domingo, 14 de abril de 2024

,

Lo que va a suceder


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Juandavid

Corrección y edición
Carlos
Pretinaverse

※ ※ ※ ※ ※

Meili:
 
Siendo sujetada a punto de caer por el hueco de las escaleras de caracol, la chica —Meili— lo miró sorprendida.
Y mientras veía esos ojos abiertos de par en par, Subaru no pudo evitar tener sentimientos encontrados al ver confirmadas sus sospechas.
 
Estaba agradecido de que, usando su Retorno por muerte, pudo evitar que esta tragedia volviera a ocurrir. Sin embargo, esto demostraba que esta niña fue quien empujó a Subaru un par de veces en el pasado, en diferentes líneas temporales.
Y pensar que el criminal que empujó a Subaru desde lo alto hacia su muerte era la misma persona que murió por las propias manos de «Natsuki Subaru» en la última repetición… Es decir, Meili Portroute.
 
Meili: … ¿Responsabilizarme por matartee? Otra vez estás diciendo cosas extrañaas, onii-san.
 
Por un instante, Meili abrió de par en par los ojos en señal de consternación, pero inmediatamente relajó los labios y recorrió con un dedo el brazo de Subaru que rodeaba su torso y le sonrió dulcemente.
Después, ella dio un paso atrás mientras miraba a Subaru, quien estaba de pie lejos de la escalera de caracol.
 
Meili: Parece que tu mente perdió muchas otras cosas además de tus recuerdoos. Sólo eso explicaría tu malentendidoo.
 
Subaru: ¿Malentendido?
 
Meili: Sí, ¿no piensas iguaal? ——Que yo intenté matar a onii-san…  Qué malentendido tan terriblee.
 
Meili dijo eso con una sonrisa inocente y colocando sus manos detrás de la espalda. Verla con una actitud tan audaz y haciéndose la inocente era algo que superaba incluso las expectativas de Subaru.

Nunca pensé que ella fuera a fingir ignorancia habiendo sido pillada con las manos en la masa. Pero, tratándose de «yo» misma… quiero decir, Meili, entonces puedo entender que se resista así.
 
 
Ella actuaba con obstinación en el mejor de los casos, y con oportunismo en el peor.
El estilo de vida de Meili consistía en escoger la opción que parecía ser la óptima en el momento.
De hecho, así viven las bestias.
 
Meili: No es necesario que desconfíees. Si de verdad quisiera matar a onii-san y los demás, ¿no hubiera sido mejor hacerlo en las dunas en lugar de esta torree? Ah, quizás no lo sepas, onii-san, porque no recuerdas nada de esoo.
 
Subaru: Sí. Ciertamente es raro. Si desde un principio hubieras querido matarnos, entonces ya habrías tenido muchas oportunidades para hacerlo. Pero no lo hiciste.
 
Meili: ¿Verdaad? Entonces…
 
Subaru: Pero, si tu motivación para matarme hubiera surgido y crecido desde esta mañana, entonces sería otro cantar. Y, más que esta mañana, creo que la reacción en cadena empezó anoche, ¿me equivoco?
 
Meili:
 
La expresión de Meili cambió al escuchar lo que dijo Subaru. Cerró los labios, borró su sonrisa, y entonces respiró profundamente.
Y entonces, se encogió de hombros con una actitud apática impropia de su apariencia.
 
Meili: ¿Quizás me has tendido una trampaa?
 
Subaru: ¿A qué te refieres con «tendido una trampaa».
 
Meili: ¿No es lo que has hechoo? Mentir sobre la pérdida de tus recuerdos para ver si empujaba a onii-saan… Si hay compañeros problemáticos, lo normal es deshacerse de elloos. Al llegar a la torre, ¿he dejado de ser útiil? … Es el momento perfecto para eliminarmee.
 
