viernes, 6 de octubre de 2017

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Un grito desde hace 400 años


Traducción:
Robert

Corrección y edición:
Jagaro (Primer corrector)
Carlos (Segundo corrector)
Pretinaverse (Detallitos finales)

※    ※    ※    ※    ※

Sus melancólicos ojos veían a Subaru, sin dejarlo ir.
Un deseo de reírse ante las declaraciones de Beatrice surgió en el pecho de Subaru.

— Um, ¿Qué acabas de decir?

Él solo tenía que tomar esas inexplicables palabras que había oído y devolvérselas a Beatrice.
Él solo tenía que curvar su boca en una sonrisa y bromear con ella igual que siempre.
Como si—como si la hubiera oído mal por culpa del viento. Porque lo que había escuchado tenía que ser un error, ya que si no lo fuera...

『Subaru: —』

Entonces él no sería capaz de replicar a la BROMA de aquella desesperada chica.

『Subaru: ¿Qué, acabas… de decir? 』

Después de un momento de duda, un breve intervalo de tiempo, Subaru contestó con la frase que había preparado.
Él simplemente tenía que sonreír y encogerse de hombros, y sería perfecto.
Sin embargo,

『Subaru: …a, 』

Las mejillas de Subaru se endurecieron, no solamente sus hombros, sino también sus dedos estaban congelados, sin poder moverlos.
Era casi como si el Natsuki Subaru reflejado en los ojos de Beatrice estuviera fijo en su lugar, estancado en la misma posición en la que ella lo veía.

『Beatrice: Como desees, lo diré de nuevo, parece』

『Subaru: Es-espera…』

『Beatrice: —Betty quiere que acabes con ella, con tus propias manos, sabes』

『Subaru: ¡¡Detente!!』

Gritando, Subaru interrumpió el discurso de Beatrice.

Esta situación era completamente inversa a sus posiciones previas, lo cual en cierto modo tenía gracia.

La vez anterior, Subaru había intentado presionarla con sus propias teorías, gritando a Beatrice y negándose a oírla. 

Por eso, incluso si Beatrice hacía lo mismo, Subaru no tenía ningún derecho a criticar su comportamiento. 

Ningún derecho, y él lo sabía, pero,

『Subaru: Qué demonios crees que estás diciendo justo ahora…』

『Beatrice: Eres tú quien no entiende lo que se te dice justo ahora, parece... 』

『Subaru: ¿Qué? 』

『Beatrice: Estoy intentando hacer que termines conmigo, el Espíritu Beatrice, sabes. Te estoy dejando ser ÉL, terminar este contrato de cuatrocientos años, parece.』

Deberías sentirte privilegiado, sabes, decía la cínica e inadecuada sonrisa de Beatrice.
La sonrisa mortificada de una chica por ser dejada atrás—viendo eso, unos dedos retorcidos clavaron sus garras en el pecho de Subaru.
Fue tan insoportable para Subaru, que colocó su mano sobre su corazón.

『Subaru: No entiendo… ¿Realmente estás diciendo que quieres morir?』

『Beatrice: Querer morir, hablando estrictamente es incorrecto, parece. Betty quiere que  el contrato termine. Betty solo quiere ser liberada, de este contrato eterno a la que está atada, sabes.』

『Subaru: Si eso se hace quitando tu vida, ¡¡Entonces en qué carajos se diferencia eso con querer morir!!』

Mientras la garganta de Subaru vibraba furiosamente, su pie pisoteó el suelo. Su talón se hundió en las páginas del esparcido evangelio bajo su pie, pero no era algo que le preocupara justo ahora.
Apuntando a ella con su dedo, Subaru miró a Beatrice.

『Subaru: ¡No digas esa maldita y estúpida frase de querer morir! Querer morir es… incluso aunque se lo dijeras a otra persona, si es cerca… decir eso cerca de mí, ¡Eso es algo que no puedo perdonar!』

Alguien muere, y su vida no volverá jamás.
Solo Natsuki Subaru podía regresar después de morir. Así que solo Subaru, quien notaba el beneficio de abandonar su vida para desafiarla de nuevo, podía presentar un argumento razonable para el suicidio.
Pero no Beatrice. Ni nadie más.

