miércoles, 30 de mayo de 2018

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La trampa del comerciante


Traducción:
Adrian
Jair
Robert

Corrección y edición:
Jagaro (Primer corrector)
Carlos (Segundo corrector)
Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá)

※ ※ ※ ※ ※

『 Garfiel: — 』

Arrugando la nariz, Garfiel dejó de moverse debido al abrupto malestar.

Estaba corriendo como el viento dando grandes pasos sobre la tierra, pero repentinamente pisó el freno durante su trayecto. Hundió su pie derecho en la blanda tierra, haciendo que se levantasen ondeantes nubes de polvo mientras bajaba su postura, moviendo la cabeza de un lado a otro.
Oliendo y escudriñando los aromas en el aire, Garfiel estaba dentro del bosque que rodeaba el Santuario. Había estado corriendo dentro de los límites de la barrera, buscando a la desaparecida Ryuzu.

Ya había revisado todos los lugares donde pensaba que ella podría haber estado, impulsando sus piernas más veces de las que podría contar, en busca de su pequeña y familiar figura.
Los rápidos latidos de su corazón se debían al pánico provocado por la sensación de que algo malo iba a pasar. Garfiel sentía que estaba ocurriendo algo horriblemente inconveniente para él. Unos intrusos estaban presionando dentro del Santuario, e incluso Ryuzu estaba actuando de manera diferente de lo usual—ella ni siquiera consultó a Garfiel antes de llevar a cabo su decisión.

『 Garfiel: Esos malditos… ¡¿Qué mierda está pasando?! 』

Arañándose el rubio y corto cabello, Garfiel trazó su dedo sobre la blanca cicatriz en su frente.
Era un hábito suyo tocar su herida cuando estaba confundido, cuando estaba perdido, cuando su corazón estaba a punto de perder su calma. Era una especie de gatillo, para estabilizar su mente. 
Trazar su dedo, sobre aquella cicatriz, siempre le hacía recordar el momento en que la obtuvo. Y recordar el instante en que sufrió esa herida, que le habría dejado una marca de por vida debido a su propia estupidez, le hacía recuperar la compostura.

Mucha gente que conocía a Garfiel lo juzgaba como alguien de mal genio y con una cruda personalidad. Esa valoración era el resultado de su usual conducta y actitud, su apariencia, etc, pero en realidad ese juicio sería un error.
Inesperadamente, Garfiel Tinsel era de cabeza fría y decidido, continuamente instándose a sí mismo a pensar.

Esto también se debía al credo de Garfiel—ya que él se había dado cuenta plenamente de que no bastaría con sólo fuerza bruta para llevar a cabo sus creencias.
¿Qué necesitaba saber y hacer, para cumplir su deseo? Garfiel puso toda su atención en considerar esas preguntas, y así fue cómo acogió su obstinado credo.
Sin embargo—

『 Garfiel: E incluso con todo eso… ¿por qué carajo está todo el maldito mundo haciendo la mierda que les da la gana? ——hg. 』

Aulló Garfiel—frustrado, agonizando, mostrando sus afilados colmillos.
En efecto, la situación se había desviado continuamente de lo que Garfiel pretendía. Y puesto que sus tercas creencias eran la base de sus ideas cuando él pensaba en el futuro, Garfiel era terriblemente débil cuando se trataba del pensamiento flexible.

Garfiel siempre poseía sólo una solución, una postura, en cuanto al Santuario se refería.
E incluso suponiendo que el camino para alcanzar esa respuesta se dividía en incontables ramas, él nunca se daría por vencido en ese único punto. Por eso, él sentía que había prestado atención a todas las ramas que podía concebir.
Pero la actividad independiente de Ryuzu y las operaciones clandestinas de los intrusos no habían sido incluidas en esas posibles consideraciones.

Y tristemente, aunque Garfiel nunca dejó de pensar, nada indicaba que había experimentado algo que lo hiciera superior a otros o que lo hiciera especialmente más sabio que cualquier persona normal. Él era meramente frenético y desesperado; sólo eso.

