
Para ambos, una promesa

Mientras el carruaje de dragón se balanceaba de lado a lado, Rem sólo podía pensar en él. Su nombre había aparecido de la nada en su cabeza.
Suavemente alzó la mirada, entrecerrando los ojos frente al radiante brillo del sol. Delante de ella iba una larga fila de carruajes llena de soldados heridos tras la batalla contra la Ballena Blanca.
Solo las heridas más urgentes habían sido tratadas y más de alguno todavía estaba seriamente malherido. Pero, a pesar del dolor, una leve sonrisa podía verse en sus rostros, propia de una sensación de regocijo al haberse cumplido un largo sueño.
Después de tantos años, ver su deseo hecho realidad era mucho más importante que cualquier lesión o incluso que la propia muerte. Y ahora, después de haber logrado su objetivo, regresaban triunfantemente a la Capital.
Al ver todo esto, Rem se odiaba a sí misma al no ser capaz de soportar el dolor en su corazón.
『 Crusch: Pareces inquieta, Rem. ¿Todavía estás preocupada por él? 』
『 Rem: … Crusch-sama. 』
En el lugar del que provenía la voz que acababa de escuchar, se encontraba Crusch, sentada directamente al lado de Rem.
Envuelta completamente en vendajes, era increíble que Rem pudiera actuar como si nada hubiera pasado a pesar de lo serias que eran sus heridas; sin embargo, no era capaz de ocultar su falta de energía. El hecho de que fueran en un carruaje en vez de haber montado directamente en un dragón, fue también porque a Crusch no le parecía bien pedirle a Rem que se montara en uno de ellos en su estado actual, así que decidió acompañarla, por lo menos hasta que pudieran ver la capital.
Sintiendo la mirada inquieta de Rem, Crusch se encogió de hombros.
『 Crusch: Comparado con esto… 』 dijo moviendo su cabeza,
『 Crusch: Él tiene a Wilhelm y a Ferris, los élites de la expedición, y también a Ricardo y su compañía de mercenarios, para ayudarle. Además, Anastasia debe haber predicho este giro de acontecimientos, por lo que, aunque la fuerza del adversario fuese preocupante, creo que no perderán. 』
『 Rem: Aun así, no puedo evitar preocuparme. 』
『 Crusch: Todavía no puedes eliminar ese desasosiego, ¿eh?… Cuando el obstáculo se encuentra frente a uno, es posible esforzarse para superarlo. Pero cuando el obstáculo está frente a otros, no hay mucho que podamos hacer… Ah, supongo que no se me da bien consolar a los demás, mis disculpas. 』
Viendo que Rem se hundía aún más en su desasosiego, Crusch se dio cuenta de lo contraproducente que fueron sus palabras y bajó la mirada al suelo.
Al observar a la normalmente seria y fría Crusch actuar de manera tan distinta a la esperada, las comisuras de Rem no pudieron evitar formar una sonrisa. Al ver esa reacción, Crusch asintió alegremente con la cabeza.
『 Crusch: Sí, así está mejor. Natsuki Subaru ya lo dijo antes, «una sonrisa le queda mejor a Rem», ¿no? Aunque en el momento que lo dijo no tenía mucho sentido, no por eso deja de ser menos cierto. 』
『 Rem: Crusch-sama… ¿Sabía que cuando sonríe da una impresión completamente distinta? Normalmente luce bastante severa, pero cuando se ríe se vuelve… 』
『 Crusch: Ya me lo habían dicho antes, pero me sigue molestando. Aunque supongo que, al evitar sonreír por cualquier cosa, a los demás se les hace bastante difícil apreciarme… 』
Rem no estaba segura de tomar ese comentario como una broma o no, pero al ver la suave sonrisa de Crusch, ella también terminó sonriendo. «Coraje y orgullo». Para Rem, a quien siempre le había faltado confianza, Crusch era la mujer ideal. Pero claro, en el corazón de Rem, el más alto honor siempre estaría reservado para únicamente su hermana Ram.
