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※ ※ ※ ※ ※
——Estaba de pie, sosteniendo el Libro de los difuntos que tenía Natsuki Subaru inscrito en su portada.
『 Subaru: … 』
Sorprendido, Subaru tenía sus ojos abiertos de par en par y sentía que su garganta se secaba rápidamente.
Palabras como «sorprendido» o «estupefacto» se quedaban cortas. Lo que sacudió a Subaru en ese momento fue algo mucho más dañino y que sólo afectaba a alguien muy concreto.
Era un veneno letal que sólo afectaría a Subaru y a nadie más.
Cargando esa poderosa connotación, el Libro de los difuntos de Natsuki Subaru perforaba a través a Subaru.
『 Subaru: ¿Por… qué? 』
Frente a él había un Libro de los difuntos que no debería existir.
Se suponía que en el tercer piso —Taygeta— de la Atalaya Pléyades únicamente había los Libros de los difuntos referentes a aquellos cuyas vidas ya habían terminado. Que hubiera el libro de alguien que estaba vivo era contradictorio.
¿O acaso esto significaba que, por pura coincidencia, había encontrado el libro de alguien con el mismo nombre y apellido?
『 Subaru: Si este no fuera un mundo diferente, eso habría sido bastante plausible. 』
Así, rechazó inmediatamente la posibilidad que surgió en su mente.
Obviamente, este lugar era un mundo diferente… donde incluso las normas para poner nombres eran demasiado diferentes de lo que conocía Subaru; así pues, ¿por qué un nombre como Natsuki Subaru aparecería en este lugar?
Pero había una cuestión aún más crucial que eso.
『 Subaru: … 』
Sorprendido, Subaru tenía sus ojos abiertos de par en par y sentía que su garganta se secaba rápidamente.
Palabras como «sorprendido» o «estupefacto» se quedaban cortas. Lo que sacudió a Subaru en ese momento fue algo mucho más dañino y que sólo afectaba a alguien muy concreto.
Era un veneno letal que sólo afectaría a Subaru y a nadie más.
Cargando esa poderosa connotación, el Libro de los difuntos de Natsuki Subaru perforaba a través a Subaru.
『 Subaru: ¿Por… qué? 』
Frente a él había un Libro de los difuntos que no debería existir.
Se suponía que en el tercer piso —Taygeta— de la Atalaya Pléyades únicamente había los Libros de los difuntos referentes a aquellos cuyas vidas ya habían terminado. Que hubiera el libro de alguien que estaba vivo era contradictorio.
¿O acaso esto significaba que, por pura coincidencia, había encontrado el libro de alguien con el mismo nombre y apellido?
『 Subaru: Si este no fuera un mundo diferente, eso habría sido bastante plausible. 』
Así, rechazó inmediatamente la posibilidad que surgió en su mente.
Obviamente, este lugar era un mundo diferente… donde incluso las normas para poner nombres eran demasiado diferentes de lo que conocía Subaru; así pues, ¿por qué un nombre como Natsuki Subaru aparecería en este lugar?
Pero había una cuestión aún más crucial que eso.
El título de Natsuki Subaru en el libro había sido escrito en kanji.
『 Subaru: … 』
Por todo lo que Subaru había visto hasta ahora, incluso los caracteres usados para escribir eran diferentes en este mundo paralelo y desconocidos para Subaru. Por eso era que, aunque alguien aparte de Subaru fuera a ver el título de este libro, probablemente lo percibiría como un jeroglífico o algo parecido.
Cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que la increíble suerte que había tenido Subaru de encontrar el Libro de los difuntos de Natsuki Subaru era…
『 Subaru: … Está predeterminado y establecido a quién le pertenece esto. 』
Sólo podía pensar que esa era la verdad.
『 Subaru: … 』
Con el Libro de los difuntos en sus manos, Subaru se quedó en silencio y reflexionó una vez más.
La razón por la que Subaru encontró este Libro de los difuntos era porque siguió la débil respuesta que obtuvo a través de Cor Leonis.
No había sido la primera o la segunda vez que había buscado un libro en la biblioteca, y por eso Subaru era consciente de que dar con un libro concreto en esta enorme biblioteca era una tarea casi imposible.
Quizás era el tipo de tarea inalcanzable… a menos que la mano oculta de Dios hubiera intervenido.
『 Subaru: O quizás no Dios, sino una persona… 』
Esa hipótesis en particular convencía a Subaru.
Sólo quedaba comprobar la autenticidad de este Libro de los difuntos——comprobar si lo que estaba plasmado ahí era realmente la vida de Natsuki Subaru o no. De serlo, entonces ¿qué tipo de truco habría detrás?
Lo cierto era que Subaru estaba aquí, vivo.
Si el Libro de los difuntos de este Subaru realmente estaba aquí, entonces…
『 Subaru: ¿Estoy siendo tratado como si estuviera muerto porque perdí mis recuerdos? ¿Los Libros de los difuntos de Taygeta y esa Galería de los recuerdos observan incluso los mundos en los que muero? 』
Si ese fuera el caso, entonces no sería imposible que, de alguna manera, los Libros de los difuntos plasmaran las muertes de Subaru. Pero, en ese caso, ¿qué pasa con el Retorno por muerte?
