Traducción:
Pretinaverse
Ariel
Julián
Robert
Corrección y edición:
Carlos (Primer corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)
※ ※ ※ ※ ※
Lo único observable en esta habitación era la mujer blanca en el ataúd.
『 Emilia: Entonces, este objeto en el que ella está sepultada... ¿es el mecanismo para apagar la barrera? 』
Dijo Emilia luego de mirar la habitación, luciendo perpleja mientras ladeaba la cabeza.
No había ninguna palanca conveniente y obvia a la vista, ni piedras mágicas que esperaran a ser destruidas. Un tenue resplandor cubría a la piedra mágica transparente que la envolvía, y Emilia podía notar cómo absorbía maná.
Lo único que funcionaba en este lugar era este ataúd.
『 Emilia: En serio, ¿quién es ella... tal vez la madre de Echidna? 』
Emilia pensó en la bruja que siempre se veía tan disgustada alrededor de Emilia.
Ella también tenía el pelo blanco y vestía ropa negra, como la mujer del ataúd, y Emilia recordaba vívidamente lo atractivos que eran también sus rasgos.
El rostro de la bruja en sus recuerdos y el de la mujer en el ataúd tenían muchos puntos en común.
Como la posición de sus ojos cerrados, o la forma del surco nasolabial.
Echidna lucía como una adolescente avanzada, mientras que la mujer en el ataúd se veía de unos veinte y pocos.
Tal vez sea mejor pensar en ella como la hermana mayor de Echidna en lugar de su madre.
『 Emilia: Y... no hay ningún nombre. Pero se supone que ésta es la tumba de Echidna. 』
Excepto que, al entrar, Emilia vio que la mujer en el ataúd no era Echidna.
Tal vez el nombre de la tumba era un engaño, o—
『 Emilia: Tal vez ésta es Echidna y, la chica que vi en el sueño… ¿no era Echidna? 』
Era una teoría loca, e incluso Emilia tuvo que sacudir la cabeza.
Dejando de lado cualquier cosa que dijera Echidna, Sekhmet seguramente habría mencionado algo. Y ahora era demasiado tarde para que Emilia simplemente considerase a otra persona como “Echidna”.
『 Emilia: Es la tumba de Echidna, pero otra persona está descansando aquí... podría ser lo que está pasando. 』
Si es así, entonces sería mejor que le cambiaran el nombre a la tumba.
Afuera dice que Echidna descansa aquí. Pero en realidad es el lugar de descanso de otra persona, lo que implica un montón de problemas. Las ofrendas irían a la persona equivocada, entre otras cosas.
No era la conclusión más claramente definida, pero, aun así, Emilia llegó a ella mientras inspeccionaba el ataúd, teniendo cuidado de no tocarlo.
Ella miró el flujo de maná. Parecía que el ataúd y la tumba estaban absorbiendo cantidades minúsculas de maná de la tierra vinculadas a la tumba, y estaban usando ese maná para alimentar algún tipo de algoritmo.
Estaba absorbiendo una cantidad infinitesimal de maná, pero el hecho de usarlo para alimentar algo tan grande como la barrera, indicaba que estaba recogiendo el maná de un área bastante grande.
"Suelo vinculado a la Tumba", habría sido una afirmación literal.
Toda la anchura del bosque dentro de la barrera era probablemente la fuente de energía de la tumba. Y la tumba tomaba pequeñas cantidades de maná a la vez para no afectar esa fuente de energía.
『 Emilia: Es increíble... tan increíble, que no tengo ni idea de lo que está haciendo... 』
El algoritmo estaba absorbiendo un flujo de maná, alimentando las facultades mágicas.
Emilia podía escribir algoritmos más simples, pero la complejidad del algoritmo, para la barrera alrededor del Santuario, excedía con creces su comprensión.
Si detenía dicho proceso, dudaba de que alguna vez pudiera volver a funcionar.
No es que hubiera necesidad de que volviera a funcionar.
『 Emilia: Allí. Si interrumpo ese flujo, probablemente cortará el suministro. 』
Emilia siguió el flujo de maná y localizó el punto de origen de la barrera, que utilizaba al ataúd como núcleo.
Dentro del ataúd, donde las manos de la mujer se cruzaban por encima de su estómago, estaba el punto exacto en el que fluía el maná. Si Emilia interfería con el maná allí para interrumpir el algoritmo, entonces eso apagaría todas las facultades de esta tumba.
『 Emilia: … 』
Por un momento, ella dudó.
Apagar las facultades de la tumba probablemente dañaría el mecanismo que iniciaba las pruebas. Lo que significaba que ya no podría entrar en el castillo de los sueños.
—Probablemente nunca llegará a tener esa fiesta de té con Echidna.
Las brujas, o al menos Sekhmet, sabían sobre la madre de Emilia.
Ella había sentido temor y nostalgia por el poder abrumador de Sekhmet. Le habría gustado descubrir qué significaba exactamente ese sentido de familiaridad.
Si no podía entrar en el castillo de los sueños, se estaría alejando de ese objetivo. Y eso—
『 Emilia: —En verdad, me arrepiento, eh. 』
Con ese murmullo, Emilia interrumpió el débil flujo de maná que se transmitía desde el ataúd hasta las yemas de sus dedos.
Se produjo un cambio en el poder que mantenía las facultades del Santuario y que constituía su barrera. Se infiltró en las partes críticas del algoritmo, pasando de una pequeña alteración a una masiva.
El resplandor finalmente se desvaneció y todos los signos del algoritmo desaparecieron del ataúd de piedra mágica. Lo único que quedó después del último destello de luz, fue la piedra mágica pura, con la mujer aún sellada en su interior.
『 Emilia: …Supongo que es el fin. 』
Al no haber observado ningún cambio visible, Emilia miró tímidamente a su alrededor. El flujo de maná que antes daba vueltas a través de la tumba se había ido, dejando la tumba como nada más que una masiva construcción de piedra.