『 Crusch: Se están enfrentando al Culto de la Bruja… Aunque su aparición era más o menos predecible considerando la identidad de Emilia, hay que tener mucho cuidado hasta que sepamos más de ellos. Natsuki Subaru sabe eso, pero seguramente el señor Mathers también tendrá algún plan, ¿no? 』
『 Rem: La profundidad de los pensamientos de mi maestro… es imposible de conocer para mí. Aunque me lo preguntes, no sabría qué responder. 』
『 Crusch: Qué mal. Ahora que somos aliados, un poco de información no me vendría nada mal. 』
Puede que aquella conversación haya sido para evitar que Rem se hundiera en pensamientos negativos… De hecho, gracias a Crusch, Rem no se había quedado sola y hundida en preocupaciones. Aun así, lo que había dicho, era un muy buen punto. Un hombre como Roswaal L. Mathers debería haber tenido un grandioso plan para todo esto. Obviamente las acciones de Subaru servían para promover los objetivos de su maestro al mismo tiempo que restauraba su reputación perdida.
De hecho, al derrotar a la Ballena Blanca, su reputación ya había sobrepasado con creces a la que tenía antes.
—Héroe Natsuki Subaru
Para Rem, cuyo corazón y futuro habían sido salvados por él, ese título era más que acertado. Considerando además el brillante futuro que aún podía llegar a traer, también estaba sobradamente justificado.
Y así, estar junto al radiante héroe, desde algún lugar cercano, donde él se voltease ocasionalmente para asegurarse de que ella siguiera a su lado… Si Rem pudiera estar en un lugar así, entonces ella sería feliz y no desearía nada más en ese mundo.
Cuando Subaru aparecía en su mente, el corazón de Rem se llenaba siempre de confusión. Se volvía cálido, y quizás calmado. Y, aun así, se llenaba también de dolor, ansiedad, anhelos y preocupaciones.
Darle a su corazón tanta felicidad y sufrimiento al mismo tiempo, era algo que sólo Subaru podía hacer.
Con una sonrisa en sus labios, los pensamientos de Rem viajaron hacia el futuro… El futuro de ella y Subaru.
Mirando de reojo el rostro de Rem, Crusch suspiró aliviada. Acariciando la funda de su espada con sus dedos, sus ojos se fijaron en silencio sobre el camino frente a ellas. Sus pensamientos eran sobre el largo viaje a la Capital.
『 Crusch: … ¿Eh? 』
『 Rem: ¿—? 』
Crusch entrecerró sus ojos al mismo instante que Rem oyó un ruido y alzó la cabeza.
Lo que Crusch vio fue algo extraño acerca del carruaje de dragón que iba delante. El ruido que Rem oyó venía de la misma dirección. De hecho, aquello que a ambas les llamó la atención era lo mismo.
Ante los ojos de Crusch, el carruaje de dragón frente a ella se había «desintegrado». A los oídos de Rem, el preludio del «colapso» resonaba como el ruido de la lluvia al caer.
Una niebla de sangre pulverizada. La imagen del carruaje de dragón en frente de ellas, de pronto se había convertido en un lamentable borrón.
El dragón de tierra, el carruaje y todos los heridos que iban adentro, habían sido completamente arrancados del suelo y destrozados sin ninguna misericordia por una abrumadora devastación.
『 Crusch: ¡—! ¡ATAQUE ENEMIGO! 』
Su sorprendida garganta se retrasó solo unos instantes antes de que Crusch lanzara el grito de guerra. Con Crusch al frente, el resto de los carruajes sintieron la crisis y se prepararon para la batalla.
Rem, ignorando toda sensación de daño y cansancio, se puso de pie enseguida con su lucero del alba[1] en mano——al otro lado de la niebla de sangre se veía la sombra vertical de un hombre.
Se preguntaba quién era ese hombre, que de pronto apareció ante sus ojos, de pie en medio del camino.
Sin ninguna arma ni armadura, sin ninguna clase de miedo. Sin demostrar ni compasión ni malicia ni intención alguna.