Tristemente, la chica comprobó cuidadosamente la situación en la que estaba ahora y dijo que estaba en desventaja.
Aunque hasta este momento ella no había mostrado malicia ni nada parecido, ciertamente Subaru había creado esta situación para comprobar qué haría ella. Aunque Subaru lo negara, Meili seguiría creyendo que así fue.
Pero había algo que Subaru sí podía decir claramente. Y eso era…
 
Meili: ¿Y bien? ¿Cómo demonios me liquidaráás? Ya que todo llegó tan lejos, ¿intentarás tirarme desde aquí para vengarte de mí? Especialmente ahora que no hay animalitos malos acáá, incluso tú solo, onii-chan, podrías liquidar a alguien como yoo.
 
Subaru: No me malinterpretes, Meili. La pérdida de mis recuerdos no es una mentira para engañarte. Es la verdad, por eso estoy serio, tal como debería.
 
Meili: Sobre eso, en serio dudé de si estabas diciendo la verdad o no, pero… En definitiva, ¿qué es lo que onii-san quiere haceer? ¿Crees que la venganza no se sentirá real a menos que sientas algo en tus manoos?
 
Subaru: … Gh.
 
Diciendo esto, la pequeña niña puso sus manos alrededor de su delgado cuello y sacó la lengua.
Por un instante, el corazón de Subaru se aceleró. Sin embargo, no era algo tan ridículo como Meili recordando su propia muerte, sino que, irónicamente, sólo era un gesto que representaba matar.
Considerando eso, la pequeñaja asesina demostró su capacidad de causar profundas heridas emocionales a Subaru. Y justo por eso, Subaru no tenía intención de tomar esa venganza, pero…
 
Meili: En realidad, no recomiendo métodos para matar que tarden mucho tiempoo. Tengo métodos que no implican mucho sufrimiento, peroo… onii-san es bastante malo ocultando cosaas.
 
Subaru: … Yo no tengo intención de matarte ni de hacerte daño. Incluso después de esto, de mañana en adelante, y sin importar lo que pase, quiero tratarte como lo he hecho hasta ahora.
 
Meili: … ¿Eh?
 
La expresión de Meili cambió de nuevo al escuchar la respuesta de Subaru.
Sin embargo, esta vez era diferente al cambio que se produjo cuando ella escogió la solución óptima para la situación. Ahora, la expresión de Meili estaba llena de un desconcierto muy evidente, mirando a Subaru con ojos que no podían comprender lo que él estaba diciendo.
Frente a esa mirada, Subaru asintió.
 
Subaru: Afortunadamente, tu crimen fue frustrado de antemano; así pues, si lo mantenemos como un secreto entre nosotros, podremos actuar como si esto no hubiera pasado. Si simplemente hubiera evitado este escenario, entonces tú simplemente hubieras pensado en matarme de otra manera, así que necesitaba asegurarme de que ésta fuera la escena del crimen, ¿sabes? Si crees que eso es de mal gusto, entonces no puedo negarlo. Lo siento.
 
Meili: Ah… ¿Q-qué estás…?
 
Subaru: Pero en fin… ¿Al menos esta vez lo entendiste? Es demasiado arriesgado para ti hacerme algo. Si piensas responderme «pero, aun así» y continuar, entonces eso sería todo. Como mínimo, deberíamos hablar apropiadamente. Si sigues insatisfecha, también te escucharé tanto como…
 
Meili: ¿Insatisfecha? Insatisfecha, dices…
 
De pronto, Meili murmuró con voz temblorosa.
Después, frunció sus labios y…
 
Meili: ¡Lo qué es insatisfactorio es esta situacióón! ¡No puedo creerlo!
 
Subaru estaba diciendo todo esto para persuadirla y lograr que tomara una decisión racional. A raíz de eso, Meili gritó, mirándolo con sus ojos como si no pudiera creer lo que veía.
 
Meili: Increíble, increíble, no puedo creerloo…
 
Sus manos jugaban bruscamente con su trenza mientras decía esto.
Para Subaru, era evidente que esto era una señal de que la autodefensa mental de Meili estaba fallando… y de su dependencia en alguien que tenía el mismo peinado que ella.
 