Si ellos pierden su vida, no la recuperan.
Sabiendo eso, y aún así diciéndolo en presencia de Subaru, era…

『Subaru: ¡Tú no quieres morir! ¡No digas esa basura! Actuando para un fin… actuando exclusivamente para morir, maldita sea—No importa quién más lo permita, ¡¿De verdad crees que lo haré?!』

『Beatrice: Ciertamente es una petición egoísta, parece. —¿Que podrías saber tú de Betty, de hecho?』

La respuesta de Beatrice fue fría, dura, mientras ella se limpiaba la falda y se ponía de pie. Sus dedos se enredaron con la punta de sus rizos.

『Beatrice: Han sido cuatrocientos años desde que Betty se convirtió en la cuidadora de la Biblioteca Prohibida, guardián del conocimiento. Cuatrocientos años… tanto es el tiempo que Betty simplemente ha obedecido el contrato, y esperado, parece.』

『Subaru: Cuatro, cientos años…』

Esas palabras de nuevo, pensó Subaru mientras arrugaba su cara, queriendo morderse la lengua. 
Cuatrocientos años. Todas las personas que conocía Subaru tenían algún tipo de conexión con aquella época abominable, en la que la Bruja fue una amenaza abrumadora.
Beatrice también había nacido en esa época, y vivido hasta este día.

『Beatrice: Yo sellé un contrato con la Bruja y quedé bajo el cuidado de la familia Mathers, la cual estaba en una posición similar, y al principio seguí lo que estaba escrito en el evangelio—simplemente, en silencio, esperando a través de los días hasta que llegue el momento, sabes.』

Subaru guardó silencio.

『Beatrice: Pero, mientras yo esperaba, el tiempo avanzó en el mundo exterior, parece. Aquel hombre, quien había estado en la misma situación que Betty, la cabeza de la familia Mathers, envejeció, y las siguientes generaciones llegaron, sabes. Aunque consciente del cambio de las cabezas de la familia, el tiempo de Betty aún permanecía sin cambiar, y pasaba, parece.』

¿Y cuán doloroso fue ese tiempo para Beatrice?
Su desapasionado tono casi reflejaba la abrasión que el severo flujo del tiempo había estado infligiendo en su corazón, dándole incluso al oyente, Subaru, escalofríos.

『Beatrice: Ese día prometido, y su eventual llegada —Betty no sabía en absoluto cuándo llegaría, o quien sería “ÉL”, durante todos esos días, de hecho.』

Beatrice sacudió la cabeza como diciendo 『Pero aun así...』

『Beatrice: Yo no estaba preocupada, parece. Después de todo, en las manos de Betty había un evangelio. Simplemente tenía que creer en el libro profético, esperar que sus páginas en blanco reportaran algo sobre ese inminente día. Si yo podía esperar, entonces ese momento seguramente llegaría… eso fue lo que creí persistentemente, de hecho.』

『Subaru: Pero…』

Mirando hacia abajo, a las páginas arrugadas debajo de su tobillo, Subaru comprendió la crueldad de su interminable blancura. Sintiendo el significado de la mirada de Subaru, Beatrice asintió.
El evangelio, la supuesta esperanza para ella, había—

『Beatrice: Cada día, momento a momento, me preguntaba si el texto había cambiado… y sufría cuando lo revisaba.』

Subaru no dijo nada.

『Beatrice: Yo he soñado muchas veces que nuevas letras aparecían en las páginas después del último texto, parece. Yo he imaginado tantas, tantas veces el día cuando ese desconocido “EL” llegara a visitar a Betty, y así poder cumplir el rol que se me había dado, sabes.』

『Subaru: …Beatrice.』

『Beatrice: A la familia Mathers nunca le faltan los visitantes, parece. Han sido tantos los humanos que visitaron la Biblioteca prohibida de Betty. Muchas fueron las manos que tocaron la puerta de la biblioteca… y el corazón de Betty fue traicionado cada vez, sabes.』

Porque quienes empujaron la puerta no eran “ÉL”.
Tantas veces la segura decepción se repitió. Tantas veces el seguro desánimo se reiteraba. La continua traición de sus expectativas progresivamente desgastó su corazón, y sus ojos constantemente se impregnaron con resignación.

Las expectativas de Beatrice fueron traicionadas una y otra vez, y ella progresivamente dejó de tener expectativas. El corazón de Beatrice, manteniéndose en alto por la esperanza de que ella pudiera tal vez superar eso, caía al suelo otra vez, incapaz de soportar el inmenso dolor.
Por supuesto que un corazón que había resistido tanto comenzaría a quebrarse.