『 Crusch: ¡¡——APLÁSTALO!! 』
La orden de Crusch se escuchó a toda fuerza desde la plataforma del conductor. Inmediatamente el caballero a cargo del dragón aflojó las riendas en respuesta. Con un solo grito, el dragón de tierra comenzó la embestida con el carruaje, con una fuerza capaz de triturar a cualquier víctima que tocase.
Sin desviarse del objetivo, iban directo a un choque frontal con la figura de pie frente a ellos. El hombre no demostraba ninguna intención de hacerse a un lado. Y así como así, los dos objetos colisionaron. Un cuerpo delgado a punto de ser hecho trizas por el—
『 Rem: ¡Crusch-sama! 』
Mientras gritaba, Rem tomó a Crusch por la cintura a la vez que saltaba con ella fuera del carruaje. No había tiempo para alcanzar al conductor, pensó Rem al caer, mordiéndose los labios.
Y entonces, un instante después,
『 Hombre: Cielos, basta ya. Ni siquiera había hecho nada y ya intentaron aplastarme hasta la muerte. Pero bueno, una persona no debería hacer eso. No señor. 』
Habló con un tono relajado propio de un hombre que tranquilamente pasea por un parque, que está tomando el sol o algo por el estilo.
Si no fuera por los escombros destrozados de lo que solía ser el carruaje de dragón, Rem no habría encontrado esta escena tan extrañamente horripilante.
No importaba cómo lo miraran, aquel hombre no se veía para nada fuera de lo ordinario.
Su cuerpo era largo y delgado, y su ordenado cabello blanco no era ni muy largo ni muy corto… ni siquiera tenía algo raro en él. Sus ropas negras no eran ni extravagantes ni lamentables y su rostro ni siquiera era de los que destacaban. Tenía una apariencia tan normal que, sin importar dónde lo pusieras, no se vería nunca fuera de lugar y, si te lo encontraras por la calle, probablemente lo olvidarías a los 10 segundos de haberlo visto.
Pero el hecho era que, después de entrar en contacto con este hombre, el dragón de tierra había sido partido en dos, antes siquiera de poder dar un paso más y, entonces, junto con el conductor y el carruaje, fueron destrozados en un sinfín de pedacitos imperceptibles.
Lo más escalofriante de todo fue que, a pesar de que Rem nunca le quitó la mirada de encima, todo lo que vio fue a ese hombre simplemente parado ahí.
Sin hacer nada, simplemente parado ahí, el hombre había sobrevivido a la colisión contra el carruaje de dragón que lo había embestido, y todavía continuaba de pie como si nada.
『 Crusch: Gracias Rem por salvarme, pero… parece que la situación sigue igual de mala. 』
Aún sobre los brazos de Rem, Crusch le agradeció, se puso de pie y, en ese mismo instante, desenvainó su espada. En cuanto al caballero que conducía el carruaje bajo sus órdenes y que había sido destrozado en miles de pedacitos, Crusch sintió un fuerte dolor en su corazón, y entrecerró sus ojos.
『 Crusch: Después de asesinar cruelmente a mis súbditos, no creas que esto va a terminar fácilmente… ¿Quién eres tú? 』
Con su espada desnuda, reluciente de instinto asesino, lanzó aquellas palabras al hombre, quien, al escucharla, se tocó la barbilla y comenzó a asentir con la cabeza, como si hubiera entendido.
『 Hombre: Ah, ya veo, ya veo… sí, sí. No sabes quién soy. Pero yo sé quién eres. La Capital entera lo sabe… de hecho, todo el país te conoce… En estos momentos eres el principal tema de conversación. Después de todo eres candidata para ser la nueva Gobernante. Incluso yo, que suelo estar desconectado del mundo, puedo imaginar lo que significa ese gran peso. 』
『 Crusch: Tus palabras triviales terminan ahora. Responde a mi pregunta o, la siguiente vez, te mataré. 』
『 Hombre: ¡Eso es bastante extremo! Pero si no fuera así, no serías capaz de gobernar un país. Sí, este sentimiento, de verdad que no lo entiendo para nada… El deseo de llevar una corona, y todas las responsabilidades que ello conlleva. ¿Cómo podría alguien entenderlo? Ah, ah, pero, aunque no lo comprendo, no discreparé contigo. No soy tan arrogante como para eso. No como tú… 』
Sin prestar ninguna atención a Crusch, el hombre continuó hablando sin parar.