Meili: ¡Onii-san, no sabes lo que intentaba hacer ahoraa! Si no, entonces sería extrañoo. Si no… Si no…
 
Con palabras que se habían vuelto titubeantes, Meili se quejaba desesperadamente de lo extraño que era eso.
Era la primera vez que Subaru veía a Meili tan alterada… no, en realidad la primera vez que la vio así fue en el Libro de los difuntos.
Después de lo que pasó anoche, encontrándose con Subaru en Taygeta, y después de tener una conversación con «Natsuki Subaru», ella había decidido matar al amnésico Natsuki Subaru.
 
Sin embargo, este precipitado plan de asesinato había sido un arma de doble filo para ella también.
Aunque Subaru, sin darse cuenta, hubiera sido empujado hacia su muerte, ¿cómo planeaba ella escapar de las acusaciones que pudieran surgir contra ella después de la muerte de Subaru?
Por supuesto, las probabilidades de que esta muerte pareciera un accidente eran altas… o quizás no.
 
Ahora que conocía a Emilia, Beatrice, Ram y los demás, Subaru estaba seguro de que ninguno de ellos dejaría pasar esta «muerte» sin siquiera intentar descubrir la verdad oculta.
En ese caso, era inevitable que el crimen de Meili saliera a la luz tarde o temprano.
Ram, Julius y Echidna eran más inteligentes que Subaru, y serían capaces de ver de inmediato la verdad detrás de semejante muerte. Era inimaginable pensar que Meili no hubiera considerado esto.
Por eso, esto…
 
Subaru: Esto… fue un acto desesperado por tu parte. Simplemente tienes el hábito de matar. Ni siquiera consideras otras opciones para resolver los problemas. No es tu culpa.
 
Meili: … ¡Gh! ¡No hables como si lo entendieraas! ¡¿Qué es lo que onii-san… qué es lo que tú… qué entiendes tú de mí?!
 
Subaru: … Te entiendo.
 
Meili: …
 
Meili, que le había reprochado eso furiosamente, se quedó rígida como si hubiera sido sumergida en agua helada.
Y, mirando directamente a Meili, Subaru procedió a declarar con firmeza.
 
Subaru: Meili. Te entiendo. Quizás esto suene escalofriante, pero… en este mundo, seguramente no haya dos personas que te entiendan mejor que yo.
 
Al ver a Subaru encogerse de hombros, Meili puso cara de terror.
Aunque Subaru creía que era de esperar, al mismo tiempo intentaba transmitirle esa verdad innegable de alguna manera… luchando contra ese retorcido «amor propio» en el fondo de su pecho.
 
—Recuerda «mi» tentación que se repite infinitamente.
 
Una voz susurrante parecía hacer eco en Subaru justo antes de que actuara, tentándolo constantemente a resolver sus problemas por medio del asesinato, la peor elección acompañada de cobardía.
El fantasma de la difunta Meili Portroute y sus tentaciones habían regresado, atormentando a Subaru, por haber leído su Libro de los difuntos
 
Subaru: … No, no es eso.
 
Subaru negó con la cabeza, y entonces reprochó haber culpado a la chica que había asesinado.
Durante todo este tiempo, algo había sucedido. Era bastante evidente por la confusión y frustración de la niña frente a él. Y, especialmente, le recordaba a Subaru lo que había visto de Meili en su Libro de los difuntos.
 
Considerando el sufrimiento que atravesó Meili, era imposible decir que su personalidad simplemente se tornó en la de un asesino.
Esa no era la misma Meili que había en su Libro de los difuntos.
Esa Meili era un engaño que había fabricado el débil corazón de Subaru.
 
Y, como prueba de ello, la figura de la dueña de esa voz no apareció delante de Subaru ni una sola vez.
 
Subaru: …
 
Aunque había sido a grandes rasgos y unilateralmente, Subaru había vivido vicariamente la vida de Meili a través del Libro de los difuntos: desde los días que ella se volvió consciente de sí misma —el nacimiento de su ego; el nacimiento de su manera de actuar— hasta el momento en el que le arrebataron de manera absurda su corta vida.
 
