viernes, 25 de agosto de 2017

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El valor de una vida


Traducción:
Iván

Corrección y edición:
Robert (Corrector principal)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※    ※    ※    ※    ※

— Con su postura inclinada hacia abajo, el gran tigre dorado resplandecía sobre los alrededores.

Un tigre gigante de unos 4 metros de longitud. Al verlo en cuatro patas, su enorme cuerpo tenía al menos el doble de masa que el de los tigres y leones que Subaru conocía. 
Sus patas delanteras y traseras eran gruesas, su boca cerrada, si bien era grande, era incapaz de contener todos sus largos colmillos, los cuales, mientras movía su cabeza, daban la imagen de un espectáculo de sangrientas dagas.

『Subaru: Qu… e…..』

Es eso— pero antes de que pudiera finalizar la pregunta, los carruajes que estaban en el aire se estrellaron contra el suelo. Se oyeron gritos, y virutas de madera salieron despedidas por todas partes. 
De las personas que viajaban en los carruajes, quienes aún estaban conscientes gemían de dolor, mientras que quienes estaban inconscientes estaban flotando inmóviles en un charco de su propia sangre.

El primer pensamiento que surcó la mente de Subaru fue— Tengo que ayudar a los heridos.

Pero, antes de que pudiera reaccionar, sintió una brusca sacudida. 
Girando, mientras ignoraba a Subaru quien gritaba en estado de shock, Patrasche se alejó a toda velocidad de la bestia en un intento por escapar del bosque.

『Subaru: ¡Qu..! ¡¿Hey, Patrasche?!』

Subaru intentó llamarla, pero ella seguía ignorando a su jinete. Al igual que como había hecho a lo largo de la ruta hasta llegar ahí, Patrasche no mostraba ningún signo de querer cumplir su voluntad.
Dejando atrás a Otto y a los que quedaron en los carruajes — inconscientes, Patrasche aceleró. Pero, 

『???: ¡¡——!!』

Un bramido proveniente del bosque, hizo que Subaru sintiera escalofríos en la espalda.
Un torrente de rabia bestial y hostilidad se precipitaba sobre el camino, tan fuertemente que incluso Patrasche quedo congelada. 
Era algo poderoso, que manejaba un poder capaz de amenazar su vida, y estaba dirigiéndoles toda su enemistad. 
Percibiendo esta sensación, la cual había sentido en varias ocasiones anteriormente, ese miedo y esa ansiedad recorrieron su columna vertebral. Exactamente porque ya conocía dicha sensación, no podía reprender a Patrasche por detenerse a último minuto. Nadie podría haberse enojado. Sin embargo, el resultado de esto era claro.

『Subaru: —a』

Mirando hacia atrás, el origen del terror entró en su campo de visión, una espantosa carnicería.
Al ser golpeado por el movimiento de una pata delantera, los carruajes caían como cajas de juguetes, mientras su contenido salía volando y se estrellaba contra los árboles del bosque, lo que producía el sonido de un centenar de palillos chocando. Aparentemente, la fuente de este sonido eran la madera y los huesos humanos siendo quebrados en pedazos.
Frente a un monstruo literal, incluso sabiendo que la inacción significaba la muerte, nadie se movía, ya que el movimiento podría estimular al monstruo haciendo que el desdichado que lo hiciese se convirtiera en objetivos de sus garras y colmillos. 

Aunque instintivamente sabían que su quietud no podía durar mucho tiempo.

『Subaru: Es esa cosa…. ¿La razón de que el santuario estuviera vacío?』

Montado sobre el paralizado dragón, chasqueando sus dientes, Subaru, preparado para morir, devoraba a la bestia con la mirada.
Cubierto con un hermoso pelaje dorado,  su cara poseía al mismo tiempo la inclinación de un tirano, y una dignidad sin miedo. Sus penetrantes ojos ardían de rabia y hostilidad, sus colmillos eran demasiado afilados para que las espadas sirvieran como una metáfora adecuada. —Esta bestia debe ser quien atacó al santuario la última vez.

『Subaru: ¿Eh…?』

Habiendo agudizado sus ojos para no perder de vista la más mínima postura, gesto o movimiento, Subaru se dio cuenta de que había algo raro en el tigre que se acercaba, buscando con su ojo entrecerrado lo que estaba mal descubrió la causa.

—Algo sobresale de la espalda del gran tigre.