Y entonces,
『 Crusch: … Como dije antes, esa fue tu última oportunidad. 』
Cuando Crusch fríamente pronunció aquellas palabras, su brazo blandió con fuerzas una espada de viento.
La magia de viento de Crusch, combinada con su esgrima, era capaz de liberar un corte invisible. Conocido como «el corte de los cien hombres». Se trataba de un poderoso corte de ultra largo alcance que podía cortar el cuerpo de un hombre sin que éste pudiera siquiera notar desde dónde provino el ataque ni de quién.
En el pasado, cuando la mabestia «Gran Conejo» apareció en las planicies del condado de Karsten, ella cortó a todas las mabestias bajo las órdenes del Gran Conejo en la que fuera su primera batalla.
Desde ese momento, la condesa Crusch Karsten, se adjudicó el título de «el corte de los cien hombres».
Incluso la piel de adamantino[2] de la Ballena Blanca fue abierta por su espada, lo cual jugó un importante papel en la caída de aquella colosal mabestia. Y, comparado con la Ballena Blanca, ese pequeño y frágil cuerpo no tenía ninguna oportunidad de poder resistirlo…
Sin embargo,
『 Hombre: Atacar a alguien que todavía no termina de hablar… ¿Dónde están sus modales? 』
Ladeando la cabeza, como haciendo alarde de no haber tomado ningún daño, el hombre simplemente seguía estando ahí.
Su existencia no había sido afectada en absoluto por un corte que había sido capaz de atravesar la armadura de la Ballena Blanca. El cuerpo de ese hombre——no… incluso sus ropas estaban indemnes. No se defendió del ataque, más bien fue algo completamente diferente y desconocido.
Crusch no podía hacer nada más que contener el aliento, mientras que Rem había quedado completamente atónita luego de ver algo tan fuera de todo ámbito de la comprensión. En frente de ellas, el hombre suspiró por primera vez, y procedió a hablar en un tono lleno de disgusto.
『 Hombre: Oye. Estaba hablando. ¿No es verdad que estaba hablando justo ahora? ¿Es que acaso me equivoco? Tengo todo el derecho a hablar… No creo que sea necesario que diga esto, pero, no interrumpir a alguien cuando está hablando… ¿no es algo de sentido común? Son completamente libres de escuchar o no lo que estoy diciendo, eso no me importa, pero ¿qué es lo que intentan hacer al no dejarme hablar? 』
Mientras despotricaba, el hombre ocasionalmente pisoteaba con fuerza el suelo con una expresión de desagrado en el rostro. Y así como así, apuntó con su dedo a las dos enfrente de él, que ahora estaban completamente sin habla.
『 Hombre: Y ahora están calladas. ¿Qué es esto? Están escuchando. Estaban escuchando, ¿verdad? ¿Acaso no les pregunté algo? Entonces denme alguna respuesta, eso sería lo normal, ¿verdad? Ni siquiera harán eso, no quieren hacerlo. Ah, ah, libertad. Esa es su libertad. Me ven regañando y quieren matarme, y cuando les hago una pregunta, me ignoran como al viento. Entonces, ¿así será? ¿así es? Bueno, son libres de hacer lo que quieran. Muy bien, digamos que así es como es. Pero entonces, ¿qué se supone que significa eso? 』
Mirando a las dos enfrente suyo completamente calladas, preparadas para un ataque, ladeó la cabeza mientras las observaba con sus agudos ojos y entonces, con una voz ahogada,
『 Hombre: Están ignorando mi Derecho —Una de mis pocas posesiones, ¿verdad? 』
Un escalofrío subió por la espalda de Rem. El hombre dio un paso al frente, mientras levantaba uno de sus brazos, creando una leve brisa.
Entonces, en la misma línea en que su brazo se levantó —la tierra, el aire y el mundo, se partieron en dos.
