jueves, 14 de junio de 2018

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La trampa final


Traducción:
Robert
Jair
Adrian
Pretinaverse
Carlos

Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

『 Subaru: Bien, cuento contigo para ganar tiempo, tal como hemos planeado. 』

Le dijo Subaru a Otto después de encontrar a Ryuzu y volver a reunirse con él.
Esto ocurrió unos cuantos días después de que la situación le fuera divulgada por primera vez. Otto inmediatamente sintió que esa era la señal. Ellos dos activarían los procesos para los que se habían preparado los dos últimos días.

『 Otto: No tengo escrúpulos en contra de eso, ¿pero tienes alguna idea de dónde está Emilia-sama? Si no puedes reunirte con Emilia-sama mientras yo estoy ganando tiempo, cualquier cosa que intentemos terminará siendo completamente inútil... 』

『 Subaru: Eso sería bastante difícil de decir si cometemos algún descuido. Aunque estamos precisamente en esta situación por cometer algunos descuidos. Pero, bueno, no tienes que preocuparte por eso. 』 

Rascándose la cabeza y con una expresión bastante miserable, la cara de Subaru se endureció.
Cuando él con sus ojos agudos, o más bien genuinamente desagradables, hacía una expresión seria, eso bastaba para parecer que apenas contenía su ira acerca de algo.
Aunque no se conocen desde hace mucho tiempo, Otto conocía el carácter de Subaru, por lo que no malinterpretaría su expresión, pero, inevitablemente creía que él era el dueño de un rostro bastante desafortunado.
Subaru pensaba lo mismo de Otto. La incapacidad de Otto para reconocer eso marcó uno de esos extraños puntos en común entre amigos.

『 Subaru: Creo que sé dónde está Emilia. Honestamente, es patético cómo enloquecí de pánico después de oír que se había ido, pero... me calmé, y ésta es la única opción que podría ser. 』

『 Otto: Ya, veo. Y, por cierto, yo... No, me abstendré de preguntar. 』

『 Subaru: ¿Sí? Sabes que no me importa si sigues hablando, ¿aceptando el deber de elogiar mis deducciones? 』

『 Otto: Me abstendré. No estoy dispuesto a ser tu adulador, Natsuki-san, y suponiendo que mi intento de ganar tiempo resulte en que Garfiel me capture, seguramente será problemático para ti si hablo y hablo, soltándolo todo, ¿no? 』

Subaru asintió mientras se encogía de hombros ante la posibilidad de que hubiera una fuga de información. Realmente era una situación de la que preocuparse. Otto no se creía resistente al dolor en un grado notable, y no recordaba haber sufrido nunca un dolor que fuera más allá de su límite.
Si un acorralado Garfiel lo hería, quizá Otto divulgaría toda la información que conociera.
No deseaba en lo más mínimo sabotear a Subaru de esa manera.

『 Subaru: Bueno, si eres tú quien filtra la información, entonces realmente sólo puedo pensar en que todo acabó. 』

『 Otto: — 』

Y la respuesta de Subaru fue un “No te preocupes, cuento contigo”.
Su expresión sugería que no tenía ni idea de cómo se sentiría el receptor al escuchar esa declaración.

Con tanta confianza inconsciente depositada en ellos, ¿quién podría traicionarla?

Subaru ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba haciendo, lo que le convertía en un amigo extravagante.

『 Otto: A pesar de todo, me esforzaré al máximo para asegurar que todo vaya bien para ti. Ya que tendrá un gran impacto en mi futuro si lo logras o no. 』

『 Subaru: Sí. Si la cago espléndidamente, tu futuro estará tocando fondo... Si crees que pinta mal, simplemente huye. Probablemente él no va a aceptar ninguna broma hoy. 』

『 Otto: ...Sí, consideraré eso como una opción. 』

Otto respondió a las consideradas palabras de Subaru con una leve sonrisa.
Como resultado de su planificación con Subaru, Otto sentó las bases y terminó de hacer los preparativos necesarios: Los evacuados del Arlam están en sus carruajes con instrucciones de comenzar su huida poco después de que él mismo, el cebo, haya partido.

El plan era que los dos carruajes de Otto, cargados con la ropa de los aldeanos para engañar a la nariz de Garfiel, se aventuraran por un sendero de salida muy notable como señuelo.
Él había pasado noches sin dormir investigando las rutas que los evacuados podrían usar para huir, y las había grabado firmemente en cada uno de los dragones de tierra.
No había fallas en ninguna parte. Supuestamente.

