera de Puck—mientras que el Santo de la Espada, Reinhard, silenciosamente sacudía su cabeza.
Sus ojos azulados albergaban una profunda tristeza y simpatía.

『 Reinhard: Entiendo tu lamento. Yo siento lo mismo. Sin embargo, eso no significa que puedas usar tus sentimientos como excusa para arrasar todo lo que te rodea. Tus acciones y el resultado de dicha promesa, traerán caos a este mundo. —Soy incapaz de permitir algo como eso. 』

『 Puck: ¿Debido a que es injusto? 』

『 Reinhard: Sí, debido a que es injusto. —Soy la personificación de lo que es justo. La espada que rectifica los errores. Por consecuencia, ahora tendré que matarte, Gran Espíritu. 』

Dejando de lado la sobrecogedora diferencia en tamaño, cualquiera podría adivinar quién tenía la mayor fuerza de combate aquí.
La verdadera forma de Puck, incapaz de descomponer la imperturbable expresión calmada de Reinhard, se encontraba al borde de la muerte. Si la punta ensartada de su espada dibujara únicamente un arco plateado, eso bastaría para que Reinhard partiera en dos incluso a un espíritu.

La ferocidad demostrada en su esgrima comunicó ese hecho claramente a sus alrededores.

『 Puck: —Kh. 』

Ese sonido que Puck dejó salir hizo que Reinhard frunciera el ceño.
Incluso las escasas emociones en la conciencia de Subaru tomaron la forma de un signo de interrogación.

Era difícil determinar lo que pretendía ser ese corto y encrespado sonido —después de todo no podía creer que aquello fuera lo que creyó escuchar.

『 Puck: Kh, kuku… ¡Ja, ja, jajajajaja! 』

『 Reinhard: —¿Hay algo que te parezca gracioso? 』

Con su temblorosa garganta, estando al borde la muerte, el rostro de Puck se retorcía mientras estallaba en carcajadas.
Sin comprender las razones de Puck, Reinhard hizo aquella pregunta. Pero, como si hubiera encontrado incluso más gracioso el cuestionamiento de Reinhard,

『 Puck: ¿Que si algo me parece gracioso? Por supuesto que algo me parece gracioso. Increíblemente gracioso. Reinhard… nah, mejor dicho: mocoso, no sabes nada. 』

Reinhard guardó silencio.

『 Puck: Acabo de recordarlo. La forma en que debían ser las cosas. Pero ya es muy tarde para darse cuenta. Y que yo lo sepa y un sujeto como tú no, es tan increíblemente gracioso que no puedo parar. 』

Su forma de hablar y el tono de voz tan diferente a su comportamiento usual, eran increíblemente opuestos a Puck.
Esta era la primera vez que Subaru, en sus numerosas memorias interactuando con ese espíritu con forma de gato, le veía hablar con tanto despecho a alguien.

Esto era distinto a cuando Emilia había sido asesinada y Puck dirigió su desprecio hacia Subaru y Petelgeuse. En ese entonces, Puck por lo menos seguía siendo Puck.
Pero ahora, mientras ridiculizaba a Reinhard, se había alejado de todo lo que Subaru había visto de Puck hasta ahora, como si fuera alguien completamente diferente—.

『 Reinhard: …Ahora actuaré para evitar cualquier otra muerte futura. Si vas a odiar a alguien, ódiame a mí. 』

『 Puck: No hay odio aquí, Reinhard. Eres un héroe. Los héroes tienen roles y hazañas que sólo pueden ser llevadas a cabo por héroes. Mientras actúes conforme a eso, no tengo nada que resentir u odiar. 』

『 Reinhard: — 』

『 Puck: Eres un héroe, Reinhard. —Y un héroe es lo único que eres capaz de ser. 』

Al final de todo y, en consecuencia, aquellas palabras fueron las que se pronunciaron con más despecho.

Habiéndole escuchado, Reinhard blandió su espada y, con un solo destello de su esgrima, la punta de su deslumbrante hoja estalló en una increíble onda de energía.
Cortando a través del cielo, perforando a través del aire, destrozando los suelos, enturbiando el maná circundante, separando todo lo que estaba en el camino de su espada en dos —luego de desvanecerse la luz, la vista frente a la conciencia de Subaru se partió.

『 Subaru: — 』

Aquel mundo, cubierto en una escalofriante atmósfera —después de que se desvaneciera ese corte torrencial de su espada, se recuperó. 
El mundo partido en dos fue reparado, el maná que se había salido de control formó un anillo antes de regresar a su ciclo en el mundo, la tierra que había sido destrozada se cubrió de un campo de flores, el aire que había sido perforado ahora abundaba con regocijo, y en el cielo que antes había sido cortado ahora brillaba la luz del sol.

Simultáneamente trayendo el final y el renacer del mundo… ese fue el ataque del Santo de la Espada.
La colosal bestia que fue golpeada con ese ataque no dejó atrás ni siquiera un rastro, completamente extinguido del universo.

Ese gigante, que definitivamente había estado justo ahí hace unos segundos, había desaparecido, y ni siquiera había quedado una pizca de la destrucción que había causado.

『 Subaru: — 』

Reinhard guardó su espada en su vaina.
El viento acariciaba su rojo cabello y mientras entrecerraba los ojos debido al brillo del sol, Reinhard dejó salir un suspiro tan débil que fue casi inaudible.

『 Reinhard: —Felt-sama definitivamente se pondrá triste. 』

Murmuró con los ojos cerrados.

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<Sé testigo de una realidad inalcanzable>

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<Sé testigo de una realidad inalcanzable>

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<Sé testigo de una realidad inalcanzable>

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<Sé testigo de una realidad inalcanzable>

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<Sé testigo de una realidad inalcanzable>

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<Sé testigo de una realidad inalcanzable>

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<Sé testigo de una realidad inalcanzable>

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<Sé testigo de una realidad—