『 Garfiel: —hg. 』

Inhalando profundamente por la nariz, Garfiel estrechó sus ojos dorados.
Los ligeros vellos en su espalda se erizaron, confiado en que había captado el olor, curvando rápidamente sus piernas para saltar—y reanudar su viaje. Sus pies aterrizaban en las ramas de los árboles, usando la elasticidad e inercia de éstas para llegar más alto, ir más rápido, para surcar libremente a través del follaje, persiguiendo el olor.

『 Garfiel: Ese grupo… ¡¿Qué demonios están planeando, eh?! 』

Chasqueando los dientes, Garfiel manifestó su irritación mediante un rugido.
El bramido que soltó era parecido al de una bestia felina, con ojos llenos de rabia.

Lo que Garfiel olía era el hedor de excesivos seres vivos. El hedor del sudor, el hedor del pasto pisado y suciedad, el hedor de la tensión filtrándose de ansiosos cuerpos humanos, el hedor, el hedor, el hedor—

『 Garfiel: ¡¡—!! 』

Este hedor coincidía perfectamente con el de una migración masiva de humanos.
Los densos olores eran más de diez, unos cincuenta. 
Que esa gran cantidad estuviera migrando justo ahora en el Santuario sólo podía atribuirse a un único grupo.

—Los evacuados de la aldea cercana a la mansión de Roswaal.

Los evacuados que vinieron aquí para escapar del peligro. ¿Qué estarían planeando, actuando con ingratitud y empezando a moverse en este momento?

『 Garfiel: Ese, hijo de perra… ¡burlándose de mí! 』

Lo que apareció en la mente de Garfiel era la visión de un chico que le desagradaba intensamente—un chico con cabello corto y negro.
Era un personaje con unos ojos afilados, contrastando con su actitud visiblemente frívola y alegre. Pero, a pesar de eso, era también un hombre con una mirada que era ocasionalmente lúcida y penetrante, como si viera a través de Garfiel.
Esa mirada suya, como si estuviera allí, pero mirando a otro lado, recordaba a Garfiel a otro hombre que también le disgustaba. Inevitablemente lo aborrecía.

Y este hombre, a quien había despreciado incluso en momentos de paz, inequívocamente había perpetrado esto. Esta repentina migración de refugiados estaba sucediendo obviamente porque ese tipo los había incitado. Por alguna razón, estos evacuados depositaban una exorbitante confianza en ese chico.

Él no había mostrado que tuviera fuerza ni poderes especiales, y solamente parecía competente en el parloteo insincero. Para Garfiel, él era el tipo de criatura más detestable, estúpido, débil y egoísta del mundo.

Garfiel se encontró a sí mismo pensando que, ciertamente, debió haberse encargado de Subaru antes.
Hubo múltiples ocasiones para hacerlo, y fue increíblemente descuidado—pero su resolución para enfrentar solo el dolor poseía algo desconcertante y misterioso, e inadvertidamente Garfiel terminó conteniéndose.
Su recompensa por haber dudado era este presente apuro.

Y lo más importante, le hicieron perder de vista lo que más debería priorizar—su familia: Ryuzu. Mientras tanto, la multitud que amenazaba la paz del Santuario seguía haciendo lo que les daba la maldita gana. Sin importar cómo, tenía que evitar que los evacuados salieran de la barrera.
Hubiera sido diferente hace unos pocos días, pero la situación había cambiado.

『 Garfiel: Ese maldito cabrón sabe que la abuela no está normal. 』

Había un cristal en el lugar que Garfiel llamaba el sitio de experimentación, que Ryuzu llamaba habitación de la progenitora, donde dormía el antepasado de la familia de Garfiel, Ryuzu Meyer.

Honestamente, Garfiel no albergaba mucho interés en ese cristal.
La niña durmiente en el cristal se veía idéntica a su familia, pero, si su interior era diferente, entonces ella sería alguien completamente diferente. Si se trataba de seres que se vieran iguales, pero tuvieran diferentes interiores, entonces Garfiel ya conocía la existencia de más de 20 Ryuzu.
Era imposible para Garfiel sentir el mismo amor y cariño para cada Ryuzu, y tampoco lo intentó.