Entonces el estatus de Otto como señuelo sólo necesitaba filtrarse, mientras que los evacuados lograban escapar fuera, y todos estarían bien.
Junto a su escape del Gran Conejo, que atacaría dentro de dos días, le proporcionaría a Subaru y a Emilia el tiempo que necesitarían para hablar. Entonces, posiblemente Garfiel regresaría a la aldea, encontraría a Subaru, la situación se tornaría en un combate y —

『 Otto: — 』

No debo permitir que eso suceda, decidió Otto.

※ ※ ※ ※ ※ 

Otto Suwen no era un personaje con una gran capacidad física.

Había aprendido algún grado de autodefensa para poder evadir el peligro mientras viajaba como mercader, pero comparado con la gente cuyas vidas eran de batalla genuina, no estaba solo uno sino diez pasos atrás.
Nunca rechazaría traer guardaespaldas cuando transportaba mercancías valiosas, y antes de ser atacado por bandidos mientras tomaba atajos a través de las montañas, preferiría abandonar con lágrimas en los ojos su equipaje mientras huía.

Todo el mundo sabía que carecía de la aptitud guerrera para usar la fuerza bruta para resolver sus problemas.

『 Otto: Y entonces, ¿por qué ahora estoy enfrentándome a él como oponente...? 』

Limpiando el sudor frío de su frente, Otto forzó sus mejillas casi rígidas para dar paso a una sonrisa. El principio de un comerciante era sonreír siempre durante los desacuerdos.

Habiendo nacido en una familia de comerciantes, Otto había entrenado ese precepto. Aunque sólo lo había usado aproximadamente la mitad de su vida, desde los diez años en adelante.

Sin embargo, esta costumbre no era ningún chiste.
Si lograba sonreír, y se forzaba a creer que esta batalla meramente requería la persistencia habitual, entonces podría aceptar ese estrés como algo tolerable o, incluso, algo cómodo.

Sus brazos se movían. Sus piernas se movían. Sin duda podía correr más lejos.
Era un misterio el cómo había sido capaz de seguir corriendo a través de tan implacable terreno y no quedarse sin aliento. La ligereza de su tranquilo corazón permitía que otro poder desconocido de Otto aflorara.

『 Otto: Aunque no tiene valor alguno cuando apenas se percibe. Las presunciones son inútiles, la negligencia es el enemigo. 』 

Mientras corría a través de las aperturas entre los árboles del bosque, Otto puso extrema precaución en su propio desafortunado ser.
Garfiel, abandonado y dejado muy atrás, no lo había encontrado. Sin embargo, Otto no podía seguir huyendo de esta manera. Su papel era el de atraer la atención de Garfiel y evitar que volviera al Santuario.

No debía permitir que Garfiel se diera cuenta de que no había necesidad alguna de enfrentarse a Otto.
Otto se había escondido en el bosque y había desvelado consecutivamente las trampas que había preparado para Garfiel. Sus motivos para tal acto, de hecho, provenían completamente de ese pensamiento.

Absolutamente. No había necesidad de que Garfiel se enfrentara a Otto.
La clave para lograr su meta de evitar la liberación del Santuario era detener a Subaru y a Emilia. Otto era secundario.
Dado que Garfiel no le había prestado atención alguna a Otto hasta ahora, debería haber entendido ese hecho mejor que nadie.

Hojas lanzadas por el aire junto a una piedra mágica, más un gran enjambre de insectos voladores dentro del carruaje.
Con estas dos ostentosas e inofensivas trampas, Otto había logrado hacer enojar a Garfiel completamente.
En este momento, Garfiel había perdido la compostura, y su forma de ver a Otto se había reducido a la de alguien que debía derrotar. Pero la verdad era que no era necesario hacerlo.

『 Otto: Pero se dará cuenta de ello inmediatamente si no lo entretengo. 』

Por lo tanto, lo único que Otto podía hacer respecto a Garfiel, al que era totalmente peligroso acercarse, era continuar provocándolo desde una distancia razonable.
Con la nariz de Garfiel inhibida, Otto podría evitar cualquier fatalidad mientras se mantuviera fuera de vista. Ya que, si era detectado, Garfiel podría eliminar la distancia con Otto en un instante—la diferencia de capacidades entre ellos era verdaderamente enorme.
Sin duda, esto requeriría del estrés de caminar en una cuerda floja, y mucha precaución.