Con un suspiro silencioso, Emilia se apoyó en el ataúd.
La tumba probablemente había dejado de rechazar a los no calificados ahora. Emilia debería traer adentro a Roswaal o a Ryuzu, ya que probablemente sabrían lo que estaba pasando, y podría preguntarles quién era la persona que dormía aquí.
『 Emilia: Se acabó... sí, se acabó... 』
Al repetir esa declaración una y otra vez, Emilia intentó captar la verdad que no estaba sintiendo.
Ella recordó la "grandiosa" charla que le dio a Roswaal antes de desafiar la tumba.
En ese momento Roswaal le dijo: "Es mejor que proceda como se desea de usted, y como yo también espero. (...) Que desafíe la Prueba a su antojo, y que se alcancen resultados."
Emilia no podía definir el sentimiento detrás de sus palabras, pero dudaba que él quisiera que superara las pruebas. Sin embargo, también fue él quien la hizo venir aquí y la apoyó como candidata para la selección, dejándola perpleja en cuanto a su razonamiento.
『 Emilia: Maestra... es lo que dijo en ese momento, ¿verdad? 』
Ella también recordó a esa persona que Roswaal llamó Maestra.
Incluso alguien en la cúspide de la magia como Roswaal, naturalmente, tendría que haber tenido un maestro.
La persona que enseñó a Roswaal, aquella que él llamaba Maestra, había comenzado el Santuario con él.
『 Emilia: Y, tal vez... ésa eras tú. 』
Fue lo que pensó Emilia mientras acariciaba el ataúd.
Si Roswaal tenía un Maestro, alguien irremplazable para él, entonces, tal vez esta mujer blanca lo sería.
『 Emilia: —Necesito hablar con todos. 』
Emilia sacudió la cabeza y apartó la mirada del ataúd.
Sin embargo, tendría que posponer la charla sobre la mujer sepultada. Según Subaru, si no salían del Santuario antes de mañana por la noche, es decir, al amanecer del día siguiente, entonces algo terrible sucedería.
Si algo claramente fuera de lo común ocurre en el Santuario, huyan tan rápido como puedan, dijo.
Aunque tenía todo un día extra de tiempo, ella no sabía si alguna circunstancia imprevista podría surgir.
Salió corriendo de la habitación y se dirigió hacia el pasillo, hacia la salida. Si las cosas seguían igual, entonces Ryuzu y la gente del Santuario deberían estar esperándola afuera.
Las huellas de Emilia resonaban sobre la piedra mientras corría por el pasillo, antes de salir de la oscura tumba hacia el espacio abierto.
Donde—
『 Emilia: —¿Eh? 』
—ante una ventisca que se extendía por todo el Santuario, Emilia dejó salir un nebuloso y blanco aliento.
※ ※ ※ ※ ※
La nieve abarcaba todo a la vista.
El vendaval rugía de cerca, y la nieve le robaba el calor a su cuerpo. Después de una blanca bocanada de aliento, los ojos amatistas de Emilia parpadearon, al mismo tiempo que su garganta se enmudecía en estado de shock.
—¡¿Qué demonios ha pasado?!
『 ¿¿??: —ilia-Sama! 』
El viento aullaba. Sus orejas congeladas palpitaban de dolor.
Las frígidas ráfagas de viento parecían cortar la piel de Emilia, debido a lo ligera de su vestimenta, y entonces oyó una voz que la llamaba desde más allá de la ventisca y se detuvo.
La nieve ya se había acumulado hasta las rodillas de Emilia y amenazaba con sepultarla. Ella avanzó forzosamente paso a paso a través de la escarcha, y encontró varias siluetas reunidas más allá del velo de blanco.
Debían ser los habitantes del Santuario. Lo que significaba que habían estado esperando a Emilia bajo esta ventisca, sin retroceder a cobijarse bajo techo.
『 Emilia: ¡Todos! ¿Por qué están todos afuera en esta nev…? ¿eh? 』
Emilia vio a todo el mundo acurrucado para evitar el frío, y entonces se detuvo.
Había cerca de cuarenta habitantes del Santuario, incluyendo a Ryuzu. Era un número enorme para empezar, pero Emilia también vio a alguien que no debería estar allí.
『 ¿¿??: ¡Emilia-sama! ¿¡Terminó las pruebas!? 』
El orador era un hombre joven de pelo corto.
Emilia lo conocía. Después de todo, ya había hablado con él antes de venir al Santuario y habría hablado con él después, incluso si él no lo hacía primero.
Se trataba de un chico de la brigada de jóvenes de la aldea de Arlam.
Al verlo en ese lugar, cuando se suponía que se había ido hace varias horas por instrucciones de Otto, hizo que los ojos de Emilia se abrieran de par en par. Y lo que más la sorprendió es que no era sólo él.
Con pelocorto como su líder, Emilia vio a otras personas de Arlam. Habían venido en carruajes, acurrucados con la gente del Santuario dentro de los vehículos o a su sombra para soportar la ventisca.
『 Emilia: ¿Por qué todo el mundo...? Pero ¿no habían evacuado? 』
『 Hombre: Sí, lo hicimos. Por instrucciones de Subaru-sama y Otto-san. Dijeron que los dragones conocían el camino, así que nos fuimos. 』
『 Emilia: ¡¿Entonces por qué?! ¿Acaso no les dijeron que este lugar se volvería peligroso? 』
『 Hombre: Lo sabemos. Pero también nos dijeron… 』
El joven apretó los dientes, antes de levantar la cabeza y señalar más allá del bosque.
『 Hombre: Que esperásemos fuera del bosque, y que volviéramos cuando apareciera la señal en el Santuario para recoger a los que todavía estuvieran aquí. 』
『 Emilia: ¿Eh? 』
『 Hombre: Como a Ram-sama y a los otros. En cualquier caso, dispararían magia de fuego hacia el cielo. Al verlo, deberíamos volver al Santuario, recoger a los habitantes en los carruajes y marcharnos. 』
『 Emilia: ¿¡Quién dio estas instrucciones!? 』
『 Hombre: Ha sido Otto-san. 』
Escuchar el nombre de Otto hizo que Emilia recordase a ese mercader que parecía deshonesto.