『Beatrice: Durante el período que lo hice, me dí cuenta, sabes… No, ya me había dado cuenta antes, parece.』

『Subaru: ¿Darte cuenta de qué? 』

『Beatrice: Que Betty nunca vería el siguiente texto del evangelio, de hecho.』

Beatrice se agachó, recogiendo la tapa del evangelio, que cayó a sus pies. Con sus páginas derramadas, solo quedaba la cubierta, la cual emitía un aire tenebroso.
Ella trazó con su dedo sobre la encuadernación.

『Beatrice: ¿Sabes, parece?... Los evangelios escriben el futuro de su poseedor. El grado de detalle del texto depende del poseedor, y cuanto más detallado es, menos se desvía de las memorias del mundo, de hecho.』

『Subaru: ¿Memorias del mundo?』

『Beatrice: Las Memorias del mundo, parece. —El mundo no solo sabe el presente y el pasado, también conoce qué pasará en el futuro, sabes. El Libro de la Sabiduría es un texto prohibido que plasma esa necesitada información. Podrías decir que el evangelio ha heredado solo una parte de esa función, parece.』

Echidna fue quien nombró al Libro de la Sabiduría como Las Memorias del mundo.
Era indudable que Echidna y Beatrice tenían una relación cercana. Beatrice le mostró la negra encuadernación para que Subaru pudiera verla.

『Beatrice: Los evangelios falsificados que tiene el Culto de la Bruja siguen prácticamente los mismos principios, parece. Sus algoritmos hacen referencia a ello, solo se diferencia en  su precisión, sabes.』 

『Subaru: …¿Cómo salió a la luz esa técnica después de la muerte de Echidna? Se supone que solo Roswaal y tú han heredado esos dos evangelios.』

『Beatrice: Eso no lo sé ni me importa, parece. Quien sea que esté produciendo esas falsificaciones, y a quién sea que pretendan distribuirlas, no tiene nada que ver con Betty, de hecho.』

『Subaru: ¿Entonces por qué mencionas al Culto de la Bruja? 』

『Beatrice: Porque tengo que hablar de los evangelios del Culto, parece. Te estás apresurando a sacar conclusiones, sabes.』

Beatrice no reaccionó a las desafiantes palabras de Subaru, preservando su calma.

『Beatrice: ¿Tienes un evangelio del Culto, parece? 』

Subaru asintió.

『Subaru: No a mano. El que yo tenía lo llevé al SANTUARIO, y en este momento se encuentra en un lugar seguro allí. El resto de los evangelios que obtuvimos de los cultistas, fueron entregados a alguien más capaz.』

Ahora, el único evangelio que poseía Subaru era el evangelio de Petelgeuse.
Los evangelios que los otros cultistas—los dedos de Petelgeuse—habían poseído fueron destruidos por los aún-conscientes cultistas antes de sus muertes. Los tomos que lograron rescatar fueron confiados a la facción de Crusch, para que lidiaran con ellos.
Lo que Subaru había querido hacer en primer lugar era traer de vuelta rápidamente a Roswaal del SANTUARIO, y discutir el éxito de vencer a la Ballena Blanca y a Petelgeuse con las facciones de Crusch y de Anastasia.

『Beatrice: ¿Has revisado el texto de ese libro, parece?』

『Subaru: Repentinamente puedo leerlo ahora, así que sí, de algún modo. Está escrito en esta enredada caligrafía, y apenas es legible, pero básicamente es una lista de información. Aunque, mi impresión personal… veo que son menos profecías del futuro, y más unas instrucciones procedentes del futuro.』

Subaru recordó que era muy probable que la influencia de Echidna volviera legible al evangelio.
La mayoría del texto en el evangelio de Petelgeuse seguía un mismo patrón, diciendo a dónde debía ir Petelgeuse, y los acontecimientos que él causaría. Considerando que el evangelio omitía mucho de cómo era alcanzado el resultado escrito, se podría decir que el evangelio dejaba al juicio del poseedor qué acciones tomar para alcanzar esos resultados.
Así que, en vez de ser un omnipotente texto profético, era una guía procedente del futuro—de un futuro que como mínimo debía ser considerado.