『 Otto: — 』

Aún escondido entre los arbustos, Otto pudo ver la particular escena que se encontraba frente a él.
A veinte metros de distancia estaba Garfiel, mirando por los alrededores. Su aguda nariz había intentado olfatear, pero gracias al aceite de sillago derramado en las ruedas del carruaje, su sentido del olfato estaba bastante muerto. Como sólo podía confiar en su visión para buscar a Otto, su rostro irritado exhalaba el cauteloso aire de una bestia herida.

Molestar a esta cosa para llamar su atención era una acción equivalente a meter la mano en un fuego ardiente que garantizaba dejar una quemadura: un acto de idiotez.

『 Otto: « ¡Ahora, cuento contigo! »

『 ???: « Aaaaaaaaaaaaaaaaiiooo— »

Otto soltó una voz aguda. El grito que respondía pasó a través de sus tímpanos, convirtiéndose en algo con significado. Siguiendo la señal de Otto, el bosque se agitó.

『 Garfiel: ¿Eh? 』

Escuchando el susurro de los árboles que se mecían y pareciendo encontrar algo extraño, Garfiel miró hacia arriba. Unas bolas de barro y estiércol, lanzadas simultáneamente desde los árboles circundantes, apuntaban a su cara.

Así amenazaban los residentes de estos altos árboles: los ratones de bosque.
Esas bolas no poseían nada que pudiera herir, pero, al haber sido atacado desde todas las direcciones, el pánico de Garfiel lo incitó a intentar alearse para esquivarlas. Sin embargo, no pudo evitarlas todas: varias bolas mancharon sus piernas, chasqueando su lengua ante el hedor y la suciedad aferrada a él.

『 Garfiel: ¡Qué carajos, es! ¡Mierda! ¿Por qué este…? Otro de los trucos de ese canalla— 』

Limpiándose la suciedad en un árbol cercano, Garfiel expresó su sospecha en la participación de Otto. Pero, mientras expresaba sus dudas, se dio cuenta de algo y arrugó la nariz.

—Las bolas lanzadas por los ratones de bosque no tenían nada que pudiera herir. Ensuciaban la ropa y hacían que las cosas apestaran, pero nada más.
Sin embargo, el hedor del estiércol atraía a los insectos que vivían en el bosque.

『 Garfiel: —hk! 』

Algo se deslizaba bajo el suelo, bajo los pies de Garfiel, antes de emerger de la tierra y subir por sus piernas, enredándolas. La respiración de Garfiel se detuvo. Lo que trepaba por las piernas era una especie de insecto largo y negro parecido a un ciempiés.
El ciempiés, tan largo como el brazo de un hombre, se arrastraba hasta el muslo de la pierna izquierda de Garfiel, presionando su grotesca boca contra él mientras consumía los vestigios de las bolas que le habían sido lanzadas.

『 Garfiel: ¡Qué asco! 』

Blandiendo sus garras, Garfiel se quitó el ciempiés. Pero cada vez más criaturas se deslizaban por suelo, yendo no sólo a las piernas de Garfiel, sino luchando entre sí por las bolas que no le dieron, transformando la escena en un espectáculo infernal.

A estos ciempiés les gustaban los frutos de los árboles, cuyos restos estaban en el estiércol de los ratones de bosque.
Habiendo caminado por todo el bosque con la necesidad de poner sus trampas, Otto había hablado con muchas de las criaturas que había aquí, y había utilizado absolutamente todo lo que podía ser útil.

Al contrario de su repulsivo aspecto, los ciempiés no eran carnívoros ni venenosos en lo más mínimo, pero encontrarte tan rodeado por ellos producía una amenaza más que suficiente. Y ahora Garfiel—

『 Garfiel: ¡—hk! ¡Augh! ¡Descarados pedazos de mierda! 』

—Estaba gritando, escupiendo, mientras perdía el temperamento con la horda de ciempiés.

Alzó la pierna bastante alto, entonces la bajó de golpe para atravesar el suelo con toda la fuerza que podía reunir. 
Inmediatamente después, una plataforma rectangular de tierra se elevó en el aire, con Garfiel al centro.

『 Otto: — 』

Presenciando aquel movimiento increíble, Otto contuvo su aliento involuntariamente.

Sobre la tierra que Garfiel mandó por los aires, con la onda de choque evitando que la horda de ciempiés se moviera, Garfiel blandió sus garras y pies para sucesivamente reclamar sus asesinatos. La plataforma cayó de vuelta al suelo, chocando estruendosamente y repeliendo a la horda de ciempiés entera alrededor de Garfiel, y los rezagados excavaron de regreso bajo tierra por miedo.