Aunque, independiente de la impresión que diera, era amigo de Subaru. Cada vez que ella veía a los dos hablando alegremente, reafirmaba la apreciación de Emilia de que él era alguien capaz de rivalizar con Subaru.
Otto definitivamente había planeado muchos de los sucesos en el Santuario, comenzando con el asunto con Garfiel, mientras actuaba como el co-conspirador de Subaru.
Lo que quería decir que esas instrucciones eran enormemente significativas.
『 Emilia: P-Pero, aun así es imprudente. La ventisca está soplando así de fuerte... ¡Deberían haberse dado cuenta de que hacer esto era una locura! 』
『 Hombre: … 』
『 Emilia: ¿Qué pasa? 』
El hombre hizo una expresión extraña y apartó la mirada. Emilia no sólo no pasó por alto su reacción, sino que lo presionó aún más.
La mirada color amatista de Emilia lo atravesó. Él se puso la mano en la frente y sopló un frío y blanco suspiro.
『 Hombre: Otto-san nos dijo que sería peligroso de verdad si nevaba antes de la señal. Utilizando la nevada como límite de tiempo… Nos dijo que abandonáramos el bosque inmediatamente en ese momento. 』
『 Emilia: Incluso sabían lo de la nevada... No, no importa. ¡¿Por qué vinieron entonces?! 』
『 Hombre: —Porque nevó. 』
El hombre enderezó la espalda y respondió con firmeza a los lamentos de Emilia.
Su mirada era tan fuerte que Emilia enmudeció.
Sabían que la nevada significaba peligro.
Y vieron que nevaba en el Santuario y entendieron que habían alcanzado el límite de tiempo para ese peligro. Sabiendo eso, decidieron venir aquí.
Se apresuraron hasta este lugar, donde los residentes del Santuario estaban en peligro.
『 Hombre: Sospechamos que Subaru-sama o usted habrían hecho exactamente lo mismo. 』
『 Emilia: … 』
Con una sonrisa forzada, el hombre respondió a la pregunta en la garganta de Emilia.
Así que los evacuados que revisaban los carruajes detrás de él eran la brigada de jóvenes de Arlam. Ya que su objetivo era evacuar a la gente del Santuario, todos los que no serían necesitados debían haberse marchado y evacuado. Esto significaba que los que se fueron se vieron forzados a la desdicha de evacuar a pie.
Y estos hombres estaban aquí, porque juzgaron que eso era lo correcto.
『 Hombre: Emilia-sama, si la Prueba ha terminado... ¿Podrán salir de este lugar? 』
『 Emilia: S-sí, deberían. Pero, con esta nieve y este viento... 』
El hombre miró al suelo, chasqueando su lengua con frustración.
La nieve se había amontonado tanto que caminar, aunque sea una corta distancia, era un reto. Las ruedas de los carruajes no serían de ninguna ayuda; estaban atascadas.
Pero, si al menos pudieran encontrar un lugar cálido donde mucha gente pudiera aguantar el frío—
『 Emilia: Si no podemos trasladarnos hasta la catedral... llevemos a todos dentro de la Tumba. El maná mantiene el interior caliente, y no tendremos que preocuparnos que el edificio se colapse por la nieve. 』
『 Hombre: ¿Es posible entrar? 』
『 Emilia: Apagué los mecanismos peligrosos de la Tumba, ahora no debería haber ningún problema. De todos modos, ¿son capaces de transportar a todo el mundo hasta la Tumba? Y hay que liberar a los dragones de los carruajes y permitirles también que entren. 』
Los seis dragones habían alojado a la brigada y los habían traído todo el camino hasta aquí. Incluso en este instante, los carruajes de los dragones estaban protegiendo decenas de personas.
Era inconcebible que pudieran abandonar a los dragones.
El hombre asintió con la cabeza y dijo “definitivamente”.
Esto debería bastar para lidiar con la nieve por el momento. La cuestión ahora era que algo peligroso iba a suceder junto con la nevada.
『 Emilia: ¡Ojalá hubiéramos hablado de esto antes! 』
Emilia lamentaba no haber tenido tiempo para hablar con Subaru antes de desafiar las Pruebas. Esto probablemente ocurrió porque Subaru no quería que Emilia se preocupara por cosas innecesarias.
Aunque ella se alegraba por su consideración, no habérselo dicho obstaculizaría su reacción ante el peligro.
A Emilia se le ocurrían tres personas que, como el grupo de Subaru, conocían lo de la nieve. Ellas eran Roswaal, Ram y—
『 ???: Qué bien que haya vuelto con nosotros, Emilia-sama. 』
『 Emilia: ¡Ryuzu-san! 』
Una chica de cabello rosado saltó de un carruaje hacia la nieve— Ryuzu.
Con lo pequeña que era, la misma nieve que llegaba a las rodillas de Emilia, alcanzaba sus muslos. Ella caminó con dificultad a través de la nieve mientras Emilia se le acercaba apresuradamente.
『 Emilia: ¡La Prueba ha terminado! ¿¡Están todos aquí!? 』
『 Ryuzu: Toda la población del Santuario y todos los humanos que regresaron por nosotros están presentes, sí. Pero... 』
『 Emilia: ¿Pero? 』
『 Ryuzu: La señorita Ram y Ros-bo no están aquí. Los dos han estado en otro lugar desde antes que empezara a nevar. 』
Emilia observó a la gente y los carruajes, pero no vio ese atuendo extraño que le resultaba familiar, y tampoco vio esa chica de confianza con cabello rosado.
『 Emilia: Si no los busco... ¡Ryuzu-san! ¿Lo sabes? ¿Sabes qué pasará si nos quedamos en el Santuario con toda esta nieve? 』
『 Ryuzu: … 』
Las mejillas de Ryuzu se endurecieron y bajó la mirada. Emilia se dio cuenta de lo que significaba.