『Subaru: Si eso predice el futuro perfectamente, entonces suena como si yo no hubiera tenido ninguna forma de detenerlo. Aunque coincido en que probablemente eso es una edición imperfecta.』

『Beatrice: No estoy tan interesada en el contenido, sabes. Lo esencial es si fue escrito el final del poseedor, parece.』

『Subaru: —El final, no es como lo llamaría.』

La página final del evangelio de Petelgeuse.
A diferencia del “FIN” escrito con la sangre de Subaru, y según el verdadero propósito del evangelio, la frase final escrita sería, en resumen—

<En el dominio Mathers, Juicio a la Medio-Bruja de Cabello Plateado>

Una frase bastante descuidada, que no le daba ninguna información a Petelgeuse de qué pasaría antes o después.
En verdad, si esa era toda información que proveía el evangelio, la falta de detalles haría imposible vencer a un Subaru que conociera con precisión el futuro.

『Beatrice: —Me lo imaginaba, de hecho.』

Beatrice asintió, como si ella estuviera de acuerdo con algo. Ella giró, doblando la encuadernación del evangelio con sus manos.

『Beatrice: ¿El evangelio tiene nuevo texto añadido después de eso, parece?』

『Subaru: …No, no lo creo. Cuando lo revisé la última vez, lo último escrito fue la actividad final de su poseedor. Además, es imposible que se añada algo después, porque…』

Cuando procedía a continuar su frase, Subaru se dio cuenta de lo que estaba diciendo, y su garganta se congeló. Esto aclaró la intención de la pregunta de Beatrice.
Él levantó su cabeza. Beatrice estaba sonriendo, de manera casi imperceptible.
Mostrada múltiples veces en este breve encuentro, estaba de nuevo esa sonrisa falsa, que inspiraba solo un vacío en aquel que la veía.

『Beatrice: —El evangelio no escribió nada más, lo que significa que ese era el final del futuro del propietario, sabes』

『Subaru: T-tú y él no sois iguales…』

『Beatrice: Es lo mismo, parece. En el sentido en el que los evangelios no escribieron el futuro, la única diferencia es si nosotros aún existimos o no, de hecho. —¿Puedes decir que estoy equivocada, parece?』

『Subaru: ¡Tú estás equivo—!』

La mirada de Beatrice, sin inmutarse, interrumpió el predecible rechazo sin pensar de Subaru. Ella no estaba buscando consuelos superficiales. Esa pregunta era una que Beatrice había respondido por si misma.
Apretando los dientes tan fuertemente como para romperlos, con sangre brotando de la punta de su lengua, Subaru,

『Subaru: ¡¿Por qué, estás… haciendo esto?!』

Beatrice no dijo nada.

『Subaru: ¡¡Sacando tales conclusiones por ti misma!! ¡Cuando las personas comienzan a deliberar cosas en ansiedad y soledad, sus pensamientos siempre terminan yendo en malas direcciones! Si te estancas creyendo que eso es todo lo que hay para ti… ¡terminarás pensando que la realidad que ves es horrible!』

Subaru a menudo chocaba con la penuria, cada vez lamentando su impotencia, y así él lo entendió. Malicia que se repite y que no desaparece, es como si intentaras atacar la barricada del mundo—así de difícil era superarlo. Todo eso demandaba que el desafiante siguiera peleando solo, pero ataba el petrificado corazón de esa persona con sus oscuros dedos.
Así,

『Subaru: ¡Si crees que es doloroso, si quieres hacer algo sobre eso! Entonces, una frase es suficiente. Lo que debiste hacer fue llamar a alguien para hacérselo saber. Si simplemente hubieras dicho que querías ayuda, que eras infeliz… ¡Yo lo haría!』

Cuando se está arrinconado en el desesperado final de un destino sin salida, cuando se está sumergido solo, en la inescapable desesperación, simplemente es mejor intentar ver alrededor, en lugar de creer que se está aislado. A lo mejor, podríamos encontrar un par de manos intentando alcanzarnos.
Y al tomar esa mano, cuando ese fuerte impulso llegue a nuestro cuerpo que creíamos que estaba inmóvil, finalmente nos daríamos cuenta.

— No hay necesidad de rendirse aún.

『Subaru: ¡Tantas veces, en ti, yo… y así esta vez, Voy a…! 』

『Beatrice: …Yo quiero, hacer algo sobre eso.』

『Subaru: Si… de esa forma, llama.』

『Beatrice: Yo quiero ayuda…』

『Subaru: ¡Sí! ¡Sí, sí sí sí! Ahora si solo extiendes tu brazo…』

『Beatrice: Estoy triste, estoy sufriendo… Betty quiere ser salvada de esta oscuridad.』

『Subaru: Cierto, déjamelo todo a mí—』

Unos dedos pequeños y temblorosos se extendieron hacia Subaru.
Impulsado por una incomprensible fuerza que se desbordaba desde su interior, Subaru alcanzó la mano de Beatrice.