Considerando su inmenso cuerpo, y su inagotable resistencia, esa lesión debía ser insignificante para él, ya que de hecho, no daba muestra de ser consciente de ella mientras merodeaba, estimándola sólo como un rasguño. 
Pero para Subaru poseía un gran significado. No la propia herida, sino el objeto que sobresalía de ella.

—La Varita de Ram

Ram usaba ese pequeño palo cuando realizaba conjuros mágicos. Subaru nunca la había observado utilizar algún otro intermediario para su magia. Él la había visto usarlo antes, cuando había enfrentado a Garfiel y estaba seguro de no confundirlo. Seguramente no lo confundía, pero entonces, ¿por qué estaba clavado en la carne del tigre?, la respuesta era…

『Subaru: Retorno ancestral…』

Una vieja escena apareció en la mente de Subaru.
Garfiel discutiendo con Subaru acerca de sus ancestros, en el día en que les demostró la peculiaridad de su cuerpo. En ése entonces Garfiel transformó sólo su brazo en la pata de un animal, mostrando su origen como un mestizo entre humano y bestia, pero…

『Subaru: Si él era un tigre, entonces…』

Eso significaría que esta bestia malvada era Garfiel completamente transformado.
Esto hipotéticamente explicaría por qué Ram, quien se había quedado atrás para detenerlo, había dejado su varita clavada en el cuerpo del tigre. Pero esto tenía también otro significado. 
—Con su varita perdida, Ram había fallado en su intento de frenar al transformado Garfiel.

『Subaru: Garfiel… ¿Qué le hiciste a Ram?』

『Garfiel: —』

『Subaru: ¡Responde!, ¡¿Qué le hiciste a Ram?! ¡¡Garfiel!!』

La bestia frunció su mandíbula como respuesta.
Pero movía la cabeza con irritación ante los gritos de Subaru, balanceando sus patas delanteras hacia adelante y sacando sus garras. En la punta de ellas, había enganchado un familiar pedazo de tela color negro, lo que indicaba cual había sido el destino de la chica de pelo rosa.

『Subaru: ¡GARFIIIIIIIIIIIIEEEEEEL!』

Gritando al dejarse llevar por la rabia, Subaru soltó las riendas y los estribos de Patrasche en un fallido intento por saltar al suelo, donde cayó en 4 patas y con la cabeza mirando hacia adelante. Mutuamente cuadrúpedos, el hombre y la bestia mantenían la distancia mientras se enfrentaban. La diferencia en sus fuerzas era obvia, las posibilidades de ganar nulas y la posibilidad de mantener un conversación era inexistente.

『Subaru: ¿Tanto me desprecias?』

『Garfiel: —』

『Subaru: ¿Tanto me odias?』

『Garfiel: —』

『Subaru: ¡Si tanto querías matarme, al único al que tenías que hacer tu maldito objetivo era a mí!

『Garfiel: ¡ —!』

En respuesta a los furiosos gritos de Subaru, la bestia lanzó un rugido hacia el cielo.
La atmosfera vibraba, las hojas del bosque se sacudían de temor, los escalofríos y el terror se extendían entre todas las criaturas presentes. Pero Subaru hizo todo a un lado mostrando sus dientes.

『Subaru: Incluso te atreviste a ponerle las manos encima a la chica que amabas, ¿Qué parte de ti son los colmillos del Santuario?, ¡Maldita sea, no me hagas reír!』

『Garfiel: ¡—!』

Mientras Subaru se burlaba, el tigre cargó contra él, lanzando los carruajes que había entre ambos, sangre y astillas se dispersaban alrededor de la bestia dorada que se acercaba.

Una gran masa que se movía a una increíble velocidad. Un golpe directo equivaldría a ser chocado por un camión, una muerte instantánea, sin tener tiempo siquiera para contener el aliento.
La muerte se acercaba de frente. Sintiendo de cerca ese ineludible hecho, el cerebro de Subaru pensaba más rápido que nunca. Sus neuronas ardían debido a la rabia y a las emociones explotando en su interior.
Algo sucio se revolvía en su corazón, montaba su torrente sanguíneo y se precipitaba hacia todo su cuerpo. Agarró esa caliente, negra, oscura, tenue, vacía, contaminada, inmaterial y repugnante cosa.

Al abrir los ojos, la sensación de eso siendo agarrado y tirado en el interior de Subaru se volvió táctil. 
Miró a la bestia delante de él, la distancia era suficiente para que pudiera sentir su aliento. Frente a la roja garganta de una boca abierta, la entrada a la muerte, Subaru reaccionó trascendiendo los límites de la carne. 
Entonces levantó su mano, y lo empujó entre los colmillos y el pecho.