Garfiel poseía el derecho para comandar las dobles que compartían el mismo rostro que su abuela.
Y Garfiel no evitaría utilizar ese privilegio. A pesar de todo, él se esforzaba en no usar el derecho de comando debido a su propia disposición.
A Garfiel no le gustaba en absoluto hacer equipo con otros y dar órdenes a la gente. Y esas criaturas como muñecas, que seguirían sus instrucciones sin rechistar, le irritaban indescriptiblemente.

Esos eran los únicos sentimientos que tenía Garfiel sobre la chica en el cristal.
No poseía sentimientos adicionales sobre ella. Garfiel se consideraba alguien de mente abierta, pero de poco alcance.
Siempre hubo poco que él pudiera dar. Dos brazos, dos piernas, un cuerpo.
Lo que él podía ofrecer era limitado, y existía la necesidad de limitar a quiénes se lo ofrecía. Y así, Garfiel sólo daría lo que pudiera a aquellos a quienes prefería.

『 Garfiel: Así que… ¿cómo carajos piensan que mi asombroso ser será cordial con to’s ustedes idiotas? Lo están malentendiendo perfectamente, la suposición de un novato. 』

Pateó duramente el tronco de un árbol, saltando sobre el bosque.
Garfiel se abrazó las rodillas mientras giraba en el aire, con hojas arremolinándose en su estela mientras hacía un increíble aterrizaje. La tierra se hundió bajo sus pies, con los rugidos de los dragones de tierra retumbando entre los árboles.

El impacto de su aterrizaje se extendía sobre la tierra. Garfiel enderezó la espalda lentamente. No arrugaba la nariz porque estuviera olfateando algo, sino porque estaba furioso. Hizo crujir su cuello, rechinando sus puntiagudos dientes, con unos ojos afilados e iracundos mientras miraba hacia adelante.

Delante de Garfiel, había dos carruajes en línea.
Los dragones que tiraban de los carruajes fueron sorprendidos por Garfiel y su presencia asesina, entrando en un estado de agitación extrema mientras el conductor gritaba frenéticamente para calmarlos. El conductor era un conocido para Garfiel.

『 Garfiel: Justo cuando me’stoy preguntando quién era, resulta que era este debilucho. ¡Ja! Supongo que era de esperar, siendo el primero en ser guiado por ese imbécil. 』

『 ???: Esa declaración es bastante… no, olvídalo, conozco demasiado bien qué opiniones tiene la gente sobre mí. 』

Garfiel metió las manos en los bolsillos de su pantalón, mientras que el conductor —un hombre con aspecto de tener problemas, con el pelo largo y gris, llamado Otto— le dio una torcida sonrisa.
Otto controlaba las riendas hábilmente, calmando hermosamente a los dragones trastornados mientras suspiraba.

『 Garfiel: ¿Qué? ¿Piensas que no soy gran cosa? Si mi asombroso ser los amenazara en serio, no sería raro que tus debiluchos dragones se fueran corriendo sin control. 』

『 Otto: Y por eso hice una firme persuasión, para evitar que eso sucediera. Además, ya les había informado de antemano que probablemente vendrías. 』

『 Garfiel: ¿Eh—? 』

Las orejas de Garfiel se movieron nerviosamente mientras escuchaba la importante declaración de Otto.
Sin darse cuenta, sus dedos comenzaron a tocar la cicatriz de su frente, mientras caminaba hacia adelante, con la intención de preguntar a Otto sobre sus motivos.

『 Garfiel: ¿A qué te refieres con eso? Viniste jodidamente aquí pensando que usarías este alboroto pa’scapar de aquí, entonces mi asombroso ser te encontró y ahora ‘tás evidentemente bloqueao. ¿No es eso lo que jodidamente pasó aquí? 』

『 Otto: En efecto, así es. Tomar ventaja de problemas repentinos mientras pensamos en asegurar los más grandes beneficios es ortodoxo para nosotros los comerciantes. Pero, justo cuando se me había prometido una considerable recompensa y tenía la intención de lograrlo sin ningún incidente… 』

『 Garfiel: … 』

Otto se cubrió el rostro con las manos, como si su plan hubiera sido arruinado. Pero Garfiel estaba confuso porque percibía una especie de calma en los gestos y palabras de Otto.
Esta no era la actitud de alguien cuyos grandes planes habían sido aplastados. De hecho, ¿acaso no era esta actitud de Otto enteramente idéntica a la de Roswaal cuando tiene a alguien actuando justo como quiere?