『 Subaru: Pensé que daba marcha atrás en el tiempo o reconstruía el mundo en sí mismo, pero… 』
Entre ambas hipótesis para explicar cómo los Libros de los difuntos podrían generar el libro de Natsuki Subaru, era inevitable pensar que la segunda era la más probable. Si fuera cierto, entonces el fenómeno por el que este Natsuki Subaru existía no era algo tan encantador como el Retorno por muerte, sino…
『 Subaru: ¿Soy estúpido? Sí, definitivamente lo soy. ——Maldito cobarde. 』
Al notar que sus pensamientos se iban por la tangente, Subaru se insultó.
Subaru se dio cuenta de que su propia cobardía desvió sus pensamientos. Él simplemente tenía miedo del Libro de los difuntos.
¿Qué pasaría cuando leyera el libro de Natsuki Subaru?
Tenía miedo de lo que pasaría, lo cual era completamente imposible de adivinar. Por lo tanto, perseguir hipótesis sin fundamento era su manera de retrasar abrir la primera página del libro en sus manos.
『 Subaru: … 』
Aunque no era una hipótesis que surgiera hace apenas cinco minutos, el hecho de que el Libro de los difuntos de Natsuki Subaru estuviera aquí era extraño… y también un gran alivio para Subaru.
Lo consideró una prueba de que Subaru no había aparecido de repente en este lugar y momento.
Pero también significaba que un «Natsuki Subaru» aparte de él mismo había existido y hecho su propio camino en este mundo diferente, y también que Subaru estaba tras esos mismos pasos, borrándolos y sobrescribiéndolos.
Así pues, sólo faltaba confirmarlo.
『 Subaru: Para empezar, el Libro de los difuntos de Natsuki Subaru… ¿desde dónde empieza y dónde acaba? 』
En el caso de Meili, había sido desde su infancia en adelante——desde que tuvo consciencia de su ■, desde que sus recuerdos fueron establecidos como recuerdos, lo que permitió ver su vida desde su juventud.
Sin embargo, ¿cómo sería en el caso de Subaru? ¿Leer el Libro de los difuntos haría que surgiera otra consciencia que crecería con el tiempo, al igual que pasó con Meili? Y, al final, ¿a dónde lo llevaría?
Si el presente Natsuki Subaru amnésico no estaba muerto, y Natsuki Subaru sí contaba como muerto, entonces ¿no sería de esperar poder rastrear los recuerdos de «Natsuki Subaru» hasta justo antes de que perdiera sus recuerdos?
En su lugar, quizás tendría los recuerdos del presente Subaru que había perdido sus recuerdos hasta el momento en el que despertó en la torre. En ese escenario, ¿qué muerte se habría elegido para el final?
O tal vez, al igual que ocurría con el Libro de los difuntos de Reid, lo que estuviera presente podría ser tan sólo unos recuerdos en ruinas convertidos en vacío.
Al igual que los recuerdos de Reid plasmados en el Libro de los difuntos habían desaparecido del interior del libro para reconstruirle como el Examinador de esta torre, los recuerdos de Natsuki Subaru también podrían haber desaparecido.
Por eso, lo que vería al abrir este Libro de los difuntos podría no ser los recuerdos de Natsuki Subaru, sino…
『 Subaru: … Al final, ¿qué quieres hacer, bastardo cobarde? 』
Deseaba verlo, y deseaba no verlo.
Desdeñando a su propio yo por ser incapaz de responder fácilmente a eso y reprimiendo el temor agitado en su ■, exhaló.
Tras llegar tan lejos, era inconcebible que optara por no abrirlo. Aunque hubiera surgido como una opción más, sería una locura elegir esa opción.
Y por eso, por eso, por eso, por eso, por eso…
Y entonces, entonces, entonces, entonces, entonces…
『 Subaru: … Hk. 』
Tomando una gran bocanada de aire, abrió el Libro de los difuntos.
Y así, el viaje de Natsuki Subaru desde un origen desconocido hasta un final desconocido…
△▼△▼△▼△
——Esto tiene muy mala pinta.
『 … 』
Mientras sentía algo sólido contra su rostro, una intensa quemazón en su abdomen hacía arder su cerebro.
Su cabeza se sentía tan caliente que parecía que hubieran inyectado magma en sus vasos sanguíneos, y el violento ardor le impedía respirar. Y, sin embargo, sus extremidades se sentían cada vez más frías y pesadas. Tales sensaciones contradictorias sacudían su ser hasta su propia alma.
Sus pensamientos se preguntaban a gritos qué había ocurrido. Sus pensamientos gritaban que debía hacer algo.
Con tales pensamientos fluyendo y mezclándose entre sí, alzó un chillido.
Sin embargo, su consciencia, que le gritaba que debía hacer algo, demostró ser inútil.
En un intento por solucionarlo, movió las manos y tocó su vientre que era el origen de la quemazón… y entonces su palma se cubrió de una espesa sangre, y entendió que la sangre también había empapado el suelo.
—Ah, todo esto es mi sangre.
Aunque no era consciente de cuánta sangre había fluido e inundado el suelo, se había derramado más sangre que la cantidad extraída en una donación de sangre. Perdiendo tanto de ese líquido vital, no podría contener la frágil luz de la vida.
En resumen, su cuerpo ya había comenzado la cuenta atrás hacia la muerte.
Aun así, la razón por la que ■ no había muerto aún era porque esta vida suya, que se dirigía hacia su final, aún tenía una misión que cumplir.
——Él tenía que alzar su voz.
Debía alzar su voz.