Los árboles en los que los ratones de bosque residían también se vieron atrapados y derribados en el desprendimiento de la tierra, y los habitantes que ayudaron a Otto ahora huían apresuradamente.
Parecía que ellos habían terminado pagando un precio bastante alto a cambio de esa agua azucarada.

『 Otto: Bueno, supongo que es sólo otra consecuencia del comercio… o realmente, siendo que depende de las habilidades del negociador si un acuerdo de negocios es o no un trato rentable, preferiría no ser resentido aquí. 』

Habiendo presenciado un fragmento de la fuerza de Garfiel, Otto reflexionó alegremente sobre sus actos en un intento de calmarse a sí mismo. Con eso logrado, silenció sus pasos mientras retrocedía, manteniéndose a distancia del ahora caminante Garfiel mientras lo atraía hacia donde estaba la siguiente trampa.

No se había pasado dos días y medio sin dormir, corriendo alrededor de este bosque por nada.

—En cuanto todo esto termine, dormiría tan furiosamente que ni siquiera soñaría.

※ ※ ※ ※ ※

『 ???: « Uno grande se está acercando. »

—Soy consciente, sí, soy muy consciente de eso.

『 ???: « Detrás de ti, uno grande, aproximándose, viniendo ahora. »

—Te dije que ya lo sé, ya lo he considerado a plenitud.

『 ???: « Morirás. Estás tan muerto. Pobre tipo. »

—¡Realmente no me importaría si por favor dejaran de ser tan pesimistas!

Con su Protección Divina del Lenguaje del Alma desatada, un bullicio discordante inundó las orejas de Otto. Esas eran las voces de los insectos, animalitos, de todas las criaturas vivientes que poseían voluntad y vivían en el bosque—voces en las que Otto estaba buscando declaraciones relevantes para él, siendo lo máximo en escuchas difíciles.

Esto era aproximadamente veinte años desde que se manifestó su Protección Divina del Lenguaje del Alma, y alrededor de diez años desde que se volvió competente con eso. Incluso con todo ese tiempo, él nunca había intentado algo tan descabellado como esto.
Incluso cuando había usado su protección divina en un intento de absolverse a sí mismo de falsas acusaciones, esa situación fue más simple, ya que había sucedido en una ciudad y había un límite para el número de criaturas viviendo allí.

Pero, estando en el medio de un extenso bosque, la cantidad de ruido con la que tenía que lidiar Otto excedía muchísimo su límite máximo.
En el aire, en los árboles, en las hojas, en la suciedad, en la roca, esos insectos, esos animalitos poseían muchos y muchos lugares donde alojarse. Escuchar todas las voces de estas criaturas ocultas equivalían a más de 100 voces humanas golpeando dentro de su cerebro simultáneamente.

No estaba simplemente escuchando.

La Protección Divina del Lenguaje del Alma demandaba comprensión por parte de Otto. Lo que significaba que toda su actividad neuronal se estaba dedicando a procesar todo lo que su Protección Divina recogía.

『 Otto: Bhg… 』

Un dolor punzante corría a través de su cabeza y su cuerpo se tambaleaba, haciendo que se apoyase contra un árbol. Y, en la manga que pasó por su rostro para limpiarse el sudor, había gotitas de vívida roja sangre.

Sangrado nasal. Esta sangre que goteaba de su rostro era prueba de que su cerebro estaba actuando más allá de su límite permitido. Su cerebro crujía, crujía, crujía intermitentemente, el zumbido haciendo eco en su cabeza sin signos de aliviarse.

『 Otto: Ah, no lo sabía. Así que esto es lo que sucede cuando te mantienes usándolo, a este poder mío. Enteramente inmanejable… o mejor dicho descaradamente inconveniente, poniéndome en un aprieto. 』

Limpió su sangrado nasal rigurosamente, frotando su frente mientras iniciaba una vacilante carrera. Sus oídos aún continuaban resonando, pero no tenía ni la más mínima intención de cancelar su Protección Divina. Otto no podría mantener esta persecución por sí mismo.

Como antes, las voces lo llamaban para informarle de las acciones de Garfiel. Sus observaciones actuaban como los ojos de Otto, puesto que no podía mirar detrás de él.
Otto no sabía lo que pensaban los demás sobre pedir ayuda a insectos y mamíferos, criaturas que poseían voluntades diferentes de las de los humanos, pero no lo hacía por una tarea fácil.