Ryuzu sabía lo que estaba pasando. Ella sabía cuál era el peligro.
『 Emilia: Por favor, dime, Ryuzu-san. Tenemos que evitarlo. 』
『 Ryuzu: Pero verá, esto no está ocurriendo cuando debería. Su-bo dijo que Ros-bo está planeando hacer que nieve mañana por la noche, así que, que nieve ahora debe ser un error que— 』
『 Emilia: ¡¿Qué error?! ¡Está nevado ahora mismo! ¡Así que, debemos hacer lo que deberíamos hacer cuando llegase la nieve! ¡Ryuzu-san! 』
Emilia puso sus manos sobre los pequeños hombros de Ryuzu mientras intentaba persuadirla.
La expresión agria de Ryuzu cambió, hasta que se quedó mirando a Emilia aturdida.
『 Emilia: ¿Qué pasa, Ryuzu-san? 』
『 Ryuzu: ...Emilia-sama. ¿Ha entrado en el edificio en lo profundo del bosque del Santuario? 』
『 Emilia: ¿En lo profundo del bosque? No, no lo hice... 』
Emilia ladeó la cabeza, confundida.
『 Ryuzu: ¿Esa no es…? 』
Empezó a decir Ryuzu, antes de mirar la Tumba detrás de Emilia.
『 Ryuzu: Entonces tal vez había algo en la Tumba... ¿que parecía especial, tal vez? Como, quizás... una piedra mágica gigante o algo parecido. 』
『 Emilia: —La había. Una piedra mágica muuuy gigante. Quería que tú y Roswaal lo vieran más tarde... 』
Emilia echó un vistazo alrededor suya y luego acercó su boca a la oreja de Ryuzu, de modo que nadie más pudiera oírla, a medida que empezaban los preparativos para mover a los dragones.
『 Emilia: Había una mujer dentro de la piedra mágica. No sé quién era. 』
『 Ryuzu: ¡—! 』
Esta información perturbó la expresión de Ryuzu.
Los ojos de Ryuzu se abrieron completamente mientras miraba fijamente a Emilia. Después de un larguísimo suspiro,
『 Ryuzu: Entonces... 』
Ryuzu asintió con la cabeza como si estuviera de acuerdo con algo.
『 Ryuzu: Entendido. Emilia-sama, pregúnteme lo que quiera. Estoy obligada a responderle. Obligada a seguir sus órdenes. 』
『 Emilia: ¡No voy a ordenarte nada! 』
『 Ryuzu: Escuche, esa cosa que tocó en la tumba era una piedra mágica que escoge a quien está cualificado para comandar a Ryuzu. Ahora usted alberga esas cualificaciones en lugar de Gar-bo. Yo... No, nosotras la obedeceremos. Por favor ordénenos lo que desee. 』
Con esa solemne respuesta, Ryuzu intentó agacharse mientras estaba cubierta de nieve hasta el muslo. Como resultado, ella se arrodillaría y se enterraría hasta la cabeza en la nieve, lo cual asustó a Emilia, quien rápidamente tomó a Ryuzu por los hombros para detenerla.
『 Emilia: ¡Vale vale! ¡Bien, de acuerdo! Así que puedo preguntarte cosas, Ryuzu-san. Entonces contéstame esto. Por favor, dime qué pasa cuando hay nieve en el Santuario. 』
『 Ryuzu: ...Su-bo dijo que cuando nevase en el Santuario, la mabestia el Gran Conejo vendría. Sería atraído por el maná en el algoritmo que hiciera algo tan masivo como cambiar el clima para hacer nevar... eso dijo. 』
『 Emilia: Algoritmo para cambiar el clima... ¡Entonces, ¿alguien está detrás de esto!? 』
Ryuzu asintió en silencio.
Esta magia era tan inmensa que podía manipular el clima. Puck podría hacer eso fácilmente si fuera en serio. Lo que convertía a Puck en el candidato más sospechoso. Pero, considerando la actitud de Ryuzu y el contexto de la situación, Emilia inmediatamente supo quién era el culpable.
『 Emilia: ...¿Es Roswaal? 』
『 Ryuzu: Es lo más probable. Creo que la señorita Ram se fue para intentar detenerlo. Pero si la nieve vino de todos modos, entonces es posible que... 』
『 Emilia: Alto. No quiero pensar en ello. De todos modos, necesito encontrarlos. Ryuzu-san, voy a empezar a buscarlos en la aldea. Si tienes alguna idea de dónde podrían...”
『 Ryuzu: No hay necesidad de ello, Emilia-sama. 』
Ryuzu interrumpió a Emilia con una seguridad increíble.
Era como si ella supiera exactamente lo que Emilia estaba pensando, lo cual hizo que Emilia tragase saliva.
Y entonces,
『 Ryuzu: Nosotras, las Ryuzu, siempre vigilamos de cerca todo lo que hay en el Santuario. —Los encontraremos y la llevaremos hacia donde estén ellos en un periquete. 』
Ryuzu le dio a Emilia un signo de aprobación.
※ ※ ※ ※ ※
Ram, quien estaba inconsciente, casi parecía estar simplemente durmiendo.
『 Roswaal: ...¿Ram? 』
Roswaal llevó la chica inerte a sus brazos, sacudiéndola. Pero ella no dio respuesta alguna.
Esta chica. La que habría renunciado a todo si Roswaal así se lo hubiera pedido. Ram.
Por supuesto que no respondía.
Estaba muriendo justo ahora. Y todo por culpa de Roswaal.
La ignición del evangelio lo había enfurecido. Sus ojos se inyectaron en sangre, no supo qué era qué, pero sí supo que no podía perdonar a Ram por hacer esto y—
『 Roswaal: … 』
—la golpeó con una bola de fuego mientras se encontraba indefensa, lanzándola lejos.