—Cuidado. Es peligroso. No vengas aquí. Huye. Huye a toda velocidad, sin mirar atrás ni una vez.
Y debía advertirla del peligro.
Debía decírselo a ella, informarla del peligro para que no entrara en este lugar.
A pesar de ello…
『 Subaru: … 』
——era incapaz de hablar.
Lo que salió en su lugar fue un nauseabundo y cálido cúmulo de sangre. Con eso obstruyendo su garganta, no podía pronunciar ni tan siquiera media palabra. Tosiendo violentamente, la quemazón en su abdomen se expandió.
Dolor y agonía, miseria y confusión, y…
『 ???: ¿——baru? 』
De repente, una voz que recordaba a campanillas de plata se adentró donde no debía entrar.
『 Subaru: … 』
Debía evitarlo a toda costa.
Pero no lo logró a tiempo.
Tenía que hacerlo, aunque eso significara perder la vida por su abierto vientre.
『 ???: … ¡Hk! 』
Un grito hizo eco y alguien cayó al suelo sonoramente.
La mano de quien había caído cayó sobre la de él, pareciendo una broma de mal gusto de un destino demasiado irónico. El destino era demasiado cruel para describirlo con palabras.
『 Subaru: … 』
Aquellos dedos que temblaban débilmente agarraron suavemente su mano. Ante aquella sensación, como si esos dedos estuvieran aferrándose y confiando en él, Subaru tomó una bocanada de aire junto con el cúmulo de sangre que lo acompañaba.
『 Subaru: ——spera. 』
Un puñado de sangre se le escapó, su vida se escurría con rapidez. No podía parar aquel flujo saliente de sangre.
Ya no podía hacer nada para resolver esta situación que había alcanzado su límite.
Gracias a un único, impotente e incompetente hombre, todo iba a comenzar de nuevo.
Por eso, su juramento teñido de sangre no tenía ningún significado.
Aunque sabía que no podía hacer nada, su idiotez le obligaba a jurar.
Aunque sabía que era su fin.
Aunque sabía que sería su fin.
Como si no fuera a llegar a su final, lo juró de manera lamentable.
『 Subaru: Yo, cueste lo que cueste… 』
—te salvaré.
Y, al siguiente instante, él——Natsuki Subaru «Natsuki Subaru» Natsuki Subaru perdió la vida.
△▼△▼△▼△
Cuando la conexión fue cortada, Subaru sintió un fuerte dolor en la nuca.
『 Subaru: ¡Gahk…! 』
El impacto hizo eco en su cráneo y él pensó que le habían golpeado de repente desde atrás, pero entendió inmediatamente que eso era incorrecto porque podía sentir a toda su espalda en contacto con el frío suelo: el cuerpo de Subaru había caído justo hacia atrás.
『 Subaru: E-estoy en… 』
No estaba en algún sucio edifico, helado y poco iluminado, sino en la Biblioteca Taygeta.
Poniendo energía lentamente de vuelta en el cuerpo y girando la confundida cabeza, Subaru giró el cuello——y entonces, tocó su propio abdomen con gran perplejidad.
Se suponía que ahí debería haber una herida que le arrebataría la vida.
Sin embargo…
『 Subaru: No está… No está, no está, la herida no está. El corte… en el abdomen… no está… gh. 』
Tocó el abdomen múltiples veces, confirmando la desaparición del origen de la quemazón. Esa sensación tan vívida, que sintió en la escena que había presenciado justo antes, estaba desapareciendo.
Había oído que el cerebro confundía dolores tan intensos con fiebre. Tal cosa coincidía con lo que le acababa de suceder. En otras palabras…
『 Subaru: … Era un recuerdo… de ser cortado en el abdomen y morir. 』
Era un final en el que le cortaban con una herramienta afilada, impotentemente se ahogaba con sangre espumosa y moría.
Sería perdonable si él hubiera sido el único en morir por eso, pero no fue así.
『 Subaru: Satella… 』
Lo que susurró fue el nombre——el seudónimo de la chica que, en el mismísimo final, fue incapaz de salvar.
En ese recuerdo, la joven del pelo plateado que había reconocido se encontró con Subaru y se inventó un nombre. Subaru se preguntaba por qué lo hizo, pero le resultaba evidente que ella no lo hizo con mala intención.
『 Subaru: … Aun así, morí de una manera muy burda. 』
Llevándose la mano a la frente, Subaru rumió sobre los sucesos que le ocurrieron a su cuerpo.
Ser invocado a un mundo diferente, deambular por la ciudad con una actitud tontamente positiva, pelear contra unos delincuentes y casi morir, siendo salvado por Satella y ayudarla en su búsqueda de lo que había perdido…
『 Subaru: Completamente inútil… 』
En el último momento, no verbalizó la crisis de la que se suponía debía avisar, y acabó involucrándola también.
No sólo fue una muerte en vano, sino que decir que murió como un perro callejero sería irrespetuoso para el perro.
Así de irredimible fue la muerte de Natsuki Subaru——de «Natsuki Subaru».
『 Subaru: Pero… 』
Había ganado algo con aquello.
『 Subaru: … Éste era… el Libro de los difuntos de Natsuki Subaru. 』
Eso era una verdad absoluta e incuestionable.
『 Subaru: … 』
El «Natsuki Subaru» irredimible, necio, débil e irremediable.