『Garfiel: ¡¡¡…!!!』

Instantáneamente, un viento lanzó al enorme tigre haciéndolo desaparecer del frente de Subaru.
No, hacerlo desparecer era incorrecto. El enorme tigre se encontraba girando en el aire con su cabeza como pivote, cayendo posteriormente al suelo y aullando de dolor mientras su enorme cuerpo chocaba contra la tierra, creando un gran cráter.

『Subaru: Qu…』

Volviendo la vista hacia atrás, Subaru miró fijamente la forma del tigre mientras se tambaleaba.
Estaba convencido de que su vida iba a terminar ahí, pero…
Una idéntica sorpresa apareció en la bestia, su cara expresaba su incapacidad de comprender que había pasado mientras se levantaba del suelo. Sacudió su cabeza y trató de ponerse de pie, pero su voluntad se contradecía con su sistema vestibular tambaleándose de nuevo.

Sin entender lo que había pasado, ambos quedaron con la boca abierta en confusión. Pero, una repentina fatiga hizo colapsar a Subaru, mientras el tigre sacudía nuevamente la cabeza y se ponía de pie.
Quien tenía la ventaja después de esa pelea era más claro que el agua. Aunque Subaru no entendía que acababa de suceder, él —

『Subaru: Seguir después de las mofas…. Definitivamente es Garfiel』

Mientras ordenaba a sus temblorosos brazos que se enderezaran, Subaru se mordía el labio inferior para no perder la consciencia.
El gran tigre que estaba parado frente a él, se balanceaba inclinándose de izquierda a derecha, relajado pero en guardia. Probablemente tratando de averiguar que ocurrió en aquel instante.
Lo que había hecho era incomprensible, e incluso si le ordenaran hacerlo de nuevo, Subaru probablemente no podría.

Le gané en una— Era la sensación que tenía Subaru, pero incluso así no lo entendía.
La precaución de su adversario era algo para reírse, aunque Subaru no estaba muy seguro de cuál era la razón para reírse de ella, lo que de nuevo lo dejó como un payaso.

La bestia que se acercaba lentamente, parecía dudosa acerca de la quietud de Subaru, repentinamente se detuvo y —

『Garfiel: ¡¡¡ —!!!』

『Subaru: E,』

El aullido sonó como una explosión.
Cubriendo su cara por el estruendo, Subaru se sorprendió al ver que se encogía a sí mismo de temor. Resonando a través de esa estruendosa onda de miedo petrificante se oía el sonido de pies golpeando la tierra.

El suelo se rompía a medida que la bestia saltaba lanzándose hacia Subaru.
Su cuerpo, sus colmillos, eran inevitables. Esta vez sin duda, la sensación que antes se había deslizado por sus dedos y repelido a Garfiel, no aparecería. El fin parecía próximo, y —

Saltando desde un costado, Patrasche embistió a la bestia en el abdomen. Gimiendo, la bestia se detuvo retorciéndose de dolor. Momento que Patrasche aprovechó sacudiendo su cola para golpear en la cara al tigre derrumbado, reduciendo su visión. Ella de repente se alejó de un salto, agarró a Subaru, y comenzó a correr tan rápido como le era posible para escapar —

『Subaru:  Patrasc..』

El sonido de carne siendo desgarrada lo interrumpió.
Patrasche, que había agarrado a Subaru por la cintura con su boca, repentinamente se tambaleó y lo lanzó al suelo. Al mirar, Subaru descubrió que las mandíbulas de una bestia, que fácilmente superaba los 400 kilos, estaban clavadas en la cola de Patrasche.

Patrasche chilló, lágrimas, carne y sangre se dispersaron por el suelo, en el momento en que la cola de la dragona fue arrancada de raíz, tiñendo la mitad del cuerpo de Subaru de rojo. 

Patrasche intentó levantarse, y volvió a caer. Esa atrocidad se quedó en los ojos de Subaru, mirando al tigre que se acercaba respirando con pesadez, con su único ojo lleno de ira, dirigido hacia alguien a quien alguna vez habría llamado amigo.

『Subaru: Ghhar... fhiiieeEEEELLLLLL!』

Gritó despidiendo una hostilidad infinita.
Sin respuesta, quizás las personas transformadas en bestias carecían de los órganos del habla, ya que el tigre que se acercaba imparable no producía palabras de odio ni de asesinato desde su garganta. Solamente demostraba comportarse por instinto.

— ¿Le romperían el cuello, o le devorarían la cabeza?