Ram se sobrecargó con la fuerza imperfecta de oni, y eso sin contar que había cargado con la misma fatiga unas pocas horas antes. Su cuerpo había llegado a su límite.
Y entonces, una bola de fuego la golpeó.
Su vida pendía de un hilo.
『 Roswaal: ...Ram. 』
Roswaal no podía recordar lo que pensó al acercarse a su vulnerable figura y tocarla.
Él no pensaba nada, ni siquiera ahora, mientras la tenía en brazos y la observaba dormir.
Roswaal consideraba que Ram era un peón increíblemente conveniente.
Ella había superado todas las pruebas que él le había puesto, y su contrato mantenía una relación extremadamente simple entre ellos.
Él había expuesto sus verdaderos pensamientos y metas a Ram y sólo a Ram. Él pensó en entregarse a ella como recompensa por su complicidad cuando su meta fuera alcanzada.
Pero Ram lo traicionó a mitad de camino.
Las afirmaciones de Ram habían sido correctas; según su contrato, los hechos ocurridos no se habían desarrollado tal y como Roswaal quería, y su rebelión fue su venganza premeditada.
Así que él no la culpaba. Si hubiera tenido que decir algo, entonces le habría gustado que ella pospusiera esa venganza y la llevara a cabo cuando la situación de la barrera estuviera clara.
También estaba el tema de su apuesta con Subaru.
Garfiel había sido inesperadamente blando, y una simpática charla hizo que Emilia reintentase la Prueba, pero, a fin de cuentas, las palabras de Subaru fueron los desvaríos de un debilucho.
Era imposible desafiar a un futuro que ya ha sido determinado. Puede que el camino hacia dicho futuro cambiase, pero los sucesos siempre llevarían al mismo final. Si uno se aleja del camino que llevaba al final correcto, lo único que le aguardaba era la perdición.
Pero, aun así, se seguían resistiendo, y eso hacía reír a Roswaal. Y el hecho de que Roswaal sabía esto, y también lo débil que era por temer tales acciones, también lo hacía reír.
No lograba entender por qué estaban tratando de cambiar las cosas.
Una vez un sentimiento alcanza su punto álgido, su auge, nunca disminuirá en intensidad.
Si amas a alguien, si en tu corazón ardieran las llamas de un amor por alguien, entonces ese calor, ese fulgor, deberían durar por toda la eternidad.
El mismo concepto se aplicaba incluso si la emoción en cuestión era el odio.
Los sentimientos que se han tenido por muchísimo tiempo tienden a volverse auténticos. Los sentimientos cultivados por el tiempo son férreos, y nunca ceden ante nadie. Así deben ser.
El odio de Garfiel por el mundo exterior se quebró.
Emilia aceptó el doloroso pasado que detestaba.
Y el interminable y vengativo odio de Ram hacia Roswaal había—
« Ram: Roswaal-sama, estoy enamorada de usted. »
『 Roswaal: ¡¡—!! 』
Una confesión de amor que se sintió como una maldición, ardiendo en lo profundo de sus oídos.
Esas fueron las palabras que salieron de la boca de la chica en sus brazos, palabras que nunca debieron pronunciarse.
Tomando en cuenta que el contrato había atado su alma y su corazón, entonces él lo habría entendido. Con su ferviente sed de venganza convertida en sometimiento, y su odio en afecto… esa era la razón por la que Roswaal le había permitido a Ram ayudarle en sus planes más que a nadie, y confió en ella más que en nadie para lo que vendría después de completarlos.
Porque Roswaal creía en su odio, que había sido convertido en afecto por el contrato, y en su vengativo deseo de matarlo.
Porque creía en el odio que vio en los ojos de la chica cuando la conoció, y en cómo lo miró con ganas de matar.
—Aun así, Ram abandonó su propia venganza, para exaltar el amor.
『 Roswaal: ¿Por qué, Ram?… No lo entiendo… 』
Roswaal podía oír su débil respiración disiparse, y sentía que la vida de Ram estaba por terminar.
Su pulso se desvanecía. Algo le gritaba que esto no debía continuar. Su azulado ojo derecho ardía. Ardía, tan terriblemente.
Detente. No impongas tu ser. Él estaba dejando de ser él mismo.
¿Qué debería hacer? ¿Qué tengo que hacer?
No sabía qué era lo que necesitaba hacer, ni tampoco qué era lo que no tenía que hacer. No podía recordarlo. No podía imaginarlo.
Miró a su alrededor, pero nada de aquí era lo que buscaba. El evangelio, que guio a Roswaal por el camino correcto, se había perdido en las llamas. Nadie le iba a decir a Roswaal cuál era la decisión que tenía que tomar ahí. Nadie se lo diría.
En este caso, ya no quedaba más remedio.
『 Roswaal: —El aullar del viento llama a la nieve, la luz sobre la tierra regresa al cielo. Cada gota es el silencio dado forma, marfil exento del karma del pasado lamenta una eternidad inalterable— 』
Un canto.
Este canto, tarareado y melodioso, dirigía el poder que rodeaba a Roswaal L. Mathers. La abundante reserva de maná interactuó con el refinado algoritmo, atrayendo nubes negras sobre el bosque nocturno. Vientos helados azotaban a su paso, y un frío capaz de congelar hasta los huesos se desató en el Santuario.
Nubes cargadas de nieve cubrieron todo el bosque cerrado, y la escarcha blanca bailó hacia la tierra.
—Éste era el poder del algoritmo mágico a escala masiva: Ultimillion.
『 Roswaal: —agh, khh, 』
El canto terminó, y el extenso poder mágico se liberó.
Una cantidad masiva de mana fue arrancada de Roswaal, e incluso él, quien poseía una exorbitante cantidad de maná, se sintió mareado.
Un hechizo de esta magnitud requería acumular maná durante meses y ser usado en un área menor.
Roswaal era alguien extraordinario, ya que logró producir tal cantidad de maná tan solo en dos días, y además afectó un área el doble de grande de lo usual.