Su absurda conciencia de sí mismo siguió creciendo, además de intentar no pensar en cuán mal hijo había sido. Y finalmente, aprovechó el hecho de ser invocado a un mundo diferente para evadirse y, exhibiendo un positivismo retrógrado, se convirtió en un sinvergüenza que trataba de engañarse a sí mismo, a quienes había a su alrededor y a todo el mundo.
Esa idiotez le condujo hasta la tragedia en aquel Almacén de bienes robados.
Qué error tan pretencioso, ingenuo y necio fue ese.
¿Cómo había sido capaz de permanecer indefenso ante tan peligroso lugar? ¿Qué le había dado a su yo idiota una confianza tan injustificada? Así, no sería raro para él ser asesinado en el extranjero, por no hablar de en un mundo diferente. Era culpa de esa falta de cautela. Y ese fue el resultado.
Había sido tan horrendo, que habría querido suicidarse de haber sobrevivido.
『 Subaru: Qué bastardo tan idiota y sin remedio… Pero… 』
Evidentemente había sido una necedad fatal, pero fue afortunado confirmarlo.
Soportando y conteniendo su propia rabia, analizó detenidamente esa verdad.
El Libro de los difuntos estaba funcionando de verdad. Ese libro había registrado la muerte de «Natsuki Subaru». Y arrojó muchas verdades a Natsuki Subaru, quien era imposible que las conociera, pero que para «Natsuki Subaru» eran bien conocidas.
——Como, por ejemplo, las circunstancias en las que obtuvo el poder del Retorno por muerte.
Típicamente, una deidad o un ser de poder similar le había invocado a un mundo diferente.
Sin embargo, para ese «Natsuki Subaru», si no tenía los recuerdos de ser invocado por ese ser, no habría tenido la ocasión de llegar a saber gracias a quién tenía el poder que se le había concedido ni sería consciente siquiera de que lo tiene.
Eso era algo que Subaru podía afirmar ahora tras haber presenciado el final de ese «Natsuki Subaru» por sí mismo.
Aunque en el mismísimo final había estado parloteando cosas sin saber cuándo rendirse, sin duda «Natsuki Subaru» aún no tenía idea de que podía sobrepasar la muerte y volver atrás en el tiempo.
Y, justo cuando pensó que —como mínimo— él mismo había sido así, de repente se dio cuenta.
De que tanto él como «Natsuki Subaru» no habían sido capaces de ver muy bien las cosas desde un punto de vista objetivo.
Y era obvio por qué.
『 Subaru: Es más inmersivo que en el caso de Meili… 』
Cuando leyó el Libro de los difuntos y experimentó vicariamente su vida, también sintió cómo su mente era gravemente influenciada. Mezclándose parcialmente con su personalidad, Meili apareció en su mente como un síntoma de alucinación, hasta el punto de que ella había sido capaz de decir lo que quería y jugándosela así a Subaru.
Pero él era consciente de que, en realidad, se trataba de una Meili construida por la consciencia de Subaru, que ella era una ilusión producto del caos y que no tenía nada que ver con la Meili real.
『 Subaru: … 』
Pero, en esta ocasión, la experiencia con el Libro de los difuntos había sido claramente diferente a la experiencia con el de Meili.
Aun a pesar de todo, en el caos que hubo justo después de leer el libro de Meili hubo muchas diferencias clave entre sí mismo y Meili: el género, la edad, la escala de valores…
Gracias a esas diferencias, pudo separarse de ella gradualmente, posibilitándole comprender que ellos dos eran seres diferentes.
Sin embargo, no resultó así esta vez.
No había nadie más involucrado aparte de otra versión de sí mismo. Era una situación que en condiciones normales no ocurriría, en la que otra versión de sí mismo sembró la duda sobre Natsuki Subaru, llevándolo a esta pelea contra sí mismo.
Una pelea consigo mismo… Aunque semejante frase sonara lo más cliché del mundo, describían a la perfección la situación en la que Subaru se encontraba actualmente.
En verdad, Subaru lo veía negro.
No sólo en el sentido de ser pesimista respecto a la situación, sino también a la oscura pintura llamada «Natsuki Subaru» que empapaba el pincel que ahora redibujaba a Subaru, superponiéndose ambos.
『 Subaru: … Emilia, Emilia, Emilia, Emilia, Emilia, Emilia. 』
Al sentir que lo redibujaban, Subaru pronunció el nombre de Emilia como si se tratara de algún tipo de magia.
Y la razón por la que coreaba «Emilia» era porque el «Natsuki Subaru» dentro del Libro de los difuntos no la conocía a ella como Emilia.
Confiando en el seudónimo que le había dado, Subaru se vio a sí mismo como un payaso que cumplió su rol hasta el mismísimo final.
Por lo tanto, esa era la diferencia entre el actual Subaru y «Natsuki Subaru».
『 Subaru: … 』
Con las raíces de sus dientes temblando y asustado por la sensación de que su yo estaba siendo triturado, Subaru miró a sus pies, donde había caído el libro que él había dejado caer desconsideradamente.
『 Subaru: … 』
Ahora, había observado a «Natsuki Subaru» hasta el momento de su muerte.
Y, ahora que lo pensaba, curiosamente el Libro de los difuntos empezaba cuando él llegó a este mundo diferente y proclamó el cambio de mundos con cara de idiota rematado. En cambio, en el caso de Meili, comenzó cuando tomó conciencia de ■… No, por ahora, nada de eso importaba.