Girando, girando y girando, el brazo cercenado de Crusch voló por los aires…
Todavía sujetando la vaina de su espada, el brazo cayó acompañado de un rocío de sangre. Crusch, incapaz de mantenerse en pie debido al impacto, cayó sobre el suelo, convulsionando del dolor y de la inmensa pérdida de sangre.
『 Rem: ¡Crusch-sama! 』
Aturdida por unos segundos, Rem corrió junto a Crusch. Colocó sus manos sobre la herida y, con lo poco que le quedaba de maná[3], usó todas sus fuerzas para detener el sangrado.
El hombro de Crusch estaba cubierto en un brillante carmesí. Su carne, huesos, nervios y arterias habían sido perfectamente cortados. Un ataque limpio y experto. Rem suspiró con una, más bien, inapropiada admiración.
『 Crusch: Ferris… oh… ¿Tú? 』
Bajo las curativas manos de Rem, Crusch miraba con los ojos desenfocados, murmurando algo inentendible y, con su brazo derecho restante, sujetaba firmemente la rodilla de Rem. Prueba de que aun poseía fuerzas para vivir.
Crusch apretó los dientes, soportando el dolor.
Rem observaba todos los movimientos del hombre. No tenía ninguna manera de defenderse de sus golpes. Ante el más mínimo signo de ataque, lo único que Rem podría hacer era alejarse de un salto con Crusch.
En ese momento, se dio cuenta de algo extraño: por alguna razón Crusch y Rem estaban completamente solas. ¿Por qué no había venido nadie a ayudarlas? En esta crítica situación, con su líder gravemente herida, ¿por qué los caballeros que no se acobardaron ni siquiera ante la Ballena Blanca…?
『 Joven: Ah, de verdad… ¡Comí y comí, pero todavía no es suficiente! ¡Es gracias a eso que seguimos viviendo! ¡Comer, masticar, morder, destrozar, moler, mascar, chupar! ¡BEBER GLOTONAMENTE—! ¡COMER GLOTONAMENTE—! AH— ¡TERMINÉ! 』
De repente, por detrás, vino la voz estridente y desgarradora de un adolescente.
Al igual que el primer hombre, la voz del joven envió escalofríos por toda la espalda de Rem. Su cuerpo rígido se giró para poder mirarle. El joven estaba de pie entre varios carruajes vacíos, cubierto de sangre, de pies a cabeza.
Su largo cabello café oscuro se extendía hasta sus rodillas. Su cuerpo era corto, más o menos de la misma altura de Rem y, quizás, 2 o 3 años más joven, probablemente no mucho más viejo que los niños de la aldea cercana a la mansión.
Bajo su cabello, solo un delgado andrajo empapado de sangre, cubría su delgado cuerpo. Cada porción de su piel estaba cubierta de sangre. Naturalmente, ni una sola gota de esa sangre era de él. Era de los caballeros que yacían a sus pies.
Mientras Crusch y Rem se encontraban en un punto muerto con el hombre en frente de ellas, los caballeros se habían enfrentado al enemigo que tenían detrás. Al final, antes de que Rem fuera capaz de sentir cualquier combate, la batalla ya había terminado.
『 Rem: Tú, eres… 』
Su voz temblaba. Con Crusch en sus brazos, Rem retrocedió hasta que ambos enemigos se encontraron en su campo de visión. La sangre del hombro de Crusch había teñido el suelo de rojo. Ahora, el aire se tornó frío, como burlándose de su debilidad, de su miedo.
Al escuchar la pregunta, el hombre y el joven se miraron el uno al otro.
Como si lo hubieran practicado, asintieron entre ellos y, entonces, con la misma sonrisa trastornada de violento placer, anunciaron su nombre:
『 Hombre: ¡Arzobispo del pecado del Culto de la Bruja que representa la codicia, Regulus Corneas! 』
『 Joven: ¡Arzobispo del pecado del Culto de la Bruja que representa la glotonería, Ray Batenkaitos! 』
Traducción: Pretinaverse Corrección y edición: Carlos (Primer corrector) Pretinaverse (Detallitos por aquí y por allá) ※ ...