『 Garfiel: Tu semblante y actitud… son exactamente iguales a las del imbécil que más odio. 』

『 Otto: Esa sería otra horrenda opinión sobre mí, pero, como referencia, ¿te importa si te pregunto a quién te refieres? Ya que me gustaría establecer buenas relaciones contigo de ahora en adelante. 』

『 Garfiel: ¡Ja! ¿Tú y mi asombroso ser? Voy a reírme, idiota. —El cabrón al cual mi asombroso ser odia más está holgazaneando en la mejor habitación del Santuario, siendo atendido profesionalmente incluso en este mismo instante. 』

『 Otto: Ya veo, lo entiendo. Debe ser duro que la persona por la que tienes sentimientos esté tan embelesada por tu rival en el amor. Comprendo completamente tu situación. 』

『 Garfiel: No tengo ningún problema en usar mis músculos pa’ hacerte callar esa jodida boca tan suelta que tienes. 』

Garfiel chasqueó la lengua con enojo mientras Otto se mofaba de sus sentimientos por Ram.
Y, ciertamente, Garfiel podría usar la fuerza bruta para superar esta situación. La huida de los evacuados fracasó en cuanto Garfiel lo descubrió.
No saldrían de aquí. Pero, mientras se abstengan de intentar salir forzosamente, Garfiel dudaba de que hubiera alguna necesidad de violencia.

Lo que tenía que hacer en este momento era resolver este problema rápidamente y regresar al Santuario. Su máxima prioridad era expresamente preservar el Santuario, y este otro problema que se le había presentado era, sin duda, superfluo.

『 Garfiel: De todos modos, este plan de escape ha fallado. Si ese hijo de perra está aquí, hazlo salir. Haré que se disculpe por hacer esta estúpida maldita mierda y, dependiendo de lo que diga, él podría tener que recibir algo de dolor. 』

Garfiel necesitaba a ese chico —Natsuki Subaru— para librarse del resentimiento acumulado en sus entrañas y para saber qué planeaba lograr haciendo esto. 

Él había fanfarroneado con que superaría las Pruebas y liberaría el Santuario hace solo un par de días.
Incluso si uno pensara que se había rendido, habría sido demasiado rápido. Dicho más francamente: eso sería una excesiva carencia de fuerza de voluntad.

Garfiel tomaría esas absurdas ideas suyas y las ordenaría mejor a base de golpes, y—

『 Otto: Ah... bueno, realmente lo siento, pero me temo que ni siquiera puedo intentar cumplir tu demanda. 』

『 Garfiel: ¿Eh? 』

『 Otto: ¿No te has dado cuenta? Ahora estoy mostrando un semblante idéntico al del hombre que más detestas en el mundo. Entonces, ¿acaso no deberías considerar este semblante como el de alguien propenso a hacer algo que esa persona detestada es propensa a hacer? 』

『 Garfiel: — 』

Indirecto y con rodeos. Garfiel no podía percibir las intenciones de Otto. 
Pero Garfiel consideró que no debía ignorar lo que dijo. Sobre todo, porque tenía el mismo semblante que el hombre que Garfiel odiaba —el mismo semblante que Roswaal— lo que significaba que planeaba algo e intentaba enredar a la gente en la palma de su mano. 

『 Garfiel: …carajos ‘tás planeando, ¿eh? 』

『 Otto: Cierto, sobre eso. Si debo hablar con este semblante que tú y yo conocemos, entonces, ¿supongo que lo llamarías un infame complot? 』

Otto se frotaba la nariz mientras hablaba, su expresión parecía ser influenciada por alguna maldad. Garfiel entrecerró los ojos, dándose cuenta justo entonces de que algo no encajaba en aquella escena.

Había dos carruajes ante él, dos dragones y Otto. —Pero, sobre el asiento del conductor del carruaje del fondo, no había nadie.
O no. Se trataba de algo más complejo que eso.