Subaru había olvidado completamente por qué había venido aquí.
En realidad él había venido hasta Beatrice buscando su fuerza, para romper esta situación sin salida. Esperaba que, de todo el mundo, ella lo ayudara.
Pero ahora que conocía el sufrimiento de Beatrice, la oscuridad de su corazón, hacer eso era impensable.
Todo lo que provocaba las acciones de Subaru era un sentido del deber, queriendo salvar a una pequeña niña que agonizaba por su aislamiento.
Si él tomaba esa mano, Subaru estaría añadiendo aún otra carga sobre sus hombros.
A pesar de ya cargar más equipaje del que podía cargar, Natsuki Subaru estaba intentando sostener más otra vez.
Pero a él no le importaba. Después de todo,

『Beatrice: —』

— ¿Cómo podía abandonar a una niña pequeña, mirándolo con aquellos vacilantes ojos?

Beatrice estaba intentando depender de él.
Lo que llamó a Subaru fue un insuperable y repentino sentimiento. Él no sabía qué era. El significado no importaba. Simplemente, su alma estaba gritando.
¡Ayúdala! ¡Sálvala! Para ti, esa chica es—y así.

『Subaru: Yo, sin importar qué—』

『Beatrice: Y así…』

Los dedos de Subaru alcanzaron los dedos extendidos hacia él.
Tomando los temblorosos dedos firmemente, llegó hasta ella, entrelazando sus dedos y juntando su palma con la de ella.
Él miró a Beatrice directamente. Los húmedos ojos de ella reflejaban a Subaru. Con grandes lágrimas cayendo desde sus ojos, Beatrice,

『Beatrice: —Betty quiere que tú la mates, sabes』

No es una simple ayuda la que estoy buscando, fue como ella rechazó la mano de Subaru. 

※ ※ ※ ※

Subaru inhaló para darle voz a la pregunta ¿Por qué?
Viendo su mano rechazada, mirando a sus dedos vacíos, buscando a Beatrice, la causante, Subaru quería preguntar por qué.

『Subaru: —』

Que sin embargo no pudiera hacerlo, fue por los ojos de Beatrice que, mientras veían a Subaru, estaban muy lejos, demasiado lejos, demasiado muy lejos—irreparablemente demasiado tarde para la salvación.

『Beatrice: Yo he estado sola… Constantemente, por cuatrocientos años, parece.』

『Subaru: B-beahthri…』

『Beatrice: Ese “ÉL”, que seguramente llegaría, no llegó, y he pasado cuatrocientos años sola constantemente, sabes.』

Él no podía apartar la mirada de los ojos de Beatrice.
Decir su nombre. Pero incluso en eso, Subaru dudaba.

『Beatrice: No sé cuántas veces he pensado en abandonarlo todo. No sé cuántas veces he deseado simplemente olvidar todo. Cientos, miles, decenas de miles, cientos de millones y más, pero aún así no es suficiente…』

Beatrice pasó mucho tiempo en esta estrecha y oscura habitación sola.
Abrazando sus rodillas, esperando en esa escalera a que llegara alguien de rostro y nombre desconocido.
Un mar de libros tan vasto que llegaba hasta donde alcanzaba la vista—incluso terminando de leer atentamente ese increíble océano, ella continuó esperando a esa persona que nunca llegó, e incluso su libro, que anunciaba su futuro, no anunciaba nada.
Cuántas veces había acribillado esa soledad el corazón de esta chica.

『Beatrice: ¿Dices que quiero ayuda? ¿Que quiero hacer algo sobre eso?』

『Subaru: —a, 』

『Beatrice: ¿Cuántas veces, decenas de veces, cientos de veces… crees que Betty ha pensado en eso? ¿Piensas que nunca lo he considerado, y simplemente me rendí, parece?』

Su discurso empezó a romperse, cubriéndolo con cada vez más entusiasmo.
Subaru, al contrario, estaba abrumado. Su garganta estaba paralizada. La pasión surgía del núcleo de su cuerpo, quemaba su alma, completamente inmovilizado, sus miembros pesaban como si estuvieran llenos de plomo. Tanto que no podía actuar por el bien de esta chica, o actuar para huir.

『Beatrice: ¿Si extiendo mi mano, sacarás a Betty de esta impenetrable oscuridad? ¿Me mostrarás la solución para este interminable callejón sin salida, parece?』

Subaru no dijo nada.