El problema era la continuación del Libro de los difuntos.
『 Subaru: Tú también pasaste por lo mismo, ¿verdad, «Natsuki Subaru»? 』
Gracias al Libro de los difuntos, pudo presenciar lo que quizás fue la muerte de «Natsuki Subaru» cuando fue invocado por primera vez a este mundo diferente.
Sin embargo, aquello era solo el principio.
Ese «Natsuki Subaru» debía de haber utilizado también el poder del Retorno por muerte.
De lo contrario, aquel podría haber sido un poder que no se hubiera manifestado como el Retorno por muerte, sino como algo totalmente diferente——No, eso habría sido algo más normal.
Rebobinar el tiempo a voluntad era algo mucho más convincente.
Para «Natsuki Subaru», que había conocido a Emilia, Beatrice, Ram, Echidna, Julius, Meili, Shaula, Patrasche, Gyan y a muchos otros que esperaban que él jugara un papel activo, algo como eso encajaba mucho más.
En ese caso…
『 Subaru: Debe estar ahí, a continuación. 』
«Natsuki Subaru» no parecía ser diferente a Natsuki Subaru.
Sin embargo, algo decisivo causó que «Natsuki Subaru» se convirtiera en «Natsuki Subaru». Y, para buscarlo, Subaru agarró el libro una vez más.
Así pues, cerró los ojos y respiró profundamente.
『 Subaru: … 』
Con el libro en sus manos, Subaru contó sus propios latidos uno a uno. Y mientras calmaba su ■, comenzó a caminar lentamente.
Un paso lento, pero directo; carente de toda duda.
Poco después, Subaru había llegado frente a una estantería y, mientras alargaba el brazo…
『 Subaru: … Segundo libro. 』
El siguiente volumen de Natsuki Subaru se hizo notar débilmente a través de Cor Leonis.
△▼△▼△▼△
——El progreso que «Natsuki Subaru» había hecho era torpe, sin planificar e irredimible.
『 ???: Completamente inútil. Con esos movimientos toscos pareces un principiante. Aunque no tuvieras Protecciones Divinas o alguna habilidad, pensé que al menos tendrías algo de inteligencia o algún tipo de instinto, pero ni siquiera tienes eso. Me pregunto por qué siquiera intentó enfrentarse a mí. 』
Atormentado por la indulgencia de un enemigo poderoso, fue demolido sin poder lanzar ni siquiera un contraataque decente.
Y en los alrededores de su yo herido se encontraban un viejo teñido de sangre y una chica con el pelo dorado que habían colapsado. Ninguno de ellos podría ser salvado. Él ni siquiera podía moverse.
『 ???: Lentamente, lentamente, lentamente, lentamente, lentamente, agonizando. 』
Poco después, con su abdomen cortado, con sus ojos cortados, en un mundo en el que había perdido la vista, con el tiempo corriendo en contra de su propia vida… vivió aquel momento con un pavor creciente hasta que su muerte le puso fin.
Hasta el mismísimo final, temía, temblaba, se encogía de miedo y se sentía un desgraciado…
△▼△▼△▼△
『 ???: Oye, ¿lo apuñalaste? 』
『 ???: No pude evitarlo, ¿vale? Salgamos rápido de aquí. No merece la pena. 』
『 ???: Ahhh… esto no tiene solución. Lo apuñalaste en la barriga, así que morirá. ——Sus ropas también están empapadas. 』
—¿Qué tan despreocupado debes ser para hablar frente a tu oponente abatido?
Debía ocupar su mente con tales pensamientos banales para distraerse del inmenso dolor que le atravesaba la espalda.
Le habría asombrado hasta el fondo de su ■ que tuviera una técnica para escapar del dolor y protegerse a sí mismo.
Era incapaz de salvarse a sí mismo de aquella muerte verdaderamente en vano e inútil.
Habiendo llamado Satella a la chica que no se llamaba Satella, habiendo tenido que escuchar aquellas duras palabras de ella debido a eso, habiendo sido incapaz de entender la impresionantemente obvia situación y siendo asesinado por alguien que no tenía intención de hacerlo y que subestimó.
Era un final apropiado. ¿Por qué, desde el principio hasta el final, no podía vivir sin lamentarse ni siquiera por un minuto o siquiera un segundo?
—Suficiente. Este mundo va a terminar. Lo sé. Porque vine aquí sabiendo desde el principio que vería la muerte. Y, dado que no hay nada crucial ahora, sé que es el fin de este mundo. Y, siendo su fin… habiendo acabado, llévame ya al siguiente, por favor. Llévame al siguiente, al siguiente, al siguiente al siguiente al siguiente al siguiente. De lo contrario, duele, duele, duele duele duele duele y es doloroso, insoportablemente doloroso, pero debo sacar algo de todo esto para el siguiente…
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La muerte que él tuvo mientras dormía, a pesar de ser indolora, inadvertida y apacible, carecía de piedad como si un veneno escalofriante hubiera sido vertido en sus venas.
Comparada con las muertes que había sufrido hasta ahora en las que fue incapaz de escapar del dolor y el sufrimiento que se le infringieron, la llegada de esta muerte que ni siquiera notó fue quizás la más sencilla… o eso era lo que él había creído hasta entonces. Pero se equivocaba.
¿Por qué había muerto? Para empezar, ¿realmente había muerto?