Después de que el mago que logró esta hazaña diera un largo suspiro, se encontró perdido, sin saber qué hacer después.
『 Roswaal: Hice que nevara, tal y como dictaba el evangelio... ¿Y ahora qué hago? 』
Roswaal había olvidado que hizo nevar un día antes de lo que el evangelio dictaba.
En realidad, ni siquiera la apuesta ocupaba ya algún rincón de su mente.
A Roswaal ya no le importaban los pasos a seguir. Lo único en lo que pensaba era en cómo concluirían los eventos alrededor del Santuario. La nieve cae, y la barrera se rompe.
Si eso ocurre, si eso ocurre—¿entonces qué pasará?
『 Roswaal: Ram... sí... Ram. 』
Él ya no podía oír la respiración de Ram.
Roswaal miró su rostro, y tocó delicadamente su frente. La cicatriz donde estuvo su cuerno estaba sangrando debido a la transformación. Roswaal limpió la sangre, y como siempre hacía con ella, le inyectó un maná incoloro compuesto por una combinación de los 6 tipos de maná.
Éste era un ritual que los dos siempre habían hecho para que la sangre oni de Ram no tomara el control de su ser.
No es que estuviera pensando en nada.
Roswaal inconscientemente entendió que él simplemente estaba confiando en que su vitalidad de oni la mantendría con vida.
Él no tenía dudas sobre si salvarla. Ram debía vivir. Por el bien de las metas de Roswaal, y por lo que vendría después de completar esas metas.
『 Roswaal: Maestra… Maestra… yo… ¡YO! ¿¡Qué debería hacer!? Maestra… Maestra… ¡hk! Por favor, dígamelo… guíeme de nuevo… por favor… hk. 』
La confusión de Roswaal alcanzó su tope, y ya ni siquiera podía entender su propio corazón mientras lloraba.
Aunque estaba tratando de asegurar la supervivencia de Ram, su ira sobre su traición no se había calmado. Él sabía que había perdido el faro que lo guiaba, pero todavía buscaba esa vieja luz.
La nieve caía, cubriendo a Roswaal y Ram con copos blancos.
Todo era engullido por el color blanco, desapareciendo.
Sin pensar en absoluto que “quizás así esté bien”.
※ ※ ※ ※ ※
Emilia atajó a través de la nieve, exhalando un blanco aliento mientras seguía avanzando.
『 Emilia: ¡Huma! De nuevo, ¡Huma! 』
Gritaba, lanzando magia de hielo una y otra vez.
Estaba haciendo esto para evitar perder el tiempo desatascando sus pies de la nieve. Usaba su magia para endurecer la nieve, haciendo un camino sobre el cual correr.
Algunas personas podrían resbalar y ponerse en una situación un tanto peligrosa usando este método, pero,
『 Emilia: ¡Va—! ¡—mos! ¡Ánimo! 』
Emilia era una practicante de la magia de hielo, y creció en el bosque Elior. Estaba acostumbrada al terreno congelado. Avanzaba sobre el suelo congelado del Santuario como si conociera el lugar, con su pequeña acompañante corriendo tras ella.
『 Emilia: ¿En verdad esto está bien para ti? 』
Preguntó Emilia, ya sin aliento, a su guía. La chica miró a Emilia, y sólo contestó asintiendo con la cabeza.
Se podían entender, pero ella no le hablaría a Emilia. Esto era exactamente lo que Ryuzu —lo que la personalidad representativa de Ryuzu— le había dicho que ocurriría.
Ryuzu repentinamente había comenzado a mostrar un especial respeto hacia Emilia fuera de la tumba.
Ella informó a Emilia que era una entidad nacida del alma de una chica llamada Ryuzu Meyer, y que había varios duplicados de ella bajo las mismas circunstancias.
Estas otras Ryuzu servían como ojos alrededor del Santuario, fueron en busca de Roswaal y Ram en la comunidad, y estaban ahora guiándolas.
En el mundo existía una magia rarísima llamada “magia de duplicación”.
Emilia nunca oyó que ésta hubiera sido utilizada en criaturas vivas antes, pero quizás había sido hecho como un tipo de magia prohibida.
Emilia se abstuvo de hacer todas las preguntas que quería, corrió a través del Santuario confiando en la doble de Ryuzu, y se lanzó en búsqueda de Roswaal y Ram.
『 Emilia: Si no me doy prisa... ¡aparecerá el Gran Conejo! 』
La aterradora mabestia, el Gran Conejo.
Incluso Emilia, que desconocía muchas cosas del mundo, conocía el nombre de esa criatura.
Es una de las Tres Grandes Mabestias, junto a la Ballena Blanca y la Serpiente Negra. Y, como esas otras dos, es considerada como una calamidad.
Es una mabestia de conejos débiles, frágiles y diminutos. Pero la bestia en sí misma es un grupo de individuos, una horda de criaturas. No un conejo en particular, sino todo su conjunto es la calamidad llamada el Gran Conejo.
Con su hambre sin fin y su abrumadora cantidad, devoraba todo lo que encontraba a su paso. Pero eso no lo saciaría, y procedería a vagar por el mundo mientras se comían unos conejos a otros. Una verdadera calamidad.
Lo más aterrador era que podía multiplicarse infinitamente. El Gran Conejo suele consistir en pocos conejos que se canibalizaban entre ellos mismos para evitar el hambre cuando no había nada que comer—pero, si fijaba sus ojos en una presa que alimentara su apetito, no podría ser detenido. Aumentaría su número interminablemente, rechinando sus dientes hasta que la presa fuera destruida, y luego reduciría su número a medida que avanzase y dejase atrás un terreno baldío. Así era esta cosa.
Emilia decidió que debía enfrentarse a esta increíble mabestia.
Ellos ya no tenían tiempo de huir del ataque del Gran Conejo. La nieve acumulada dificultaba su huida, dejando sin opciones a Emilia y a los demás.