『Beatrice: Si tú… estás haciendo eso por mí, entonces… por qué fue… Por qué, fue que…』

Con su cabeza mirando hacia el suelo, sus sollozos entrelazaban sus frases.
Su rostro ahora estaba oculto, y una oscuridad misteriosa dominó el corazón de Subaru. Con el suelo debajo de él temblando, inestable, él casi perdió de vista el camino para alcanzar a Beatrice, quien estaba de pie, sin sus brazos extendidos hacia él.
Él sintió pánico, y dudó. En ese momento, Beatrice levantó la cabeza.

『Beatrice: —Dejaste a Betty sola por cuatrocientos años?!』

『Subaru: —hk』

『Beatrice: ¡Estaba sola! ¡Siempre! Siempre, siempre, siempre, ¡Betty estaba sola, pasando el tiempo en esta habitación, sin ningún objetivo! ¡Estaba aislada! ¡Estaba asustada! Fui abandonada, sin poder cumplir el rol que me dieron, sin poder tener la oportunidad de mantener mi promesa, sin poder consumirme con el paso del tiempo… ¡Pensando que pasaría la eternidad sola, de hecho!』

Las lágrimas caían de los grandes ojos de la chica.
Corriendo por sus mejillas, pequeñas gotas caían desde su rostro hacia el suelo. Con cada gota que golpeaba el piso, una feroz descarga golpeaba a Subaru en el corazón.

『Beatrice: ¡¿Tú vas a ayudarme?! ¡¿Tú vas a salvarme?! ¡¿Por qué no pudiste venir antes, parece?! ¡¿Por qué me dejaste aquí?! ¡Si vas a hablarme gentilmente tan tarde ¿Por qué no lo hiciste desde el principio?! ¡¿Por qué alejaste tu mano?! ¡¿Y eso?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué dejaste a Betty sola?!』

Sus palabras eran como espadas, eran fuego, eran acero, cada una desgarrando el corazón de Subaru. En cada forma y en cada significado, eran pura agonía, torturando a Subaru.
Las protestas de Beatrice eran muy absurdas, desde la perspectiva de Subaru.
Cuatrocientos años—la mayoría de ese tiempo que ella pasó en aislamiento no tenía nada que ver con Subaru. Beatrice y Subaru solo se conocen el uno al otro desde hace dos meses, pero ella le estaba recriminando por haber llegado demasiado tarde o por no haber venido más temprano. Seguramente no había manera de que él hubiera podido salvarla. Si iba a responder con lógica, podía responder con eso.

¿Pero quién podría ser salvado por semejante argumento intrascendente? 

No Beatrice, no Subaru, y no cualquiera.
Subaru ahora se dio cuenta de que había sido considerablemente arrogante con el tiempo que había vivido esta chica, Beatrice.

Cuatrocientos años—Cuatrocientos años.

Mirando solo esas palabras, tal vez el número no parezca gran cosa.
En muchas obras literarias, cuatrocientos años no es un número tan grande. Algunas historias abarcan rangos de tiempo más ridículos, mientras que otros, incluso abarcan la cronología del mundo. Comparado con el impacto de eso, cuatrocientos años no es nada.

Estúpido. Tan estúpido. ¿Cuán estúpido podía llegar a ser él?
Las palabras “cuatrocientos años” no debían tomarse a la ligera. ¿Cómo podría comprender a esta chica, quien pasó cuatrocientos años en aislamiento, y a la que sólo se le dio un impenetrable acertijo como su razón para vivir? ¿Entenderla? ¿Sentirla? ¿Hasta qué punto podrían las superficiales palabras de Subaru curar cuatrocientos años de soledad?

『Beatrice: La propia palabra ayuda… y el querer que algo fuera hecho… ambos fueron deseos que se marchitaron durante estos cuatrocientos años, parece…』

Subaru no dijo nada.

『Beatrice: ¿Crees que nunca hubo otro humano como tú que intentó sacar a Betty? Betty es un espíritu superior, parece. Los humanos quienes buscaron ese poder y trabajaron para sacar a Betty fueron más que unos cuantos, sabes.』

Era la primera vez que lo escuchaba. Hubo personas en el pasado que intentaron sacar a Beatrice de la Biblioteca Prohibida como Subaru. Su presencia aquí claramente anunciaba los resultados.
La mirada de Beatrice se debilitaba mientras ella lo veía, y Subaru negó con la cabeza.