『 Garfiel: ¿Cómo puede ser que, incluso cuando los dragones se alteraron tanto y sacudieron los carruajes, no haya asomado ninguno de los canallas de dentro de ellos? 』

『 Otto: Sí, ¿por qué será? 』

Otto se encogió de hombros mientras se hacía el tonto, sin hacer nada para evitar que el pálido Garfiel se acercara a los carruajes. Garfiel ágilmente saltó al interior de uno de los carruajes por la parte de atrás, y abrió a la fuerza la puerta de aquel carruaje de pasajeros.
Presenciando el interior del carruaje, Garfiel hizo un estridente chasquido con los dientes.

『 Otto: ¿—Ya notaste que no hay nadie dentro? 』 

『 Garfiel: Viéndolo es jodidamente obvio… hg. ¡¿Qué demonios ‘tá pasando?! ¡Mi increíble nariz olió el hedor de un montón de gente dentro de estos carruajes en movimiento, y—! 』

Lanzando un escupitajo mientras entraba en el carruaje de pasajeros, Garfiel interrumpió su frase.
A sus pies, por donde entró en el carruaje, había un montón de ropa esparcida: de hombre, de mujer, de adulto y de niño. Y, al verla, Garfiel reconoció que su nariz fue engañada por un truco sorprendentemente simple, provocando que sus mejillas se retorcieran.

『 Garfiel: ¡Por este estúpido truco infantil…! 』

『 Otto: Más o menos en este momento, los otros carruajes que partieron después alejándose de estos dos, estarán a punto de salir del Santuario. Ni siquiera tus piernas serán capaces de alcanzarlos a tiempo. 』

『 Garfiel: ¿Alejándose? Pero qué demonios dices. ¡No es nada fácil escapar de aquí sin usar este sendero, este camino! Sería gracioso que se perdieran después de haber avanzado tanto, y que mi increíble nariz los encuentre. Ni siquiera sabes que puedo cruzar la maldita barrera. 』

『 Otto: Tienes razón, no sé mucho de tus capacidades. Pero... 』

Garfiel bajó del carruaje, y encaró a Otto. El pecho de Garfiel ardía con una terrorífica impaciencia mientras Otto se aproximaba.

『 Otto: ...Tú tampoco sabes mucho de mí. 』

『 Garfiel: — 』 

『 Otto: Eres de los que no pone atención a gente como yo. Eres de los que detesta más a gente como Natsuki-san y yo, que sólo son competentes con la charlatanería. Así que no pusiste atención a las acciones que he llevado a cabo hasta ahora, y no te diste cuenta de lo que he hecho aquí. 』

『 Garfiel: ¿De qué cojones estás hablando? 』

『 Otto: Me refiero a que estos últimos días no he estado paseándome por el bosque y pasando las noches en los establos con los dragones sin un propósito. He descubierto rutas de escape que no necesitan este sendero, y se las he explicado a fondo. 』

Otto levantó los brazos con una expresión triunfante.
Los afilados ojos de Garfiel se abrieron completamente. Estaba boquiabierto.

¿Explicado? ¿Explicado a quién? ¿A los conductores de los carruajes? Eso no encajaba con lo que estaba diciendo. ¿Pasó su tiempo en los establos hablando con los dragones? ¿Era eso lo que trataba de decir?
Si esto era cierto, entonces,

『 Garfiel: De verdad eres la herramienta de ese canalla… 』 

『 Otto: ¡¿Heh?! ¡Se me hace difícil estar de acuerdo con esa impresión que tienes de mí! 』 

Garfiel se compadecía de Otto, quien hacía alboroto. Este era un comportamiento habitual en él, era la clase de cosas que hacía siempre que Garfiel se lo encontrara por el Santuario.
Este comportamiento tan normal era sin duda, en este contexto, anormal.