La única estrategia que tenían para oponerse a la mabestia era: que los no combatientes se escondieran en la Tumba, mientras que la entrada estaría defendida por Emilia y Roswaal.
Si fuera posible, incluirían a Ram, ya que necesitaban reunir todo el poder de combate disponible en el Santuario.
Así que—
『 Emilia: … 』
Troncos de árboles y escombros destrozados por una batalla. Cortes en la tierra, y acumulaciones de nieve poco naturales. —Un hombre y una mujer, juntos, bajo la sombra de un árbol.
Al encontrar al aturdido Roswaal y a la inerte y durmiente Ram, Emilia gritó.
『 Emilia: ¡—Roswaal! ¡¡Ram!! 』
Emilia dejó atrás a la silenciosa doble de Ryuzu mientras avanzaba sobre la nieve helada. Ella manipuló el suelo debajo de ella como quiso, convirtiendo la nieve en hielo solido mientras se movía como un hada de la nieve, antes de agarrar los hombros de Roswaal, quien yacía inmóvil y semienterrado en la nieve.
『 Emilia: ¡¿Estás escuchando?! ¡Roswaal, vamos, Roswaal! ¡Estamos en problemas! ¡Tenemos que salvar a todos! ¡Éste no es el momento de quedarse congelado! 』
『 Roswaal: … 』
Al sacudirlo, la nieve cayó de la cabeza de Roswaal. Eso reveló su expresión, y Emilia tragó saliva, atónita.
El rostro de Roswaal mientras miraba a Ram, con ojos apagados, se veía débil.
『 Emilia: ¿Roswaal...? 』
Roswaal no dijo nada. Ni siquiera se había fijado en Emilia.
Su falta de reacción la asustó, y ella bajó la mirada hacia lo que estaba sosteniendo en sus brazos. Allí dormía una chica de pelo rosado—
—con nieve en las mejillas, sin señales de derretirse por el calor corporal.
『 Emilia: ¡—! ¿Ram? ¡Ram! 』
Emilia llamó a Ram en brazos de Roswaal, y trató de despertarla.
Pero Ram no reaccionaba de ninguna manera. No solo no respondía, sino que tampoco abría los ojos—de hecho, sus párpados ni siquiera se movían. Emilia tocó su mejilla y sus labios, y sintió que estaban anormalmente fríos. Como si ella estuviera—
『 Emilia: ¡Eso, no puede ser! 』
Emilia rechazó su pensamiento improductivo, rechinó los dientes y estiró su mano hacia la ropa de Ram. Su mano tocó el pecho de ella, y percibió un leve latido del corazón.
Su latido podía apagarse en cualquier momento, frágil y débil.
『 Emilia: ¡—Está viva! ¡No te preocupes! ¡Todavía tenemos tiempo, Roswaal! 』
Gritó Emilia con esperanza, mientras volteaba a ver a Roswaal. Pero Roswaal permaneció con su mano en la frente de Ram, con la mirada totalmente desenfocada.
Y entonces, Emilia se dio cuenta.
Había una enorme cantidad de maná que fluía de la mano de Roswaal hacia Ram. Y eso estaba actuando como el salvavidas de Ram.
『 Emilia: Entonces, estás salvando la vida de Ram... 』
『 Roswaal: … 』
『 Emilia: ¡—! 』
Cuando ella descubrió esa verdad, Emilia también se topó con otra verdad amarga.
Ram estaba inconsciente, en pésimas condiciones, y Roswaal debía administrar el delicado tratamiento para curarla. Ellos no podían participar en la lucha.
Lo que significaba que Emilia debía enfrentarse al Gran Conejo por su cuenta.
『 Emilia: … 』
¿—Podré hacerlo? Se preguntó Emilia.
Este monstruo era uno de los tres que habían sobrevivido durante cuatrocientos años, desde la época de la Bruja de la Envidia.
A saber cuánta gente había fortalecido su determinación para enfrentarse a esta cosa, tal como Emilia lo hacía ahora. Pero ninguno había conseguido destruir a la mabestia. Sin saber cómo, Emilia se proponía luchar sola.
Sin Puck. Sólo Emilia.
『 Emilia: Si nos vamos ahora... 』
¿Quizás todavía puedan huir? ¿Pero qué se supone que deberían hacer si les persigue?
Si se encuentran sin refugios ni escondites, entonces Emilia no podría proteger a los civiles del ataque de la mabestia. Lo mejor era esconderse en algún lugar como la Tumba.
Lamentablemente Roswaal y Ram no podrían ayudar en el combate, pero Emilia no debía abandonar la lucha.
『 Emilia: Roswaal. Trae a Ram y ven conmigo. Todos los del Santuario.... Sí, todos se están refugiando en la Tumba. Y yo voy a protegerlos. No te rindas con la curación de Ram, y— 』
『 Roswaal: Ya, no tiene sentido. 』
Emilia estaba al mismo nivel de los ojos de Roswaal, y comenzó a contarle su determinación; pero entonces, el susurro de Roswaal la interrumpió.
Roswaal miraba fijamente la cara de Ram, aún con ojos vacíos.
『 Roswaal: No tiene sentido. Ya, nada... No conozco el futuro. Tampoco me entiendo... Este mundo está acabado. 』
『 Emilia: ¡Así que vuelves a decir esto! ¡A quién le importa el libro! Tal vez alguien importante lo escribió, pero ¿cómo es que eso tiene algo que decir sobre lo que hacemos? 』
Incapaz de soportar su resignación, Emilia gritó a Roswaal.
¿Por qué estaba pasando esto? Este no era el Roswaal que Emilia conocía.
Siempre sereno, tomando decisiones audaces como si nada, actuando como si supiera absolutamente todo lo que había que saber, todo con una sonrisa. ¿Roswaal no era así?
¿Quién es este hombre débil, que ha renunciado a todo, que parece un niño acorralado y perdido?