En esos días, había un vacío en Meili que los demás no podían ver y la vivencia de recibir un miedo tan grande como ese vacío tan inmenso… y del único apego emocional que la iluminaba. Y el nombre que tenía eso a lo que ella tenía apego emocional era…
 
Subaru: … Elsa Granhiert.
 
Meili: … Gh.
 
Subaru: Ese es el motivo por el que intentaste matarme, ¿cierto?
 
El rostro de Meili se distorsionó con amargura por esa pregunta.
Era la furia de que otra persona le hubiera tocado una fibra sensible… no, más que tocado, pisoteado.
Sin embargo, Subaru igual se atrevió a hacerlo. Porque…
 
Subaru: Quitarte los zapatos al entrar a la casa de otra persona, pero caminar bruscamente con zapatos en el corazón de los demás; es la regla de la familia Natsuki.
 
Como miembro de esa familia, Subaru se adentró en el corazón de la asesina.
En lo profundo de su corazón había algo que la llevaba a cometer impulsivamente actos violentos…
 
Una oscura asesina que Subaru no conocía, pero con la que estaba familiarizado.
Con tan solo pensar en ella, en su corazón surgía alivio, nostalgia, tristeza, rabia y vacío. Esa mezcla de sentimientos que Meili sentía por ella parecía extremadamente complejo, pero en realidad era algo extremadamente simple.
 
——Meili extrañaba, quería y admiraba a Elsa.
 
Por eso mismo, que se la arrebataran dio paso a la tristeza, sufrimiento, odio, rabia, ansia asesina y a la desesperanza.
Que todo el tiempo que ella acompañó a Subaru y los demás en su viaje hubiera sido por venganza… era algo de lo que no se podía decir que ella fuera capaz.
 
De hecho, podía decirse que Meili era muy torpe.
 
Era una niña que ignoraba sus propias emociones, hasta el punto de desconocer la profundidad de las heridas en su propio corazón.
——Meili Portroute era una asesina adiestrada que fue creada a raíz del ambiente en el que vivió.
 
Subaru: ¿Quieres vengarte?
 
Meili: … No lo séé.
 
Subaru: Aunque ese sea el caso, Elsa era…
 
Meili: No deseo algo así. De eso estoy seguraa.
 
Ante la pregunta de Subaru, Meili negó con la cabeza dos veces.
Subaru comprendía los sentimientos de Meili, quien a su vez comprendía por qué las palabras de Subaru eran acertadas.
En esta situación, Meili y Subaru se comprendían el uno al otro de manera totalmente igualada.
 
Por ello, le entristecía que ella no supiera manejar sus propias emociones, deambulando hacia un callejón sin salida sin saber lo que sería correcto hacer, y sin saber otra manera de aclarar sus dudas aparte de asesinando.
Y, al mismo tiempo, odiaba que el mundo únicamente le hubiera dado esa opción a Meili.
 
No se podía revertir que Meili adorara incluso la manera de ser de Elsa.
Para Meili, Elsa quizás era una luz, pero el camino iluminado por su luz era demasiado atroz como para que las personas ordinarias lo siguieran.
 
Subaru: Sé que estás reprimiendo tus sentimientos. Pero, probablemente, la respuesta que buscas no la hallarás así. Por eso…
 
Meili: …
 
Subaru: Deja que me encargue de este lugar. No empeoraré las cosas. Como mínimo, me esforzaré hasta el final para asegurarme de que las cosas no empeoren. Si crees en eso—
 
Meili: —No puedo… creer en esoo. Ni en eso, ni en nada que únicamente salga de tu boca, onii-saan.
 