Muchos de los humanos que temían a la muerte deseaban morir como si fueran a dormir; pero si preguntaran a Subaru, que lo había experimentado, respondería que no deberían desearlo.
En la muerte yace el significado de la muerte.
En el fallecimiento, en el desenlace de la vida, algo de lo que aprendió de ella debe ir ligado al final.
Con confusión, desesperación, miedo y anhelo, Subaru buscó el siguiente Libro de los difuntos. Debía desvelar lo que había ocurrido. Debía desvelar lo que le había ocurrido a su otro yo…
△▼△▼△▼△
——Teniendo experiencias vicarias de muertes absurdas e inesperadas, Subaru fue de misterio en misterio.
Acumulando finales y repitiendo tragedias continuamente.
Aunque se había negado a morir mientras dormía, tampoco quería morir desmenuzado o porque le sacaran las tripas.
Una y otra vez, su vida fue acechada, robada, destrozada y, finalmente, traicionada.
Ya no entendía el por qué.
¿Por qué tenía que salvar a la chica de pelo azul que lo había asesinado a él?
¿Por qué se desesperó tanto por salvarla?, ¿por qué ella empujó tan fuerte su espalda cuando él estaba rendido y arrodillado?
¿Por qué las palabras de ella le dieron fuerza y valor para seguir adelante?
Más allá de la traición, lo anhelaba fervientemente.
Por un deseo que aún no había sido realmente traicionado, y por un mundo que afirmaba que eso era correcto.
Por el bien de vanos y tristes sinsentidos de salvar a alguien, «Natsuki Subaru» ofreció su propia vida como compensación y lo logró con fuerza bruta.
Conoció a Emilia, a Puck, Felt, el Viejo Rom, Reinhard, Elsa, Beatrice, Ram, Rem, Roswaal, Petra, los residentes de la Aldea de Arlam…
——Sin importar qué, él iría contra cualquier fangosa corriente que pudiera arrastrarlos.
△▼△▼△▼△
『 Subaru: ¡Uh… buh…! 』
Comprobando sus labios y enfrentándose al asalto de la muerte una vez más, Subaru se arrodilló en la biblioteca de Taygeta. Incapaz de soportar el peso de su propio cuerpo, cayó de morros al suelo.
『 Subaru: Haah… haah… 』
Respiraba agitadamente y su cuerpo estaba empapado con mucho sudor frío.
Tanto si hacía calor como frío, si era amargo o dulce, si estaba agonizando o si sentía placer… sus sentimientos estaban mezclados en una composición heterogénea de agradable y desagradable, de negro y blanco, y era incapaz de comprender la respuesta correcta.
Creía que había sido golpeado desde todas las direcciones y ángulos, incesantemente, desde una a otra.
『 Subaru: … Con esto, ocho libros. 』
Ese era el número de libros leídos que acumulaba desde que comenzó a leer los Libros de los difuntos de Natsuki Subaru que encontró.
Aunque decir «número de libros» era algo raro en sí mismo. No estaban numerados; seguramente porque, en principio, en esta biblioteca no debería haber algo como «el siguiente libro de la misma serie».
Aun así, el número de libros de Natsuki Subaru seguía incrementándose continuamente.
Y, añadiendo más leña al misterio, algo hacía imposible encontrar el siguiente libro de Natsuki Subaru a menos que se leyera el libro previo de Natsuki Subaru——esta vía de progreso seguía un orden.
Sin saltarse ni una muerte, siguió los pasos de «Natsuki Subaru».
Y mientras los seguía, pensó en lo inmaduro, incorregible y el poco tacto que tenía «Natsuki Subaru».
Era imposible no sentirse así, sobre todo tras ver el final del Libro de los difuntos que recién había acabado: el octavo.
Justo después del anuncio de la Selección Real, «Natsuki Subaru» decepcionó a Emilia en el castillo y acabó hiriendo su ■ simplemente porque podía; y, sin ninguna disculpa o retrospección, murió envuelto en una gran confusión.
Dado que su consciencia era casi igual que la de la versión de sí mismo que aparecía en el Libro de los difuntos que estaba leyendo, él también se deprimió.
A pesar de que el impacto de ese suceso únicamente debería haber sido duro para las personas involucradas, también estaba siendo muy difícil de soportar para este Subaru.
Había un yo que se preguntaba por qué no lo entendía.
Y también había un yo que se preguntaba por qué lamentaría no entenderlo.
『 Subaru: No te dejes atrapar por el pasado… 』
Era una tragedia que presenció hace un instante. De ahí que su cuerpo doliera como si lo estuvieran desgarrando.
Sin embargo, ese era el pasado. Era sólo algo que ocurrió en el pasado.
Aunque fuera algo que ocurrió frente a los ojos de «Natsuki Subaru», que había enfrentado a la muerte en ese instante.
Aunque fuera algo que ocurrió frente a los ojos de Subaru, que estaba de acuerdo con «Natsuki Subaru», que había enfrentado ese momento.
Ese era el pasado. Un pasado que persistía, por haberse convertido en una herida difícil de sanar.
Y por eso era que, en este preciso instante, tomaría aliento y dejaría atrás la conmoción. La dejaría atrás. Que alguien hubiera matado a Emilia. Que alguien hubiera cometido ese terrible espectáculo en la aldea.
De lo contrario, su ■ se rompería.
¿Qué podría hacer si el ■ de Subaru se desmoronara aquí, impidiéndole levantarse?