Sus patrones de pensamiento divergían de los de la humanidad.
¿Qué les encantaría?, ¿qué odiarían? Lo que era normal para Otto era extravagante para ellos. No podía saber exactamente qué debería usar como armas al negociar.

E incluso entre insectos y mamíferos, entre más grande fuera su inteligencia, más diferencias había entre individuos. Miembros de la misma especie de bichos poseían de vez en cuando posturas diferentes de lo que aprobaban y desaprobaban.

El imperfecto pero exitoso intento de Otto de evadir continuamente la amenaza conocida como Garfiel fue el resultado de que él mismo aseguró un corto pero definido período de tiempo de preparación y, dentro de ese período de tiempo, dedicó cada momento que tuvo y se esforzó al máximo.

—¿Habría encontrado ya Subaru a Emilia, y estaría hablando con ella adecuadamente?

Otto se había metido en este apuro únicamente para alargar el tiempo que Subaru tendría para hablar con Emilia.
Si las suposiciones de Subaru fueran erróneas, si las cosas no fueran acorde al plan y no hubiera progreso aparente con Emilia, entonces todo sería para nada, un esfuerzo efímero.

—¿Por qué estaría apoyando a Subaru hasta tal grado?

Durante el torrente de pensamientos hechos para distraerse de su dolor, Otto acabó pensando en eso.
Subaru había salvado su vida, y Otto lo estaba ayudando para saldar su deuda. Eso era verdad.
Subaru lo había aceptado como a un amigo, y buscó su ayuda, y por eso Otto inevitablemente tenía que ayudarlo. Eso también era verdad.

¿Pero era Otto verdaderamente un hombre tan fanático que, con sólo esas razones, lograría más de lo que se esperaba de él?

『 Otto: …Ah, entiendo. 』

Algo resbaló por su mente en ese momento. Era el desencadenante que lo llevaba a reconocer la razón.
Otto no podía evitar sonreír.

Era bastante simple.
La razón de Otto para tener fe en Subaru y ayudarlo, era ridículamente nada profunda.

『 Otto: Rendirse, pensar que nadie puede entenderte, perplejo y preocupado… todo eso es algo que yo debería saber mejor que nadie. 』

Protección Divina del Lenguaje del Alma, el poder de escuchar cosas que otros no pueden.

Mucha gente consideraba a Otto, quien escuchaba las voces de otros animales y sabía cosas que claramente no debería, una molestia. Él perdió a aquellos que alguna vez habían sido sus amigos y no podía ver más a su familia. Para él, su Protección Divina del Lenguaje del Alma carecía de cualquier utilidad más allá de superar momentos de emergencia, aparte esos casos era una herramienta superflua.

Pero debido a este poder, su experiencia se había descarriado.
Sus experiencias de ser excluido por su Protección Divina del Lenguaje del Alma le enseñaron el dolor de estar más allá de la comprensión de otros. Sabía cuán irritante era el saber algo, pero ser incapaz de comunicarlo plenamente, a pesar de dar explicaciones. Eso le confirió la resignada frustración de, “bueno, nadie lo entendería, de cualquier manera”.

Pero, la situación de Subaru era completamente idéntica a la de él antes de que decidiera contárselo todo.
Y por eso él confiaba en Subaru, superponiendo su imagen actual con la imagen de Otto en ese entonces, y salió corriendo.

Era la única posibilidad.
Otto no sólo deseaba salvar a Subaru. A través de él, Otto había deseado salvar su propio pasado, salvar a Otto Suwen.

『 ???: ¡Maldita sea, te encontré—! 』

『 Otto: ¡¿—hk?!

En cuanto se dio cuenta de otro de sus verdaderos sentimientos, Otto escuchó una voz que provenía de un ángulo diferente al de su Protección Divina del Lenguaje del Alma — solo para recibir un impacto que lo golpeó en los hombros haciéndolo caer sobre la tierra.
Cayó de costado y la suave suciedad lo atrapó al caer.

『 Otto: ¡Bhah, ptt! ¡¿Qu-qué ha p—ghhk?! 』

『 ???: ¡Ni se te ocurra jugar conmigo, carajo! 』

Otto escupió las hojas en su boca mientras se levantaba cuando, justo en ese momento, las puntas de unas garras golpearon su torso. Sus aplastados pulmones se retorcieron por la falta de aire, y recibió otra violenta patada que le hizo volar a través del suelo.
Arriba y abajo intercambiaban e intercambian lugares desordenadamente, su cabeza daba vueltas y sus pensamientos eran confusos. No había ciclos de oxígeno en su cerebro, y la sangre en sus venas parecía coagularse, con el dolor transfiriéndose por sus capilares a todo su cuerpo.