Por mucho que Subaru la intentara persuadir, Meili, que no mostraba su rostro, no asentiría fácilmente.
Era de esperar. Porque eso significaba encontrar una manera de actuar que no existía en el modo como ella había vivido tantos años.
Por otro lado, Natsuki Subaru declaraba y predicaba lo que quería sin inmutarse lo más mínimo.
Además, si —estando convencido de que uno mismo sería empujado fuera violentamente— le invitaran a un lugar como éste, Subaru también se sorprendería de lo sospechoso que sería.
Subaru suponía que ella diría eso, así que preparó otras medidas.
 
Subaru: Conque lo que sale de mi boca no es confiable… Lo tendré en cuenta. Gracias, por lo visto el yo de hasta ayer solía romper las promesas. Por eso…
 
Meili: ¿«Por eso» qué?
 
Subaru: En lugar de hacer una promesa entre tú y yo, hagamos una promesa entre tú y nosotros.
 
Meili: …
 
Meili frunció el ceño ante las palabras de Subaru, incapaz de comprender sus intenciones.
Sin embargo, la repuesta a sus dudas salió a la luz poco después. Y esa era…
 
???: … Sí, está bien. Yo también estaba escuchando con atención, así que soy testigo de la promesa.
 
Meili: … Gh.
 
Al oír esa voz, los hombros de Meili dieron un respingo y ella miró hacia atrás. Lo que vio ante sus ojos fue una belleza deslumbrante cuya magnificencia no podía cuestionarse.
Al verla, los ojos de Meili se abrieron de par en par y sus labios empezaron a temblar.
 
Meili: Onee-san… ¿Escuchaste todo?
 
???: Subaru me dijo que me quedara y observara… para proteger a Meili si ella estuviera en peligro.
 
Diciendo eso mientras caminaba hacia ellos dos haciendo ondear su plateado cabello que recordaba al brillo de la luz de la luna, Emilia se alzó como una silueta de una belleza casi mítica.
Estando aún desconcertada, Meili giró la cabeza al escuchar las palabras de Emilia.
 
Meili: ¿Si yo estuviera en peligro? ¿No onii-san?
 
Emilia: Exacto, si Meili estuviera en peligro. Parece que todo está bien, Subaru.
 
Subaru: … Sí, así es. Es sólo que… eso me puso un poco realmente nervioso.
 
Emilia: ¿—? ¿Por qué escondes tu rostro? ¿Pasó algo, Subaru?
 
Subaru: No, es sólo que… eres demasiado linda para mirarte directamente…
 
Subaru respondió susurrando a la pregunta de Emilia, quien había ladeado la cabeza. A la vez que Emilia ladeaba más su cabeza, Subaru se las arregló para eliminar el temblor en su voz y su vergüenza, y volvió a centrar su atención en la nuevamente perpleja Meili.
 
Como Subaru había previsto el ataque, confiaba en frustrar el crimen de Meili. El problema era el movimiento que pudiera hacer «Natsuki Subaru» después de eso.
Y acerca de su propósito, era posible que en la repetición en la que «Natsuki Subaru» mató a Meili fuera únicamente en defensa propia contra el intento de Meili de asesinarle e, inmediatamente después de detenerla, «Natsuki Subaru» no sintió la necesidad de tomar acciones contra la voluntad de Subaru.
 
Por eso, Subaru decidió confiar ese problema a personas mucho más fuertes que él.
Aunque su consciencia se desvaneciera y «Natsuki Subaru» apareciera, Subaru confiaba plenamente en que Emilia —o, mejor dicho, sus compañeros— realmente harían algo al respecto.
 
Emilia: Escucha, Meili. Creo en lo que Subaru dijo. Si Meili no puede creer en eso, debería bastar con que lo vigilemos cuidadosamente. Y, si rompe su promesa, me enojaré junto contigo.
 
Meili: ¿Vigilar… a onii-san? Eso es extrañoo. No tiene ni pies ni cabeza, ¿no? Vigilar a onii-san y onee-san, es lo que yo…
 
Emilia: Si Meili quiere hacer algo malo, eso sólo podría ser después de que Subaru en verdad rompa la promesa que te hizo. Hasta que suceda, ¿no sería justo vigilar si la rompe o no?
 