¿Quién podría hacer algo, y cómo? «Natsuki Subaru» no está aquí. Y por eso, la única opción era que Subaru hiciera algo de algún modo.
『 Subaru: Aún… 』
—no lo he encontrado.
『 Subaru: … 』
Debería haber algo crucial, algo que se le hubiera concedido únicamente a «Natsuki Subaru». Algo clave para distinguir inequívocamente entre Natsuki Subaru y «Natsuki Subaru». Y, hasta que esa clave fuera descubierta, este viaje a través de los Libros de los difuntos no terminaría.
Aquella clave crucial que consiguió que a Natsuki Subaru le crecieran alas y despegara como «Natsuki Subaru».
Aquella clave que le había convertido en el salvador que podría detener la caída de Emilia, Beatrice, Rem, Ram, Echidna, Julius, Meili, Shaula, Patrasche y Gyan.
En este momento, no había señales de ella.
«Natsuki Subaru» no podría poseer la entereza ni la magnanimidad de ser un salvador o un héroe, de ser capaz de cumplir con el inmenso deber de salvar a otra persona.
Lo que poseía era solamente una obstinación sobresaliente y la buena fortuna de haber sido bendecido por la gente que le rodeaba.
Sin embargo, eso no era todo.
No era ese algo sin forma.
Él poseía la clave omnipotente, algo que era bastante evidente y aparente, que podría ser reconocido a simple vista, que convencía a todos de que tenía la habilidad necesaria porque lo poseía.
Lo poseía. Y, por eso, para encontrarlo…
『 Subaru: … El noveno. 』
Una vez más, se enfrentaría al ciclo de muerte y resurrección: un torbellino de caos y confusión, y de traición y desesperación.
—Mi deseo, «Natsuki Subaru», es convertirme en ti tan pronto como sea posible… antes de volverme incapaz de soportar tus pasos, tus heridas y tus muertes en mi ■.
△▼△▼△▼△
——Las muertes se acumularon sin cesar.
——Los finales se acumularon sin cesar.
Cada vez que sintió dolor, cada vez que agonizaba, cada vez que perdió algo y cada vez que algo le era arrebatado, escuchaba el sonido de ■ resquebrajándose.
Lloraba y gritaba «por qué» y «cómo», apretaba los dientes pensando que terminaría ahí, se levantaba mientras vomitaba sangre y, lleno de heridas, avanzaba.
Era la lucha de un hombre ordinario arriesgando su vida.
Lo arrinconaron y murió no una vez, sino dos; no dos veces, sino tres; no tres veces, sino cuatro; y así sucesivamente, pero se mantuvo firme para atravesar el muro inamovible de caos.
Era increíble. Bastante increíble. Digno de respeto.
Que no se rindiera era verdaderamente increíble. Era increíble que, aun después de pasar por todo eso y de apretar tanto los dientes, siguiera luchando hasta el amargo final. Realmente admirable. Su opinión de él había mejorado——Pero eso no era.
Pero eso no era. No lo era. No era eso. No lo era, ciertamente.
『 Subaru: ¡Algo…! 』
—Debe haberte pasado algo, ¿no?
Algo tenía que haber pasado. Si no, no tenía sentido. Si no, nada encajaba.
Algo había pasado y provocó que el impotente e irremediable Natsuki Subaru adquiriera alas y alzara el vuelo convirtiéndose en el «Natsuki Subaru» que podía salvarlos a todos, a alguien, a Emilia y los demás. Así es como se suponía que debía ser.
Por eso era que estaba buscándolo, muriendo, perdiendo su cordura, con los ojos inyectados en sangre.
Cada vez que leía los Libros de los difuntos, experimentaba vicariamente el impacto, el terror y la agonía de la muerte que «Natsuki Subaru» tuvo que sentir al tratar con las diferentes situaciones; y así, se desesperaba aún más en su búsqueda.
Sin embargo, aún no podía encontrar ni una sola pista…
『 Subaru: Uh… ¡¡aAaAaH… gh!! 』
Golpeó su cabeza contra el suelo.
Había estado bien mientras lo presenciaba. Sin embargo, cuando volvió en sí, su ■ fue invadido por el arrepentimiento.
『 Subaru: ¡Papá… Mamá…! 』
Allí estuvo el «Natsuki Subaru» que había conversado con su padre y su madre, y se disculpó con ambos.
Allí estuvo el «Natsuki Subaru» que había sido arrojado a un mundo diferente y quien, con tal de vivir en ese lugar, se despidió para siempre de ellos dos.
Incluso después de haber olvidado descuidadamente todo a lo que su ser se había comprometido, expresó aquellas palabras de amor por autocomplacencia sabiendo que sus padres se entristecerían…
『 Subaru: Uh… bueeeeh… 』
Vomitó y derramaba lágrimas.
Lo que le resultaba doloroso e insoportable era que conocía muy bien los sentimientos de «Natsuki Subaru» y el hecho de que Subaru se enteró de que sus padres le habían perdonado.
—Por favor, no me perdonen. Por favor, maldíganme. Ojalá mis padres me griten por ser mal hijo.
Sin embargo, eso no fue lo que hicieron.
Ni su padre ni su madre actuaron como Subaru deseaba. Para controlarse a sí mismo, deseó que sus padres le dijeran que era un ser humano miserable o algo similar. Pero no lo consiguió.