『 Emilia: Roswaal. No puedo entender lo que sientes o cómo estás herido ahora mismo. Quiero entenderlo, pero no hay tiempo para averiguarlo... Pero quiero crear ese tiempo. Así que necesito que trabajes conmigo. 』
『 Roswaal: … 』
Emilia no entendía a Roswaal. Aunque él siguiera siendo así, ella no lo entendería.
Pero, si conversaban y trasmitían sus sentimientos, habría cosas que ella entendería. Y cosas que ella nunca entendería si ella nunca lo hacía. Y cosas que nunca serán comunicadas, si nunca se les daba tiempo para eso.
Emilia necesitaba crear el tiempo que necesitaban para acercarse más el uno al otro.
『 Emilia: Por favor, levántate, Roswaal. Ninguno de los dos va a terminar aquí. Tampoco dejaremos que Ram termine aquí. Todos regresaremos juntos, y— 』
『 Roswaal: Ya... 』
Emilia era insistente. Pero Roswaal no la miraba a los ojos.
Él seguía mirando fijamente a Ram, moviendo sus labios escarlatas para decir:
『 Roswaal: Ya, da igual... 』
Hablando tan bajo, su murmullo podría desaparecer.
Los vientos frígidos y silbantes pasaban a su lado, y las palabras apenas eran audibles.
El susurro apenas salió de sus labios. Quizás ni siquiera el propio Roswaal lo escuchó.
Pero ella definitivamente oyó ese silencioso sonido de rendición.
Entonces, Emilia—
『 Emilia: ¡¡—No te atrevas a decir eso!! 』
—Agarró a Roswaal por el cuello de su ropa, y le gritó con rabia.
El movimiento sacudió la cabeza de Roswaal, y él se quejó de dolor. Emilia lo atacó, implacablemente, con sus palabras.
『 Emilia: ¡¿Ya da igual?! ¡¿A qué te refieres con que “ya da igual”?! ¡No hay nada ahí fuera que te haga decir “ya da igual”! ¡No hay ni una cosa que te haga decir “ya da igual”! ¡No te atrevas a rendirte! ¡No te atrevas a pensar que ya todo terminó! ¡Ni yo, ni Ram, ni tú, tenemos ni una sola cosa que “ya dé igual”, ¿no crees?! 』
『 Roswaal: … 』
『 Emilia: ¡Yo terminé la Prueba! ¡El pasado que me asustaba tanto! ¡Un presente feliz que podría haber sucedido! ¡Tristes futuros que podrían llegar! ¡Los vi todos! Y, aun así, decidí caminar por este sendero... y con esa resolución, ¡por fin pude hacerlo! 』
Ella rugió.
Dentro de Emilia surgió una ira más allá de lo que podía recordar.
Sí. Ahí está. Escuchen esa voz quejumbrosa, escuchen esas opiniones patéticas y vean ese espíritu cobarde. Así te ves cuando aceptas la rendición como tu fin.
El rugido de Emilia hizo que las mejillas de Roswaal se pusieran rígidas, y él apartó la mirada. No porque él estuviera preocupado por Ram, sino para distraerse y huir de algo que no quería ver.
Emilia lo tomó por la mandíbula y lo obligó a mirarla a los ojos.
『 Emilia: ¡Mira la cara de la gente cuando te hablan! 』
『 Roswaal: —hk. 』
『 Emilia: No entenderás lo que piensan las personas si no las miras a los ojos. No entenderás por qué las personas hacen lo que hacen si no las miras a los ojos. Mantén tus ojos en los míos, escucha mi voz, levántate y sígueme. 』
Los heterocromáticos ojos de Roswaal parpadearon como si se diera cuenta de algo.
Sus labios se abrieron. Pero no salió ninguna palabra.
『 Roswaal: —ah, 』
『 Emilia: Nunca dejaré que alguien diga que “ya da igual”. Mientras vivas, no habrá nada que te haga decir “ya da igual”. Y por eso… ¡no dejaré que nadie muera aquí! 』
Emilia se puso de pie y se dio la vuelta.
Más de diez dobles de Ryuzu se habían reunido allí. Todas ellas se arrodillaron reverentemente, esperando órdenes.
Emilia cogió aire, y gritó sus órdenes.
『 Emilia: Lleven a Roswaal y a Ram de vuelta a la Tumba. Voy a protegerlos a todos, pase lo que pase. 』
Hablando grandiosamente, y consciente de que sólo adquirió este derecho por casualidad, Emilia lideró a las obedientes Ryuzu mientras empezaba a correr a través de la nieve del Santuario.
Las Ryuzu se agruparon para apoyar a Roswaal y Ram, tomando turnos para llevarlos mientras seguían a Emilia.
—Emilia ya no dudaba de su rumbo ni por un instante.
※ ※ ※ ※ ※
Y ambas historias—
『 Todo estará bien, no te excedas tanto, Emilia-tan. 』
El chico que apreciaba a la chica que decidió protegerlo todo volvió a su lado,
『 No te preocupes por el resto, ya puedes descansar. —Nuestra batalla inaugural por la liberación está por comenzar. 』
『 Perdón. Pero no entendí nada de lo que dijiste. 』
Sus bromas habituales la hicieron sonreír mientras ella se sostenía a sí misma y sus ojos vislumbraron las siluetas blancas a medida que avanzaban.
Dos siluetas, caminando de la mano.
También oyó dos voces.
Sonaban animadas, y, sintiendo que ella había estado esperando para escuchar esto, los latidos del corazón de la chica latieron con fuerza.
『 Lo que viene ahora es algo totalmente desconocido, de hecho. 』
『 Sí, y vamos a hacer algo al respecto. —¡¡Tú y yo!! 』
—convergen aquí, sus deseos se reflejaron perfectamente al entrar en el final.
Caballero y Princesa, enfrentando a la mabestia en un Santuario barrido por la ventisca.
Un caballero que no puede arreglárselas solo llevaba a una maga a su lado, consagrando todo a la victoria.
—La batalla final del Santuario comenzó.