『Subaru: ¡No—no me compares con esas personas! Todo lo que quiero hacer es…』

『Beatrice: Aquellos como tú que no tuvieron en cuenta el poder de Betty, y simplemente desearon salvar a la persona delante de ellos… Definitivamente hubieron blandengues como esos entre ellos, parece.』

Subaru guardó silencio.

『Beatrice: Pero ellos fueron incapaces de sacar a Betty, de hecho. Por supuesto que ellos no podían, parece.』

Después de todo, ella suspiró de nuevo con una sonrisa fugaz.

『Beatrice: El contrato que ata a Betty a este lugar no es algo que pueda ser superado por una decisión pusilánime, parece. Un contrato que ha atado a Betty a este rol por cuatrocientos años… no se destruiría simplemente por un humano débil.』

『Subaru: ¿Qué debería yo…? 』

『Beatrice: —Haz de Betty tu número uno.』

Sus palabras fueron tranquilas, pero filosas.
La impresión que Subaru sintió fue como si cientos de agujas pincharan sus tímpanos.

『Subaru: ¿Qué?』

『Beatrice: Haz de Betty, tu número uno. Piensa en Betty primero. Elíge primero a Betty. Sobrescribe el contrato. Anula el contrato. Abruma el contrato. Sácame. Acércame. Abrázame fuerte.』

『Subaru: —』

『Beatrice: Eso es imposible para ti, de hecho.』

Suplicó Beatrice, fervientemente, ansiosamente, con su corazón arrugado.
Esta fue la mayor de las peticiones, para la cual cualquier ligero asentimiento con la cabeza era imperdonable.

『Beatrice: Tú ya has decidido tu número uno hace tiempo, parece. Esa chica de cabello plateado, o la sirvienta de cabello azul… cualquiera que sea, es imposible para ti dejarlas a un lado y hacer de Betty tu número uno. No puedes hacerlo, de hecho.』

『Subaru: Emilia… Rem…』

『Beatrice: Los contratos son absolutos. Absolutos, parece. Si tú vas a reescribir un contrato por un método distinto a su cumplimiento, eso requiere una recompensa apropiada, sabes. Betty ya no cree que la promesa pueda ser cumplida, soy incapaz de creerlo, parece. Lo que significa que solo queda una posibilidad para mi liberación aparte de su cumplimiento, de hecho.』

Aquellas dos chicas hacían latir con fuerza el corazón de Subaru.
Cuando pensó en ellas su corazón pulsó, latió, se calentó. Esa era la incondicionalmente inalterable respuesta clavada en su alma.

『Beatrice: Y así, quiero que tú rompas el contrato de Betty… que destruyas este inservible cuerpo, habiendo pasado su tiempo sin propósito…』

『Subaru: ¿El contrato… realmente es tan serio? Si tú no lo quieres, ¿No puedes hacer algo por tu propia voluntad?』

Él no podía encontrar una respuesta. No sabía cómo responderle a Beatrice.
Así, la respuesta de Subaru fue cobarde, por preguntar acerca de otro aspecto del problema. En ese instante, la decepción cruzó por los ojos de Beatrice. Subaru aparentemente cometió un error fatal.

『Beatrice: Esa es… la razón para que Betty viva, de hecho.』

『Subaru: ¿El contrato es…?』

『Beatrice: Betty nació por este contrato, y vive por este contrato. El rol que primero me fue ordenado al nacer, el cual desde que nací no he podido cumplir, este contrato… ¿Quieres decir que yo soy… egoísta, por querer romperlo, parece?』

『Subaru: ¡No hay nada egoísta en eso! ¡Has trabajado muy duro por cuatrocientos años! ¡Has mantenido tu promesa durante ese tiempo, y como podría alguien atormentarte por eso! ¡Estás siendo atormentada! ¡Ya has hecho de sobr…!』

『Beatrice: ¡Yo no he podido cumplir este único rol! ¡Arrojé el significado por el que nací, la razón para vivir, ¿Y cómo puedo vivir entonces?! ¡¿Nadie me atormentará?! ¡Yo me atormentaré! ¡Betty nunca se lo perdonará, parece! ¡¡Esa vida deshonesta no es algo que el Espíritu Beatrice perdonará!!』

Pisando con sus piernas temblorosas, Subaru agarró los pequeños hombros de la chica. Pero ella hizo retroceder a Subaru con una voz incluso más fuerte que la de él, empujando fuertemente su torso, creando distancia de nuevo. Era la fuerza de una chica frágil, pero aun así Subaru fue empujado hacia atrás.
Su cuerpo perdió fuerza, y su mente no podía recordar lo que había visto.