『 Garfiel: Incluso si mi nariz no funciona, mi asombroso ser todavía tiene sus orejas. Estás lleno de malditos trucos que me joden una y otra vez… pero ya fue suficiente. 』

『 Otto: Me pregunto si eso es tan así… no puedes decir que has ganado todavía, sólo por alcanzar… ghgahuh 』

『 Garfiel: Cierra la boca. Ciertamente te has esforzado bastante, maldita sea… pero mi asombroso ser no tiene más tiempo para perder contigo. 』

Garfiel puso su pie en el pecho de Otto, ejerciendo una presión considerable.
Con un “crack” las costillas de Otto se fracturaron. El supuestamente pequeño Garfiel ejercía más fuerza del que su peso corporal real debería permitirle, y Otto gritaba mientras sus miembros aleteaban inútilmente.

『 Garfiel: Si mi asombroso ser te pisara con toda la fuerza que tiene, te convertirías en añicos. ¿O ya no recuerdas cuando lancé el suelo por los aires? La misma mierda le podría ocurrir a tu cuerpo. ¿Quieres probarlo? 』

『 Otto: —Lo siento, pero preferiría que no. 』

Garfiel miró hacia abajo con una expresión intimidante. Las palabras de Otto iban acompañadas con la sonrisa de un mal perdedor, una actitud que hizo a Garfiel palidecer. Pero,

『 Garfiel: Pero mira nada más, así que tu mierda de rostro es capaz de mostrar algo de agallas. Si hubiera visto eso antes de empezar la pelea, no habríamos tenido que dar tantos rodeos. 』

『 Otto: — 』

Ese elogio, o algo parecido, encajaba perfectamente con las palabras de Garfiel.
Otto giró la cabeza mientras suspiraba ligeramente. Sus delgadas y tensas exhalaciones continuaron mientras Garfiel estrechaba los ojos.

『 Garfiel: Si solo hubiese sido eso, entonces no habría sido la gran cosa. Podría haberlo ignorado… 』

『 Otto: — 』

『 Garfiel: Pero en cuanto mostraste algo de motivación, todo el puto bosque se volvió en contra mía. Incluso al principio, cuando me lanzaste esas hojas, los malditos bichos bajo ellas volaron hacia mí. Y en el carruaje, y la mierda de ratón, y los ciempiés, y las serpientes saltando de los árboles, y esos malditos pájaros que me llevaron a un puto campo de flores venenosas… definitivamente debía haber una razón para todo eso. 』

Ciertamente, todas estas trampas las había puesto Otto mientras corría por el bosque, con el objetivo de reducir la energía de Garfiel y ganar tiempo.
Ninguna de ellas funcionó mal, y todas lograron atraer a Garfiel hacia él.
Pero Garfiel consideró que estas múltiples maravillas naturales, inconcebibles como una coincidencia, eran obra de Otto. Se había dado cuenta de que Otto era la razón detrás de todo esto.

『 Garfiel: Pensar no es mi fuerte, aun así, pensar es una parte de estar vivo. Y entonces pensé, pensé, pensé y pensé… y ésta es la conclusión a la que llegué. La gran mayoría de las mierdas inexplicables que ocurren en este mundo, son producto de una Protección Divina. —Lo que significa que tú tienes una de esas Protección Divina de mierda también. 』

『 Otto: ...Hu. 』

『 Garfiel: No sé si es una Protección Divina del Bosque, una Protección Divina del Barro o la mierda que sea… Pero si de verdad tienes una, entonces ya no sería tan raro que me haya ocurrido todo eso. Atacando sin ninguna contemplación, tirando con todo lo que tenías para salir del paso… 』

Golpeando al callado Otto con palabras, Garfiel le dejó temblar, luego de haberle pateado, mientras le miraba con sus afilados ojos en lástima.

『 Garfiel: No creas que no me he dado cuenta de lo que estás planeando, con esa deficiente mirada de rendición que tienes. 』

『 Otto: — 』

La mirada de Garfiel aterrizó en un claro abierto, donde se acumulaba una masa de luz blanca.
La luz del sol que atravesaba el follaje—definitivamente no era lo que provocaba esas luces multicolores, sino una masa de maná tan espesa que era visible a simple vista.

Al presenciar una acumulación de maná tan densa que podría dejar a uno completamente embriagado si llegara a toparse descuidadamente con eso, Garfiel arrugó el rostro y miró hacia abajo a Otto.