Independientemente del dolor que se tratara, fuera cual fuera el final, lo único que había era muerte.
Tragarse todo lo ocurrido, hacerlo su alimento, convirtiéndolo en la razón para lograr el futuro correcto.

『Subaru: ¿Y en serio crees que vas a poder estar en ese futuro?』

Viendo las garras acercarse sobre él, Subaru anunció sus intenciones finales con tono de odio. Cerró su ojo, la oscuridad bloqueo su visión. 

Su único arrepentimiento era por la devoción de Patrasche y como no había podido salvarla.

『Subaru: ¿—?』

Pero, a pesar de haberse preparado para el final que se acercaba, éste no llegaba en lo absoluto. Frunciendo las cejas con perplejidad, la irritación se elevó por el pecho de Subaru ante su desviada muerte. Y, lentamente abrió su ojo.

『Subaru: ¿eh?』

Las garras que debían destrozar a Subaru ahora se alejaban de él, el dueño de esas garras, la bestia, tenía su cara delante de él. Que Subaru hubiera hecho un ruido sordo, era porque la bestia, que debería estar mirándolo con ojos desbordados de intenciones asesinas, estaba mirando hacia otro lado. 
La bestia había alejado su mirada de Subaru, y la dirigía hacia su izquierda. Siguiendo su línea de visión Subaru vio que algo volaba desde esa dirección, golpeaba el cuerpo de la bestia y caía al suelo.
— Una roca. 
De tamaño completamente ordinario, lo suficientemente grande para caber en una mano, una roca. Subaru siguió la parábola del tiro hasta encontrar la silueta de la persona que la había lanzado, ubicada en el borde del bosque.

Cabello corto, mejillas arrugadas, miembros alargados. No, una persona sin ningún rasgo peculiar o llamativo, pero Subaru lo conocía.
Era un aldeano de Arlam, un miembro de la brigada de jóvenes de la aldea, un tipo que había evacuado al Santuario, una persona que habría viajado en los ahora tumbados carruajes, un individuo que se tambaleaba con sangre resbalando por su frente. 
Se inclinó un poco, tomó una roca cercana y se la lanzó al tigre. Lo golpeó... la fuerza era igual a nada, pero.

『Hombre: A-Aléjate de Subaru-sama. Tú, monstruo…』

Con su voz apagada, gimiendo de dolor, pero aun así mostrando su voluntad.
Al segundo en que sus palabras le llegaron, un temblor atravesó todo el cuerpo de Subaru. El temblor se transmitió hasta sus dedos a medida que perdía la voz sin saber que decir, solamente pudiendo observar.

『Subaru: —』

Una tras otras venían rocas, ramas, tablas y zapatos arrojados hacia el monstruo desde todas las direcciones. Subaru miró para descubrir que esto se debía a la, escondida hasta ahora por la inmensa impresión que irradiaba la bestia, decaída, mala y débil resistencia del pueblo.

『Subaru: Él, ust…』

¿Qué están haciendo?—Pensó Subaru tontamente.

¿Hubo algún propósito en hacerlo? ¿Podrían hacer algo con la bestia? 
Perforar su pelaje y llegar hasta la carne que había debajo era imposible, todo era simplemente una resistencia inútil.

『Subaru: Alt…』

Todo el mundo corriendo con las manos en sus cabezas sería las más sabia y correcta acción. 
Todos deberían subir a algún carruaje que todavía no hubiera sido destruido y escapar inmediatamente. 
No importa si huían al santuario, o si corrían por el bosque. Debían tomar cualquier acción que les diera la más remota posibilidad de supervivencia. Pero aun así, por qué ellos estaban —

『Subaru: ¡¿Qué están haciendo todos ustedes?! ¡Rápido, huyan! —』

『Aldeano: ¡Subaru-sama! ¡No hay nada convincente en eso!』

El que había interrumpido a Subaru, era un anciano con brazos como ramas, que tenía levantado sobre su cabeza un tronco, y arrojándolo con todas sus fuerzas, golpeó a la bestia en el hocico. Respirando agitadamente, miró a Subaru.

『Aldeano: Sí corremos por nuestras vidas abandonando a nuestro benefactor ¿cómo podríamos dar la cara a nuestros hijos e hijas? Y eso sin mencionar que viniste hasta este lugar por el bien de salvarnos』

『Subaru: Eso es…』

『Aldeano: Si mueres, nosotros también moriremos aquí. Esa fue la condición mínima que pusimos para salir de aquí, y todo el mundo estuvo de acuerdo con ella』

Aturdido como estaba, Subaru endureció su rostro.
Viendo la conmoción de Subaru, una sonrisa gentil apareció en la cara de aquel hombre, increíblemente fuera de lugar, esa alegre sonrisa daba por completo la impresión de que había olvidado la amenaza que tenía delante.