『Beatrice: ¡Los contratos son absolutos para los espíritus! ¡Nada es más serio que el contrato con el contratista! ¡Es igual para Bubby! ¡Es por eso que nii-cha prioriza a esa chica de cabello plateado más que a nadie, parece! ¡Ella es lo más importante para él! ¡Ella es lo que él más ama! ¡Si le hicieran elegir entre la chica y Betty, él absolutamente tomaría el lado de la chica! ¡Incluso nii-cha no puede poner a Betty en primer lugar!』

Siendo un espíritu justo como ella, Beatrice estaba más unida a Puck que cualquiera.
Eso podía haber sido una manifestación de un tipo de unión hacia un ser con quien ella podía compartir ese período, inalcanzable para un humano, de cuatrocientos años.
¿Qué sentía Beatrice hacia Puck? ¿Qué pensaba Puck de Beatrice? Subaru no lo sabía.
Pero lo que Subaru no sabía, era que Beatrice ya había llegado a una conclusión sobre eso.

Se esforzó, y tomó bastante tiempo, pero Beatrice tenía su respuesta.

Su respiración estaba agitada, sus hombros subían y bajaban, incluso sus rizos de taladro se deshilacharon. Grandes lágrimas brotaban de sus grandes y redondos ojos, sus temblorosos labios aún tenían el rastro de su debilidad y sus súplicas.
Ella es una chica increíblemente pequeña, pensó Subaru.
¿Cómo pudieron dejar sola a esta chica tan pequeña en este lugar?

『Beatrice: Yo sé… que tú no eres el “ÉL” del contrato, parece…』

『Subaru: —』

『Beatrice: Pero, ¿Por favor puedes ser “ÉL”? ¿O si no, alguien diferente, y salvar a Betty, parece?』

『Subaru: —』

Las palabras no llegaban.
No había manera de que él pudiera simplemente asentir, o impulsivamente negarse.

Solo en este corto período, y sin pretenderlo, Subaru descubrió un fragmento de la inseguridad que albergaba Beatrice.
Pero para entender de verdad su aislamiento, Subaru tendría que pasar cuatrocientos años en soledad.
Hacer eso era absolutamente imposible para un ser humano. Sus preocupaciones, su soledad, y sus lamentos, no eran algo que las manos de Subaru pudieran agarrar.

『Beatrice: Betty es la que mejor sabe que eso es inútil, sabes.』

『Subaru: Beatrice…』

『Beatrice: Así que, mata a Betty. Hazlo con tus manos. El suicidio desafía el contrato, así que los espíritus son incapaces de hacerlo. Ni siquiera puedo morir sin ayuda, de hecho.』

Suplicó Beatrice, con ambos brazos extendidos hacia él.

『Subaru: ¿Por qué, yo…?』

Temeroso de aceptar esos frágiles brazos extendidos e indecisos, Subaru se cubrió el rostro con sus manos.


『Subaru: ¿Por qué estas tratando, de confiar tus últimos momentos, el fin de cuatrocientos años, a mi…』

『Beatrice: Por qué… parece.』

Llorica, quejica, evasivo... lo que dijo Subaru podía ser menoscabado con semejantes insultos— Pero Beatrice no dijo nada de eso.
Ella ladeó su cabeza, como si incluso ella misma no supiera la respuesta.
Después de un instante, ella asintió lentamente.

『Beatrice: — Sí, lo tengo, sabes.』

Subaru no dijo nada.

『Beatrice: Que Betty te confie su final a ti, seguramente es…』

Si escucha esa respuesta, no podrá escapar.
Esa fue la convicción que tuvo. Levantó su cabeza. Sin cubrir sus oídos para terminar esto sin que pudiera escuchar su respuesta. Sin hacer que ella cerrara su boca.
Él fue lento al decidir. Fue lento en darse cuenta. Ahora era demasiado tarde para hacer algo.

Beatrice estaba anunciando su respuesta.
Está llegando. Y en ese instante —

『???: Lamento entrometerme en su conversación, pero...』 

Dijo una voz que él no debería estar escuchando. Apresurado por sus escalofríos, Subaru miró detrás de él.
Y la vio.

『???: —¿Estaría bien si yo me convierto en tu “ÉL”?』

Con su navaja Kukri bañada en sangre, una asesina estaba de pie en la puerta.