『 Garfiel: Ese es tu as. No es como las amenazas vacías que habías estado haciendo hasta ahora. Hay algo en esa cosa que supera el poder de mi asombroso ser… Si hubieses podido seguir manteniéndome a ciegas, podrías haber logrado meterme ahí dentro. 』

『 Otto: ...auh, euh 』

Garfiel se agachó para levantar al quejumbroso Otto por el cuello.
La sangre del sobrecargado cerebro de Otto volvía a salir por los orificios nasales, tiñendo la parte inferior de su cara con sangre macabra. Garfiel giró la cabeza.

『 Garfiel: Lo hiciste muy bien, pero jamás estarás a mi nivel. Deberías saber cuál es tu lugar y haberte portado bien. 』

『 Otto: Mi, lugar, dices... hg. 』

『 Garfiel: Sí. No tienes ninguna oportunidad de vencer a mi asombroso ser. ...Me importa una mierda qué trampa sea esa cosa, pero serás tú quien la pruebe. 』

Habiendo dicho eso, Garfiel lanzó a Otto suavemente.
Tras una sensación increíblemente breve de volar por los aires, Otto no logró controlar la caída, rodando y precipitándose a la colmena de maná blanco y denso.

En medio de la densa neblina de maná, su aún ofuscada cabeza fue contaminada. Sus ojos giraban, su lengua se adormecía, su nariz sangraba sin parar.

Trampa. La última trampa. Lanzado a ella, y ahora, había algo, sucediendo.

『 Garfiel: Vigilaré hasta que se termine. 』

Cruzando los brazos, Garfiel esperaba al final del caído Otto. Tumbado en el suelo y capturando esa visión de reojo, Otto unió sus pensamientos dispersos: ¿dónde estaba? ¿Qué tenía que hacer? Y él reconoció—

—que su última trampa había tenido éxito.

『 Otto: ...¿Te importa si te pregunto algo? 』

『 Garfiel: ¿Eh? 』

Poniendo la mano en el suelo, Otto se levantó frenéticamente.
Los ojos de Garfiel se abrieron de par en par, ya que no había concebido que Otto todavía pudiera moverse. Presenciar la sorpresa de Garfiel era una sensación satisfactoria. En efecto, lo que dijo Subaru era cierto.
Era interesante tener éxito en las hazañas que otros creían que eras incapaz de realizar. Realmente interesante. Era cruel, pero esta delicia no mostraba signos de detenerse.

『 Otto: Hasta llegar aquí, Garfiel-san... ¿cuántos árboles has talado y cuánta tierra has excavado? 』

『 Garfiel: No tengo ni idea de lo que tratas de decir. 』

『 Otto: La cantidad de maná almacenado aquí donde estoy es así de grande… porque has enojado mucho al bosque, eso es lo que significa. 』

La sensación de logro hizo que Otto olvidase su dolor y su fatiga.

Su precario discurso adquirió cierta firmeza. Otto se sentó en el suelo mientras miraba a Garfiel.
Garfiel descruzó los brazos y finalmente se dio cuenta de que había actuado justo como Otto había planeado, e intentó moverse—
—Pero era demasiado tarde. 

『 Otto: —Al Dona. 』

El maná que abundaba se transmitió a través de todo Otto, tomando forma en el mundo a través de un canto.

—La abrumadora velocidad y fuerza de la ola de tierra golpeó la totalidad del lento Garfiel, haciéndolo volar por los aires mucho más allá del borde del bosque.

※ ※ ※ ※ ※

『 Otto: Haah... haaah... haauh... 』

Con los brazos en alto y temblando, Otto respiraba tan lánguido que podría sangrar, uno tras otro.

Había usado todo el maná ambiental en esa magia, agotándolo.
La sensación de embriaguez de maná se había desvanecido, siendo sustituida por la fatiga. Su cuerpo dolía mucho.

—La última trampa que Otto puso fue una cosa simple, que conectaba todas las trampas hasta ahora.

Suponiendo desde un principio que aseguraría la cooperación de los insectos y bichos del bosque, propondría que todos castigasen a los enemigos que dañasen ese mismo bosque.

Por lo visto, Garfiel se pavoneaba a diario por el bosque, y ese comportamiento debía resultar tremendamente descarado para los animales del bosque.
Cortar arbustos para afilar sus garras y fortalecer sus músculos, e incluso recoger la leña necesaria para la vida diaria — desde una perspectiva más amplia, estos eran actos de destrucción en el hogar de los animales.
Estos actos infames se habían acumulado, y ahora, tristemente, la mayoría de la vida silvestre del bosque consideraba a Garfiel un tipo grande, fuerte y malo.