El ataque se reanudaba. Todo el mundo le tiraba piedras a la vil bestia — a Garfiel. Los ataques de los aldeanos, como antes, ni siquiera le picaban. 
Levantando lentamente su enorme cuerpo, Garfiel se movió. Haciendo caso omiso de Subaru, que estaba listo para terminar herido, se dirigió al límite del bosque — tras el hombre que había iniciado el ataque.

『Hombre: —』

Bestia y hombre cara a cara. El hombre perdió el habla ante la presión y la amenaza que tenía delante, sin embargo, no se quedó atrás en sus acciones, sacando un cuchillo que llevaba en una funda colgada en su cadera.

『Hombre: Entonces, cómete esto —』

Entonces, él lanzo la daga entre las cejas de Garfiel — tan pronto como lo hizo, ésta se partió en dos.
Quizás el dorado pelaje de la bestia poseía una considerable dureza, ya que el cuchillo no había logrado atravesarlo.
En respuesta a la resistencia final del hombre, una pata levantada descendió bruscamente —

『Subaru: ¡Alto!』

Gritó Subaru, sin embargo aquello no fue más que un ruido inútil.

Luego del sonido de carne triturada, el esbelto cuerpo del hombre quedó aplanado de la cabeza a los pies por la pata de aquel animal. De entre los dedos de Garfiel brotaban ríos de sangre, y lo único que quedaba de aquel hombre, una vez levantada la pata, no era más que oscuros despojos.

『Subaru: —』

Esta vez, el grito que salía de su garganta era de ira.
Agarrándose del suelo para erguirse, Subaru saltó hacia la espalda de la bestia. 
Un zarpazo de su pierna izquierda golpeó a Subaru en el abdomen, deteniendo su impulso. Su cuerpo permaneció consciente solo para ver que la cola del tigre lo golpeaba, enviándolo a volar como una pelota de goma. Su espalda chocó contra un tronco — provocando que todo su cuerpo crujiera y que sus huesos se quebraran.

『Subaru: Gha, aaah!?』

Retorciéndose en el suelo, el dolor y la sangre se derramaban por su boca. Su cuerpo no le respondía. Su brazo derecho estaba doblado desde el hombro en un ángulo extraño. Su columna, tampoco estaba en la forma correcta. Débil, frágil, le era imposible caminar.

『Garfiel: —!!』

『???:  ᾀᾀᾀᾀ—!!』

La bestia aulló mientras dirigía sus garras y colmillos hacia los aldeanos que estaban a su alrededor. La sangre salpicaba hacia todas partes, se oían gritos y Subaru sabía que había varias vidas que estaban desapareciendo donde él no podía verlas.
Alguien lanzó un grito bestial, si bestial, pero había sido el grito de un hombre. La confusión surgió en la bestia. ¿De quién era ese grito? ¿Qué fue ése rugido? Subaru, manejando sus propios errores internos, no conseguía descubrirlo.

『???: ¡Natsuki-san! ¡Por favor sobrevive!』

Llamándolo por su nombre era la voz de alguien a quien conocía, pero el dolor bloqueaba las conexiones mentales para determinar quién era. Sus pensamientos se estropeaban, el mundo se le nublaba, la realidad se volvía borrosa, pero todo esto fue diluido por el odio y el dolor que sentía.
No era hora de dormir. Tenía que ponerse de pie. Levántate, Levántate — Mantente en pie, si hay muertes, antes que nadie yo debo morir.

『Subaru: ¡Nadie más, debe morir… Con que sólo yo muera, será… suficiente!』

Sangrando y gimiendo Subaru se levantó frenéticamente. Como su brazo derecho estaba inutilizado, sólo podía usar el izquierdo. Una cortina roja cubría su único ojo, producto de un corte en la frente, desde donde la sangre se escapaba. Limpiándose el párpado con su hombro, apretó tanto los dientes como para romperse las muelas mientras levantaba la cabeza.

『Subaru: —』

La masacre se había expandido.