El padre de Subaru, Kenichi. La madre de Subaru, Naoko… Ambos eran los mejores padres.
Una parte de sí se sentía feliz por ello; una parte de sí aprobaba la valoración que «Natsuki Subaru» había recibido; una parte de sí iba a ser salvado a pesar de carecer de todo derecho de ser salvado; ■ era desagradable.
—¿Es esto? ¿Esta es la causa? ¿Esta es la razón por la que se volvió «Natsuki Subaru»?
『 Subaru: No… no, ¡no NO! ¡No es eso! ¡Algo así… no puede ser! 』
Rascándose la cabeza violentamente y golpeándose las adoloridas cejas con los puños, Subaru se despreció a sí mismo.
Lo que Subaru buscaba no era la salvación espiritual, sino un poder——una clave más especial y evidente que realmente hiciera efecto en él.
El poder especial que Subaru desconocía y que sólo «Natsuki Subaru» conocía.
De la misma manera que Subaru logró manifestar a Cor Leonis, debía haber algo especial que sólo «Natsuki Subaru» había despertado. Eso era exactamente lo que deseaba.
『 Subaru: La clave para cambiar esta situación. Tengo que creer que existe, de lo contrario… 』
Subaru murmuró tocando la herida que debería tener por el corte en su abdomen, que había sido la última causa de muerte.
Sus recuerdos empezaban a entrelazarse con lo que presenció en el Libro de los difuntos de Meili. Un asalto a la mansión perpetrado por la querida y problemática hermana de Meili: Elsa, la enemiga natural de «Natsuki Subaru».
Sin embargo, todo eso ocurrió en un mundo que llegó a su fin.
Era un mundo que «Natsuki Subaru» ya había superado.
Era crucial no simpatizar con «Natsuki Subaru», sino desvelar y obtener el engaño que solo él debía poseer y que solo él podía usar.
Y por eso, por esa única razón, leería los Libros de los difuntos.
——Porque, solo por eso, Natsuki Subaru había estado muriendo y rehaciendo.
『 Subaru: ¡Por favor, dímelo, «Natsuki Subaru»! … ¡¿Por qué eres tan especial?! ¡¿Cómo puedes solo tú ser tan especial?! ¡Debe haber algo, ¿no?! 』
『 Subaru: ¡Algo debe haberte cambiado! ¡Algo hizo que te deshicieras de tu ineptitud y te convirtió en alguien diferente! 』
『 Subaru: ¡Por favor, cambia al yo patético, débil y penoso que no sirve para una mierda! ¡¡Estoy harto!! ¡¡Ya no puedo seguir viendo cómo sufren todos!! 』
『 Subaru: ¡Algo… algo! ¡¿Lo hay, cierto?! Si no hay algo, entonces no tiene sentido… Algo pasó… por eso, eres… diferente a mí. Sino… 』
—Sino, me veré obligado a admitirlo.
『 Subaru: Tú eras igual que yo: débil, penoso, sin ningún poder… 』
——Quería recompensar a los que fueron amables con él, a todos los que le dieron un empujón cada una de las múltiples veces que estuvo a punto de rendirse. Quería devolverles esa amabilidad con la que actuaron.
『 Subaru: Por favor, «Natsuki Subaru». Te lo suplico. Por favor, ya basta… 』
——Hubiera sido mucho, mucho mejor si fuera un superhumano.
——Deseaba que fuera alguien totalmente diferente a su ser, que hubiera superado toda debilidad con su cuerpo y su ■.
——Por eso, deseaba que lo convencieran de que había hecho algo que él nunca podría lograr.
A pesar de ello…
Sacando libros como quien recoge bayas, las muertes que se acumulaban una y otra vez golpearon su cabeza continuamente, quebrando su ■ mientras se esforzaba y se esforzaba como quien sorbe fango ruidosamente, carcomiendo su vida.
Aun así, hasta el mismísimo final, no abandonaría la posibilidad a la que se había aferrado…
『 Subaru: … 』
Abrió el libro que tenía agarrado.
Lo abrió preparado para que sus tejidos cerebrales fueran hechos puré, para que su ■ fuera atropellado y para que su alma fuera violada.
Después de todo, era mucho más doloroso perder su última esperanza que sentir dolor o angustia.
『 Subaru: Lo entiendes, ¿verdad, «Natsuki Subaru»? 』
Llamó a alguien que no se encontraba presente, como si buscara su aprobación.
Era inevitable que el tono de su voz denotara que padecía una terrible pérdida de ambición.
Después de todo, no era alguien que despertara entusiasmo.
—Él no es para tanto——Mientras deseaba que no ocurriera, sus dedos, como si tiraran de una cuerda, empezaron a sacar el Libro de los difuntos.
Y, sintiendo que lo que ocurriría a continuación sería seguramente el golpe final…
『 ???: … Sí, lo entiendo. 』
『 Subaru: … 』
Un mundo blanco, muy blanco.
Subaru notó que no se encontraba en la biblioteca y que tampoco era un ser incorpóreo presenciando recuerdos, sino que había sido enviado a otro lugar que reconocía.
Y ahí…
『 ???: Lo entiendo, Natsuki Subaru. 』
『 Subaru: … 』
『 ???: Porque tú eres yo, después de todo. 』
En aquel mundo blanco había alguien de pie con un par de ojos sanpaku que conocía muy bien y que esperaban a Natsuki Subaru.