Meili: …
 
Meili estaba confundida por las palabras de Emilia, quien se inclinó lo suficiente como para tener sus ojos al mismo nivel que ella.
Su manera de afrontar y resolver las situaciones y circunstancias se distorsionó y se desmoronó dentro de su mente.
 
Subaru: Estuviste a punto de cometer un gran error, pero el NICE SAVE de Emilia y mío de alguna forma evitó eso. Por lo tanto, ésta es tu oportunidad de aprender cómo debería hacerse en realidad. Ésta es tu oportunidad de hallar una solución que no sea matarme… es una apuesta.
 
Meili: ¿«Apuesta»?
 
Subaru: Cuando pongas en orden tus muy confusos sentimientos, piensa en si todavía quieres matarme o si cambias de parecer. Yo también me esforzaré para darte lecciones sobre moralidad.
 
Rascándose la cabeza, Subaru abrió este camino para la confusión de Meili.
Se estaba metiendo donde no le habían llamado. Hasta ahora, Meili había seguido una manera de vivir, y Subaru ahora intentaba, arbitrariamente, darle nuevas opciones.
Pero, si ella se negaba, su camino hallaría el final en esta torre de arena. Si seguía su conocida manera de vivir, no podrían conquistar esta torre de arena juntos.
Además…
 
Subaru: No permitiré que te rindas. No sé ni cuántos años tienes, pero… cuando yo tenía tu edad, tenía adultos a mi alrededor todo el tiempo para ayudarme.
 
Meili: …
 
Subaru: Así que te ayudaré aunque no quieras que lo haga. Eres demasiado joven como para pensar en qué deberías hacer o rechazar la ayuda de los adultos.
 
Mientras decía eso, Subaru avanzó un paso hacia Meili.
Al ver que él se acercaba, los hombros de Meili temblaron. Posteriormente, Subaru acarició la cabeza de la nerviosa Meili, que alzaba la vista con inquietud en sus ojos.
 
Él no estrangularía ese delgado cuello. Él le presentó a «Natsuki Subaru» esta solución totalmente diferente.
Meili era una niña que no necesitaba morir. Y…
 
Emilia: Te pido de corazón que deposites tu confianza en Subaru… Confía en nosotros, Meili.
 
Meili: … Ah.
 
Mientras Subaru acariciaba su cabeza, Emilia la abrazó desde atrás, dejándola completamente inmóvil. Abrazándola, Emilia frotó su mejilla contra ella mientras Meili se mordía ligeramente los labios.
 
Emilia: Esta torre de arena es un lugar muy pequeño como para que tomes una decisión tan importante.
 
Meili: …
 
Emilia:
Encuentra tu respuesta en un lugar más grande, cuando salgamos de aquí. Nosotros también nos esforzaremos muuucho.
 
Enseñarle todo esto mientras estaba sensible, mientras estaba atrapada en semejante jaula, no era precisamente la mejor idea.
Con sumo cuidado y palabras amables, Emilia le transmitió eso a Meili de la única manera que a Subaru se le ocurriría, sin importar qué palabras eligiera.
 
Meili: …
 
En respuesta, la mirada de Meili vagó pensativa repetidamente, hasta que…
 
Meili: No quiero olvidar… a Elsaa.
 
Subaru: Está bien. No hace falta que olvides a alguien que amas. Es sólo que…
 
Dejando su frase a medias, Subaru pensó en la hermosa mujer de negro que vio en el Libro de los difuntos.
 
Qué sensación más extraña. Nunca tuve contacto con ella, y aun así tengo un sentimiento de familiaridad hacia ella.
 
Recordando a tal oponente, Subaru inconscientemente se acarició la barriga.
 
Subaru: … Aunque sea alguien que amas, desearía que no imites su manera de hacer las cosas.
 
Él pidió eso sin fuerza. 
 
 
——Tras varias decenas de segundos de silencio y confusión, Meili débilmente asintió.