Cada movimiento del brazo de la bestia golpeaba a la gente destrozándola, la sangre se esparcía y las vidas de los aldeanos se extinguían. 
Cada una de las personas poseía una gran valentía, todos, preparados para morir, intentaban apuñalar a la bestia con una fuerza impensable para unos simples aldeanos.
Sin embargo, la única sangre que cubría la piel del animal, era la de los aldeanos, sus muertes habían sido en vano. Simplemente le desafiaron para ser destruidos poco a poco. Completamente sin sentido.
Ya que, si había alguien allí cuya muerte habría servido para algo, ése era Subaru.

『Subaru: ¡Alto, alto, alto… Por favor paren!』

Si vas a matar a alguien, mátame a mi antes que a los demás. 
Se suponía que el objetivo del tigre debía ser Subaru en primer lugar. No había razón para lastimar y tomar las vidas de todas esas valientes y amables personas. 
O quizás, este resultado donde ellos perdían sus vidas se debía a la idiotez de Subaru.
Si eso era así, entonces eso era—

『Subaru: —¡Eh, eh!』

Con sus dientes apretados, y su cabeza baja no pudo ver que algo lo estaba levantando, lo que estaba tirando a Subaru desde atrás era, con varios hilos de sangre saliendo de su cuerpo, Patrasche. Aunque el golpe de Garfiel la había dejado medio muerta, ella frenéticamente se arrastró para llegar hasta allí.
Subaru no puedo evitar derramar lágrimas desde su único ojo.

『Subaru: Ya es, suficiente… Ya has hecho suficiente, Patrasche…』

Subaru se acercó a la mandíbula ensangrentada de Patrasche, pero ella sacudió la cabeza, como diciendo “esto no es suficiente”. Deslizó su cabeza por debajo del estómago de Subaru deslizándolo sobre su espalda sin resistencia. 
Subaru hizo una exclamación de sorpresa, ya que ni bien estuvo sobre su espalda, Patrasche comenzó a correr. Su andar hacía que Subaru se preguntara de dónde sacaba esa energía, qué tan fuerte era.
Quizás fue el resultado de esforzarse a sí misma literalmente hasta los huesos.

『Subaru: —』

Pero incluso gastando lo que le quedaba de vida, su velocidad estaba muy lejos de ser la óptima. Escapar de los colmillos de la bestia era también así de distante.

Unos colmillos se clavaron en la pata trasera de Patrasche, y gritando otra vez la dragona arrojó a Subaru lejos. Él flotó en el aire y, justo cuando pensaba que otra vez se estrellaría contra el suelo, la dragona extendió su cuello para agarrarlo con la mandíbula, y uso todas las fuerzas que le quedaban para lanzar a Subaru profundamente en el bosque.

『Subaru: ¡—!』

Subaru entendió, que este era el intento de Patrasche por alejarlo de una amenaza mortal.
Y al mismo tiempo entendió la razón por la cual tan pronto como se separaron de Ram, ella había corrido a toda prisa para reunirse con los evacuados.

—Patrasche se había dado cuenta de la existencia de la bestia

Habiendo notado esto, y para aumentar las probabilidades de supervivencia de Subaru aunque tan solo fuera un poco, había corrido a un lugar con más presas. Todo, para proteger a Subaru.

Golpeando el suelo, el cuerpo de Subaru rebotó una vez, dos veces. Después de rebotar una tercera vez — le llegó una sensación de que su cuerpo estaba flotando.

『Subaru: —au』

El terreno que se mantenía empinado, terminaba en un barranco, y por ende su cuerpo terminó cayendo. Sin ni siquiera poder gritar, mientras caía, la grava y las ramas raspaban su piel mientras rebotaba y rebotaba hacia abajo.

『Subaru: …』

Mareado, y con la visión dándole vueltas logró captar lo que estaba por encima de él. Fue testigo de una escena, la cual habría deseado no ver.

『Subaru: —pahtrassch,』

Atrapada entre las mandíbulas del tigre, una fuerza increíble aplastaba su cuerpo, los colmillos la trituraban, la sangre brotaba y caía en charcos mientras ella se partía en dos.
Incapaz incluso de llorar la agonía de su muerte, la leal dragona, lo dio todo por Subaru hasta el final.

『Subaru: —』

Su garganta ardía a la vez que se llenaba de lágrimas, la furia hervía en su cerebro, y sentía que su sangre se iba a prender en fuego.
Rebotando, deslizándose y raspándose, Subaru continuaba cayendo. 

—Sintió otro fuerte rebote, y de nuevo la sensación de flotar. 

Al caer nuevamente perdió la conciencia. 
Su cuerpo seguía rodando, su conciencia se separaba de él.

—Sólo una voz de resentimiento, que no se desvanecía, continuaba agitándose en su corazón.