『 Garfiel: Como sea, vas a volver ahora. Voy a encontrar a los otros y los traeré de regreso. 』 

『 Otto: Se dispersaron en direcciones distintas para evitar que eso ocurriera. Es imposible que los puedas alcanzar. Pero, si aun así intentas capturarlos, me pidieron que te dijera esto: —Los evacuados no saben nada sobre la verdad del Santuario o sobre Ryuzu-san. No pierdes nada por dejarlos ir… ¿Qué te parece? 』 

『 Garfiel: Eres muy bueno con las preparaciones, ¿no es así? 』

Era casi indudable que el mensaje provenía de Subaru.
Él había comprendido perfectamente por qué Garfiel no quería que la gente se fuera. El sentimiento de estar cada vez más y más enredado en los planes de otra persona detonaba la irritación de Garfiel, pero, sin duda, ya no tenía razones para perseguir a los evacuados.

『 Garfiel: Si lo que dices es un hecho, pues sí. 』

『 Otto: Eres verdaderamente sospechoso, ¿verdad? Debo decir que —y esto incluye a Natsuki-san— no queremos empeorar las relaciones con la gente del Santuario. De hecho, nos gustaría escoger la liberación mientras preservamos relaciones amistosas… y debo preguntarme si lo que nos impide una relación mutuamente cordial eres tú. 』

『 Garfiel: ...Lo que sea, no pienso hacer amigos o interferir en lo más mínimo, mientras sea en el interior. 』

『 Otto: Siempre tan firme con tus opiniones. 』 

『 Garfiel: Esto es lo único en lo que jamás me rendiré. 』 

Otto tenía cara de asombro mientras Garfiel daba un gran suspiro.
Pero, incluso aunque sospechaba de ello, Garfiel consideró que el mensaje probablemente era sincero. También estaba el hecho de que se tomó la molestia de dar la advertencia. Además, si se trataba de Subaru —quien reconoció el razonamiento de Garfiel de querer mantener a la gente en el interior— entonces era lógico que quisiera evitar que los evacuados tuvieran información que pudiera impedir su escape.

『 Garfiel: Pero, si eso es todo, entonces… no entiendo por qué está intentando sacarlos del Santuario con tanto esmero hasta el punto de hacer todos estos trucos y acrobacias. Si lo está haciendo porque piensa que saldrán heridos quedándose en el interior, entonces está desconfiando de la gente con la que quiere entablar amistad, ¿no? 』 

『 Otto: Suponiendo que ese sea el caso, es impresionante escuchar eso de la persona que seguramente sería el primero en ir a la carga. Yo también tenía mis dudas al respecto, pero, según Natsuki-san, esto es solo una precaución. Y también diría que fue hecho con el propósito de ganar tiempo. 』

『 Garfiel: — 』 

En cuanto Garfiel escuchó las palabras “ganar tiempo”, su rostro se puso rígido.
¿Qué significaba “ganar tiempo” en esta situación? La lengua de Garfiel humedeció sus labios.

『 Garfiel: Pero qué clase de, asquerosos planes están... 』

『 Otto: Garantizar que un hombre y una mujer estén a solas sin intrusos, supongo. 』

Otto sacudió la cabeza con una expresión de cansancio y de logro.
Garfiel se movió para contestarle y para preguntarle qué tonterías estaba diciendo, pero ver esa expresión lo hizo detenerse. Ese no era el rostro de alguien que estuviera mintiendo.
Lo cual significaba que decía la verdad. Y que el hombre y la mujer de los que hablaba tenían que ser Natsuki Subaru y Emilia.

『 Garfiel: — 』

Intuitivamente, Garfiel se dio cuenta de que esos dos no debían encontrarse.
La sangre de hombre bestia que corría por sus venas sintió algo instintivamente.

Levantó la cabeza, girando para mirar hacia la aldea.
Si dejaba que Subaru y Emilia interactuaran a solas, eso causaría la peor de las situaciones para Garfiel. La liberación del Santuario se lograría, y—

『 Garfiel: — 』

Es imposible que puedan hacerlo, decía la racionalidad de Garfiel.
Él mismo había presenciado a Emilia, abrumada por la dureza de la Prueba, con el espíritu roto.
Y ayer había perdido parte de su soporte mental, reduciendo su fuerza todavía más.
¿De verdad podría esa chica, cuyo corazón estaba tan increíblemente desgastado y se encontraba de rodillas ante una pesadilla, recuperarse después de sólo un par de días?