Otto había negociado con los animales salvajes, pidiéndoles que le ayudaran a castigar a Garfiel. Luego colocó numerosas trampas y, junto con sus activaciones, Garfiel infligió aún más destrucción sobre el bosque. Los residentes del bosque concentraron su maná en un solo lugar, prometiendo prestar a Otto su mayor fuerza.

Una concentración de maná tan vasta como para ser visible era una trampa obvia.
Habiendo tropezado con tantas trampas y ahora acostumbrado a ellas, Garfiel evitó ésta y lanzó a Otto en ella.

Lo que significaba que inadvertidamente ayudó a Otto a tomar prestada la ayuda del bosque, y le permitió utilizar más magia de la que realmente poseía.

La ola de suciedad resultante impactó a Garfiel, causando daños decisivos sobre su previamente ileso ser.
La negligencia de Garfiel, pensando que Otto carecía de la fuerza para oponerse a él, había ayudado a provocar esto.

Todo había salido como Otto lo planeó.
Lo que significaba que,

『 Otto: Esta vez seguro que... 』

『 ???: — Se te acabaron los trucos. 』

Otto suspiró desalentado. La figura de Garfiel apareció entre los árboles, mirando a Otto.

Sus ropas estaban rotas, su desnuda piel estaba llena de cortes de afiladas piedras. Pero las partes importantes de su cabeza parecían haber sido protegidas, con un escaso impacto evidente en su forma de andar.

La disparidad de poder había trascendido con creces la imaginación de Otto.

『 Garfiel: Honestamente, estoy muy sorprendido. 』

『 Otto: ...¿en serio? 』

『 Garfiel: De verdad, no pensé que fueras capaz de hacer tanto. Mierda, olvida eso, te miré con desprecio, pensando que te rendirías. ...Perdóname. Mi asombroso ser ha hecho una jodida estupidez cuando trataba con un hombre. 』

Dijo Garfiel con una expresión mansa. Otto sacudió la cabeza, sin necesitar la disculpa.
Lo único que quería oír era un "me rindo". Pero, a pesar de que Otto hizo todo lo que pudo y cumplió perfectamente su papel, no había conseguido vencer a Garfiel.

De esta manera, aquí terminaba la resistencia de Otto.
Garfiel sentía sus manos y mostraba sus afiladas garras. Esta vez no tendría piedad de él.

Esas garras eran como cuchillas afiladas, y cortarían su cuerpo de forma tan directa como la sinceridad con la que se había dirigido a Otto, acabando con su vida. 

—¿Hizo todo lo que pudo?

Sentía intensamente que había jugado todas las cartas que tenía.
Incluyendo su Protección Divina del Lenguaje del Alma, la amistad y la negociación; había usado todo al máximo.

Si a pesar de todo no lo conseguía, entonces simplemente no había nada que pudiese hacer.
Hasta aquí llegaban las capacidades de Otto.

Y así—

『 Garfiel: Nos vemos. —Cuando te despiertes, limpia este estropicio. 』

『 Otto: Digamos que mi lucha individual terminó aquí... 』

『 Garfiel: — 』

Con ese largo murmullo, Otto cerró los ojos, exhausto.
La actitud parecía carecer de la voluntad necesaria para rendirse, y—

『 Garfiel: No puede ser... 』

Garfiel se estremeció, preguntándose si todavía había más. El pelo en su cuerpo se puso de punta mientras él ojeaba la zona con recelo.
No había señales de nada en ninguna dirección. Si acaso había más, entonces—

『 Garfiel: —hk! 』

Mostrando sus colmillos, Garfiel dirigió sus garras hacia arriba.
Inhaló, sus pulmones se expandieron para poder aullar. Pero esto produjo un retraso. Abrió los ojos de par en par y su boca bramaba sin rugir.
Y entonces, se oyó un grito que no tenía sed de sangre ni hostilidad, sino un nombre.

『 ???: GARF!! 』

Una silueta saltó desde las copas de los árboles, descendiendo hacia él.
Su corta falda se agitaba y la punta de su varita apuntaba a la cabeza de Garfiel.

El maná se congregaba en la punta de su varita, emanando luz, y Garfiel gritó mientras observaba.

『 Garfiel: ¿Por qué cojones estás... RAAAAAAAAAAAMMM!! 』

Una hoja de viento estalló al instante siguiente, destrozando el bosque del Santuario.