Pero su instinto le gritaba que debía correr a toda velocidad para detenerlos.
Garfiel sabía que los pasados que se mostraban en la Prueba diferían, pero el punto en común entre ellos era que abrían la tapa del recuerdo más desagradable del desafiante.
Garfiel, ignorantemente, había entrado en esa Tumba y fue forzado a ver su pasado.

Cuando recordó ese suceso, se puso pálido, y un vacío insoportable se filtró en su corazón.
Después de eso, él ha estado viviendo pensando constantemente en ser fuerte, tan fuerte que nunca traicionaría sus decisiones. Así de hiriente era la marca que la Prueba dejaba en el corazón del retador: cortante, profunda y dolorosa.

『 Garfiel: La situación ha cambiado. Mi asombroso ser va a regresar al Santuario ahora mismo. Tengo que encontrar a los dos que has mencionado; y haré que cambien de opinión inmediatamente, o de lo contrario... 』

『 Otto: ¿Crees que simplemente te dejaré ir? 』

『 Garfiel: — 』

Justo cuando Garfiel se dio la vuelta para dirigirse a la aldea, Otto lo llamó para que se detuviera.
Pero la respuesta de Garfiel fue severa.

『 Otto: — Oueg, ghuh. 』

『 Garfiel: Cállate, tómate una siesta. No tengo tiempo para jugar contigo. 』

Cerrando la distancia con un paso, Garfiel hundió su puño en el estómago de Otto.
Su puñetazo evitó los huesos, encajándose en los órganos de Otto, quien salió volando, escupiendo saliva mientras era lanzado lejos, antes de terminar en el suelo.

Garfiel no había sido duro con él. Había usado la fuerza justa para sólo hacerle perder la conciencia, pero, considerando que esto era una compensación por lo bien que lo habían engañado, en realidad estaba siendo indulgente.
Garfiel chasqueó la lengua y le dio la espalda a Otto, quien yacía en el suelo, antes de clavar la suela en la tierra y—

『 Otto: —Ey, ¿adónde… crees que vas? 』

『 Garfiel: ¡¿—?! 』

—Justo cuando iba a empezar a correr, se detuvo.
Garfiel, estupefacto, miró hacia atrás. Su mirada se posó en Otto, quien estaba de pie.
Con la mano en el estómago, tosiendo saliva, pero no inconsciente.

『 Garfiel: ¿Qué carajos? No trataba matarte, pero no recuerdo haber lanzado un puñetazo tan débil que no te noqueara, eh. 』

『 Otto: ¿En serio? Entonces, parece que mi resistencia ha excedido tu imaginación. Ahh... mereció la pena entrenar duro cada día... El cuerpo de un comerciante es su capital, así que no hay nada mejor que, tener salud... 』

Viendo a Otto reírse mientras se quejaba del dolor, Garfiel sintió un presentimiento que le hizo darse la vuelta para mirarlo directamente.
Él lo atacaría de nuevo, y lo dejaría inconsciente.

Sólo tenía que aplicar más fuerza que la última vez y apuntar a la cabeza. Era muy probable que esto le produjera daños severos, pero seguramente lo noquearía.

『 Garfiel: Esta vez te dolerá más, te recomiendo que aprietes los dientes y— 』

『 Otto: ¿Todavía tratas de terminar esto siendo indulgente conmigo? ¡Perderás por culpa de ese menosprecio! 』

Garfiel se inclinó hacia adelante, bajando la postura, cuando Otto gritó.
Él observaba a Garfiel con los ojos inyectados en sangre, levantando sus débiles brazos con toda la fuerza que podía reunir.

En el instante siguiente, una nube de hojas levantadas obstruyó la visión de Garfiel, creando una apertura momentánea.

『 Garfiel: ¡¿Qué caraj—?! 』

Sorprendido por lo que estaba pasando, Garfiel se quedó paralizado, quieto.
Y—

『 Otto: ¡¡Cómete esto!! 』

Simultáneamente con el grito penetrante de Otto, algo cruzó a través de la cortina de hojas arremolinadas, brillando—

—Con una luz roja abrasadora para consumir a Garfiel.